¿Por qué? No lo sé. Digo yo que porque, cuando empezó la Vuelta, leí algún reportaje sobre él y sus curiosidades. No sé me ocurría con qué nombre abrir esta entrada y aunque la única coincidencia es que Craven es ciclista y yo pensaba escribir, de nuevo, sobre ciclismo, la única es suficiente y Craven se lleva el premio. Craven, por cierto, llama la atención porque es namibio, lleva el pelo largo, dicen que tiene una personalidad muy peculiar y, además, es el hijo de Danie Craven, un viejo ídolo de los aficionados sudafricanos al rugby y una importante figura de la Universidad de Stellenbosch, precisamente la institución donde su hijo se graduó en Ciencias Políticas, Filosofía y Económicas, antes de marcharse a Suiza para comenzar una carrera en el mundo del ciclismo. Esa carrera le ha llevado, sobre todo, a correr por Reino Unido y ahora a Francia. Ahora mismo, tras la etapa de hoy en los Lagos de Covadonga, Craven se encuentra en la posición 160 a casi tres horas del líder, Alberto Contador.
Sin embargo, esta entrada que quería escribir empecé a barruntarla cuando la Vuelta llegaba a San Miguel de Aralar y la marea verde traía recuerdos de mareas de otros colores. Las escapadas de Peio Bilbao, las intentonas de Amets Txurruka o la continua avidez de Francisco Aramendia me invitaron a escribir una entrada que, en realidad, se remonta a la Vuelta a Burgos cuando Miguel Madariaga anunció que aquélla sería la última carrera del equipo profesional de la Fundación Euskadi. Entonces, me propuse no escribir más entradas de despedida. Aunque más de 20 años de historia se lo merecieran, creo que ya he hecho bastantes incursiones en estos aspectos emocionales. Ya tuve bastante y ya he escrito demasiado, y, además, con poco criterio y potestad. Ahora, le tocaba a otros. Pero, como decía, ver en el pelotón a Mikel Landa, Gorka Izagirre, Samuel Sánchez o los que ya he mencionado con otros maillots coloridos pero no tan chillones como el anaranjado que vistieron durante tanto tiempo, me acabó por convencer de escribir una más.
La guinda del pastel fue cuando hoy, antes de que los corredores llegaran a las inmediaciones de los lagos, me metí en internet para repasar cómo iba la clasificación general y situarme porque, la verdad, hasta ahora había visto el paseo navarro, el bonito final en Cabárceno, el sufrimiento de Carlos Betancur, la caída de Nairo Quintana, y poco más. Me llamó la atención que entre los cincuenta primeros clasificados antes de llegar a Covadonga (y siguen estando ahora mismo entre los cincuenta primeros, de hecho, los puestos que pongo a continuación entre corchetes corresponden a la general tras la etapa de hoy), se encontraban y se encuentran Samuel Sánchez (8º), Mikel Nieve (16º), Romain Sicard (17º), Mikel Landa (28º), Haimar Zubeldia (41º), Gorka Izagirre (43º) y Amets Txurruka (44º). Todos ellos corrieron en alguna de las distintas versiones que ha tenido el proyecto que Miguel Madariaga inició hace más de veinte años y que ahora parece moribundo y terminal.
Eso sí, como he dicho, no voy a malgastar una sola palabra en despedidas afectadas y recuentos sentimentales. En lugar de todo eso, me he propuesto hacer un repaso más retorcido aún. Voy a lamentarme de otra manera más aparatosa. En lugar de mirar hacia atrás, vamos a hacerlo hacia adelante. Mi postura no es tanto que es una pena que se termine un proyecto que nos ha dado tanto y tantos ciclistas, si no que no haya una oportunidad para los que vienen ahora. He leído que la cantera vasca no se encuentra en su mejor momento. Es cierto que el ciclismo más actual parece escorarse hacia Colombia y Francia (dicen que se prepara una gran generación de ciclistas belgas, aunque hace unos días tuviéramos que lamentar un hecho luctuoso con una de esas futuras estrellas), pero, aunque no se atisve un futuro ganador del Tour de Francia ni una figura refulgente que resuma o dirija a todos estos corredores, sí que hay argumentos suficientes como para pensar que un equipo profesional encontraría mimbres suficientes en el pelotón aficionado vasco o entre las jóvenes promesas que ya han encontrado acomodo en profesionales.
Vamos a ello.
Muchos corredores vascos han destacado este año en la Copa de España que organiza la Federación Española de Ciclismo: Julen Amezketa, Aritz Bagüés, Mikel Bizkarra, Antton Ibarguren o Unai Intziarte, quien, precisamente, lidera la clasificación general de la Copa en categoría élite y sub 23, siendo tercero Antton Ibarguren y encontrándose entre los diez primeros Aritz Bagüés y Mikel Bizkarra.
Bizkarra se recalificó para correr con el Gomur-Cantabria y no ha sido ni una ni dos si no muchas más las veces que ha levantado este año los brazos. Igual que el guipuzcoano Aritz Bagüés, quien no encontró acomodo en el equipo continental de la Fundación Euskadi, pero sí consiguió un hueco en el Gipuzkoa de Jon Odriozola, equipo del que hablaremos luego.
Bagüés, a sus 25 años, también encabeza el Trofeo Euskaldun de la Federación Vasca de Ciclismo, y ha conseguido victorias tan relevantes como la Vuelta a León o el Trofeo Guerrita. Mikel Bizkarra le sigue en esta clasificación, donde también destacan otros como Julen Mitxelena, Antton Ibarguren o Imanol Estévez. Precisamente, este último es un habitual de las listas de promesas. Este año decidió fichar por el Zirauna-Infisport de Gorka Beloki y no le ha sentado mal el cambio. Se ha llevado un carro de victorias y ha participado en algunas carreras profesionales de la mano de la selección estatal de Pascual Momparlet. Por destacar alguna de sus victorias, digamos que ha ganado la general final de la Vuelta a Cantabria por delante de todo un ex profesional como Jean Luc Delpech, con victorias en el campo profesional como en la Paris-Troyes, la Tropicale Amissa Bongo, la Boucles de la Mayenne o la Ronde de l'Oise, que este año ha corrido recalificado en uno de los equipos más potentes del pelotón amateur francés, el Entente Sud Gascoigne de Dominique Arnaud donde, por cierto, también corre el navarro Ion Pardo y este mismo año se unió a ellos un Joseba del Barrio que había destacado en el Gipuzkoa de Jon Odriozola.
Precisamente el equipo de Odriozola se ha erigido en uno de los equipos más potentes del pelotón nacional y no solo por el rendimiento de Aritz Bagüés. Dos hombres de Odriozola, Alain González y Eneko Lizarralde, forman el pódium actualmente en el Trofeo Lehendakari por detrás de Jorge Arcas, el corredor de Sabiñánigo. Pero tienen más argumentos en su equipo y muchos corredores que se han dejado ver esta temporada: el navarro Sergio Rodríguez, Julen Mitxelena, Ibai Davoz, Unai Inciarte o, por supuesto, Jon Ander Insausti. Insausti es otro de los que siempre ha parecido aspirar a tener protagonismo en el ciclismo vasco. Dicen que este año era el favorito para hacerse con el campeonato de España sub 23 en contrarreloj, pero se lo llevó pero se quedó a dos segundos de un pódium cuyo puesto más alto lo ocupó el gallego Óscar González, quien, precisamente, corre para el EDP Naturgás, el equipo amateur que cobija en su estructura la Fundación Euskadi y que este año ha contado con muchos corredores que también han conseguido tener protagonismo y que aspiran a mantenerlo en el futuro. Gente como el jovencísimo asturiano Iván García Cortina, Jon Irisarri, Xabier San Sebastián... y acaban de incorporar al que dicen que es uno de los grandes proyectos del pelotón vasco, Iosu Angoitia, el hijo de Sabino Angoitia.
Por supuesto, hay mucho mucho más. Habría que hablar del trabajo del Caja Rural, aunque, entre los stagiaires que tienen su oportunidad con el equipo navarro no hay ningún corredor vasco. Parece que el catalán Arnau Solé, el leonés Miguel Ángel Benito y el manchego Jesús Alberto Rubio serán los afortunados. Eso sí, hay un viejo conocido del pelotón vasco que sí ha conseguido esta temporada su oportunidad con los profesionales. Ha sido el vascofrancés Loic Chetout que ha conseguido un contrato con Cofidis. El de Bayona tiene 22 años y estuvo en la estructura de la Fundación Euskadi e incluso estuvo apunto de debutar en el Tour de Guevaudan, pero una inoportuna lesión le dejó fuera. Decidió volver al pelotón amateur francés y fichó por el GSC Blagnac, con los que se ha salido este año. Casi diez victorias e incluso alguna entre profesionales, como la etapa que ganó en la Ronde l'Isard que, por cierto, ganó uno de esos belgas del que todo el mundo habla, Louis Vervaeke. Ya ha debutado con el Cofidis en la Polynormande y entre las victorias que ha conseguido este año entre los aficionados se cuenta, por ejemplo, la prestigiosa Vuelta al Bidasoa que han ganado, entre otros, corredores como Txomin Perurena, Luis Ocaña, Peio Ruiz Cabestany, Frederic Guesdon, Scott Sunderland, Abraham Olano, Unai Osa, Carlos Sastre, Koldo Gil o Andrey Amador, por nombrar a unos pocos.
Ha habido más: Xuban Errazkin o Álex Aranburu han destacado, Peio Goikoetxea, del Café Baqué, ganó una etapa en la prestigiosa Volta do Futuro portuguesa que ganó el local Rubén Guerreiro. En los campeonatos nacionales no ha habido tanta suerte. Ion Izagirre se convirtió en Campeón de España en ruta y Leire Olabarría de contrarreloj. El propio Ion Izagirre fue medalla de plata en esa modalidad pero en la categoría masculina y la de bronce se la llevó Jonathan Castroviejo. La tolosarra Irene San Sebastián fue plata en la versión femenina del campeonato en ruta. Es decir, no fue un mal año para los profesionales, pero en sub 23 el asturiano Gonzalo Andrés se llevó la ruta y, como ya hemos dicho, el gallego Óscar González, la lucha contra el reloj. Tampoco ha ido bien este fin de semana en Mazarrón, donde se jugaban los campeonatos de categoría junior. Ha sido una fiesta aragonesa con victorias para Fernando Barceló en la CRI y Jaime Castrillo en ruta. Ninguna medalla en la expedición vasca que, eso sí, se llevó 35 medallas en los campeonatos de España en pista.
A todos estos nombres que han despuntado entre los aficionados quedaría añadirle los resultados de los profesionales vascos. No vamos a recordar los de los más visibles, aquellos que corren en equipos UCI Pro Tour o en categoría Continental Profesional. Y solo vamos a mencionar los buenos resultados del burgalés Carlos Barbero para la Fundación Euskadi o los buenos puestos de otros compañeros suyos que, en conjunto, han completado una temporada brillante para el equipo que ha dirigido Gorka Gerrikagoitia. Es significativo que dos corredores del equipo, los prometedores y jóvenes Mikel Aristi y Mikel Iturria, representaran a España en el Tour del Porvenir 2014 que, finalmente, ganó el colombiano Miguel Ángel López, siguiendo los recientes pasos de sus compatriotas Nairo Quintana (ganador en 2010) y Esteban Chaves (en 2011); antes, en los ochenta, ganaron Martín Ramírez y Alfonso Flórez. Ninguno de los dos corredores de la Fundación Euskadi hizo una gran carrera, como no la hizo el equipo en general, incapaz de revalidar la buena actuación del año pasado con la victoria final del murciano Rubén Fernández, canterano del Caja Rural que acaba de firmar por Movistar. Eso sí, Mikel Iturria fue el mejor de su equipo, clasificándose en el puesto 50º, justo uno por delante de Marc Soler, corredor del Lizarte, quien también ha fichado por el Movistar.
He nombrado a unos pocos, habrá más, y quedan otros que podría haber mencionado porque han hecho tantos méritos como estos o lo hicieron antes. Todos ellos podrían formar un bloque ambicioso y digno, que representaría a una afición que insiste en su interés por contar con un bloque que concentre su pasión, por más que luego, desde la cuneta, todos los corredores, sean del equipo que sean, reciben su porción de aplausos y ánimos. Dicen por ahí (él mismo lo ha confesado en distintas entrevistas) que Jon Odriozola está convencido. Quiere sacar un equipo profesional el año que viene. El bloque tendría su núcleo en el equipo amateur que ha dirigido este año y que tan buenos resultados ha conseguido. Al parecer, cuenta con cierto apoyo político. Quizás le falte el económico. El año pasado el de Oñati pareció quedarse cerca de conseguirlo. Lo que muchos no nos explicamos es que, como se comenta en ciertos foros y como algunos protagonistas han llegado a deslizar públicamente, este proyecto y el de la Fundación Euskadi se entorpecen y no pueden compartir espacio o simplemente ser lo mismo. Había rumores de que quizás existieran otras vías y me comentaban hace poco que Miguel Madariaga, a pesar de su contundente anuncio, no cierra la puerta del todo. No voy a hacer cábalas. Ni tan siquiera expresar mis deseos. Solo repito los nombres: Mikel Bizkarra, Jon Ander Insausti, Antton Ibarguren, Aritz Bagüés, Unai Inciarte, Imanol Estévez... etecé etecé etecé. Etecé etecé. Etecé.
Por cierto, zorionak Przemyslaw Niemiec, ¡gran victoria! Y ánimo para el bueno de Dan Craven.
Posdata: Iba a poner los nombres en negrita, pero paso. La foto está sacada del buscador de imágenes de google, aparentemente proviene de olimpiaazzurra.com
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