¿Tres entradas seguidas sobre fútbol? ¿Cuando se está corriendo el Giro y acaba de jugarse la Euroliga de baloncesto? Sí, no sé qué me está pasando.
Sinceramente, tenía pensado escribir sobre el partido de Gobela, ya sabeís de que hablo, si seguís el blog, porque lo hice hace solo un par de entradas. Había decidido dejar por escrito mis impresiones, aunque, por inercia, siempre piense que mejor me las guardo y libro al mundo de ese tormento. He recapacitado y eso es lo que he hecho.
¿Por qué?
Te lo digo: blogger tiene como una especie de contador que te dice cuánta gente lee cada entrada. No sé si es fiable, no sé cómo funciona el motor, no sé si creérmelo o no. El caso es que, según ese indicador, más de 700 personas han leído la entrada que escribí antes de que se jugará el último partido de liga regular del grupo 2 de la Segunda división B, ese de cuya entrada os hablaba en el primer párrafo. Por supuesto, no es difícil entender por qué. Hubo gente que compartió el enlace en facebook, que yo no tengo, y por eso se difundió, si es que 700 lecturas es difundir en este mundo digital donde instagram parece tener más valor que el índice nikkei. Para mí, 700 es una barbaridad que abruma. Si te digo la verdad, asusta. Así que pensé, ¿para qué? ¿A quién le interesa lo que yo tenga que decir? Sé que suena cobarde, pero vivimos en la época de la opinión (y no siempre recapacitada), y cuando se trata de fútbol todo el mundo tiene una y más furibunda que la anterior. Así que he preferido ahorrarme el ejercicio, no vaya a ser que pase lo mismo y me caigan ostias por todos los lados, que ya me ha ocurrido.
¿Por qué lo cuento entonces?
Porque del fútbol de bronce, sí que vamos a hablar. Del todo no me ausento, y me gustaría echarle un vistazo aquí a cómo ha quedado un playoff de ascenso a Segunda división que ahora que las ligas se patrocinan, los premios se entregan en galas, y los jugadores cobran millonadas por anuncios televisivos, parece no tener mucho interés. Sin embargo, aún quedamos unos cuantos que vibramos con el fútbol digamos que humilde, el que no se televisa, el que apenas llena aforo, el que sobrevive porque algunos somos tercos y creemos en lo local cuando todo tiende a lo global.
Vamos a ello:
En la última jornada, hubo cambio de líder en tres de los cuatro grupos de la segunda división B. Además del que nos interesaba, el grupo 2, donde el Real Madrid B o Castilla se llevó el primer puesto final al ganar su partido y aprovechar el empate del Barakaldo, en otros dos grupos, el 1 y el 3, pasó lo mismo. En el primero, el Rácing de Santander le quitó el premio al Rácing de Ferrol. Los gallegos perdieron ante un Atlético Astorga que aún con la victoria no eludió el descenso, y los cántabros de la capital lo aprovecharon al ganar por 1-0 a un Coruxo que no se jugaba nada. En el 3, fue el Reus Deportiu el que sacó oro de la última jornada. Ganaron fuera al Cornellá y arrebataron el liderato a un Villarreal B que no pasó del empate en el duelo de filiales ante el Espanyol. El grupo 4 ya estaba decidido antes de la última y definitiva jornada y el UCAM Murcia ya sabía que iba a entrar en el bombo de los campeones.
Ese bombo se sacudió en el sorteo del lunes y decidió que esos cuatro equipos que lucharán por dos puestos directos en la siguiente categoría se decidan así: el UCAM Murcia se enfrentará al Real Madrid B y Rácing de Santander y Reus Deportiu decidirán al otro afortunado. Los que pierdan, se reengancharán a la lucha por el ascenso vía segunda oportunidad, donde ya habrán empezado a luchar los otros doce equipos clasificados para el playoff: Rácing de Ferrol, Tudelano y UD Logroñés en el Grupo 1; Barakaldo, Socuéllamos y Toledo en el Grupo 2; Villarreal B, Hércules y Lleida en el Grupo 3; y Real Murcia, Sevilla Atlético y Cádiz en el 4. Los duelos serán los siguientes: UD Logroñés-Villarreal B, Toledo-Real Murcia, Lleida-Barakaldo, Cádiz-Rácing de Ferrol, Tudelano-Hércules y Sevilla Atlético-Socuéllamos.
El UCAM Murcia ya se vio el año pasado sorprendido por un filial, el Bilbao Athletic, que desciende y volverá a la categoría que abandonó el año pasado. Esta vez, los murcianos luchará por que no les pase lo mismo. Los de José María Salmerón han conseguido el primer puesto gracias, entre otras cosas, a los goles de Iván Aguilar y a la veteranía de gente como Biel Ribas, Pol Bueso, César Remón o Pablo Pallarés. Ellos y el resto de la plantilla intentarán sorprender al Castilla de Luis Miguel Ramis. El equipo que dirige el ex defensa del primer equipo desde que Zinedine Zidane fuera ascendido a primera división es un grupo con un enorme talento. Gente como Lucas Torró, Martin Odegaard, Marcos Llorente, Borja Mayoral o Mariano Díaz, por nombrar solo a unos pocos, pueden decantar el partido por su lado en cualquier momento.
En la otra eliminatoria por el ascenso directo, el Rácing de Santander de Pedro Munitis ha conseguido sobreponerse a una temporada dura con una buena defensa (28 goles encajados en 38 partidos) y tres victorias en los últimos cinco partidos. Tienen un buen equipo con ex jugadores del Athletic Club de Bilbao como el veteranísimo (38 años) César Caneda, Mikel Santamaría, Álvaro Peña o Jon García, el experimentado Dioni Villalba o el delantero senegalés Mohamed Coulibaly, así como un buen puñado de jóvenes como Borja San Emeterio, Óscar Fernández o Dani Sortres. Ahora tendrán la prueba de fuego al enfrentarse al sorprendente Reus del vitoriano Natxo González. En el equipo que dirige el ex del Alavés (consiguió el ascenso a 2ª A con los babazorros), anda jugando el vizcaíno Aritz López Garai, ex, entre otros, del Celta, el Córdoba, el Spórting o el Castellón.
Con respecto al resto de las eliminatorias, resulta complicado resumirlo todo ahora y desde la lejanía. El Sevilla Atlético de Diego Martínez tendrá en frente a un Socuéllamos que ha terminado la temporada con una remontada increíble y convirtiéndose en uno de los equipos más en forma de la categoría. El Tudelano de Manix Mandiola ha hecho una temporada sobresaliente, aspirando incluso al primer puesto, y, para seguir soñando, tendrán ahora que superar al histórico Hércules de Vicente Mir, donde juegan, entre otros, gente experimentada como David Mainz, Javi Flores, Paco Peña o Manu Gato. Cádiz y Rácing de Ferrol jugarán una de las eliminatorias más parejas y, además, supondrá el regreso de Jon Ander Garrido al Ramón de Carranza. El Toledo de Onésimo Sánchez se metió al final en playoff y ahora deberá superar al Real Murcia del argentino José Luis Acciari, que partía como favorito al primer puesto pero acabaron por conformarse con el segundo. Finalmente, el UD Logroñés del vizcaíno Carlos Pouso, donde juegan viejos conocidos como Iker Alegre o Antxon Muneta y donde Pere Milla se ha hinchado a marcar goles, se enfrentará al Villarreal B que entrena Paco López y donde han destacado gente como el ex madridista Fran Sol, el veterano Carlitos Martínez o el alicantino Carlos López. Tienen más talentos, como el ruso Anton Shvets o el ex del Barcelona Aitor Cantalapiedra y varios jugadores que han entrenado con el primer equipo esta temporada, como el portero, ex del Barakaldo, Aitor Fernández, o el centrocampista Miguel Llambrich, y alguno que incluso ha llegado a debutar o que ya están hasta asentados en la primera plantilla como Rodri Hernández, Alfonso Pedraza, Pablo Íñiguez, Adrián Marín o Matías Nahuel. No sé si estos tres últimos pueden o, puedan o no, seguirán jugando con el filial. Pero, en cualquier caso, una eliminatoria más que interesante.
Por último, claro, tenemos el duelo que enfrentará al Lleida contra el Barakaldo y donde nuestro presupuesto emocional está completamente apostado. Primero jugarán en Cataluña y allí se encontrarán con un club con problemas económicos que ha solventado la temporada con pundonor, recibiendo poco goles y aprovechando los que marca, precisamente, un ex del Barakaldo, Urko Arroyo, y los ex se nos suelen dar fatal. Hay más presencia del norte, empezando por el entrenador, Imanol Idiakez, y siguiendo por otro ex realista Álex Albistegi, además de Julen Colinas o los ex Osasunistas Manu Onwu y Ekhi Senar. No lo tendrá fácil un Barakaldo que deberá superar el disgusto de quedarse sin liderato en la última jornada y a pesar de marcarse una temporada de 80 puntos que, en otras circunstancias, hubiera dado el título en jornadas anticipadas (en los otros grupos han sido campeones con 74, 73 y 77 puntos). La segunda parte contra el Arenas de Getxo pareció enseñar las carencias de un equipo al que la temporada, aparentemente, se le está haciendo larga y a quien le cuesta recibir los golpes y mantener la concentración. Sin embargo, esa quizás sea una lectura demasiado negativa. Hay que seguir confiando en la solidez de Álex Quintanilla y Beñat Elgezabal, la compostura de Haritz Albisua, la inspiración de Galder Cerrajería, la insistencia de Alain Arroyo o la verticalidad de David Martín y Armiche Ortega. El equipo ha demostrado, a lo largo de toda la temporada, puntos fuertes y flaquezas, pero también una constante fe en sus posibilidades y una solvencia natural para gestionar los partidos que parecía ausente de Lasesarre desde hacía años. La parte final de la temporada ha sido dura, tanto para la afición como para la plantilla, y ahora toca apechugar, creer y, como decíamos en esa entrada que ya hemos recordado antes, no rendirse. No podemos olvidarnos que hace poco menos de diez años que no jugábamos un playoff, que hace poco estábamos en Tercera división y que los tiempos pasan, la historia no sirve de nada, y en el mundo del fútbol la memoria dura lo que duran los cuentos cortos de Augusto Monterroso. Horroroso mi análisis, lo sé, pero no queda otra que llenar autobuses (me decían ayer que uno ya estaba) ir a Lleida (que yo lo lamento, pero no podré) y luego volver a Lasesarre y llenarlo y seguir creyendo y creyendo aún cuando no tengas argumentos para hacerlo. Porque lo hemos hecho toda la vida así y es la única manera en la que merece la pena seguir. Y, también, y esto ya es algo personal y la lección que he aprendido yo tras muchos años de fútbol: hay que saber perder.
Paro aquí.
Pero seguiremos viniendo. Y quizás la próxima vez no soy tan cobarde y evito rellenar lo que escribo con paja y pluma suficiente para amortiguar el golpe. Ya veremos.
El título, como no sé a quién otorgárselo, se lo otorgo a Armiche Ortega (y de paso también la foto), a quien le sacó un balón por bajo el portero del Arenas que bien podría habernos dado el primer puesto y la oportunidad de ponerme peripatético y sensiblero a tope, pero eso que nos ahorramos. El canario se ha caído del once titular en las últimas jornadas, pero su temporada ha sido más que aceptable, incluso inspirada en algunos momentos: 31 partidos y 4 goles para este canterano de Las Palmas que tuvo que emigrar a Grecia y Polonia para buscarse una carrera profesional. Para él va el titular por las razones ya dadas, y, como terminé aquella entrada de hace un par de días y que ya he mencionado aquí tres o cuatro veces, terminamos la de hoy, sin esconder las pasiones:
¡Aupa Baraka!
Posdata: la fotografía la he tomado, como siempre, de una búsqueda de imágenes en google aunque, aparentemente, proviene de la página web del Barakaldo Club de Fútbol.
Con respecto al resto de las eliminatorias, resulta complicado resumirlo todo ahora y desde la lejanía. El Sevilla Atlético de Diego Martínez tendrá en frente a un Socuéllamos que ha terminado la temporada con una remontada increíble y convirtiéndose en uno de los equipos más en forma de la categoría. El Tudelano de Manix Mandiola ha hecho una temporada sobresaliente, aspirando incluso al primer puesto, y, para seguir soñando, tendrán ahora que superar al histórico Hércules de Vicente Mir, donde juegan, entre otros, gente experimentada como David Mainz, Javi Flores, Paco Peña o Manu Gato. Cádiz y Rácing de Ferrol jugarán una de las eliminatorias más parejas y, además, supondrá el regreso de Jon Ander Garrido al Ramón de Carranza. El Toledo de Onésimo Sánchez se metió al final en playoff y ahora deberá superar al Real Murcia del argentino José Luis Acciari, que partía como favorito al primer puesto pero acabaron por conformarse con el segundo. Finalmente, el UD Logroñés del vizcaíno Carlos Pouso, donde juegan viejos conocidos como Iker Alegre o Antxon Muneta y donde Pere Milla se ha hinchado a marcar goles, se enfrentará al Villarreal B que entrena Paco López y donde han destacado gente como el ex madridista Fran Sol, el veterano Carlitos Martínez o el alicantino Carlos López. Tienen más talentos, como el ruso Anton Shvets o el ex del Barcelona Aitor Cantalapiedra y varios jugadores que han entrenado con el primer equipo esta temporada, como el portero, ex del Barakaldo, Aitor Fernández, o el centrocampista Miguel Llambrich, y alguno que incluso ha llegado a debutar o que ya están hasta asentados en la primera plantilla como Rodri Hernández, Alfonso Pedraza, Pablo Íñiguez, Adrián Marín o Matías Nahuel. No sé si estos tres últimos pueden o, puedan o no, seguirán jugando con el filial. Pero, en cualquier caso, una eliminatoria más que interesante.
Por último, claro, tenemos el duelo que enfrentará al Lleida contra el Barakaldo y donde nuestro presupuesto emocional está completamente apostado. Primero jugarán en Cataluña y allí se encontrarán con un club con problemas económicos que ha solventado la temporada con pundonor, recibiendo poco goles y aprovechando los que marca, precisamente, un ex del Barakaldo, Urko Arroyo, y los ex se nos suelen dar fatal. Hay más presencia del norte, empezando por el entrenador, Imanol Idiakez, y siguiendo por otro ex realista Álex Albistegi, además de Julen Colinas o los ex Osasunistas Manu Onwu y Ekhi Senar. No lo tendrá fácil un Barakaldo que deberá superar el disgusto de quedarse sin liderato en la última jornada y a pesar de marcarse una temporada de 80 puntos que, en otras circunstancias, hubiera dado el título en jornadas anticipadas (en los otros grupos han sido campeones con 74, 73 y 77 puntos). La segunda parte contra el Arenas de Getxo pareció enseñar las carencias de un equipo al que la temporada, aparentemente, se le está haciendo larga y a quien le cuesta recibir los golpes y mantener la concentración. Sin embargo, esa quizás sea una lectura demasiado negativa. Hay que seguir confiando en la solidez de Álex Quintanilla y Beñat Elgezabal, la compostura de Haritz Albisua, la inspiración de Galder Cerrajería, la insistencia de Alain Arroyo o la verticalidad de David Martín y Armiche Ortega. El equipo ha demostrado, a lo largo de toda la temporada, puntos fuertes y flaquezas, pero también una constante fe en sus posibilidades y una solvencia natural para gestionar los partidos que parecía ausente de Lasesarre desde hacía años. La parte final de la temporada ha sido dura, tanto para la afición como para la plantilla, y ahora toca apechugar, creer y, como decíamos en esa entrada que ya hemos recordado antes, no rendirse. No podemos olvidarnos que hace poco menos de diez años que no jugábamos un playoff, que hace poco estábamos en Tercera división y que los tiempos pasan, la historia no sirve de nada, y en el mundo del fútbol la memoria dura lo que duran los cuentos cortos de Augusto Monterroso. Horroroso mi análisis, lo sé, pero no queda otra que llenar autobuses (me decían ayer que uno ya estaba) ir a Lleida (que yo lo lamento, pero no podré) y luego volver a Lasesarre y llenarlo y seguir creyendo y creyendo aún cuando no tengas argumentos para hacerlo. Porque lo hemos hecho toda la vida así y es la única manera en la que merece la pena seguir. Y, también, y esto ya es algo personal y la lección que he aprendido yo tras muchos años de fútbol: hay que saber perder.
Paro aquí.
Pero seguiremos viniendo. Y quizás la próxima vez no soy tan cobarde y evito rellenar lo que escribo con paja y pluma suficiente para amortiguar el golpe. Ya veremos.
El título, como no sé a quién otorgárselo, se lo otorgo a Armiche Ortega (y de paso también la foto), a quien le sacó un balón por bajo el portero del Arenas que bien podría habernos dado el primer puesto y la oportunidad de ponerme peripatético y sensiblero a tope, pero eso que nos ahorramos. El canario se ha caído del once titular en las últimas jornadas, pero su temporada ha sido más que aceptable, incluso inspirada en algunos momentos: 31 partidos y 4 goles para este canterano de Las Palmas que tuvo que emigrar a Grecia y Polonia para buscarse una carrera profesional. Para él va el titular por las razones ya dadas, y, como terminé aquella entrada de hace un par de días y que ya he mencionado aquí tres o cuatro veces, terminamos la de hoy, sin esconder las pasiones:
¡Aupa Baraka!
Posdata: la fotografía la he tomado, como siempre, de una búsqueda de imágenes en google aunque, aparentemente, proviene de la página web del Barakaldo Club de Fútbol.
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