Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
miércoles, 31 de diciembre de 2008
Nate McMillan
Esta pasada noche, en la victoria de los Blazers contra los Celtics, McMillan nos ha dejado una jugada para la historia: durante varios segundos, incluso han metido una canasta, su equipo ha jugado con seis jugadores. Al final, las protestas de los Celtics, encabezados por Kevin "Bocachancla" Garnett han dado fruto y a los Blazers les han anulado la canasta y les han pitado técnica. Menos mal que al final, han ganado. Me acuerdo del canastón de Middleton cuando jugaba en el Barça. ¿Alguien se acuerda? Era el partido dominical de la mañana. Recuerdo que estaba tirado en la sala, solo en casa, haciendo algo más al mismo tiempo que veía el partido de reojo y de vez en cuando. Hubo un salto entre dos en la bombilla del Barcelona, saltaron, el balón le cayó a Middleton y éste se giró ágilmente y, sin oposición, machacó su propio aro. Aún puedo recordar la cara de sorpresa del jugador contrario, no sé por qué me suena que era Pepón Artiles y jugaba el Barça contra el Gran Canaria, aunque igual ni Pepón jugó en el Gran Canaria y estoy mezclando recuerdos otra vez. Pero la canasta, la cara gélida de Middleton y mi sorpresa, puesto de pie, buscando a alguien por casa para contárselo, sí que las recuerdo claramente. Creo que fue Chinche Lafuente, aquel base madrileño que también pasó por el Cajabilbao, quien se metió un triple en su propia canasta al intentar evitar la presión de un contrario junto a la esquina del campo. Si no fue él, quizás fue algún otro base nacional del Huesca la Magia. Y recuerdo una canasta de Isaiah Rider, otro "baby-Jordan" casi contemporáneo de Harold Miner, que al intentar evitar que el balón saliera por la línea de fondo, se lanzó de cabeza y, de espaldas, metió una canasta inverosímil. Hace un par de años, André Iguodola o Iguodala o como sea, metió una de esas canastas que yo intentaba cada dos por tres en el patio del colegio, y una vez me salió jugando un partido de tres contra tres y fue uno de los patéticos minutos de gloria como patético jugador de mi patético playground. Consistía en entrar a canasta desde un lateral, preferentemente, no sé por qué porque la lógica dicta lo contrario, por la izquierda, alargar el bote para hacerle creer a los demás que vas a intentar una bandeja a aro pasado, pero, en lugar de usar la mano derecha, usar la izquierda para lanzar el balón con efecto por detrás del tablero, que lo salve sin tocarlo y que caiga el balón limpio desde arriba hasta el aro. Iguodola lo hizo en un partido de la NBA, claro. Darius Songaila no pudo evitar que la pelota rebotara en su hombro y entrara por la canasta de su equipo... Y ya está, si me acuerdo de más, no me quiero acordar. Iguodala, Isiah Rider, Chinche Lafuente, Middleton, Songaila y... pongamos que Javi Salgado por decir uno de la casa y con un clásico, un triple desde muy lejos, sin mirar y con el contrario encima. Así ya tenemos los seis jugadores que Nate McMillan necesita.
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