Creo que luego voy a escribir otra entrada que podría estar relacionada con ésta, así que no me voy a explayar con el contexto. Todo esto surgió a raíz de cruzarse una imagen en la televisión, probablemente por casualidad, que me hizo ver a Mikel Vesga y a Unai López juntos en el campo de fútbol, probablemente celebrando alguna eliminatoria de Copa, y entonces recordé que ambos habían formado la media titular del Bilbao Athletic en la única temporada, en años recientes, que este filial disputó la categoría de plata del fútbol profesional español.
Y me anime a enredar un rato. Porque aquel año pasó rápido y casi desapercibido, pero creo que, ahora, si se mira hacia atrás, se pueden ver las consecuencias de tener una buena generación y el plus que añade disputar una competición más exigente. Veamos, para empezar, hablamos de la temporada 2015-2016. Tras 19 temporadas en Segunda B, el equipo dirigido por José Ángel Ziganda conseguía un ansiado premio, algo que se ha perseguido largamente en Lezama desde los 90 y se regresaba a la segunda división. La experiencia, en estadísticas y datos, no sería muy positiva: el equipo acabó último con 32 puntos y regresó a la competición de bronce. Alavés, Leganés y un sorprendente Osasuna conseguirían lo contrario, subir a primera. Con el Bilbao Athletic, descenderían Ponferradina, Llagostera y Albacete. Los cachorros consiguieron 8 victorias, 8 empatas y 26 derrotas. Con 35 goles a favor y 59 en contra. Hubo algún desencuentro, al parecer, en torno a la composición de la plantilla, un tanto bisoña, con apenas tres jugadores de 23-24 años, entre el máximo responsable técnico y la dirección deportiva de Lezama. El caso es que se descendió.
Pero, si miramos ahora hacia atrás, y sin mucha dificultad, se puede hacer otra lectura. Una lectura a posteriori que puede ser relativa y no está basada en un gran trabajo de investigación y cálculo, no te creas, pero que, en mi opinión, demuestra que, para un club como el Athletic, que apuesta parte de su bienestar en su habilidad para formar jugadores, una situación como la que se dio en aquella temporada puede ser muy positiva.
Veamos. En la dinámica del equipo entraron hasta 30 jugadores, Alejandro Remiro, que jugó 33 partidos, fue el portero titular. Jon Ander Felipe, con 10 partidos, el suplente. Un jovencísimo Unai Simón, con 18 años por entonces, no llegó a debutar pero estuvo en cuatro convocatorias. En defensa, contaron con muchos minutos jugadores como Markel Etxeberria (30 partidos y 1 gol), Urtzi Iriondo (32 partidos y 1 gol), Enric Saborit (26 partidos), Óscar Gil (37 partidos y 2 goles), Yeray Álvarez (32 partidos) o Jonás Ramalho (19 partidos). Menos tuvo Unai Bilbao (13 partidos y 1 gol) y aún menos Iñigo Lekue (3 partidos y 1 gol), aunque por razones positivas, y Julen Arellano (1 partido). Los jóvenes Jon Agirrezabala y Andoni López no llegarían a jugar pero ambos fueron convocados, al menos, en una ocasión. En el centro del campo, eran indiscutibles gente como los ya mencionados Mikel Vesga (41 partidos y 1 gol) y Unai López (40 partidos y 2 goles), más Iker Guarrotxena (34 partidos y 4 goles). En las rotaciones, entraban jugadores como Aitor Seguín (28 partidos y 3 goles), Ager Aketxe (21 partidos y 8 goles), Iker Undabarrena (23 partidos), Gorka Iturraspe (25 partidos), Iñigo Córdoba (21 partidos), Jon Iru (19 partidos) o Jurgi Oteo (14 partidos y 1 gol). Menos presencia tuvieron Lander Olaetxea (9 partidos), Martín Bengoa (3 partidos) y Egoitz Magdaleno (1 partido), quien era, por cierto, el más veterano del grupo con 24 años. En punta, solo jugaron tres, Gorka Santamaría (34 partidos y 7 goles), Asier Villalibre, por entonces con tan solo 18 años, quien llegó a disputar 32 partidos y marcó 3 goles, más Gorka Guruzeta, en situación de meritorio, quien solo jugó 5 partidos sin marcar.
Como decíamos, Lekue jugó poco por razones positivas, y es que llegó a disputar 20 partidos, en los que marcó un gol, con el primer equipo en aquella temporada de 2015-2016. Una temporada en la que, el equipo, a las órdenes de Ernesto Valverde, acabaría 5º en liga, clasificándose para Europa, donde ya jugó esa temporada, a solo dos puntos de Champions League. Además, por supuesto, como recordarán los aficionados, se ganó la Supercopa. Además de Lekue, Ager Aketxe jugó en las tres competiciones (Liga, Copa y Europa), llegando a jugar 3 partidos en primera división. Nadie más ascendió. Solo el portero Álex Remiro (en Liga) y Yeray Álvarez y Enric Saborit (en Europa), se quedarían cerca. De hecho, Saborit sí jugó, pero, como decimos, en Europa. Yeray Álvarez y Álex Remiro fueron convocados sin llegar a debutar.
Si miramos a aquellos 30 jugadores, 8 de ellos aún juegan en el Athletic: Unai Simón, Iñigo Lekue, Yeray Álvarez, Iñigo Córdoba, Unai López, Mikel Vesga, Asier Villalibre y Gorka Guruzeta, aunque este último, tras superar una dura lesión, se mantiene ahora más en el filial que en el primer equipo. Es un 26,67% de aquella plantilla, que puede parecer poco, pero dada la exigencia del salto definitivo a la profesionalidad, no parece un mal número. Además de ellos, cinco jugadores disputan ligas de primera división, aunque solo uno en la Liga Española. Álex Remiro es el portero titular de la Real Sociedad, Unai Bilbao juega en la primera división de México con el Atlético de San Luis, equipo con el que el año pasado consiguió el ascenso y gracias a un gol suyo, Enric Saborit juega en el Maccabi de Tel Aviv de la primera división de Israel, Martín Bengoa lo hace en el Mogreb Atlético Tetuán de la primera división de Marruecos e Iker Guarrotxena acaba de firmar con el Volos NFC de la liga griega, después de haber estado jugando en la primera división polaca. Son 13 de 30, el 43,33%. Es decir, aunque alguno le parezca que exageramos, casi la mitad de la plantilla de aquel equipo juega en un equipo de primera división, ya sea en España, Marruecos, México, Grecia o Israel.
Además de estos, hay que destacar que solo un jugador, al menos en la actualidad, de aquella plantilla, está ahora mismo sin equipo: Julen Arellano. El prometedor lateral navarro abandonó el Calahorra hace un año y no se le conoce otro equipo. Y solo uno más, Egoitz Magdaleno, juega en tercera división, en el El Ejido andaluz. Todos los demás, juegan en segunda división o en segunda B. Cinco están en la Liga Smart Bank. Uno, además, cedido por el Athletic Club, Andoni López, quien intenta medrar en el Elche para regresar al Athletic (llegó a debutar en primera con el Athletic). Ager Aketxe juega en el Deportivo, donde coincide con hasta otros tres ex-rojiblancos, Peru Nolaskoain, Eneko Bóveda y Sabin Merino. Ramalho, quien llegó a jugar en primera con el Athletic y el Girona, sigue en este equipo pero en segunda división, donde también juegan Óscar Gil (Racing de Santander) e Iker Undabarrena (Tenerife). En segunda B, y fuera de Euskadi, juegan Gorka Santamaría (Badajoz), Lander Olaetxea (UD Logroñés), Gorka Iturraspe (Atlético Baleares), Jurgi Oteo (Sabadell), Jon Ander Felipe (Ejea) y Markel Etxeberria (Cartagena). En Euskadi se quedaron los demás, Jon Iru (Leioa) y tres que juegan en el mismo equipo, el Barakaldo Club de Fútbol, Jon Agirrezabala, Urtzi Iriondo (quien estuvo jugando en el Saint Gilloise de la segunda división belga, y el recién llegado Aitor Seguín, un jugador que, a sus 24 años, ha llegado cedido por el Athletic, donde aún se espera que se recupere y alcance el nivel que siempre se le vio, después de superar lesión tras lesión que ha amenazado por cercenar por completo su carrera.
El Bilbao Athletic, que dirige ahora Joseba Etxeberria, se encuentra en puestos de play-off de ascenso en su grupo de la segunda división B, el dos. Con 42 puntos, está a 4 del UD Logroñés, líder del grupo, y mantiene una ventaja de seis con el quinto. Las aspiraciones para retornar a donde estuvieron en esa temporada de 2015-2016 se mantienen. Vistos estos datos, relativos, dirán muchos, y puntualizables, dirán otros, yo sigo pensando que ese ascenso sería una buena nueva en la estructura de formación del club. En este Bilbao Athletic de Joseba Etxeberria, despuntan los jugadores de la generación del 2000. A esos jugadores, los Asier Córdoba, Aitor Paredes, Imanol García de Albeniz, Unai Vencedor, Oihan Sancet o Ewan Urain, y a otros de generaciones anteriores o posteriores, como Jon Morcillo, Daniel Vivian, Jesús Areso, Oier Zarraga o Beñat Prados seguro que les vendría muy bien ese ascenso y ese nuevo nivel de exigencia.
Le vamos a dar el titular a Iñigo Baqué, jugador del Bilbao Athletic actual que, recientemente, sufrió una grave lesión, la segunda en poco tiempo, y vio cómo se cortaba una temporada que estaba siendo excepcional para él. Más que por los 19 partidos y 3 goles que llevaba, porque, a sus 22 años, había visto como, por razones puntuales, pasaba de sus labores habituales como defensa o medio centro a ocupar la posición de delantero centro, aprovechando su 1'88, ya que Etxeberria había perdido por lesión a Urain y Tascón. Ahora, se encuentra con la temporada prácticamente finiquitada y una larga tarea de recuperación hasta que consiga incluirse en alguno de esos grupos con los que hemos resumido la carrera post-Bilbao Athletic de aquellos que vestían esa camiseta en la temporada 2015-2016. Joseba Etxeberria y José Ángel Ziganda coincidieron durante tres temporadas en la primera plantilla del Athletic Club, incluyendo aquella de la 97/98 en la que, de la mano de Luis Fernández, se alcanzaría la Champions League. En aquel equipo, jugadores como Aitor Larrazabal, Julen Guerrero, Rafael Alkorta, Josu Urrutia, Imanol Etxeberria o Javi González representaban el valor de cantera del equipo. A lo mismo, aspiran muchos de los que hemos mencionado aquí. Solo queda esperar.
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