Y seguimos con los refritos veraniegos, ahora que dicen que se acaba el verano aunque aún le quede algo de tiempo a la estación. Tenía escrita una entrada anotada que no publiqué en su día (hace pocos) por no disponer de conexión a internet. Ahora ya queda un tanto fuera de lugar, pero las cosas trasnochadas, improcedentes o secundarias quedan muy bien y son habituales en este blog.
No voy a hablar de la Supercopa de España por muy al cuento que viniera, dado que ya me he retratado futbolísticamente en este blog y sería de esperar. Al contrario, lo dejamos para cuando vengan mal dadas, o para cuando haya algo realmente que celebrar, ¿verdad, Rexach? (otros se retratan sin necesidad de escribir bobadas en un blog, las sueltan en público y ya está). Vamos a hablar de la UEFA Europa League. Y no precisamente para hablar de un Athletic que pasó apuros para resolver la eliminatoria final de acceso ante el MSK Zilina de Eslovaquia.
Se empezó ganando con solvencia en Zilina, Eslovaquia, con un 0-2 al descanso, goles del recién ascendido Sabin Merino, a pase de Ibai Gómez, y del veterano Kike Sola al aprovechar un fallo en defensa de los eslovacos. Sin embargo, los de Adrian Gul'a remontaron, gracias, en parte, a la entrada del brasileño William Alves de Oliveira y viajaron a Bilbao con una sorprendente ventaja de 3 a 2. Un solitario gol de Gorka Elustondo en la primera parte resolvería la eliminatoria a favor de los bilbaínos (valor doble de los goles marcados fuera de casa) aunque los de amarillo tuvieron la oportunidad de sorprender hasta en el último segundo.
El MSK Zilina llegaba a Bilbao en tercera posición de la Fortuna League, la liga eslovaca, a cinco puntos del lider el AS Trencin y empatados con el histórico Slovan de Bratislava de Nikki Papavasiliou con once puntos. Sin embargo, parece que Europa y la buena impresión que dejaron también les ha pasado factura y cayeron en su último partido de la competición doméstica, viendo como el líder se le escapa aún más lejos. También aprovechó el tropiezo el Slovan Bratislava, club que, con ocho victorias finales, es el equipo más laureado de una liga que comenzó su andadura en 1993 después de la partición de Checoslovaquia. Desde entonces, los de Bratislava han sido el equipo más conocido del país, aunque el MSK Zilina solo ha conseguido dos títulos menos que ellos y aunque el FK AS Trencin amenaza con cogerle el relevo ahora. Ganó su primera liga este año pero ya fue subcampeón los dos anteriores y ahora lidera la de 2015-2016.
La última liga del MSK Zilina, que tiene el segundo estadio en capacidad del país (con más de 11.000 espectadores) por detrás del de Bratislava donde juega el Slovan, fue en la temporada 2011-2012. Sus seis títulos, que le encaraman a la segunda posición de la clasificación histórica del fútbol eslovaco, son de los años 2000 y su mejor racha fue a principios de siglo con tres títulos consecutivos entre 2001 y 2004. Eran los años del liderazgo de un Marek Mintal, delantero autóctono, que luego se iría al Nuremberg de la liga alemana y sería nombrado dos veces mejor jugador del país. Hace un par de años, los del noroeste del país ficharon a Adrian Gul'a como entrenador, quien andaba ejerciendo, precisamente, en el actual líder de la liga doméstica. El año pasado fueron subcampeones, en parte gracias a los goles del delantero croata Mateja Jelic, y este año partían con la aspiración de suceder al Trencin en lo más alto de la tabla. Aún queda liga, pero, al menos en su eliminatoria contra el Athletic, y al que esto escribe, dejaron buen sabor de boca.
Solo el veterano Viktor Pecovsky, capitán del equipo de Gul'a, aparece en la convocatoria del seleccionador Jan Kozak para el
partido que la selección de Eslovaquia jugará con España en Oviedo el próximo día 5 de Septiembre. Sin embargo,
en la última convocatoria del seleccionador eslovaco sub21, el ex del
Tenerife y Bayern Leverkusen entre otros, Pavel Hapal, había hasta ocho
jugadores del MSK Zilina. Y es que, si una cosa ha sorprendido de esta eliminatoria contra el Athletic, ha sido la juventud y cuajo de los jugadores eslovacos.
En Zilina, supieron sobrevivir hasta que les llegó su oportunidad, y aunque el protagonismo se lo llevó el brasileño William Alves de Oliveira, de 23 años, con dos goles que confirmaron la remontada, sorprendía oír al comentarista de televisión repasando la edad de los jugadores del equipo eslovaco. Ya de vuelta en Bilbao, destacó el lateral camerunés Ernest Mabouka, de 27 años, que terminó renqueante tanto en el Stadion pod Dubnom como en San Mamés, y, sobre todo, el veterano portero Milos Volesak, de 31 años. Nuevamente, eso sí, la juventud en las filas amarillas se volvía a repetir. A saber, los aficionados atentos, aunque rivales, se quedarían con el descaro y el pundonor de jugadores como Laszlo Benes, 17 años, Lukas Cmelik, 19 años, Jakub Paur, 23 años, Denis Vavro, 19 años, Robert Mazan, 21 años, Milan Skriniar, 20 años, Jaroslav Mihalik, 21 años, Nikolas Spalek, 18 años, o Michal Klec, de 19 años. Se esperaba más del goleador croata ya mencionado, Matej Jelic, de 24 años, pero la solvencia en defensa de Skriniar o Vavro, el juego por banda de Cmelik y la movilidad en el centro del campo de Benes o Paur dejaron visos del futuro que puede acompañar al equipo que entrena Gul'a y al fútbol eslovaco.
El Athletic no rindió a su nivel, y prueba de ello ha sido el rendimiento en los dos últimos partidos de Liga (a la sazón, también los primeros). Parece que el esfuerzo de estas eliminatorias y de la Supercopa va a pasar factura. En cualquier caso, y a mi poco entender, los deméritos del Athletic en la clasificatoria ante los eslovacos también estuvieron acompañados por los méritos del rival. Un equipo de extremada juventud, con afán formativo, que se bregó con dignidad, no rechazó el reto y dio muestras de ser capaces de competir. Además, Gul'a y sus jugadores fueron equilibrados y respetuosos en sus declaraciones, tanto tras la victoria en Eslovaquia como en la eliminación de Bilbao. Probablemente, su éxito en forma de derrota y eliminación pase desapercibido en el fútbol europeo porque hay camisetas e intereses más luminosos (y eso que vestían de refulgente amarillo), pero, al menos al que escribe estas entradas sin mucho sentido, el MSK Zilina le dejó un buen recuerdo y una memoria que mantendrá el nombre de los eslovacos en mi cabeza para el futuro (le doy el titular a Gul'a porque precisamente, no me la quiero comer, ni ahora, ni en el futuro; la cabeza, digo).
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