El baloncesto vasco siempre ha dado buenos entrenadores: Iñaki Iriarte, José Antonio Figueroa (este adoptado, como quien dice), José Antonio Gasca, Manu Moreno, Pepe Laso... Y muchos otros que se escapan en este recuento, más aún cuando solo estoy tirando de memoria y, además, estoy intentando que mi memoria vaya más lejos de lo que realmente puede llegar.
Sin embargo, ayer leía un artículo en Solobasket.com sobre el posible baile de entrenadores en la ACB y me recordó una impresión que ya había tenido hace tiempo: la buena cantidad de entrenadores vascos que están ahora en la élite o cerca de ella.
Vamos a hacer un repaso rápido y poco profundo:
El bilbaíno Txus Vidorreta ha sido elegido este año mejor entrenador de la liga ACB, un logro que solo recalca su enorme temporada en las filas del Iberostar Tenerife. Mejor defensa de la Liga, quintos en temporada regular (llegando a ser líderes), mejor récord de victorias, 22, clasificación para la Copa del Rey y para los play-off por el título y, finalmente, ganadores de la FIBA Champions League. A sus 50 años, el bilbaíno merecía este triunfo, dado además su gran trabajo como ayudante de Sergio Scariolo en la selección de España. Es joven aún, pero es que su carrera empezó hace muchísimo tiempo. Sus primeros logros los hizo en casa. En la temporada 1993-1994, con tan solo 27 años consiguió que el Cajabilbao ganara el título de la Primera división y lograra un ascenso a la máxima categoría que, desgraciadamente, no se confirmó en los despachos. Volvió con el cambio de siglo y llevó al nuevo proyecto de baloncesto de su ciudad desde la LEB 2 hasta la ACB y hasta ser subcampeón de la Supercopa. Salió de allí y sigue creciendo en su carrera como entrenador. Dicen que puede salir de Tenerife si le llega un banquillo con aspiraciones más ambiciosas.
Pero Vidorreta no es el único entrenador vasco en ACB. Sin duda alguna, el más conocido y reconocido es el vitoriano Pablo Laso, entrenador del Real Madrid. A sus 49 años, encadena ya seis temporadas consecutivas en la sección de baloncesto del Real Madrid y sus éxitos le preceden: 3 Ligas ACB, 5 Copas del Rey, 3 Supercopas de España y 1 Euroliga. Si Vidorreta se ha hecho con el título de mejor entrenador este año, Laso ya lo ha ganado en tres ocasiones, siendo también reconocido en 2015 con el premio Aleksandr Gomelskiy al mejor entrenador de la Euroliga.
Y hay más: este año, otros dos entrenadores vascos han tenido banquillos en ACB y, además, aparecen en las quinielas para seguir siéndolo la próxima temporada. Por un lado, Ibon Navarro, también vitoriano, como Pablo Laso, y ex entrenador de Baskonia, donde el entrenador del Real Madrid nunca ha entrenado pero se convirtió en un histórico jugador. A pesar del descenso de su equipo, el ICL Manresa, el joven entrenador (41 años) accedió a su primera oportunidad como entrenador principal en el equipo de su ciudad después de la rescisión de contrato del último entrenador para el que hacía labores de ayudante, el italiano Marco Crespi. En Manresa ha comenzado a consolidar esa carrera como primer entrenador. Pero, antes, ya se había labrado una reputación como entrenador auxiliar, puesto que ocupo con entrenadores como el mencionado Crespi, Sergio Scariolo, Neven Spahija o Dusko Ivanovic en Gasteiz, con Velimir Perasovic y Paco Olmos en Valencia, y con el propio Olmos en Menorca Bàsquet. El otro entrenador vasco en ACB es el vizcaíno Jota Cuspinera, otro que venía con una gran reputación en el trabajo oscuro de cantera y de ayudantía y que ahora va luchando por crecer su currículo como máximo responsable. Cuspinera ha estado este año en Fuenlabrada, donde su equipo ha ido de más a menos, pero, aún así, las impresiones han sido buenas y su nombre suena para otros equipos. José Ramón Cuspinera, nacido en Getxo hace 47 años, antes de ser primer entrenador del Fuenlabrada, fue auxiliar en el mismo equipo madrileño, en Laboral Kutxa, en el Real Madrid, en el Estudiantes y en la selección española. Y antes de todo eso ya había sido reconocido por su trabajo con la cantera en el club de Magariños y en la estructura de la Federación Española de Baloncesto.
Entre los asistentes, también encontramos a algunos entrenadores vascos, y con pedigrí y currículo, como David Gil en el Baskonia o José Ángel Samaniego en el Estudiantes. El primero lleva años establecido en la estructura deportiva del club que dirige Josean Querejeta y ha colaborado con muchos entrenadores de reputación que han pasado por el Fernando Buesa. Samaniego, por su parte, es un donostiarra de 51 años que lleva ya años (los últimos en Fuenlabrada, Joventut, Estudiantes o Gran Canaria) en el equipo de trabajo de Salva Maldonado.
Y si miramos hacia abajo, también encontramos más argumentos para justificar nuestra impresión de que quizás estemos ante un momento dorado en la historia de la labor técnica en el baloncesto vasco. Y es que en LEB Oro nos encontramos con otros tres entrenadores, y los tres entrenando a equipos con aspiraciones que han luchado por ascender a ACB: Natxo Lezkano en Breogán, Gonzalo García de Vitoria en Ourense y Sergio García Martín en el Quesos Cerrato Palencia. Lezkano es un portugalujo que tras llegar al banquillo de ACB del Baskonia desde su puesto de ayudante, lleva años entre la LEB Oro (Palencia y ahora Breogán) y aventuras más exóticas (seleccionador de Costa de Marfil y Toros de Aragua de la LPB venezolana). Gonzalo García de Vitoria también es vizcaíno, en este caso de Bilbao, y lleva también una larga carrera entre EBA y LEB en la que va dando pasos hacia proyectos más ambiciosos. Pasó por Rayet Guadalajara, Autocid Burgos y Melilla antes de llegar a un Ourense al que subió a ACB aunque no se consumara en los despachos y donde encadena ya cuatro años consecutivos. Finalmente, Sergio García Martín, nacido en Donostia hace tan solo 34 años, llegó al Palencia desde la LEB Bronce, donde entrenaba en Torrevieja, primero como ayudante y ahora como entrenador principal y, esta misma temporada, estuvo a pocos puntos de lograr el ascenso a ACB con el Quesos Cerrato.
Podríamos seguir así, más aún cuando en LEB Plata nos encontramos dos casos que merecen reconocimiento. El primero, más aún, cuando el año que viene se sumará a la lista de entrenadores vascos en LEB Oro con su equipo, el Sammic Iraurgi, que ha conseguido un sorprendente y merecido ascenso a LEB Oro. Iker Bueno, ex jugador en el mismo club y ex ayudante en ese mismo banquillo de entrenadores como Jon Txakartegi y Iurgi Caminos, se ha convertido, a sus apenas 29 años en uno de los grandes héroes de la hazaña que ha conseguido el equipo de su pueblo, Azpeitia. El otro protagonista no consiguió emularle pero estuvo apunto, Mikel Garitaonandia, también muy joven, 32 años, le ha sacado mucho provecho a un Zornotza que no pudo con el Valladolid en la lucha por el ascenso a LEB Oro. Sin embargo, la temporada de los vizcaínos y del joven entrenador en el banquillo del equipo vizcaíno ha sido de enmarcar.
Cubrir la liga EBA sería ya demasiada aspiración para este blog. De todas formas, creo que es suficiente con todos los nombres que hemos puesto aquí en negrita. Quién sabe, quizás en tiempos pasados hubo mayor número de entrenadores vascos en la élite, no lo sé. Sin embargo, a mí, personalmente, la calidad y la cantidad de los aquí mencionados me parecía lo suficientemente significativo.
Le vamos a dar el titular a Iker Bueno, porque es el más joven, y puede que, junto con Mikel Garitaonandia, el más desconocido. Aún a espensas de que se confirme que los despachos y la burocracia y la economía no son un problema, el ascenso del Sammic Iraurgi de Azpeitia a la LEB Oro es todo un acontecimiento en un pueblo tan pequeño como el guipuzcoano pero donde, al menos en el club, han sabido llevar hasta el éxito un proyecto bien planificado y gestionado. Bueno tiene parte, y parte importante, de culpa en ello y, por ende, de la gran temporada de baloncesto en la provincia, donde no han dejado de vivir alegrías tanto en el masculino como en el femenino. La fotografía, sin embargo, no se la regalamos a nadie y la ponemos más general y con creative commons.
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