sábado, 27 de diciembre de 2014

Rogelio Legasa



Interesante reportaje el que aparece hoy (27 de Diciembre de 2014), al menos en la versión digital, en el periódico Deia. Lo firma Roberto Calvo y en él se repasa la diáspora de jugadores vizcaínos de baloncesto que se ven obligados a salir fuera para continuar su formación. El artículo llega a una conclusión que parece repetirse eternamente desde que el baloncesto de la provincia regresó a la élite: "han provocado el debate en el baloncesto de Bizkaia y han puesto al Bilbao Basket en la obligación de, más pronto que tarde, hacer algo para ofrecerles aquello que tienen que buscar fuera y detener el goteo de fugas." Incluso si el Bilbao Basket fundara y fomentara una estructura de formación adecuada para contener esa "fuga" y proponerles un itinerario formativo a los jugadores más prometedores, incluso así, estoy convencido de que algunos seguirían optando por buscarse un futuro fuera, en otras canteras con más abolengo o reputación o en otros países que les ofrezcan otras posibilidades. Sin embargo, alguno optaría por quedarse aquí y medrar al cobijo del equipo de casa. Crear una estructura como la que sostiene el Athletic Club de Bilbao es algo difícil de imaginar en el baloncesto vizcaíno y, además, creo que este deporte podría tener un sistema mucho más dinámico y cooperativo que reconozca la labor que realizan los colegios de la zona o clubes como el Unamuno SK con más de 250 jugadores y jugadoras educándose en torno al deporte de la canasta. En cualquier caso, coincido con la opinión de Roberto Calvo y con la de muchos otros aficionados y aficionadas al baloncesto en la provincia: es necesario que se refuercen las etapas instructivas y que éstas tengan un puente hacia los niveles más profesionalizados. No es ya una cuestión política o ideológica, no es una utopía o una cabezonería romántica, es un paso obligado en el fomento de la repercusión social y didáctica del deporte y otra posibilidad profesionalizante. Es, además, y los datos lo avalan, un proyecto viable. 
En el artículo que se publica en Deia se mencionan, con detalle, los casos de Jorge Bilbao, Imanol Artiñano, Aitor López, Ander Pérez, Xabier López-Arostegi, Jon Peña, Xabier Arriaga, Unai Mendikote, Jon Aldekoaotalora y Borja Fernández, pero también se nombra a Borja Mendía, Joseba Estalayo e Iker Salazar. No se nombra, quizás porque ya llega a los 25 años, a Unai Calbarro. Tampoco a Endika Bahillo, quien creo que aún juega en el Santurtzi de EBA, igual que Calbarro, pero que llamó la atención hace años cuando formaba parte de la cantera del Real Madrid. También en el equipo de la margen izquierda juegan otros jóvenes como Jon Betolaza. Precisamente, en la última jornada de la liga EBA, el Santurtzi se enfrentó al Centro de Estudios Mikeldi Unamuno SK donde juegan Nikola Lucic, prometedor balcánico captado hace tiempo por el Bilbao Basket, Iker Andia, que pasó por la cantera del Valencia o el prometedor Jon Ander Cuadra, nacido en Vitoria, pero hijo del bilbaíno Mikel Cuadra. También en la Liga EBA, ganó su último partido el Askartza Claret, donde juegan otros jóvenes como Pablo Albisu o Mikel Sainz de la Maza. Tampoco aparece un Iker Amutxastegi, internacional en la generación de Ricky Rubio, quien, el año pasado, jugaba con 23 años en la BBL con los Manchester Giants pero ahora desconozco si sigue en activo. Todos ellos quedan fuera del repaso, por distintas razones que no me compete analizar. Los que se mencionan tangencialmente son el alero bilbaíno Borja Mendía, quien esta temporada ya ha disputado 3 partidos en ACB con Bilbao Basket y los jugadores del Zornotza en Adecco Plata Joseba Estalayo, base de 18 años, e Iker Salazar, alero de 21 años. 
A los que se estudia en este artículo son a los diez listados al principio del párrafo anterior. Los cuatro primeros han hecho las américas. Ander Pérez apareció en la tele, si no me equivoco, cuando Robert Parish vino de visita a Bilbao. Sus 2'16 de altura no pasaron desapercibidos. El bilbaíno, como se explica en el artículo de Roberto Calvo, se ha enrolado en la Universidad de Southern Oklahoma State que disputa la segunda categoría de la NCAA, donde aún no ha jugado ningún partido oficial. Aitor López Bretón juega con los Eagles de Tallahassee, aunque en el artículo de Deia se dice que es una "escala" para llegar a la universidad de Morehead State de la Ohio Valley Conference de la NCAA. Aitor López Bretón ha disputado 13 partidos con una media de 12 minutos y 2 puntos por partido. Imanol Artiñano, por su parte, se enroló en los battlers de Alderson Broaddus, disputando la NCAA II. Por ahora, ha jugado 8 partidos, con una media de 6 minutos en cada uno de ellos y poco más de 1.4 puntos y 1.5 rebotes de promedio. El último en cuestión es Jorge Bilbao, quizás el más reconocido de los cuatro. Bilbao, un alero de buen físico, se unió a los mavericks de Texas-Arlington que entrena Scott Cross en la primera división de la NCAA. El bilbaíno, en su segundo año, ha jugado nueve partidos y todos como titular. Promedia más de quince minutos por encuentro (el noveno de su equipo) con 3.6 puntos y 2.9 rebotes por partido. 
Dejando a un lado a estos emigrantes, Roberto Calvo también menciona a los jovencísimos Jon Aldekoaotalora y Borja Fernández, quienes han sido captados, respectivamente, por las canteras del Joventut y del Barcelona. Aldekoa salía de la fructífera cantera del Tabirako de Durango y Borja Fernández de la del Askartza Claret. El primero tiene 14 años y el segundo 13. 15 tiene aún el sestaoarra Unai Mendikote, uno de los valores más reconocidos de la escuela vizcaína. El alero se incorporó este año a la cantera del CAI Zaragoza y sigue con su progresión en las categorías inferiores de la selección nacional, considerándosele ya uno de los mejores de su promoción, donde hay gente tan importante como el alero del Real Madrid Acoydan McCarthy. El vizcaíno ya ha debutado en liga EBA con el convenido del CAI, El Olivar, donde aún juega Rogelio Legasa y se foguean otros proyectos del club zaragozano como Sergi García. Es una de las más firmes promesas y uno de los claros exponentes de lo que se llama la fuga de talento. Otro claro talento es Xabier López-Arostegi, un escolta muy alto (1,97), enrolado en la cantera del Joventut, que lidera su generación tanto en el club de Badalona como en la selección nacional. Ha sido objeto de reportajes hasta en el diario Marca y siempre se le señala como una de las grandes promesas del baloncesto español. Esta temporada ya ha debutado en LEB Oro con el CB Prat. Con su misma edad, Xabier Arriaga busca crecer en la histórica cantera del Estudiantes de Madrid y el base Jon Peña abandonaba este año el Unamuno para aventurarse a las Islas Canarias y probar en el novedoso proyecto de formación que han comenzado allí.
Estoy convencido de que a todos ellos les gustaría debutar en ACB de la mano del equipo de su provincia y, también, estoy seguro de que a Sito Alonso, acostumbrado a trabajar la cantera y a dar oportunidades a jugadores como Pere Tomas, David Jelinek, Josep Franch, Julen Olaizola, Mikel Motos o Lander Lasa, le encantaría pulir a muchos de ellos. Reunir a todos esos jugadores en un equipo de formación y aprovechar el talento y el buen hacer de tantos técnicos con prestigio y bagaje como hay en la provincia, daría, probablemente, resultados y, si no los diera, al menos, podría ofrecer una educación deportiva y humana para todos estos jóvenes que intentan jugar al baloncesto en nuestros alrededores. 
Le doy el titular a Rogelio Legasa porque tiene guasa que, en una entrada en la que fusilo un artículo periodístico (y aprovecho para felicitar a Roberto Calvo por su buen trabajo) sobre jovencísimos jugadores de baloncesto vizcaínos, se lleve la línea más vistosa un pivot de 40 años y nacido en Zaragoza que aún permanece en activo en la liga EBA, después de conocer la ACB y la liga portuguesa. Por eso, y porque no sabría a quién elegir de todos esos jóvenes prometedores a quienes deseo lo mejor para que sigan insistiendo en su sueño de jugar al baloncesto; aunque, para ello, como le ocurre a muchos otros que se ilusionan en otros ámbitos, tengan que emigrar. 

Por cierto, y me adelanto, perdón por todos aquellos a los que podría haber mencionado y que he olvidado cuando he hecho el ligero y nada ambicioso repaso a los que no aparecían en el artículo. Tampoco es que mi conocimiento de la cantera vizcaína sea digno de elogio, así que si alguien quiere añadir a alguien, para eso están los comentarios. Igualmente, perdón por no recoger en esta entrada el magnífico y reputado trabajo del baloncesto femenino vizcaíno. 

Posdata: la fotografía recoge un momento de euforia de Xabier López Arostegi con la selección nacional y, aunque lleva firma, yo he de decir que la he encontrado en el buscador de imágenes de google y parece provenir de la página web de solobasket.com

Kevin Pittsnogle


En 2006, el polifacético periodista y escritor Chuck Klosterman escribió un artículo en el que no hablaba de música, si no de baloncesto, y decía lo que sigue: "The 3-point shot has become the most significant element of basketball: It's more necessary than post play, it dictates the pace of the game and the way teams play defense, it's changed the significance of offensive rebounding, and it has altered the relative street value of almost every player in the league." Yo lo traduzco con mi propio arte y sin poner mucho empeño: "El tiro de tres se ha convertido en uno de los elementos más importantes del baloncesto actual: es más importante que el juego en la zona, decide el ritmo del partido y cómo se defiende, ha convertido al rebote en ataque en algo clave y ha alterado el valor relativo que los jugadores de la NBA adquiren en la calle." Y Klosterman ponía un ejemplo concreto: "Larry Bird is still considered the definitive 3-point assassin, but in 1981-82 he made only 11 3-pointers the entire season. It's now wholly plausible that Shawn Marion could make 11 3-pointers over the course of this playoff series, even though his jump shot resembles a jackrabbit heaving a pumpkin out of a manhole." Vuelvo a traducir: "Larry Bird es aún considerado como el lanzador de tres más letal de la historia, pero, en la temporada 1981-1982, solo convirtió 113 triples en toda la temporada. Hoy en día, es bastante habitual que un jugador como Shawn Marion, cuyo tiro en suspesión recuerda a una liebre lanzando una calabaza a un pozo, consiga 113 triples solo en los play-offs." Puedes criticar el estilo de Klosterman, su gusto por los símiles, pero no puedes enfrentarte a los números: el incremento, en relevancia y uso, del tiro de tres ha crecido exponecialmente desde que en 1979 se incorporó a la NBA como una innovación criticada. Y, por extensión, creo que lo mismo podría decirse del baloncesto moderno en general, se juegue en una trasera embarrada de una granja en Indiana, en un solar hormigonado de las afueras de Kragujevac o en el último gran estadio patrocinado por una multinacional con aspiraciones monopolizadoras.
No voy ahora a proponeros un estudio concienzudo de las estadísticas históricas, acompañando mi análisis con la opinión de protagonistas y expertos. Eso sería cojonudo. Tener el tiempo y las posibilidades. Visitar archivos, comparar los datos, entrevistar a gente como Gianluca Basile, Billy Donovan, Chicho Sibilio o Mikel Cuadra porque se me han ocurrido esos cuatro ahora mismo, por nada más. Pero no, nada de todo eso es posible porque ni soy un profesional ni un amateur tan esforzado y dedicado. La entrada solo nace de la curiosidad. Esta mañana, repasando la prensa deportiva en internet, me encontré con noticias específicas sobre Edgar Sosa y Matt Walsh y me dio por recordar una antigua que leí sobre José Ángel Samaniego. También he leído que Víctor Claver metió un triple en su segundo partido de la temporada. Me propuse reunir todo eso y usar la memoria para embozarlo con algunos otros argumentos que fui recogiendo en otros días de reposo y aburrimiento y aquí está la entrada. Sin embargo, como digo, para mayores conclusiones y análisis más concienzudos, habrá que esperar a que otras personas más adecuadas se animen a hacerlo.

El Dinamo de Sassari italiano, un equipo de moda por su baloncesto de ataque, ganó por 113-117 ante el OpenJobs Meti Varese en la última jornada de liga en Italia. Lo hicieron en la prórroga. Una prórroga en la que, como bien explicaban en solobasket.com, "entre ambos equipos anotaron la friolera de 58 puntos en cinco minutos." Y, en gran parte, consiguieron tantos puntos a base de triples. El más acertado fue el dominicano Edgar Sosa con 10 de 15 en tiros desde la línea de tres puntos, pero su equipo tiró hasta 59 triples, de los que convirtió, finalmente, 23. Jerome Dyson hizo 7 de 13 y otros estuvieron menos acertados: David Logan solo pudo hacer 2 de 9, Matteo Formenti, 1 de 9, y Brian Sachetti, 1 de 6. Por los de Varese, a quienes, por cierto, entrena Gianmarco Pozzeco, las estadísticas arrojaron un modesto 8 de 24. El peor lanzador de triples para los de Pozzeco fue el ex NBA Yakhouba Diawara, con 1 de 9; y el mejor, aunque Andrew Rautins metió uno más, el ex del Manresa Craig Callahan con 2 de 3. 
Los de Romeo Sachetti llevan años haciendo un baloncesto ofensivo y atrevido. Patrocinados ahora por el Banco di Sardegna, los de Cerdeña ascendieron a la máxima categoría del baloncesto italiano hace tan solo cinco temporadas, a pesar de ser un equipo fundado en 1960. Un par de ellas antes llegó Sachetti al equipo. Desde entonces, no han dejado de crecer: el año pasado, la Copa de Italia y la clasificación para la Euroliga fueron los grandes hitos de los blanquiazules. Esta temporada, el equipo de Sachetti lleva anotados 142 triples de 388 triples, en tan solo 12 partidos. El año pasado, los jugadores de Sachetti consiguieron 406 canastas de tres puntos y lo intentaron en un total de 1058 ocasiones, si no me confundo, porque he hecho la suma yo mismo. Drake Diener, actual jugador de Pallacanestro Reggiana, fue el mejor con 119 triples de 238 intentos, un 50% de acierto en el tiro. 
Al mismo tiempo, pero más al este, en la liga turca, el norteamericano Matt Walsh también consiguió la decena de triples. El veterano alero norteamericano, con pasado en la ACB y de infausto recuerdo en Bilbao cuando jugaba con el Spirou Charleroi, se fue hasta los 38 puntos con un espectacular 10 de 14 desde la línea de tres. El norteamericano tras salir de la Universidad de Florida y no conseguir hueco en los Miami Heat, se ha recorrido media Europa. Ya ha jugado, en algunos hasta en diferentes épocas, en el mencionado Spirou Charleroi, el Manresa, el Baskonia, el ASVEL Lyon-Villerbaune, el Olympia Larissa, el Olimpia Ljubljana, SC Mariupol, Brose Baskets, Virtus Bolonia, Murcia... Es decir, Francia, Grecia, España, Bélgica, Eslovenia, Alemania, Italia, Ucrania... Casi nada. Ahora, en Turquía, se ha enrolado en el Eskisehir donde jugó David Jelinek y triunfó Renaldas Seibutis. A pesar de sus 30 puntos solo en triples, su equipo no pudo vencer al Besiktas de Ahmet Kandemir y sigue de farolillo rojo en la TBL. Curiosamente, Walsh tuvo en frente a Chris Lofton. El escolta de la Universidad de Tennessee que superó un cancer y a Allan Houston como el mejor triplista histórico de su universidad, aún mantiene el récord de la TBL con 17 de 22 triples conseguidos en un solo partido, un espectacular 77,3% de acierto. El de Maysville se conformó con 21 puntos en este partido y fue el mejor del Besiktas mientras veía como Walsh amenazaba su récord, pero muy de lejos.  Un amago, vamos. Creo, sinceramente, que Lofton tiene récord para rato, pero esto es como decir que alguien lleva un 98% de aciertos en tiros libres justo cuando se acerca a la línea para tirar los últimos. 
Estos dos jugadores, Edgar Sosa y Matt Walsh, aunque hayan ocupado las portadas en esta ocasión, y aunque tengan una reputada hoja de servicios como exteriores con buena muñeca, no entrarían en prácticamente ninguna lista de los mejores triplistas del continente (continente al que, curiosamente, no pertenecen ninguno de los dos). Hay otros que llevan el membrete en la frente. Jugadores como el mallorquín Alberto Corbacho que ya ha superado a Chicho Sibilio como el jugador español con mayor porcentaje de triples anotados por partido, pero aún no ha podido igualar o superar el récord de Jacob Pullen quien, jugando con el FC Barcelona, alcanzó la cifra de 12 triples en un solo partidono. Corbacho tampoco pudo con el récord de Rudy Fernández de 68 partidos seguidos anotando al menos un triple. Corbacho, con 52 partidos, se quedó a 17 de superar al otro mallorquín y a solo siete de igualar al segundo, el brasileño, otro histórico de la línea de tres, Óscar Schmidt Bezerra. En la NBA, ese mismo récord le pertenece a un Kyle Korver que hace poco lo dejó en 127 partidos consecutivos anotando desde la línea de tres. Korver, precisamente, es el máximo triplista en la historia de la Universidad de Creighton. En sus cuatro años de universidad, el de California consiguió un total de 371 triples. A pocos de superarle, se quedó el actual jugador del Bilbao Basket Ethan Wragge. Con 334 triples, Wragge pasará a la historia como uno de los mejores tiradores de la institución, aunque sea un jugador interior que, en ocasiones, incluso hizo funciones de pívot. Pero, lo más sorprendente de las estadísticas de Wragge, no es que, por ejemplo, en su última temporada como jugador universitario consiguiera 110 triples de 234 intentos, si no que, en tiros de dos, se quedó en un paupérrimo 2 de 8. Y, repito, estamos hablando de un jugador interior. A Bilbao, Wragge llegó magullado. Aún no está a su nivel más alto, y se ha hecho famoso por sus ejercicios de recuperación a pie de pista, sobre la bicicleta estática. Su primera canasta en Bilbao fue de dos, lo que hizo a muchos pensar que lo que hizo en la Universidad no iba a poderlo repetir en el baloncesto profesional. Desde aquel partido, ha jugado otros 9 más y solo ha conseguido una canasta más de dos. En diez partidos, sus estadísticas reflejan un 15 de 36 en tiros de campo; de esas canastas, 2 de 3 intentos son de dos, el resto, 13 de 33 son triples. 
El caso de Wragge quizás sea exagerado o muy particular, pero, cada vez son más los jugadores interiores que recurren a lugares ajenos a la zona para contribuir al juego de sus equipos. Los ejemplos serían infinitos y llegarian desde todas las ligas. Quizás, uno de los más carismáticos, aunque tengamos, de nuevo, que ir hasta la NCAA, fue el caso de Kevin Pittsnogle. Poca gente en Europa recordará a este pivot de la universidad de West Virginia. Con 2'11, Pittsnogle se convirtió en el líder de su equipo desde su posición de pívot y en un ídolo en su estado. Sin embargo, su mayor fuerza vino desde la línea de tres, terminando su carrera universitaria con un 41'1% de aciertos desde esta línea y creando una nueva expresión que aún se utiliza en el mundo del baloncesto y que se puede encontrar en el Urban Dictionary: "You've been pittsnogled" (algo así como, te han pittsnogleado, amigo"). La expresión venía a resumir la cara de asombro que se le quedaba a los defensores de los equipos rivales cuando un tosco pivot de brazos anchos y tatuados se la clavaba de tres puntos. Pittsnogle no tuvo éxito en su carrera profesional. Llegó a firmar por el Cholet francés pero le cortaron en pretemporada. Solo jugó en CBA (Pittsburgh Xplosion) y en la NBDL (Austin Toros y Alburquerque Thunderbirds). Antes de llegar a los 30, ya estaba retirado, pero su estilo de juego, creara o no escuela, puede usarse como ejemplo de una imparable tendencia hacia la periferia que parece caracterizar el baloncesto moderno. 
El progreso es claro. La NCAA adaptó la línea de triple en 1986 y, como bien indicó hace un par de años Lee Feinswog en un artículo en internet, aquella línea cambió el baloncesto. Rick Pitino entrenador de Providence por aquel entonces, fue el primero en verle el beneficio a una iniciativa que a entrenadores como John Thompson, de Georgetown, no convencían. Pitino confió su juego de ataque a un menudo tirador sin miedo ni dudas que ahora entrena a los gators de Florida, Billy Donovan, y Providence le sacó un buen rendimiento a aquella nueva estrategia. En 2013, el periodista Jared Wade escribió un interesante artículo en el que demostraba el progreso de la importancia del triple para ganar un campeonato desde que la línea de triple se introdujo en la NBA a principios de los años 80. En su artículo, Wade explicaba como los Lakers de Magic Johnson ganaron una liga habiendo anotado 20 triples en toda la temporada y solo 3 triples en 16 partidos de play-off: Magic Johnson hizo dos y Norm Nixon uno. No necesitaron más para ganar una liga que se decidía en la zona. Sin embargo, los Houston Rockets, aunque se basaban en el juego interior de Hakeem Olajuwon, empezaron a dominar la liga en base a los triples que se cascaban los liberados exteriores del equipo. Ganaron las ligas de 1994 y 1995 teniendo al tiro exterior como uno de los argumentos más importantes. A lo largo de la historia, ha habido otros ejemplos de tácticas o estrategias que se basaban en la puntería y la rapidez y que, poco a poco, cambiaron la relevancia y la autoridad de esta faceta de juego. Hablo de planes como los archiconocidos "7 seconds or less" (siete segundos o menos) que representaba a los Phoenix Suns de Mike D'Antoni, liderados por gente como Steve Nash y Shawn Marion, jugadores que no necesitaban mucho para mirar a canasta. O del legado de un entrenador como Paul Westhead, quien, primero en la NCAA, con Loyola Marymount University y después en la NBA con los Denver Nuggets, puso en marcha aquello que se llamó el "run and gun" (corre y dispara), y que consistía en consumir los ataques en cuanto llegabas a campo rival. Así, los Nuggets terminaron una temporada con 130.8 puntos de media por partido y un récord atronador que aún se usa como icono, aquellos 107 puntos en una sola mitad ante los Phoenix Suns. Wade, en su artículo, termina concluyendo: "The NBA in 2013 is a three-point league, and it seems that the best way a team can ensure it won't win a championship is to not shoot three-pointers." Y yo, como ya he hecho antes, traduzco y destruyo: "La NBA en 2013 es una liga de triples. Parece que la única forma de asegurarte que no vas a ganar la liga es dejando de tirar triples." Ray Allen anda retirado y feliz, aunque se rumoreaba que igual volvía en febrero para echar una mano a su amigo LeBron James en los Cavs. Su título de cañonero de la NBA está vacante. No parece muy factible que nadie supere, en breve, su récord de 2973 triples convertidos a lo largo de su carrera, pero, si la tendencia sigue al alza, puede que 3.000 triples acaben siendo una figura bastante normal, quién sabe.
En Europa, sigue habiendo buenos pivots. Jugadores interiores que mueven los pies, bloquean, cierran el rebote y lanzan desde la bombilla. Cada vez hay más que, además, no le tienen miedo a la línea exterior. El equilibrio parece natural. Sin embargo, hace unos meses todo el mundo parecía comentar la noticia del Mundo Deportivo que se hacía eco de una entrevista a José Ángel Samaniego en el programa "La Tertulia" de Televisión de Badalona. Samaniego, de 48 años, es un modélico entrenador asistente. El donostiarra dejó el baloncesto cuando trabajaba para Baskonia y volvió cuando Salva Maldonado le ofreció ser su segundo en Gran Canaria. Desde entonces, ha ido con el barcelones en todos sus proyectos: en Vitoria, en Fuelabrada y ahora en Badalona. Samaniego, como decían en el artículo, admitía en la entrevista "la apuesta decidida por los lanzamientos desde 6'75 para mantener un óptimo nivel de eficacia ofensiva". El titular se hacía eco de las cifras más llamativas. Samaniego decía que aspiraban a intentar más de 1000 triples, no por capricho, si no como una estrategia efectiva para mejorar la producción ofensiva del equipo. El año pasado lanzaron 944 veces a canasta. Este año, llevan, por ahora, mejor promedio, y se acercan al promedio de 29'5 triples por partido que deberían alcanzar para conseguir esos más de 1.000 triples intentados en una temporada, cifra que se convertiría en récord. Samaniego explicaba que una de las razones para incrementar su apuesta por este aspecto del baloncesto podía deberse, simplemente, a que habían llegado los jugadores oportunos para fomentar esta parcela del juego. Este año, solo Albert Miralles, por ahora, no ha lanzado un triple. Todos los demás lo han intentado y, además, lo han conseguido. Hasta Sitapha Savané: el primero de su larga carrera y además espectacular. Ciertamente, el año pasado, el mayor grueso de anotación e intento se lo llevaron tres jugadores, Devoe Joseph (actualmente en el Turk Telekom), John Shurna (también en Turquía, en el Darussafaka) y Tariq Kirksay que sigue en Badalona. Guillem Vives (ahora en Valencia) y Nik Cochran (creo que andaba por el Upea Capo d'Orlando) fueron los siguientes, pero lejos de estos tres. Este año la cosa está más repartida y parece que el recurso al triple es algo que pertenece al ADN del equipo. Desmond Mallet ha regresado a Badalona y ha asimilado este juego con una alegría evidente. Parece ser el que más disfruta y el que más anota, pero hay más: Goran Suton, Clevin Hannah, Sergi Vidal, Tariq Kirksay o Alejandro Suarez. Todos anotan al menos un triple por partido. Pero hay otras estadísticas que reflejan hasta que punto esta estrategia está aceptada y adoptada por el equipo. Lanzar a menudo, implica una compensación en otros aspectos menos vistosos. El Joventut es ahora mismo cuarto en rebotes en ataque (consigue más de once rebotes en ataque por partido) y sexto en asistencias (16 de media). Mover bien el balón y estar atento a los rechaces largos es fundamental cuando el tiro de tres se convierte en una parte esencial de tu ataque. 
Como dije al principio, esta entrada no aspiraba a ser un repaso conclusivo ni tan siquiera una reflexión muy seria. Habría que analizar con más detenimiento las estadísticas e incluso valorar otros imponderables que es muy difícil valorar. No siempre la cantidad es lo más importante, por mucho que el baloncesto consista en meter un punto más que el rival. Pero todo ese trabajo, yo no lo voy a hacer. Yo, lo que hago, es ponerle a esta entrada una foto de la estrella de WVU y dedicarle el título a aquel pívot con mano de escolta tirador y despedirme sin mayores aspiraciones. 

viernes, 26 de diciembre de 2014

Will Artino



Toca terminar el año con otro repaso a la temporada de los de Creighton. Les dejamos con un sorprendente récord de 6 victorias y 1 derrota y los recogemos con 9 y 4. Empiezan a encontrar piedras en el camino y se intuyen las dudas que le asaltan a Greg McDermott. Con los 6 partidos que nos faltan por recordar ahora, se termina la primera parte de la temporada, aquella que te enfrenta a equipos que no pertenecen a la conferencia. Este miércoles comienzan esos partidos de conferencia viajando a Providence, Rhode Island, para enfrentarse a Providence, precisamente. 
Esta nueva ronda de partidos se comenzó con derrota ante Tulsa en Tulsa, Oklahoma. 64-77, a pesar del buen partido de Austin Chatman (19 puntos y 6 asistencias) y de Toby Hegner, con 14 puntos. Will Artino fue titular y contribuyó con 7 puntos y 3 rebotes en 14 minutos. Sin embargo, los 23 puntos de un James Woodard, que se tiró hasta las zapatillas, acabaron por darle la victoria a los de Oklahoma. 
Derby en la siguiente y victoria ante Nebraska en Lincoln, capital de Nebraska, por 65-55. Terran Pettaway mantuvo en pie a los vecinos de estado pero no fue suficiente. Will Artino perdió la titularidad pero rindió más que el que ocupó su lugar, Zach Hanson, añadiendo 8 puntos y 6 rebotes en 14 minutos. Isaiah Zierden con 13 desde el banquillo, pero, sobre todo, Austin Chatman, con 19 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias fueron los artífices de que la victoria entre dos gallitos de Nebraska se quedara en Omaha.
Tras estos dos partidos, llegaron tres seguidos en el Century Link: dos victorias (ante South Dakota, tras dos prórrogas, y ante Texas-Pan American, por 90-88 y 75-60 respectivamente) y una derrota (ante Saint Mary's, 67-71, tras una prórroga). Ante South Dakota, uno de los partidos más emocionantes del año, Tre Burnette, 24 puntos, Brandon Bos, 23 puntos, y Tyler Larson, 25, se hicieron, had la suma, 72 de los 88 puntos de su equipo, y muchos a base de triples, 10 de 19 en triples entre los tres (11 de 24 el equipo). Los tres artilleros lucharon por regresar a Dakota del Sur con la victoria, pero no pudo ser. Artino, que siguió de suplente, jugó, eso sí, 28 minutos, y consiguió 8 puntos y 8 rebotes. Además, el temple en los tiros libres de Avery Dingman y un robo en defensa de Artino fueron dos de las razones por las que no hubo una tercera prórroga. Sin embargo, el mejor siguió siendo un Austin Chatman que, con 24 puntos y 8 asistencias, ya ha dejado claro que es el líder del equipo. Eso sí, estuvo bien acompañado, desde el banquillo, por un acertado James Milliken, 23 puntos, con 4 de 7 en triples. En el siguiente partido en casa, perdieron ante Saint Mary's tras una prórroga. Aaron Bright y Kerry Carter mantuvieron a Saint Mary's a base de triples y Brad Waldow, 11 puntos y 11 rebotes, fue el pilar en la zona. Entre los tres consiguieron parar la línea exterior de Creighton: 19 puntos Chatman, 17 puntos, Zierden y 12 puntos, Devin Brooks. Nuestro amigo Artino volvió a ser suplente, aunque jugó 22 minutos añadiendo 3 puntos y 5 rebotes. Por cierto, entre los jugadores gaels ya mencionados y el suplente Dane Pineau rompieron la racha de 24 victorias seguidas en casa de los bluejays. 
Por último, esta ronda de partidos en casa, terminó con la victoria ante Texas-Pan American. Fácil, jugó hasta Mogboluwaga Oginni. Chatman sigue siendo líder, 20 puntos. Destacó un Toby Hegner que sigue de titular, con 16 puntos y 6 rebotes. Avery Dingman, el veterano del equipo, hizo su mejor partido desde que regresó tras su lesión, completando un partido redondo a lo Grant Gibbs: 11 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Will Artino, por su parte, descansó y apenas disfrutó en el reparto de minutos. Contó con 10 en los que hizo 5 puntos y 5 rebotes.
Y, ahora sí, para terminar, derrota ante North Texas en Denton, Texas, por 58-62. Mal partido de Will Artino. Desde el banquillo, el pivot de Waukee solo fue capaz de aportar 1 rebote en 7 minutos. El tercer pivot en discordia, Geoffrey Groselle, fue la única buena noticia. Jugó 19 minutos, más incluso que el titular Zach Hanson, y aprovechó dejar a éste y Artino atrás en las rotaciones para irse a los 10 puntos y 3 rebotes. Chatman y Zierden, titulares, estuvieron muy mal en el tiro: 5 de 19 en triples entre los dos. Chatman se quedó en 9 puntos y Zierden, en 12. Colin Voss, 16 puntos y 8 rebotes, fue el mejor de los Mean Green de North Texas, aunque el protagonismo estuvo muy bien repartido.
Lo dicho, pronto, Providence y empieza lo bueno. Cuando se acumulen unos cuantos resultados, ya os iremos diciendo.  

jueves, 25 de diciembre de 2014

Nikola Jokic



Dos jornadas en apenas tres días, antes de que acaben el año, le darán un gusto baloncestístico al deporte profesional. La ACB se resiste a despedir el año y los equipos doblarán esfuerzo antes de comerse las uvas. 
Eso sí, muchos ya no estarán. Y es que estas fechas son fechas que ni pintimparadas (o como se diga) para renovar la plantilla. Y si no que se lo digan a Josean Querejeta quien, me huelo, se pasa las Navidades entre mordisco al turrón y llamada de móvil. 
Hagamos un resumen de los movimientos más reseñables en estos pocos días de invierno. 
Por ejemplo, el mexicano Román Martínez abandona Andorra. La web oficial de la competición publicaba hace unos días que el alero volverá al Soles de Mexicali de donde vino. Se va habiendo jugado apenas diez partidos y con números discretos. Ahora vuelve a su país y se pone en manos del entrenador tinerfeño Iván Déniz. Precisamente, supongo, por esta baja, corrió el rumor de que el veterano alero norteamericano Ricky Minard podría ser una nueva adquisición del equipo de Joan Peñarroya. El ex del Besiktas, el Azovmash, el Unics Kazan o el Budivelnyk entre muchos otros podría ser una buena suma a un equipo, el andorrano, que no se conforma con lo que ya tiene. De hecho, uno de los fichajes estrellas de esta epoca invernal les ha tenido a ellos como protagonistas. Y es que Georgios Bogris tendrá competencia por hacerse con la pintura del equipo porque el ex Barcelona Nathan Jawai regresa a la liga ACB de la mano del Andorra. El australiano, quien llegó a Barcelona tras no encontrar un sitio en la NBA y sorprender en Partizan y Unics Kazan, acaba su experiencia en Turquía y regresa a España. Sus 2'08 y 129 kilos volverán a imponer en las canchas nacionales.
Por cierto, que Jawai llega a España desde el Galatasaray de Ergin Ataman. Y no será el único porque la otra gran incorporación a la liga ACB también abandona el equipo de Estambul. Se trata del italiano Pietro Aradori, quien llega a un Estudiantes que parece proponerse como un nuevo equipo tras su victoria contra el Barcelona y el anuncio del nuevo acuerdo de patrocinio con Movistar. Parece que ya es oficial y el exterior de Brescia, a sus 26 años, comenzará una nueva experiencia en la ACB. Tras destacar en sus dos últimas temporadas en Cantú, y después de pasar por Siena, Biella, Roma o Milán, el italiano fichó por el Galatasaray de Ergin Ataman, donde se encontraba con gente como Carlos Arroyo, Vladimir Micov, Zoran Erceg, Martynas Pocius o Nathan Jawai. Tanto Aradori como Jawai ya están fuera y dicen que pueden no ser los únicos. Últimamente el equipo turco sonaba como pretendiente de Aleks Maric, interior del Maccabi, pero parece que siguen los problemas económicos y que otros jugadores pueden dejar al equipo si siguen los impagos. 
El que si llegará a la liga turca será el norteamericano Latavious Williams. Williams llegó a Bilbao con suspicacias entorno a su salud, pero deja el Bilbao Basket con un buen rendimiento. Se marcha al Turk Telekom, simplemente porque va a cobrar mucho más dinero del que cobra en Bilbao. Sito Alonso se lo ha tomado con resignación y los bilbaínos buscarán un substituto aunque el ala-pívot de Starkville aún jugará las dos jornadas que cierran el año 2014. Su futuro equipo, el Turk Telekom, aspira a mejorar el rendimiento. Tras perder en la última jornada con el Banvit, un decepcionante 5-7 les lleva a ocupar la 11ª posición. En el equipo turco, Williams se econtrará con unos cuantos exACBs como Ben McCauley, Kristaps Valters, Michael Roll o un Devoe Joseph que se salió el año pasado en el Joventut pero no está contando con tanto protagonismo en Turquía. El ex del EWE Baskets, el alero Josh Carter es, sin embargo, quien lidera al futuro equipo de Latavious Williams. 
Otro que cambia de liga es Edwin Jackson. El alero francés del ASVEL Villerbaune consiguió el permiso del propietario de su equipo, nada más y nada menos que Tony Parker, el base de los San Antonio Spurs, para fichar por un FC Barcelona que le reclamaba para su proyecto. El propio Parker ha confesado que tenía un compromiso moral con el exterior de Pau después de que este aceptara una rebaja de su salario y renovara por el equipo francés en temporadas anteriores. Jackson, medalla de bronce en el Mundial de España 2014 con Francia (se perdió el Oro de Eslovenia un año antes) ha ido mejorando año tras año y a sus 25, abandona un Villerbaune donde promediaba casi 13 puntos por partido y lideraba al equipo junto con el veterano David Andersen y otros como Amara Sy, Taurean Green, Ahmad Nivins o David Lighty.
También debutará en ACB el base norteamericano Darius Adams, nueva incorporación del Baskonia. Al parecer, el de Decatur, Illinois, llega para cubrir la baja de Thomas Heurtel. Parece que el francés, finalmente, dejará la ACB para pasar a la liga turca. Firmará por el Efes Pilsen de Dusan Ivkovic donde sumará más talento aún a una plantilla que ya cuenta con Nenad Krstic, Dontaye Draper, Furkan Korkmaz, Matt Janning, Dogus Balbay, Stephane Lasme o Dario Saric entre otros. Adams, de 25 años y 1'89, cubrirá la posición del francés, enésima baja de un Baskonia donde no siguen ni el entrenador (Marco Crespi) ni muchos de los jugadores que iniciaron el enésimo proyecto de Querejeta (Doron Perkins, Orlando Johnson, Ryan Gomes...) Parece que no serán los últimos. Los últimos rumores apuntan que tanto Sasha Vujacic como Lamont Hamilton serán los próximos en abandonar Vitoria-Gasteiz. Así que, probablemente, no será Darius Adams el último en llegar nuevo. No es francés, pero jugaba en Francia, en el Sluc Nancy de Alain Weisz, donde también juegan los ex ACB Sergii Gladyr y Florent Pietrus. En lo que iba de temporada, Adams se había convertido en uno de los máximos anotadores de la Liga y en el director de juego del equipo francés. A sus 25 años, el norteamericano es ya un trotamundos. Además de en su país, donde jugó en la Universidad de Indianapolis, ya ha jugado en Venezuela, Ucrania, Francia y Alemania, y ahora suma España a la lista. No jugará ya con sus compatriotas Perkins, Johnson o Gomes, pero si lo hará con un Mirza Begic que ha renovado hasta final de temporada. Tras abandonar el Olympiakos para volver a la ACB, los números del ex del Real Madrid han sido buenos. En tan solo cinco partidos ya promedia más de 7 puntos y 4 rebotes por partido, exactamente lo mismo que el titular Colton Iverson en doce partidos.
El que regresa a la ACB es el base canario Óscar Alvarado, nueva incorporación del Herbalife Gran Canaria de Aíto García Reneses. El de Santa Brígida regresa a las islas tras su breve paso por la liga alemana. Intentó colarse en la plantilla del Brose Baskets Bamberg del italiano Andrea Trinchieri, con quienes entrenó en busca de esa oportunidad, pero, finalmente, no consiguió un hueco y ahora regresa a casa. Los alemanes del Brose Baskets, junto con Alba Berlín, Bayern Munich y Ratiopharm, son los grandes aspirantes al título de una liga alemana que cada año es más exigente y cuenta con mejores jugadores. El Alba Berlín de Sasa Obradovic, donde juega Marko Banic y se sale Jamel McNeal, lidera la liga. Pero el Bayern Munich de Svetislav Pesic no anda lejos. Con Bo McCalebb, Dusko Savanovic, Nihad Djedovic, Jan Hendrik Jagla, John Bryant o Vladimir Stimac entre otros, los de Munich aspiran a todo. El Ratiopharm Ulm de Thorsten Liebenath, aparentemente un equipo más modesto, cuenta también con una plantilla de garantías con jugadores como Tim Ohlbrecht, Per Gunther, Boris Savovic, Jaka Klobucar o Maarten Leunen. Queda, por supuesto, el Brose Baskets con los que probó Alvarado. Trinchieri ha encontrado en Ryan Thompson un arma letal que refuerzan el trabajo de gente como Ben Wanamaker, Trevor Mbakwe o un Janis Strelnieks a quien los rumores colocaron en el Baskonia hasta que se confirmó el fichaje de Adams que acabamos de comentar.
Y, por último, el que se lleva el titular por tratarse del más joven: Nikola Jokic. El joven pivot serbio ha sonado para FC Barcelona y Real Madrid, e incluso para otros. Juega en un Mega Vizura que dirije, a sus 37 años, un ex jugador del Partizan y del Valencia, Dejan Milojevic. En tareas de asistente, a Milojevic ayuda otro reciente ex jugador, el ex del Nancy, Scavolini, Partizan, Estrella Roja, Banvit y muchos otros, Goran Cakic. En el equipo de Belgrado, también juegan otros proyectos de futuras estrellas como Nemanja Krstic, Ongjen Jaramaz o Rade Zagorac, además de otro que lo fue (proyecto, digo), Marko Keselj. Jokic, de 19 años y 2'11, ha sorprendido a muchos y su temporada está siendo de enmarcar: 22 puntos y 8 rebotes de media, con un porcentaje en tiros de campo por encima del 50%, y una mano aceptable para el triple, 27 convertidos ya. Por ahora, todo son rumores, y Jokic seguirá en el Mega Vizura. 
Sin contar bajas y altas, estos son algunos de los grandes cambios en este regreso a la competición que tendrá, además, doble combate, como ya hemos comentado. Aprovechad, porque tenéis baloncesto para dar y tomar este fin de semana.







miércoles, 17 de diciembre de 2014

Juan José Oroz



Se hacía eco de ello la reputada y respetable página web biciclismo.com y no era para menos. En esta época paupérrima para el ciclismo profesional español, la continuidad, por décimo año consecutivo, del equipo burgalés que dirige Julio Andrés Izquierdo, el Burgos-BH, es una noticia destacada y positiva. 
Solo Movistar en Pro Tour, Caja Rural en Profesional Continental y Murias Taldea y Burgos en la categoría Continental se alistarán en el pelotón profesional. Puede que aún puedan aflorar alguno de esos proyectos que intentaban asomar la cabeza (Baqué, Extremadura, Grupo Gallego y Trueba se preinscribieron), pero, ahora mismo, solo esos cuatro mantienen el acento español en la serpiente multicolor. 
Del Murias Taldea ya hablamos hace tiempo. Su aparición ha sido un soplo de aire fresco para el pelotón vasco. El empeño de Jon Odriozola le ha dado algo de alegría al aficionado tras la mala noticia de la recalificación como élite del enésimo proyecto de Miguel Madariaga y la Fundación Euskadi. El Caja Rural RGA, por su parte, ya trabaja pensando en la próxima temporada. El equipo de Eugenio Goikoetxea se ha reforzado con el prometedor burgalés Carlos Barbero y mantiene a David Arroyo y Sergio Pardilla como hombres fuertes para las generales. Movistar, único representante de la otrora variada representación española en el ProTour, se ha reforzado con el colombiano Winner Anacona o el australiano Rory Sutherland, pero, aunque gente como Nairo Quintana o Adriano Malori siguen dándole acento internacional a la plantilla de Eusebio Unzue, los navarros han aprovechado la crisis en la profesión para reunir el mayor acopio de talento nacional: Beñat Intxausti, Jonathan Castroviejo, los hermanos Herrada, Alejandro Valverde, José Joaquín Rojas, los hermanos Izagirre, Igor Antón...
El último en confirmar que seguirá en el pelotón ha sido el Burgos BH. Los castellanos siguen siendo unos auténticos supervivientes y ya van diez temporadas consecutivas. Con presupuestos humildes, descubriendo nuevos talentos y recogiendo a esforzados veteranos, han conseguido mantener la presencia de su comunidad en el campo profesional e incluso relucir en casa, ya que la victoria de David Belda en la pasada Vuelta a Castilla y León, probablemente se encuentre entre los logros más importantes del equipo de Izquierdo. 
Todo comenzó cuando el exitoso equipo amateur Viña Magna-Cropu decidió dar el salto al campo profesional. Años más tarde, el equipo pasaría a estar apoyado económicamente por la diputación de Burgos y eso se vería reflejado en la nominación del mismo. Ahora, sobrevive en parte gracias a ese mismo aporte económico pero también al de su otro patrocinador, BH. En todos esos años, hemos destacado una de las más recientes victorias, la de David Belda en la Castilla y León como, si no la más relevante del equipo, una de las más importantes por ocurrir en casa, pero hay muchas otras carreras que han ido contribuyendo a que el equipo tenga un amplio palmarés. Y de lo más exótico: Juanjo Oroz ganó en Corea, Jesús del Pino en Francia, David Belda en Portugal, Byron Guama en Ecuador, Joaquín Sobrino en México...
Sin duda, el equipo que gestiona Julio Andrés Izquierdo y dirige Diego Gallego, ex ciclista en el mismo, junto con Eduardo García de Albéniz, se ha labrado una reputación por dar salida o empujar a cotas más altas a muchos corredores, la mayoría de ellos, nacionales. Desde sus filas, surgieron o progresaron corredores como Óscar Pujol, Joaquín Sobrino, José Vicente Toribio, Sergio Pardilla, Luis Mas, Byron Guama, Rafael Valls, Jacques Janse Van Rensburg, Carlos Verona, Moisés Dueñas, Steve Bekaert, Ibai Salas o los que ya hemos mencionado antes.
No se sabe, por supuesto, cuál será la plantilla de la próxima temporada. Recién confirmada la inscripción, es, en realidad, el momento de ponerse a trabajar en ello. Probablemente, el eje fundamental del diseño se basará en la continuidad. Hay corredores aún jóvenes, como Álvaro Robredo, los hermanos Ander y Unai Arranz o Jesús del Pino, por nombrar alguno, que aún no llega a los 25 años y pueden seguir creciendo en un equipo que se caracteriza por trabajar con futuras promesas. De hecho, los únicos rumores que han surgido por ahora apuntan a que los burgalés pueden tirar de la cantera del Caja Rural-RGA. Veteranos como David Belda o Moisés Dueñas pueden seguir siendo los líderes del equipo si continúan, porque, uno que no lo hará será Juan José Oroz (para él, el título de esta entrada, como si fuera en meta, en homenaje a su desinteresada carrera profesional). El navarro anunció su retirada y parece que seguirá trabajando en el Lizarte pero sin ponerse calzas. Él mismo, hace tiempo, en una entrevista, resumía la importancia que tienen equipos como el Burgos-BH para la salud del ciclismo profesional estatal: "Equipos como éste son imprescindibles y merecen todo nuestro apoyo y cariño."
Mientras tanto, otros tienen que emigrar. El último ha sido el basauritarra Joxean Fernández "Matxin". Si ya andaba trabajando en Italia para el Lampre, ahora cambia de país y de cometidos. El vizcaíno se une al staff técnico del Etixx-Quick Step. El equipo de Patrick Lefevere cuenta con una jerarquía de trabajo muy bien organizada y bastante cosmopolitana, encabezada por el alemán Rolf Aldag, y con un variado equipo de técnicos: los belgas Wilfred Peeters, Koen Pelgrim, Rik Van Slycke y Tom Steels, el italiano Davide Bramati, el alemán Jan Schaffrath y el danés Brian Holm. No sé si seguirán todos, pero, en cualquier caso, Matxín no será el primer vasco en la plantilla belga, porque el médico José Ibarguren ya trabaja a las órdenes de Patrick Lefevere. Precisamente con el CEO del Etixx-Quick Step comenzó a trabajar Matxin cuando se inició en esto del ciclismo profesional y lo hizo ya emigrando. Matxin trabajó para Lefevere en un Mapei que ya tenía a Quick Step como copatrocinador y donde realizaría funciones que, según L'Equipe, también va a realizar para Etixx: trabajar con los jóvenes. No sé si seguirán todos en sus respectivos equipos, pero, como Matxin, otros directores también se han visto o se vieron obligados a seguir un patrón que, principalmente, parecía destinado a los ciclistas. Hablo de gente como Alex Sans Vega, Josu Larrazabal, Melcior Mauri, Bingen Fernández o recientemente Patxi Vila  o Xavier Florencio.
Si no hay equipos, habrá que buscarlos. Sin embargo, sí los hay. Quedan cuatro. Quizás, en breve, sean más. Mientras tanto, a los que quedan, sobre todo, a los pequeños comprometidos que se enzarzan en estas batallas, habrá que seguir apoyándolos y animándolos. 

lunes, 1 de diciembre de 2014

Moses Kibet



El ugandés Moses Kibet ganó en categoría masculina la vigésimo sexta edición de la popular carrera vizcaína Desde Santurce a Bilbao. En categoría femenina, la vencedora final fue la marroquí Hanane Ouahaddou, con un tiempo de 54:10, seguida en línea de meta por sus compatriotas Kaoutar Boulaid, a 28 segundos, y tres minutos y medio más tarde, Majida Maayouf. Por su parte, a Kibet le acompañaron en el pódium el también marroquí Mourad El Bannouri, que necesitó ocho segundos más que el vencedor (Kibet hizo un tiempo de 46:20 para completar los 15 kilómetros y 800 metros) y el keniata Yusuf Biwott, quien partía con el dorsal número 1 y que terminó la carrera deteniendo el reloj en 46:46. El mejor corredor vasco fue Kike Sebastián, de Alegría-Dulantzi, en la decimoprimera posición, con un tiempo final de 49:40. 
Los casi 16 kilómetros que dibujan el recorrido de esta carrera y que recorren los términos municipales de Santurtzi, Portugalete, Sestao, Barakaldo y Bilbao fueron rematados, según las clasificaciones oficiales, por un total de 3.699 corredores. Todos ellos y todas ellas le pusieron colorido, ganas, sudor y amor propio a una carrera que estuvo pasada por agua, se libró sin incidentes reseñables y reunió a unos pocos pero animados aficionados que se reunieron en la cuneta para animarnos a todos los que participamos. 
Porque, como ocurrió en la Behobia, aunque en menor número, también aquí hubo representación pormaratoniana. A las 9:08 de la mañana (puntuales como un reloj de cuarzo), nos encontramos en Peñota unos cuantos miembros de esta secta zapatera para recoger los dorsales, marchar a tomar un café y regresar a línea de meta para dejar las mochilas en los camiones y calentar un rato por el tartán de la pista municipal. En concreto, allí nos reunimos Ricky, Gaxen y un servidor, más la ganadora absoluta de la última edición de la Pormaratoniana, Nuria, que vino acompañada de una pareja de amigos. Por allí también andaba David, tercer clasificado en la pasada edición de la Porma y al que, yo por lo menos, solo vi de pasada dejando la mochila junto al camión, porque en carrera como para verlo, fue el tío que ni a cámara lenta alcanzabas a atraparlo. 
Él hizo el mejor tiempo pormaratoniano con unos extraordinarios 59:55 que le dejaron a un puesto de meterse entre los 130 primeros, casi nada. Espectacular la zancada del último fichaje pormaratoniano, y reseñables sus resultados. Un enorme aplauso para su carrerón. No tiene menos mérito la carrera de la actual poseedora de la txapela, Nuria, que corrió por debajo de los cinco minutos, aunque lo dudaba en la salida, para, acompañada de un Ricky que quería disfrutar y decidió echarla una mano, marcarse una hora y deciséis minutos de magnífica carrera. Según me confesaba Ricky en el viaje de vuelta, Nuria se mostró muy fuerte y dio sensación de haber podido ir incluso más rápido. Tampoco defraudó Gaxen, quien se fue a la hora y 24 minutos para completar su mejor Santurce-Bilbao, si no me confundo. Y eso a pesar de los impedimentos técnicos. Por último, el último, para seguir la tradición, que volvió a ser un servidor. 
Mi tercera Desde Santurce a Bilbao ha sido la peor en tiempos, para no cambiar la tendencia en este año que, en lo atlético, ha sido muy negativo. Con 1:37 minutos, conseguí bajar de los cuarenta que era la humilde marca que me había puesto en una carrera que he hecho por debajo de la hora y media en dos ocasiones, estando mi mejor marca en una hora y 23 minutos. Hacerlo un cuarto de hora peor que en otras ediciones, sin embargo, no me ha supuesto ningún disgusto. Las sensaciones fueron más que positivas. Teniendo en cuenta que tras la Behobia volví a la pura realidad y solo salí dos días a correr, en ambos por debajo de los diez kilómetros y por encima de los seis minutos para cada uno de ellos, me presenté en Santurtzi con el único objetivo de ir recuperando sensaciones desde abajo. Supongo que todos sufrimos bajones, incluso a estos niveles tan amateurs de los que estamos hablando, y a mí me toca ahora superar un año catastrófico, con muy pocos kilómetros de entrenamientos y menos de ellos con fundamento y buen rendimiento. Sentir que las piernas respondían, que también lo hacía la cabeza, y que, a pesar de ser consciente de que llevaba un ritmo de carrera muy bajo, los kilómetros no hacían mella, me han traído más esperanza que preocupación. De hecho, la subida final hasta Jardines de Albia la hice a un ritmo de cinco y apreté los dientes antes incluso de torcer para Gran Vía, llegando a meta esprintando y muy sobrado, señal de que podía haber ido más rápido y espero que antesala de una nueva época en la que vuelva a calzarme más las zapatillas y recuperar mis ritmos. Y, sobre todo, volver a sentirme capaz de regresar a las cuestas y volver a correr por el monte que, como hablaba ayer con un pormaratoniano que no acudió a su cita con la sardinera atlética por cuestiones de ocio laboral, es algo que se echa mucho de menos. 
Dicho todo esto, ya solo queda seguir entrenando para cerrar el año todos juntos en la San Silvestre de Barakaldo. Pormaratonian@s del mundo, quedáis invitados a reunirnos en la Herriko Plaza el próximo 31 de Diciembre, con nuestras camisetas y una buena sonrisa, a hacer hueco para el langostino y el champán y cerrar el curso deportivo entre colegas sudorosos. A todos los que no podáis venir, ánimo con vuestros planes para lo que queda de año y el que se aproxima. Y para los 3.699 de ayer, zorionak eta egurre!! 

Y, iepa, termino con una mención a mi colega de andanzas y pasiones Raúl Luceño, al que me encontré desayunando y empapado en la Gran Vía, después de marcarse un excelente 1:28. ¡Imarginario atlético, claro que sí!

Alain Arroyo



El Barakaldo se ha encaramado al liderato del grupo 2 de la 2º División B al aprovechar la suspensión del partido que debían jugar el Huesca y el Fuenlabrada y sumar tres puntos de oro en la visita del CD Guadalajara al estadio de Lasesarre.
Los de Carlos Pérez Salvachúa arribaban a la ciudad fabril con las mismas aspiraciones que los locales, ya que ambos llegaban al partido con la misma cantidad de puntos. Los de Barakaldo querían aprovechar la racha positiva y enganchar su tercera victoria consecutiva, suficiente medicina, parecía, para curar los dolores anímicos tras la (aún hoy) inexplicable debacle de Cuenca y los 2 puntos de 18 posibles que había conseguido desde que el Real Madrid B de Zinedine Zidane se llevara los tres puntos de Lasesarre en la séptima jornada. Ahora, el equipo parece recuperar su tono defensivo, aunque demuestra incapacidad para superar su falta de frescura en los últimos metros. Por su parte, los alcarreños llegaban tras ganar a otros vizcaínos, el Amorebieta, en el Pedro Escartín, pero recelosos porque todas sus visitas a Euskadi se habían saldado con derrota. Ni en Lezama, ni en Zubieta, ni en el Stadium Gal consiguieron sacar nada positivo. Y tampoco lo hicieron en Lasesarre, a pesar de hacer merecimientos para ello. 
En la primera parte, el Barakaldo ganó el balón y llevó el peso del partido. Los cuatro veloces pero menudos atacantes, Alain Arroyo, Asier Goti, Jonxa Vidal y Gerardo Carrera, intentaban volver loca a la defensa del Dépor con continuos desmarques que no sabían resolver con propiedad. Un buen remate fue atajado por un seguro Kevin Aguilar en la portería y el asturiano Carrera dispuso de un buen remate de cabeza que no supo completar. Se preludiaba lo mismo para la segunda parte: mucha brega, balones disputados, achique de espacios, centrales haciendo las veces de frontón de pelota a mano. Y así fue, aunque el Guadalajara salió con más empaque, le ganó el mano a mano al Barakaldo y frenó las acometidas de los locales, empezando a salir con más solvencia hacia el área rival. Y eso que el francés Phillippe Toledo aparecía muy lejos y solitario en la punta de ataque y que al talentoso marroquí Rida Akine no se le vía capaz de aprovechar sus cualidades al máximo. Estaba el partido emocionante pero trabado cuando llegó un roce entre Jesús Moyano y Gerardo Carrera en el que tanta culpa tuvo uno como el otro como el fútbol en general. El árbitro se vio superado por las circunstancias y de esa misma jugada salió un balón sin peligro al borde del área en el que Carlos Ballesteros encimaba a Alain Arroyo y éste, veterano, aprovechaba el calor del momento para exagerar el contacto y engañar a un árbitro que no dudó en señalar la pena máxima. Galder Cerrajería, quien había substituido a Jon Xabier Vidal diez minutos antes, no dudaba, agarraba la pelota y superaba al espigado portero de los manchegos con solvencia. A los de Carlos Pérez Salvachúa se les vio derrotados tras este jarro de agua fría y el Barakaldo pudo aumentar la diferencia por medio del propio Alain Arroyo, pero no acertaron en el remate. Tuvo una ocasión el Guadalajara, por medio de Diego Manzano, cuando en los últimos minutos recuperaron el ímpetu y acosaron el área del Barakaldo, donde destacó el excelso trabajo de los dos centrales, Álex Quintanilla y Odei Onaindia, y la mano que detuvo el remate de Manzano, a cargo del portero andaluz del Barakaldo, José Ramón Rodríguez. 

En cualquier caso, el partido quedará en los almanaques pero, con el tiempo, no dejará de ser más que estadística. Lo que realmente permanecerá en la memoria de muchos y lo que debería salvaguardarse como un ejemplo positivo y significativo es el ambiente que se vivió en la grada. En una tarde gris y desapacible, solo la hermandad entre dos aficiones rivales sirvió de alivio para aquellos que nos gusta el fútbol y que, aunque nos quede lejos, nos sentimos afectados y repugnados por lo sucedido en Madrid Río. Saber que un aficionado de 43 años ha dejado huérfanos a dos hijos y viuda a una madre, te deja pocas ganas de seguir disfrutando de un deporte que se ve ensuciado por la ignorancia y la vileza de unos pocos, sea cuales sean sus colores, sus bandos, sus himnos y sus trastornos y tragedias. Esgrimir una barra de hierro porque defiendes un escudo de fútbol tiene el mismo sentido que comenzar guerras por petróleo o cruzadas por la religión. El balón es pasión pero la pasión debería aliarse con la razón para disfrutar de las emociones con el conocimiento más sano y amistoso. Y ésa fue la lección que dieron ayer las aficiones del Barakaldo y el Guadalajara. Ya desde el sábado se apoderaron del ambiente nocturno las cinco centenas de aficionados alcarreños que armados de dulzainas y tambores se dedicaron a corear su nombre y el de sus rivales sin más ánimo que disfrutar. Acabaron encaramados en el barrio de Rontegi, apoderándose de la plazoleta donde se encuentra el Centro Regional Manchego y hermanándose con las peñas locales de Bultza Taldea y Baraka Gazte Taldea. El buen rollo siguió el domingo, con pasacalles hasta el estadio y compartiendo, una vez dentro, la grada con los aficionados barakaldeses. Durante el partido, rivalidad a la hora de gritar, pero cambiándose los nombres de los equipos de vez en cuando. Y, al terminar el partido, una buena lección de saber cómo perder y una emocionante despedida con los jugadores del Barakaldo aplaudiéndoles y recibiendo de vuelta el reconocimiento de la Zorra Alkarreña, una peña de aficionados del Dépor que acabó en la grada coreando el nombre de su equipo y del rival mientras botaban y bailaban con los socios y aficionados del Barakaldo. Sin duda, una lección de los valores que debería promover el fútbol. 
No quiero terminar con más reflexiones sesudas ni trascendentales. Solo quedarme con el buen sabor de boca. Espero que no me vuelva a tocar hablar de situaciones desagradables, aunque todos sabemos que el deporte profesional suele servir de escenario para algunas de las pasiones más primitivas y sombrías del ser humano. Hace poco fue un aficionado del Estrella Roja en Estambul, ayer uno del Deportivo de La Coruña en Madrid. Ojalá ambos sean los últimos en dos deportes que han vivido tantas tardes negras que, por mucho que no hayan conseguido oscurecer de todo el resto, deberían servirnos de recuerdo para respirar diez veces, si hace falta, antes de dejarnos llevar por incendios que arden rápido y sin ningún sentido.

Posdata: la foto, como bien se indica sobreimpresionado, pertenece al CD Guadalajara. No he querido subir fotografías de la grada, pero tenéis en internet recursos de sobra, vídeos, fotografías, comentarios, para averiguar cómo fue el encuentro en lo que se refiere a animación y celebración. 

Will Artino




Me voy a imaginar que alguno hasta lo echabais de menos y os preguntabais qué habría sido de los arrendajos. Aunque lo dude. Porque sí, la liga ya ha empezado y los chicos de Creighton ya han disputado nada menos que siete partidos. Marzo aún queda lejos pero la maquinaria ya está en marcha y ya no parará. Es tiempo de baloncesto en el país de los Harlem Globetrotters. 

Aquellos que seguíais estas secciones en años anteriores, recordaréis que la última temporada fue histórica en la universidad de Omaha. Quizás los resultados no fueron extraordinarios, aunque sí excelentes, pero se debutó en una nueva conferencia, se jugó las fases finales por el título nacional y Doug McDermott se convirtió en uno de los mejores anotadores de la historia del baloncesto universitario en los Estados Unidos de América. Darle la réplica a un año con tantas ocurrencias sugestivas, no es nada fácil. De hecho, los Bluejays se enfrentan a la pérdida de cuatro seniors, se dice pronto, que el año pasado eran titulares. Sobrellevar el fin de una generación tan significativa para el programa deportivo de la universidad no es tarea sencilla. Se terminó el periplo universitario de un Doug McDermott que se convirtió en el mejor jugador de la historia de la universidad, y hablamos de una universidad que no ha dado ningún Larry Bird, pero ha tenido, entre otros, ha jugadores como Paul Silas, Benoit Benjamin, Kyle Korver o Rodney Buford. El alero se incorporó, tras el draft, a los Chicago Bulls, y anda intentando encontrar su lugar en un equipo enchufado donde los focos los acaparan Jimmy Butler, Derrick Rose, Pau Gasol o Niko Mirotic. Ahora mismo, no se ha perdido ningún partido, eso sí, sus medias de 3,4 puntos y 1'8 rebotes en apenas 12 minutos por encuentro, invitan a pensar que el de Grand Forks aún está en periodo de aclimatación. No fue él el único en terminar su carrera académica. Jahenns Mannigat, Grant Gibbs y Ethan Wragge cruzaron el charco y se hicieron profesionales en Europa. Manningat juega para el BC Timisoara, actualmente, quinto clasificado de la liga rumana, promediando medias de 6 puntos en 20 minutos. El otrora gran capitán y símbolo del espíritu de brega de los de Omaha, Grant Gibbs, se fue a Holanda para jugar en el Zwolle, donde aporta 5 puntos por partido en, también, unos 20 minutos y su equipo es cuarto ahora mismo. Por último, Ethan Wragge y su rifle de repetición se vinieron a Bilbao y se convirtió en un jugador ACB. Se perdió los dos primeros partidos porque andaba renqueante y se ha echo famoso por sus sesiones de bicicleta estática antes de los partidos. No llega a los 12 minutos de media por partido y promedia 4,4 puntos en cada uno de ellos. Ha dejado destellos de lo rápido y firme que carga su arma, pero aún parece que le queda algo para estar a tope físicamente y aportar algo a un equipo, el Bilbao Basket, que ha empezado la temporada en estado de gracia y ya disfruta de un 7-2 en la clasificación, lo que le coloca a un suspiro de los mejores. Por cierto, Wragge venía con la fama precedida debido a sus estadísticas, pero, en cualquier caso, su primera canasta con los hombres de negro fue de dos puntos. Eso sí, a estas alturas, ya lleva estadísticas globales de 2 de 3 en tiros de dos y 9 de 27 en tiros de tres.

Echando de menos a todos esos era de esperar que esta temporada fuera de reconstrucción para los de Omaha. Pocos confiaban en sus posibilidades antes de comenzar la temporada, y aún sigue habiendo dudas en torno a su valoración para entrar en las candidaturas a su conferencia. Siguen jugadores que este año son seniors y deben rendir por encima de lo que hicieron otros años, como el certero base Austin Chatman, el exterior Avery Dingman o nuestro amigo Will Artino, apodado "The Big Swag", quien debería ganar peso como hombre importante en el equipo. Hubo algunas incorporaciones que hicieron feliz a Greg McDermott y, la verdad, es que el arranque ha sido tan positivo que, a pesar de la pérdida de esos cuatro seniors, Creighton aparece en el puesto 23 de 25 en una de esas dos listas de candidatos al título nacional que tanto mencionamos durante la temporada. En la lista que preparan los entrenadores para el US Today no se les encuentra, pero sí en la que hacen los periodistas para Associated Press. Listas que, por cierto, encabezan este año equipos que ya parecen sonar a comodines inamovibles: Kentucky, Duke Wisconsin, Arizona, Louisville, North Carolina… 

Y esa posición y los cambios de opinión de los expertos se deben a comenzar la temporada con cinco victorias consecutivas y a encontrarse, ahora mismo, con un bagaje de 6 a 1, en el casillero de victorias y derrotas. Nadie esperaba un comienzo tan fulgurante en el que se ha perdido contra la Universidad de Mississippi pero se ha ganado a los Sooners de Oklahoma. El sorprendente rendimiento de jugadores del año pasado como Zach Hanson, Geoffrey Groselle, pero, sobre todo, Isaiah Zierden y la aportación de nuevos jugadores como Rick Kreklow, más irregular, y Toby Hegner, han reforzado el trabajo de Will Artino y Austin Chatman y han convencido a una afición que temía por el rendimiento del equipo tras el final de la mejor generación de seniors de la historia de la universidad. Hanson y Zierden están los dos en su segundo año. El primero es un ala-pivot de 2'05 que el año pasado disputó 24 partidos, sobresaliendo en ocasiones puntuales por el empeño que ponía cuando saltaba desde el banquillo. Zierden es un escolta de 1'87 que ya tuvo bastantes partidos el año pasado (28) pero que parece haber dado un salto definitivo este año y su muñeca está afinada para liderar al equipo. Groselle, por su parte, en edad junior, apenas jugó 15 minutos el año pasado. Ahora, se ha convertido en el suplente de Artino y debe saber aprovechar sus 2'13 para rendir en la zona.
Abrieron el 14 de Noviembre en el CenturyLink ante Central Arkansas con una rotunda victoria por 104 a 77. Jordan Howard y Boo Milligan fueron los mejores en el equipo rival, pero no pudieron hacer nada ante unos arrendajos donde tuvieron minutos hasta trece jugadores. Austin Chatman sigue dirigiendo al equipo con tiento y Devin Brooks es titular indiscutible, al igual que nuestro protagonista Will Artino, quien debutó con unos meritorios 14 puntos y 10 rebotes en apenas 17 minutos. Un recién llegado como Rick Kreklow (exterior en año senior, 2'00 de alto) destacó con 18 puntos y 6 rebotes, pero los verdaderos protagonistas salieron desde el banquillo. Gran partido de Isaiah Zierden, que se fue hasta los 16 puntos con buenos porcentajes, y el inesperado James Milliken (escolta tirador de 1'87 y en edad junior), un jugador que llegó desde Cowley County Community College, donde ya se erigió como un gran tirador y, que, en el primer partido, aprovechó sus 23 minutos. Buen partido también del reserva Zach Hanson con 5 puntos y 7 rebotes y de Geoffrey Groselle con 7 puntos. Tantos minutos repartidos sirvieron para observar cómo esta temporada se huele que la participación de los reservas va a ser fundamental y el protagonismo va a estar más repartido.

Chicago State visitó el Century Link unos días más tarde y también cayeron derrotados, esta vez, por 66 a 84 y de nuevo 13 jugadores repartiéndose los minutos que les otorgaba Greg McDermott. Si en los visitantes Clarke Rosenberg y Anthony Glover fueron los mejores a base de triples, en los de Creighton, destacó un soberano Will Artino con 20 puntos y 8 rebotes. Toby Hegner (un freshman que promete, ala-pivot de 2'08), otro recién llegado que se ha hecho con la titularidad, consiguió 17 puntos y 7 rebotes y Rick Kreklow estuvo más flojo en esta ocasión. Isaiah Zierden volvió a destacar en el banquillo, yéndose hasta los 18 puntos.
El tercer partido consecutivo en apenas seis días también tuvo como escenario la cancha local de los de Nebraska, pero esta vez el partido fue mucho más apretado con la visita de los potentes sooners de Oklahoma. Una victoria de prestigio porque los de Lon Kruger ya han derrotado esta temporada a UCLA y Butler entre otros equipos, pero no pudieron con Creighton a pesar del buen partido de Buddy Hield. Esta vez, Artino se vio superado y se quedó en 3 puntos y 5 rebotes, pero volvieron a responder Isaiah Zierden y Toby Hegner, ambos con 11 puntos, y un Zach Hanson que, desde el banquillo, aportó 9 puntos y 4 rebotes. Eso sí, el mejor de todos fue un espléndido Austin Chatman con 17 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias.
Quedaban otros dos partidos más en Omaha para cerrar esta primera ronda de estreno sin moverse de casa. Y ambos los ganaron, comenzando la temporada con un imponente y sorprendente 5-0. Primero, cayó North Carolina Central por 65 a 45 gracias a la exultante defensa de los de McDermott y la buena mano de un Isaiah Zierden que confirmaba su buen arranque, mostrándose cómodo en ese rol histórico de sexto hombre estratégico. Devin Brooks recuperó la titularidad y se fue hasta los 12 puntos en un partido en el que volvió a haber minutos para todos. Artino jugó 24 minutos en los que consiguió 9 puntos y 4 rebotes. Los segundos en caer fueron Eastern Illinois y, de nuevo, con un resultado rotundo: 75 a 53. Esta vez, el inesperado protagonista fue Geoffrey Groselle que se fue hasta los 15 puntos en apenas 12 minutos y con un solo fallo. James Milliken aprovechó los 29 minutos que le dio el entrenador para sumar 7 puntos y coger 10 rebotes. Toby Hegner se fue hasta los 13 y los demás acabaron más tranquilos y por debajo de las dobles figuras. Artino aportó 5 puntos y 3 rebotes.
La primera derrota llegó hace dos días al perder en Niceville, Florida, ante la histórica Ole Miss. El gran partido de Jarvis Summers y del reserva Ladarius White ayudó a que los de la universidad de Mississippi vencieran por 68 a 75 a los de Creighton. Austin Chatman con 15 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias, Devin Brooks con 14 puntos y Isaiah Zierden con otros 18 fueron los mejores en un partido en el que se tiraron hasta 31 triples para conseguir 13. Artino se quedó en 4 puntos y 2 rebotes. Regresó Avery Dingman, un senior que debe ser fundamental, aunque solo sea en el liderazgo más espiritual, tras una lesión que le había tenido apartado en los primeros partidos.
Finalmente, de esta derrota se resarcieron ayer mismo con una victoria ante Middle Tennessee para cerrar su gira por Florida, donde el equipo está disputando el Emerald Coast Classic. Los minutos y los puntos estuvieron muy repartidos, en una tendencia que parece que va a ser habitual este año. Solo Zierden hizo dobles figuras, y ya es el máximo anotador del equipo. Will Artino hizo un buen partido y sumó con 9 puntos y 4 rebotes. Avery Dingman consiguió su primer triple en esta, su última temporada en el baloncesto universitario. 

Como decía al principio, queda mucho todavía y, aunque cada año me planteo no hacerlo, una vez más, seguiremos dándole cobertura a la temporada de los de la Universidad de Creighton, aunque a veces el ritmo sea lento o poco fiable.