martes, 4 de agosto de 2015

Carmelo Echevarría



Estoy convencido de que ya he utilizado su nombre antes, aunque no voy a mover un dedo por averiguarlo. Me da un poco igual ya, lo sabéis. En cualquier caso, finalmente, no repetirá encabezamiento, porque he encontrado otro protagonista que lo será al final de la entrada. Así que ahora mismo no estoy hablando del que habéis leído arriba si no del que iba a haber estado en su lugar:

Hoy he leído por casualidad que el guipuzcoano Jon Cortaberría se retira del baloncesto profesional. Tiene 33 años, pero, en la entrevista que le hacían para anunciar su retirada (edición del lunes 3 de Agosto de 2015 en Noticias de Gipuzkoa), cuenta como su familia ha supuesto un argumento de peso para decidirse a establecerse en Málaga, reanudar sus estudios y abandonar un baloncesto profesional que, en el plano salarial, como él mismo confiesa en la entrevista, "ya no es lo que era". El resumen de una carrera que le ha llevado a jugar en equipos como Unicaja, Gijón, Ciudad de Huelva, La Palma, Tenerife, Axarquía, Fuenlabrada, Gipuzkoa Basket y Palencia, lo hace él mismo cuando confiesa: "No sé si he sido un buen jugador, pero al menos he demostrado que puedo jugar en ACB, para eso trabajé durante muchos años".
Muchos años que empezaron en Fadura, Getxo, en el ya liquidado y ahora reconocido proyecto de formación que auspiciaron la FEB y otras instituciones públicas, llamado Siglo XXI, y del que realmente pretendíamos hablar aquí.
Hoy mismo me he enterado de que ya hablaron de este proyecto de formación hasta en Jot Down, en un artículo que tiene acceso libre en internet y que firma Arturo Peñalba. Podéis leerlo aquí: jotdown. No ha sido el único reconocimiento ni estudio que ha recibido el proyecto Siglo XXI, porque también podéis encontrar en internet interesantes observaciones en páginas como muevetebasket.es o la propia web de la Federación Española de Baloncesto. El proyecto, antes de que llegara a Bizkaia, nació (y aún permanece así, en su formato original) como un proyecto formativo para el baloncesto femenino. Estando aún activo, como decimos, para seguir los resultados en el baloncesto femenino, también tenéis diversas fuentes en la red. Por el contrario, ahora, solo se puede hablar de las secciones masculinas en pasado. En general, todos aquellos que han vuelto la mirada atrás y se han tomado su tiempo para analizar lo que supuso aquel plan obtienen las mismas conclusiones, las mismas, también, que ya ofrecía la prensa cuando el proyecto aún seguía en pie: "el gran experimento del siglo XXI", firmaba el titular de una noticia publicada por El País en 2002, a poco de que el proyecto bajara la persiana.
En resumen, y tenéis mejores formas de averiguar detalles en la red virtual, el proyecto lanzado por la Federación Española de Baloncesto para mejorar la formación de las promesas del baloncesto femenino, saltó al masculino a finales de los noventa, con dos sedes, una en Galicia y otra en Euskadi. La de Euskadi, decían, era la joya de la corona, debido, en parte, a las buenas instalaciones y a la calidad de los técnicos y profesionales (gente que ahora trabaja para el Athletic, como la psicóloga María Ruiz de Oña y el médico Josean Lekue, o los entrenadores Carlos Sergio o José Manuel Naveira). El método consistía en cuatro años de intenso trabajo (dos de cadete y dos de juveniles) en el que los jugadores combinaban mejoras técnicas, seguimiento físico y dedicación a los estudios. La captación no luchaba contra los grandes clubes de cantera de la liga ACB; al contrario, se limitaba a reclutar a aquellas promesas que quedaban fuera del interés de las canteras ACB, jugadores que podían quedarse sin la oportunidad de medrar en el baloncesto profesional.
Siglo XXI murió allá por 2003 cuando no se llegó a un acuerdo económico entre el Gobierno vasco y el Gobierno español para compartir la financiación de la sede de Getxo. Antes, ya había caido la de Galicia y, como ya hemos mencionado, lo que sigue aún en pie, es la sección más veterana, la femenina. Cuentan que los resultados siempre fueron excelentes y lo más patente es volver a leer la lista de jugadores salidos de este proyecto que han conseguido tener una carrera profesional.
Pero el tiempo pasa.
La retirada de Jon Cortaberría me ha hecho pensar en ello. Casi todos los grandes nombres de los jugadores que salieron de las sedes de Euskadi y Galicia... o ya se retiraron, o se les acerca el día, o se encuentran en la época más madura de su carrera.

Curiosamente, los que más alto llegaron, aún siguen en activo. Sergio Rodríguez, a sus 29 años, se encuentra en uno de los momentos más dulces de una carrera que pasó por Fadura, le llevó después a la cantera de Magariños y le permitió llegar a jugar en la NBA. No ha jugado en la NBA, pero, en parte, porque no ha querido, un Fran Vázquez que, a sus 32 años, ha pasado la mayor parte de su carrera deportiva entre Barcelona y Málaga. Los hermanos Urtasun, Álex y Txemi, auténticos líderes de su generación en Siglo XXI, han conseguido hacerse un hueco en la ACB. Txemi Urtasun acaba de firmar por Gipuzkoa Basket, después de pasar, entre otros, por Unicaja de Málaga, Gran Canaria o Sevilla. Su hermano, Álex Urtasun, tuvo que buscarse oportunidades en LEB Oro, pero ya ha jugado en ACB para Pamesa Valencia, Gipuzkoa Basket, Lucentum Alicante, CAI Zaragoza y Sevilla (llama la atención que, excepto en Valencia, su hermano ha jugado en todos esos equipos pero, si no me confundo, nunca han coincidido). Saúl Blanco también ha hecho carrera en la ACB: Fuenlabrada, Unicaja de Málaga y CB Canarias han sido sus equipos. Jon Cortaberria, protagonista de esta entrada, sería otro con una carrera ACB lo suficientemente lustrosa como para subrayarla. Hubo otros hombres que o bien debutaron en ACB o, si no lo consiguieron, al menos, hicieron carrera en LEB y EBA. Jan Orfila, 29 años, empezó hace unos años una aventura por el extranjero que no sé si ha terminado, pero lo que sí sé es que debutó en ACB con Granada. Más allá de eso, su experiencia se concentra en varios años jugando en la LEB. Jorge León, un pivot cántabro que llegó a debutar en ACB durante 24 segundos que jugó con el Lobos Cantabria, hizo (o hace, no tengo los datos) carrera en EBA. Volvió al baloncesto, por cierto, después de superar un linfoma. Alberto Ruiz de Galarreta, de 33 años y natural de Logroño, es un veterano con mucho peso en LEB. Llegó a jugar en ACB con Breogán, Menorca y Obradoiro, si no me equivoco. Javier Alvarado, 30 años, canario, llegó a debutar en ACB con el Gran Canaria. Iñaki Narros, 4 años mayor que Alvarado, ha hecho su carrera en la LEB; e Iker Trevijano, nacido en Bilbao, un interior de 2'07 y 34 años, pasó por las canteras de Valencia, Fuenlabrada o Tenerife para luego hacer carrera en EBA. Dani López, un talentoso base salmantino que debutó en ACB con el Real Madrid, cantera a la que pasó después de la desaparición del proyecto Siglo XXI, también jugó en la ACB con el Manresa y en México. Tiene ya 33 años. 
Hubo más que pasaron por aquel proyecto que, en Fadura, codirigían Jesús Rojo, quien creo que después se dedicó a la cosa pública, y Carmelo Echevarría, uno de los clásicos del baloncesto vizcaíno, ex entrenador de un Caja Bilbao que no jugaba en ACB pero contaba con históricos como Mikel Cuadra, Josean Betolaza o Jon Xabier Davalillo, cara visible del actual Bilbao Basket. No es que hayamos contado demasiado de la extensa e interesante vida deportiva de este veterano entrenador, insignia de oro de la Federación Vizcaína de Baloncesto, pero solo por darle un pequeño (casi que ridículamente pequeño) homenaje, pongámosle de titular de esta entrada que, en realidad, debería haber encabezado, aunque se repitiera, Jon Cortaberria, uno de los chavales que pasó por sus manos, en aquel proyecto tan elogiado hoy en día, y que muchos echamos de menos.
Ahora que Sito Alonso ha renovado por el BB y se repite, a menudo, lo de recuperar la cantera, no estaría mal que, contando con los clubes vizcaínos que desde siempre han trabajado con los más jovenes, se recupere, aunque tan solo sea el espíritu de aquel proyecto que llevó a Fadura a jugadores que han tenido tanto protagonismo en el baloncesto profesional estatal de comienzos del XXI, precisamente el siglo al que ellos apuntaban con su nombre.
Termino insistiendo, como siempre, pero especialmente hoy, en que los datos que manejo puede que no sean correctos; siempre tiendo a cometer errores. Os he puesto aquí algunos enlaces, pero siempre hay muchas más fuentes fiables donde investigar si, realmente, todo esto os interesa. Tomaros esta entrada como una torpe invitación a la memoria, y poco más. Y, por supuesto, como casi siempre, y aprovechando la figura de Jon Cortaberria, entendamos esta entrada como un homenaje a todos esos jugadores que no ocupan espacio en los periódicos de tirada nacional, pero cuyo pundonor para ganarse el pan con el deporte profesional merece un reconocimiento. Y el del guipuzcoano, a mi humilde parecer, ha sido uno de ellos. 

Posdata: la foto que cuelgo al comienzo de esta entrada aparece en el artículo ya mencionado de Arturo Peñalba para Jot down y, en el pie de la foto, se agradecía a Carmelo Echevarría la cesión de la misma. Yo la he cogido de internet y confieso el pillaje. Si hay alguien que cree que debo retirarla, lo haré inmediatamente.

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