El otro día me lo recordó Gomi. Bueno, no me lo dijo directamente, pero,
hablando de este blog, cosa que, normalmente, hago como una vez cada cinco
años, salió el tema del baloncesto universitario y, aunque no se lo confesé,
mientras seguíamos hablando, bebiendo cerveza y mirando de reojo el repaso que
le daba el Real Madrid al Betis, por dentro pensé: ¡joder, lo tenía olvidado! Y
es cierto, no me había vuelto a acordar de la Universidad de Creighton y sus
arrendajos azules.
Si soy sincero, el año pasado terminé con ganas de no volver a hacerlo. Las
ganas se me fueron quitando ya desde la última temporada de Will Artino,
después de un frío y desalentador correo electrónico del que tampoco voy a
hablar mucho más porque es una gilipollez. Además, como soy cabezón, seguí
hacia adelante. Y me temo que volveré a seguir siendo testarudo esta temporada.
En cualquier caso, no llego tarde. La temporada no empezará hasta el partido
de exhibición que tendrá lugar el 4 de Noviembre, cuando los chicos de Greg
McDermott estrenarán el año delante de su afición y recibirán a Wayne State en
el CenturyLink de Omaha (el estadio estará de estreno antes, porque no falta
nada para que reciban la visita de dos equipos NBA para acoger un partido de
pretemporada). El partido ante Wayne State será el estreno, pero, casi de
seguido, llegarán los primeros partidos oficiales de la temporada. Esta
incluirá, este año, la participación en el Paradise Jam, un torneo que se
disputa en las Islas Vírgenes, y donde los de Creighton competirán por el
título con Washington State en la primera ronda. Si ganaran este primer
partido, se encontrarían luego con Montana o North Carolina State. Por el otro
lado de las eliminatorias, se enfrentarán Loyola Chicago, St. Joseph's, Oral
Roberts y Old Mississippi. A cualquiera de ellos se los encontraría Creighton
en una hipotética final. Además de estos y los partidos de su conferencia, que
seguirá siendo la Big East de Villanova, la temporada de Creighton incluye
interesantísimos duelos contra gente como Wisconsin, Nebraska o Buffalo.
Greg McDermott encara una nueva temporada de reconversión. Los años de su
hijo Doug McDermott y compañía llevaron a un largo y acostumbrado proceso de
reconstrucción. Poco a poco, el equipo sigue refrescándose y reinventándose.
Este año, por ejemplo, el equipo parte de inicio con muchos freshman y
sophomores, jugadores de primer y segundo año: siete de los quince jugadores de
la plantilla. Más aún, de esos siete jugadores, cinco son freshman. Para
compensar, cuatro jugadores terminarán su carrera esta temporada: Zach Hanson,
Isaiah Zierden, Cole Huff y Maurice Watson Jr. Probablemente, sobre ellos se
sustentará el juego y el rendimiento del equipo, y no son malos argumentos.
Zach Hanson debe dar un paso adelante y Cole Huff tiene que mantener una línea
sólida, pero Isaiah Zierden y Maurice Watson Jr ya demostraron la temporada
pasada que son capaces de aportar y liderar el equipo. El base, sin ir más
lejos, fue nominado entre los mejores de toda la nación en su posición. Dos
jugadores llegan desde otras instituciones para mejorar la plantilla. Desde
Kansas State llega Marcus Foster y de Syracuse Kaleb Joseph. Especial atención
para el primero de ellos. El fichaje de Foster se ha incluido entre los mejores
traspasos (entendiéndolo como beneficioso para los bluejays) de todo el país.
Foster ya hizo buenos números con los Wildcats y este verano ha creado mucha
expectación entre los aficionados de Creighton. Dos jugadores le ponen el toque
internacional al equipo de McDermott: Kobe Paras, un exterior filipino que
llega para debutar en esta categoría desde el baloncesto de instituto
californiano y Martin Krampelj, jugador esloveno que ya tuvo, aunque con poca
incidencia, cierto bagaje el año pasado. Kobe Paras es una incógnita, pero una incógnita
que viene anticipada por un impacto bastante alto en sus años de instituto y un
seguimiento continuo en su país. Para muchos es una joya y suelen adelantarse
ya todos los parabienes que aún tiene que ganarse. Todos estos jugadores, junto
con gente como Toby Hegner, Khyri Thomas o Ronnie Harrell Jr, que ya estaban el
año pasado y ya fueron importantes, tendrán la labor de sostener a un equipo
que aspira a volver a Marzo con oportunidades de estar entre los mejores del
país.
Y, como siempre hacemos antes de empezar un nuevo año, recordemos qué ha
pasado o qué está pasando, con esos egresados de la universidad que pudieron o
se atrevieron a dar el salto al baloncesto profesional. Más allá de los Doug
McDermott, Anthony Tolliver o Kyle Korver que tienen visibilidad por cobrar
nómina en equipos de la NBA, el denominador común de los antiguos jugadores de
la universidad de Omaha es lo que me cuesta encontrar información sobre ellos. Nada
sé ya de jugadores que disfrutaron al menos de una temporada con contrato en un
equipo profesional, generalmente, europeo. Hablo de gente como Avery Dingman,
Daryl Ashford, Wayne Runnels, Devin Brooks, Austin Chatman, Antoine Young, Josh
Jones o Ricky Kreklow (todos ellos egresados en alguno de los años que nosotros
hemos cubierto en este blog). Sospecho que alguno de ellos habrá dado por
terminada su carrera deportiva, pero también me imagino que no todos. No sé
nada de James Milliken, quien terminó la temporada pasada como uno de los
jugadores más importantes de Creighton. Y tampoco sé a ciencia cierta qué ha
sido o será de dos jugadores fundamentales en Creighton y con cierto peso en el
baloncesto profesional. Por un lado, la antiguamente estrella anotadora de los
bluejays Booker Woodfox, quien, si no me confundo, ha estado jugando las ligas
de verano con los Chicago Bulls, buscando como siempre un hueco en la NBA,
pero, probablemente, acabe siguiendo su carrera en la D-League. Por el otro, Ethan
Wragge, el triplista que jugaba de interior en el exitoso equipo de Doug
McDermott, y que dio el salto directamente a la ACB, con el Bilbao Basket. No
fue un buen inicio, maltrecho como estaba físicamente y con problemas para
encontrar su lugar en el baloncesto europeo. La temporada pasada su rendimiento
mejoró con los Giessen 49ers de la Liga Alemana, pero, más allá de que en
verano probó con Los Ángeles Lakers para buscarse un hueco en la NBA, no sé qué
ha sido o será de él la próxima temporada.
De los que sí he conseguido noticias es de los siguientes:
El pívot de 2’11 Will Artino, quien durante un par de temporadas, creo,
encabezó nuestras entradas sobre Creighton, sigue abriéndose, paso a paso y
humildemente, camino en Europa. Tras una buena primera temporada en Estonia,
llega ahora al Horsens IC de Dinamarca, candidato al título y actual campeón de
Dinamarca.
Justin Carter, a sus 29 años, ve cómo le llega la gran oportunidad de su
carrera profesional desde Rusia. Será reserva en un equipo muy fuerte, el nuevo
Khimky de Dusko Ivanovic: Jacob Pullen, Marko Todorovic, Earl Rowland, Alexey
Shved, Sergey Moyna, Dmitry Sokolov... A todos ellos los tendrá como compañeros
un Carter que cerró su carrera universitaria en Creighton allá por 2010. Desde
entonces, este escolta o alero de Maryland ha ido labrándose una buena
carrera en Turquía (entre otros equipos, llegó a jugar en Galatasaray y Pinar
Karsiyaka), además de vivir una breve experiencia en China.
Gregory Echenique, el que durante años fuera referencia interior del equipo
de Omaha, volvió a su país para enderezar su carrera profesional. Juega en el Guaros,
uno de los equipos más fuertes de su país, donde es un jugador importante en la
zona, y hace poco estuvo por España jugando partidos amistosos.
El pundonor y trabajo de Grant Gibbs le siguen concediendo contratos en
Europa. Este base-escolta que en Creighton se convirtió en un importantísimo
hombre de equipo, dio el salto a Holanda y, tras un par de buenas temporadas
ahí, ha dado el salto a Alemania, aunque sea a la Pro A, segunda liga del país.
Esta temporada juega en el Oettinger Rockets, un equipo con aspiraciones de
ascenso que ha empezado muy bien el año (3-1). Gibbs es titular y tiene como
compañero al español Gerard Gomila.
Jahenns Manigat también jugará profesionalmente, y lo hará en Alemania. El
canadiense de 25 años es reserva en un equipo, el Giessen 49ers, que ha
empezado bien la temporada (3-2).
Geoffrey Groselle, el último pívot titular del equipo de Omaha, ha
conseguido un puesto en un equipo profesional y lo ha conseguido en una liga
que parece una salida recurrente para los jugadores de Creighton, como acabamos
de ver con Manigat: Alemania. Jugará (ya juega) en el Loewen Braunschweig. Han
empezado la temporada peor que los Giessen 49ers, pero Groselle es titular y el
mejor anotador del equipo.
Por último, Kenny Lawson Jr fue uno de los jugadores más carismáticos de
Creighton en este nuevo siglo y lleva varios años curtiéndose en lugares como
Israel, China o Italia. Este año ha fichado por un histórico venido a menos, la
Virtus Bolonia de la segunda división, donde coincide con Michael Umeh. Su
temporada es ambiciosa y, por ahora, han empezado bien: líderes empatados con
el Aurora Jesi y Lawson Jr haciendo grandes números.
Damos así, por iniciada, nuestro año de cobertura de la temporada de Creighton.
Intentaremos cubrir sus partidos por bloques, repasando el rendimiento de los
jugadores, del equipo en general, y, como siempre, y en la medida en la que seamos
capaces, el eco nacional que su temporada produce en la competición. A ver si,
un año más, llegamos a Marzo con ganas de volvernos locos.
Por cierto, cerramos con la elección del nombre que encabezará las entradas
que tengan relación con Creighton y esta nueva temporada 2016-2017. Ya
empezamos a hacerlo con Casey Harriman y terminamos el año pasado con Marlon
Stewart. Esta temporada, como ya habréis podido observar arriba, sin más razón
que compartir continente natal con él, hemos decidido dedicarle el dudoso honor
de encabezar estas entradas temáticas al esloveno Martin Krampelj.
Posdata: la imagen la he encontrado en el buscador de imágenes de google, pero parece provenir de la página web gocreighton.com.
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