lunes, 29 de julio de 2013

Alade Aminu



Esta vez voy a fusilar el artículo de otro, aunque luego lo destroce retorciéndolo con mi estilo y añadiéndole demasiados complementos. En cualquier caso, lo primero es señalar que lo que cuento lo han contado antes en la edición vizcaína de la web de información deportiva El Desmarque (en este artículo, hacen referencia a otro anterior en la web solobasket.com, pero yo ése no lo he leído). La curiosidad me ha podido y he decidido hacerme eco de ello en este blog. 
Hace ya un mes se indicaba que el Bilbao Basket le había hecho una oferta a Rafael Hettsheimeir, descartado por el Real Madrid, para cerrar su plantilla con un jugador interior de garantías. Unas semanas más tarde, se apuntaba desde otras fuentes que el Bilbao Basket buscaba dar la campanada y firmar a todo un veterano del baloncesto europeo aunque sea australiano, David Andersen, ex del Barcelona y de los Houston Rockets, que no tenía visos de seguir en el Fenerbahçe Ülkersport. Hace solo unos días, más rumores aún ampliaban la nómina de candidatos a cerrar la plantilla de Rafa Pueyo y, esta vez, se indicaba que el refuerzo también podía venir de Turquía pero con menos pedigrí. Alade Aminu es el último nombre que se ha sumado a la lista. 
Abdul Wahab "Alade" Aminu mide 2'10, tiene 25 años, y nació en Atlanta, Georgia. Tiene la doble nacionalidad: de Nigeria y de los Estados Unidos de América. Su hermano pequeño, Al-Farouq Aminu, juega en los New Orleans Pelicans. El mayor de los Aminu se graduó por la universidad de Georgia Tech con la que cumplió sus cuatro años de periplo universitario aunque acabaría sin ser drafteado en el año 2009. Como muchos otros compañeros, probó suerte en la NBDL y repartió su experiencia entre los Erie Bayhawks y los Bakersfield Jam. Al año siguiente, decidió probar suerte en Europa y aceptó la oferta del Élan Chalon francés. Tras dos años aprendiendo francés, aceptó la oferta del Pinar Karsiyaka turco para comenzar una nueva aventura en la Turkish Basketball League. Esta temporada, ha repetido el patrón de sus actuaciones sólidas y ha acabado la temporada regular con unas medias de 11.9 puntos y 5.9 rebotes por partido, números que prácticamente calcó en la EuroChallenge. Competición esta, por cierto, en la que ha jugado las dos últimas finales. Las dos las ha perdido. Este año, perdieron ante el Karnye Krylia de Serguey Bazarevich, quien se apoyó en el gran rendimiento de los americanos DeJuan Collins, Cedric Simmons y Andre Smith. Aminu estuvo en sus números: 12 puntos, 5 rebotes, 3 robos y 1 tapón. Pero no fue suficiente. Igual que no fue suficiente el año anterior cuando aún estaba enrolado en el Élal Chalon. De la mano de Gregor Beugnot, los franceses llegaron a la final gracias a la gran temporada de jugadores como Blake Schilb, Steed Tchicamboud, Joffrey Lauvergne o el propio Aminu, quien, en la final, volvió a repetir sus números con 13 puntos y 8 rebotes. Sin embargo, el Besiktas de Ergin Ataman fue demasiado para los franceses. Zoran Erceg y Pops Mensah-Bosu dominaron los tableros: 25 puntos y 15 rebotes el primero, 26 puntos y 20 rebotes el segundo. Unos números arrolladores. Carlos Arroyo y David Hawkins hicieron el resto. 
Con este bagaje, Aminu ha llamado la atención de varios equipos. En la ACB, no solo se le ha relacionado con el Bilbao Basket. En la tabla de mercado que gestiona la página web oficial de la ACB también se le coloca en la casilla de "se especula" que le corresponde al Bruixa d'Or Manresa.
De todas formas, y presentado ya al detalle, no era tanto Aminu como su equipo en Turquía quien llamaba la atención del artículo al que hacía referencia al principio (también de ahí he cogido prestado la fotografía). Y es que parece que la región de Karsiyaka donde juega el Pinar es, en palabras de Efecan Tekin, al que citan en el artículo, "un distrito con personalidad propia de la provincia de Izmir, una de las ciudades más bellas de todo Turquía. Sus habitantes consideran su distrito como algo diferente al resto de la provincia y están muy orgullosos de pertenecer a Karsiyaka". ¿Y a qué responde esta respuesta del tal Tekin? Pues responde a una curiosa costumbre que tiene parte de la afición de este club turco, una afición a la que se califica de fiel y entregada. Al parecer, y según se explica en el artículo, parte de la afición del Pinar ha adoptado la ikurriña como bandera particular para animar a su equipo y darle vistosidad a la grada. No es que a Karsiyaka emigraran pastores vascos a mediados de siglo XX ni que algún navegante bermeano dejara allí su impronta. El razonamiento es mucho más simple: los colores coinciden y un aficionado se instaló durante un tiempo en Euskadi. Según se detalla en el artículo, la curiosa escena se produce porque un aficionado del equipo, Volkan Derya Ozokmen, vivió en Bilbao por cuestiones laborales hace ya más de diez años. Durante su estancia, descubrió la ikurriña y se la llevó con él a Karsiyaka. 
La imagen lo dice todo. 
Si finalmente Aminu juega en Bilbao, ya vendrá sobre aviso. Si ficha por Manresa, quizás cuando viaje a Gasteiz, Donostia o Bilbao se encuentre con las banderas y se piense que han venido a verle desde Karsiyaka. Habrá que esperar para saber si es Aminu, Andersen, Hettsheimeir u otro el que se une a los Álex Mumbrú, Germán Gabriel y compañía. Mientras tanto, en Turquía ondean ikurriñas y puede que las mismas ondeen también este año en Bilbao porque ambos equipos jugarán la Eurocup. Puede que el sorteo quiera que se enfrenten y la casualidad haga aún más visible esta curiosa utilización de los símbolos.

miércoles, 24 de julio de 2013

David Mainz



No voy a decir nada que no sepáis, a poco que hayáis estado leyendo la prensa deportiva estos días. Incluso, ya se ha hecho algún reportaje ambicioso recogiendo todos estos datos y sacando conclusiones sociales y económicas que trascienden lo meramente deportivo. De todas formas, y sin ser tan ambicioso, yo también quería dejar testimonio de mi asombro por el carácter internacional que está tomando el mercado futbolístico este verano. Ya era una tendencia ascendente y, el dato más evidente, se reflejaba en los periódicos deportivos de tirada nacional, que se habían visto obligados a crear secciones de fútbol internacional específicas para seguir la trayectoria extranjera del producto nacional. En otros tiempos, casos como el de Luis Suárez, Ricardo Gallego, Víctor Muñoz, Gaizka Mendieta, Francisco Javier Farinós o el propio Pep Guardiola resultaban de lo más exóticos, por no retrotraernos a los tiempos de la guerra civil y los exiliados futbolísticos. Pero, desde hace unos años, son cada vez más los futbolistas de la península que se aventuran a ligas internacionales, algunos incluso jugadores humildes que dan el salto desde categorías inferiores hasta países con poca tradición futbolística. 
Sin embargo, esa tendencia ha explotado este año. Incluso el poderío económico de equipos como FC Barcelona o Real Madrid no ha sido suficiente para retener a algunos de sus jugadores. En otros casos, hasta les ha favorecido y han conseguido liberarse de sus excedentes con mayor facilidad. De todas formas, la pérdida de talento, al menos nominal, en esta próxima liga, va a ser evidente, y más aún, en lo que se refiere al producto nacional. Porque no hablo ya de los movimientos de jugadores foráneos, quienes, desde siempre, lo mismo que vienen se van. Este año se han perdido entrenadores (José Mourinho, Phillippe Montanier o Manuel Pellegrini) y algún jugador importante (Radamel Falcao, Abdel Barrada, Fede Fernández, Alejandro "Chori" Domínguez, Tino Costa, Emir Spahic o Roland Lamah), pero, con todo, lo que más llama la atención es el número y el talento exportado a otras ligas que parecen estar superando, si no lo han hecho ya, en competitividad y poder adquisitivo a la tan vanagloriada Liga BBVA. La lista es inmensa, llamativa y significativa: 

Fernando Llorente a la Juventus, Fernando Amorebieta al Fulham, Joel Robles al Everton, Thiago Alcántara al Bayern Munich, Marc Muniesa al Stoke City, Adrián San Miguel al West Ham, José Alberto Cañas al Swansea, Alejandro Pozuelo al Swansea, Iago Aspas al Liverpool, Dani Abalo al Ludogorets, Jordi Amat al Swansea, José Manuel Jiménez "Mané" al Maccabi de Tel Aviv, Iñigo López al PAOK, Joaquín Sánchez a la Fiorentina, José Callejón al Nápoles, Rubén Albiol al Nápoles, Jesús Navas al Manchester City, Álvaro Negredo al Manchester City, Andrés Palop al Bayern Leverkusen, Antonio Luna al Aston Villa, Luis Alberto Romero al Liverpool, José Campaña al Crystal Palace...

Ellos son los que han llamado la atención de los analistas para concluir que la liga española, sobre todo, en sus niveles medio y bajo está perdiendo su ascendente ante otros mercados europeos y que, probablemente, esto refleje no solo la actual situación económica del país, si no la mala gestión de otras situaciones económicas pretéritas de números positivos e ingresos sustanciosos. Como decía, no han abierto camino, si no que lo continuan, y aprovechan el que ya abrieron en su día, y siguen allí, muchos otros compatriotas como César Azpilicueta, Pepe Reina (parece que cambiará Liverpool por Nápoles), Bojan Krkic (cambia Italia por Holanda), Fernando Torres, Juan Mata, Mikel Arteta, David de Gea, Nacho Monreal, Javi García, Santi Cazorla, Miguel Pérez "Michu", David Silva, Javier Garrido, Javi Martínez, Álvaro Domínguez, Borja Valero, Diego Capel, David Fuster, Albert Riera, Jonathan Soriano, José Manuel Jurado, Alberto Zapater, Marc Crosas... Si todos ellos regresaran a la Liga, y teniendo en cuenta que todos no iban a poder repartirse entre los tres o cuatro equipos que acaparan la atención mediática y el rédito económico, no cabe duda de que el nivel futbolístico de la liga crecería de manera esponencial. De hecho, parece que podremos ver en breve una selección estatal sin prácticamente jugadores que participen en la liga nacional. Con todo, hay quien aprovecha para demostrar carácter positivo y recuerda que esto puede ayudar a que los equipos confíen (aunque sea obligados) en sus canteras, con lo que aparezcan nuevos talentos y se beneficien jugadores que, en otras circunstancias, verían truncadas sus carreras deportivas. Habrá que ver si, efectivamente, ésa es la tendencia, o los equipos recurren a mercados internacionales con producto más barato. Es significativo que equipos con una cantera tan válida como Betis o Espanyol, se desprendan de sus jugadores sin apenas haberlos disfrutado. Quitando el caso de Beñat Etxebarria, que parece moverse por otro tipo de sentimientos, el Betis ha perdido en los últimos años a Ezequiel Calvente, Alejandro Pozuelo o José Alberto Cañas o Adrián San Miguel y, durante este verano, se ha escuchado que el Tottenham Hotspurs podía ir a por Álvaro Vadillo. En el caso del Espanyol, desde hace unos años, jugadores de la capacidad de Didac Vila, Víctor Ruiz, Javi Márquez, Álvaro Vázquez, Jordi Amat o Raúl Baena han abandonado el equipo, por una u otra razón, antes de que tuvieran tiempo de triunfar con el equipo periquito. Supongo que esos movimientos solo se pueden entender en términos económicos, aunque también se deberían estudiar valores políticos, sociales y hasta culturales que han abierto fronteras y han permitido que los futbolistas observen la posibilidad de emigrar al extranjero como una ocasión menos arriesgada de lo que podía suponerse en el pasado. 
Quizás esos condicionantes no sean tan aplicables a los casos más llamativos, en los que, casi en líneas generales, los contratos de los jugadores se ven mejorados altamente, y los equipos sacan un beneficio considerable. Sin embargo, si se deberían considerar cuando se estudia el caso de otros jugadores más humildes. Ya no sorprende ver a jugadores españoles jugando en Hong Kong o Chipre, a otros marcando goles en Austria o a Mikel Álvaro, Ustaritz Aldekoaotalora, Carles Coto o Xisco Muñoz siendo campeones de Georgia con el Dinamo de Tiblisi. Sorprendía ver a Xabier Azkargorta viajando a Bolivia o Japón, a Julio Salinas en este último país o a Aitor Karanka jugando con los Colorado Rapids, pero ya solo esbozamos una irónica sonrisa si nos dicen que Juan Carlos Garrido triunfa en Bélgica o que Benito Floro es el nuevo seleccionador nacional de Canadá. Son los tiempos que corren. 

Este año hay nuevos jugadores de categorías inferiores, de Segunda o Segunda B, que han aceptado alguna de esas ofertas que cada vez son menos exóticas:

 Juanjo deja el Alavés y se marcha al Asteras Tripolis donde ya jugaban unos cuantos españoles; Gerard Deulofeu sale cedido del Barcelona para marcharse al Everton, donde aún no saben escribir su apellido; Fede Vico deja el Córdoba por el Anderlecht; José Martínez se va al Omonia Nicosia; Javi Acuña al Watford, Jesús Berrocal pasa del Recreativo al Buriram de Tailandia; Rubén Rochina regresa al Blackburn Rovers; el joven Kike Pina ficha por el juvenil del Benfica; Jonan García, veterano que acaba de conseguir el ascenso con el Alavés, se va a Grecia para jugar con el Xanthi; o David Mainz, un ídolo este año en Ipurua, abandona con pena el Eibar para intentarlo en el ambicioso proyecto del equipo boliviano Wilstermann. 

Son solo unos pocos ejemplos, de los jugadores con contratos nada multimillonarios, que emigrarán este año en busca de parné y, quién sabe, una carrera deportiva más ambiciosa. Incluso de títulos, aunque no les de para ganar el balón de oro. 

En el lado contrario de la balanza, son pocos los que han vuelto, pero no dejan de ser algunos:
 
Didac Vila regresa a la Liga española para jugar cedido en el Betis; Fran Sandaza, después de su broma telefónica, dejó el Glasgow Rangers y jugará en el Lugo; Jesús Fernández "Suso" ha sido cedido por el Liverpool al Almería; Daniel Carvajal regresa al Real Madrid; Jordi Figueras jugará en el Rayo cedido por el Brujas; Manuel Agudo "Nolito" abadona el Benfica porque Luis Enrique le ha llamado para su nuevo y flamante Celta; Sergio Escudero ya estuvo la temporada pasada cedido en el Getafe por el Schalke 04 y ahora es nuevo jugador del equipo madrileño; David Barral regresa a la liga desde el Orduspor turco; José Ángel Valdés vuelve a ser cedido por la Roma a la Real Sociedad; Oriol Romeu llega del Chelsea al Valencia; Albert Serrán del AEK de Atenas al Alcorcón; Xisco Jiménez, del Newcastle al Córdoba; Eduard Campadabal, del Wigan al Córdoba; Alejandro Torres "Chando", del AEK de Larnaca al Girona; y Agus García de ser compañero de Barral en el Orduspor a jugar en el Mallorca.

Todos ellos, y habrá más, regresan a la liga después de haber pasado por una experiencia que a buen seguro les habrá servido para mejorar. Y aún queda mercado. El Valencia se resiste a dejar marchar a Roberto Soldado, pero el delantero internacional podría ser el próximo. Hoy mismo, la versión digital de un periódicto deportivo de tirada nacional recoge todos estos movimientos con un titular que solo advierte el lado positivo más superficial: "Campeones por el Mundo", lo titulan. Y explican debajo: "La Armada, esa legión de más de 200 jugadores y casi una veintena de entrenadores repartida por las Primeras divisiones de cerca de 60 países, ha protagonizado la temporada más exitosa de su historia" (Diario Marca, versión digital, 24 de Julio de 2013). Los apelativos patrióticos y los datos factuales no deberían evitar una reflexión más profunda que considerara tanto los aspectos positivos como los negativos y, por supuesto, las buenas y las malas consecuencias de esta tendencia que, per se, solo dibuja un panorama que encaja perfectamente con la realidad social, económica y cultural del mundo globalizado. 

Por supuesto, solo me queda recordar que alguna de las afirmaciones que dejo aquí por escrito suenan sentenciosas y muy sesudas, pero solo he escrito esta entrada haciendo un repaso somero a los datos publicados en algunos periódicos y sin hacer un verdadero trabajo investigador y reflexivo. Así que invito a que todo lo que he dicho no sirva para sacar conclusiones si no, a lo sumo, para invitar a la reflexión y a que otros, de verdad, estudien las causas y las consecuencias, si es que merece la pena, de este nuevo mercado del fútbol internacional. Por no entrar, no he entrado a valorar por qué unos cuestan 5 millones y otros 65, quiénes vienen nuevos de otros países para jugar aquí, los presupuestos económicos de los equipos, la situación económica de los países que los acogen, la fiscalidad, las edades y trayectorias de esos jugadores, el porcentaje de los que permanecen en la Liga... y muchos otros factores que deberían haberse considerado para permitirse el lujo de ofrecer cualquier conclusión con un mínimo de fiabilidad. 

La foto y el titular para el delantero aragonés David Mainz quien ya ha debutado con Wilstermann y se ha estrenado como goleador. Tras su gran temporada en el Eibar, donde participó en el ascenso de los hombres de Gaizka Garitano, y con mucha presencia, ojalá le vaya bien en su aventura boliviana. La foto la he sacando de una búsqueda de google y, al parecer, proviene de una página de facebook que recoge las noticias de este club histórico de la liga boliviana.

martes, 23 de julio de 2013

Cyril Gautier



Nada más terminar el Tour, la reputada y recomendable página web de noticias sobre ciclismo Biciclismo.com eligió a sus diez nombres propios del Tour del centenario. Los elegidos fueron: Richie Porte, Chris Froome, Rui Costa, David López, Joaquim Rodríguez, Roman Kreuziger, Marcel Kittel, Nairo Quintana, Alejandro Valverde y Jens Voigt. Quizás, puestos a crear debate, a alguno le sorprendan ciertas ausencias y la presencia de corredores como David López o Jens Voigt. La del barakaldés, a pesar de que sea paisano, me sorprende a mí también. La elección de Jens Voigt, no. Al alemán, apunto de cumplir 42 años y aún decidiendo si seguirá una temporada más, había que levantarle una estatua del tamaño de la torre Eiffel para honrar el ciclismo. La experta redacción de biciclismo.com justifica sus seleccionados y, con ello, ofrece un resumen bastante acertado de la última edición de la carrera francesa. 
Así que, y a lo que iba, siguiendo su método, pero dándole una capa de barniz propia de este blog, yo voy a elegir a mis diez corredores del pasado Tour, aquellos que representaron los valores que caracterizan a este deporte, o que con su actuación se ganaron la atención de los aficionados. Como yo soy dado a llevar la contraria y dar la nota, no voy a elegir lo evidente. Más aún, cuando me pongo una condición para hacer esta lista: que ninguno de los que eligió biciclismo.com esté en ella. Sin mucho pensarlo, ésta es mi lista de los diez nombres que resumen, en combinación con los otros diez anteriormente nombrados, lo que ha ocurrido en el recorrido de Córcega a París. Va:

Cyril Gautier

Hay corredores que, por las razones que sean, se han tirado veinte días pedaleando por Francia y no se les ha visto. No han pillado una escapada, no se han caído, no han podido trabajar para nadie y han transcurrido todo el Tour en un segundo plano, casi que en un tercero, en el anonimato. No es el caso de Cyril Gautier. A sus 26 años, este francés, sin ganar ni rozarlo, se ha labrado una visibilidad muy del estilo Europcar. Bernaudeau estará contento de su trabajo. Se escapó sin descanso, atacó sin cordura, peleó sin medida y trabajó para Pierre Rolland cuando hizo falta. Ya nadie le confundirá con Jean Paul Gaultier.

Christophe Riblon

A sus 32 años, el veterano corredor francés contaba con una victoria de etapa en el Tour de Francia y un puñado de ellas en carreras menores. Este año repitió éxito y, además, lo celebraron en Francia ofreciéndole el maillot de la combatividad que hace unos años llevó a Amets Txurruka al pódium de París. Riblon dejó un espectáculo maravilloso con su tozudez extrema en Alpe d'Huez, pero también dio gusto verle subir en Le Semnoz cuando ya no se jugaba nada. Siempre puedes contar con que Riblon aparecerá cuando se empina la carretera. 

Tejay Van Garderen

Precisamente, por lo contrario al anterior, porque se hundió de manera trágica. Van Garderen venía con aspiraciones y su primer Tour con galones se le atragantó. Se recompuso en la parte final y estuvo apunto de agarrar la épica en los Alpes, pero se le escabulló de entre los dedos para alegría de Christophe Riblon. Aún así, volvió a intentarlo y merecía la pena destacar su actitud después de convertirse en un líder golpeado por el mazo. 

Alberto Contador

Supongo que si siempre ocuparía esta lista cuando gana, también habrá de ocuparla cuando, "pierde". El de Pinto ha conseguido tanto, que cualquier puesto que no sea el 1º parece una derrota. Desde el principio se le vio que no tenía piernas, pero no se escondió, siguió aceptando su rol aunque solo fuera por currículo y, ayudado por Mauro Tosatto y Danielle Bennati en una ocasión, por Nicholas Roche y Michael Rogers en otra, y por Roman Kreuziger siempre, lo intentó hasta de manera torpe e ineficaz. No voy a decir que dé placer ver sucumbir a los campeones, pero se agradece la humanidad de sus derrotas. Ha sabido digerirlo. Habrá que ver cómo sabe digerir el epílogo y, sobre todo, las declaraciones recientes de Oleg Tinkov. 

Bauke Mollema

Durante una semana y media, él y Laurens ten Dam le pusieron a Holanda la piel de gallina, o de pétalo de tulipán. Todo el mundo en los Países Bajos más altos, se ilusionaron con el rendimiento de los dos hombres de Belkin. Al final, Mollema acabó relegado en los Alpes y se conformó con una meritoria sexta plaza. Ten Dam cayó al puesto 13º. Mollema nunca se cansa de intentarlo, es bregador y atrevido. Este año ha cambiado sus hábitos de entrenamiento y tiene aún 27 años. Puede que tenga margen de mejora en sus piernas y en su cabeza. Holanda lo celebrará. 

Jan Bakelants

Ganó una etapa con pundonor y, cuando podía haberse apalancado en el pelotón ya contento con lo que había hecho, no se conformó y fue uno de los habituales en las escapadas o los intentos de escapada. Fue líder en su primer Tour para un tío que ha corrido siete grandes y siempre ha quedado entre los cuarenta primeros. Es sólido como una tableta de chocolate belga. 

Andy Schleck

Hacer vigésimo para un corredor como él es un fracaso absoluto. Sin embargo, el luxemburgués llevaba tanto tiempo deambulando por el desierto que ya se había mimetizado con la arena. Se le volvió a ver por la cabeza, incluso con protagonismo, y no deja de ser un aliento para el futuro. Tanto él como su hermano acaban de renovar por el equipo, y, a sus 28 años, se espera que este Tour no sea más que la promesa de la total recuperación de un corredor al que la pelvis ha estado apunto de costarle una carrera.

Peter Sagan

Se va a tener que inventar otra cosa porque lo de los caballitos ya está muy visto. Lo de pellizcarle el trasero a las azafatas no moló, así que puede que ahora tenga que entrar en meta levantando la rueda de atrás. Seguro que algo se le ocurre. Tiene 23 años, la mirada traviesa y una mente demasiado ágil en ocasiones. Pero, sobre todo, lo que tiene son unas piernas portentosas. El de Zilina lleva más de diez victorias este año, incluyendo la victoria de etapa que rascó en este Tour donde, por cierto, tuvo que estar esprintando desde el comienzo de etapa para arañar puntos y conseguir, como al final hizo, el maillot verde de la regularidad. No es el primero, ya ganó el de 2012, y probablemente no sea el último. Apunta a que puede romper todos los récords, pero siempre hay piedras en el camino que si no sabes cómo evitarlas te pueden romper la progresión o la rueda delantera.

Romain Bardet

Podía haber puesto a Alexis Vuillermoz, por ejemplo, que quedó un montón de puestos por debajo, pero que se dejó ver en las cuestas para alegría del ciclismo francés. Bardet, a sus 23 años, quedó, finalmente, 15º y tuvo presencia en la carretera, como ya la había tenido antes en otras pruebas esta temporada. Ha habido otros jóvenes que han estado por delante de él y que quizás merecieran antes el dudoso honor de estar en esta lista, como Michal Kwiatkowski, pero quería hacerle un guiño al ciclismo francés. Y es que Bardet, junto con la decepcionante pero aún con solución actuación de Thibaut Pinot, y muchos otros corredores jóvenes franceses como Anthony Delaplace, Arnaud Demare, Alexis Vuillermoz, Blel Kadri, Nacer Bouhanni, Alexandre Geniez, Johan Le Bon, Arthur Vichot, Kenny Elissonde, Warren Barguil, Cyril Gautier, Jerome Cousin, Kevin Reza, Yohan Bagot, Romain Hardy, Rudy Molard, Adrien Petit y tantos otros prometen días de gloria para un ciclismo francés que había andado, últimamente, un tanto cabizbajo.

Juan José Lobato

Porque es muy bravo. Se ha metido en los esprints y ha conseguido buenos puestos aunque muy lejos de los mejores. Su maillot de color naranja hacía más fácil seguirle en medio de ese espectáculo casi dantesco de empujones, pullazos, codazos y frenazos. Se pasaba el último kilómetro como un cazador solitario saltando de mata en mata e intentando coger ruedas como quien persigue el vuelo de los pichones. En cualquier caso, si está en la lista, es por, aunque no haya que aplaudir este tipo de actuaciones, haberle plantado cara a Mark Cavendish. Siempre se cuenta que el británico tiene un carácter difícil y se mueve por el pelotón haciendo gala de sus galones. Quiere que le limpien el camino y que respeten su jerarquía, pero hay gente que no está dispuesto a soportarle privilegios. Contaban al comienzo del Tour que Lobato fue uno de esos y contestó a unas malas formas del británico, se enzarzaron con un par de zarpazos, acabaron sin gafas, y sus directores lo arreglaron al final de la etapa aunque ambos no mostraron mucho entusiasmo a la hora de darse la mano. Todo esto lo leí en prensa, así que no viene de primera mano. No he oído ni a Lobato ni a Cavendish hablar al respecto, así que dejaré por escrito que puede que alguna de las afirmaciones que he hecho baile o sea incorrecta. En cualquier caso, su arrojo y bravura quedaron bien expresadas en la carretera. 

Podía haber habido otros, incluso fuera de la carretera, y entonces hubiera hablado de todo el Orica Greenedge y de sus vídeos rockeros, de la veteranía de Stuart O'Grady, del maillot de Daryl Impey o de Simon Gerrans, de la porfía de Juan Antonio Flecha, de los lamentos de Igor González de Galdeano, de los chistes de Pedro Delgado, la resistencia desesperada de Svein Tuft, el trabajo en equipo de Euskaltel-Euskadi, de la sorpresa de Matteo Trentin y, sobre todo, del talento artístico de parte del público que, francés e internacional, volvió a llenar las cunetas y, en algunos casos, ingeniando auténticas obras de arte móviles para celebrar el paso del Tour. Otra cosa son los cencerros con piernas que se empeñan en correr al rebufo de los corredores e incluso palmearles el trasero, te pasas unos metros rogando que lleguen las vallas. Uno que ha estado ahí y que les ha visto pasar, sabe de la debilidad de un corredor exprimido subiendo rampas del 10% después de más de cien kilómetros, y ha leído a gente como Roberto Laiseka confirmando que mientras van en la bicicleta a ese nivel de esfuerzo casi que ni oyen los gritos de ánimo, es todo un rumor borroso que incita y ayuda pero que no saben distinguir con claridad. Por lo tanto, si le estás trillando la oreja a gritos que le pueden hacer más daño que beneficio y le estás amenazando con tu peligrosa carrera, ¿por qué lo haces? ¿Por qué te quitas la camiseta, te vistes con un banana hammock al estilo de Borat o te disfrazas de cualquier gilipollez? ¿Para salir en la televisión? ¿Para animar? Más bien lo primero, ¿no? Que cada uno se asome a los montes como le de la gana, que aplauda a quien quiera o a todos, que exprese su opinión y sus preferencias, que sostenga este deporte con su presencia, pero que lo haga con respeto y un poquito de sentido común, no lanzando orina porque me creo con potestad de juzgar.

El año que viene más. El título para Cyril Gautier, por ser el primero de la lista aunque haya sido casualidad, y la foto para Peter Sagan haciendo uno de sus caballitos, que queda muy vistoso. Foto que por cierto, he conseguido haciendo una búsqueda en google y aparentemente pertenece a la web ciclismo.as.com.

viernes, 19 de julio de 2013

Svein Tuft



Con algún intermedio para hacer algo útil como comer, ir al baño, leer un rato o cabecear cinco minutos de siesta, he de reconocer que me he tragado la etapa del Tour de To a Ur. De Bourg-d'Oisans a Le Grand-Bornand. Casi que he hecho como Pedro Delgado y Carlos de Andrés y he aprovechado los descensos para comer. 
Los primeros kilómetros han sido divertidos: la osadía de Ryder Hesjedal, la ilusión de Ion Izagirre, un pelotón de cuarenta detrás, Christophe Riblon que se iba, Pierre Rolland que buscaba la épica, Romain Sicard que emulaba a Jens Voigt, Daniel Navarro que se superaba, Mikel Nieve que se bloqueaba, Andreas Kloden que hacía bicicleta estática, Rui Costa que rompía la pendiente como si se tratara de una pompa de jabón. Por detrás, el espectáculo ha sido mínimo. Es muy ventajista reprocharles a los corredores que no ataquen a la desesperada, que no se despeñen cuesta abajo, que no hagan gestos de dolor y expriman sus piernas en la turbomix de sus vielas. Si no lo han hecho, será que no han podido. 
El Glandon se ha presentado como un monstruo dormido, La Madelaine como una broma pesada y la sierra punzante del final de la etapa se ha convertido en un tiovivo de dolor y sufrimiento. Decían que era la etapa reina, y quizás por eso ha aparecido hasta la lluvia. 
Puede que los aficionados se queden con un sabor de boca agridulce. Al fin y al cabo, se llegó a Alpe d'Huez y no ganó ningún favorito. Y hoy ha sucedido lo mismo. Chris Froome pareció desfallecer y aún así reforzó su liderato. Joaquim Rodríguez llega tarde, y Nairo Quintana parece que muy pronto. Y no hemos dejado de maldecir aquella rueda rota y aquel abanico que nos robó cierta emoción en estas etapas alpinas. Aún así, el ciclismo siempre guarda un hueco para el deleite deportivo. Ayer se disfrutó con la desesperada resistencia de Tejay Van Garderen y con la épica ambición de Christophe Riblon, y hoy han vuelto a ser corredores que no aparecen entre los primeros los que han demostrado que por alguna razón son tres los corredores que suben al pódium pero muchos más los que forman el pelotón. 
Aún queda subir a Le Semnoz para buscar a Camille. La etapa será corta y los que entienden anuncian que el ganador puede estar entre los que luchan por desbancar al británico impasible. Jamás había visto a un tío correr como él. Y no me refiero a que batiera el récord de subida al Mont Ventoux, si no a ese pedaleo encabritado, como si fuera un niño enfurruñado que agacha la cabeza y se pone a patalear de tal manera que su bicicleta vuela con un extrarrestre en el cestaño. Es lo que Roger Grimau al tiro en suspensión o lo que Chuck Hayes al tiro libre, pero a él, encima, le funciona mejor que a estos otros dos jugadores de baloncesto. Parece un ejercicio de ficción imaginarse que mañana alguien le pueda arrebatar el primer puesto. Alberto Contador no tiene las piernas que tenía antes. Roman Kreuziger ya llega habiendo dado todo lo que tenía y Nairo Quintana parece que necesita un último hervor. A sus 28 años, el británico de origen sudafricano se va a alzar con su primer Tour de Francia y puede que no sea el último. No será el primero para su equipo, al que se le ha critado infinitamente la capacidad de estrategia y la táctica en carrera, pero aún así, debería agradecerle a gente como Richie Porte, Ian Stannard o Peter Kennaugh la labor de zapa que han hecho para él. 
Por lo demás, el Tour nos dejará otras imágenes, muchas ya se repiten pero por repetidas no dejan de otorgarle a este deporte la trascendencia que a veces le quitan otras noticias. La crisis económica, el eterno dopaje y la contabilidad esforzada que parecen llevar algunos ciclistas no resta para que las bicicletas sigan llamando la atención de todos esos aficionados que se arriman a la cuneta. Los mismos que aplauden a Pierre Rolland cuando se abandona a su suerte después de perseguir un objetivo que le rehuía con demasiada velocidad, o a un Svein Tuft que ha recuperado su posición al borde de la clasificación. No empezó como farolillo esta jornada, aunque venía siéndolo, pero el canadiense ha llegado hoy a más de treinta cinco minutos en el pelotón de los velocistas. Y su esfuerzo era aún más entrañable, porque el ocho veces campeón de contrarreloj de su país, se ha caído en un descenso, por si no tenía suficiente con tener que volver luego a ascender sano.Tuft, por cierto, debutaba este año en el Tour a pesar de contar ya con 36 años y una larga carrera deportiva.
Quedan dos etapas, una de día y cuesta arriba, la otra plana y a oscuras. París verá el final del Tour de Francia del centenario que no de la temporada. Aún nos quedará para disfrutar con la Klasika, la Vuelta, el Campeonato del Mundo y mucho más en una temporada que, eso sí, puede que vea morir, quizás de tanto crecer, a uno de los proyectos deportivos más lóngevos de este deporte. Una lástima. 

martes, 16 de julio de 2013

Pierre André Gobet



Hace mucho tiempo escribí una entrada en este mismo blog hablando de la subida de Ueli Steck al Eiger por su famosa cara norte (nordwand, en alemán, la llaman, mordwand, en un juego de palabras entre nord y mord, muerte en alemán), allí donde se inventó el turismo, en los Alpes suizos, donde Karl Mehringer y Max Sedlmeyer inauguraron la tragedia de una subida que aún hoy en día sigue siendo épica. 
También en el Mont Blanc, la montaña más alta de la Unión Europea, hay subidas épicas que han permanecido durante años. 23 años, en concreto, ha durado la escalada más rápida a la cima de la montaña maldita. En su día, el suizo Pierre André Gobet subió y bajó del Mont Blanc en unas cinco horas y diez minutos. Hace unas semanas, Kilian Jornet batió ese récord. Subió y bajó hasta la cima, situada a 4810 metros, en cuatro horas y 57 minutos. Salió de la iglesia de Chamonix, subió hasta Grand Mulets en menos de dos horas, llegó a Vallot en tres, y estaba en la cima 3 horas y 30 después. De ahí, se lanzó a tumba abierta en un descenso en el que su compañero de travesía, Matheo Jacquemound sufrió una caída y no pudo entrar, de regreso, en Chamonix, acompañando al catalán. 
Los datos asustan. Y lo hacen más aún si se consideran los detalles. Un tío aparece por la iglesia sin camiseta, con los bastones en la mano, y no necesita ni sentarse para atender a la prensa. Acaba de superar un desnivel positivo de casi 4.000 metros y treinta y dos kilómetros, con unas zapatillas con clavos, pantalones cortos, una camiseta térmica, cortavientos, pantalón largo cortavientos, riñonera, guantes, tubular, agua, dos geles, un reloj, quince metros de cuerda, una frontal, los bastones y sus gafas de sol. No necesitó más ayuda. Ni ropa pesada ni oxígeno. Ni ayuda del exterior. 
Por supuesto, es Kilian Jornet. Nacido en Sabadell en 1987, con su 1'71 metros de altura y sus 56 kilos de peso, el catalán es toda una fuerza de la naturaleza. Y aquí la frase está perfectamente utilizada, porque Jornet es fuerza y es naturaleza. Con su talento, el ultrafondista, esquiador y alpinista catalán ha desechado convertirse en una estrella de disciplinas más visibles para mantenerse fiel a lo que ama: la montaña. Sus reflexiones son profundas, su espíritu es límpido, sus piernas robustas. Su palmarés parece inalcanzable. En el mismo Mont Blanc, no es la primera vez que deja escrito su nombre sobre las piedras del macizo granítico. Ya ha ganado en tres ocasiones la ultratrail del Mont Blanc, una de las carreras más duras de montaña. Hace un año, rompió otro récord, superó la arista Innominata, una de las subidas más duras y técnicas al Mont Blanc que se encuentra en el lado sur de la montaña para cruzar de Italia a Francia. Salió poco después de las tres de la mañana de Courmayeur, Italia, un 18 de Septiembre, llegó a Chamonix, Francia, tras 42 kilómetros y 3810 metros de desnivel, 8 horas y 42 minutos más tarde.
Jornet se encuentra realizando el gran reto de su vida, completar las siete montañas más altas en siete continentes diferentes, las siete montañas de su vida. El objetivo es hacerlo con especial atención a la conexión naturaleza-ser humano. Todo terminará, si va bien, dentro de un par de años con su intento de escalar el Everest tal y como lo ha hecho con el Mont Blanc. Quizás hasta intente batir el récord de subida que mantiene aún Kazi Sherpa. Lo consiga o no lo consiga, seguro que deja algunas imágenes difíciles de olvidar. 
Os dejo con unos cuantos vídeos, un par de ellos, o tres. El primero es el reportaje de su travesía Courmayeur-Mont Blanc-Chamonix, se te pone la piel de gallina solo de verle comenzar por las calles dormidas de Courmayeur. El segundo es su llegada hace unos días a Chamonix después de batir el récord de ascensión al Mont Blanc. Se ríe y todo. El tercero es el vídeo de presentación de su proyecto "Summits of My Life" donde colabora hasta Carles Puyol.

Por cierto, la imagen, añade aún más valor a los éxitos de este atleta. Y, si queréis saber de dónde la saqué, se puede encontrar por internet. Yo me topé con ella en una búsqueda de google que remitía a la hemeroteca del Mundo Deportivo, pero había otras versiones de otras fuentes. 




viernes, 12 de julio de 2013

Chris McCormack



¿Lo estabais esperando? ¿Nos hemos hecho de rogar? O a lo mejor... ya ni os acordabais o no tenéis ni idea de qué estamos hablando... pero sí. Querais o no querais, aquí está de vuelta. Librando obstáculos, superando la crisis, la inercia y hasta el éxito, con el mismo espíritu, la misma ilusión y el mismo objetivo... ¡Vuelve la Porma! Por tercer año consecutivo, la carrera Pormaratoniana, la original, la auténtica, la verdadera y la única que aúna, de verdad, espíritu competitivo y festivo...  regresa al calendario no oficial y furtivo.
La III Carrera Pormaratoniana se disputará en 2013 el día 12 de Octubre, así que ya podéis empezar a buscar el rotulador rojo para hacerle un círculo a ese día en vuestros calendarios, esos que os regalaron en el banco. No hay disculpa que valga. El 12 de Octubre, todos, y todas, en pantalón corto, con mallas o sin mallas, en zapatillas, ya sean asics o j'haiber, en camiseta, ya sea técnica o de algodón, pero todos en persona y con una sonrisa en la boca, nos juntaremos un sábado esperemos que soleado y ¡a correr!
En esta ocasión, y como bien dijo uno de los organizadores el pasado miércoles mientras revisábamos a paso ligero el recorrido potencial, volveremos a nuestros orígenes. Os podemos adelantar que la edición de 2013 empezará en el Polideportivo de Gorostiza en Barakaldo y terminará en el mismo sitio. Aún no os podemos adelantar el recorrido exacto pero lo haremos próximamente. Sí os podemos asegurar que la distancia mantendrá la tradición de no llegar a los diez kilómetros pero tampoco andar muy lejos.
En cualquier caso, ya lo sabéis, manteneros informados en pormaratones.blogspot.com o en cronicadeportivasentimental.blogspot.com. En ambos blogs os iremos comunicando todo lo necesario para saber cómo participar en esta tercera edición y, si estáis en forma y tenéis el valor, convertiros en el ganador de la tercera edición. Como siempre, habrá sorpresas, premios, bolsa del corredor e información oficial. Incluso, si está en nuestra mano, organizaremos alguna quedada anticipada para que los participantes que así lo deseen verifiquen el recorrido con antelación. También, por supuesto, os avisaremos con tiempo de la apertura del plazo de inscripción y, sí, un año más, os pediremos una cuota de inscripción que servirá, como siempre, no para que los organizadores se lucren pero sí para que todo funcione perfectamente. Invitamos a todos los antiguos participantes y a todos aquellos que quieran estrenarse a que se animen a participar, sin olvidar, como siempre recordamos, que ésta es una carrera que carece de oficialidad y no deja de ser, más o menos organizada, una reunión de amigos que quieren disfrutar de su pasión por el atletismo popular. 
Por último, podemos avanzaros que en el ánimo de la organización está que, este año sí, recuperemos la tradición original de celebrar el éxito deportivo de la mañana con una buena comilona y unos cuantos brindis al anochecer. También de eso os mantendremos informados para que todo aquel que quiera se sume a la fiesta. 
Posdata: ¿Os mola el cartel? Es que este año, y si ya ayudaba antes, ahora más involucrado que nunca, la organización se complace en contar con un auténtico artista de la infografía. A que parecemos profesionales y todo...

La organización de la III Carrera Pormaratoniana

Y, como cada año, busco el nombre de un atleta que agrupe, de aquí en adelante, todas las entradas que informarán o comentarán lo que vaya sucediendo antes, durante y después de la Pormaratoniana. El primer año fue Osoro Ondoro, el segundo Emil Zatopek, y este año, por aquello de que muchos de los clásicos participantes de esta carrera se han encariñado este año con la disciplina del triatlón, será Chris "Macca" McCormack quien encabece estas entradas. McCormack, a sus 40 años, sigue compitiendo después de haber sido dos veces campeón del mundo de ironman, una vez campeón del mundo de triatlón y una vez campeón del mundo de larga distancia. El currículo deportivo del australiano no entraría en este blog, así que creo que con un resumen tan poco justo como este último, vamos a tener que darnos por satisfechos. Chris McCormack, en cualquier caso, le toma el relevo a Ondoro y Zatopek y disfrutará del honor que supone ser el padrino de una carrera tan solemne y memorable como la Pormaratoniana. ¿Que no?

jueves, 11 de julio de 2013

Marcel Kittel



Aunque matemáticamente no sea así (van doce y son veintiuna), me doy el capricho de convenir que estamos en el ecuador del Tour. Y como hasta ahora no había dicho ni mú, aprovecho esta relajada y soleada tarde de principios de julio (ya casi mediados) para hacer recuento. 
Supongo que si tuviera que hacer una lectura general y resumida de lo que va de Tour tendría que destacar lo que todo el mundo hace: que Chris Froome se muestra infranqueable. Ya han pasado los Pirineos, ya se ha corrido la primera contrarreloj larga, ya se ha descansado un día, y el británico encabeza la clasificación con más de tres minutos sobre su inmediato perseguidor. 
Centrándonos en la clasificación general, no quedan más lecturas que ésa: aceptar la superioridad, por ahora, del líder del Sky. Asestó el primer golpe en la primera etapa pirenaica, donde Richie Porte le acompañó a un ritmo desquiciado. Después, en la segunda, y a pesar de que su equipo se resquebrajó como nadie podía esperar, resistió la atrevida estrategia del Movistar y no tuvo problemas para mantener a raya a Valverde y a Contador. Ayer, ante la preciosa estampa de Mount Saint Michel, se creció en la lucha contra el crono y solo Tony Martin, un avezado especialista, fue más rápido que él. Todos sus rivales acabaron admitiendo cabizbajos que, por ahora, nadie puede rechistar su superioridad. Y he dicho por ahora por dos veces porque el Tour es largo. Aún queda otra contrarreloj en la que, probablemente, Froome amplíe su ventaja y, si demuestra la velocidad en rampa que ha demostrado, no debería tener problemas para soportar los ataques, pero su equipo se muestra vulnerable y la última semana del Tour será terrorífica. El domingo llegarán al histórico Mont Ventoux y después vendrá la doble subida a Alpe d'Huez seguida de la etapa que termina en Le Grand Bornand, donde tendrán que subir el Glandon, la Madeleine y la Croix Fry, y el día antes de que termine subirán a Semnoz donde puede que les reciban los espíritus de Les Revenants. Hay algo más que invita a suponer que aún habrá batalla y es que parece que hay corredores dispuestos a plantearla. Una lectura positiva de la clasificación general del Tour en estos momentos es que dos equipos, Saxo Tinkoff y Movistar, tienen más de un arma con el que atacar a Froome. Si no es Contador, puede ser Kreuziger, si no es Valverde, pueden ser Rui Costa o Quintana. Los dos estiletes del Euskaltel, Nieve y Antón, también lo intentarán, y aún quedarán los atrevidos holandeses y belgas, los Bauke Mollema, Laurens ten Dam, Thomas de Gendt, Maxime Monfort o Wouter Poels, y toda la caterva de aspirantes que se apiñan en unos pocos minutos, desde los más veteranos como Cadel Evans, el renacido, aunque aún renqueante, Andy Schleck o Joaquim Rodríguez, hasta los más jóvenes, como Michal Kwiatkowski o Daniel Martin. Es decir, rivales no faltan, y muchos pueden colaborar, entre otras cosas, porque visten el mismo maillot. Así que, aunque parezca que Chris Froome es capaz de resistir hasta un ataque de Superman en culot y sobre la bicicleta, se puede aventurar que va a tener que trabajar de lo duro. 
Por lo demás, el Tour está pasando muy rápido, tan rápido como está yendo Marcel Kittel (a Iwan Spekenbrink, gerente del Argos Shimano, no le tienen que caber más dientes en su sonrisa). A Mark Cavendish le ha salido un competidor de altura. A sus apenas 25 años, el corpulento y rubio alemán, le ha salido contestario. Ya había ganado en Vuelta a Polonia, París-Niza o Vuelta a España, pero las tres victorias que ya ha conseguido en el Tour le aúpan a lo más alto de la jerarquía velocista. Hoy, en Tours, le ha ganado a Cavendish porque sus piernas han sido más fuertes que las del ciclista de la isla de Man. 
Otras lecturas de lo que va de Tour, nos dejan la posibilidad de hablar de desencanto entre las aficiones francesas e italianas y de alegría entre los irlandeses, los belgas, sudáfricanos y los australianos. Sobre todo, los australianos. Al fin y al cabo, Daniel Martin le ha dado la primera victoria a Irlanda desde que en 1992, su tío, Stephen Roche, consiguiera la última suya; Jan Bakelants homenajeó a los grandes aventureros; Simon Gerrans y el Orica Greenedge alegraron a los seguidores de las antípodas; y Daryl Impey aprovechó esa alegría para convertirse en el primer sudáfricano en vestir el maillot del Tour. El eslovaco Peter Sagan, por otra parte, se confirma como un candidato firme para convertirse en el corredor más regular de la historia del Tour.
Fuera de los grandes focos, el Tour, por ahora, nos deja el nacimiento de algunas nuevas promesas, como la del polaco Kwiatkowski, la del francés Romain Bardet o la del americano Andrew Talansky, la ausencia de dopaje, la variedad de caídas (aunque casi sin afectar a ningún favorito), la debilidad de Alberto Contador y, sobre todo, las continuas malas noticias sobre la situación económica de los equipos profesionales, llevándose la palma, para desgracia del ciclismo vasco, el proyecto que Igor González de Galdeano y la empresa Euskaltel comenzaron hace solo un puñado de meses. Después de dar un giro a la política del equipo y emprender camino sin la Fundación Euskadi, ahora resulta que se ahogan en una miseria económica que parece responder a las exigencias de la máxima competición. Habrá que esperar un poco para ver cómo se resuelve todo, aunque, no sé si como parte de una nueva estrategia, Igor González de Galdeano no ha dejado de mostrar su opinión más que negativa con respecto a la situación del equipo. 
En cualquier caso, queda mucho por delante y seguro que nuevos protagonistas, muchos que no habrán sido ni mencionados en esta entrada, buscarán su minuto de gloria con ahínco y capacidad de sufrimiento. No sé si aguantaré hasta la veintiuno o volveré antes, pero ya habrá momento de recapitular y ver qué ha acabado por ofrecernos esta edición tan conmemorativa del Tour.

lunes, 8 de julio de 2013

Agnus Young



Ya se hicieron famosos con el vídeo musical que se curraron imitando a Carly Rae Jepsen con su éxito "Call Me Maybe", pero ahora, los corredores del Orica Greenedge han hecho lo que parecía imposible: superarse. Quizás éste sea el secreto de su gran Tour de Francia, porque, por lo que se ve en el vídeo, tienen un buen rollo que da envidia y un arte que supongo que les dará fuerzas para pedalear. 
Esta vez, se dejan de éxitos comerciales de última generación, y se montan una auténtica ópera rock con un clásico de su país, de la que ellos mismos califican al comienzo del vídeo como "la mejor banda de rock del mundo". La canción es "You Shook Me All Night Long" y los corredores del equipo australiano demuestran un sentido del humor que debería otorgarles ya, de antemano, uno de esos leones que regala el tour, con los dedos cornudos, al equipo más rockero del pelotón. Ver a Eddy Merckx pegándose un punteo con una guitarra de plástico, impagable. La colaboración de Phillippe Gilbert, también impagable. 
Sabíamos que Bradley Wiggins es un mod confeso y que a Igor Antón le gusta el metal más extremo, pero lo de esta banda de ciclistas rockero uniendo pedales de bici y de distorsión no se lo podía esperar nadie. Grandes.
¿Qué opinará Agnus Young de sus imitadores deportivos? 
Disfrutad:





viernes, 5 de julio de 2013

Brad Stevens



Sorprendente fichaje de los Boston Celtics. Danny Ainge, general manager del equipo que preside Rich Gotham, ha lanzado un órdago y tras la marcha de Glenn "Doc" Rivers a Los Ángeles Clippers, le ha dado su equipo al novato y jovencísimo Brad Stevens. No sé si alguno de los miles de analistas que trabajan en los Estados Unidos podía esperarse este movimiento, pero estoy seguro de que el 99% de los aficionados, ya lo sean de los Celtics o del baloncesto en general, no podían esperarse una apuesta tan arriesgada como ésta.
Los Celtics de Boston se fundaron un 6 de Junio de 1946. Es decir, llevan 67 años de historia. Y en esos sesenta y siete años de historia, y contando ya a Brad Stevens, solo han tenido 17 entrenadores. Pensad que Jesús Gil y Gil, es un caso extremo y no extrapolable, sí, pero Jesús Gil y Gil tuvo más de treinta entrenadores en su período como presidente del Atlético de Madrid. Pensad que los Lakers se fundaron también en 1946 y los Bulls en 1966. En los mismos años de historia, los de Los Ángeles han tenido 24 entrenadores y los de Chicago, 21 en 20 años menos de historia.
Cierto es que de esos 67 años, Red Auerbach cumplió 16, todos consecutivos. Y que no es el único que ha vencido un largo período de trabajo en el banquillo de los de Boston, porque otros, como el propio Glenn Doc Rivers o Tom Heinsohn rozaron la decena. Pero, en resumen, han sido muy pocos los afortunados que han entrenado a los históricos Celtics. Además de los ya mencionados, han sido estos: John Russell, Alvin Julian, Bill Russell, Tom Sanders, Dave Cowens, Bill Fitch, K.C. Jones, Jimmy Rodgers, Chris Ford, M.L. Carr, Rick Pitino, Jim O'Brien y John Carroll. Solo Red Auerbach (9 en 16 años), Bill Russell (2 en 3), Tom Heinsohn (2 en 9), Bill Fitch (1 en 4), K.C. Jones (2 en 5) y Doc Rivers (1 en 9) han conseguido ponerse el anillo mientras entrenaban al equipo. Ése será el objetivo más ambicioso del decimoséptimo entrenador de los Celtics, Brad Stevens. 
Stevens tiene 36 años (cumplirá 37 en Octubre) y se convertirá, la próxima temporada, en el entrenador más joven de la competición. No lo será de la historia, porque ahí siempre emerge la sorprendente historia de Dave DeBusschere, uno de los doce jugadores que ha jugado tanto en las ligas mayores de beisbol como en la NBA, y que de 1964 a 1967 se convirtió en el entrenador más joven de la NBA (24 años) cuando aceptó entrenar a los Detroit Pistons mientras seguía jugando. En 1968 ficharía por los New York Knicks aunque ya solo como jugador. 
Sin embargo, lo que quizás sorprenda del fichaje de Stevens, no es tanto su edad, como el hecho de que nunca ha jugado ni entrenado en la NBA, porque Stevens, natural de Indiana, dejó el baloncesto tras cumplir su periplo universitario en la universidad de DePauw en la tercera división de la NCAA. Stevens estuvo trabajando para una farmacéutica antes de dejar su puesto para intentarlo en el mundo del baloncesto. Entró en el programa de baloncesto de la universidad indianesa de Butler, primero como voluntario, después como ayudante de Todd Lickliter, actual entrenador de Marian University, y cuando éste lo dejó en 2007, Stevens pasó a ser el entrenador principal. Tenía apenas 31 años y tardó poco en disfrutar de la gloria cuando consiguió llevar a Butler a dos finales consecutivas de la NCAA. La primera la perdieron en la temporada 2009-2010 ante Duke, y la segunda, al año siguiente, ante UConn. Fueron los años de los Gordon Hayward, Matt Howard y Shelvin Mack, y que ya comentamos en este blog. Butler se convirtió en el símbolo del éxito de las universidades pequeñas y Stevens fue elogiado por su trabajo, resaltándose que él era el secreto del éxito de Butler, gracias, en buena medida, a su énfasis en el trabajo de equipo, su diversidad de recursos y su capacidad de liderazgo. 
No es la primera vez que los Celtics apuestan por un entrenador NCAA para liderar su equipo. Ya el primer entrenador que inauguró la lista, John Russell, regresó a los banquillos tras el parón de la Segunda Guerra Mundial para dirigir a los Celtics habiendo entrenado anteriormente a la Universidad de Seton Hall. Lo mismo pasó con su sucesor, Alvin Julian, quien cogió a los Celtics en 1948 después de haber ganado la NCAA con Holy Cross en 1947. Ya en tiempos más cercanos, Rick Pitino, actual entrenador de la Universidad de Lousiville (con los que ganó la última edición de la NCAA) abandonó la Universidad de Kentucky para aceptar el reto de entrenar a los Celtics en 1997. Eso sí, no era la primera vez que lo intentaba porque, ya en los ochenta, dejó, primero, su puesto en la Universidad de Boston para ser ayudante en los New York Knicks y, poco después, dejó la Universidad de Providence para regresar a los Knicks, aunque, en esta segunda ocasión, ya como primer entrenador. 
En cualquier caso, el nuevo puesto de Brad Stevens ha sorprendido bastante, aunque parece que mucha gente se ha tomado la apuesta de Danny Ainge con una mezcla de, sí, sorpresa, e ilusión. Stevens tiene una reputación ya ganada a sus treinta y pocos años y pocos también son los que dudan de que será capaz de manejar los egos del baloncesto profesional. 
Lo que está claro es que los de Boston andan intentando rejuvenecerse. Tras la apuesta por la veteranía y la experiencia, las salidas de Kevin Garnett (37), Paul Pierce (36) y Jason Terry (36), y la llegada de Stevens y de Kris Humphries (28), Gerald Wallace (31), Tornike Shengelia (22) o los rookies Kelly Olynyk y Colton Iverson le darán un nuevo aire a unos Celtics donde, a buen seguro, aún habrá más cambios. Danny Ainge va a tener trabajo este verano.

miércoles, 3 de julio de 2013

Stuart O'Grady




Hoy ha ganado Mark Cavendish al esprint y ayer lo hizo el Orica Greenedge en la contrarreloj por equipos. Como prometí (creo que no lo hice, pero queda bien decirlo), Crónica Deportiva Sentimental envió a Niza a su propio enviado especial. Os sabéis los datos, y quizás hasta visteis las imágenes: Matthew White exultante, Neil Stephens sonriente, Simon Gerrans convirtiéndose en el tercer australiano en vestir el jersey amarillo. De todos ellos, ninguno encabeza la entrada, lo hace Stuart O'Grady, quien celebró la victoria con sus compañeros, pero tiene algo más que celebrar desde el primer día de carrera: su nuevo récord como el corredor que más ediciones ha disputado de esta carrera (17).
Después de esta breve introducción, os dejo con la crónica de nuestro enviado especial, que responde a las siglas ACHS y que, ya sabéis, corre con asics, con un toque personal y una mirada particular e íntima de la carrera, lo que hace aún más interesante su relato. Los datos los podéis encontrar en prensa. Disfrutad. Por cierto, todo el reportaje fotográfico también le pertenece.

La llegada del Tour a Niza fue todo un evento para la ciudad. Desde el sábado anterior a la celebración de la etapa, un martes, la ciudad estaba de fiesta. Se notaba en el ambiente, en las conversaciones, en la decoración de la ciudad, en todo. La gente que apenas tiene interés por el ciclismo se interesaba en saber qué es el Tour, qué es una contrarreloj por equipos, cómo se desarrolla la prueba etc.
El mismo día de la prueba la ciudad, lógicamente, se transforma, e incluso las bibliotecas cambian sus horarios y adelantan su cierre. Todos, incluido uno mismo, alteramos nuestra rutina para poder disfrutar de la prueba. El martes fue de “media jornada”: se trabajó la mitad. Había que acercarse al recorrido para saludar a los ciclistas.
La etapa empezó sobre las tres de la tarde. Para esa hora, yo ya había recogido todo y estaba dispuesto a salir corriendo en busca de un buen sitio para ver pasar a los grupos. Pronto me di cuenta de que no iba a ser fácil. El sol pegaba fuerte, hacía mucho calor y los sitios a la sombra eran pocos y codiciados. Fue llegar a la calle Gambetta y ver que una gran cantidad de gente se agolpaba en la curva para ver pasar al primer equipo. Tras varios intentos, conseguí hacerme un hueco para poder ver el paso del FDJ, Cofidis y Euskaltel-Euskadi, entre otros. Nunca antes había visto una contrarreloj, y menos aún por equipos. Su velocidad es infernal, apenas les ves pasar. Les oyes, les intuyes, aparecen, pasan y desaparecen en el horizonte, ni dos segundos tardan.
Tras sacar algunas fotografías y algún video me dirigí a la salida. Le meta la había descartado, teniendo en cuenta la cantidad de gente que habría a esas horas en la Promenade des anglais. Seguro que era una misión imposible acercarse a menos de cien metros de la meta. Es por ello que opté por ir en sentido opuesto a la dirección de los ciclistas e ir viendo poco a poco su paso: Movistar, Katusha, Sky, Saxo Tinkoff… Todos pasaron a mi lado. La afición se amontonaba en las aceras, portando cada uno la bandera de su país: Noruega, Canadá, Estados Unidos… El colorido era precioso.
En la salida, pude ver a algún equipo salir en esa posición tan característica de las contrarreloj por equipos. Todos en línea y al mismo tiempo. Superar la zona de la salida fue complicado. Todos los curiosos nos encontrábamos allí y el efecto embudo de la gente llevó a alguna escena complicada.
Superado el atasco oteé en el horizonte los autobuses de los equipos: Garmin, Euskaltel, Europcar, Katusha, Saxo, Lampre… Cuando llegué, los ciclistas que habían terminado estaban estirando en el rodillo, probablemente para meter algún kilómetro más a las piernas, habida cuenta de que la etapa apenas contaba con veinticinco.
En el autobús del Garmin, David Millar acaparaba todas las entrevistas. Apenas se le podía ver entre los periodistas. El resto de integrantes, más tranquilos, veían el desarrollo de la etapa en una televisión del autobús, mientras seguían dándole a los pedales del rodillo.
El siguiente era el autobús del Euskaltel. Rápidamente, me acordé de Rufino Murguia. Allí estaban varios ciclistas estirando, entre ellos, Igor Antón y Mikel Astarloza. Este último se afanaba por dar su opinión al primero sobre cómo se había sentido durante la etapa y cómo había vivido él su trabajo. Fue en ese momento cuando me acerqué a ellos. Aproveché que se bajaban de la bicicleta para preguntarles qué tal la etapa (hay que tener en cuenta que yo no tenía ni idea de cómo lo habían hecho). Sus caras les delataron. Igor Antón apenas me dijo: “Bueno”, en plan, “podía haber sido peor”. Astarloza, en cambio, ni me habló, me miró y el gesto de su cara me lo dijo todo. Estaban disgustados.
Seguí mi recorrido viendo a Joaquim Rodríguez en el rodillo; yendo hacia la salida, apareció Cadel Evans; un poco más adelante, estiraba buena parte del Sky; también me entretuve observando el recibimiento que le hacían a Alberto Contador a su llegada al autobús. Los aficionados franceses se saben perfectamente su nombre. No vi a Chris Froome, aunque tampoco sé qué cara tiene, la verdad.
De regreso a casa, volví a pasar cerca del autobús del Euskaltel. Los ciclistas ya estaban cambiados, subiéndose al coche. Igor Antón apuraba una conversación con un conocido. Sus palabras fueron claras: “Por lo menos, no seremos los últimos”. Pobre Euskaltel, espero que levanten el ánimo. Después de Víctor Cabedo, de Rufino Murguía, de los problemas económicos, de la salida de Miguel Madariaga, de la mala temporada en lo deportivo… Espero que llegue una victoria que ayude a que Astarloza esboce una sonrisa la próxima vez que un aficionado le aborde.

Texto y fotografías: Álvaro Chaparro Sainz


Gaizka Garitano



Se acabó eso de subir y bajar. Hasta el año que viene. O hasta que se terminen los procesos judiciales. Pero, bueno, parece que en el fútbol no ocurre como en el baloncesto y sí que habrá ascensos y descensos. El Deportivo de Augusto César Lendoiro (parece que nadie le convence de jubilarse), el Mallorca y el Zaragoza jugarán una categoría más abajo para desgracia de sus aficiones. Sus lugares los ocuparán el Elche, primero en conseguirlo, el Villarreal, después, y el último que quedaba, el Almería de Xabier Gracia, a quien conseguir tamaño éxito parece que no le va a dar la oportunidad de debutar en primera como entrenador. Seguro que el navarro consigue algún día tener la oportunidad. Ahora toca recomponer las plantillas para ajustarse a sus nuevas categorías, y en eso andan los seis. El Dépor ya sabe que Valerón no seguirá y como él muchos otros, aunque sea por otras razones. Por ahora, ha sonado el nombre de Alex Gueijo para la delantera. Zaragoza confirmó que Paco Herrera será el entrenador que intente devolverlos a primera. En el Mallorca, insisten en que no malvenderán a Gio Dos Santos, quien parece estar, precisamente, cerca de uno de los clubes que ocupará el lugar del Mallorca en primera, el Villarreal. Los valencianos también han estado unidos al nombre de varios futbolistas que protagonizaron los primeros rumores del verano: Guido Pizarro, Lucas Orban, Pedro Ríos, Federico Fazio, Tomás Pina o Antonio Rukavina. Hoy mismo comentaban que en Elche, los dirigentes del equipo ilicitano no están preocupados por no haber hecho ningún fichaje a estas alturas. Han perdido a un par de jugadores importantes, eso sí, Xabier Etxeita jugará en el Athletic y Jordi Xumetra con el Levante. Por último, en el Almería aún andaban celebrando el ascenso cuando se confirmó que Charles Dias fichaba por el nuevo Celta de Luis Enrique y Jabi Gracia no renovaba su contrato.
También se decidieron este fin de semana los nuevos equipos de Segunda división. El Eibar y el Jaén acompañarán, finalmente, al Alavés de Natxo González y al Tenerife de Álvaro Cervera. El Jaén sufrió para convertirse en el tercer ganador de grupo en ascender, después de arrancar un desesperado empate a cero en su propio campo. El Huracán valenciano, verdugo del Bilbao Athletic, tuvo el histórico ascenso a tiro, y nunca mejor dicho, pero, en la que era prácticamente la última jugada del partido, el veterano Raúl Gaitán sacó un balón de debajo de los palos. Por su parte, Gaizka Garitano, Patxi Ferreira e Iñaki Lafuente han conseguido devolver al Eibar a segunda cuatro años después. Para eso, eliminaron, y de manera contundente (3-0, 0-1) al otro campeón de grupo que faltaba, el Hospitalet. Es significativo que, en un momento en el que el equipo eibarrés se ha visto obligado a deshacerse de su filial, el secreto de este ascenso parezca residir en el buen rendimiento de un puñado de jugadores foráneos (Diego Jiménez, Guillermo Roldán, Raúl Navas, Rubén Arroyo...), acompañados de jóvenes vascos con proyección (Yuri Berchiche, Eneko Bóveda, Bingen Erdoiza, Dani García, Jon Errasti...) y, sobre todo, la sorprendente aportación de la cantera del club (Ander Capa, Mikel Abaroa, Xabier Irureta, Aitor Arregi...). Súmale un ramillete de veteranos con fuste como Joseba del Olmo, Mikel Arruabarrena o Txema Añibarro, y ahí lo tienes, el secreto del éxito de un equipo que regresa a la categoría que le hizo histórico para alegría de los bravos eskozeses y demás seguidores armados. 
Por último, en Tercera División también se cumplió el proceso y ya contamos con todos los nuevos equipos que ingresarán en alguno de los cuatro grupos de la Segunda división b. Ya habían logrado la alegría el Rácing del Ferrol, el Elche Ilicitano, el Algeciras, el Las Palmas Atlético, el Burgos CF, el Puerta Bonita madrileño, el Hoya Lorca, el CD Toledo y el Sariñena, todos los cuales consiguieron el ascenso al vencer en la eliminatoria de campeones. Los demás lo han conseguido tras seguir un proceso más largo, pero, junto a estos nueve, otros nueve, para un total de dieciocho que relevarán a los dieciocho que descendieron, han sellado su ascenso en una última y, en algunos casos agónica, ronda final. Estos nueve serán el CD Tropezón, la Cultural Leonesa, el CD El Palo, el UE Olot, el Compostela, el Laudio, el Celta B, el Granada B y el Conquense. Así, a primeras, sorprende (y alegra) ver como recuperan la categoría equipos con cierta historia y ascendente, como el Burgos, el Rácing Ferrol, el Toledo, el Algeciras, el Compos, la Cultu o el Conquense, y el gran número de filiales. En cualquier caso, todos ellos dibujan un mapa diferente que, a buen seguro, obligará a redefinir los grupos en los que se divide la categoría. En lo más cercano, lo que atañe al grupo dos de la categoría, el vasco, alegría por ver que después de muchos intentos el Laudio lo consiguió. Además, su ascenso trajo consigo el del Retuerto, barrio de Barakaldo, a tercera división. Una lástima que la velocidad y la calidad de los jugadores celtiñas, encabezados por el talentoso Santi Mina, hicieran añicos los sueños del Arenas. Los de Javier González Etxebarria también hicieron una gran inversión para conseguir este éxito, pero Txemi Talledo no pudo repetir dos consecutivos. Parece que lo volverán a intentar la próxima temporada. A ver si con más suerte. 

La foto para el banquillo del Eibar tras hacer una rápida búsqueda por las imagenes de google y ofrecerme esta que, al parecer, pertenece a la hemeroteca de diariovasco.com

lunes, 1 de julio de 2013

Alba Torrens



Además, es que da gusto verlas jugar. España se hizo con el título de campeona de Europa 20 años después. Se dice pronto, pero fue allá por 1993 y precisamente ganándole en la final a Francia. Fue en Italia y en aquella selección de Manolo Coloma había jugadoras que pasarían a la historia del baloncesto femenino nacional como Blanca Ares, Betty Cebrián, Marina Ferragut, Pilar Valero, Margarita Geuer...
Lo que hicieron aquéllas ya fue un éxito. Te doy un dato, de 1938 a 1991 se disputaron 23 campeonatos de baloncesto femenino en Europa. Solo el primero, que ganó Italia, y el de 1958, que ganó Bulgaria, no lo ganaron las soviéticas. De hecho, para cuando ganaron en 1993 las españolas, la URSS (que compitió como Rusia) llevaba 17 campeonatos consecutivos. 
Desde entonces, ha habido mucho más colorido: ha vuelto a ganar Rusia (2003, 2007 y 2011) y otras nacionalidades que antes convergían bajo las siglas sobre fondo rojo. Lituania ganó en 1997, Ucrania un año antes. Y también lo han hecho dos que no habían ganado hasta ahora, Francia (2001 y 2009) y República Checa (2005). España ha repetido del plato fuerte de la jornada, como decía aquel, en la última edición que acaba de terminar en Francia, encima, derrotando en la final a las anfitrionas. 
Las chicas entrenadas por el catalán Lucas Mondelo han hecho además un torneo prácticamente perfecto. Y sin el casi. Ha sido perfecto. Acabaron líderes del grupo B tras ganar sus tres partidos en Vannes (y no era un grupo nada fácil). Vencieron por 77 a 72 a las decepcionantes rusas; por 59-71 a las italianas; y por 49-73 a las suecas que quedaron segundas. 
En la segunda fase, España volvió a liderar su grupo con una inmaculada serie de tres victorias: vapulearon a Eslovaquia (80-44), se deshicieron de Montenegro (50-66) y ganaron a Turquía (61-48). Entraron así en la fase final, inaugurando los cuartos con su partido ante la República Checa, que no fue rival: 75-58. Lo duro venía en semifinales con las serbias delante. Pero también superaron esa prueba: gracias al gran partido de Sancho Lyttle y Cristina Ouviña. Solo quedaba un último obstáculo, pero precisamente el más serio: las anfitrionas, ante su público, contra las subcampeonas olímpicas lideradas por Isabelle Yacoubou y Céline Dumerc. Pero también esta hazaña la escribieron. En un final apretado, no apto para cardíacos, las Amaya Valdemoro, Sancho Lyttle, Alba Torrens, Cristina Ouviña, Marta Xargay, Laia Palau, Elisa Aguilar... consiguieron el oro. Y... Laura Nicholls, Cindy Lima, Silvia Domínguez, Queralt Casas... Todas merecen mención, aunque haya sido Lyttle quien se haya llevado el MVP, y Alba Torrens quien haya realizado la mejor actuación individual del torneo y Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar las que hayan recogido los elogios como relevo de aquella otra generación del 93 y ejemplo de la suya que consigue retirarse dando paso a una nueva y celebrándolo con una gran victoria. Y, además, da gusto verlas jugar. 
Las dos se retiran a los 36 años tras un largo bagaje y palmarés. Valdemoro se retira con un palmarés que contempla 8 Ligas, 9 Copas, 4 Supercopas, 3 Copas de Rusia, 1 Superliga Rusa, 3 Anillos de la WNBA, 1 Euroliga y 3 Mundiales de Clubes. La medalla de oro del Eurobasket reluce junto a la plata y los tres bronces que ya tenía y el bronce del Mundobasket de 2010. Aguilar salió de la cantera del Canoe, pasó por la Universidad George Washington, debutó en la WNBA e hizo gran parte de su carrera en Valencia antes de volver a Madrid. Tampoco es corto su palmarés. Las dos representan, como ya he dicho, a esa generación intermedia que ahora da el relevo a las más jóvenes, a las nacidas a finales de los 80 y principios de los 90, encabezadas por Cristina Ouviña y una Alba Torrens, jugadora del Galatasaray turco, que se ha marcado un torneo espectacular.