viernes, 13 de marzo de 2020

Jett Canfield



Muchas noticias para contar con respecto a la temporada de los Bluejays de Creighton, y, la más significativa, ésta: cuando estaban disputando su partido de cuartos de final en la lucha por el título de la Big East, e iban perdiendo ante Saint John's, en el descanso, se decidió la suspensión del campeonato y no volvieron a saltar a la cancha. La crisis internacional del coronavirus ha llevado a esta situación en muchos deportes, en todas sus competiciones y en países lejanos entre sí. Y la NCAA de baloncesto y, con ello, la Big East y la temporada de los de Creighton, no ha sido ajena a todo este ajetreo. De paso, la NCAA decidió también suspender los campeonatos nacionales de la primera división, tanto en la categoría masculina como femenina, con lo que no habrá post-temporada y se cierra así lo que se había convertido en una ilusionante temporada para los de Omaha. Esta suspensión acarrea muchas más consecuencias que, simplemente, la de dejar desierto, sin ganador, una temporada en la que se proponían como candidatos universidades no tan habituales en la lucha por el título. La suspensión puede tener consecuencias en la elegibilidad de algunos jugadores para el próximo draft, en el año de sénior de algunos jugadores, y aún quedan decisiones que tomar. La que está tomada es la de su cancelación. Eso, por ahora, parece inamovible. 

Por lo tanto, Creighton cerró su temporada de corto, sentados en el vestuario, y esta quedará como la de su primer título de liga regular desde que ganaron la Missouri Valley Conference en la temporada 2012-2013 con los Doug McDermott, Gregory Echenique, Grant Gibbs, Ethan Wragge o Austin Chatman. Y es que sí, lo consiguieron. Nos quedaban cuatro partidos por contar aquí y estos se sucedieron con un cómputo final de tres victorias y una derrota, encaramando a Creighton a lo más alto de la clasificación, gracias al triple empate (13-5) con Seton Hall y Villanova. Así, al menos, despiden la temporada 2019-2020 con un trofeo en las manos. 

Las victorias en estos cuatro partidos fueron ante Butler (81-59), Georgetown (91-76) y la última fue ante Seton Hall (77-60), consiguiendo, así, ganar el título en el último partido y ante su afición. La derrota, dolorosa, fue ante el rival que le iba ganando en cuartos de final cuando se suspendió la temporada en el descanso, una Saint John's que parecía haberle cogido la medida a los de McDermott (77-91). Ante Butler, la victoria fue contundente y destacó, sobre todo, Marcus Zegarowski, 25 puntos y 7 de 7 en triples. Ty-Shon Alexander le acompañó con 15 puntos y excelente partido de un Christian Bishop que se fue a los 19 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 4 tapones. La derrota ante St. John's vino en el siguiente partido y fue dolorosa. En el Lou Carnesecca Arena de Queens, los arrendajos fueron a remolque todo el partido, en un partido que fue el partido de su vida para Greg Williams Jr, con 7 de 10 en triples y un total de 21 puntos, todos los tiros de tres que convirtió. Entre él, Rasheed Dunn, LJ Figueroa y Julian Champaigne sometieron a una Creighton que perdió desde fuera (4 de 27 en tiros de tres), a pesar de los 20 puntos y 8 rebotes de Damien Jefferson y los 19 puntos y 4 rebotes de Ty-Shon Alexander. Era la primera victoria de los Red Storm de St. John's ante un top 10 desde 1975. Se recuperaron para el siguiente partido, ante Georgetown en el CHI Health Center, y ganaron por 91-76, llevando ya una gran diferencia al descanso, y sustentando la victoria sobre un cambio radical en puntería, ya que consiguieron su récord de triples en la temporada 17 (de 36 intentos). Mitch Ballock hizo 6 de 13 y Markus Zegarowski 4 de 6 y ambos se fueron a los 20 puntos, añadiendo Zegarowski a su estadística 8 asistencias. 18 puntos y 5 rebotes aportó Ty-Shon Alexander y 14 y 5 un Denzel Mahoney que seguía rindiendo en su rol desde el banquillo, donde también destacó el senior Kelvin Jones (7 puntos, 6 rebotes y 2 tapones). Precisamente Kelvin Jones, junto con Jordan Scurry, eran homenajeados en el último partido ante Seton Hall, ya que era el último de la temporada en Omaha, el día de despedida para los jugadores séniors. Un final de partido arrollador (30-10) sentenció el marcador final y le dio la victoria, extraordinaria por la manera y por los réditos que dio, a los de Omaha por 50 a 47. 16 de esos 30 puntos finales los consiguieron entre Denzel Mahoney y Ty-Shon Alexander, quienes se echaron el equipo a la espalda, sin que les pesara, además, la responsabilidad de hacerlo ante 18.519 espectadores, la décima asistencia más exitosa en la historia del equipo. Quincy McKnight, Myles Powell y el reserva Jared Rhode fueron los mejores de Seton Hall junto con Sandr Mamukelashvili (7 puntos y 12 rebotes). Por Creighton, además de los ya mencionados Mahoney (16 puntos) y Alexander (15), destacó Markus Zegarowski, con 23 puntos (5 de 5 en triples), 6 rebotes y 5 asistencias, quien, eso sí, protagonizó la peor noticia del partido ya que acabó tocado de su rodilla y se dudaba de su participación en los finalmente fatídicos cuartos de final. En estos cuatro partidos, nuestro elegido para ilustrar esta extraña temporada, Jett Canfield, tuvo cancha en todos ellos (ante Butler, St. John's, Georgetown y Seton Hall). Eso sí, con pocos minutos: 5 ante Butler, 2 ante St. John's, 3 ante Georgetown y 1 solo ante Seton Hall. En dos de ellos, Georgetown y Seton Hall sus estadísticas quedaron inmaculadas, sin registros. Ante St. John's fueron negativas: falló el único tiro de campo que intentó. Y solo ante Butler pudo aportar algo: 1 rebote, y, eso sí, 1 balón perdido. 

Con la celebración y alegría por el título, llegaron otros reconocimientos, como encontrarse en la posición 11º en el NET de la NCAA, primer equipo de la Big East, o 11º también en el ranking de la Associated Press, solo por debajo de Seton Hall (8º), o 14º en el de los entrenadores para el US Today, eso sí, con Seton Hall (7º) y Villanova (12º) por encima. Llegaron luego, otros reconocimientos individuales: Denzel Mahoney fue elegido mejor sexto hombre de la Big East y Ty-Shon Alexander formó parte del primer equipo de la competición y Markus Zegarowski fue elegido en el segundo. Romaro Gill, de Seton Hall, fue elegido mejor defensor y, de hecho, mejor jugador de la conferencia. Pero, otra buena noticia para Creighton, el mejor entrenador de la temporada fue Greg McDermott. 

Y, me temo, esto ha sido todo. No parece que el virus de Wuhan se vaya a echar para atrás ahora y no tendremos más competición de baloncesto universitaria. Este año, la temporada se me va a hacer hasta corta así que, si seguimos tozudos y escribiendo de esto, volveremos el año que viene y contaremos una temporada que, si no hay sorpresas, puede ser muy esperanzadora y excitante para los de Omaha, ya que no pierden a ninguno de los jugadores que han destacado este año por edad. Si los Markus Zegarowski, Ty-Shon Alexander, Denzel Mahoney, Damien Jefferson, Christian Bishop y Mitchell Ballock se quedan y regresan fuertes de sus lesiones gente como Antwann Jones, Jacob Epperson o Davion Mintz, más lo que pueda llegar o los que puedan mejorar, la verdad es que se presenta un futuro alentador para la universidad de Creighton. Como digo, supongo que, si resistimos y no desistimos, seguiremos contándolo un año más aquí, que este, por lo que todos ya sabemos, se nos ha hecho bien corto.  

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