Marzo y abril suelen ser meses ciclísticos. De los que gustan a los buenos aficionados, ya sabes: adoquín, barro, rodadores encorvados y rampas explosivas.
El fin de semana de inauguración lo forman dos carreras con muchos años de historia: la Omloop Het Nieuwsblad y la Kuurne-Bruselas-Kuurne.
La primera, antaño conocida como la Het Volk, es una carrera con más de setenta ediciones que da inicio a la temporada de clásicas. La han ganado, entre otros, gente como Eddy Merckx, Peter Van Petegem, Eddy Planckaerth, Johan Musseuw, Michelle Bartoli, Franck Vandenbroucke, Phillippe Gilbert, Juan Antonio Flecha o Ian Stannard, ganador de las dos últimas ediciones. Las dos anteriores, por supuesto, a la última que se ha disputado este mismo año.
Por su parte, la Kuurne-Bruselas-Kuurne se disputa, históricamente, al día siguiente, y le pone la guinda al comienzo de la temporada de clásicas. A esta le falta una edición para llegar a las setenta, pero eso no le quita rango ni categoría. Tom Boonen es el corredor que más veces ha ganado una carrera que parece coto de belgas y holandeses. De las 69 ediciones, en 53 ocasionas han ganado belgas (también es belga el corredor que ha ganado este año) y 8 veces un holandés. Eso sí, es curioso que de las nueve victorias que han conseguido corredores
de otros países, ocho se han conseguido prácticamente en los últimos 20
años. Mark Cavendish ganó en 2012 y en 2015.
Todo esto pasa el
último fin de semana de Febrero, y, en el de este año, los triunfadores
fueron dos belgas, uno veterano y otro que comienza. En Gante, levantó los brazos Greg Van Avermaet, quien, a sus 30 años, añade una nueva clásica a su palmarés, después de conseguir la París-Tours en 2011. Un habitual de las clásicas y las escaramuzas, llegó a meta en un grupo de cinco escapados entre los que se encontraba Peter Sagan, y los venció al esprint. El de Zilina fue segundo y tercero una joven promesa del ciclismo belga, Tiesj Benoot. Al día siguiente, en Kuurne, el que disfrutó de la victoria fue otro ilusionante proyecto del ciclismo belga, un Jasper Stuyven que ya ha sido vencedor de etapa en la Vuelta a España. Atacó a diecisiete kilómetros de meta y consiguió mantener la ventaja para romper los pronósticos que apuntaban a un esprint del pelotón, donde ganó y consiguió el segundo puesto, Alexander Kristoff, justo por delante de Nacer Bouhanni.
Y ayer la que se disputó fue la Le Samyn, una clásica, quizás de un peldaño menor si la comparamos con las anteriores, pero con la misma historia. Disputada en la región belga de Henao, tampoco es corta la historia de esta carrera: 47 ediciones. En ellas, ilustres vencedores como Claude Criquelion, Johan Capiot, Magnus Backstedt, Robbie McEwen, Phillippe Gilbert o Arnaud Demare. Este año, el vencedor ha sido Niki Terpstra. El holandés de 31 años, campeón de su país tanto en ruta como en diferentes categorías en pista, sorprendía a todos y se propone como candidato al trono de las clásicas, candidatura que ya propuso en 2014 al llevarse la París-Roubaix y la A través de Flandes.
La crónica podría pasar desapercibida si se resume diciendo que Terpstra fue el más fuerte de una escapada de 12 que se quedó en cinco. El más habilidoso en el barro y el adoquín final, mantuvo la distancia y llegó con 19 segundos de ventaja sobre el sorprendente británico del Bora Scott Thwaites (segundo aquí y 10º en la Kuurne-Bruselas-Kuurne) y el joven francés del Cofidis Florian Senechal. Como decía, si lo dejamos aquí, la crónica se quedaría corta y pasaría desapercibida.
Pero es que el Le Samyn de este año ha sido un auténtico infierno. El frío, a penas tres grados, el viento y la lluvia, además del exigente recorrido, hicieron que solo 28 corredores terminaran la prueba, el último, el que sorprendentemente cerró la misma aunque hubiera quedado entre los treinta primeros, fue el titulante de nuestra entrada, Stijn Steels, corredor del Topsport Vlaaderen y sobrino de Tom Steels, ex corredor del mismo equipo y ganador, entre otras muchas carreras, de una de las que hemos mencionado aquí, la Omloop Het Nieuwsblad cuando se llamaba Omloop Het Volk. 28 corredores terminaron de los 189 que empezaron. 161 retiradas que dejaron a nueve equipos sin representación en la línea de meta.
No es la primera vez que pasa esto, por supuesto, ni será la última. Igual que, desgraciadamente, no será la última vez, aunque esperamos que sí, que tenemos que hablar de las cartas de James Ochowicz. Y es que el mánager de BMC se vio obligado a volver a escribir una carta abierta dirigida a la UCI para que tome medidas en cuanto al tráfico de las carreras. Lo hizo cuando Greg Van Avermaet perdió la Clásica de San Sebastián al ser arrollado por un motorista, y lo ha vuelto a hacer después de que Stig Broeckx, corredor del Lotto-Soudal, fuera también arrollado en la Kuurne-Bruselas-Kuurne. En otra clásica que se disputaba estos días, La Drome Classic que se llevó Peter Vakoc, también hubo un accidente desgraciado cuando el argentino Eduardo Sepúlveda sufrió el impacto de unas vallas de contención arrastradas por el viento cuando solo faltaban 125 metros para meta. Perdió el conocimiento y tiene un parte aterrador para un humano, aunque no tanto para un ciclista: dientes rotos, fractura de escafoides y de la muñeca y varios puntos de sutura en la cara. Puede que tan solo sea un desgraciado accidente, como el que sufrió Jonathan Castroviejo al tropezar con una espectadora en la Volta al Algarve.
Todas, sin embargo, parecen evitables. Pero, la más evitable es también la más dolorosa. Desgraciadamente también, tenemos que volver a cerrar una entrada de ciclismo con una noticia luctuosa, en este caso, el fallecimiento de una promesa del ciclismo francés, Romain Guyot, stagiere el año pasado con el equipo de Jean-René Bernaudeau, quien, a sus 24 años, se dejó la vida en un entrenamiento, al ser atropellado por un camión.
Posdata: La foto tomada del buscador de imágenes de google, aunque parece provenir de la siguiente página web: cyclingweekly.co.uk.
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