viernes, 28 de diciembre de 2012

Maialen Chourraut



Después de que no se acabara el mundo hace un puñado de días, quedan menos aún para que, y esta vez sí, se acabe el año. Mientras tanto, les ha dado a muchos por ir celebrando lo que fueron los más de trescientos días sobrellevados. Cada comunidad autónoma, cada provincia, cada ciudad y casi que hasta cada barrio parece tener su propia fiesta de celebración para premiar a los que, en opinión de quién sea, fueron los mejores deportistas del año. Si vives en Alcoy, por ejemplo, igual te has enterado de que el delantero del Betis, Jorge Molina, se llevó los agasajos de la ciudad, en Arganda del Rey premiaron al jugador de fútbol sala Sergio Lozano o en Cádiz compartieron protagonismo Jesús Joaquín Fernández, alias Suso, jugador del Liverpool y la atleta local Esther Córdoba.
No tengo datos de todos, más bien de unos pocos, y si me atreviera a sacar conclusiones, diría que los recientes Juegos Olímpicos han decidido muchos de los premios. Así, centrándonos en comunidades autónomas y provincias, muchos de los ganadores han resultado ser hombres y mujeres que practican deportes normalmente minoritarios. Deportistas que a muchos aficionados al fútbol les pueden sonar a utilleros. Un puñado de ejemplos:
La que encabeza la entrada, Maialen Chourraut, se ha llevado el premio a la mejor deportista guipuzcóana y gran parte de los argumentos del jurado se resumen en la medalla de bronce que la deportista de Lasarte-Oria consiguió en aguas bravas categoría K1 en las pasadas olimpiadas de Londres. También ha conseguido medallas en Campeonatos y Copas del Mundo, pero seguro que pesó mucho más su éxito en el Lee Valley White Water Centre. En la otra punta de la A8, en Bizkaia, ha sido Pablo Carrera el galardonado. El bilbaíno no consiguió medalla, pero sí un diploma olímpico que descubrió para el público general todos sus éxitos a nivel nacional en un deporte tan minoritario como el tiro. De la misma manera, en el otro territorio histórico del País Vasco, Álava, la ganadora fue otra triunfadora en Londres, la luchadora de Olaeta, Maider Unda, quien hace bien poco anunciaba que renunciaba a su retirada y que seguiría dando gloria al deporte alavés. Por cierto, deberían también premiar a sus seguidores por inventar uno de los mejores apodos del mundo del deporte: Iron Maider.
Pero no solo en Euskadi ha premiado el rendimiento en Londres. Por poner unos pocos ejemplos, en Cantabria habrá pesado el exitoso bronce del balonmano femenino estatal para que Verónica Cuadrado y Beatriz Fernández se hayan llevado compartido el galardón; medallas en taekwondo y gimnasia rítmica consiguieron los vencedores en Gran Canaria, Nicolás García Hemme y Thais Henríquez; la nadadora Mireia Belmonte y el taekwondista Joel González ocuparon las portadas de la prensa deportiva por sus medallas en Londres y fueron gratificados como mejores deportistas de Cataluña en 2012; en natación, Teresa Perales consiguió en Londres convertirse en la atleta paraolímpica española más laureada de la historia y ahora se ha llevado el premio a mejor deportista de Aragón junto al atleta Toni Abadía, que no estuvo en Londres. Si estuvieron Francisco Alarcón, Isco, del que acabamos de hablar, y Nicolás Almagro, pero, probablemente, hayan sido otros logros los que han llevado a los responsables de los premios deportivos anuales en Málaga y Murcia, respectivamente, a elegirlos como mejores deportistas de la región.
Habrá habido o habrá de haber más. Otros, sin embargo, no tuvieron nada que ver con Londres, como el pelotari David Merino, que se ha llevado el premio en La Rioja, los piragüistas Ainara Portela y Diego Cosgaya, que se quedaron fuera de Londres pero ambos han vencido en sus respectivas tierras, Valladolid y Palencia, la lanzadora de peso Nazaret Viesca (que se ha llevado el premio en Asturias; Samuel Sánchez, como no, fue elegido como mejor ciclista) o la baloncestista Laura Gil que compartió en categoría femenina las mieles del triunfo en Murcia con Nico Almagro. En Castellón, ya por terminar, se premia a muchos deportistas, y queríamos resaltar el título póstumo que se le otorgó a Víctor Cabedo en la categoría ciclista. 
A todos ellos, y a los que no he nombrado aquí (ganadores en barrios, pueblos, ciudades, provincias, comunidades, naciones, continentes, balones de oro, botas, laureus, mvps, bravos, golden boys, eurovisiones, nobels, oscars, grammies, emmys y razzies), enhorabuena. Y a los que no habéis ganado nada, enhorabuena también. Y gracias por lo que me toca porque, quizás no os hayáis enterado, pero un servidor ha ganado el Primer Premio Interestatal de blogueros amateurs, categoría deportiva, sección generalista, apartado de humor, de la subdelegación local del sector h dentro del distrito b. Buscad, buscad en internet. Fuera de bromas, enhorabuena a los que han ganado y la misma o más a los que han perdido.    

martes, 25 de diciembre de 2012

Francisco Román "Isco" Alarcón



Lo de los premios individuales nunca ha sido lo mío. Leí el otro día que Isco había ganado el Golden Boy. Y me vinieron a la cabeza dos preguntas:
a) ¿El Golden Boy? ¿En serio?
b) ¿Pero en serio?

Suena a superhéroe de la factoría Pixar. Me recuerda a esa conversación que tenían los personajes de Chandler Bing y Phoebe Buffet en un viejo capítulo de Friends. ¿Por qué hay gente que se apellida Goldman y no hay nadie que se apellide Spiderman? 

Después, ya por curiosidad, me lo tomé en serio. A mí me sonaba aquello del Trofeo Bravo porque en los noventa hablaban de que igual lo ganaba Julen Guerrero pero se lo acabó llevando Christian Panucci en el 94. Creo que no volví a interesarme. Pero, no, ahora me he enterado que el Trofeo Bravo sigue existiendo. Lo otorga Guerin Sportivo al jugador menor de 21 años que se considere el mejor de la temporada a nivel internacional. El Golden Boy es cosa de Tuttosport que empezó a otorgarlo en 2003 por medio de la votación a la que se invita a 30 periodistas deportivos. El Bravo ya se venía celebrando desde 1978. Ambos premios, no me preguntes cómo, se consideran el Balón de Oro oficioso para jugadores menores de 21 años.

Desde 2003, el Golden Boy se lo han llevado Rafael Van der Vaart, Wayne Rooney, Lionel Messi, Cesc Fábregas, Sergio Agüero, Anderson Luis de Abreu Oliveira, Alexandre Pato, Mario Balotelli, Mario Götze e Isco Alarcón en esta última edición. Solo tres de esos jugadores han ganado también el Trofeo Bravo: Wayne Rooney, Lionel Messi y Cesc Fábregas. Solo el catalán ganó los dos el mismo año, en 2006, cuando aún jugaba en el Arsenal. Nadie ha repetido victoria en el Golden Boy y solo dos jugadores han repetido en el Bravo: Emilio Butragueño (1985 y 1986) y Ronaldo Nazario (1997 y 1998)

Hacer comparaciones entre los dos trofeos es un ejercicio un poco estúpido e inútil, pero supongo que ambos son adjetivos que, de alguna manera, le pegan bien a este blog, así que, a bote pronto, parece que los de Tuttosport no se arriesgan y los del Trofeo Bravo, sí lo hacen, al menos, en los últimos años. En los tres últimos años, han ganado el Bravo Thomas Müller, James Rodríguez y Eden Hazard, a los que no se les puede reprochar su rendimiento, pero quizás no hayan tenido una relevancia tan dimensionada como la de los últimos vencedores del Golden Boy. Anteriormente, ya hubo ganadores del Bravo que demuestran cierto ánimo ecléctico y visionario, como darle un premio individual a un portero, o mejor, dos seguidos (primero Gianluigi Buffon en 1999 y después Iker Casillas en el 2000) o premiar a jugadores que ofrecen unas prestaciones menos vistosas, como el ya mencionado Christian Panucci en el 94 o Christoph Metzelder en el 2002. Otros podrían haber mencionado los triunfos de Owen Hargreaves, el israelí Eli Ohana o el mejor jugador de la historia de San Marino, Massimo Bonini. Todo es interpretativo y opinable, claro que sí, ya sabéis que aquí manda el tweet. 

Isco, por su parte, merecimientos ha hecho. A sus 20 años, el de Benalmádena, se convirtió en protagonista antes de protagonizar apenas nada. Con la mayoría recién cumplida, y apenas 4 partidos en primera, el Málaga, equipo de su tierra, pagó su cláusula de rescisión, cuando aún era jugador del equipo filial del Valencia, para convertirlo en titular dentro del rutilante proyecto de Abdullah Al Thani en Málaga. Suya es gran parte de culpa de los buenos resultados del equipo de Manuel Pellegrini tanto en España como en Europa. Suma ya 45 partidos y 8 goles en la temporada y media que lleva en Málaga y ha jugado seis partidos de Champions League, marcando dos goles. Suficiente, ¿no? A treinta periodistas deportivos internacionales les ha parecido que sí. 

sábado, 22 de diciembre de 2012

Jan Denuwelaere





Con la Navidad, llega el momento más frenético de la temporada de ciclocross. De aquí a Reyes, se disputarán tres de las últimas cuatro pruebas de la Copa del Mundo, pero, como todo aficionado sabe, no solo de la Copa del Mundo vive el ciclocross, y hoy hemos tenido una prueba de eso.
En la sexta prueba de la Bpost Bank Trofee, la que se disputa en Essen, hoy se ha vivido un día de auténtico ciclocross que ha terminado de manera triste, aunque las reacciones posteriores de los corredores han conseguido mitigar el problema. Luego os cuelgo el vídeo que os pediría que vierais para haceros una idea de lo que significa este deporte. La prueba de Essen se ha resuelto al esprint, después de que cuatro hombres, Niels Albert, Rob Peeters, Jan Denuwelaere y Zdenek Stybar llegaran en cabeza al final de la prueba. Negros de barro y obcecados en pedalear, Stybar y Denuwelaere llegaban con un poco de ventaja y ambos apretaban los dientes para conseguir la victoria final. En los últimos metros, Stybar ha cerrado de manera lamentable al belga hasta lanzarlo al suelo. Denuwelaere, un ciclista poco dado a las victorias que siempre aprovecha el calendario apretado de Navidad para buscar su oportunidad, ha superado la línea de meta arrastrándose por el suelo. Los jueces no han necesitado pensarlo mucho para retrasar a Stybar hasta el cuarto puesto y darle la victoria a Denuwelaere. Stybar reaccionó desde la misma línea de meta y él mismo se encargó de afearse el gesto y lamentar lo que había hecho. No tuvo problema en aceptar la decisión de los jueces y lo refrendó como se refrendan las cosas hoy en día, vía twitter: “Lo siento, lo siento, lo siento por esa acción. Esta noche dormiré mal, te pido perdón, Jan. Fue error mío y acepto completamente el cuarto puesto." Denuwelaere aceptó las disculpas del antiguo campeón del Mundo. Repito, abajo cuelgo el vídeo, perder unos minutos disfrutando, a pesar del roce final, de la belleza de este deporte.
Un deporte que vivirá, antes de que llegue allá por febrero el Campeonato del Mundo que se disputará en Kentucky, Estados Unidos, la parte principal de su temporada, con la disputa de las pruebas de la Copa del Mundo de Namur, Heusden-Zolder y Roma. Después quedará Hoogerheide, en Holanda, allá por el 20 de Enero.
La competición empezó en Tabor, República Checa, allá por finales de Octubre, con victoria de Kevin Pauwels por delante de Lars Van der Haar y Niels Albert. En el mismo país, pero en Plzen, se disputó la segunda prueba, con victoria final para Niels Albert. Klaas Vantornout y Kevin Pauwels le acompañaron en el pódium. La Copa del Mundo viajó luego a Bélgica, a Koksijde, y esta vez la victoria fue para el corredor más grande de los últimos años, Sven Nys, quien venció por delante de Niels Albert y el francés Francis Mourey. Precisamente en el país de Mourey, en Roubaix, se disputó la última, donde Sven Nys volvió a repetir triunfo, esta vez por delante de Kevin Pauwels y Niels Albert. Parece que estos tres corredores se disputarán el triunfo final de la prestigiosa Copa del Mundo de Ciclocross.
En categoría sub-23, por cierto, se han disputado tres pruebas y el dominador, por ahora, se llama Wietse Bosmans que ha conseguido dos de las tres. En juniors, domina el último eslabón de una familia de corredores, los Van der Poel. Mathieu, hijo de Adrie Van der Poel ha ganado las tres pruebas disputadas hasta ahora. En féminas, por último, también hay una gran dominadora, Katherine Compton, que se ha llevado tres primeros puestos en cuatro pruebas disputadas.
Kevin Pauwels, Niels Albert, Zdenek Stybar y Sven Nys han sido los últimos vencedores de la Copa del Mundo. Todo apunta a que alguno de ellos repitirá victoria este año y, probablemente, ellos serán también los protagonistas del Campeonato del Mundo.
No podemos acabar este repaso sin esperar que Igorre vuelva a ocupar, algún día, su lugar entre las pruebas que se incluyen dentro de la Copa del Mundo y repasando los resultados de nuestros vecinos por tierras internacionales. En Tabor, Egoitz Murgoitio fue 36º. En Plzen, el vizcaíno realizó una tremenda carrera y acabó 15º, por delante de gente como Jim Aernouts, Peter Dlask o Lars van der Haar. En Koksijde, Murgoitio e Isaac Suárez entraron casi de la mano, el primero 34º, el segundo 35º. José Antonio Díez Arriola acabó 44º. Y, finalmente, en Roubaix, solo José Antonio Díez Arriola terminó la prueba, 45º a cuatro vueltas del ganador. En Namur, la próxima prueba de la Copa del Mundo, habrá bastante presencial nacional: Egoitz Murgoitio, Javier Ruiz de Larrinaga, Jonathan Lastra y Jorge Iruretagoyena intentarán acabar la prueba y conseguir un buen puesto, eso sí, andarán lejos, con toda probabilidad, de los Pauwels, Nys, Albert y compañía.
De verdad, echadle un vistazo al vídeo:



Will Artino



Ya, hasta el 2013 no vuelvo a escribir de Artino y sus compañeros de equipo. Toma rima. Asonante, pero rima. Se me acumulaban los partidos y he preferido dar ya testimonio de que los bluejays de Creighton recuperaron la senda del triunfo y ya no la han vuelto a perder. Vayamos de lo general a lo específico, antes de describiros las cinco victorias consecutivas que han conseguido los chicos de Greg McDermott, señalemos que, a día de hace un par de días, Creighton ocupaba el puesto 13º en los pronósticos de los entrenadores NCAA para US Today. Estamos hablando de pronósticos a nivel nacional y con vistas al título final. En la clasificación de la Associated Press, ocupan el puesto 17º. Una vez más, vayamos a lo específico dentro de lo general, el secreto de todas estas cosas positivas coincide con el alto rendimiento de Doug McDermott, el hijo del entrenador y la estrella del equipo. 
McDermott ha escalado posiciones en las previsiones de draft de las dos páginas más reputadas en relación con los mock drafts. En ambas, McDermott aparece ya en las previsiones para 2013. En NBA Draft.net, McDermott ocupa el puesto 29º elegido por Los Ángeles Clippers. DraftExpress lo coloca en el puesto 14º de la segunda ronda (44º del general) con los Utah Jazz. Esta última página también realiza una serie de ránkings valorativos que sirven de orientación para algunos, pero que, en ocasiones, solo sirve para apreciar las incongruencias de todas este ánimo adivinadizo. En concreto, DraftExpress realiza clasificaciones de a cien jugadores avalando su calidad y sus posibilidades de éxito en el futuro. En la clasificación que recoge los mejores jugadores en edad junior de la NCAA, Doug McDermott ocupa el puesto 13º en una clasificación que encabeza el alero de North Carolina State, CJ Leslie. En la clasificación general (también incluye jugadores internacionales y de diferentes edades) de proyectos de futuro, McDermott ocupa el puesto 63º. Utilizando a los jugadores internacionales como referencia para evaluar el significado de tal posición (o el relativo significado), digamos que McDermott tiene por delante de él a Dario Saric, Sergey Karasev, Leo Westermann del Partizan, Nemanja Nedovic del Lietuvos Rytas, Mouhammadou Jaiteh que juega en Francia o a Álex Abrines. Por detrás de él, sin embargo, se clasifican Lucas Nogueira, Marko Todorovic, Dimitri Kulagin del Samara, Linos Chrysikopoulos del Biella, Oleksandr Lypovyy del Donetsk, el jugador del Valencia Bojan Dubljevic o el del Prokom, Mateusz Pontika, además de Raúl Neto, Louis Labeyrie del París-Levallois o Augusto César Lima. Por cierto, en la lista no aparece Mario Hezonja quien, sin embargo, si ocupa puestos muy altos en los mock drafts de 2014. 

Con todo este prólogo bienaventurado sobre esta pasión incontrolable de los americanos con las estadísticas, los pronósticos, las clasificaciones y las valoraciones pseudocientíficas, pasemos a resumir las cinco victorias consecutivas de los arrendajos azules. Cinco victorias consecutivas que les dejan con un récord de 11-1 justo cuando el próximo partido abrirá ya la competición en la MVC. Lo que han jugado hasta ahora sirve para el cómputo global de la temporada, pero no para el específico de la Missouri Valley Conference, a donde llegan con el récord histórico de la historia de la universidad antes de Navidades. Solo la Wichita State de Carl Hall (10-1) parece que puede reñir por el título final de la MVC. Ante Evansville, en el próximo partido, empezaremos a vivir el desenlace. 
Ganaron hace ya varias semanas a St. Joseph's en el CenturyLink Center de Omaha por un contundente 51-80. Más contundente fue el parcial inicial de 45-13 que cortó las alas de los halcones de Phil  Martelli y los de St. Joe's ya no volvieron a estar en ningún momento por debajo de los veinte puntos. Jugaron todos, los dieciséis jugadores, desde McDermott hasta Mogboluwaga Oginni. El primero, por cierto, metió 23 puntos en 27 minutos y después, descansó. Echenique añadió 16. Chatman y Gibbs se dedicaron a asistirlos, 6 el primero y 9 el segundo. Wragge, de nuevo desde el banquillo, consiguió 7 puntos y 6 rebotes. Nuestro amigo Artino dispuso de 6 minutos para decorar sus estadísticas con 2 puntos y 1 rebote.
El siguiente rival los recibió en el Devaney Center de Lincoln, Nebraska, la capital del estado. Un derby por todo lo alto que acabó con victoria de Creighton por 64-42, poniendo fin a una racha de tres derrotas seguidas de los de Creighton siempre que viajaban a Lincoln. Con esta, son ya 11 victorias en 14 partidos en los derbies contra los Huskies. Empezaron apretados, pero un triple de Wragge empezó a abrir la ventaja que luego consolidaron aprovechando una técnica a Tim Miles, entrenador de Nebraska. Echenique hizo un doble-doble, 12 puntos y 12 rebotes, Gibbs siguió rindiendo en todos los apartados, 5 puntos, 5 rebotes y 10 asistencias, Wragge hizo 3 de 5 en triples, Artino contó con un minuto sin estadísticas y McDermott se fue hasta los 27 puntos para superar a Benoit Benjamin en el ránking histórico y entrar entre los diez mejores anotadores en la historia de la universidad católica de Omaha.
Volvieron al CenturyLink para recibir a Akron y conseguir otra victoria, por 77-61, que se basó en un arreón inicial a cargo de los hombres exteriores de Greg McDermott, un 9-0 que desequilibró el partido. También jugaron todos los jugadores, pero esta vez solo fueron quince, porque Josh Jones está lesionado y no ha vuelto a jugar desde que se enfrentaron a St. Joe's. El mejor, McDermott, con 30 puntos en 31 minutos. Gibbs, igual que siempre, 7 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias. Mal Wragge en los triples, 0 de 3 y bien Avery Dingman que aprovechó los minutos de más con los que cuenta con la lesión de Jones. Artino tuvo 12 minutos para conseguir 4 puntos y 4 rebotes.
Volvieron a viajar, esta vez hasta la costa, para enfrentarse a California en el Haas Pavilion de Berkeley. Un partido apretado, de continuas rachas, que consiguieron cortar los de Cal gracias a Justin Cobbs pero no fue suficiente. Resultado final, 74-64. McDermott, 34 puntos y 9 rebotes, sigue en estado de gracia. Echenique sumó otro doble-doble, 10 puntos y 11 rebotes y aportó mucho todo el cinco, con especial mención al buen partido de Jahenns Mannigat, 11 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias. Wragge multiplicó su mala racha en el triple con un 0 de 6 y Will Artino dio descanso a Echenique en 4 minutos en los que consiguió un rebote.
Por último, y de nuevo en Omaha, otra victoria contundente, 71-54, esta vez, ante la Universidad de Tulsa. Con Josh Jones aún lesionado, destacó sobre todos los demás un Avery Dingman que realizó su mejor partido, 21 puntos con solo un fallo de tiros de campo (por eso, la foto va para él, eso sí, siendo felicitado por Grant Gibbs). Echenique siguió a un buen nivel, 15 puntos y 8 rebotes y descansó durante 8 minutos que Will Artino aprovechó para conseguir 2 puntos y 3 rebotes. McDermott estuvo más comedido que en anteriores ocasiones y solo consiguió 16 puntos, eso sí, esos 16 puntos fueron suficientes para que McDermott entrara entre los cincuenta mejores anotadores históricos de la MVC, una clasificación que sigue encabezando  Hersey Hawkins.
Como os decía al principio, lo dejamos hasta después de nochevieja. En 2013 regresaremos y seguiremos comentando la temporada de los de Creighton. Una temporada que, por cierto, como ya os habréis hecho idea, se presenta llena de emociones. Seguro que al año nuevo, los aficionados de los bluejays le piden que todo siga igual... o parecido.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Carlos Saucedo



Tampoco me voy a poner incisivo porque, me entenderéis, seguro que hay mucho que decir al respecto y yo lo desconozco. Digo yo que Carlos Saucedo no ha salido de la nada y que antes de los 27 bien que andaría dándole a la pelota en algún otro sitio, que todo no nace por implosión, que si se busca se encuentra el inicio, digo yo, pero no lo conozco. Así que la noticia, si le quitas la parafernalia en forma de fuegos de artificio típica del periodismo actual (el nuevo Messi, el Messi boliviano...), me dejó con ganas de más por la sorpresa: al fin y al cabo, disfrutar del estrellato internacional a los 33 años después de debutar en la Primera División con 27, es como para imaginarse que puedes encontrarte con la típica historia de superación que le mola a los productores de Hollywood. Que sí, que todos nos acordamos de que Salvatore Schillaci tenía 26 años cuando Azeglio Vicini lo eligió para el Mundial del 90 y que todo el mundo al que le gusta la bicicleta recuerda que Tony Rominger debutó con 26 años y ganó su primera grande con 31, que tampoco es para tanto, pero tampoco para menos. 
La historia es, más o menos, que Xabier Azkargorta y los jugadores que selecciona para jugar con Bolivia le dieron una alegría a la afición al meterle cuatro goles y solo recibir uno cuando se enfrentaron a Uruguay hace unas semanas en los partidos clasificatorios para el Mundial de Brasil 2014. Dicen que Azkargorta contaba antes con otros compañeros, pero, por diversas razones, acabó por darle su oportunidad a Carlos Saucedo, que matemáticamente se la merecía, y lo celebró marcando tres de aquellos cuatro goles. Un hat-trick que le ha servido para aparecer en más periódicos que los propios de su país.
He dicho lo de matemáticamente porque el año 2012 ya estaba siendo magnífico en el aspecto goleador para el delantero de Santa Cruz de la Sierra. Ya fue máximo goleador del Torneo Clausura de la 2011-2012 y ha acabado por serlo del Apertura de la 2012-2013 también. Un porrón de goles (17 y 23) que no han servido para que su actual equipo, el San José de Oruro, ganara ninguno de los dos torneos, el primero lo ganó Oriente Petrolero y el segundo, The Strongest. Sin embargo, el valor de la hazaña goleadora conseguida por Saucedo se multiplica si se considera que es el primer jugador boliviano en alzarse con esos títulos de goleador desde que hace ocho años lo consiguiera José Martín Menacho, apodado el Loco, en el Real Potosí. 23 goles le sirvieron a Martín Menacho para emigrar en la 2005 a Perú, pero pronto regresó al país. Quién sabe si a pesar de tener ya 33 años y una familia estable que quizás no le invite a tomar aventuras, pueda Saucedo aprovechar sus goles con la selección y con su equipo para viajar fuera del país, que tampoco estoy queriendo decir que tenga que hacerlo por razón alguna. Lo comento porque Osmar Vaca, su representante, ya se ha apresurado a  mencionar a la prensa que "el Caballo", como se le apoda (solo hay que ver sus celebraciones) ya ha recibido ofertas de Chile, México y Arabia Saudí.
Además, Saucedo ya ha jugado fuera de Bolivia. Porque, aunque debutara en el profesionalismo con 27 años, y aunque no haya sido hasta pasar la treintena cuando le ha llegado el éxito, Saucedo ya tuvo que emigrar a Ecuador (Deportivo Quito) y Colombia (Independiente de Medellín). 
Por orden, Saucedo debutó ya talludito en el Oriente Petrolero y no lo hizo mal. Víctor Hugo Antelo, máximo goleador histórico de la liga boliviana, entrenaba por entonces a Oriente Petrolero y le dio la oportunidad de debutar. De todas formas, al año siguiente cambió de equipo y se fue al Bolívar. 18 goles en 33 partidos le llevaron a Ecuador pero la experiencia no salió bien y volvió a casa para jugar con el Blooming, y después con The Strongest, y finalmente con el Club Aurora donde volvió a recuperar el olfato goleador. Eso le llevó a Colombia donde tampoco triunfó como podía haber esperado y en su vuelta a Bolivia para jugar con San José de Oruro ha despuntado por su habilidad para estar donde tiene que estar un goleador. En medio de ese camino, ya le llamó Erwin "Platini" Sánchez para atender al combinado nacional, pero nada como lo que ocurrió hace unos días ante Uruguay. 
Quizás Saucedo aún tenga tiempo para emular a Erwin Sánchez, pero lo veo difícil. La generación boliviana de los Sánchez, Julio César Baldivieso y Marco Antonio Etcheverry puso muy alto el listón en los años noventa. El Mundial de 1994, donde Xabier Azkargorta fue el seleccionador y héroe del país, aún es un hito en la historia futbolística de Bolivia. Por cierto, tanto Etcheverry como otros dos protagonistas de aquella generación, Marco Sandy y Luis Cristaldo, forman parte del equipo técnico del bigotón en esta nueva oportunidad del vasco en el banquillo de la selección boliviana. Aún andan luchando por clasificarse para Brasil 2014, y, seguro que Saucedo lo da todo, pero veremos si da tanto como para seguir ocupando las portadas de las publicaciones internacionales. 
33 son sus años, 40 los goles que ha marcado en 2012, pero, sobre todo, no dejan de ser más que eso, números. Ponerle apellidos que no son suyos probablemente luzca en los periódicos, pero no le creo que le haga ningún favor. Si llega más lejos, que lo disfruten en Bolivia, si se queda ahí, seguro que ya estará disfrutando del momento.


lunes, 17 de diciembre de 2012

Iñaki Lejarreta


Descanse en paz / Goian Bego

























lunes, 10 de diciembre de 2012

Hans Michael Holczer



No me quiero ni imaginar la noche que estará pasando el veterano técnico alemán. No es broma que el equipo que ahora preside, el Katusha Team, se haya quedado fuera del World Tour. Pues sí, si te gusta el ciclismo, no lo habías oído, y te sorprende, no eres el único, y tiene lógica, que el actual campeón del World Tour, Joaquim Rodríguez, no sea World Tour el año que viene no tiene, aparentemente, mucho de eso, lógica. 
Holczer dice que lleva más de treinta años en esto del ciclismo, pero lo dejó brevemente cuando el proyecto alemán que lideraba, el Gerolsteiner, se fue a la porra tras los positivos de Stefan Schumacher y Bernhard Kohl. Cuenta que después de eso encontró trabajo como profesor de matemáticas e historia, pero le llamó Igor Makarov y aceptó liderar el proyecto Russian Global Cycling Project. 
Para la temporada que viene, Holczer encabeza un equipo técnico en el que se combinan compatriotas, expertos autóctonos y otros profesionales europeos. Un equipo técnico amplio y de reputado bagaje: Slawomir Blaszczyk, Christian Henn, Valerio Piva, Dmitry Konyshev, Mario Chiesa, Claudio Cozzi, Gennady Mikhaylov, Uwe Peschel, Torsten Schmidt, Sebastian Weber, Erik Zabel, Michael Rich y Pierumberto Zani. Casi nada, paga tú a todos estos. Y paga a Joaquim Rodríguez, Mikhail Ignatiev, Pavel Brutt, Alexander Kristoff, Dani Moreno, Luca Paolini, Denis Menchov, Alberto Losada, Simon Spilak, Yuri Trofimov... solo por nombrarte algunos, si es que todos siguen la temporada que viene, tanto ciclistas, como técnicos. No va a ser fácil hacerlo sin saber si tienes asegurado el calendario más prestigioso de la temporada. 
Y es que, como contaba, hoy mismo la Comisión de Licencias ha hecho público su veredicto final y, ante la sorpresa generalizada, el Katusha Team se ha quedado fuera del World Tour para el año que viene. La Comisión no ha dado explicaciones aunque sí ha señalado que el equipo ruso ha solicitado la licencia en la categoría Profesional Continental. 
La alegría va por barrios y en este caso se lo han llevado Iwan Spekenbrink, el mánager de Team Argos-Shimano, que ha visto premiada su tozudez y su esfuerzo económico para conseguir formar parte de la élite del ciclismo internacional. Para ilustrarlo, hace nada que Reinardt Janse Van Rensburg, el ciclista sudafricano, confesó en una entrevista que sus puntos del 2012 le habían ayudado a tener ofertas de prácticamente todo el World Tour. Finalmente, fichó por el Argos-Shimano. Una alegría también para Marc Madiot porque su FDJ también ha conseguido licencia. Su compatriota Vincent Lavenu decía que estaba "aliviado" porque Ag2r ha conseguido también un puesto. El mismo desahogo ha demostrado Marc Sergeant al conocer que su equipo, el Lotto-Belisol, les acompañará. Y, por supuesto, la mayor alegría lenitiva se la ha llevado Alberto Contador. Bjarne Riis jugará, al final, con los mayores y Contador, Kreuziger y sus compañeros no tendrán que esperar a que les inviten a las carreras. 
Sí tendrá que esperar uno de los mejores, si no el mejor, corredor del año pasado, Joaquim Rodríguez. Por ahora, no hay declaraciones ni de Makarov, ni de Holczer, ni de Purito. Si las hay, yo no las he leído, pero seguro que las habrá. Hasta entonces, basta imaginar que ninguno de ellos dormirá hoy satisfecho. 
Por cierto, Igor González de Galdeano también podría brindar junto a Madiot, Lavenu, Sergeant y Riis, porque la Comisión de Licencias le ha otorgado a Basque Cycling Pro Team una de sus preciadas licencias hasta 2016. 

Esperemos que esta buena noticia, y aunque no tengan relación ni venga a cuento comentarlo, les ayude a acercar posturas con Miguel Madariaga y la Fundación Euskadi y lleguen a un acuerdo para adquirir la flota de autobuses del anterior proyecto vasco. No tiene relación, no viene a cuento, pero tenía ganas de decirlo porque ahora me propongo terminar esta entrada con una pequeña batería de noticias relacionadas con el ciclismo y, la primera, cómo no, me obligaba a mencionar esta noticia. Ya se había hablado de la falta de acuerdo con antelación, incluso se rumoreó que Galdeano se había interesado por los autobuses (misteriosos autobuses, ¿dónde estarán?, ¿quién los guarda?) que pertenecieron a la ONCE de Manolo Saiz. Fue hace unos días que Madariaga confirmó la falta de acuerdo y aireó las penurias económicas que ponen en serio peligro a la Fundación Euskadi y que han obligado a retrasar el pago de las nóminas de los asalariados de la Fundación. Una situación que se podría ver socorrida con la venta de la flota. Una lamentable situación que todos los aficionados esperamos que se resuelva con éxito. Ojalá se alcance el acuerdo, se produzca la venta, y todos los trabajadores cobren sus nóminas. Sin embargo, me da la sensación de que ésta no sería más que una solución temporal. Así que habría que añadir un segundo ojalá. Ojalá que Madariaga consiga un patrocinador estable, que alcance un acuerdo de colaboración con el nuevo proyecto privado, si es que aún lo buscan, y la Fundación Euskadi pueda seguir realizando su labor en las carreteras y fuera de ellas.
 
También destacaba estos días el estreno de un nuevo proyecto de cantera, aunque éste internacional. El ambicioso proyecto de Jim Ochowicz, el BMC Racing, anunciaba esta semana la puesta en marcha de un proyecto, supongo que con categoría continental, que buscará apadrinar y mejorar el talento de corredores de diferentes orígenes. Ochowicz, que confesaba su entusiasmo, explicó que los corredores entrenarán en pista y en carretera y disputarán el calendario norteamericano y el europeo. El proyecto lo encabeza Rik Verbrugghe, ayudado por Jens Blatter, Scott Major y Scott Nydam. El corredor más reputado es el australiano Timothy Roe, que ya corrió como profesional en el BMC. Junto a él, otros europeos que ya han ganado títulos nacionales, aunque algunos en categoría sub23, en pista o sobre asfalto, como los suizos Silvan Dillier, Stefan Küng y Tom Bohli o el checo Jakub Novak. Completan la plantilla los también suizos Valentin Baillifard, Kilian Frankiny y Arnaud Grand, los norteamericanos Taylor Eisenhart, Paul Lynch, Alexey Vermeulen y Tyler Williams, el italiano Igniazio Moser y el belga Loic Vliegen.

Otra noticia que encontró un hueco en la parrilla de noticias fue la puesta en marcha del grupo de presión Cambiar el Ciclismo Ahora, que aboga por unas normas éticas mucho más duras que las impuestas por la UCI. En su presentación, la cara visible del proyecto fue Greg Lemond, a quien muchos sitúan en la carrera por la presidencia de la UCI. Con un interés parecido, el MPCC, Movimiento por un Ciclismo Creíble,nació allá por 2007. Ahora, son muchos los equipos profesionales que intentan participar de esta nueva asociación. Ag2r, FDJ, Garmin, Lotto, Argos, Cofidis, Europcar, IAM Cycling, NetApp, Sojasun y Bretagne-Seche Environnement ya pertenecen al grupo. Y, recientemente, se han incorporado como miembros provisonales el proyecto del antiguo Rabobank, Lampre, Verandas-Willems, Crelan-Euphony (antiguo Landbouwkrediet), Team Type 1, Sanofi y Oster-Hus Ridler. El Bardini, el BigMat, el Colombia, La Pomme, OCBC, Optum y Plussbank ya fueron admitidos. Igor González de Galdeano se lo piensa y Androni Giocattoli lo ha solicitado. El objetivo de este proyecto es asentar unas bases de conducta ética aceptadas de manera voluntaria y atestiguadas de manera independiente. 

Por último, el triunfo final se lo llevó Aitor Hernández. El ex de Euskaltel-Euskadi se impuso en Igorre y rompió una racha de 25 años sin que ningún corredor vasco pusiera su nombre en la placa del trofeo. Egoitz Murgoitio salió muy fuerte pero pudo la estrategia de Hernández que aguantó el ritmo de Murgoitio para apretar al final y superar al de Abadiño, que, el día anterior, se había impuesto en Itsasondo encarrilando así la clasificación final del Superprestigio. El bilbaíno Jonathan Lastra volvía a ser el mejor sub23 en Igorre, donde, por cierto, todos los que asistieron recalcan el buen ambiente y la asistencia de público, y un poquito más lejos, en Overijse, Bélgica, el Caníbal de Baal, Sven Nys, demostraba que esta temporada no tiene rival.

Hanno Möttöla



Ya aventuro que me va a salir una entrada muy larga y con muchos nombres que intentaré poner en negrita aunque eso no solucione mucho. 
Todo empieza esta mañana cuando, cansado de trabajar, me he tomado un descanso y he enredado en internet. Me he encontrado con una entrevista a Hanno Möttöla en la página solobasket.com y pinchando en el nombre de la página os enlazo hasta ella. Leyendo con atención lo que contaba Möttöla me ha dado para idear esta entrada que, a su vez, me ha dado para tomarme un descanso aún más largo esta tarde, cuando me he cansado, igualmente, de seguir trabajando. 
En la entrevista, por si no os apetece leerla, Möttöla repasa su extensa carrera deportiva que está apunto de llegar a su final. Ya se retiró hace unos años, pero volvió tras redescubrir su afición por el baloncesto y fichó por el Torpan Pojat de la liga finesa. Según cuenta en la entrevista, este año no se le ha renovado la licencia al equipo para que pueda participar en la liga profesional y, por eso, se encuentra sin equipo, aunque Möttöla aún no pierde la esperanza de firmar un contrato para alguna baja durante lo que queda de temporada. De hecho, quiere mantenerse activo para ver si consigue hacer realidad su sueño de jugar el que sería su tercer Eurobasket, el que se disputará el verano que viene en Eslovenia. Ahora que Finlandia, con los Petteri Koponen, Shawn Huff, Sasu Salin y Gerald Lee, tiene un equipo competitivo, Möttöla no pierde la ilusión de competir con el equipo de su país. 
Antes de su regreso a su país, Möttöla disfrutó de una larga carrera en los Estados Unidos y Europa. En la entrevista, rememora esos años y destaca sus temporadas en Bolonia y, en especial, el trabajo del que fue su entrenador durante aquellos años, Jasmin Repesa. No guarda buenos recuerdos de su experiencia deportiva en Vitoria, donde solo duró cuatro meses, y sí tiene mejores anécdotas tras continuar su carrera en el Dynamo de Moscú, el Zalgiris Kaunas, el Scavolini de Pesaro o el Aris de Salónica. Además de todo esto, recuerda con satisfacción sus dos únicas temporadas en la NBA, ambas en los Hawks de Atlanta, con los que llegó a jugar 155 partidos con medias de 15 minutos por partidos, es decir, que consiguió unos números respetables y un puesto en las rotaciones aunque fuera muy al fondo. Lamenta también que debido a su lesión mal tratada durante su experiencia en el Baskonia, tuviera que rechazar contratos que le habrían ayudado a regresar a la NBA. 
Pero nada de todo eso me ha llevado al agujero negro de la red durante mi descanso vespertino. En realidad, todo ha venido después de una respuesta muy directa a una pregunta muy concreta. En un momento dado, el entrevistador, Chema de Lucas, le pregunta si sus mejores recuerdos tienen que ver con la Copa ULEB que ganaron con el Dynamo de Moscú, a lo que el jugador finlandés responde sin aparente titubeo que no, que sus mejores recuerdos se remontan a la temporada 1997-1998 cuando de la mano de Rick Majerus los chicos de la Universidad de Utah alcanzaron la final por el título nacional de la NCAA, algo que no se había visto por Salt Lake City desde que en 1944, el que luego fuera compañero de George Mikan y Jim Pollard en los primeros y ganadores Minneapolis Lakers, Arnie Ferrin, ganó el título de mejor jugador y el de campeón nacional con la Universidad de Utah. 
Antes de viajar en el tiempo y rememorar con detalle cómo fue aquella temporada que no puede olvidar Möttöla, la de 1997-1998 en la NCAA, digamos que ahora los Utes de Utah están dirigidos por Larry Krystkowiak, al que los nacidos alrededor de los 70 recordaremos como alero títular en los Milwaukee Bucks. Le llamaban Special K, y este ala-pívot que prometía mucho en aquellos primeros años en Wisconsin, seguiría después carrera en los Jazz, los Magic, los Bulls o los Lakers, pero ya sin alcanzar las expectativas del comienzo. También jugó en Francia (Levallois) e Idaho Stampede antes de retirarse y pasar a entrenar primero a la Universidad de Montana, después al banquillo de los Bucks para ayudar a Terry Stotts, y cuando cesaron a éste, convertirse en primer entrenador. No duró mucho en la NBA, y en 2008 le cesaron. Ahora dirige a una universidad que lideran Jarre DuBois, Jordan Loveridge, Glen Dean, Cedric Martin y el canadiense Dallis Bachynski
Pero volvamos atrás en el tiempo, casi una quincena de años, para recordar cómo fue aquel año en que los de Rick Majerus llegaron a jugar la final en el Alamodome de San Antonio. Por cierto, y antes de seguir hacia adelante, conviene detenerse para recordar que Majerus falleció hace solo un puñado de días, el 1 de Diciembre de 2012, de un ataque al corazón. Aún estaba entrenando a la universidad de Saint Louis, pero sus problemas físicos se remontaban mucho más en el tiempo. Majerus, a quien Möttöla recuerda con devoción, tuvo años de éxito en Ball State y Marquette, pero sobre todo, en Utah, donde su nombre siempre irá unido al equipo que luchó por el título en 1998. Majerus, quien dejó publicada su autobiografía allá por el 2000 de la mano de Gene Wojciechowski, también tiene un hueco en la historia de la NCAA por razones ajenas a sus éxitos deportivos, como su fallido fichaje por la universidad de Southern California y aquellas dos ruedas de prensa apenas distanciadas en el tiempo, la de presentación y la de despedida, o por algo de lo que ya hablamos en este blog y que a alguno aún le sonará: las acusaciones por vejaciones que lanzó contra él Lance Allred en su libro Longshot. Pero ya hablamos de ello, y ahora solo nos apetece recordar los aspectos deportivos de un entrenador que aún es recordado con cariño entre los Utes y que llegó a ser candidato a los mejores banquillos de las universidades del país. 
Majerus ya había dirigido al equipo los años anteriores, cuando Keith Van Horn sobresalía sobre todos sus compañeros. En la 97-98, el objetivo, sin embargo, como bien recuerda Möttöla en la entrevista, era trabajar como equipo y trascender las individualidades, que no eran malas, porque, además del alero finlandés, dos jugadores sobresalieron por sus prestaciones en aquel año, Michael Doleac y Andre Miller
Miller, tras Van Horn y seguido después por Andrew Bogut, quizás sea el jugador más importante de la historia reciente de la universidad. Su rendimiento en sus cuatro años de carrera fue mayúsculo, y en aquella temporada del año 1998, suyo fue el liderazgo del equipo, aunque lo compartía con un Michael Doleac que fue el máximo anotador de la fase final por el título nacional, y con Möttöla. Otros jugadores como Alex Jensen, Britton Johnsen, Drew Hansen, Trace Caton, Jodie McTavish o David Jackson participaban del juego del equipo, quizás en distintas proporciones, pero aquel equipo de Majerus destacaba por el rendimiento grupal.
Haciendo otro salto, y antes de entrar con detalle a recordar cómo fue el campeonato, me gustaría repasar qué fue de aquellos jugadores, de los más importantes, para que tengamos una buena perspectiva del valor de aquella temporada. La carrera de Möttöla ya la hemos desgranado y la de Andre Miller aún está en proceso. A sus 36 años sigue teniendo un papel protagonista en su equipo actual, los Denver Nuggets, donde los números y su experiencia le preceden. Ha perdido la titularidad ante Ty Lawson, pero aún juega un buen puñado de minutos, tiene más de ocho puntos de media por partido, y George Karl le reconoce como una pieza fundamental de su equipo. Michael Doleac también estará fresco en la memoria de los aficionados. Tras una carrera repartida entre los Magic, los Cavs, los Knicks, los Nuggets y los Heat, se retiró en los Wolves. Su mejor temporada fue la segunda en Orlando, aunque quizás recuerde con más cariño el año de 2006, cuando ganó el título de la NBA ejerciendo el rol de pivot suplente de Shaquille O'Neal. Los otros dos jugadores que quería destacar y que tenían bastante protagonismo en el equipo de Majerus, quizás tengan un espacio en la memoria de los aficionados a la ACB, porque ambos jugaron en España aunque no por mucho tiempo. Alex Jensen hizo la mayor parte de su carrera en Turquía, pero llegó a jugar para el Casademont Girona. Ahora es el entrenador principal de los Canton Charge de la NBDL después de ser ayudante para su antiguo entrenador, Majerus, en Saint Louis. Britton Johnsen jugó en Etosa Alicante pero no echó raíces y viajó por Grecia (Panellinios y PAOK), Francia (Pau Orthez), Turquía (Galatasaray) o Argentina (Quilmes). El mormón también jugó un puñado de partidos en Magic y Pacers. 
Todos ellos protagonizaron una de las temporadas más espectaculares de la historia deportiva de la sección de baloncesto de la Universidad de Utah: ganaron su conferencia, la final regional de la NCAA y alcanzaron la final en San Antonio donde, y lo digo ya, aunque supongo que se intuía, perdieron ante los Wildcats de Kentucky que entrenaba Orlando "Tubby" Smith
Pero antes de llegar allí dejaron partidos memorables, como la victoria en la final regional, antesala de la Final Four, ante la Arizona de Michael Dickerson, Mike Bibby, AJ Bramlett o Jason Terry. Un rotundo 51-76 les dio el pase para la Final Four que disputarían junto con Kentucky, Stanford y North Carolina en un año repleto de grandes jugadores. 
A ellos les tocó enfrentarse en semifinales a una North Carolina que disponía de un fondo de armario reseñable. Vince Carter lideraba aquel equipo, pero jugadores como Shammond Williams, Ed Cota, Antawn Jamison, Brendan Haywood o Ademola Okulaja completaban una plantilla que daba miedo. Los Utes, sin embargo, controlaron el partido gracias al gran trabajo de sus mejores jugadores y alcanzaron la final ante una Kentucky que ya había ganado el título de 1996 aunque entonces les entrenara Rick Pitino
Los Wildcats se ganaron aquel año el sobrenombre de "Comeback Cats" por su memorable remontada de 17 puntos en la segunda parte de la final regional ante la Duke de Mike Krzyzewski. Un equipo el de Duke donde destacaban Elton Brand y Trajan Langdon, además de Chris Burgess, Steve Wojciechowski o Shane Battier. Sin embargo, liderados por Jeff Sheppard, que acabaría como mejor jugador del torneo y el título oficioso de mejor matador del país, los de Orlando "Tubby" Smith se llevaron una victoria épica que les aupó hasta la Final Four. Antes de llegar a la final tenían que enfrentarse, sin embargo, a otro equipo rocoso, la universidad de Stanford que entrenaba Mike Montgomery. Liderados por Arthur Lee, los hombres de Montgomery, entre los que se encontraban también Kris Weems, Tim Young, Mark Madsen y Peter Sauer, habían hecho una gran temporada, pero no fueron rivales para una Kentucky que aspiraba a repetir el título del 96 con un entrenador nuevo. 
La final acabó con un apretado 78-69 pero Kentucky controló siempre el partido. Utah basó su juego en los de siempre, Doleac (15 puntos y 10 rebotes) y Möttöla (15 puntos y 8 rebotes) por dentro, bien asistidos por un magistral director como Andre Miller (16 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias). Alex Jensen (14 puntos y 2 rebotes) y Britton Johnsen (7 puntos y 4 rebotes) también colaboraron para mantener las esperanzas hasta el final, pero no pudieron hacer nada ante un Jeff Sheppard que aquel día repartió protagonismo con el juego interior de su equipo donde, dos veteranos de la NBA actual, como Nazr Mohammed (10 puntos y 2 rebotes) y Jamaal Magloire (7 puntos y 2 rebotes) supieron darle la réplica a los potentes postes de Utah y hacer bueno el trabajo por fuera de Sheppard, Heshimu Evans (jugó en Zaragoza y León y ha acabado por nacionalizarse portugués) y, sobre todo, de Scott Padgett (llegó a jugar en Granada) quien, con 17 puntos y 5 rebotes, fue el mejor de su equipo. 
Perdiendo o ganando, aquel año de 1998 permanece en la memoria del mejor jugador finlandés de todos los tiempos, igual que, probablemente, lo haga en la de Jeff Sheppard quien no pudo hacer buenos los augurios de su exitosa carrera en la NCAA y tras 18 partidos con los Hawks en su primer año en la NBA, comenzó una carrera por Europa que le asentó en Italia. La otrora rutilante estrella de los Wildcats, un jugador exterior con muelles en los pies, consiguió establecerse en Italia y hacerse con un nombre tras ganar la Coppa en Treviso y destacar en Roseto y Roma. Pero cuando su carrera apuntaba a más éxitos en Europa o una posible segunda oportunidad en su país, Sheppard decidió retirarse siendo aún joven para estar cerca de su familia tras, como él explicó en alguna entrevista, verse trastocada su visión del mundo y de sus objetivos vitales con los atentados del 11 de Septiembre. No sé si Möttöla y Sheppard habrán vuelto a coincidir, porque uno vive ahora en Helsinki y el otro en el London de Kentucky, pero sus nombres acabaron enlazados para muchos en aquella temporada de 1997-1998 en la que Majerus alcanzó el cenit de su carrera deportiva.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

José María Yurrebaso



José María Yurrebaso ganó una etapa de la Vuelta a España en 1981. Después, dejó el ciclismo de carretera y volvió al barro, donde ya había destacado antes de intentarlo en el pelotón: fue campeón de España de ciclocross en 1979. Durante aquella década de los 80, Yurrebaso, Iñaki Mayora, Iñaki Vijandi y Francisco Sala dominaban la especialidad. Mayora ganó los campeonatos de España del 80, 81, 83 y 84 y fue tercero en el 82, 85 y 86. Vijandi fue campeón una sola vez, en el 86, segundo en el 88 y tercero en el 84 y el 87. Sala, por su parte, ganó en el 82, 85, 87 y 88 y fue subcampeón en el 82, 89 y 90. Yurrebaso, nuestro protagonista, repetiría su título del 79 en el 89 y el 90 (ese año también ganó la segunda edición del campeonato de España de mountain-bike, Sala había ganado el primero), y se quedaría con la miel en los labios en el 82, 84, 85 y 86. En el 83 y el 88 fue tercero. 
También los nombres de Yurrebaso, Mayora, Sala y Vijandi sobresalen si hablamos de lo que queremos hablar hoy, del ciclocross más importante del calendario vasco, el ciclocross que cada año desde 1977 se disputa en el barrio de San Cristóbal de Igorre. Precisamente en 1977, el primer ganador de esta prueba que durante años, muchos de ellos en época reciente, se convertiría en una de las pruebas más importantes del calendario internacional fue José María Yurrebaso. Y ganó por delante de Iñaki Mayora. Yurrebaso volvió a ganar en 1983, año en el que Iñaki Mayora volvió a pisar el pódium, esta vez en el tercer cajón. Y conseguiría la triple corona en 1987, al ganar a otro de nuestros protagonistas, Francisco Sala. El corredor de Urretxu también fue segundo en 1979 (ganó Raymond Dietzen) y tercero en tres ocasiones (1980, 1982 y 1985). Mayora consiguió una victoria, la de 1980, precisamente por delante de Iñaki Vijandi. Además de la que ya hemos contado, Mayora también fue segundo en la edición de 1981, que ganó el alemán Klaus-Peter Thaler. Sala sería tercero en esa misma edición y en otra más, la de 1984, donde ganó otro histórico corredor, Mathieu Hermans.
Está claro que estos hombres dominaron el ciclocross nacional durante aquellos años, pero, como decía, solo quería hablar de una prueba en concreto, el Ziklocross Igorre, que estrenaría Yurrebaso en 1977 y ganó, por última vez, el año pasado Kevin Pauwels, derrotando a uno de los mejores corredores de la historia del ciclismo en barro, Sven Nys. 
Sven Nys es probablemente el nombre que más reluce en el palmarés de la prueba vizcaína. La ha ganado en cuatro ocasiones (2001, 2006, 2007 y 2008), y además del subcampeonato del año pasado, también fue tercero en 2009 y 2010. Solo el italiano Daniele Pontoni supera su palmarés: vencedor en 1992, 1994, 1995, 1996, 1998 y 2000, ambos han sido campeones del Mundo de ciclocross en una ocasión, pero, mientras Pontoni ganó la Copa del Mundo de ciclocross de la UCI en la temporada 1994-1995, Nys la ha ganado en 6 ocasiones.
No son ellos los únicos nombres rutilantes en el palmarés del ciclocross de Igorre, otros corredores internacionales como el suizo Albert Zweifel, los belgas Mario de Clerq, Paul Hereijgers, Bart Wellens, Niels Albert o Kevin Pauwels, los checos Jiri Pospisil y Zdenek Stybar o el también suizo Beat Wabel aparecen como ganadores en Igorre. Un espacio aparte necesita David Seco, el más laureado de los corredores de ciclocross nacionales en los últimos años, que rozó la victoria en varias ocasiones pero tuvo que conformarse con cuatro segundos puestos, justo por detrás de gente como Wabel, De Clerq, Pospisil o el francés Arnaud Labbe. 
Durante muchos años, Igorre ha formado parte de la Copa del Mundo, ayudando a que muchos de los corredores que generalmente copan los puestos de las carreras más importantes, se reunieran durante un día en las campas de San Cristóbal. No ocurrirá eso este año. Estará Sven Beelen, que ya lleva cuatro victorias este año, pero faltarán muchos de los que aparecen en las revistas especializadas porque, este año, como digo, Igorre ya no formará parte de la Copa del Mundo. Pero será. Existirá un año más, y eso es todo un triunfo. Con un recorte del 70% en su presupuesto, y todos los impedimentos habidos y por haber, la cabezonería (o el tesón, llámalo como quieras), de los organizadores ha conseguido que la prueba resista y no se deja vencer por la precariedad económica. Dicen, además, que aunque no se espera lluvia, habrá barro, y que han incluído cambios en el recorrido para que la carrera sea más lúcida. Quizás veamos un nuevo capítulo de la bonita lucha que se traen este año Egoitz Murgoitio y Aitor Hernández, o quizás despunte Javier Ruiz de Larrinaga, o Erlantz Uriarte, o Jonathan Lastra... 
Lo que está claro es que tendremos ciclistas en San Cristóbal un año más y eso, en la situación en la que nos encontramos, es un triunfo en sí mismo. Hubiera sido una lástima ver cómo nadie sigue añadiéndose a esa gloriosa lista que en su día estrenó José María Yurrebaso.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Will Artino



En esto que estaba yo ayer viendo The Big Bang Theory, cuando me di cuenta de que no había contado el final de la historia. Como cuando Proust desayunaba bollería y le venían a la cabeza recuerdos trascendentales, fue ver como Sheldon Cooper superaba su fobia a los pájaros intimando con un arrendajo azul y me acordé que yo no os había contado si al final los de la Universidad de Creighton se hicieron con el Continental Tire Las Vegas Invitational y a fe que lo hicieron, así que mola más contarlo. 
Porque, sí, ganaron. Aunque también te cuento que después de eso jugaron un partido más y lo perdieron. La primera derrota de la temporada y fue contundente: 70-83 ante la Boise State de Derrick Marks. Marks, por cierto, se salió, con 35 puntos y unos buenos porcentajes. Otro por cierto, Boise, una de las ciudades que más rápido crece en los Estados Unidos, es la urbe más importante de Idaho, uno de los estados donde mayor inmigración vasca se produjo durante finales del XIX y principios del XX. Por lo tanto, no es de extrañar que uno de los jugadores más destacos en el partido que enfrentó a los bluejays con Boise State fuera un tal Jeff Elorriaga. El mejor por parte de Creighton volvió a ser Doug McDermott, pero destacón u Grant Gibbs que ha dado un paso adelante en su aportación anotadora. Si hasta ahora el escolta de Marion, Iowa, se destacaba por su trabajo en apoyo al base, contra Boise State, los 17 puntos que se cascó no creo que sean su máximo de carrera, pero casi (ah, Artino apenas jugó un minuto). 
De todas formas, lo mejor llegó en Las Vegas, donde los de Greg McDermott se cepillaron primero a Wisconsin, luego a Arizona State y se trajeron de vuelta a Omaha el trofeo. Además, continuaron con su racha de los dobles digítos, y vencieron los dos partidos por al menos una diferencia de diez puntos: 84-74 contra Wisconsin y 87-73 ante Arizona State. Doug McDermott y Ethan Wragge acabaron en el equipo ideal del torneo. Pero vayamos por partes.
A Wisconsin se la ventiló McDermott solito con un partido redondo del All-American: 30 puntos, 8 rebotes, 1 asistencia y 1 tapón. Cada vez se entiende mejor con Austin Chatman, que le ha pillado gustillo a ser el base titular. Además, estuvo certero en el tiro con 14 puntos y porcentajes muy altos. Igual que un Ethan Wragge que siguió disparando desde la línea de tres: 4 de 7 en triples saliendo desde el banquillo. Si a eso le unimos el buen trabajo en el rebote de Echenique (el que más, 8), Artino (4 en apenas 7 minutos) y Gibbs (quien además de cinco rebotes, metió cuatro tiros libres y dio 7 asistencias) ya tenemos las claves para la victoria. 
La final fue distinta, más fallos en el tiro y rivales más duros, aunque se les acabó ganando y con diferencia. Como decía Doug McDermott al final del partido, éste fue muy físico, especialmente en la segunda parte, y los bluejays no realizaron su mejor juego, aunque eso lo hace aún más esperanzador porque, aún y así, consiguieron ganar y con solvencia. En frente, tenían al que, según algunos, es el mejor tirador del país, un Jahii Carson que se fue hasta los 30 puntos con 10 de 11 en tiros libres y un poquito más flojo en los de campo. Jordan Bachynski, un pivot al que, en algunos mock drafts, sitúan en la segunda columna de la selección, estuvo más flojo, y destacó también Carrick Felix. Ninguno pudo hacer lo suficiente para vencer a los de Omaha, donde, como ya podéis suponer, despuntó McDermott (29 puntos y 9 rebotes) y el letal Wragge desde el banquillo (esta vez fueron 3 de 7 en triples, más cinco rebotes). Hasta otros cinco jugadores rozaron los diez puntos: Echenique, Chatman, Gibbs, Manigat y Jones y Will Artino siguió dándole minutos de descanso al internacional venezolano (9 minutos), para aportar 4 puntos y 3 rebotes. 
En apenas diez horas, se enfrentarán a Saint Joseph esperando recuperar la racha ganadora. Por supuesto, os lo contaré más tarde. A no ser que el arrendajo azul vuelva al apartamento de los físicos freakies en Pasadena y me de otro arrebato proustiano. 
La foto, para el nuevo base titular de Creighton. 

jueves, 29 de noviembre de 2012

Mark Warburton



Warburton trabaja ahora para el Brentford F.C. de la Primera División inglesa. Él es el Director Técnico y el entrenador es Uwe Rösler, al que algunos igual recordarán aún metiendo goles para el Manchester City en la segunda mitad de los 90. Pero Warburton tiene un palmarés reputado, que va más allá de su reciente bagaje con el equipo de Brentford. Antes, trabajó para el Watford, donde ahora reinan los italianos, encabezados por el dueño y por el entrenador, Gianfranco Zola. Mientras estuvo trabajando para los Hornets, Warburton fue uno de los responsables de poner en marcha un reconocido proyecto de trabajo con jóvenes futbolistas llamado Harefield Academy (en la web podéis encontrar mucha información). Y en esa línea parece que pretende seguir trabajando. Warburton, de hecho, hace poco que fundó junto con Justin Andrews, profesional de los medios de comunicación, una empresa llamada Cycad que, en concreto, es la responsable de que hoy en día se dispute la NextGen, una competición que algunos ya consideran la Champions League de la categoría de juveniles. 

Y, precisamente, ayer, sin tener miedo de las repentinas granizadas, el frío, y el viento, mi suegro y un servidor, nos cogimos el coche y nos plantamos en Lezama, semillero de jugadores del Athletic Club de Bilbao, para asistir al encuentro perteneciente al grupo 6 de la competición que disputaron el susodicho conjunto bilbaíno y el Olympique de Marsella, conjunto francés que cuenta con Henri Stambouli como máximo responsable de un proyecto de cantera que se ha visto mejorado recientemente con la construcción de la Roberto Louis-Dreyfus Academy. Los de Marsella llegaban como líderes del grupo después de haber disputado cinco partidos y contar con 8 puntos. Los bilbaínos, por su parte, habían, y aún han, jugado menos partidos que sus rivales de grupo, pero tenían al alcance encarrilar su clasificación para octavos. Pero antes de hablar de todo eso, hablemos de lo general. 

La NextGen la disputan 24 equipos divididos en seis grupos. Los dos primeros de cada grupo, más los cuatro mejores terceros se clasificarán para unos octavos de final que darán salida a las rondas finales por el título, al parecer, disputándose todas a un único partido. Los 24 equipos son todos, sobre el papel, reconocidos clubes que trabajan con la cantera. Además del Athletic Club de Bilbao y el Olympique de Marsella, de cuya escuela, por cierto, han salido jugadores como Seydou Keita, Samir Nasri, Mathieu Flamini o Alain Boghossian, los siguientes equipos también la disputan:

El Ajax de Ámsterdam, que sería, probablemente, el primer equipo que le viene a alguien a la cabeza cuando se piensa en cantera.
El Anderlecht belga, de donde, en sus tiempos, salieron gente como Enzo Scifo, Luc Nilis o Romelu Lukaku.
El Arsenal, otro equipo habitual en categorías inferiores, donde destaca por su visión globalizadora del proyecto deportivo.
El Borussia Dortmund que en las NextGen entrena el histórico Lars Ricken, y que últimamente ha sacado perlas como Goetze, Reus o Grosskreutz.
El Chelsea, de cuya cantera, el último exponente quizás sea Ryan Bertrand.
El CSKA de Moscú cuyo entrenador para esta competición es Alexander Grischin, quien fuera, además, uno de los productos de la cantera moscovita.
La Juventus, otro histórico, que durante años ha combinado cantera con fichajes de relumbrón.
El Olympiakos cuya colaboración para la mejora del fútbol griego en los últimos años ha sido considerable.
El PSG francés, club donde, aparentemente, se sigue trabajando con la cantera, a pesar del giro dado en la política de fichajes en el primer equipo. 
El Aston Villa, reconocido centro de trabajo con los jóvenes, de Birmingham han salido jugadores como Gareth Barry o Gabriel Agbonlahor.
Por supuesto, el FC Barcelona, que para esta competición dirige Jordi Vinyals.
El Celtic de Glasgow representando al fútbol escocés y su exitosa cantera.
El Fenerbahce representando al fúbtol turco y su exitosa cantera.
El Inter de Milán, que aunque no tenga grandes nombres de jugadores surgidos de su cantera, siempre suele hacer acto de presencia en las competeciones internacionales de las categorías inferiores.
El Liverpool que entrena el español Rodolfo Borrell, y en cuya plantilla se encuentra a los también españoles Nacho Huertas Ortiz y Suso Fernández, quien ya triunfa en el primer equipo.
El Manchester City, a quien entrena el italiano Attilio Lombardo, y donde los jóvenes intentan emular a Shaun Wright-Phillips o a Daniel Sturridge.
El Molde noruego donde nació la leyenda de Ole Gunnar Solskjaer quien hace poco regresó al equipo para trabajar fuera del campo.
El PSV cuyo talento más reciente podría ser Ibrahim Afellay.
El otro equipo noruego, el Rosenborg, donde Tore Gronning lidera un ambicioso proyecto de cantera que cuenta con el trabajo de exjugadores como Stale Stensaas o Erik Hoftun.
El Spórting de Portugal, para muchos, incluídos ellos mismos, el mejor equipo de cantera de Europa, y suelen justificarlo, utilizando nombres como los de Cristiano Ronaldo, Luis Figo, Nani, Simao Sabrosa, Paulo Futre...
El Tottenham Hotspur, otro equipo que también se ha distinguido últimamente por gastar más que invertir, pero aún sigue sacando jugadores como los recientemente estrenados profesionalmente Jake Livermore, Steven Caulker o Andros Townsend.
Y, por último, el Wolfsburgo alemán, donde también se han puesto en marcha con un ambicioso proyecto de cantera que lidera el alemán Fabian Wohlgemuth.

Todos estos son los participantes, y los rivales del Athletic Club de Bilbao, hasta ahora, han sido el Olympiakos, el Arsenal, y el susodicho Olympique de Marsella. Centrándonos en este grupo, conviene decir que aún lo lideran los franceses, que ya han jugado sus seis partidos y, por lo tanto, acabarán con ocho puntos. A Olympiakos y Arsenal, con seis y cinco puntos respectivamente, aún les quedan dos partidos por jugar, a ambos en casa, y a ambos contra el Athletic, que sigue segundo en la clasificación con siete puntos. Los bilbaínos, que para esta competición entrenan Aitor Larrazabal y Edorta Murua, empezaron ganando en San Mamés por 4-0 al Olympiakos, con goles de Guillermo Fernández, Jurgi Oteo, Gorka Santamaría y Martín Bengoa. En el siguiente partido, perdieron 2-1 en Marsella contra el Olympique, a pesar de que se adelantaron con gol, nuevamente, de Jurgi Oteo. Contra el Arsenal empataron a cero goles y ayer jugaron el último partido que han disputado hasta ahora y que acabó con el resultado final de 5-0 para los locales. 

Hacía frío en Lezama y una entrada que, según he leído en alguna crónica del partido de UEFA que disputó ayer el primer equipo en Israel, igualó la de asistentes al estadio del Hapoel Kiryat Shmona donde, por cierto, debutaron Aymeric Laporte, Álvaro Peña, Erik Morán, Jon Xabier Vidal e Iker Undabarrena, para ponerle la guinda a un día pletórico para el trabajo de cantera del equipo vizcaíno. 

Entre el público, mucho jugador de la cantera, en pantalón corto y dispuesto a entrenar cuando terminara el partido, y antiguos jugadores como José Ángel Ziganda o Ismael Urzaiz, veteranos entrenadores como Peio Agirreoa o Blas Ziarreta, mucho periodista y algún ojeador, y miembros del cuerpo técnico del primer equipo como el segundo de Marcelo Bielsa, Claudio Vivas y el preparador físico Bonini. Boluka, director técnico del Barakaldo CF y su vicepresidente también se dejaron ver en las gradas de Lezama. También nosotros dos, por supuesto, intentando cobijarnos del frío y el granizo en las filas del medio. 

La primera parte fue animada, con un Athletic Club que controló el partido a su antojo gracias al buen toque del centro del campo, donde Ager Aketxe y Unai López, acompañados de Martín Bengoa unos pasos más atrás, dirigían al equipo con dinamismo y facilidad. Se fallaba en el remate, mientras que los del Olympique se dedicaban a defender, lanzar balones imposibles a su solitario delantero y hacer faltas que el árbitro les recreminaba pero nunca sancionaba con tarjeta. Por cierto, aunque esto quizás sea habitual en estas categorías, me sorprendió ver la dimensión pedagógica que le dio el árbitro a su trabajo: continuamente gritaba a los jugadores, adelantándose a la señalización de las faltas, corrigiéndoles o explicándoles las posibles sanciones. 

El primer tiempo terminó como empezó el partido y aprovechamos para subir a uno de los campos más alejados de las instalaciones y ver un rato a las chicas entrenar, para después pasear por el circuito de carrera y discutir sobre si eran vides o cepas de kiwis lo que alguien había plantado más allá de la alambrada.

El segundo tiempo fue mucho más animado, aunque solo fuera por los goles. Con el tercero, o puede que ya con el segundo, el partido se rompió por completo, los franceses (plagados, como no puede ser de otra manera en Marsella, con jugadores de origen norteafricano), se dieron por vencidos y se devaluó con el carrusel de cambios, pero, para entonces, el Athletic ya había materializado su innegable superioridad. Gorka Santamaría, el rápido y luchador delantero del Baskonia (lleva ocho goles en trece partidos en tercera división), hizo el primero con un regate interminable al portero. Poco después, aprovechando su rápida zancada, Iñaki Williams hizo el segundo. Ya se ha hecho con un nombre esta reciente incorporación a Lezama. En la grada, todos le llamaban Willy y le animaban sin descanso, porque el jugador de color jugó pegado a la banda derecha y en cada ocasión que recibió el balón, creó peligro. Sospeché cuando entró al campo más preocupado de buscar a alguien en la grada que de concentrarse en el partido, pero, después, su rendimiento fue sobresaliente, es alto (1'86), rápido, atlético y sabe llevar como nadie el balón pegado al pie. A sus 18 años, este jugador nacido en Bilbao, lleva 13 goles en 14 partidos con el juvenil. Aún está verde, pero promete. El siguiente gol fue una auténtica obra de arte que inició Urtzi Iriondo, si no me confundo, arrancando desde su propio campo con gran velocidad, para luego meter un preciso pase en profundidad a Unai López, quien picó el balón por encima de la salida del portero con un toque de esos que distinguen a un jugador excepcional de un buen jugador. Sin duda, los dos protagonistas de esta jugada cuajaron un gran partido, pero, especialmente, se debe reseñar el partido del menudo Unai López, un jugador que ingresó en la cantera de Lezama hace un par de años, tras pasar por la de la Real en cadete y que ha dirigido al juvenil con maestría para debutar esta temporada, recién cumplidos los 17 años, en el Baskonia de Tercera división. Durante todo el partido demostró un talento innato para distinguirse entre los demás, amistoso con el balón, rápido de ideas, siempre bien colocado y aplacando su falta de cuerpo con una velocidad de pensamiento y de movimientos digna de crear expectativas. Además, conectó a la perfección con un Ager Aketxe que demostró más veteranía, ya juega en Segunda B con el Bilbao Athletic, un talento especial para pisar el balón y volverse, y mucha calidad para mover a su equipo. Ellos dos, junto con Martín Bengoa cubriéndoles las espaldas, fueron, probablemente, la clave del dominio en el juego de los bilbaínos. El cuarto gol sirvió para que repitiera un insistente Gorka Santamaría y, finalmente, una internada por la banda de Imanol Corral, que salió para jugar los últimos minutos, acabó en un centro que no supo despejar un defensa francés y acabó en gol.

Además de todos estos, actuó en portería Alejandro Remiro que no tuvo ni una sola ocasión de lucirse, eso sí, demostró lo bien enseñados que están los porteros que surgen de Lezama, en Barakaldo lo estamos viendo este año con Aitor Fernández, porque dirigió y colocó perfectamente a su defensa, desgañitándose con indicaciones a viva voz. Además de Iriondo por una banda, por la contraria, actuó Iñigo Lekue, un lateral que ha llegado al Baskonia para hacerse titular desde el Danok Bat juvenil. Se mostró sobrio y contundente, y rápido en ataque aunque no tan incisivo como Iriondo. En la pareja de centrales, sorprendió Yeray Álvarez, jugador del juvenil de División de Honor, que subió al ataque con buen toque cuando pudo y se dejaba organizar por Ander Artabe, titular y goleador ya con el Baskonia, uno de esos centrales que pasa desapercibido y se aleja de los problemas. Por estética, me recordaba a Ustaritz Aldekoaotalora, pero solo por la forma tan perfilada que tiene de golpear al balón. Y ya he hablado de todos los centrocampistas y delanteros, solo me quedaba Yanis Rahmani, el jugador de Iparralde en el que se tienen puestas muchas esperanzas. Este año ya ha debutado en el Baskonia, y en el partido de ayer se le vio un poco acelerado. Se emborrachó de balón en la segunda parte y no lució tanto como sus compañeros. La anécdota llegó cuando un jugador francés se le encaró tras una entrada que no fue falta y Rahmani le dejó con la boca abierta al contestarle en un correcto francés, algo que no se esperaba el rival. Según mi compañero de grada, que de niño intentó aprenderlo, le pareció que el francés le llamó "cochon", que viene a ser cerdo, pero Rahmani tampoco se alteró mucho. Además de Imanol Corral, cuyo centro acabó en gol, también jugaron en la segunda parte Asier Etxaburu, que tuvo su oportunidad, Jagoba Borja, que se sacó un buen centro cuando más granizaba, Ander Santamaría, que apenas pudo participar, y Jurgi Oteo, a quien tenía muchas ganas de ver, pero apenas pudo participar en el juego, aunque el primer balón que tocó, rozó el póster después de un tremendo disparo y demostró mucha velocidad y electricidad pegado a la banda. 

Creo que más exhaustivo no podía ser. Fue una buena ocasión para disfrutar del fútbol, juego combinado, rápido, muchas ocasiones, alguna imprecisión, y promesas que, como sabemos todos los que nos gusta el fútbol, muchísimas veces se quedan en nada, pero no dejan de ser promesas que le recuperan a uno el placer de ver fútbol. Unai López vendría a ser un sinónimo para resumir toda esa frase tan larga que acabo de escribir. 

Si puedo, seguiré contándoos cómo funciona esta idea de Warburton y Andrews. Y, con el tiempo, veremos si todos esos nombres con los que os he bombardeado, acaban convirtiéndose en jugadores profesionales como casi seguro que sueñan cada día. Y el frío que hacía, sí, de pelar. 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Wang Junxia



No es más que una entrevista a una ama de casa que vive en Denver, Colorado, pero merece la pena. Merece la pena porque es más que una entrevista a una ama de casa que vive en Denver, Colorado. Aunque leáis esta entrada, que no hace, si no en parte, fusilar el artículo de Carlos Arribas, os recomiendo, o, más bien, os conmino, que es un bonito verbo, a pasaros por vuestros kioskos y comprarlo en papel o visitar la versión digital, y dedicarle unos minutos de vuestra vida a leer la interesante entrevista que Arribas ha conseguido de Wang Junxia, aún plusmarquista mundial de los 3.000 metros, aprovechando que pasaba unos días de turismo en Madrid con su actual marido. 
El nombre de Wang Junxia va unido al de uno de los momentos más sorprendentes de la historia del atletismo y, por qué no decirlo, a uno de los episodios más comentados de la historia del mismo deporte. Todo empezó en el campeonato del Mundo de Sttutgart en 1993 cuando China asombró al mundo colocando a sus atletas femeninas en los primeros puestos de todas las pruebas de medio y gran fondo. Liu Dong, que ahora vive en Madrid y Wang Junxia, además de hacer turismo, se había acercado a la capital para visitarla, ganó el oro en los 1.500. Qu Yunxia lo hizo en los 3.000 y la protagonista de la entrevista, Wang Junxia, ganó aquel agosto de 1993 la prueba de los 10.000. Tenía 20 años. Y como bien rememora Arribas en su artículo, no era los únicos logros que consiguió, de manera vertiginosa, en aquel año: 

En abril corrió un maratón en 2h 24m, récord asiático; en agosto, ganó en Stuttgart el Mundial de 10.000 metros; entre el 8 y el 13 de septiembre fue capaz de lo siguiente: correr un 1.500 en 3m 51,92s, la cuarta mejor marca de la historia actualmente, batir en dos ocasiones el récord de los 3.000 metros (lo dejó en 8m 6,11s, una marca a la que nadie se ha acercado desde entonces a menos de 6s) y batir también el récord mundial de los 10.000 (29m 31,78s, la segunda mejor marca conocida es 22s más lenta), y en octubre corrió otro maratón por debajo de 2h 30m. (Arribas, El País, 27 de Noviembre de 2012)

Aquellos resultados no dejaron indiferente a nadie y toda la atención se centró en el entrenador que acaparaba la preparación de todas aquellas corredoras. Ma Junren, quien, ahora, al parecer, ya retirado del atletismo, se dedica a la cría de mastines, había empezado su carrera como entrenador de manera anónima en un recóndito paraje rural. Sus agresivos y polémicos métodos fueron creciendo en prestigio y resultados, hasta que alcanzó visibilidad internacional, para lo bueno y para lo malo. La prensa europea y norteamericana se hizo eco de un sistema de entrenamiento que combinaba unas exigencias inhumanas con el uso práctico de la medicina tradicional china. Pronto, se empezó a sospechar del uso de materias dopantes para la preparación de sus atletas, pero él se defendió diciendo que su secreto se basaba en una pócima mágica que él llamó sangre de tortuga (la marca Blood Turtle se lo agradeció con un buen contrato), aunque también utilizaba ginseng, hongos fermentados de gusano, crestas de gallo y sopa de caparazón de tortuga. Fuera éste el secreto o no, la verdad es que Wang Junxia lideró en diciembre de 1994, como bien se explica en la entrevista, un motín contra el entrenador, y no era por lo que comían, si no por lo que entrenaban. 
Vivían aislados del mundo exterior, siguiendo un plan de entrenamiento que no variaba ningún día de la semana. Estuvieran lesionadas o sanas, las atletas de Ma Junren, que llegaron a ser conocidas como Ma Family Army (la Armada Familiar de Ma), seguían un entrenamiento planificado que las obligaba a correr 20 kilómetros en ayunas y otros 30 kilómetros por la tarde. Todos los días, en altitud, siguiendo un esforzado diseño estético que describía el propio Ma Junren, según citaba Alejandro Delmas en un artículo que firmó allá por agosto de este año durante los Juegos Olímpicos de Londres en el diario As: "Deben mover los brazos como avestruces, arquearse como caballos y mover el centro de gravedad como gamos" (Delmas, As, 1 de Agosto de 2012). Fuera de los entrenamientos, Ma Junren predicaba con un estricto régimen marcial: no tenían televisión, prensa, radio o internet, vivían aisladas, dormían, corrían, y, a veces, recibían la ira de su entrenador que confesó haberse comportado de manera agresiva con sus atletas. 
Wang Junxia no lo confiesa todo en la entrevista porque explica que se está preparando un libro donde se contará cómo eran esos entrenamientos, qué las llevó a amotinarse contra su entrenador y cómo finalizó aquella oscura historia del atletismo chino. Los rumores y leyendas cuentan que Ma Junren se quedó con los premios económicos de sus atletas y que inclusó se apoderó de un Mercedes que Wang Junxia recibió como premio en el mundial de Sttutgart para estrellarlo a propio intento. Habrá que leer el libro, pero lo que si cuenta Wang Junxia es cómo tuvo que desaparecer y abandonar su carrera deportiva porque, tras amotinarse contra su entrenador, recibió amenazas y coacciones de las que también fueron objeto su familia. Sufrió una crisis de ansiedad y estrés y renunció al atletismo, consiguió que el gobierno chino le facilitara la salida del país y persiguió una vida anónima que durante años la ha mantenido alejada del foco público, perdida para el interés mediático, hasta que se vino a Madrid de turismo. 
El titular de Arribas en su artículo no deja de ser expresivo: "Quiero olvidar, pero no puedo". Su segundo marido recalca durante la entrevista que Wang Junxia nació para correr y que tuvo que parar de batir récords, antes de que le partieran las piernas (el juego de palabras con el verbo break, como intenta explicar Arribas, no se puede traducir al castellano). 
En serio, os invito a que leais el artículo y, cuando se publique el libro, que también lo hagáis. Y si estáis por Madrid, y os cruzáis por El Prado con una menuda y aparentemente ordinaria ama de casa china, pensad que igual es la plusmarquista mundial de los 3.000 metros, aquella mujer que, junto a sus compañeras, asombró a los aficionados al atletismo hace nueve años con aquella zancada tan espectacular y una espalda más rígida que mi tabla de planchar.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Kidame Tadesse



Voy a empezar por el medio. Para resumiros musicalmente cómo fue la tercera experiencia de este torpe corredor popular en la veterana carrera Desde Santurce a Bilbao. Digamos que cuando acabábamos la recta de Azeta, recuperaba las buenas sensaciones y mi cabeza iba oxigenándose. Así que para cuando salíamos de la plaza de los Tres Concejos de Sestao me dio y todo para decirle a mi compañero, mira qué bonito, mientras con la barbilla le señalaba al horno Maria Ángeles. Y por Simondrogas, me sentía tan impetuoso, que para el cuello de mi camiseta técnica, iba tarareando aquello de: "Santurtzitik Bilbora non iblitzen ziren lehenengo sardinerak". Alegría inmensa que al ver ya Barakaldo de frente se refrendó cuando alguien a nuestra vera dijo: "Barakaldo" y yo canturreé "Barakaldoooo... zona residual". Tuve fuerzas hasta para desviarme y saludar a mi madre, sonreír a un tío político y chocarle los cinco a M que esta vez vio los toros desde la barrera. 
Ahora, desde la Bilbao noruega de Olabeaga hasta la línea de meta, me comuniqué con mi compañero por señas, porque no tenía fuerzas ni para decir una palabra. Por supuesto, cualquiera se ponía a cantar. 
Ya está el resumen de mi tercera Desde Santurce a Bilbao
Pero no, viva la verborrea, voy a contar más. 
Ganó el eritreo Kidame Tadesse por delante de tres keniatas Cybrian Kotut, Simon Cheprot y Hilary Kipkosgei. El atleta olímpico y campeón de España Eliseo Martín, conocido como Fondi, acabó en octava posición por delante de un nutrido grupo de marroquíes que dan buena fe del nivel de competitividad de una prueba con raigambre en el calendario y que, en años anteriores, han ganado conocidos corredores como Martín Fiz, Philip Kipkoech, James Nibei, Felix Lagat o Alejandro Gómez, solo por nombrar a unos pocos. Pero como somos educados y galantes, había decidido que encabezara la primera dama en cruzar la línea de meta, la keniata Joan Chelimo Meely, pero también ganó la edición de 2011 y se ve que ya seguí los canones de la cortesía entonces, con lo que, por no repetir, se la lleva también Tadesse (por cierto, vaya familia, Kidame es el hermano de Zersenay Tadesse, campeón del Mundo de media maratón). Enhorabuena a todos ellos. Y enhorabuena a las 2801 personas que según la clasificación oficial hecha pública ayer terminaron la carrera. 
Esta vez, la participación pormaratoniana fue muy escasa. Curiosamente, muchos de los miembros del grupo andaban celebrando los votos nupciales de otros miembros del grupo. E se casaba en Barcelona y por ahí andaban el nucleo duro de los pormaratonianos, que a la hora que nos disponíamos a salir, andarían ya con un clavo de resaco quebrándoles la sien. Más cerca de Santurtzi, otro par de pormaratonianos, aunque uno aún se empeñe más en darle a la bicicleta que a los pies, celebraban la boda de uno de ellos, precisamente. Y, el que no se casaba, tuvo a bien asomarse, con clavo y todo, para saludarnos frente al bote de la dársena. Vaya puto lío de explicación, ¿no? Pero se entiende, que éramos pocos: dos. Un servidor y Gaxen, cuya crónica podéis leer pinchando aquí: korrikalari popular.
Mi tiempo oficial fue de 01:28:31, yo apunté un segundo menos, pero no nos vamos a pegar por eso, y Gaxen llegó siete segundos después a pesar de que, sin duda, estaba más fuerte y entero que yo, pero las piernas no le dieron para apretar. Las posiciones, la verdad, me la traen un pelín floja, pero digamos que entramos por el furgón de cola. 
Y es que yo, al menos, empecé mal. Empezamos acompañados por un colega de Gaxen que hizo un tiempo diez minutos mejor que el nuestro en línea de meta. No hice mucho esfuerzo por seguirle, pero por la avenida de Murrieta íbamos los tres aparentemente en línea y a mí me costaba que la línea no se rompiera. El ritmo no era alto, pero mis piernas no eran buenas. Por no hablar de la caja y de la espalda. Portugalete lo pasé a duras penas, mientras Gaxen se empeñaba en no dejarme atrás. Por Azeta mejoraba. Gaxen me preguntaba, y yo le decía que empezaba a sentirme mejor. Y llegando a Sestao, no solo me sentía mejor, si no que me sentía pletórico. Ya habíamos perdido a su compañero, pero nuestros planes iniciales (bajar de hora y media), se cumplían con creces, nos acercábamos a medias cercanas a los cinco minutos kilómetro y bajando. Yo apretaba y Gaxen era el que resoplaba un poco cuando nos acercábamos a Kaiku. Momento de saludos en Barakaldo y Lutxana y bajábamos un poco el ritmo, y Gaxen recuperaba, mientras yo empezaba a perder. No decía nada cuando entrábamos en Zorroza, pero yo ya notaba que mis piernas no iban, que tenía el cuerpo frío, como abotargado y una posición encorvada, incómoda, que no conseguía corregir. Así que en Olabeaga, Gaxen cantaba los ritmos y eran malos, pero teníamos margen. Él me daba ánimos y yo sufría como un condenado. Empezaba a perseguir los carteles del kilometraje como si fueran oasis en el desierto y me repetía una y otra vez, venga, venga, sufrir está bien, así se aprende, no queda nada. Y soñaba con la rampa de Uribitarte, para qué engañarnos. Para más desesperación, en los primeros kilómetros no dejamos de adelantar a gente, sin esfuerzo, pero adelantábamos, y ya en Bilbao, me pasaban hasta los niños en triciclo. Cuando entramos en las entrañas del Guggenheim, me acordé del sufrimiento de mi primera media, la nocturna de Bilbao, y apreté los dientes, aunque hasta eso me doliera. Subí Uribitarte como pude, al trote, y me alentó ver que Gaxen no me dejaba atrás del todo, aunque sé que él hacía por esperarme un poco. Ya arriba, no quedaban más que una centena de metros, y los dos tíos con la camiseta de la Real que me habían adelantando, iban andando, así que me animé, alcancé a Gaxen que, en realidad, me esperó y ya en recta de meta, le susurré que iba a apretar, apreté, y llegué, con la sensación de que si llega a durar la cosa (bendito Susaeta), un kilómetro más, estallo como una piñata de cumpleaños. 
Por lo tanto, igual que en la Behobia, sensaciones encontradas, pero al revés. Si en Behobia sentía que podía haber dado más y acabé pletórico. En Bilbao, la plenitud llegó demasiado pronto y, aunque cumplimos el objetivo, llegué reventado. Ya van tres ediciones seguidas en las que participo y siempre me pasa lo mismo. El primer año, disfruté al principio y llegué cojo a línea de meta, teniendo que pasar por el fisio a la semana siguiente. El segundo año, llegamos a correr por Sestao por debajo de los cinco minutos, pero por el Euskalduna, los gemelos me pinchaban como alfileres. Y este año, pues ya os lo he contado. 
Una vez más, grata compañía la de mi liebre particular y una carrera más para el zurrón. Ya casi se termina la temporada. Puede que los próximos objetivos sean Las Arenas-Bilbao, de la que tengo distintas opiniones recabadas de distintas fuentes, pero yo tengo ganas de estrenarme. Y parece que se prepara una reunión de pormaratonianos, que esperemos se confirme, en la San Silvestre de Rekalde. Antes, alguno intenta animarme a correr por la margen derecha, pero ya veremos qué pasa. Empecé el año queriendo mejorar, y los tiempos han mejorado, hemos seguido añadiendo carreras al palmarés particular, y nos hemos adentrado en el mundo de las rampas de montaña, aunque sea a nivel de entrenamientos humildes y renqueantes. Aún así, no he sentido que mis prestaciones hayan mejorado mucho: sigo necesitando bajar peso, por supuesto que el tabaco es un enorme hándicap, y la cabeza se mantiene terca pero a veces rehuye la voluntad. Con todo eso, quedan aún muchos alicientes, tantos como para proponerse que el año que viene aún se puede mejorar. Quién sabe, quizás algún día llegue a meta y llegue tarareando canciones de Putakaska o de Zarama, ¿por qué no?