jueves, 3 de noviembre de 2011

Mikel Rico




El río baja revuelto últimamente y ando espeso. No me entero de cuándo empiezan y cuándo terminan las cosas. Así que no me enteré de cuándo terminó la última jornada de liga, que, por cierto, terminó como siempre, en lunes, y con un derby, pero uno que soy yo y escribo esto, ni me enteré. El derby fue el Sevilla-Granada y ayer supe que ganaron los últimos con un gol en el minuto 89 y tras remontar el primer gol, que lo marcó Manu del Moral para los sevillanos.

El caso es que el gol lo marcó Mikel Rico.

Y para cuando yo me he enterado, ya le llamaban el héroe del Granada.

Y me he alegrado un montón. No por la derrota del Sevilla, ni tan siquiera por la victoria del Granada, que ya tiene uno bastante con tener sus propias pasiones, pero sí que me he alegrado porque le vayan bien las cosas al centrocampista de Basauri.

A sus 27 años, y tras mucho currárselo, ha llegado bien alto, a que le llamen héroe, aunque sea local (quizás todos los héroes son locales). Un tío que ha pasado por todas las categorías. Empezó en Tercera con el Baskonia, emigró a Cuenca para subir un peldaño de categoría, se marchó a Andalucía, pero no a Granada, si no a Almería, para jugar en el Poli Ejido, después volvió al norte, al Huesca, donde destacó en el ascenso a la categoría de plata y acabó por fichar por el Granada, con el que también ascendió, pero esta vez a Primera división. Un tío que se ha pasado toda su vida fuera de casa, buscándose el pan con trabajo en el centro del campo, brega y entrega, que no solo eso. Me alegro por él. Quizás me alegre porque es de aquí, a la vuelta de casa, pero si fuera de Murcia, su ejemplo también me parecería reseñable.

Y poco más. Prometo enterarme antes la próxima vez y que le vaya bien a todo el mundo que es algo imposible, pero yo ya tengo bastante con mis propias pasiones...


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