Le preguntaron al medallista europeo y campeón nacional en 5.000 y 3.000 metros y en varias ocasiones y contestó: "La San Silvestre es la carrera más bonita del mundo".
San Silvestres hay muchas, aunque aquella en la que en los años sesenta los premios los ponían los comerciantes de la zona, desde jamones hasta electrodomésticos, y los participantes cogían el que les apetecía según iban llegando a meta, aquella en la que, en 1988, el británico que luego sería olímpico en Seul el mismo año, Gary Staines, se confundía de recorrido y le brindaba la victoria al subcampeón mundial de 1.500 José Luis González, aún se precia de ser la auténtica, la más popular y la más profesional.
Pero haber hay muchas. Desde El Ejido, en Almería, hasta el barrio bilbaíno de Rekalde. En esta última, teníamos costumbre de participar. En la primera, puede que por primera vez haya, en esta tarde de 2011, representación pormaratoniana. Y es que la rajada de este año va a ser histórica y parece que todos los pormaratonianos nos hemos puesto de acuerdo para ausentarnos de la cita con Silvestre. Aún hay uno que puede que nos represente, pero quién sabe. Y a muchos kilómetros de distancia, allá por el sur, entre plantaciones de tomates raf (ésta es una licencia poética bastante mala porque la carrera es completamente urbana, si no me equivoco) puede que el primer campeón de la porma haga de embajador de este grupo de corredores populares. Todo está en duda aún, aunque lo que está claro es que un servidor se ha rajado por completo.
Me he rajado pero son las 8 y media de la mañana y llevo una hora levantado ya en esta mañana de sábado que es la última del año. Y a pesar de que anoche me cené, bien acompañado, una tabla de ibéricos y una cazuela de callos, y que luego cayeron un par de cubatas, aquí estoy, con las mallas ya calzadas, esperando porque en menos de media hora he quedado con Kantzelara-Kantzelase para despedir el año con un trote matutino por una ciudad, la nuestra, que por mi ventana aún parece adormilada y enferma, griposa y ojerosa. Y nos vamos a marcar una horita de carrera y luego nos ducharemos y nos iremos entre agujetas a ver al Barakaldo despedir el año en un partido a mediodía que le enfrentará a un histórico, ganador de una Copa del Rey en 1919 y de tres subcampeonatos, el Arenas de Getxo.
Así que, Marta Domínguez estará en Vallecas y yo coincido ligeramente con Jesús España, pero me voy a calzar mis recién estrenadas zapatillas nuevas por la mañana, más que por la tarde, y pondré en marcha mi pulsómetro (recién cambiada la pila por 19 euros para que no me entre vaho en el reloj) para que no se nos pase la hora y nos de bien el tiempo para despedir el año con doble sesión, duatlón de running y de fútbol para anticipar una cena pesada y una noche larga y bien regada.
Si vais de "silvestrados", buena suerte, y, si no, también. Nos vemos ya el año que viene. Un abrazo y feliz año.