Entre el cuatro y el seis de Abril, habemus Final Four en Indianapolis, a pesar de que Charles Barkley y otros protagonistas del mundo profesional del baloncesto andaban haciendo campaña para soliviantarse por una anacrónica y desafortunada ley de la cual no voy a hablar aquí aunque quizás debiera hacerlo y que tiene como protagonista al estado de Indiana. Habemus también protagonistas, ya que los contendientes se ganaron el puesto en estos últimos días de Marzo. La invicta universidad de Kentucky se enfrentará a una Wisconsin que repite en lo más alto de la competición nacional. En el otro lado, dos históricos repetirán un duelo que no sé si se ha dado muchas veces, pero ambos rivales forman parte de los capítulos más clásicos de la liga universitaria: por un lado, los Spartans de Michigan State, cuyo entrenador, Tom Izzo, se convierte en el que más veces ha llegado a la final a cuatro en este siglo; por el otro lado, los diablos azules de Duke, cuyo entrenador, Mike Krzyzewski empatan con John Wooden como el entrenador que más veces ha dirigido a una universidad en la Final Four. Los datos reflejan el tamaño del enfrentamiento.
Empecemos por analizar cómo llegaron a Indianapolis Kentucky y Wisconsin. Los Wildcats de John Calipari eran y siguen siendo los grandes favoritos. Eliminaron sin ningún problema a West Virginia por 78 a 39 y después ganaron a Notre Dame, una de las grandes sorpresas de la competición, por un apretado 68 a 66. Los de Notre Dame habían eliminado antes a Wichita State por 81 a 70. Los triples no entraron esta vez (3 de 18) y los Shockers de Wichita State sobrevivieron gracias a Darius Carter y Fred Van Vleet, quienes anotaron 47 de los 70 puntos de su equipo. Insuficiente ante una Notre Dame más sólida donde destacaron los que habían destacado hasta entonces: Zach Auguste, Demetrius Jackson, Steve Vasturia y Pat Connaughton. Así, con muy buenas sensaciones, llegaron a un último partido en el que aspiraban a estropear los vaticinios y vencer a una Kentucky que venía de arrasar a West Virginia. En Kentucky llegaban frescos porque habían repartido minutos y hasta cinco jugadores hicieron dobles dígitos, destacando reservas como Dakari Johnson o Devin Booker. Uno de los líderes del equipo de John Calipari, por ejemplo, Karl-Anthony Tows, solo jugó 13 minutos y consiguió un solo punto. Eso sí, el ala-pívot se resarciría ante los Fighting Irish de Mike Brey y apartaría a Notre Dame de su sueño. Tows se fue hasta los 25 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias y subió el récord de los Wildcats hasta el 38-0 en el balance de victorias-derrotas con el que llegan a Indianapolis. No podemos terminar sin insistir en el buen rendimiento de los hombres de Brey que hicieron todo lo necesario para derrocar a los de Kentucky, gracias a actuaciones como las de Zach Auguste, 20 puntos y 9 rebotes, o Steve Vasturia, pero fue Jerian Grant quien tuvo el tiro final que pudo haber cambiado los pronósticos. Sin embargo, no entró.
Kentucky tendrá enfrente a los Badgers de Wisconsin. Los de Bo Ryan repiten en la final four por segundo año consecutivo, convirtiendo a esta década en la más exitosa de la historia de la universidad. Lo consiguieron tras derrotar primero a North Carolina, básicamente, porque lucharon hasta la extenuación. Tuvieron un inicio horroso al que se sobrepusieron e invirtieron el buen partido de Justin Jackson y Brice Johnson para los Tar Heels a base de un arreón eléctrico en la segunda parte donde destacaron los dos protagonistas principales de los Badgers, Frank Kaminsky, con 19 puntos y 8 rebotes, y Sam Dekker, con 23 puntos y 10 rebotes. Kaminsky y Dekker volvieron a ser protagonistas y héroes en la victoria ante Arizona que les dio la clasificación para Indianapolis. Superaron a la Arizona de Sean Miller, con un juego colectivo en el que volvieron a destacar varios hombres, desde TJ McConnell hasta Kaleb Tarczewski, pasando por los Gabe York, Rondae Hollis-Jefferson o Brandon Ashley, pero que resultó insuficiente para parar a un Sam Dekker que consiguió sus 5 de 6 en triples durante la segunda parte. No le tiembla el pulso a un jugador que terminó con 27 puntos y 5 rebotes, números que casi calcó la otra estrella de los Badgers, un Frank Kaminsky que con sus 29 puntos y 6 rebotes, sigue aspirando a una buena posición en el draft y a emular a un Dirk Nowitzki con el que le suelen comparar a menudo.
La otra semifinal, como ya hemos apuntado, la disputarán Michigan State y Duke. Los Spartans de Izzo eliminaron, para ello, a los terceros favoritos, Oklahoma, por 58 a 62. La gran segunda parte de Denzel Valentine y el trabajo de Travis Trice, 24 puntos, además del rebote de Branden Dawson fue suficiente para frenar al tirador Buddy Hield y la fortaleza interior de TaShawn Thomas. Los de Lon Kruger se quedaron con las ganas y los de Tom Izzo accedían a la siguiente ronda, donde se enfrentaron al cuarto favorito, los Cardinals de Louisville que entrena Rick Pitino. El resultado final fue apretado, 70 a 76, y los mejores de Michigan State volvieron a ser los mismos que ante Oklahoma, Denzell Valentine, Travis Trice y el reboteador Branden Dawson, aunque, esta vez, también contaron con la aportación del reserva Bryn Forbes. En conjunto, consiguieron anular el partidazo de Wayne Blackshear, quien se fue hasta los 28 puntos, con 4 de 6 en triples, y el buen trabajo de Motrezl Harrell en la pintura, 16 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias. Precisamente Harrell había sido, de nuevo, el argumento que usaron los Cardinals para eliminar a North Carolina State por 58 a 68 y clasificarse para ese partido definitivo ante Michigan State. Los 24 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias de Harrell, más los 17 puntos y 14 rebotes de Terri Rozier desde el banquillo, clasificaron a unos Cardinals que también contaron con el acierto del reserva Anton Gill, todo ello suficiente para eliminar a los Wolfpacks, aunque después sucumbieran ante los chicos de Izzo. Izzo, por cierto, intentará llegar a una final que también alcanzaron en 2009, cuando Kalin Lucas y sobre todo la gran sorpresa del Joventut, Goran Suton, lideraron a unos Spartans que solo doblaron la rodilla en la final ante la North Carolina de los Deon Thompson, Tyler Hansbrough, Wayne Ellington, Danny Green y, sobre todo, Ty Lawson.
Los Spartans encontrarán ahora la resistencia de los Blue Devils de Coach K, una Duke que, para llegar aquí, tuvo que eliminar primero a los Utes de Utah y, después, a Gonzaga. Ante los Utes, Justise Winslow y Tyrus Jones fueron los protagonistas de un equipo en el que Jahlil Okafor se dedicó a cerrar el rebote. Más fácil lo tuvieron ante Gonzaga, donde estos tres mismos hombres, que están recibiendo los elogios de todos los expertos ya que se tratan de jugadores en su primer año de experiencia universitaria. Ante los Zags, sin embargo, también fue importante la aportación de los otros dos titulares, Quinn Cook y Matt Jones, este último con 4 de 7 en triples. Nadie, por cierto, en un detalle que es significativo, nadie aportó puntos desde el banquillo de Duke. Por Gonzaga, solo Kyle Wiltjer opuso resistencia, y se retiró del bracket de 2015, con unos dignos 16 puntos y 5 rebotes, superando ya de lejos la experiencia universitaria de su padre, el canadiense Greg Wiltjer.
Así pues, ya solo nos queda disfrutar de los últimos partidos. Kentucky parte como gran favorita, ya que, entre otras cosas, se presenta en Indianapolis con un récord inmaculado: treinta y ocho victorias y ninguna derrota. John Calipari, ex entrenador de los New Jersey Nets y de la selección de la República Dominicana, entre otros, abandonó su puesto en la Universidad de Memphis para aceptar el arriesgado reto de entrenar a una universidad tan histórica como Kentucky. Desde 2009, lleva seis temporadas en el cargo y ha jugado cuatro Final Fours, ganando la de 2012 y perdiendo la final de 2014. En 2012, ganaron a Kansas y hasta seis jugadores fueron elegidos en el draft. El más llamativo fue, por supuesto, Anthony Davis que alcanzó el número uno, pero en aquella lista también estuvieron Michael Kidd-Gilchrist, Doron Lamb, Terrence Jones, Marquis Teague y Darius Miller. En 2014 no pudieron repetir y perdieron ante la Conneticut de Shabazz Napier. Hablamos, por descontado, de una universidad por la que han pasado jugadores tan importantes como los ya mencionados y otros como John Wall, Tayshaun Prince, Jamal Mashburn, Julius Randle, Nerlens Noel, DeMarcus Cousins, Rex Chapman, Enes Kanter, Brandon Knight... Un bagaje que impone, pero, a buen seguro, será algo que los Badgers de Wisconsin olviden en cuanto pisen la cancha. La historia de Wisconsin tampoco es corta, pero no ganan un título desde 1941. Michael Finley es probablemente el jugador con más talento y mejores prestaciones que han dado los Badgers en los últimos años, aunque Devin Harris llegó a ser drafteado en el puesto 5 en 2004.
Por el otro lado, se hace dificíl, muy difícil, resumir los éxitos formativos de los Spartans de Michigan State y los Blue Devils de Duke. Abrimos la entrada con unas estadísticas de sus entrenadores que despejan toda duda, pero también podemos añadir que, en lo que llevamos de siglo XXI, los Blue Devils ya han sido campeones en 2001 y 2010, y jugaron la Final Four (o la jugarán) en 2000 y 2015. Por su parte, los Spartans ganaron el campeonato en el año 2000 y fueron subcampeones, como ya hemos mencionado, en 2009. Jugadores como Erazem Lorbek, Morris Peterson, Zach Randolph, Jason Richardson, Kevin Willis, Scott Skiles, Mateen Cleaves y, sobre todo, Earvin "Magic" Johnson, comenzaron sus futuras carreras profesionales de la mano de la universidad de Lansing, Michigan. Son solo nombres que iluminan cualquier vitrina de trofeos, pero es que Duke no le va a la zaga. Ya fuera dirigidos por el histórico Mike Krzyzewski o por sus antecesores, por la universidad con sede en Durham, North Carolina, han pasado jugadores como JJ Redick, Shane Battier, Jason Williams, Grant Hill, Bobby Hurley, Christian Laettner, Johnny Dawkins, Shelden Williams, Danny Ferry, Elton Brand, Nolan Smith, Kyle Singler, Carlos Boozer, Luol Deng, Mike Dunleavy Jr, Kyrie Irving, Josh McRoberts, Jabari Parker o, y por ser curioso el caso, uno de ellos se lleva el titular, los tres hermanos Plumlee, Mason, Miles y Marshall. Mason Plumlee juega ahora para los New Jersey Nets y su hermano Miles Plumlee lo hace para los Milwaukee Bucks. El pequeño, Marshall Plumlee, es una de las primeras opciones en el banquillo de Duke, aunque disfrute de pocos minutos y sus estadísticas no sean reseñables.
Por cierto, y terminamos ya con esto, hasta nueve jugadores que estarán en Indianapolis, aparecen en las predicciones para los 30 primeros puestos del próximo draft. Las cosas pueden cambiar y cambiarán, pero, ahora mismo, Jahlil Okafor es el gran favorito para llevarse el primer puesto, y otros como Karl-Anthony Tows, Justise Winslow, Trey Lyles, Willie Cauley-Stein, Devin Booker, Frank Kaminsky, Sam Dekker o Tyus Jones, también aparecen en las quinielas. Un draft, por cierto, que parece que volverá a reclutar a varias promesas incipientes del viejo continente, porque, en los vaticionios para 2015 aparecen, además de otros internacionales como el prometedor congoleño Emmanuel Mundiay o el senegalés del Fuenlabrada Moussa Diagné, otros jóvenes que emergen en Europa como Mario Hezonja, Aleksandr Vezenkov, Ilimane Diop, Nikola Milutinov, Kristaps Porzingis, Luka Mitrovic, Cedi Osman o el polaco Mateusz Ponitka.
Posdata: fotografía tomada del buscador de imágenes de google y aparentemente proviniente de la página web thespish.com.
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