domingo, 31 de enero de 2016

Wout Van Aert



Anda que no ha dejado noticias el mundial de ciclocross de 2016. Unas de más alcance y otras de menos rango, más locales, pero de todos los colores. Casi tan multicultural como la propia Heusden-Zolder, una ciudad minera que aún acoge muchos inmigrantes aunque la mina ya esté cerrada. Lo que también acoge la municipalidad es el circuito de Terlaemen, ya obsoleto para la fórmula 1, pero habitual línea de meta de circuitos ciclísticos, ya sean en ruta o, como en esta edición del Mundial UCI, en ciclocross. 
Muchas noticias, decíamos. Algunas muy positivas, aunque no alcance, quizás, valor internacional. El 27º puesto de Javier Ruiz de Larrinaga en la prueba élite es una buena noticia, porque es un puesto muy digno, el mejor que ha conseguido (ya lo consiguió antes) en sus nueve participaciones en el Mundial. El actual campeón de España de ciclocross (y ya van cinco) partía como la gran baza del ciclismo estatal, más aún con la ausencia, un tanto polémica, de Aitor Hernández, otra noticia que surgió incluso antes de viajar a Bélgica. Pero, si algo ha sorprendido en el rendimiento de la selección española, ha sido el extraordinario puesto conseguido por el valenciano Felipe Orts en la categoría sub23. El joven de Villajoyosa ha confirmado su candidatura al trono futuro del ciclocross español con una rotunda actuación en Zolder, que confirma su Copa de España y su campeonato nacional en la misma categoría. Parece que la hegemonía va a pasar del Cantábrico al Mediterráneo. 
Orts fue sexto en una categoría de sub23 que ganó el belga Eli Iserbyt (el año pasado fue subcampeón junior) por delante del Adam Toupalik y de su compatriota Quinten Hermans. La noticia internacional aquí estuvo en el despiste del checo Toupalik. El tío celebró la victoria antes de tiempo, y lo celebró con tiempo y ganas, tardando en darse cuenta de que si los belgas seguían tirando después de pasar la línea no era porque le estuvieran haciendo un feo. 
Otras noticias positivas fueron, por supuesto, las que dieron los ganadores. En élite fue el turno de Wout Van Aert. El joven belga se corona a los 21 años. Así recoge el testigo del holandés Mathieu Van der Poel, un año más joven que él, quien precisamente le dejó el año pasado en Tábor con la medalla de plata y este se ha tenido que conformar con un quinto puesto. La de plata se la ha llevado este año el también holandés Lars van der Haar, y el bronce un Kevin Pauwels que con ésta ya ha sido cuatro veces tercero. En chicas, la victoria fue para la holandesa Thalita de Jong, de 22 años, por delante de la francesa Caroline Mani y la belga Sanne Cant. De Jong recoge el testigo de su compatriota Marianne Vos, campeona de 2009 a 2014, ambos inclusive. 
Por supuesto, la noticia de más alcance se dio, precisamente, en la categoría de féminas. La UCI denunciaba un supuesto fraude tecnológico al anunciar que se había encontrado una bicicleta con motor en el equipo de la seleccionada belga Femke van den Driessche. La joven belga, ya campeona de Europa de la disciplina y de la categoría, ha confesado, acompañada de su padre, en una entrevista con la publicación Sporza que ella no sabe nada de ese motor que se ha encontrado en una de sus biciclietas Wilier Triestina, empresa que, por supuesto, se ha apresurado para publicar una carta de condena. A falta de la correspondiente investigación, lo que esta claro es que este "fraude tecnológico", casi un nuevo concepto en el mundo del ciclismo, se ha convertido en la noticia más popular del campeonato de 2016. 
Yo me quedo con lo de Orts o con lo de Larrinaga o con lo de Van Aert, pero bueno. Todo es deporte, para lo bueno... o para lo malo. Y mención final para un Sven Nys que ha tenido que conformarse con el cuarto puesto, a solo cinco segundos del bronce, en el año de su despedida. Nys, en carretera, se retira con una sola victoria, la que consiguió en 2007 con el maillot del Rabobank en la clásica Jong Maar Moedig, una prueba que, entre otros, han ganado gente com Tom Boonen, Peter Van Petegem, Greg Van Avermaet, Steve de Wolf o Thomas de Gendt. Pero, en su disciplina, la del barro, se retira con más lustre. Campeón en 2005 y 2013, subcampeón en 2011 y 2014 y bronce en 2000, 2002, 2008, 2009 y 2010, el de Bonheiden ha rematado su palmarés con más de 140 victorias y siete copas del mundo, convirtiéndose en el mejor ciclista de su generación y uno de los grandes protagonistas del ciclocross de principios del siglo XXI. Su retirada deja paso a una nueva generación, la de los Van der Haar, Van der Poel y Van Aert que harán honor a la herencia recibida.

Posdata: la fotografía, aunque venga del buscador de imágenes de google, parece pertenecer a velonews, y, por supuesto, recoge la imagen de un feliz Van Aert, al que también le vamos a dar el titular que, en un principio, le habíamos regalado a Orts. Nos guardamos al español para otra ocasión y ahora que sea completa la felicidad del belga.

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