Hablar
de manera ligera es fácil, y generalmente conduce a error, pero en este blog
parece que no sabemos hacerlo de otra manera. Además, estamos en agosto y nos
hacemos vagos.
Por
no dejar que el blog se muera, me quedaban dos opciones para escribir una nueva
entrada: o baloncesto o ciclismo, que son los deportes que menos practico pero
cuya actualidad más sigo. Me resulta más fácil hablar de eso que de la pretemporada
de fútbol o los torneos veraniegos de pelota mano. Las Olimpiadas las sigo
igual que sigo viendo, cuando me aburro, las reposiciones de series de
televisión españolas antiguas en los canales de la TDT.
Así
que he elegido el baloncesto y su mercado estival, el de fichajes, y, en
concreto el de la ACB, porque el de la NBA, quitando la reciente y abrumadora
renovación de LeBron James, no anda parado, pero sí que ha bajado un poco el
nivel de sorpresa que alcanzó antes de las vacaciones.
Digo
que hablamos ligero porque no vamos a analizar con profundidad ni las causas ni
las consecuencias, y nos conformaremos con impresiones personales y análisis
superficiales. Sin ser un experto, ni tan siquiera un aficionado atento, me da
la sensación de que el mercado de fichajes en la ACB durante este verano, es un
fiel reflejo de los cambios mercantiles que se están produciendo en el deporte
profesional de la canasta. En Europa, el dinero se ha ido a Turquía, y el resto
está en los Estados Unidos, con lo que se ha producido un efecto dominó y las
tendencias adquisitivas de los equipos españoles se han diversificado de una
manera muy curiosa. Repito: todo en mi opinión y no es muy de fiar.
El
año que viene habrá diez españoles en la NBA (Pau Gasol, Marc Gasol, Juancho
Hernangómez, Willy Hernangómez, Álex Abrines, José Manuel Calderón, Niko
Mirotic, Serge Ibaka, Sergio Rodríguez y Ricky Rubio). Muy significativo. A eso
hay que sumarle el resto de europeos con peso en este continente que o han
renovado con buenos contratos o también han aprovechado el aumento del límite
salarial en la gran liga americana para empezar la aventura al otro lado del Atlántico:
Mindaugas Kuzminskas, Dario Saric, Tomas Satoransky, Davis Bertans, Dragan
Bender...
Si
eso no fuera poco, muchos otros jugadores contrastados y de calidad se han ido
a otras ligas europeas, con especial protagonismo de las ligas de Rusia y Turquía.
Solo en el país otomano encontraremos el próximo año a gente como Dairis
Bertans, Alen Omic, Clevin Hannah, Angelo Caloiaro...
El
caso es que el poder adquisitivo de los equipos ACB parece haber caído. Los
movimientos durante este verano han dejado ver pautas que se repiten y otras tendencias
más novedosas. En líneas generales, podríamos resumirlo diciendo que, aunque ha
habido llegadas de buenos y contrastados jugadores, sorprenden los cambios de
cromos entre equipos de la misma competición y la llegada de jugadores
relativamente desconocidos para el espectador medio.
Conviene
recordar que aún hay muchos fichajes por hacer. Hay equipos que, aunque van
rápido, como el nuevo Sevilla con Berni Rodríguez en los despachos, han
empezado tarde y aún les queda trabajo. Hay otros que están esperando y alguno
que ya tiene todo prácticamente finiquitado, pero es probable que en los
próximos días haya más nombres que sumar y quizás nos haga cambiar de opinión.
Con
todo lo que ha habido por ahora, hay que destacar que, como ya hemos dicho, ha
habido muchos cambios de camiseta, traspasos entre equipos de la liga y algunos
con renombre o sorpresa: Adam Waczynski, Fran Vázquez, Will Thomas, Darko
Planinic, Joan Sastre, Jonathan Tabu, Scott Bamforth, Nacho Martin, Giorgios
Bogris, Alberto Corbacho, Txemi Urtasun, Pere Tomas, Goran Suton... Hasta
Sitaphá Savané, que tras regresar a las islas parecía haber encarado el final
de su carrera, ha seguido a Salva Maldonado y empieza nueva aventura en Madrid.
También ha habido regresos a la Liga ACB como los de Martynas Pocius, Luka
Zoric, Luka Bogdanovic, Oliver Stevic o David Jelinek. Se podía interpretar que
los equipos buscaban la seguridad de jugadores que ya conozcan los intangibles
de la liga, mejor que responder a las necesidades de los equipos con apuestas
arriesgadas.
De
otras ligas europeas han llegado gente como Royce O’Neale (Ludwigsburg), Kyle
Fogg (Bremerhaven), Oviu Soko (Enel Brindisi), Mickey McConnell (Chalons),
Billy Baron (Charleroi), Joe Trapani (Cholet), Trent Lockett (Trento), Andrew Albicy
(Gravelines), Adam Pechacek (AZS Koszalin), Aaron Doornekamp (Skyliners
Frankfurt) o Johannes Voigtmann (Skyliners Frankfurt). Alemania siempre ha sido
calado del mercado veraniego para la liga ACB, pero destaca, este año, la
mirada hacia Francia e Italia. Son jugadores que vienen de hacer buenos números
en sus ligas pero, quitando quizás a Voigtmann y Fogg, cuyas temporadas
repercutieron internacionalmente, muchos de ellos llegan siendo una incógnita
aunque, a buen seguro, acaben triunfando y rindiendo con eficacia.
Pero
lo que quizás indica el cambio de corriente es que los jugadores de renombre
que se incorporan a la liga se concentran en dos, tres equipos, a lo sumo cinco
si contamos los interesantes fichajes de Valencia y Unicaja. Anthony Randolph,
Tyrese Rice, Víctor Claver, John Bryant, Andrea Bargnani, Rodrigue Beaubois, Oliver
Lafayette o Trevor Mbakwe son jugadores contrastados o emergentes, con buena
cotización, que podían haber firmado contratos jugosos con otros equipos
europeos. Dos jugadores más llegan desde la NBA, Shane Larkin y Shayne
Whittington, pero, a excepción de Whittington, como decíamos, todos esos
jugadores se concentran en unos pocos equipos, destacando, sobre todo, la
distancia que se está creando entre el Real Madrid y el FC Barcelona y el
resto. Baskonia y Valencia han hecho grandes esfuerzos y el Unicaja cerró su
equipo muy rápido y con argumentos para ilusionar a sus aficionados.
Para
justificar mi argumento de que este año se percibe un cambio en los intereses
de los equipos, en parte debido a la competencia, pero también a su propio
nivel de presupuesto, destacaría tres objetivos que han parecido tener en común
los equipos ACB este año. Aunque no sean nuevos, sí que parece que este año han
tenido más relevancia que en otros veranos pasados. Por un lado, destacaría los
jugadores llegados desde ligas digamos menores, como la LEB. Jugadores que
parece que debutarán o volverán a la ACB tras contar con pocos minutos en otras
temporadas o medrar en LEB y EBA. Hablamos de jugadores como Tadas Sedekerskis,
Daniel Bordignon, Miki Servera, Jonathan Barreiro, Beka Burjanadze, Guillem
Colom, Ferran Bassas o Romaric Belemene.
El
segundo argumento sería la liga de desarrollo de la NBA, la D-League, que se ha
convertido este año en un caladero importante, aunque muchos de los nombres que
sonaron este verano se quedaran en rumores. Desde ahí llegan gente como Michael
Eric, Scott Suggs o el mediático Thanasis Antetokounmpo, hermano de un Giannis
Antetokounmpo que nunca llegó a jugar para el CAI Zaragoza.
Pero,
sobre todo, creo que el mayor indicativo de ese cambio en las incorporaciones
veraniegas de los equipos ACB llega desde los Balcanes. Siempre ha habido
jugadores croatas, serbios, eslovenos... en la ACB, pero este año, sobre todo, llegan
desde las ligas del Adriático o desde otras ligas europeas, siendo algunos
jugadores por descubrir, con buenas estadísticas pero sin el prurito que da
contar ya con un currículo largo y llamativo. Por supuesto, Vladimir Jankovic,
ex del Panathinaikos y nuevo jugador del Valencia, no entraría en esta lista,
pero sí otros como Danilo Nikolic (Mega Leks), Miha Lapornik (Union Olimpija),
Ivan Buva (Avellino), Strahinja Milosevic (Szonolki Olaj), Filip Kraljevic (KK
Zadar), Luka Lapornik (KRKA Novo Mesto), Luksa Andric (BC Astana), Marijan
Cakarun (Helios Suns), Aleksander Cvetkovic (Partizan) o Petar Aranitovic
(Partizan). Da la sensación de que los despachos de los equipos ACB han tenido
claro que si no podían aspirar a los jugadores más reclamados, siempre era un
buen seguro contar con deportistas de países de larga tradición baloncestística
y que parecen prometer un rendimiento de fiar.
Va
a ser, en cualquier caso, una temporada excitante porque el rendimiento de
muchos de estos jugadores va a sorprender a más de uno. Esta sigue siendo una
opinión personal y que os invitaría a discutir y rechazar, pero el cambio de
tendencia en el mercado va a descubrir nuevos talentos, incluso de jugadores
veteranos que no habían tenido hasta ahora la oportunidad de tentarse en estos
niveles. Me da la sensación de que, en líneas generales, todos los equipos
están firmando con coherencia y racionalidad, y quitando la distancia que se
está formando entre la clase alta y baja, sí que parece que la próxima
temporada puede ser una liga más ceñida. Yo no he visto jugar nunca a Marijan
Cakarun (para él el titular y la foto, sacada de una búsqueda en google images
que parece provenir de la web sibenik.in), por ejemplo, y sin faltarle al
respeto, ni tan siquiera había oído hablar de él... ¿Y si es bueno? Creo que
responder a esa pregunta va a ser uno de los alicientes de esta próxima
temporada ACB.
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