Warburton trabaja ahora para el Brentford F.C. de la Primera División inglesa. Él es el Director Técnico y el entrenador es Uwe Rösler, al que algunos igual recordarán aún metiendo goles para el Manchester City en la segunda mitad de los 90. Pero Warburton tiene un palmarés reputado, que va más allá de su reciente bagaje con el equipo de Brentford. Antes, trabajó para el Watford, donde ahora reinan los italianos, encabezados por el dueño y por el entrenador, Gianfranco Zola. Mientras estuvo trabajando para los Hornets, Warburton fue uno de los responsables de poner en marcha un reconocido proyecto de trabajo con jóvenes futbolistas llamado Harefield Academy (en la web podéis encontrar mucha información). Y en esa línea parece que pretende seguir trabajando. Warburton, de hecho, hace poco que fundó junto con Justin Andrews, profesional de los medios de comunicación, una empresa llamada Cycad que, en concreto, es la responsable de que hoy en día se dispute la NextGen, una competición que algunos ya consideran la Champions League de la categoría de juveniles.
Y, precisamente, ayer, sin tener miedo de las repentinas granizadas, el frío, y el viento, mi suegro y un servidor, nos cogimos el coche y nos plantamos en Lezama, semillero de jugadores del Athletic Club de Bilbao, para asistir al encuentro perteneciente al grupo 6 de la competición que disputaron el susodicho conjunto bilbaíno y el Olympique de Marsella, conjunto francés que cuenta con Henri Stambouli como máximo responsable de un proyecto de cantera que se ha visto mejorado recientemente con la construcción de la Roberto Louis-Dreyfus Academy. Los de Marsella llegaban como líderes del grupo después de haber disputado cinco partidos y contar con 8 puntos. Los bilbaínos, por su parte, habían, y aún han, jugado menos partidos que sus rivales de grupo, pero tenían al alcance encarrilar su clasificación para octavos. Pero antes de hablar de todo eso, hablemos de lo general.
La NextGen la disputan 24 equipos divididos en seis grupos. Los dos primeros de cada grupo, más los cuatro mejores terceros se clasificarán para unos octavos de final que darán salida a las rondas finales por el título, al parecer, disputándose todas a un único partido. Los 24 equipos son todos, sobre el papel, reconocidos clubes que trabajan con la cantera. Además del Athletic Club de Bilbao y el Olympique de Marsella, de cuya escuela, por cierto, han salido jugadores como Seydou Keita, Samir Nasri, Mathieu Flamini o Alain Boghossian, los siguientes equipos también la disputan:
El Ajax de Ámsterdam, que sería, probablemente, el primer equipo que le viene a alguien a la cabeza cuando se piensa en cantera.
El Anderlecht belga, de donde, en sus tiempos, salieron gente como Enzo Scifo, Luc Nilis o Romelu Lukaku.
El Arsenal, otro equipo habitual en categorías inferiores, donde destaca por su visión globalizadora del proyecto deportivo.
El Borussia Dortmund que en las NextGen entrena el histórico Lars Ricken, y que últimamente ha sacado perlas como Goetze, Reus o Grosskreutz.
El Chelsea, de cuya cantera, el último exponente quizás sea Ryan Bertrand.
El CSKA de Moscú cuyo entrenador para esta competición es Alexander Grischin, quien fuera, además, uno de los productos de la cantera moscovita.
La Juventus, otro histórico, que durante años ha combinado cantera con fichajes de relumbrón.
El Olympiakos cuya colaboración para la mejora del fútbol griego en los últimos años ha sido considerable.
El PSG francés, club donde, aparentemente, se sigue trabajando con la cantera, a pesar del giro dado en la política de fichajes en el primer equipo.
El Aston Villa, reconocido centro de trabajo con los jóvenes, de Birmingham han salido jugadores como Gareth Barry o Gabriel Agbonlahor.
Por supuesto, el FC Barcelona, que para esta competición dirige Jordi Vinyals.
El Celtic de Glasgow representando al fútbol escocés y su exitosa cantera.
El Fenerbahce representando al fúbtol turco y su exitosa cantera.
El Inter de Milán, que aunque no tenga grandes nombres de jugadores surgidos de su cantera, siempre suele hacer acto de presencia en las competeciones internacionales de las categorías inferiores.
El Liverpool que entrena el español Rodolfo Borrell, y en cuya plantilla se encuentra a los también españoles Nacho Huertas Ortiz y Suso Fernández, quien ya triunfa en el primer equipo.
El Manchester City, a quien entrena el italiano Attilio Lombardo, y donde los jóvenes intentan emular a Shaun Wright-Phillips o a Daniel Sturridge.
El Molde noruego donde nació la leyenda de Ole Gunnar Solskjaer quien hace poco regresó al equipo para trabajar fuera del campo.
El PSV cuyo talento más reciente podría ser Ibrahim Afellay.
El otro equipo noruego, el Rosenborg, donde Tore Gronning lidera un ambicioso proyecto de cantera que cuenta con el trabajo de exjugadores como Stale Stensaas o Erik Hoftun.
El Spórting de Portugal, para muchos, incluídos ellos mismos, el mejor equipo de cantera de Europa, y suelen justificarlo, utilizando nombres como los de Cristiano Ronaldo, Luis Figo, Nani, Simao Sabrosa, Paulo Futre...
El Tottenham Hotspur, otro equipo que también se ha distinguido últimamente por gastar más que invertir, pero aún sigue sacando jugadores como los recientemente estrenados profesionalmente Jake Livermore, Steven Caulker o Andros Townsend.
Y, por último, el Wolfsburgo alemán, donde también se han puesto en marcha con un ambicioso proyecto de cantera que lidera el alemán Fabian Wohlgemuth.
Todos estos son los participantes, y los rivales del Athletic Club de Bilbao, hasta ahora, han sido el Olympiakos, el Arsenal, y el susodicho Olympique de Marsella. Centrándonos en este grupo, conviene decir que aún lo lideran los franceses, que ya han jugado sus seis partidos y, por lo tanto, acabarán con ocho puntos. A Olympiakos y Arsenal, con seis y cinco puntos respectivamente, aún les quedan dos partidos por jugar, a ambos en casa, y a ambos contra el Athletic, que sigue segundo en la clasificación con siete puntos. Los bilbaínos, que para esta competición entrenan Aitor Larrazabal y Edorta Murua, empezaron ganando en San Mamés por 4-0 al Olympiakos, con goles de Guillermo Fernández, Jurgi Oteo, Gorka Santamaría y Martín Bengoa. En el siguiente partido, perdieron 2-1 en Marsella contra el Olympique, a pesar de que se adelantaron con gol, nuevamente, de Jurgi Oteo. Contra el Arsenal empataron a cero goles y ayer jugaron el último partido que han disputado hasta ahora y que acabó con el resultado final de 5-0 para los locales.
Hacía frío en Lezama y una entrada que, según he leído en alguna crónica del partido de UEFA que disputó ayer el primer equipo en Israel, igualó la de asistentes al estadio del Hapoel Kiryat Shmona donde, por cierto, debutaron Aymeric Laporte, Álvaro Peña, Erik Morán, Jon Xabier Vidal e Iker Undabarrena, para ponerle la guinda a un día pletórico para el trabajo de cantera del equipo vizcaíno.
Entre el público, mucho jugador de la cantera, en pantalón corto y dispuesto a entrenar cuando terminara el partido, y antiguos jugadores como José Ángel Ziganda o Ismael Urzaiz, veteranos entrenadores como Peio Agirreoa o Blas Ziarreta, mucho periodista y algún ojeador, y miembros del cuerpo técnico del primer equipo como el segundo de Marcelo Bielsa, Claudio Vivas y el preparador físico Bonini. Boluka, director técnico del Barakaldo CF y su vicepresidente también se dejaron ver en las gradas de Lezama. También nosotros dos, por supuesto, intentando cobijarnos del frío y el granizo en las filas del medio.
La primera parte fue animada, con un Athletic Club que controló el partido a su antojo gracias al buen toque del centro del campo, donde Ager Aketxe y Unai López, acompañados de Martín Bengoa unos pasos más atrás, dirigían al equipo con dinamismo y facilidad. Se fallaba en el remate, mientras que los del Olympique se dedicaban a defender, lanzar balones imposibles a su solitario delantero y hacer faltas que el árbitro les recreminaba pero nunca sancionaba con tarjeta. Por cierto, aunque esto quizás sea habitual en estas categorías, me sorprendió ver la dimensión pedagógica que le dio el árbitro a su trabajo: continuamente gritaba a los jugadores, adelantándose a la señalización de las faltas, corrigiéndoles o explicándoles las posibles sanciones.
El primer tiempo terminó como empezó el partido y aprovechamos para subir a uno de los campos más alejados de las instalaciones y ver un rato a las chicas entrenar, para después pasear por el circuito de carrera y discutir sobre si eran vides o cepas de kiwis lo que alguien había plantado más allá de la alambrada.
El segundo tiempo fue mucho más animado, aunque solo fuera por los goles. Con el tercero, o puede que ya con el segundo, el partido se rompió por completo, los franceses (plagados, como no puede ser de otra manera en Marsella, con jugadores de origen norteafricano), se dieron por vencidos y se devaluó con el carrusel de cambios, pero, para entonces, el Athletic ya había materializado su innegable superioridad. Gorka Santamaría, el rápido y luchador delantero del Baskonia (lleva ocho goles en trece partidos en tercera división), hizo el primero con un regate interminable al portero. Poco después, aprovechando su rápida zancada, Iñaki Williams hizo el segundo. Ya se ha hecho con un nombre esta reciente incorporación a Lezama. En la grada, todos le llamaban Willy y le animaban sin descanso, porque el jugador de color jugó pegado a la banda derecha y en cada ocasión que recibió el balón, creó peligro. Sospeché cuando entró al campo más preocupado de buscar a alguien en la grada que de concentrarse en el partido, pero, después, su rendimiento fue sobresaliente, es alto (1'86), rápido, atlético y sabe llevar como nadie el balón pegado al pie. A sus 18 años, este jugador nacido en Bilbao, lleva 13 goles en 14 partidos con el juvenil. Aún está verde, pero promete. El siguiente gol fue una auténtica obra de arte que inició Urtzi Iriondo, si no me confundo, arrancando desde su propio campo con gran velocidad, para luego meter un preciso pase en profundidad a Unai López, quien picó el balón por encima de la salida del portero con un toque de esos que distinguen a un jugador excepcional de un buen jugador. Sin duda, los dos protagonistas de esta jugada cuajaron un gran partido, pero, especialmente, se debe reseñar el partido del menudo Unai López, un jugador que ingresó en la cantera de Lezama hace un par de años, tras pasar por la de la Real en cadete y que ha dirigido al juvenil con maestría para debutar esta temporada, recién cumplidos los 17 años, en el Baskonia de Tercera división. Durante todo el partido demostró un talento innato para distinguirse entre los demás, amistoso con el balón, rápido de ideas, siempre bien colocado y aplacando su falta de cuerpo con una velocidad de pensamiento y de movimientos digna de crear expectativas. Además, conectó a la perfección con un Ager Aketxe que demostró más veteranía, ya juega en Segunda B con el Bilbao Athletic, un talento especial para pisar el balón y volverse, y mucha calidad para mover a su equipo. Ellos dos, junto con Martín Bengoa cubriéndoles las espaldas, fueron, probablemente, la clave del dominio en el juego de los bilbaínos. El cuarto gol sirvió para que repitiera un insistente Gorka Santamaría y, finalmente, una internada por la banda de Imanol Corral, que salió para jugar los últimos minutos, acabó en un centro que no supo despejar un defensa francés y acabó en gol.
Además de todos estos, actuó en portería Alejandro Remiro que no tuvo ni una sola ocasión de lucirse, eso sí, demostró lo bien enseñados que están los porteros que surgen de Lezama, en Barakaldo lo estamos viendo este año con Aitor Fernández, porque dirigió y colocó perfectamente a su defensa, desgañitándose con indicaciones a viva voz. Además de Iriondo por una banda, por la contraria, actuó Iñigo Lekue, un lateral que ha llegado al Baskonia para hacerse titular desde el Danok Bat juvenil. Se mostró sobrio y contundente, y rápido en ataque aunque no tan incisivo como Iriondo. En la pareja de centrales, sorprendió Yeray Álvarez, jugador del juvenil de División de Honor, que subió al ataque con buen toque cuando pudo y se dejaba organizar por Ander Artabe, titular y goleador ya con el Baskonia, uno de esos centrales que pasa desapercibido y se aleja de los problemas. Por estética, me recordaba a Ustaritz Aldekoaotalora, pero solo por la forma tan perfilada que tiene de golpear al balón. Y ya he hablado de todos los centrocampistas y delanteros, solo me quedaba Yanis Rahmani, el jugador de Iparralde en el que se tienen puestas muchas esperanzas. Este año ya ha debutado en el Baskonia, y en el partido de ayer se le vio un poco acelerado. Se emborrachó de balón en la segunda parte y no lució tanto como sus compañeros. La anécdota llegó cuando un jugador francés se le encaró tras una entrada que no fue falta y Rahmani le dejó con la boca abierta al contestarle en un correcto francés, algo que no se esperaba el rival. Según mi compañero de grada, que de niño intentó aprenderlo, le pareció que el francés le llamó "cochon", que viene a ser cerdo, pero Rahmani tampoco se alteró mucho. Además de Imanol Corral, cuyo centro acabó en gol, también jugaron en la segunda parte Asier Etxaburu, que tuvo su oportunidad, Jagoba Borja, que se sacó un buen centro cuando más granizaba, Ander Santamaría, que apenas pudo participar, y Jurgi Oteo, a quien tenía muchas ganas de ver, pero apenas pudo participar en el juego, aunque el primer balón que tocó, rozó el póster después de un tremendo disparo y demostró mucha velocidad y electricidad pegado a la banda.
Creo que más exhaustivo no podía ser. Fue una buena ocasión para disfrutar del fútbol, juego combinado, rápido, muchas ocasiones, alguna imprecisión, y promesas que, como sabemos todos los que nos gusta el fútbol, muchísimas veces se quedan en nada, pero no dejan de ser promesas que le recuperan a uno el placer de ver fútbol. Unai López vendría a ser un sinónimo para resumir toda esa frase tan larga que acabo de escribir.
Si puedo, seguiré contándoos cómo funciona esta idea de Warburton y Andrews. Y, con el tiempo, veremos si todos esos nombres con los que os he bombardeado, acaban convirtiéndose en jugadores profesionales como casi seguro que sueñan cada día. Y el frío que hacía, sí, de pelar.