jueves, 29 de noviembre de 2012

Mark Warburton



Warburton trabaja ahora para el Brentford F.C. de la Primera División inglesa. Él es el Director Técnico y el entrenador es Uwe Rösler, al que algunos igual recordarán aún metiendo goles para el Manchester City en la segunda mitad de los 90. Pero Warburton tiene un palmarés reputado, que va más allá de su reciente bagaje con el equipo de Brentford. Antes, trabajó para el Watford, donde ahora reinan los italianos, encabezados por el dueño y por el entrenador, Gianfranco Zola. Mientras estuvo trabajando para los Hornets, Warburton fue uno de los responsables de poner en marcha un reconocido proyecto de trabajo con jóvenes futbolistas llamado Harefield Academy (en la web podéis encontrar mucha información). Y en esa línea parece que pretende seguir trabajando. Warburton, de hecho, hace poco que fundó junto con Justin Andrews, profesional de los medios de comunicación, una empresa llamada Cycad que, en concreto, es la responsable de que hoy en día se dispute la NextGen, una competición que algunos ya consideran la Champions League de la categoría de juveniles. 

Y, precisamente, ayer, sin tener miedo de las repentinas granizadas, el frío, y el viento, mi suegro y un servidor, nos cogimos el coche y nos plantamos en Lezama, semillero de jugadores del Athletic Club de Bilbao, para asistir al encuentro perteneciente al grupo 6 de la competición que disputaron el susodicho conjunto bilbaíno y el Olympique de Marsella, conjunto francés que cuenta con Henri Stambouli como máximo responsable de un proyecto de cantera que se ha visto mejorado recientemente con la construcción de la Roberto Louis-Dreyfus Academy. Los de Marsella llegaban como líderes del grupo después de haber disputado cinco partidos y contar con 8 puntos. Los bilbaínos, por su parte, habían, y aún han, jugado menos partidos que sus rivales de grupo, pero tenían al alcance encarrilar su clasificación para octavos. Pero antes de hablar de todo eso, hablemos de lo general. 

La NextGen la disputan 24 equipos divididos en seis grupos. Los dos primeros de cada grupo, más los cuatro mejores terceros se clasificarán para unos octavos de final que darán salida a las rondas finales por el título, al parecer, disputándose todas a un único partido. Los 24 equipos son todos, sobre el papel, reconocidos clubes que trabajan con la cantera. Además del Athletic Club de Bilbao y el Olympique de Marsella, de cuya escuela, por cierto, han salido jugadores como Seydou Keita, Samir Nasri, Mathieu Flamini o Alain Boghossian, los siguientes equipos también la disputan:

El Ajax de Ámsterdam, que sería, probablemente, el primer equipo que le viene a alguien a la cabeza cuando se piensa en cantera.
El Anderlecht belga, de donde, en sus tiempos, salieron gente como Enzo Scifo, Luc Nilis o Romelu Lukaku.
El Arsenal, otro equipo habitual en categorías inferiores, donde destaca por su visión globalizadora del proyecto deportivo.
El Borussia Dortmund que en las NextGen entrena el histórico Lars Ricken, y que últimamente ha sacado perlas como Goetze, Reus o Grosskreutz.
El Chelsea, de cuya cantera, el último exponente quizás sea Ryan Bertrand.
El CSKA de Moscú cuyo entrenador para esta competición es Alexander Grischin, quien fuera, además, uno de los productos de la cantera moscovita.
La Juventus, otro histórico, que durante años ha combinado cantera con fichajes de relumbrón.
El Olympiakos cuya colaboración para la mejora del fútbol griego en los últimos años ha sido considerable.
El PSG francés, club donde, aparentemente, se sigue trabajando con la cantera, a pesar del giro dado en la política de fichajes en el primer equipo. 
El Aston Villa, reconocido centro de trabajo con los jóvenes, de Birmingham han salido jugadores como Gareth Barry o Gabriel Agbonlahor.
Por supuesto, el FC Barcelona, que para esta competición dirige Jordi Vinyals.
El Celtic de Glasgow representando al fútbol escocés y su exitosa cantera.
El Fenerbahce representando al fúbtol turco y su exitosa cantera.
El Inter de Milán, que aunque no tenga grandes nombres de jugadores surgidos de su cantera, siempre suele hacer acto de presencia en las competeciones internacionales de las categorías inferiores.
El Liverpool que entrena el español Rodolfo Borrell, y en cuya plantilla se encuentra a los también españoles Nacho Huertas Ortiz y Suso Fernández, quien ya triunfa en el primer equipo.
El Manchester City, a quien entrena el italiano Attilio Lombardo, y donde los jóvenes intentan emular a Shaun Wright-Phillips o a Daniel Sturridge.
El Molde noruego donde nació la leyenda de Ole Gunnar Solskjaer quien hace poco regresó al equipo para trabajar fuera del campo.
El PSV cuyo talento más reciente podría ser Ibrahim Afellay.
El otro equipo noruego, el Rosenborg, donde Tore Gronning lidera un ambicioso proyecto de cantera que cuenta con el trabajo de exjugadores como Stale Stensaas o Erik Hoftun.
El Spórting de Portugal, para muchos, incluídos ellos mismos, el mejor equipo de cantera de Europa, y suelen justificarlo, utilizando nombres como los de Cristiano Ronaldo, Luis Figo, Nani, Simao Sabrosa, Paulo Futre...
El Tottenham Hotspur, otro equipo que también se ha distinguido últimamente por gastar más que invertir, pero aún sigue sacando jugadores como los recientemente estrenados profesionalmente Jake Livermore, Steven Caulker o Andros Townsend.
Y, por último, el Wolfsburgo alemán, donde también se han puesto en marcha con un ambicioso proyecto de cantera que lidera el alemán Fabian Wohlgemuth.

Todos estos son los participantes, y los rivales del Athletic Club de Bilbao, hasta ahora, han sido el Olympiakos, el Arsenal, y el susodicho Olympique de Marsella. Centrándonos en este grupo, conviene decir que aún lo lideran los franceses, que ya han jugado sus seis partidos y, por lo tanto, acabarán con ocho puntos. A Olympiakos y Arsenal, con seis y cinco puntos respectivamente, aún les quedan dos partidos por jugar, a ambos en casa, y a ambos contra el Athletic, que sigue segundo en la clasificación con siete puntos. Los bilbaínos, que para esta competición entrenan Aitor Larrazabal y Edorta Murua, empezaron ganando en San Mamés por 4-0 al Olympiakos, con goles de Guillermo Fernández, Jurgi Oteo, Gorka Santamaría y Martín Bengoa. En el siguiente partido, perdieron 2-1 en Marsella contra el Olympique, a pesar de que se adelantaron con gol, nuevamente, de Jurgi Oteo. Contra el Arsenal empataron a cero goles y ayer jugaron el último partido que han disputado hasta ahora y que acabó con el resultado final de 5-0 para los locales. 

Hacía frío en Lezama y una entrada que, según he leído en alguna crónica del partido de UEFA que disputó ayer el primer equipo en Israel, igualó la de asistentes al estadio del Hapoel Kiryat Shmona donde, por cierto, debutaron Aymeric Laporte, Álvaro Peña, Erik Morán, Jon Xabier Vidal e Iker Undabarrena, para ponerle la guinda a un día pletórico para el trabajo de cantera del equipo vizcaíno. 

Entre el público, mucho jugador de la cantera, en pantalón corto y dispuesto a entrenar cuando terminara el partido, y antiguos jugadores como José Ángel Ziganda o Ismael Urzaiz, veteranos entrenadores como Peio Agirreoa o Blas Ziarreta, mucho periodista y algún ojeador, y miembros del cuerpo técnico del primer equipo como el segundo de Marcelo Bielsa, Claudio Vivas y el preparador físico Bonini. Boluka, director técnico del Barakaldo CF y su vicepresidente también se dejaron ver en las gradas de Lezama. También nosotros dos, por supuesto, intentando cobijarnos del frío y el granizo en las filas del medio. 

La primera parte fue animada, con un Athletic Club que controló el partido a su antojo gracias al buen toque del centro del campo, donde Ager Aketxe y Unai López, acompañados de Martín Bengoa unos pasos más atrás, dirigían al equipo con dinamismo y facilidad. Se fallaba en el remate, mientras que los del Olympique se dedicaban a defender, lanzar balones imposibles a su solitario delantero y hacer faltas que el árbitro les recreminaba pero nunca sancionaba con tarjeta. Por cierto, aunque esto quizás sea habitual en estas categorías, me sorprendió ver la dimensión pedagógica que le dio el árbitro a su trabajo: continuamente gritaba a los jugadores, adelantándose a la señalización de las faltas, corrigiéndoles o explicándoles las posibles sanciones. 

El primer tiempo terminó como empezó el partido y aprovechamos para subir a uno de los campos más alejados de las instalaciones y ver un rato a las chicas entrenar, para después pasear por el circuito de carrera y discutir sobre si eran vides o cepas de kiwis lo que alguien había plantado más allá de la alambrada.

El segundo tiempo fue mucho más animado, aunque solo fuera por los goles. Con el tercero, o puede que ya con el segundo, el partido se rompió por completo, los franceses (plagados, como no puede ser de otra manera en Marsella, con jugadores de origen norteafricano), se dieron por vencidos y se devaluó con el carrusel de cambios, pero, para entonces, el Athletic ya había materializado su innegable superioridad. Gorka Santamaría, el rápido y luchador delantero del Baskonia (lleva ocho goles en trece partidos en tercera división), hizo el primero con un regate interminable al portero. Poco después, aprovechando su rápida zancada, Iñaki Williams hizo el segundo. Ya se ha hecho con un nombre esta reciente incorporación a Lezama. En la grada, todos le llamaban Willy y le animaban sin descanso, porque el jugador de color jugó pegado a la banda derecha y en cada ocasión que recibió el balón, creó peligro. Sospeché cuando entró al campo más preocupado de buscar a alguien en la grada que de concentrarse en el partido, pero, después, su rendimiento fue sobresaliente, es alto (1'86), rápido, atlético y sabe llevar como nadie el balón pegado al pie. A sus 18 años, este jugador nacido en Bilbao, lleva 13 goles en 14 partidos con el juvenil. Aún está verde, pero promete. El siguiente gol fue una auténtica obra de arte que inició Urtzi Iriondo, si no me confundo, arrancando desde su propio campo con gran velocidad, para luego meter un preciso pase en profundidad a Unai López, quien picó el balón por encima de la salida del portero con un toque de esos que distinguen a un jugador excepcional de un buen jugador. Sin duda, los dos protagonistas de esta jugada cuajaron un gran partido, pero, especialmente, se debe reseñar el partido del menudo Unai López, un jugador que ingresó en la cantera de Lezama hace un par de años, tras pasar por la de la Real en cadete y que ha dirigido al juvenil con maestría para debutar esta temporada, recién cumplidos los 17 años, en el Baskonia de Tercera división. Durante todo el partido demostró un talento innato para distinguirse entre los demás, amistoso con el balón, rápido de ideas, siempre bien colocado y aplacando su falta de cuerpo con una velocidad de pensamiento y de movimientos digna de crear expectativas. Además, conectó a la perfección con un Ager Aketxe que demostró más veteranía, ya juega en Segunda B con el Bilbao Athletic, un talento especial para pisar el balón y volverse, y mucha calidad para mover a su equipo. Ellos dos, junto con Martín Bengoa cubriéndoles las espaldas, fueron, probablemente, la clave del dominio en el juego de los bilbaínos. El cuarto gol sirvió para que repitiera un insistente Gorka Santamaría y, finalmente, una internada por la banda de Imanol Corral, que salió para jugar los últimos minutos, acabó en un centro que no supo despejar un defensa francés y acabó en gol.

Además de todos estos, actuó en portería Alejandro Remiro que no tuvo ni una sola ocasión de lucirse, eso sí, demostró lo bien enseñados que están los porteros que surgen de Lezama, en Barakaldo lo estamos viendo este año con Aitor Fernández, porque dirigió y colocó perfectamente a su defensa, desgañitándose con indicaciones a viva voz. Además de Iriondo por una banda, por la contraria, actuó Iñigo Lekue, un lateral que ha llegado al Baskonia para hacerse titular desde el Danok Bat juvenil. Se mostró sobrio y contundente, y rápido en ataque aunque no tan incisivo como Iriondo. En la pareja de centrales, sorprendió Yeray Álvarez, jugador del juvenil de División de Honor, que subió al ataque con buen toque cuando pudo y se dejaba organizar por Ander Artabe, titular y goleador ya con el Baskonia, uno de esos centrales que pasa desapercibido y se aleja de los problemas. Por estética, me recordaba a Ustaritz Aldekoaotalora, pero solo por la forma tan perfilada que tiene de golpear al balón. Y ya he hablado de todos los centrocampistas y delanteros, solo me quedaba Yanis Rahmani, el jugador de Iparralde en el que se tienen puestas muchas esperanzas. Este año ya ha debutado en el Baskonia, y en el partido de ayer se le vio un poco acelerado. Se emborrachó de balón en la segunda parte y no lució tanto como sus compañeros. La anécdota llegó cuando un jugador francés se le encaró tras una entrada que no fue falta y Rahmani le dejó con la boca abierta al contestarle en un correcto francés, algo que no se esperaba el rival. Según mi compañero de grada, que de niño intentó aprenderlo, le pareció que el francés le llamó "cochon", que viene a ser cerdo, pero Rahmani tampoco se alteró mucho. Además de Imanol Corral, cuyo centro acabó en gol, también jugaron en la segunda parte Asier Etxaburu, que tuvo su oportunidad, Jagoba Borja, que se sacó un buen centro cuando más granizaba, Ander Santamaría, que apenas pudo participar, y Jurgi Oteo, a quien tenía muchas ganas de ver, pero apenas pudo participar en el juego, aunque el primer balón que tocó, rozó el póster después de un tremendo disparo y demostró mucha velocidad y electricidad pegado a la banda. 

Creo que más exhaustivo no podía ser. Fue una buena ocasión para disfrutar del fútbol, juego combinado, rápido, muchas ocasiones, alguna imprecisión, y promesas que, como sabemos todos los que nos gusta el fútbol, muchísimas veces se quedan en nada, pero no dejan de ser promesas que le recuperan a uno el placer de ver fútbol. Unai López vendría a ser un sinónimo para resumir toda esa frase tan larga que acabo de escribir. 

Si puedo, seguiré contándoos cómo funciona esta idea de Warburton y Andrews. Y, con el tiempo, veremos si todos esos nombres con los que os he bombardeado, acaban convirtiéndose en jugadores profesionales como casi seguro que sueñan cada día. Y el frío que hacía, sí, de pelar. 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Wang Junxia



No es más que una entrevista a una ama de casa que vive en Denver, Colorado, pero merece la pena. Merece la pena porque es más que una entrevista a una ama de casa que vive en Denver, Colorado. Aunque leáis esta entrada, que no hace, si no en parte, fusilar el artículo de Carlos Arribas, os recomiendo, o, más bien, os conmino, que es un bonito verbo, a pasaros por vuestros kioskos y comprarlo en papel o visitar la versión digital, y dedicarle unos minutos de vuestra vida a leer la interesante entrevista que Arribas ha conseguido de Wang Junxia, aún plusmarquista mundial de los 3.000 metros, aprovechando que pasaba unos días de turismo en Madrid con su actual marido. 
El nombre de Wang Junxia va unido al de uno de los momentos más sorprendentes de la historia del atletismo y, por qué no decirlo, a uno de los episodios más comentados de la historia del mismo deporte. Todo empezó en el campeonato del Mundo de Sttutgart en 1993 cuando China asombró al mundo colocando a sus atletas femeninas en los primeros puestos de todas las pruebas de medio y gran fondo. Liu Dong, que ahora vive en Madrid y Wang Junxia, además de hacer turismo, se había acercado a la capital para visitarla, ganó el oro en los 1.500. Qu Yunxia lo hizo en los 3.000 y la protagonista de la entrevista, Wang Junxia, ganó aquel agosto de 1993 la prueba de los 10.000. Tenía 20 años. Y como bien rememora Arribas en su artículo, no era los únicos logros que consiguió, de manera vertiginosa, en aquel año: 

En abril corrió un maratón en 2h 24m, récord asiático; en agosto, ganó en Stuttgart el Mundial de 10.000 metros; entre el 8 y el 13 de septiembre fue capaz de lo siguiente: correr un 1.500 en 3m 51,92s, la cuarta mejor marca de la historia actualmente, batir en dos ocasiones el récord de los 3.000 metros (lo dejó en 8m 6,11s, una marca a la que nadie se ha acercado desde entonces a menos de 6s) y batir también el récord mundial de los 10.000 (29m 31,78s, la segunda mejor marca conocida es 22s más lenta), y en octubre corrió otro maratón por debajo de 2h 30m. (Arribas, El País, 27 de Noviembre de 2012)

Aquellos resultados no dejaron indiferente a nadie y toda la atención se centró en el entrenador que acaparaba la preparación de todas aquellas corredoras. Ma Junren, quien, ahora, al parecer, ya retirado del atletismo, se dedica a la cría de mastines, había empezado su carrera como entrenador de manera anónima en un recóndito paraje rural. Sus agresivos y polémicos métodos fueron creciendo en prestigio y resultados, hasta que alcanzó visibilidad internacional, para lo bueno y para lo malo. La prensa europea y norteamericana se hizo eco de un sistema de entrenamiento que combinaba unas exigencias inhumanas con el uso práctico de la medicina tradicional china. Pronto, se empezó a sospechar del uso de materias dopantes para la preparación de sus atletas, pero él se defendió diciendo que su secreto se basaba en una pócima mágica que él llamó sangre de tortuga (la marca Blood Turtle se lo agradeció con un buen contrato), aunque también utilizaba ginseng, hongos fermentados de gusano, crestas de gallo y sopa de caparazón de tortuga. Fuera éste el secreto o no, la verdad es que Wang Junxia lideró en diciembre de 1994, como bien se explica en la entrevista, un motín contra el entrenador, y no era por lo que comían, si no por lo que entrenaban. 
Vivían aislados del mundo exterior, siguiendo un plan de entrenamiento que no variaba ningún día de la semana. Estuvieran lesionadas o sanas, las atletas de Ma Junren, que llegaron a ser conocidas como Ma Family Army (la Armada Familiar de Ma), seguían un entrenamiento planificado que las obligaba a correr 20 kilómetros en ayunas y otros 30 kilómetros por la tarde. Todos los días, en altitud, siguiendo un esforzado diseño estético que describía el propio Ma Junren, según citaba Alejandro Delmas en un artículo que firmó allá por agosto de este año durante los Juegos Olímpicos de Londres en el diario As: "Deben mover los brazos como avestruces, arquearse como caballos y mover el centro de gravedad como gamos" (Delmas, As, 1 de Agosto de 2012). Fuera de los entrenamientos, Ma Junren predicaba con un estricto régimen marcial: no tenían televisión, prensa, radio o internet, vivían aisladas, dormían, corrían, y, a veces, recibían la ira de su entrenador que confesó haberse comportado de manera agresiva con sus atletas. 
Wang Junxia no lo confiesa todo en la entrevista porque explica que se está preparando un libro donde se contará cómo eran esos entrenamientos, qué las llevó a amotinarse contra su entrenador y cómo finalizó aquella oscura historia del atletismo chino. Los rumores y leyendas cuentan que Ma Junren se quedó con los premios económicos de sus atletas y que inclusó se apoderó de un Mercedes que Wang Junxia recibió como premio en el mundial de Sttutgart para estrellarlo a propio intento. Habrá que leer el libro, pero lo que si cuenta Wang Junxia es cómo tuvo que desaparecer y abandonar su carrera deportiva porque, tras amotinarse contra su entrenador, recibió amenazas y coacciones de las que también fueron objeto su familia. Sufrió una crisis de ansiedad y estrés y renunció al atletismo, consiguió que el gobierno chino le facilitara la salida del país y persiguió una vida anónima que durante años la ha mantenido alejada del foco público, perdida para el interés mediático, hasta que se vino a Madrid de turismo. 
El titular de Arribas en su artículo no deja de ser expresivo: "Quiero olvidar, pero no puedo". Su segundo marido recalca durante la entrevista que Wang Junxia nació para correr y que tuvo que parar de batir récords, antes de que le partieran las piernas (el juego de palabras con el verbo break, como intenta explicar Arribas, no se puede traducir al castellano). 
En serio, os invito a que leais el artículo y, cuando se publique el libro, que también lo hagáis. Y si estáis por Madrid, y os cruzáis por El Prado con una menuda y aparentemente ordinaria ama de casa china, pensad que igual es la plusmarquista mundial de los 3.000 metros, aquella mujer que, junto a sus compañeras, asombró a los aficionados al atletismo hace nueve años con aquella zancada tan espectacular y una espalda más rígida que mi tabla de planchar.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Kidame Tadesse



Voy a empezar por el medio. Para resumiros musicalmente cómo fue la tercera experiencia de este torpe corredor popular en la veterana carrera Desde Santurce a Bilbao. Digamos que cuando acabábamos la recta de Azeta, recuperaba las buenas sensaciones y mi cabeza iba oxigenándose. Así que para cuando salíamos de la plaza de los Tres Concejos de Sestao me dio y todo para decirle a mi compañero, mira qué bonito, mientras con la barbilla le señalaba al horno Maria Ángeles. Y por Simondrogas, me sentía tan impetuoso, que para el cuello de mi camiseta técnica, iba tarareando aquello de: "Santurtzitik Bilbora non iblitzen ziren lehenengo sardinerak". Alegría inmensa que al ver ya Barakaldo de frente se refrendó cuando alguien a nuestra vera dijo: "Barakaldo" y yo canturreé "Barakaldoooo... zona residual". Tuve fuerzas hasta para desviarme y saludar a mi madre, sonreír a un tío político y chocarle los cinco a M que esta vez vio los toros desde la barrera. 
Ahora, desde la Bilbao noruega de Olabeaga hasta la línea de meta, me comuniqué con mi compañero por señas, porque no tenía fuerzas ni para decir una palabra. Por supuesto, cualquiera se ponía a cantar. 
Ya está el resumen de mi tercera Desde Santurce a Bilbao
Pero no, viva la verborrea, voy a contar más. 
Ganó el eritreo Kidame Tadesse por delante de tres keniatas Cybrian Kotut, Simon Cheprot y Hilary Kipkosgei. El atleta olímpico y campeón de España Eliseo Martín, conocido como Fondi, acabó en octava posición por delante de un nutrido grupo de marroquíes que dan buena fe del nivel de competitividad de una prueba con raigambre en el calendario y que, en años anteriores, han ganado conocidos corredores como Martín Fiz, Philip Kipkoech, James Nibei, Felix Lagat o Alejandro Gómez, solo por nombrar a unos pocos. Pero como somos educados y galantes, había decidido que encabezara la primera dama en cruzar la línea de meta, la keniata Joan Chelimo Meely, pero también ganó la edición de 2011 y se ve que ya seguí los canones de la cortesía entonces, con lo que, por no repetir, se la lleva también Tadesse (por cierto, vaya familia, Kidame es el hermano de Zersenay Tadesse, campeón del Mundo de media maratón). Enhorabuena a todos ellos. Y enhorabuena a las 2801 personas que según la clasificación oficial hecha pública ayer terminaron la carrera. 
Esta vez, la participación pormaratoniana fue muy escasa. Curiosamente, muchos de los miembros del grupo andaban celebrando los votos nupciales de otros miembros del grupo. E se casaba en Barcelona y por ahí andaban el nucleo duro de los pormaratonianos, que a la hora que nos disponíamos a salir, andarían ya con un clavo de resaco quebrándoles la sien. Más cerca de Santurtzi, otro par de pormaratonianos, aunque uno aún se empeñe más en darle a la bicicleta que a los pies, celebraban la boda de uno de ellos, precisamente. Y, el que no se casaba, tuvo a bien asomarse, con clavo y todo, para saludarnos frente al bote de la dársena. Vaya puto lío de explicación, ¿no? Pero se entiende, que éramos pocos: dos. Un servidor y Gaxen, cuya crónica podéis leer pinchando aquí: korrikalari popular.
Mi tiempo oficial fue de 01:28:31, yo apunté un segundo menos, pero no nos vamos a pegar por eso, y Gaxen llegó siete segundos después a pesar de que, sin duda, estaba más fuerte y entero que yo, pero las piernas no le dieron para apretar. Las posiciones, la verdad, me la traen un pelín floja, pero digamos que entramos por el furgón de cola. 
Y es que yo, al menos, empecé mal. Empezamos acompañados por un colega de Gaxen que hizo un tiempo diez minutos mejor que el nuestro en línea de meta. No hice mucho esfuerzo por seguirle, pero por la avenida de Murrieta íbamos los tres aparentemente en línea y a mí me costaba que la línea no se rompiera. El ritmo no era alto, pero mis piernas no eran buenas. Por no hablar de la caja y de la espalda. Portugalete lo pasé a duras penas, mientras Gaxen se empeñaba en no dejarme atrás. Por Azeta mejoraba. Gaxen me preguntaba, y yo le decía que empezaba a sentirme mejor. Y llegando a Sestao, no solo me sentía mejor, si no que me sentía pletórico. Ya habíamos perdido a su compañero, pero nuestros planes iniciales (bajar de hora y media), se cumplían con creces, nos acercábamos a medias cercanas a los cinco minutos kilómetro y bajando. Yo apretaba y Gaxen era el que resoplaba un poco cuando nos acercábamos a Kaiku. Momento de saludos en Barakaldo y Lutxana y bajábamos un poco el ritmo, y Gaxen recuperaba, mientras yo empezaba a perder. No decía nada cuando entrábamos en Zorroza, pero yo ya notaba que mis piernas no iban, que tenía el cuerpo frío, como abotargado y una posición encorvada, incómoda, que no conseguía corregir. Así que en Olabeaga, Gaxen cantaba los ritmos y eran malos, pero teníamos margen. Él me daba ánimos y yo sufría como un condenado. Empezaba a perseguir los carteles del kilometraje como si fueran oasis en el desierto y me repetía una y otra vez, venga, venga, sufrir está bien, así se aprende, no queda nada. Y soñaba con la rampa de Uribitarte, para qué engañarnos. Para más desesperación, en los primeros kilómetros no dejamos de adelantar a gente, sin esfuerzo, pero adelantábamos, y ya en Bilbao, me pasaban hasta los niños en triciclo. Cuando entramos en las entrañas del Guggenheim, me acordé del sufrimiento de mi primera media, la nocturna de Bilbao, y apreté los dientes, aunque hasta eso me doliera. Subí Uribitarte como pude, al trote, y me alentó ver que Gaxen no me dejaba atrás del todo, aunque sé que él hacía por esperarme un poco. Ya arriba, no quedaban más que una centena de metros, y los dos tíos con la camiseta de la Real que me habían adelantando, iban andando, así que me animé, alcancé a Gaxen que, en realidad, me esperó y ya en recta de meta, le susurré que iba a apretar, apreté, y llegué, con la sensación de que si llega a durar la cosa (bendito Susaeta), un kilómetro más, estallo como una piñata de cumpleaños. 
Por lo tanto, igual que en la Behobia, sensaciones encontradas, pero al revés. Si en Behobia sentía que podía haber dado más y acabé pletórico. En Bilbao, la plenitud llegó demasiado pronto y, aunque cumplimos el objetivo, llegué reventado. Ya van tres ediciones seguidas en las que participo y siempre me pasa lo mismo. El primer año, disfruté al principio y llegué cojo a línea de meta, teniendo que pasar por el fisio a la semana siguiente. El segundo año, llegamos a correr por Sestao por debajo de los cinco minutos, pero por el Euskalduna, los gemelos me pinchaban como alfileres. Y este año, pues ya os lo he contado. 
Una vez más, grata compañía la de mi liebre particular y una carrera más para el zurrón. Ya casi se termina la temporada. Puede que los próximos objetivos sean Las Arenas-Bilbao, de la que tengo distintas opiniones recabadas de distintas fuentes, pero yo tengo ganas de estrenarme. Y parece que se prepara una reunión de pormaratonianos, que esperemos se confirme, en la San Silvestre de Rekalde. Antes, alguno intenta animarme a correr por la margen derecha, pero ya veremos qué pasa. Empecé el año queriendo mejorar, y los tiempos han mejorado, hemos seguido añadiendo carreras al palmarés particular, y nos hemos adentrado en el mundo de las rampas de montaña, aunque sea a nivel de entrenamientos humildes y renqueantes. Aún así, no he sentido que mis prestaciones hayan mejorado mucho: sigo necesitando bajar peso, por supuesto que el tabaco es un enorme hándicap, y la cabeza se mantiene terca pero a veces rehuye la voluntad. Con todo eso, quedan aún muchos alicientes, tantos como para proponerse que el año que viene aún se puede mejorar. Quién sabe, quizás algún día llegue a meta y llegue tarareando canciones de Putakaska o de Zarama, ¿por qué no?

jueves, 22 de noviembre de 2012

Will Artino



Artino is back, yeah! Vuelve el lío de las universidades americanas jugando al baloncesto. Que yo sepa, este año no ha habido partido alguno en un portaviones, pero, en su lugar, ha zarpado el bombardero Jack Taylor.

Mientras Anthony Davis parece que empieza a despertar, Brady Beal ya sale de titular en los Bobcats, Michael Kidd-Gilchrist, aunque un tanto irregular, empieza a coleccionar fans, Harrison Barnes se hace clave en San Francisco, y a Thomas Robinson le cuesta un poco más con los Kings, muchos otros aspiran a emularles esta temporada y colocarse como los cinco mejores del draft. Aunque aún falta toda la temporada, Cody Zeller de Indiana parece el candidato al que todos señalan para ocupar lo más alto, siguiéndole de cerca Nerlens Noel de Kentucky, Shabazz Muhammad de UCLA, James McAdoo de North Carolina y/o Tony Mitchell de North Texas. Este último, precisamente, ya se ha enfrentado esta temporada a Doug McDermott y perdió el duelo con el bluejay.
 
Centrándonos ya en Creighton, comienza una temporada que vuelve a estar dirigida por Greg McDermott desde el banquillo y su hijo en la cancha. Las expectativas son muy altas, y, ahora, tras los primeros partidos de la temporada, y mientras el equipo se encuentra en Las Vegas para disputar las últimas rondas del Continental Tire Las Vegas Invitational, la Associated Press sitúa a los arrendajos azules en el puesto 14 a nivel nacional en el ránking de candidatos a la victoria final por el título de la NCAA. Tras conseguir el año pasado que el equipo viajara hasta St. Louis para elimir a Alabama pero caer ante la North Carolina de Harrison Barnes, John Henson y Tyler Zeller, este año no se aspira a menos, e incluso se sueña con conseguir algo más.

Son tres los jugadores de último año que terminaron su carrera en 2012, aunque solo uno importante. El base titular del año pasado, Antoine Young, terminó con su período universitario, y hace unos meses se anunció que iniciaba su carrera profesional con un contrato en México, aunque no sé si sigue jugando para las Abejas de Guanajuato. En su lugar, son varios los freshman que se han incorporado este año, Alex Olsen, Mogboluwega Oginni, Geoffrey Groselle (el año pasado solo entrenó, no llegó a jugar), Nevin Johnson, Isaiah Zierden y Andre Yates, ninguno, sin embargo, tendrá un gran impacto en la plantilla.
Será Austin Chatman, jugador de segundo año, quien ocupe la posición que deja Young. La verdad es que los aficionados de Creighton suelen alardear de la fiabilidad que han tenido los bases titulares del equipo en los últimos quince años. Primero fue Ryan Sears, quien llegó a jugar en Bélgica, Kosovo, Irak u Holanda, después Tyler McKinney y Josh Dotzler y hasta ahora Antoine Young. Austin Chatman deberá esforzarse para conseguir una posición digna junto con sus antecesores.

Hemos dicho antes que el equipo espera mucho de esta temporada, y no puede ser de otra manera, porque hasta tres jugadores importantes se encuentran en su último año de universidad y eso puede suponer que sea una oportunidad que no se puede dejar de escapar. Cuando termine la temporada, Gregory Echenique, Josh Jones y Grant Gibbs tendrán que decidir sobre su futuro profesional. Hay un cuarto, Joe Kelling, que ha sido una de las sorprendentes incorporaciones de este año: llevaba tres años en Creighton, y había destacado en baloncesto, fútbol y atletismo con anterioridad, pero hasta ahora no había formado parte del programa de baloncesto. Con estos, y los junior que se encuentran ya bastante madurados, Ethan Wragge, Jahenns Manigat, Doug McDermott o Taylor Stormberg, se puede esperar la colaboración de Chatman, Avery Dingman o Will Artino, aún en su segundo año los tres, para aspirar a retos que hace tiempo que no se pronuncian en Omaha.

Pero no todo son expectativas, porque, este año, ya tenemos resultados. El equipo está ahora en Las Vegas donde primero tiene que enfrentarse a la Wisconsin de Bo Ryan y después a Arizona State o Arkansas si quieren disputar el título. Los Badgers liderados por Ben Brust, Jared Berggren y Sam Dekker no serán un rival fácil, pero tampoco se podía pensar que recién empezado el curso, los bluejays tendrían ya un récord de 4-0 y ganando todos sus partidos con ventajas que se escriben con dos dígitos. El último partido fue, además, una paliza antológica.

Los cuatro partidos, eso sí, se han disputado en el CenturyLink Center de Omaha. La de Las Vegas es la primera salida para los de Omaha que aún no se han enfrentado a ningún equipo de su conferencia.
Vencieron en el estreno a la North Texas de Tony Mitchell que no lo hizo mal, 18 puntos y 7 rebotes. Sin embargo, su equipo perdió de 20 puntos y McDermott se permitió dar minutos hasta a quince jugadores. Los titulares fueron los esperados, Doug McDermott, Echenique, Chatman y Gibbs, más el canadiense Jahenns Manigat. Doug McDermott fue el mejor con 21 puntos y 11 rebotes y venciendo en su duelo particular ante Tony Mitchell. Destacaró también Chatman en su debú como base titular y Avery Dingman, con 10 puntos, y Ethan Wragge desde el banquillo. Wragge, un jugador a veces aparentemente desaprovechado, otras veces excesivamente irregular, no destacó esta vez en el tiro, como suele hacer, pero recogió hasta 7 rebotes. Nuestro amigo Artino empezó la temporada asumiendo peso en las rotaciones, diez minutos para dar descanso a Echenique y aportar 2 puntos, 3 rebotes y 1 robo.

En el segundo partido, el equipo en caer derrotado en Omaha fue la Universidad de Alabama at Birmingham, que cayó por 17 puntos, 77 a 60. Con Manigat de titular y Josh Jones de sexto hombre, aunque repartiéndose con equidad los minutos, el rendimiento fue muy distinto. El canadiense, que hace un trabajo oscuro, se quedó en 3 puntos y 1 asistencia, meintras que Jones se lució con 18 puntos, 1 asistencia y 3 rebotes). Doug McDermott estuvo apagado, probablemente porque no se le necesitó y porque el juego estuvo dentro: Echenique se fue hasta los 13 puntos, 16 rebotes y 4 tapones, haciéndose con el control de la zona. El silencioso Gibbs hizo uno de sus partidos completos (13 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes) y Will Artino contó con menos minutos (solo cuatro) dado el gran partido de Echenique. El que mejoró en puntería fue Wragge que consiguió la mitad de los triples que intentó, 4 de 8.

En el tercero, las víctimas fueron los jugadores de la Presbyterian, a pesar del gran partido de Jordan Downing, pero mejor aún fue el de McDermott: 24 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias. El resto siguió apuntando lo suyo, 8 puntos y 8 rebotes Echenique, 9 puntos y 11 asistencias Chatman que va pillándole el tranquillo a su nuevo status y una buena contribución desde el banquillo, con 8 minutos de calidad para Will Artino (3 puntos, 4 rebotes y 1 robo) y Josh Jones (9 puntos), aunque el más destacado fue Ethan Wragge que se cascó un 6 de 8 en triples para acumular 18 puntos y 2 rebotes.

Finalmente, el último rival en agachar la cabeza en el CenturyLink fue Longwood. La derrota categórica: casi cincuenta puntos de ventaja. 105-57 y minutos para repartir, además de repartir también ánimos y energía antes de viajar a Las Vegas. El mismo quintento, pero, como decía, muchos minutos para los menos habituales. Gente como Geoffrey Groselle, Joe Kelling, Alex Olsen y Mogboluwaga Oginni tuvieron su buen ratito en cancha, aunque antes, Echenique y McDermott, con 17 puntos cada uno, ya habían roto el partido. Chatman siguió haciendo olvidar a Young (9 puntos, 7 rebotes y 2 robos) y Dingman volvió a sobresalir (8 puntos desde el banquillo) aunque los que más destacaron fueron Will Artino y Ethan Wragge que en unos pocos minutos se fueron hasta los 13 puntos, Wragge con un 3 de 3 en triples para un total de 14 de 22 (63'6% de acierto, no está mal) en lo que va de temporada, anda que no le queda para meter o para tirarse los que Jack Taylor metió y se tiró en un solo partido.

Lo dicho, cuando vuelvan de Las Vegas, os cuento, y seguiremos, poco a poco, lo que vayan haciendo Will Artino y sus compañeros. La temporada se presenta emocionante y llena de ilusiones. El rendimiento de Doug McDermott, el jugador con más posibilidades de alcanzar la NBA (al menos, la ACB) de los últimos años en Creighton, parece que no va a bajar. Chatman parece un buen relevo para Young y Echenique, Gibbs, Manigat, Jones, Dingman y nuestro amigo Artino han formado una buena rotación en la que parece confiar el entrenador. Puede que no sea mucho ante la Indiana de Cody Zeller, la poderosa Kentucky de Nerlens Noel, Archie Goodwin, Willy Cauley-Stein y Alex Poythress, la North Carolina de James McAdoo o Dexter Strickland, UNLV con Anthony Bennett y Khem Birch, la Michigan de Glenn Robinson y Tim Hardaway Jr, la Louisville de Chane Behanan, la Ohio State de DeShaun Thomas o Aaron Craft o la Duke de Mason Plumlee. Pero ya sabes que en el país de todos estos tíos, nada es imposible, al parecer, así que, estaremos atentos, no vaya a ser que nos hagamos famosos y nosotros ni nos enteremos.

Jack Taylor



Bueno, pues como cada año desde que empecé a escribir este blog, llega la temporada de baloncesto universitario y, antes de centrarnos en el equipo que ya conocemos todos, y al que dedicaré la siguiente entrada, obliga la actualidad a dedicarle un segundo al chaval que ha obtenido su minuto de fama en todos los noticieros y hasta en los tweets de gente como Kevin Durant o Carmelo Anthony. 
Jack Taylor es un jugador exterior de la Universidad de Grinnell, en Iowa. Grinnell es una modesta universidad, aunque ocupa un buen ránking en algunas clasificaciones evaluadoras a nivel nacional, donde estudió, por ejemplo, el músico de jazz Herbie Hancock. En baloncesto, Grinnell cuenta con un programa que ha merecido su inclusión en la tercera división de la NCAA. Entrenados por David Arseneault, los de Grinnell llevan años destacando por fomentar una estrategia deportiva que se centra en el juego de ataque. Hasta ahora, sus mejores hombres no han tenido un gran bagaje profesional: poco se puede saber de gente como Ed Brands, Jeff Clement, Steve Dieckmann o Andris Upitis que encabezan algunas de las clasificaciones históricas de la universidad. John Grotberg, el ídolo de la afición más reciente, consiguió su primer contrato profesional con los Bayern Giants de Leverkusen. Después sé que no cuajó su fichaje por un equipo de Londres y últimamente jugó con el BBC Red Miners Kayl de la liga luxemburguesa, pero no sé si sigue jugando allí. Justo después de Grotberg vendría Taylor, aunque Taylor aún está en los inicios de su carrera y ya ha pasado a la posteridad, incluso a nivel nacional. 
Taylor se marcó el otro día, en la victoria de su equipo por 179 a 104 ante Faith Baptist Bible, nada más y nada menos que 138 puntos, batiendo el récord que hasta entonces poseía Bevo Francis y que databa de los años cincuenta (también más de cien puntos). Como decía el propio Taylor en una de las muchas entrevistas que concedió después del partido, su equipo aboga por una modalidad de baloncesto plenamente ofensiva ("keep the pace of the game up"), pero en este partido la llevaron al límite. 
Para que os hagáis una idea, Taylor consiguió 52 canastas después de tirar... ¡108 veces!, increíble. Consiguió 27 triples de 71 intentos, ahí es nada, ni entrenando tiran algunos tanto. Hizo 7 de 10 en tiros libres. Para más datos, la ESPN publicaba una tabla en la que se indicaba que cuando Wilt Chamberlain consiguió sus 100 puntos, tiró a canasta cada 46 segundos. Cuando Kobe Bryant hizo 81, lanzó cada 73 segundos. Jack Taylor tiró a canasta cada 20 segundos. Chamberlain consiguió el 59% de los puntos de su equipo, Bryant, el 66% y Taylor, el 70%. Y, por cierto, 70 puntos también consiguió David Larson para los rivales de la Universidad de Grinnell en el mismo partido. No fue un duelo, sin embargo, según ha declarado el propio Taylor. 
Como anécdota, aunque sonaba a torpe justificación, Taylor contaba en una entrevista que entró en el vestuario al descanso pensando que llevaría unos treinta puntos. Cuando el entrenador explicó a la plantilla que Taylor llevaba más de cincuenta puntos anotados, los compañeros se excitaron y, entre todos, decidieron seguir con la misma táctica: balones a Taylor. Y en la segunda parte se cascó otros ochenta puntos. Ahora que USA se lamenta porque van a dejar de fabricar los twinkies, yo le regalaba un camión lleno de ellos a Taylor como premio. Aunque igual le venían mejor dos baldes llenos de hielo para meter los brazos, porque vamos.
Personalmente, me alegro por el récord porque a Taylor se le veía satisfecho y el equipo, al fin y al cabo, ganó de 75. Supongo que el entrenador también estará contento. Taylor dice que sus compañeros también lo están. Me alegro. Sinceramente, me parece una obscenidad que alguien tire a canasta 108 veces en un partido. Tiene que ser un coñazo pasarte todo el partido, tanto en defensa como en ataque, de espaldas al aro, viendo cómo tiran tus rivales... y tu compañero. Alguien me llevará la contraria, pero no le veo el sentido. Es baloncesto, pero no precisamente el baloncesto, va una opinión personal, que a mí me gusta. Corey Fisher se cascó también más de cien, aunque no fuera en un partido oficial, y desde aquí apuesto a que la carrera profesional de Fisher va a tener más fundamento que la de Taylor. Ojalá me equivoque y Taylor no solo supere a Grotberg, o a Fisher, si no que supere al mismísimo Óscar Robertson, pero lo veo difícil. 
Ahora, eso sí, me pides a mí que tire cien veces a canasta y a partir de la trigésima me pesa el balón más que lo que le pesaba la bola a Sísifo. Era Sísifo, ¿no?


sábado, 17 de noviembre de 2012

Esteban Suárez



Que yo tenía que tener mala cara, no lo niego. A las siete de la mañana estaba de pie y tuve que refugiarme en un centro comercial para evitar la ventisca y la lluvia. ¿Habéis visto las noticias? Pues en esas calles de Málaga que aparecen anegadas, ahí estaba yo. Pero aún tenía más razones para tener aspecto de cansado, como un vuelo que se retrasa, compañeros que me entretienen al llegar a Barajas y unas carreras desesperadas para llegar a la puerta K73. Llegué y me puse el último en la cola con una botella de agua bajo el sobaco y comiendo un sándwich de pie. ¿El sándwich? Bacón ahumado frío y recocido y huevo frío y recocido. Riquísimo, más de la mitad, a la papelera. Y era cuando lo tiraba a la papelera, que van apareciendo gente con el chandal del Almería. Primero, pienso que serán los juveniles o el filial o así, pero no, mucho jugador de color, muchos cascos de jijopero, muchos ipads. Qué va. Y siguen pasando, y yo mirando, y no reconozco ni a uno, joder. Lo único que pienso cuando les veo es que viéndolos me parece que ser futbolista tiene que ser un coñazo. Van todos como ensimismados, abrumados por el tedio y la inercia. Arrastrando los pies, rebuscando en los bolsillos, bostezando, dejando el entusiasmo de su profesión para el terreno de juego. Y al fin veo a uno que conozco, y viste un chandal un tanto distinto, pero le distingo, es Xabi Gracia. Y poco después, veo a los últimos que vienen charlando y el que arrastra un trolley me suena de algo: Esteban Suárez. 
Y, de repente, como que me siento pureta. 
Ha pasado toda la plantilla del Almería y me parecían niños con resaca de sábado. 
Y de todos los que han pasado, solo conozco a dos: Xabi Gracia, el entrenador, y Esteban Suárez, un portero de 37 años, que empezó a jugar a esto en el Avilés allá por 1993. Casi nada. No te digo yo que en el Almería sean todo estrellas del firmamento futbolístico, juegan en la segunda división, y ni tan siquiera sé si estarán convocados y habrán pasado hoy por Barajas, pero Leo Ulloa, Javi Casquero, Christian Fernández, Aarón Ñíguez, Fernando Soriano, Héctor Pellerano, Álvaro Mejía, Miguel Ángel Corona... Que no he conocido a ninguno: solo a Esteban Suárez. 
Ah. 
Y he llegado a casa y por curiosidad he mirado a ver dónde jugaban.
Y juegan en Soria contra el Numancia. 
No está mal: poder permitirse viajar hasta Barajas primero y luego a Soria en tren o en bus o en lo que sea. Me pregunto si los del Numancia harán lo mismo. 
Ahora ya estoy mejor, por cierto, gracias por preguntar: en casa, duchado, descansado y lejos de la tormenta malagueña. Voy a ponerme a ver fotos de jugadores del Almería. 
Sí, claro. 
Es verdad, mejor lo dejo para la próxima vez que viaje con Ryanair.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Jaume Leiva



Había leído que Jaume Leiva andaba de vacaciones por Camboya y que venía a la Behobia sin muchas esperanzas de estar delante. Pues lo ha estado, y ha ganado, con 01:01:33. El catalán, ganador del campeonato de España de media maratón hace un par de meses en Tordesillas por delante de Chema Martínez, es un corredor popular de 29 años que acaba de alcanzar la internacionalidad a base de progreso y entrenamiento. Muy querido por su sociabilidad en el pelotón de corredores populares, Leiva debutó en el campeonato del mundo de media maratón de Kavarna, Bulgaria, donde venció Zersenay Tadesse y él acabó 33º. 
Menos de dos minutos después del vencedor, entraba Marc Roig. En categoría femenina, la experta en carreras de montaña, la atleta de Elgeta Oihana Kortazar ha necesitado una hora, catorce minutos y 45 segundos para ser la primera mujer en cruzar la línea de meta. Después de ellos, han entrado hasta 21.470 corredores, entre ellos siete pormaratonianos (uno aún no ha debutado en nuestra prueba familiar, pero le contamos dentro de la comunidad) que han acabado, cada uno a su nivel, pero todos contentos (o relativamente contentos) con sus marcas. 
Esta vez, voy a ser exhaustivo antes de ser subjetivo, y voy a daros los resultados finales, que ya han sido publicados en la web oficial, de todos los pormaratonianos. Y lo hago por orden de llegada:

1. Álvaro, puesto 3351 en la general, 2171 de su categoría, con un tiempo de 1:26:45
2. Maiztegi, puesto 2366 en la general, 1285 de su categoría, con un tiempo de 1:27:26
3. Emi, puesto 4049 en la general, 2593 de su categoría, con un tiempo de 1:28:06
4. Manuel, puesto 5760 en la general, 3590 de su categoría, con un tiempo de 1:31:24
5. Mitxel, puesto 14907 en la general, 8091 de su categoría, con un tiempo de 1:47:24
6. Holden, puesto 16276 en la general, 8591 de su categoría, con un tiempo de 1:50:20
7. Gaxen, puesto 16339 en la general, 8621 de su categoría, con un tiempo de 1:50:29

Con los datos por delante, las conclusiones que sacamos, por las conversaciones que hemos tenido, es que, en general, todos nos hemos encontrado mejor de lo esperado. A pesar de la lluvia inicial y del viento final, la temperatura era la más adecuada para correr, y creo que los pormaratonianos no han sido los únicos corredores populares que se han visto hoy sorprendidos por sus prestaciones y sensaciones. Nada comparado con el año pasado, donde las altas temperaturas hicieron estragos. 
Álvaro ha hecho un tiempo sensacional, a pesar de no haber tenido el tiempo adecuado para entrenarse con calidad debido a sus muchos viajes. Ha hecho su mejor tiempo, pero él os contará más en pormaratones, como ya sabéis, que os dejo a un clic del enlace si pincháis sobre el nombre de su blog. Con Maiztegi no he tenido tiempo de encontrarme, debido a que ha llegado media hora antes que yo, ya que salía a las 10:30 con los mejores, pero, según me han contado los de cabeza, no ha hecho mal tiempo si tenemos en cuenta su accidentada preparación. Emi, por su parte, después de su largo viaje desde Barcelona, se ha encontrado mejor que el año pasado, cuando debutó, y ha conseguido mejorar la marca. Según me contaba, conocer el recorrido hace mucho. Se le ve con ganas de volver y hacerlo todavía mejor. Su compañero de viaje desde Barcelona, Manuel, debutaba en la Behobia y apenas ha podido aguantar el ritmo de Emi y Álvaro durante unos minutos. Me comentaba que la carrera le ha gustado mucho, que se ha encontrado bien, pero que guardaba fuerzas porque temía más cuestas. Si vuelve, saberse el recorrido le ayudará a hacerlo mejor aún. Mitxel ha aguantado hasta Irún con los dos pormaratonianos más lentos, y luego nos ha pedido permiso para largarse, mientras le veíamos marcharse con su estilo saltarín. Esperaba hacerlo peor, y, aunque no ha mejorado su mejor marca, vista las sensaciones de la semana, seguro que está contento. En línea de meta, se le veía entero y satisfecho. 
Por último, un servidor y Gaxen hemos hecho el recorrido juntos hasta el último kilómetro, donde yo me he encontrado pletórico y he apretado no por rivalidad si no por satisfacción personal al ver que podía estar cerca del 1:50:00. No he podido bajar, y eso me ha dejado un mal sabor de boca. Viendo como he ido fácil durante todo el recorrido, encontrándome solo un poco bloqueado de piernas en los toboganes, y ligeramente tocado de moral en el siempre doloroso paso por el puerto de Pasaia, y las fuerzas que he tenido para apretar al torcer para buscar el Kursaal, me queda la sensación de que he guardado demasiado y que podía haber bajado mi tiempo al menos en medio minutillo o quizás más. No voy a mortificarme: no tenía buenas sensaciones de caja, que sí de piernas, y sospechaba que este año no iba a mejorar mi marca. Así que haberla bajado seis minutos, solo indica que la que tenía era muy mala, y que queda mucho margen de mejora. Cada año y cada edición es un mundo, pero este resultado me anima para seguir intentándolo: la superación personal siempre es un ejercicio gratificante y enriquecedor. Sobre mi compañero de kilómetros, solo decir que le he visto comedido pero sobrado. Le he visto flojear un poco camino de Lezo, pero ha sido un espejismo. Que se haya quedado unos segundos a falta de 1.000 metros, no indica nada. Ha sido más fuerte que yo en Mirakruz, y me ha bajado a un ritmo muy potente desde que hemos dejado el Arzak atrás. Tiene mucho margen de mejora y es muy sólido en su ritmo, estoy seguro de que en la próxima bajará de los cincuenta minutos. Además, como compañero de ruta, ha sido inmejorable: nos hemos combinado muy bien en los ánimos y su información de tiempos, ritmos y kilómetraje me han hecho el recorrido mucho más fácil de gestionar. 
Ésa es un poco la crónica que puedo daros de mi experiencia behobiana en 2012. Mucho frío y una caladura de espanto antes de salir. Y eso que este año hemos sabido manejar mucho mejor el viaje. Hemos madrugado, hemos desayunado tranquilos en Loiola, hemos cogido el tren sin agobios, y hemos llegado a Behobia sin problemas. Ningún problema si no fuera por la lluvia que hemos tenido que tragarnos mientras nos encontrábamos con el único debe que, así, a bote pronto, le puedo poner a la organización. No es comprensible que para hacer uso de los camiones de las bolsas tengas que estar en Behobia hora y media antes de tu salida. El camión, con un retraso de media hora, es cierto, se nos ha ido delante de las narices, cuando aún quedaba una hora para que nos tocara salir. Supongo que la organización tendrá sus razones, pero no hemos sido los únicos, y ha sido un tanto incomprensible, la verdad. Al final, los empleados de la gasolinera de Repsol nos han hecho el favor de guardarnos la bolsa. Una chapa del copón por una mochila que probablemente estropee esta crónica porque le traerá al pairo a toda la gente. Pero, sí, mucha lluvia, mucho frío, los pies calados y las piernas zánganas hasta que no llegaron las cuestas de Irún. Luego paró, luego volvió, luego ha salido el sol cuando ya nos dábamos el lujo de una tacada de pintxos en Irún, donde volvimos para recuperar la bolsa. 
En resumen, buenas sensaciones (un poco encontradas, pero eso es aún más positivo) y muchos ánimos para seguir entrenando y mejorando los tiempos a nuestro humilde nivel que no busca más que la satisfacción personal, mejorar la salud (la física y la mental) y sobrevivir a la rutina de nuestra vida diaria. Buenos compañeros de jornada, antes, durante y después, con los que da gusto hacer piña, kilómetros... y comunidad. Os animamos a los demás a ir apuntándoos. 
Recuerdos para todos los participantes que han terminado (una nota de enhorabuena para el tiempo de Mónica, grande en su primera Behobia), y para los que no han podido. Zorionak para los ganadores y gracias a la organización por una nueva edición de una prueba que, cuanto más la corres, más la sientes, y más la disfrutas. E insisto, lo que más se disfruta, es el compañerismo y la amistad, muchas gracias a todos los pormaratonianos por hacer de correr una experiencia que va más allá del sudor y... los dolores.   
Ya sabéis, si queréis más y mejor, cliquad arriba que cuando él pueda, ya os dará su crónica en nuestro blog vecino. 
Por cierto, y como bien me pide, y me alegro tener que hacerlo, aquí os dejo otro enlace a otro blog donde, si os interesa, tendréis otra crónica de la misma carrera y de primera mano. Y ya, de paso, conocéis el blog: korrikalari popular

jueves, 8 de noviembre de 2012

Nikola Ivanovic



Empezó la Eurocup y con más emoción no pudo empezar. Hubo partidos en muchos países europeos, pero como yo soy de donde soy y era el que me daban gratis en la televisión pública, no vi otro que el que disputaron el Bilbao Basket y el Buducnost montenegrino. Y fue uno de esos partidos que no se repetirán muchas más veces. Ni esta temporada. Ni probablemente en muchas otras. 
Los montenegrinos arrancaron de manera perfecta, sin dejar anotar al contrario y metiéndolo todo ellos. Se les veía cómodos en la cancha e incómodos a los anfitriones. Para más difícultades, Raúl López se lesionaba y los hombres imporantes de Fotis Katsikaris se cargaban de faltas. Cuando parecía imposible, se concretó una remontada inesperada y gracias a un genial, como casi siempre, Álex Mumbrú (la foto lo indica), los de Bilbao conseguían empatar el partido a 64-64 cuando perdían por quince a falta de cuatro minutos para el final. Parecía que ya habían hecho lo más difícil, pero malas decisiones en ataque hicieron que todo el mundo se convenciera de que los de Katsikaris habían nadado hasta la orilla para perecer allí. Zisis, además, fallaba tiros libres, y parecía que se estaban jugando los últimos segundos a base de tiros libres por inercia y desesperación. Pero poco a poco, mientras que el reloj transcurría a bocanadas, el Bilbao Basket se acercó. Dee Bost tuvo los tiros libres para cerrar el partido pero falló el primero. Quedaba la ilusión desesperada de un triple que no encontró Vasileaidis porque le hicieron falta. Quedaba la épica que no se da mucho y se dio. Vasileaidis metió el primer tiro libre, lanzó perfectamente el segundo a fallar, el rebote se rozó hasta que cayó en sus manos y sin pensárselo, lanzó en suspensión para clavar el empate y forzar la prórroga. Y la prórroga, con un Vasileaidis enchufado y un Buducnost noqueado y presa de su bisoñez, no tuvo color. 
No consolará a los montenegrinos el haberse sabido competitivos y honrados derrotados. Destacó, sobre todos, el que encabeza la entrada, un joven de apenas 18 años que manejó el equipo como si fuera un veterano, vio el aro fácil y fue una baja insustituible en la prórroga cuando cometió su quinta falta personal. No se conocía mucho su nombre, pero, con solo 18 años, el joven base de 1'90 ya es el suplente de Taylor Rochestie, jugador del Baskonia, en la selección de su país. Algo tendrá. Y lo que tiene, también lo que tiene que mejorar, lo demostró ayer en Bilbao. No pudo, sin embargo, conseguir que fuera suficiente para superar a un Bilbao Basket que vivió uno de esos finales que no se repetirán muchas más veces. 
Pero, como decía, hubo más partidos, y vamos a repasar lo que ocurrió en todos los grupos, no porque vaya a convertir este blog en una crónica periódica de esta competición, pero, así, en la primera, aprovechamos para conocer a todos los equipos que compiten y descubrimos el potencial de esta liga. 

En el grupo A, todo empezó con victorias en casa, el Rudupis ganó al Hapoel Jerusalem y el CEZ Nymburk al Budivelynk. Sobre el papel, parece el grupo más flojo, pero siempre hay sorpresas en esta competición y la flojera siempre es relativa. El Rudupis Prienu lituano es un equipo poco conocido. Excepto el letón Siim-Sander Vene todos son lituanos, incluído el entrenador Virginijus Seskus. El mejor, al menos en el primer partido, fue Gediminas Orelikas, un joven alero de dos metros. Los israelíes, entrenados por Sharon Drucker, cuentan con veteranos como Meir Tapiro y Dan Grunfeld, viejos conocidos de la ACB como Raviv Limonad o el antiguo compañero de Michael Beasley en Kansas, Jacob Pullen, y el ex de Clippers y Wolves, Craig Smith. Vamos, que en principio es buen equipo, pero ya han empezado perdiendo en Lituania. En el otro partido del grupo, un clásico como el Nymburk de Jiri Welsch arrolló al Budivelynk ucraniano que dirige el letón Ainars Bagatskis. Welsch no fue el mejor de su equipo pero ayudó en un partido en el que sobresalieron Petr Benda y Lukas Palyza.
El Grupo B es el del BBB y ganó al B como ya hemos dicho. En el otro partido del grupo el Lukoil Akademik no pasó tantos apuros para ganar a otro clásico de la competición, el Spirou belga. Lleno de jugadores americanos, los más conocidos de los belgas siguen siendo Justin Hamilton y un veteranísimo Andre Riddick, además del exACB Matt Walsh. Ninguno pudo hacer suficiente para superar a los Bozhidar Avramov, Mohammed Abukar, Darryl Watkins o Brandon Heath.
El Grupo C parece que será disputado. El Triumph de Vassili Karassev asaltó la difícil cancha del Le Mans por solo cinco puntos. Vassili Karassev encontró a su mejor hombre en Sergey Karassev, aunque los americanos también aportaron. J.D.Jackson ha reunido un buen equipo para los franceses con gente veterana y talentosa como Khalid El-Amin, Cuthbert Victor, Charles Kahudi, Alain Koffi, Pape Sy o Joao Paulo Batista, pero nadie pudo ante el 6 de 7 del hijo del entrenador. También el otro partido acabó con victoria visitante, pero un poco más holgada: el VEF Riga sorprendió en casa a los dragones alemanes de Stefan Koch. Mucho viejo conocido con los alemanes (Petar Popovic, Marquez Haynes, Kritaps Valters) en los alemanes, aunque el mejor fue Anthony King. Perdieron, sin embargo, contra el equipo de Ramunas Butautas, donde el mejor fue Dairis Bertans aunque también destacaron otros viejos conocidos como Earl Rowland o Kaspars Berzins.
El Grupo D tiene a otro equipo ACB, el Valencia, que ganó por diez en casa al Banvit BK turco. Los de Perasovic han empezado la temporada muy bien. Esta vez, destacó sobre todo un Pau Ribas que parece que disfruta con su recuperado protagonismo. Él, con la ayuda de Serhiy Lishchuk, Rafa Martínez y Stefan Markovic, se zampó a los turcos donde aún juega Serkan Erdogan, se busca un futuro Kalin Lucas y redondean un equipo poderoso los Charles Davis, Izzet Turkyilmaz, Vladimir Stimac, Kenan Bajramovic o Sammy Mejía. Darán que hablar cuando se enfrenten a los dos que se enfrentaron en el otro partido de este grupo, el Oliver Basket alemán y el Azovmash ucraniano. Ganaron los primeros, y puede considerarse sorpresa. A los alemanes, repletos de americanos, como no (nueve de los diez jugadores que jugaron es americano), no se les conoce mucho en Europa. El mejor fue Dwayne Anderson, con 19 puntos y 10 rebotes que derrotaron a los Lynn Greer, Tadija Dragicevic, Ivan Paunic, Miroslav Raduljica, Simonas Serapinas o el exNBA Olekseiy Pecherov.
El grupo E también parece tener dos candidatos claros y ambos empezaron con victoria y a domicilio. Los turcos del Galatasaray que dirige Ergin Ataman vencieron al Trefl Sopot polaco a quien, por cierto, entrena Zan Tabak. El mejor hombre del antaño ayudante de Joan Plaza fue Filip Dylewicz, pero nada pudo hacer ante el potencial de los turcos: Boniface Ndong, David Hawkins, Henry Domercant, Cenk Akyol, Jaka Lakovic, Furkan Aldemir, Milan Macvan, Jamont Gordon o Erden Arslan. Sin duda, uno de los favoritos al título final. Más apuros pasaron los rusos, pero el Lokomotiv de Evgeny Pashutin acabó por vencer al BC Donetsk donde juega Kaloyan Ivanov. Y no solo el exACB Ivanov, porque éste tiene como compañero a otros conocidos: Ramel Curry, D'or Fischer, Darius Songaila o Ivan Radenovic. No pudieron, eso sí, con Jimmy Baron, Simas Jasaitis y Mantas Kalnietis. Aunque estos tres se valieron solos, Pashutin también cuenta con Nick Calathes, Aleks Maric, Alexey Savrasenko o Nikita Shabalkin. Otros favoritos y los dos en el mismo grupo.
En el grupo F, otros belgas con amplia experiencia europea y buenas playas, los del Oostende, ganaron a los griegos del Panionios en casa. Wesley Wilkinson, Matt Lojeski, Mario Stojic y Dragisa Drobnjak fueron los mejores ante unos griegos donde, saliendo desde el banquillo, destacó sobremanera aquel misterioso fichaje del Bilbao Basket llamado Nikos Pappas. En el otro partido, otros favoritos, los rusos del Unics Kazan de Aco Petrovic ganaron a los polacos del Stelmet ZG donde juega Quinton Hosley que algunos recordarán en la ACB. El equipo de Petrovic, donde no jugó Marko Banic, parte como favorito del grupo gracias a un plantel que cuenta con Kostas Kaimakoglou, Terrell Lyday, Chuck Eidson, Ian Vougioukas, Petr Samoylenko, Mire Chatman o Vladimir Veremeenko.
El grupo G también vivió dos sorpresas con victorias de visitantes, aunque esta vez fueron más sorpresivas si cabe. Dos compañeros de generación, Veljko Mrsic y Jure Zdovc (el segundo un pelín más mayor), se enfrentaron, pero ahora en los banquillos. Uno entrena a la Cibona, otro al Spartak San Petersburgo ruso, y ganó el esloveno porque los rusos vencieron a los croatas. Amén. No tienen mal equipo en Zagreb, con D.J. Strawberry, Andrija Zizic, Davor Kus o Marin Rozic, pero lo tienen mejor en San Petersburgo, con Loukas Mavrokefalidis, Nikita Kurbanov, Patrick Beverley, Josh Carter o Zach Wright. También sorprendió un poco que los franceses del Cholet se dejaran sorprender en casa contra los alemanes del Ratiopharm. Dos americanos, John Bryant y Allan Ray, se cascaron un partido de excepción y de nada valió que en frente estuviera Marcus Goree.
Por último, en el grupo H, Igor Rakocevic, Mike Scott y Boris Savovic se valieron para que el Estrella Roja derrotara en Belgrado al Orleans francés donde destacaron los americanos. El histórico conjunto serbio que dirige Vlada Vukoicic, cuenta, además de con el tridente que ya he mencionado, con un buen equipo que será difícil derrotar en su cancha. El joven Bojan Subotic, los veteranos Vuk Radivojevic y Rasko Katic, o los americanos DeMarcus Nelson y Elton Brown son otros jugadores a seguir. En el otro partido, el Banco di Sardegna italiano no hizo feliz el regreso de Aíto García Reneses a las competiciones europeas con el Cajasol. En los de Sevilla, aportaron muchos, desde Tomas Satoransky hasta Brian Asbury, pasando por Juan Triguero, Luka Bogdanovic o John Holland, los cinco titulares, pero ninguno hizo lo suficiente para superar el gran partido de Marvis Thornton, que tuvo la ayuda de Travis y Drake Diener o Michal Ignerski. Ambos equipos tendrán que luchar para lograr clasificarse.   

Con todo este resumen, y ya que vivimos cerca de la liga ACB, digamos que los equipos de esta liga tendrán que luchar mucho si quieren llegar a ganar el título. Muchos candidatos, jugadores con potencial de Euroliga, buenos entrenadores, canchas calientes y jóvenes de 18 años que descubren por donde irá el futuro. Alicientes suficientes como para que las próximas jornadas visiteis la página web oficial de la competición si queréis estar informados, porque yo no vuelvo a soltar una chapa como ésta.

martes, 6 de noviembre de 2012

Mario Götze



No tenía nada mejor que hacer y me he puesto a ver al Real Madrid recibir al Borussia de Dortmund en el Santiago Bernabeu. El gol de Pepe, el del empate, me lo he perdido, pero he visto el de Reus y el de Götze, aunque en el marcador se lo adjudican a Arbeloa en propia puerta. 
Es bueno el Götze éste. Rápido, dinámico y ágil. Supongo que es el símbolo de este nuevo Borussia de Dortmund de Jurgen Klopp. Tras una crisis económica en la que el club estuvo apunto de declararse en bancarrota, se tomaron las drásticas medidas que correspondían y la llegada desde el FSV Mainz 05 de Klopp contribuyó al éxito de una nueva política basada en la cantera y la austeridad. 
Por cierto, acaba de marcar precisamente un alemán pero que juega en el Real Madrid: Mesut Ozil. Y se lo merecía el Real Madrid. Y se va Götze, además. Creo que voy a cerrar el ordenador y me concentraré en el televisor. No es que prometa mucho la película de Mel Gibson, pero bueno. 
El caso es que me caía a mí simpático el Borussia. El de los noventa, claro, el de Ottmar Hitzfield. El ahora entrenador de la selección de Suiza estuvo la tira de años en Dortmund para convertir al equipo en uno de los equipos más eficientes de los noventa: 2 Ligas, 1 Champions League y 1 Copa Intercontinental. Casi nada. Y nombres que a los que estábamos creciendo en aquellos años se nos quedaron grabados: Andreas Moller, Jurgen Kohler, Stephane Chapuisat, Stefan Klos, Stefan Reuter, Knut Reinhardt, Matthias Sammer, Jorg Heinrich, Paulo Sousa... Primero les pasó por encima la Juve de los Baggio en la UEFA, pero cuatro años más tarde, se vengaron a lo grande ganando la Champions y en Munich y ante la misma Juventus de Del Piero, con aquel gol de Lars Ricken nada más salir al campo como recordaba hace poco Sami Khedira. 
Por cierto, otra vez, ya ha terminado el partido. 2-2 y cada uno para su casa con un punto. 
De los noventa, ya no quedan más que las fiestas con djs que pinchan sin parar britpop. 
Ahora ya no está Hitzfield pero está Klopp. Ya no está Moller pero está Götze. 
Si te soy sincero, no sé cuántos jugadores tienen de la cantera, pero lo que te puedo decir es que hoy decían los nombres y no conocía prácticamente a ninguno. Tienen veteranos como el portero Roman Wiedenfeller, Sebastian Kehl o Patrick Owomoyela, pero los Neven Subotic, Sven Bender, Ilkay Gündogan, Robert Lewandowski, Kevin Grosskreutz, Mario Götze, Marco Reus, Ivan Perisic, Mats Hummels y compañía no tiene ninguno más de 24 años. 
Vamos, que la cosa promete y ahora entiendo por qué siempre que veo al Jurgen Klopp éste en la tele siempre está riéndose. 
No sé si son favoritos a ganar esta Champions, como ha dicho José Mourinho, pero ha dado gusto verles jugar en la primera parte. En la segunda, ni se les ha visto. El Real Madrid, con poco, les ha pasado por encima. Pero 2-2, y yo me voy a ver la película. Los 68.000 socios del Borussia Dortmund seguro que tienen mejores cosas que hacer.

Damian Lillard



El 30 de Octubre empezó la NBA. Ya sabes que esto tiene un ritmo frenético. Apenas un puñado de días, y ya se han disputado 48 partidos si mis cuentas no fallan. Lo retorcido del calendario profesional americano lleva aparejado que cuando algunos han disputado ya casi un póker de partidos, otros, apenas han tenido tiempo para debutar. Eso sí, lo que ya llevamos, nos da un pelín de perspectiva para empezar a hacer las primeras conclusiones. 
Todo el mundo anda ocupado aclarándose con las razones del mal inicio de los Lakers. Ya se había escuchado hasta el nombre de Mike D'Antoni para suplir a Mike Brown. También se ha hablado, y mucho, del buen comienzo de los Knicks, encabezados por un Carmelo Anthony más sosegado, del talento para ganar partidos de Tony Parker, del redescubrimiento de OJ Mayo, de la solidez de Marc Gasol... Y de tantos más, porque a construir protagonistas ningún campeonato profesional de cualquier deporte puede competir con la NBA.
Uno de los que han acaparado la atención de la prensa ha sido el escolta rookie de los Blazers, Damian Lillard. En su año de debú, y aunque ya venía precedido de una buena fama como anotador, Lillard se ha hecho con un hueco en los Blazers y en los cuatro partidos que estos llevan disputados, ha salido como titular, ha superado los treinta minutos de juego y promedia más de diecinueve puntos y 8 asistencias por partido. Por eso, le regalamos encabezar esta entrada. 
Pero lo que queríamos hacer hoy aquí es revisar cómo han empezado esta temporada los muchos europeos que emigraron al reino de David Stern dejando huérfanas a muchas ligas del viejo continente.
Algunos, se han conformado con debutar. Víctor Claver aprovechó unos minutos para coger un rebote y pasar a la historia como el decimosegundo jugador español en debutar en la NBA. Al siguiente, volvió a quedarse fuera de las rotaciones. Su excompañero en Valencia, Nando de Colo, ha recibido una oportunidad más de manos de Gregg Popovych pero su participación también ha sido testimonial. Igual que la de Mirza Teletovic, aunque éste aprovechó mejor los apenas dos minutos que le dio su entrenador para conseguir cinco puntos y 1 robo en su debú. Otros, como su compañero en Brooklyn y exACB, Tornike Shengelia han tenido peor suerte y aún no han debutado. Tampoco Viacheslav Kravtsov. Ni Donatas Motiejunas. Gustavo Ayón, que tuvo oportunidad y ofertas para volver a España, no parece que cuente mucho en Orlando. Algo más, pero no mucho más, está aportando Bismack Biyombo, en los Bobcats, donde va a un punto y dos rebotes por partido. Joel Freeland ha jugado más que Claver pero nada que seguro le tenga contento: siete minutos en cada uno de los dos partidos que ha jugado y apenas dos puntos en cada uno de ellos.
Más recorrido están teniendo otros que debutaban o volvían a la NBA después de regresar primero a Europa. Serge Ibaka regresó después de su paso por el Real Madrid para volver a ser titular e importante en los Thunder de Durant. Andrei Kirilenko ya espera a que vuelva Ricky Rubio y, mientras tanto, como era de esperar, vuelve a ser titular en la NBA aportando en todos los apartados del juego, 14 puntos, 7 rebotes, casi 5 asistencias y casi tres tapones por partido. También está teniendo protagonismo su excompañero en CSKA y compañero en los Wolves, Alexey Shved, aunque éste siempre salga desde el banquillo. Por ahora, en 18 minutos de juego aporta más de seis puntos y 2 rebotes por partido. Pablo Prigioni no ha conseguido quitarle la titularidad a Jason Kidd pero el debutante más veterano de la historia de la NBA sí que ha sorprendido a muchos que pensaban que su juego pasaría desapercibido y desaprovechado en los Estados Unidos. El argentino demuestra su calidad y en tres partidos alcanza casi los veinte minutos jugados. Apenas supera los cuatro puntos y cuatro asistencias por partido, pero en el último aportó en la victoria de los Knicks a los Sixers y ya salió en los breves resúmenes oficiales. Kevin Seraphin volvió de Vitoria para exigir su cuota de protagonismo en Wizards y esta temporada ha empezado fuerte. Solo ha jugado un partido, pero el francés consiguió 19 puntos y 7 rebotes. Kyle Singler confirma todo lo bueno que demostró en Alicante y en Madrid y aunque no ha conseguido un hueco entre los cinco que salen de inicio para los Detroit Pistons, el ex de Duke juega más de veinte minutos con 8'7 puntos y 3 rebotes de media. Jan Vesely, que no jugó mucho la temporada pasada, parece que va a contar con más minutos en ésta. Nikola Vucevic es una de las sorpresas agradables de la temporada. En los dos partidos que han jugado los Magic ha salido como titular y promedia 12 puntos y 8 rebotes en cada uno de ellos. También ha sorprendido la apuesta de los Raptos por el joven Jonas Valanciunas que juega menos pero también ha sido titular en todos los partidos que han disputado hasta ahora los de José Manuel Calderón (él ya no es titular). Seis puntos y casi seis rebotes por partido.
Esto no acaba más que de empezar, pero, al ritmo que va, acabará antes de que nos demos cuenta. Todavía puede que cambien las cosas para alguno de todos los que hoy he nombrado aquí. Alguno igual regresa a Europa antes de tiempo o tiene que foguearse en las ligas comerciales. Otros, quizás acaben teniendo el mismo protagonismo que ya tienen otras estrellas internacionales como los Dirk Nowitzki, Manu Ginobili, Pau Gasol, Hedo Turkoglu, Steve Nash... Ésta puede ser la temporada de Nikola Pekovic. Enes Kanter aún necesitará alguna más. Andrea Bargnani y Danilo Gallinari seguirán luchando contra las expectativas. Ricky Rubio intentará volver con garantías. Nicolás Batum y Boris Diaw ya comparten condición de veteranos... y tantos más. No es hoy el día más apropiado para volver a insistir en algo que ya ha quedado caduco (hace mucho tiempo que nos convencimos de que los jugadores internacionales habían alcanzado un nivel de excelencia que no tenían quince años atrás). Hoy solo queríamos echarle el primer vistazo a los que han llegado nuevos o regresan como si lo fueran a la liga americana. Aún queda mucho para que Damian Lillard gane el premio al rookie del año, si es que lo consigue, y lo mismo queda para que Pablo Prigioni haga mejor jugador de lo que ya lo es a Carmelo Anthony... si es que lo consigue. 

jueves, 1 de noviembre de 2012

Emil Zatopek

Lo prometido es un coñazo, pero aquí estamos de vuelta, para colgar algunas fotos que ilustren que es cierto lo que os contamos, que correr corrimos.
Aunque a alguno no nos haga ni puta gracia vernos en las fotos porque... válgame el cielo. Entiendo a los filósofos que hablan sobre cómo la realidad depende de la percepción... o de la perspectiva. Tampoco es que yo me crea Clive Owen, pero joder, se ve que en el espejo del baño solo me veo de frente y no es lo mismo. En fin.
También, aprovecho esta entrada para informaros de la última novedad en torno a la Pormaratoniana que, en su próxima edición, ya en 2013, será III. Cómo crece el bicho. El perpretrador principal de esta aventura, el dueño del blog vecino, se ha puesto a darle vueltas a su dolorida cabeza (físicamente) y ha implementado un recurso para que todos aquellos que queráis estar informados (y/o involucrados) sobre la próxima edición os apuntéis a una base que solo busca gestionar un listado de correo para anunciaros cualquier novedad. Y digo cualquier novedad porque también, por medio del correo, podremos incitar a la gente a tomar parte en otras actividades que se les ocurran a cualquier miembro del foro: camisetas, participación en otras carreras, celebraciones festivas, noticias de incumbencia... Yo qué sé. Así que si os interesa, es fácil, rápido y no os compromete a nada. Podéis encontrarlo en la barra de la derecha y también en el mismo lateral del blog de pormaratones cuyo link directo tenéis al final de la siguiente frase.
Feliz día festivo a todos, espero que no celebréis Halloween, y ahí van algunas fotos, si queréis más, visitad pormaratones: