Hace un par de jornadas, Alberto Bueno marcó cuatro goles en un partido. Lo hizo, además, en un breve espacio de tiempo, lo que convirtió la puntería del delantero del Rayo Vallecano en una especie de hazaña. Los periodistas especializados cuentan con hemerotecas y entonces, muchos, se acordaron y recapitularon y recuperaron aquellos maravillosos cuatro goles que marcó José Roberto Gama de Oliveira, alias Bebeto, al Albacete en seis minutos. Luego metió otro más, creo.
Corría la temporada 1994-1995 y crecía la leyenda del Superdepor de Arsenio Iglesias. En esa temporada, los del de Arteixo repetirían como subcampeones y ganarían la Copa del Rey.
De todas formas, a mí todo aquello me levantó la curiosidad. No quería ver más goles ni recordar más títulos, si no echar la vista atrás y ver qué fue de aquellos jugadores. Porque, de aquella época dorada de Johan Cruyff que estaba llegando al final cuando Bebeto y Mauro Silva se convertían en ídolos de Riazor, han salido tantos entrenadores que es difícil hacer una lista. Empezando, por supuesto, por Josep Guardiola, también podríamos añadir a Hristo Stoitchkov, Ronald Koeman, Albert Ferrer, Sergi Barjoan, Eusebio Sacristán, Julen Lopetegi, Abelardo Fernández, José María Bakero, Michael Laudrup, Óscar García Junyent... Vamos, que Cruyff, además de ganar títulos, también dio cursillos de entrenador. Pero es que también el Real Madrid que ganaba aquella temporada de la que hablamos generó su buen puñado de entrenadores o ayudantes, empezando, curiosamente, con Luis Enrique Martínez, pero incluyendo también a Fernando Hierro, Quique Sánchez Flores, Michel González, su segundo en su recién terminada experiencia en Grecia, Rafael Alkorta, Luis Milla o un Michael Laudrup, mismamente, que había cambiado de bando y que anda, ahora, entrenando al Lekhwiya que, si no me equivoco, es también un club del mismo dueño que el Málaga y juegan allí, entre otros, Chico Flores o el ex del RCD Espanyol Wladimir Weiss.
El Betis quedó tercero en aquella temporada 94-95 y también alguno de sus jugadores se dedica ahora a hacer labores técnicas. Pedro Jaro suele trabajar con Juande Ramos, Hristo Vidakovic empezó como segundo de Javier Clemente en Murcia, Vlada Stosic llegó a ser director deportivo del propio Betos, Juan Sabas dirige a la Unión Deportiva de San Sebastian de los Reyes, Velli Kasumov andaba entrenando a la selección sub 19 de Azerbayán, Tab Ramos ejercía de ayudante de Jurgen Klinsmann en la absoluta de Estados Unidos, Roberto Ríos es segundo de Pepe Mel en el actual Betis, Juan Merino entrenaba al filial hasta que substituyó a Julio Velázquez y le substituyeron a él por Pepe Mel a pesar de conseguir unos resultados extraordinarios, Andrei Kobelev fue cesado en el Dinamo de Moscú tras varios años, José Luis Diezma ha entrenado al Ávila y el Extremadura, Daniel Toribio Aquino ejercía de técnico en la segunda división griega y otros como Jaime Quesada, Juan José Cañas y Alexis Trujillo también han trabajado para el club que por entonces defendían en el campo.
¿Y aquel Depor de Bebeto? ¿Qué fue de ellos? ¿Cúantos se dedicaron a entrenar? ¿A qué dedica ahora su tiempo libre Arsenio Iglesias?
Pues, la verdad, del entrenador, no tengo noticias. Me lo imagino paseando tranquilamente por Arteixo y diciendo que sí con la cabeza, pero en silencio, cuando algún paisano le mienta los exitos en alguna tasca del pueblo. Pero eso solo me lo imagino.
En aquella temporada de 94-95 en la que los deportivistas celebraron subcampeonato y título de Copa, jugaban en Riazor unos cuantos futbolistas que pasarían a la historia. Alguno de ellos, como Julio Salinas, Pedro Riesco, Francisco Javier Villarroya o Donato Gama da Silva pasaron de los banquillos. El bilbaíno Julio Salinas prefirió la televisión, Pedro Riesco, la representación de jugadores, Javier Villarroya sus negocios, aunque, a veces, también participa en actos del Zaragoza, y Donato Gama, hasta donde yo sé, se dedicó a sus labores o lo que sea. El propio Bebeto, que encabeza nuestra entrada, llegó a entrenar al América de Río de Janeiro gracias a la intervención de su colega Romario da Souza, pero también ha sido jurado de televisión o diputado por el estado de Río de Janeiro, a lo que se dedica ahora mismo, creo.
Otros, tampoco es que se hayan convertido en entrenadores o ayudantes, pero tienen una relación más cercana con la formación y el fútbol: Fran González, por ejemplo, ha vuelto al primer plano por las habilidades de su hijo Nico González, quien ha decidido formarse en la cantera del Barcelona y se rumoreaba que el padre entraría a trabajar también en la misma. Paco Liaño se comprometió con el proyecto de Soloporteros y se dedica, sobre todo, a colaborar en la organización de campuses. Salvador González "Voro" ejerce de delegado para el Valencia CF y, de hecho, ha sido premiado por su labor en alguna ocasión. También fue entrenador accidentalmente.
Por último, sí que hubo quienes intentaron encaminar el resto de sus vidas activas a la enseñanza del deporte que practicaron en pantalón corto (o largo, algunos). A distintos niveles y con distinto compromiso, por supuesto. Por ejemplo, Agustín Elduayen creo que es entrenador en las escuelas Luis Calvo del Bergantiños, equipo del que, si mis datos son correctos, llegó a ser entrenador, igual que creo que lo fue brevemente Javier Manjarín, también compañero de equipo en aquella remota temporada de mediados de los noventa. Nando Martínez entrenó al Pontevedra hace poco y José Luis Ribera al Sestao en la Segunda división. Lo último que oí del vasco es que intentaba la aventura británica en el Oxford, pero creo que no tuvo mucho éxito, si es que al final hizo la maleta. El portero suplente de aquel Superdepor, Juan Garrido Canales, entrenó al Eldense y tras preparar a los porteros del Hércules y del Alicante, creo que ahora forma parte del equipo de William Vecchi, responsable del entrenamiento de los porteros del Real Madrid en el equipo técnico de Carlo Ancelotti. José Ramón González, hermano de Fran, la estrella nacional de aquel Deportivo, andaba entrenando al juvenil del equipo de La Coruña, mientras veía a su hijo crecer en el Cerceda. Otro canterano de aquella plantilla, Emilio José Viqueira, es ahora el director deportivo de la Gimnastic de Tarragona. Un puesto que no sé si aún disfruta Emil Kostadinov en el CSKA de Sofía. El compatriota de Bebeto, y puntal de aquel equipo de Iglesias, Mauro Silva, trabajaba con Carlos Dunga para la selección de su país. Adolfo Aldana trabaja en un instituto y es también seleccionador de Andalucía. Alfredo Santalena es segundo entrenador de un Cádiz que entrena uno de sus compañeros en aquel Superdepor, Claudio Barragán. Dos defensas de aquel equipo, Paco Jémez y Miroslav Djukic, tienen puestos en Primera División: el último entrena al Córdoba después de haberlo hecho en Alicante, Valladolid, Valencia, Bélgica y Serbia, mientras que el primero vivió desde la banda y celebró, a buen seguro, los cuatro goles que su pupilo Alberto Bueno marcó hace un par de semanas para el equipo que él entrena, el Rayo Vallecano.
Yo no soy periodista, no tengo hemerotecas, solo tengo un cajón de sastre gigantesco llamado internet donde, a menudo, hay más ruido que música, y, muchas veces, lo que encuentras son datos pero erróneos. Así que, si esta búsqueda curiosa que hice a raíz de los goles de Bueno que evocaron los de Bebeto ha sacado a la luz mis carencias y los muchos datos malos que he podido creerme después de verlos en distintas webs, pido perdón y rectificaré si me corrigen. En fin, es lo que tiene esto de jugar a ser lo que no eres.
1 comentario:
Muy buena entrada Holden, gracias!
Grandes recuerdos!
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