Hace tiempo, cuando nos asomábamos más asiduamente por este blog, ya solíamos aventurarnos con este tipo de entradas. Ahora, que nos cuesta mucho más asistir a nuestra cita con la escritura, se nos hace más cuesta arriba.
Sería muy fácil hacer simplemente una lista de nombres, por supuesto. Dado que hemos seguido con atención toda la temporada ciclista profesional, que aún no ha terminado, nos podíamos permitir ir añadiendo, uno detrás de otro, un montón de nombres sin contexto ninguno y ya tendríamos el trabajo hecho.
Mira: Stephen Williams, Gino Mäder, Max Kanter, Robert Stannard, Marc Hirschi, David Per, Miles Scotson, James Shaw, Enzo Wouters, Matteo Moschetti, Luis Villalobos... Australianos, mexicanos, suizos... De todo un poco. Para ampliar la lista, añadiríamos a los que han destacado este año en el Tour del Porvenir, de Tobias Foss a Nils Eekhoff pasando por Stefan Bisseger, Ethan Hayter, Thomas Pidcock, Kaden Groves, Stefano Oldani, Simon Guglielmi, Giovanni Aleotti, Harold Tejada, Mauri Vansevenant, Samuele Battistella, Ilan Van Wilder, Matteo Jorgenson, Clement Champoussin, Sylvain Moniquet... El Porvenir no falla. En los últimos años lo han ganado corredores que, ahora mismo, están disputando con trascendencia la temporada profesional: Miguel Ángel López, Marc Soler, David Gaudu, Egan Bernal y Tadej Pogaçar. Todos han nacido en 1994 o después, excepto Soler, que lo hizo en 1993.
Para completar esta lista de nombres añadiríamos tres de la casa, ya que somos de donde somos: Iñigo Elosegi, Urko Berrade y Unai Cuadrado.
Bien, voy a explicarme ya. Por supuesto, esta colección de nombres responde solo a la juventud de los implicados y su futuro en el ciclismo profesional. La línea límite es el año 1994. Es decir, como mucho, tienen 25 años. Todos ellos cuentan con años por delante para cumplir con lo que ahora mismo prometen.
Como decía, podríamos hacerlo así, rápido y sin mucho fundamento. Antes lo hacíamos, y ahora nos da un poco más de pereza. Pero lo vamos a hacer. Y distinto, de alguna manera. La razón principal de que volvamos a escribir una entrada sobre jóvenes prometedores en el ciclismo profesional es que, en esta ocasión, ya están haciendo lo que prometen. Y por eso, aunque, como he dicho anteriormente, haya caído la asiduidad y el compromiso con el que nos asomamos por este blog, nos animamos a escribir de nuevo sobre ello. Porque sabíamos que no iba a ser la típica lista con decenas de nombres de corredores que no conocemos, en realidad, pero que hemos leído u oído que serán buenos. No, era simplemente un resumen del año, constatando que el cambio ya está aquí. Que irrumpe con fuerza una nueva generación de ciclistas que amenaza con apoderarse del presente tanto o más que del futuro. El nivel de competitividad y de éxito que ya han demostrado un buen puñado de jóvenes valores es tan significativo que entradas como esta se están reproduciendo como artículos periodísticos, o simplemente titulares, en varias fuentes deportivas.
Básicamente, mi idea era ceñirme a los resultados de las tres grandes, por reducir el campo y la exigencia de trabajo y así mostrar lo que estamos diciendo, pero también es cierto que hay algún corredor que es obligado meterlo en esta lista y que no ha rendido o resaltado en ninguna de las tres grandes. Vamos a empezar por este grupo, donde solo incluimos a cuatro corredores, y veréis cómo era necesario hacer estas salvedades.
En concreto, los corredores que hemos elegido, corredores jóvenes que ya han logrado buenos éxitos este año, aunque no haya sido en grandes vueltas, son, por supuesto, uno de los grandes protagonistas de esta generación, Remco Evenepoel, más Mathieu Van der Poel, Alexander Vlasov y Maximilian Schachmann. Este último es alemán, nacido en el año 1994, y este año ya ha sido campeón de ruta en su país, Alemania, ha ganado una etapa en Volta a Catalunya y el Gran Premio Industria y Artigianato-Larciano y, sobre todo, asombró en Euskadi, donde se marchó con tres victorias parciales de la Itzulia, una de las pruebas de una semana más importantes en el calendario UCI World Tour. El ruso Vlasov es, probablemente, de los cuatro elegidos el que menos ruido ha hecho. Nacido en 1996, corre en el Gazprom RusVelo, y este año ha ganado una etapa en la Vuelta a Austria y el campeonato en ruta de su país, Rusia. Pero ha hecho resultados más sorprendentes que dejan intuir un gran futuro, que ya demostró al ganar el Giro amateur en 2018: fue 3º en la Vuelta a Asturias, ganó la montaña en el Tour de Eslovenia, fue 10º en el Tour de los Alpes, 4º en el Giro de Sicilia, 8º en la Vuelta a Andalucía... Por supuesto, los que más trascendencia mediática han tenido son Evenepoel y Van der Poel, con Van Aert, probablemente, los grandes abanderados del futuro del ciclismo europeo. Evenepoel deslumbró en la Klasika de Donostia, una de las grandes clásicas del calendario internacional, a cuyo palmarés se incorporó gracias a su victoria con tan solo 19 años (es del 2000). No ha sido su única victoria de la temporada. Ha ganado también la Vuelta a Bélgica y el campeonato de Europa contrarreloj. El futuro es suyo y el presente probablemente también. Aunque, en parte, lo tendrá que compartir con Van der Poel, Mathieu. Nacido en 1995, su palmarés en la categoría de ciclocross le eleva ya a lo mejor del mismo, pero empieza a despuntar en ruta con exhibiciones como la que dio para imponerse en la prestigiosa Amstel Gold Race. No ha sido su única victoria de la temporada. Acaba de llevarse la Vuelta a Gran Bretaña y ya antes se llevó, entre otras victorias, la Flecha Brabançona o el GP de Denain. Ninguno de ellos ha despuntado (algunos ni han disputado) grandes vueltas pero todos merecían incluirse aquí, ¿no?
Sin embargo, como digo, la mayor evidencia de ese cambio generacional se ha dado en las tres grandes vueltas. Lo podríamos resumir con la confirmación de Caleb Ewan (1994) y Pascal Ackermann (1994) como grandes velocistas en el Giro de Italia, la victoria absoluta de Egan Bernal (1997) en el Tour de Francia y la destacable actuación de Tadej Pogaçar (1998) en la Vuelta a España. Pero, por supuesto, hay más. Y vamos a empezar por el final.
Sí, Pogaçar, a sus 20 años, ha sorprendido a propios y extraños en la Vuelta a España: se ha llevado el maillot blanco de mejor joven, ha ganado tres etapas y se ha encaramado a la 3º posición de la clasificación final después de una exhibición en la penúltima etapa. Ya había ganado en Algarve y California a lo largo del año. Pero ha habido más éxitos precoces. Sergio Higuita (1997) ganó una etapa y fue 14º en la general. Lo ha hecho con Education First, pero la primera parte de la temporada la corrió con la Fundación Euskadi y ya se había estrenado en la Volta ao Alentejo. El francés Remi Cavagna (1995) se pasó media Vuelta escapado y, al final, demostrando ser un rodador de primera, se llevó una etapa. Entre los hombres rápidos, Sam Bennett fue el mejor, pero el único que le plantó cara, ganando, además, dos etapas, la última en Madrid incluida, fue Fabio Jakobsen (1996), aspirante a ser uno de los corredores más ganadores del pelotón internacional. Este año, además de en la Vuelta, ya había conseguido victorias parciales en Turquía, California y Algarve, además de ser campeón de Holanda o llevarse la Scheldeprijs. Además, lleva ganando desde 2016, donde se estrenó con una victoria en el ZLM Tour, teniendo apenas 20 años. El norteamericano Sepp Kuss (1994) también se llevó una victoria parcial, además de destacar como gregario del ganador final, Primoz Roglic, y acabar 29º en la general final. Todos estos se han ido con victorias de la Vuelta, pero es obligado mencionar a otros que lo han intentado o han destacado, aunque no hayan ganado, como Miguel Ángel López (1994), 5º en la Vuelta después de ser 7º en el Giro este año y de haber pisado ya el pódium en grandes, además de haber ganado en su corta carrera etapas en la Vuelta, Tour de Suiza, Vuelta a Catalunya y la general del Tour del Porvenir. James Knox (1994) fue 11º en la general final y Tao Geoghegan Hart (1995) del Team Ineos acabó 20º y se pasó media Vuelta escapado, igual que el portugués del Katusha Ruben Guerreiro (1994), quien acabó finalmente 17º. Y la lista sería enorme, un buen puñado de corredores que, de una u otra manera, se han dejado ver en esta Vuelta, demostrando pundonor, talento y futuro y dejando claro que la próxima generación viene dispuesta a tomar el relevo rápidamente: Domen Novak (1995), Sergio Samitier (1995), Kilian Frankiny (1994), Óscar Rodríguez (1995), Ben O'Connor (1995), Cyril Barthe (1996), Fernando Barceló (1996), Szymon Sajnok (1997), Daniel Martínez (1996), Mark Padun (1996), Neilson Powless (1996), Amanuel Gebreigzabhier Egerzeigzaarhka (1994), Matteo Fabbro (1995), Michael Storer (1997), Fernando Gaviria (1994), Nikklas Eg (1995), Alex Aranburu (1995)...
En el Giro de Italia pudo más la veteranía, pero también hubo ganadores que nacieron antes o en el 94, como el belga Nans Peters (1994) o el velocista colombiano Fernando Gaviria (1994). En las volatas, un clásico del ciclismo italiano, además de Gaviria, como ya hemos dicho, destacaron el australiano Caleb Ewan y el alemán Pascal Ackermann (este se llevó también la clasificación por puntos), los dos del 94, confirmando que son dos de los corredores actuales que más rápidos se muestran en esta especialidad. Otro corredor de la generación de 1994 que destacó en esta edición del Giro de Italia fue el italiano Giulio Ciccone, quien acabó 16º en la general final, se llevó la clasificación de la montaña y ganó una etapa. Pero, además de todos estos corredores, hubo otros que, aunque no levantaran los brazos, disfrutaron de visibilidad en el Giro de 2019. Destacaron gente como el francés Valentin Madouas (1996), 13º en la general final, Hugh Carthy (1994), 11º en la general y que este año ya ha ganado una etapa en la Vuelta a Suiza o el propio Miguel Ángel López, 7º y mejor joven. Por sus maneras y lo que promete, también destacó el ruso Pavel Sivakov (1997), del Team Ineos, quien acabaría 9º en la clasificación final. Este año, Sivakov ya se ha llevado las generales del Tour de los Alpes y de la Vuelta a Polonia, proponiéndose como otro de los favoritos a ocupar portadas en el futuro. Y hubo más, como Edward Dunbar (1996), 22º en la general final, Lucas Hamilton (1996), 25º y ganador este año de la Settimana Coppi e Bartali, Chris Hamilton (1995), Jai Hindley (1996), Giovanni Carboni (1995)... No lo hizo tan bien (acabó 44º en la general) otro talento del Team Ineos, el colombiano Iván Sosa (1997) quien este año revalidó con soltura su triunfo en la general de la Vuelta a Burgos.
En el Tour de Francia, sin duda, el gran protagonismo en cuanto a juventud y éxito fue para Egan Bernal (1997), ganador de la clasificación final, secundando en ello a dos compañeros como Chris Froome, ausente, y Geraint Thomas, segundo en la clasificación de este año. Su talento tan precoz no ha sorprendido a muchos, que ya veían que esto podía pasar desde que corría en Italia y se llevó la general del Tour del Porvenir. Su éxito no puede ocultar el de otros, por supuesto. Sobre todo el del joven belga Wout Van Aert (1994), quien se llevó una etapa de este Tour de Francia, pero en su palmarés de la temporada 2019 también se incluye ser campeón de Bélgica contrarreloj o dos etapas de la Dauphinè Liberè. Escaladores como el francés David Gaudu (1996), quien acabó 13º en la general, o el español Enric Mas (1995), 22º finalmente, y quien ya fuera segundo en la Vuelta de 2018, también son apuestas seguras para próximas ediciones. Hubo más: Laurens de Plus (1995), ganador este año del BinckBankTour, fue 23º en la general del Tour de 2019. Gregor Mühlberger (1994), acabó 25º y Giulio Ciccone, 31º. Otros que también destacaron o se dejaron ver fueron gente como el alemán Lennard Kämna (1996), Tiesj Benoot (1994), Nils Politt (1994), Elie Gesbert (1995), Kasper Asgreen (1995), Benoit Cosnefroy (1995), Iván García Cortina (1995), Matej Mohoric (1994), Jasper Philipsen (1998), quien ya se ha estrenado en el Tour Down Under con 20 años, o su compatriota Aimé de Gendt (1994).
Todos estos corredores, pero sobre todo los Pavel Sivakov, Wout Van Aert, Remco Evenepoel, Mathieu Van der Poel, Egan Bernal, Caleb Ewan, Pascal Ackermann, Tadej Pogaçar, Fabio Jakobsen y Sergio Higuita han demostrado, no solo que se puede confiar en ellos para el futuro, si no que ya están aquí; que, probablemente, el presente ya sea suyo también. Bernal ya se ha llevado el Tour, Evenepoel y Van der Poel ya han ganado clásicas prestigiosas, Ewan y Ackermann ya son grandes velocistas, y gente como Pogaçar, Higuita, Van Aert, Jakobsen o Sivakov ya conocen el triunfo desde edad temprana y en más de una ocasión. Entre el 94 de los más veteranos y el 2000 del precoz Evenepoel se apresta a triunfar una generación de ciclistas a la que, con la debida perspectiva, aspiramos a incluir algo de talento del que tenemos por aquí. Los Óscar Rodríguez, Urko Berrade, Unai Cuadrado, Iñigo Elosegi, Álex Aranburu y compañía intentarán emular a esa generación de los hermanos Izagirre, Pello Bilbao, Castroviejo, Landa, Nieve o Fraile que aún prometen alegrías y resistirse a esta nueva generación. Por cierto, todos estos veteranos corredores tienen algo en común. De alguna u otra manera estuvieron, en algún momento, unidos a la estructura de la Fundación Euskadi. Esperamos que los que ya despuntan o los que prometen por abajo consigan tener el abrigo de un equipo que apoye y empuje el talento como en su momento ocurrió con los más veteranos.
Finalmente, hay que explicar que, por supuesto, hablando de juventud y éxito, nos vemos obligados, aunque sea con dolor y tristeza, a dedicarle la entrada a Bjorg Lambrecht. Si no hubiera sido por el trágico accidente que sufrió en Polonia y que acabó con su vida, este joven de Gante nacido en 1997 hubiera estado seguro en esta lista. A sus 22 años, ya sabía lo que era ganar, habiendo dejado grandes éxitos como su medalla de plata en el Campeonato del Mundo sub23 o su victoria en la Lieja-Bastón-Lieja en la misma categoría. El futuro también era suyo hasta que la desgracia lo evitó. Aunque no sirva de mucho ni tenga gran alcance la repercusión de este blog, era necesario hacerle un pequeño y merecido homenaje, lamentando su muerte y reconociéndole el talento que hasta entonces pudo demostrar.
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