Me juego el cuello: hasta a mi madre le sonará la noticia. Si no han hablado hoy de ello en el Sálvame, es porque quizás lo dejan para el Sálvame Deluxe. Que se retira Sir Alexander Chapman Ferguson. Aunque, que se retira, es un eufemismo, porque creo que seguirá como General Manager del Manchester United, y la sombra de los Managers siempre es muy General. Pero, en cualquier caso, ponerle fin a 26 años consecutivos en un puesto de trabajo es algo que casi que no ocurre ya ni en la administración pública. Y, en el fútbol, y más aún en esto que ahora llaman fútbol moderno, menos.
Empezar a entrenar a un equipo en 1986 y dejar de hacerlo en 2013, se merece ocupar las portadas de todos los periódicos... deportivos y generalistas. Más aún cuando lo has hecho entrenando a un equipo con el que has conseguido 38 títulos (13 Ligas, 5 FA Cups, 4 Copas de la Liga, 2 Champions, 1 Copa de Campeones, 1 FIFA World Cup, 1 Supercopa de la UEFA, 1 Copa Intercontinental y 10 Supercopas de Inglaterra). De paso, superas a una leyenda del club, Matt Busby, que había dirgido al club durante 24 años consecutivos, ganando 5 Ligas, 2 FA Cups y 1 Recopa. También escocés, por cierto, aunque no de Govan, zona portuaria de Glasgow, cerca de Ibrox, donde aún se llena el campo aunque los Rangers ya no jueguen en primera. En Govan nació Ferguson, y Kenny Dalglish creció animando a los Rangers cuando a los quince años su familia se mudó allí (sorprendentemente, acabaría jugando ocho años en los rivales del Celtic, y luego más de diez con el Liverpool, a los que también ha entrenado durante siete años).
También podría apostar a que todo esto ya lo sabíais. Y mucho más que sabéis. Más que yo.
Pero yo me aburro hoy.
Y me he puesto a pensar. ¿Tan raro es esto de entrenar a un mismo equipo durante tantos años consecutivos? Y lo es.
En cualquier caso, entre la memoria, la wikipedia, el google y la invención, me he acordado de unos cuantos ejemplos que, en parte, demuestran que, aunque sean bastantes, sigue siendo raro esto de durar tanto tiempo en un mismo puesto de trabajo, sea en el fútbol moderno, el antiguo, o el baloncesto en blanco o negro o pixelado.
Haberlos haylos.
Y así he pasado la tarde.
El caso de Alex Ferguson es quizás el más llamativo por los resultados, porque por sus manos han pasado Ruud Van Nistelroy, David Beckham, Cristiano Ronaldo, Ryan Giggs, Roy Keane, Eric Cantona, Wayne Rooney, Peter Schmeichel y tantos otros, y por ese halo legendario contemporáneo que se ha ganado el equipo de Manchester. Pero no es el único.
Precisamente, los rumores, que van más rápido que la luz (de hecho, creo que acaba de confirmarse, puede que hasta firmarse), apuntan a que su substituto puede ser el entrenador del Everton, David Moyes. Y Moyes lleva once años seguidos entrenando al equipo de Liverpool. No es poco. Aunque Arsene Wenger, el francés, lleva 17 años seguidos viviendo en Londres para entrenar al Arsenal. Se escucha que ésta puede ser su última temporada.
Hay otros casos, permítaseme decirlo, un pelín más exóticos o humildes (Nanne Bergstrand lleva desde 2003 entrenando al mismo equipo en Suecia, Pekka Lyyski desde el 2002 en Finlandia y Pablo Correa desde el 2000 en Francia). Yuri Khodykin subió en 2005 al Bendery a la Primera división de Moldavia. Había empezado a entrenarlo en 1999 y aún está en ello. Y en la modesta liga de Irlanda del Norte, el caso de Ronnie McFall es ejemplar: casi a la par que Alex Ferguson, el mismo año, firmaba él por el Portadown. Allí sigue.
Toda una vida en el Werder Bremen lleva Thomas Schaaf, que entrena al primer equipo desde 1999. Sigue haciéndolo, y antes de eso, se pasó 17 años jugando al fútbol en el mismo equipo y entrenando en categorías inferiores para los verdiblancos del Weserstadion.Un histórico del fútbol ucraniano, Valery Lobanovskiy, hizo aún más grande al Dinamo de Kiev: lo entrenó de 1974 a 1990 y volvió en 1997 para dejarlo nuevamente en 2002. En Holanda, el Heerenveen subió a primera y acabó jugando la Champions de la mano de Foppe de Haan. De Haan, que ahora trabaja con las categorías inferiores tras dejar de ser seleccionador de la isla polinésica de Tuvalu, trabajó para el club de 1985 a 2004, siendo primer entrenador desde 1992.
Sin embargo, hay muchos más casos que yo desconozco o no recuerdo (o no me he tomado la molestia de averiguarlo). El más paradigmático, en todo caso, es el del francés Guy Roux, toda una institución en el Auxerre. Empezó a entrenar al equipo en 1961, cuando estaba en Tercera división, y dejó de hacerlo en 2005, en Primera, y habiendo ganado una liga y cuatro copas. En todos esos años, se tomó unas vacaciones en la temporada 2000-2001. No extraña que hasta tuviera un moñigote en Los Guiñoles franceses.
En el otro fútbol, el americano, son menos los casos, pero los hay. Actualmente, solo Bill Belichick, que lleva 13 años con los New England Patriots en la NFL, podría aspirar, y parece complicado, a emular al escocés Ferguson. Tom Landry, pero hace ya muchos años, entrenó a los Dallas Cowboys de 1960 a 1988 e incluso antes, Curly Lambeau entrenó a los Green Bay Packers de 1919 a 1949. Otros ejemplos serían los de Don Shula, 26 años en los Miami Dolphins, o Chuck Noll, 20 años en los Pittsburgh Steelers.
Otro juego con pelota, pero esta bota más, es el baloncesto. Y también hay entrenadores, y también los hay longevos y comprometidos con un club. Y el club con ellos.
En Europa habría unos cuantos casos, pero por citar algunos, empecemos por España, y por la fidelidad que tanto el club, hablo del Real Madrid, como alguno de sus antiguos entrenadores, tenían por los primeros proyectos baloncestísticos: Pedro Ferrándiz, que además fue algo más que entrenador, se encargó de dirigir al Real Madrid en distintas épocas, de 1959 a 1962, de 1964 a 1965, y, finalmente,de 1966 a 1975. Lolo Sainz incluso le batió: fue entrenador del Real Madrid, también ocupó otros cargos, de 1975 a 1989. Luego, también duró bastante como seleccionador español, de 1993 a 2001, pero no consiguió superar el número de años consecutivos que estuvo Antonio Díaz Miguel como máximo responsable de la selección Española de baloncesto: de 1965 a 1992. Justo en el histórico rival del equipo madrileño, Aíto García Reneses, que ahora entrena al Cajasol sevillano, también ocupó un espacio casi vitalicio y versátil dentro del club. No solo fue entrenador (fue mánager general de 1990 a 1992), pero cuando lo fue, y lo fue en tres periodos distintos, acabó por acumular un buen puñado de años: de 1985 a 1990, de 1992 a 1997 (durante un tiempo oficialmente fue segundo entrenador, pasando a ser primero Quim Costa, aunque, si no recuerdo mal, no había más razón que la de evitar las ruedas de prensa), y de 1998 a 2001. Como él, otros entrenadores europeos también guardaron una relación tan celosa con un club: Alexander Gomelsky entrenó al CSKA de Moscú de 1969 a 1980 (su compatriota Lidia Alexeyeva fue seleccionadora femenina del país durante más de veinte años), Dan Peterson lo hizo con el Olimpia Milano de 1978 a 1988, luego regresó hace un par de temporadas pero ya no era lo mismo, Mirko Novosel se encargó de la Cibona Zagreb de 1976 a 1988 y Giannis Ioannidis entrenó al Aris en la temporada 78-79 y volvió en 1982 para estar ocho años consecutivos. Habrá más casos. Muchos. El más reciente, el de Zeljko Obradovic, uno de los técnicos, si no es el que más, laureados de Europa, que entrenó al Panathinaikos desde 1999 hasta el año pasado.
Para terminar con mis ejemplos europeos en el baloncesto, habría que hablar del Maccabi de Tel Aviv israelí que actualmente entrena David Blatt. De 1975 a 2010, digamos que la época moderna del club, y paramos en 2010 porque desde entonces entrena David Blatt, quien, precisamente, empezó de ayudante de uno de nuestros protagonistas en el Hapoel Galil Elyon, entre tres entrenadores se han repartido 26 de esos 35 años. Ralph Klein, quien además fue jugador del mismo equipo durante 12 temporadas, entrenó al club macabeo de 1975 a 1983 y de 1987 a 1988. Zvi Sherf, un histórico, ha venido tantas veces como ha ido, y en todos esos años (del 83 al 84, del 86 al 87, del 88 al 92, del 95 al 97, y del 07 al 08) ha ganado 10 Ligas y 6 Copas de Israel. El tercero, que tuvo a David Blatt de ayudante en el Hapoel Galil Elyon, Pini Gershon, ha entrenado al club durante siete temporada en tres épocas distintas.
Por cierto, hace solo un año, estos dos últimos entrenadores, Sherf y Gershon, protagonizaron el momento televisivo y baloncestístico del año en Israel, al terminar públicamente con sus diferencias, que arrastraban desde 1994, año en el que unas declaraciones de Pini Gershon, entrenador por entonces de la selección israelí junior, criticando el juego de la absoluta, que entrenaba Zvi Sherf dieron comienzo al enfrentamiento entre dos de los protagonistas principales de la historia moderna del baloncesto israelí.
Al otro lado del charco, ya sea en la liga profesional o en la universitaria, hay ejemplos para superar estos últimos y hasta para superar a Alex Ferguson.
Empezando por los profesionales, alguno de ellos son bastante modernos: quién se olvida de los nueve años de éxitos de Phil Jackson en los Chicago Bulls; los mismos que Pat Riley dirigió a Los Ángeles Lakers, con los que tampoco se cansó de ganar; y los mismos que se tiró el malogrado Chuck Daly dirigiendo a otro equipo campeón, los Detroit Pistons, o casi los mismos que lleva un ex del Real Madrid, George Karl, entrenando a los Denver Nuggets, y aún puede sumar más, después de conseguir este año el título de mejor entrenador de la liga.
Hay quien los supera, nos remontemos en el tiempo hasta muy lejos, John MacLeod entrenó a los Phoenix Suns entre 1973 y 1987 y Don Nelson a los Milwaukee Bucks entre 1976 y 1987, o hasta más cerca, Jerry Sloan fue el jefe del baloncesto en Salt Lake City desde 1988 hasta 2011, sin conseguir ganar un título para los históricos Utah Jazz que encabezaban John Stockton y Karl Malone. Ahora mismo, hay un ejemplo que aspiraba a superarlo: George Popovich lleva entrenando con su cara de profesor de matemáticas cabreado, desde 1996. Ahora ahí anda, disputándole las semifinales a los Golden State Warriors de Stephen Curry. Por supuesto, el caso más rentable es el del histórico fumador de puros Red Auerbach, que consiguió16 títulos en 29 años trabajando en los Celtics de Boston, donde fue entrenador, general manager y presidente (de 1950 a 1966 fue el entrenador principial).
Supongo que cualquier buen aficionado al baloncesto habrá sospechado desde el principio que los mejores ejemplos se encuentran en el baloncesto universitario americano, donde los ejemplos de entrenadores comprometidos con los programas deportivos de algunas universidades, se repiten en el tiempo.
Algunos llegan hasta el tiempo presente: Jim Boenheim lleva entrenando a Syracuse desde 1976. Es decir, nací yo, él firmó, yo sigo aquí, y él sigue en su puesto. Desde 1980, yo felizmente cumplía cuatro añitos, entrena Mike Krzyzewski a Duke. Desde 1986, soplaba yo diez velas aquel año, lo hace Jim Calhoun para Connecticut. Otro ejemplo sería el de Roy Williams, pero en dos universidades distintas: de 1988 a 2003, le fue fiel a Kansas, desde 2003, le es fiel a North Carolina.
Otros entrenadores históricos del baloncesto universitario americano han convertido esta tendencia en algo natural. Bobby Knight entrenó a Indiana desde la temporada 1971-1972 hasta la 1999-2000. Dean Smith, otro histórico, North Carolina, estuvo de 1961 a 1997; Henry Iba se repartió entre Oklahoma A&M, donde estuvo de 1934 a 1957 y Oklahoma State, donde duró de 1957 a 1970. Lou Carnesecca entrenó a St. John's desde 1973 a 1992 y John Wooden, ya hemos hablado de él en este blog, entrenó a UCLA desde 1948 hasta 1975, ganando, mientras tanto, 10 campeonatos de la NCAA.
Un caso paradigmático, y con esto ya termino, sería el de Bob Hurley Sr., el padre de Bobby Hurley, estrella universitaria con Duke, retirado muy joven por problemas físicos. Su padre lleva entrenando al mismo instituto, el de St. Anthony, desde 1972. 41 años consecutivos. Ahí es nada. No creo que yo llegue a cotizar tanto a la Seguridad Social. 41 años en los que dejó para la historia el que muchos llaman el mejor equipo de la historia de New Jersey, el de 1989, que lideraba precisamente su hijo, junto con otros compañeros que llegarían a profesionales, aunque sin mucho éxito, como Terry Dehere (Clippers, Kings, Grizzlies y Alba Berlín) y Roderick Rhodes (Rockets, Grizzlies, Mavericks, Dafni Atenas). En dos temporadas, consiguieron 50 victorias consecutivas. Poco le falta para que él repita la misma cifra pero en años ocupando el mismo puesto de trabajo.
Así que no por no ser única deja de ser sorprendente la carrera de Alex Ferguson. Y dramática las consecuencias para su equipo. No quiero poner precisamente melodramático, pero cuando llega alguien nuevo a donde durante 26 años se ha hecho prácticamente lo mismo, digo yo que el cambio tiene que ser dramático. O quizás, no. Quizás llegue David Moyes y todo siga igual. Lo que queda claro es que, una vez más, aunque no haya sido el único ni el que más, Alex Ferguson sí que parece más special one, que cualquiera de los dos que señalaba Karl Heinz Rummenigge, otro ejemplo de lealtad, por cierto, diez años como jugador en el mismo club del que, desde 1990, pertenece a la jerarquía dirigente.