Siempre he tenido la impresión, incluso cuando el equipo estaba bajo la gestión de Gorka Arrinda, que el Bilbao Basket se ha caracterizado por ser un equipo rápido en su diseño de plantilla para cada temporada. También tengo la impresión de que los cambios son muchos, demasiados, de un año a otro, pero esa era una sensación que ya tenía incluso cuando el primer equipo de Bilbao era el Cajabilbao.
Sin embargo, lo de este año es muy llamativo. Ha sido el primer equipo de la ACB en cerrar su plantilla al 100%. Con la confirmación de la renovación por un año de Javier Salgado, que se ha hecho oficial hoy pero pública hace ya unas semanas, el equipo que volverá a dirigir Carles Durán ya está completamente decidido para la temporada 2017-2018, la primera desde hace tiempo con dos ascendidos.
No solemos hacer esto aquí, porque no somos quiénes para hacerlo, pero nos acercamos a agosto, empieza a haber más tiempo libre y nos ha apetecido analizar brevemente cómo queda esa plantilla para la próxima temporada que, como la pasada, vendrá marcada por el alivio de mantenerse económica y deportivamente y por las apreturas del presupuesto. Aún así, el año pasado hubo buenos momentos. Se pensó en play-off, más con tozudez que por realidad, y el equipo no pasó apuros. Dada la actual situación del club, esos resultados se pueden dar por buenos. Hacer cábalas sobre lo que ocurrirá el próximo año, es un poco arriesgado. Alguna de las apuestas del club son incógnitas que pueden decidir que el año sea mejor o peor de lo que ahora nos arriesguemos a vaticinar. Sobre el papel, lo que se puede marcar como esperanzador es que, según lo que le he podido leer en alguna entrevista a Igor Mintegia, mano derecha de Raúl López para la conformación de la plantilla, lo que han elegido es lo primero que tenían en la lista. Elegir tan pronto te resta la oportunidad de aprovechar gangas finales o apurar hasta conseguir alguna sorpresa, pero, por otra parte, te asegura que tus primeras opciones puedan firmarse y no acepten, con el tiempo, propuestas mejores. Veremos cómo sale todo con el transcurrir de los partidos de la próxima temporada. Una temporada donde, por cierto, el equipo, sea como fuere, volverá a jugar en Europa.
El análisis de la plantilla lo vamos a dividir en cuerpo técnico, bases, jugadores exteriores y jugadores interiores. Pero antes de eso, demos un par de pinceladas más generales: continúa el entrenador principal y siete jugadores. Llegan nuevos los dos ayudantes del entrenador principal y seis jugadores. Bastante equilibrado. Más aún cuando entre los siete que continúan, hemos incluido a Vasilije Vucetic, quien asciende desde el equipo convenido Zornotza, después de haber entrenado con el equipo a lo largo de la temporada pasada y jugar algunos minutos residuales. Su buena temporada en la LEB Plata, donde fue uno de los jugadores más destacados de la competición, su juventud y su pasado en el Olimpia Ljubljana le han servido para hacerse un hueco. Amén de su calidad, por supuesto. Son 13 jugadores, de los cuales 4 son nacionales, 5 europeos, 2 latinoamericanos y 2 norteamericanos. Contarán con dos jugadores vizcaínos. Los mismos que el año pasado, Javier Salgado y Borja Mendía.
Vayamos puesto por puesto:
Hubo alguna pequeña duda, pero, finalmente, Carles Durán continuará como primer entrenador del Bilbao Basket. Su primer ayudante anunció que dejaba el club hace ya tiempo, y fue esta semana pasada que el club anunció quiénes formarían el cuerpo técnico de Durán durante la próxima temporada. Por un lado, estará Jesús Ramírez. El entrenador catalán emigró a Alemania en busca de un futuro profesional y ha crecido, y mucho, de la mano del Ratiopharm Ulm, con los que ya se enfrentó al Bilbao Basket en Europa. Ha sido ayudante de Thorsten Leibenath en todas estas temporadas y ahora tendrá que echarle un cable a Durán. Para ayudarle, contará con Jaka Lakovic, retirado hace bien poco de las canchas, quien la temporada pasada estuvo haciendo labores de ayudante para Alfred Julbe en el filial culé que disputa la LEB Oro. Parece que el esloveno, con una dilatada carrera como jugador que le llevó a pasar por equipos como el Panathinaikos, el Galatasaray o el propio FC Barcelona, tiene pensado continuar su carrera en los banquillos y va dando pasos proporcionados y estudiados.
Este equipo técnico tendrá como directores de juego la temporada que viene al recién renovado Javier Salgado, a Jonathan Tabu y a Ricardo Fischer. Destaca la marcha de un jugador como Tobias Borg en quien se ha confiado mucho en las últimas temporadas. El joven jugador sueco no ha dado el salto de calidad que se esperaba. También destaca que no se haya apostado ni por Sergio Llorente ni por Daniel de la Rúa, ambos jugando en el Zornotza y entrenando con el Bilbao Basket la temporada pasada, para reforzar esta posición. Llorente llegó, en algunos momentos, a posicionarse como tercer base del equipo por delante, incluso, de Javier Salgado. Sin embargo, cualquiera de estas dos apuestas, es cierto, hubiera parecido un tanto atrevida y, en su lugar, el club decidió apostar por algo más seguro. Por un lado, la continuidad de Jonathan Tabu, un jugador que, la temporada pasada, solo pudo demostrar sus cualidades en ocasiones puntuales. El belga venía con una reputación ganada a pulso en Fuenlabrada, pero, aquí, las lesiones y, quizás, problemas de acoplamiento, le han llevado a realizar una temporada gris en la que solo ha conseguido demostrar su valía en algunos momentos. Sin embargo, se confía en que una mayor regularidad y tranquilidad la próxima temporada, ayuden a que Tabu enseñe repetidamente lo que la temporada pasada solo enseñó puntualmente. Para darle descanso, Bilbao Basket ha incorporado a un jugador sin experiencia en ACB, aunque, a Ricardo Fischer, ya le conocíamos aquí, sobre todo en Madrid. Él fue el gran artífice de la victoria del Baurú brasileño sobre el Real Madrid en la Copa Intercontinental. Fue precisamente en ese equipo, el Baurú, ganador de la Copa Américas en 2015, con el que Fischer, quien tiene ahora 26 años, empezó a labrarse un nombre. De ahí pasaría al Flamengo para substituir a Rafa Luz que había firmado por el Baskonia. Antes de todo eso, Fischer ya tenía un largo recorrido en su currículo: empezó en Perú, emigró a Suiza, pasó por Turquía y terminó en Italia antes de volver al Brasil. Es un base completo, con buen olfato para el rebote largo, que tendrá que adaptarse rápido a la ACB. Para ello, tendrá la suerte de contar con Javi Salgado de compañero, quien, a sus 37 años (aún no, los cumplirá en una semana, como quien dice), ha firmado por un año el que probablemente será su último contrato profesional, retirándose así, como él ha confesado públicamente, en el equipo de su ciudad. Equipo con el que ascendió desde LEB Oro hasta ACB y con el que superará los diez años de carrera con este nuevo contrato. Con 429 partidos, está a unos 25 de entrar entre los 50 jugadores con más partidos en ACB. En la que ya está es en la clasificación histórica de asistencias en la ACB, donde, con más de 1600 ocupa la décima posición. Toda esa experiencia le vendrá muy bien a Fischer. Salgado sabe que partirá como tercer base y que sus mayores obligaciones, como ya pasó el año pasado, se darán en otros espacios más alejados de la cancha. Seguro que, a pesar de ello, le llega su momento durante la temporada. Esperemos que cierre con una alegría una carrera que le convierte en uno de los mejores jugadores vizcaínos de la historia del baloncesto.
Para los puestos exteriores, el equipo ha incorporado a tres nuevos jugadores, Lucio Redivo, Shane Hammik y Pere Tomás, mientras que Dejan Todorovic y Álex Mumbrú, como no, se mantienen en el equipo. Redivo viene de ser uno de los mejores jugadores de la liga argentina, pero su rendimiento en Europa y en ACB se mantienen en vilo. Dicen que es un escolta rápido e inteligente, con poca fuerza física y altura, al que habrá que ver enfrentándose a jugadores más altos y fuertes en su misma posición. Probablemente, le cueste encontrar su sitio, pero, si lo encuentra, dicen los expertos que le han visto jugar que es un jugador con la explosividad y carácter para triunfar aquí. De Shane Hammik conocemos casi menos. El alero holandés se formó en su país y en la prestigiosa Academia Canarias Basketball antes de ir a la NCAA, Louisiana State y Valparaiso, para completar su proceso de formación. En Bilbao, firma su primer contrato profesional. Ha terminado su año sénior con buenos números y en el quinteto de jugadores europeos en la NCAA. Sube bien la pelota con sus 2'03 y no defiende mal. Además, lleva el baloncesto en la sangre, ya que su padre, Geert Hammik, jugó en la NBA y en varios equipos europeos. Es un jugador distinto, dicen, a lo que ya tenía el Bilbao Basket. Tendrá de compañero a Pere Tomàs, el mayor de los hermanos Tomàs, una saga mallorquina que salió de la cantera del Joventut y que, tras apuntar mucho, ha tenido (o han tenido, parecen casos similares) que luchar para labrarse una carrera deportiva. El mayor, Pere Tomàs, lo consiguió la temporada pasada en Manresa. A pesar de que su equipo descendiera, él hizo una buena temporada. Aceptó los galones y aprovechó los minutos para terminar la temporada con buenos números y la impresión general de haber dado un paso adelante. Ahora firma por tres años y parece que puede aprovechar los primeros para aprender todo lo que pueda de Mumbrú y convertirse en su relevo natural. Y es que Álex Mumbrú seguirá una temporada más en Bilbao. Con la que empieza después del verano, hará su 9 temporada consecutiva en Bilbao. Quién lo iba a decir cuando llegó ya con 30 años y una dilatada carrera profesional. Pero en Bilbao, Mumbrú se ha convertido al baloncesto de la ciudad lo que la ría significa a la ciudad. Hablamos de un jugador que, año tras año, venga quien venga, pasen los años que pasen, sigue liderando al equipo en varias estadísticas y, en general, liderando el banquillo. Este año, muy probablemente, superará a Alberto Herreros y se convertirá en el sexto jugador de la historia con más partidos en la ACB. También, muy probablemente, adelante a Juan Antonio San Epifanio "Epi" y se convierta en el décimo jugador con más puntos en la ACB. Es 4º en triples, 7º en minutos jugados, 16º en rebotes, 26º en asistencias y 33º en recuperaciones. Un jugador histórico que parece encaminarse hacia una temporada histórica porque quizás sea la última. A su lado, jugará esa temporada Dejan Todorovic, quien, tras jugar cedido por Unicaja, se desligó del equipo malagueño la temporada pasada y firmó por tres con los de Bilbao. Esta será su segunda temporada y, como casi todas las que ha comenzado en Bilbao, se espera que sea la definitiva. Lo que, en realidad, espera todo el mundo es que no se convierta en costumbre hablar de lo que podría dar el serbio y que empiece a darlo. El jugador nacido en Bosnia aún tiene 23 años, pero su físico y sus cualidades obligan a esperar más de él. Quizás esta temporada, más tranquila en verano y con el puesto bien compensado, se vea más libre para desarrollar su juego.
En el juego interior, el club se ha asegurado la continuidad de una pieza clave para entender el baloncesto profesional moderno en la ciudad, Axel Hervelle. Con ésta, el belga cumplirá su 9 temporada en Bilbao. Llegó desde Madrid y, a sus 34 años, ha hecho toda su madurez baloncestística en la capital de Bizkaia. Es uno más, el líder junto a Mumbrú. La temporada pasada puede que fuera más irregular que otros años, pero es un jugador que siempre aporta, dentro y fuera de la cancha. Servirá, además, como valedor y maestro del recién ascendido Vasilije Vucetic (le vamos a dar a él el titular) o del meritorio Borja Mendía. El bilbaíno repite como jugador de pleno derecho en la primera plantilla y se ha ganado el hueco a base de tesón, trabajo y compromiso, los argumentos que, a buen seguro, seguirá esgrimiendo esta próxima temporada. Por su parte, Vucetic llegó a Bilbao como una apuesta de futuro que se moldearía en el Zornotza y en solo un año ha dejado claro que era un jugador ya con cierta madurez y desarrollo. La LEB Plata se le ha quedado pequeña pronto y el año que viene disfrutará de la ACB. Tendrá que luchar mucho para tener minutos pero lo hará. Por primera vez en mucho tiempo, los dos jugadores extracomunitarios serán interiores: Jameel McKay y Tim Kempton Jr. El primero, con 2,05, puede jugar lo mismo de 4 que de 5. Es un jugador atlético, buen reboteador y taponador, que el año pasado se salió en Filipinas. Desde que dejó Iowa State, ha jugado también en Australia. Es una de esas incógnitas que, si se parece un poco, en cuanto a rendimiento, a Michael Eric, dará un gran beneficio al equipo. Por último, el otro interior norteamericano es, al igual que Hammik, otro que ha mamado baloncesto, ya que su padre, Tim Kempton, atesora una larga carrera deportiva que le llevó a jugar para los Clippers, los Hornets, los Nuggets, los Suns, los Cavaliers, Spurs, Magic, Bobcats, Raptors y los Hawks en la NBA, y el Napoli, Verona, Milán, Limoges, Girona, Galatasaray o León en Europa. Un clásico de los NBA. Su hijo, ahora, parece que ha heredado su altura, ambos están en 2,08, y algunas de sus cualidades para el baloncesto. A sus 22 años, ha terminado su carrera universitaria en la Universidad de Lehigh con buenos resultados, siendo nombrado mejor jugador de la Patriot League en 2015 y 2016. La última temporada promedió más de 20 puntos y 10 rebotes por partido. En Bilbao, le llegará su primera oportunidad. Y, aunque es una de esas incógnitas de las que hablábamos al principio, los antecedentes invitan a poner ilusión en este proyecto de jugador.
Con estos 13 jugadores y esos 3 técnicos, comenzará su andadura el nuevo equipo de un club que aún lucha por recomponer su estructura institucional y sanear su maltrecha economía. Ha habido cambios en la junta directiva pero se apunta en la misma dirección, contención en el gasto y apretar el cinturón hasta ir recuperando el músculo económico. El equipo aún sufre las consecuencias de las vacas gordas, pero no pueden más que alegrarse de que se haya superado la crisis y el proyecto aún se mantenga en pie. Deportivamente, y dadas estas circunstancias, el equipo se mantiene con cierta dignidad. El año pasado fue de más a menos y este año se aspira a repetir la misma ausencia de preocupaciones clasificatorias y, a partir de ahí, mirar todo lo lejos que se pueda. Puede que sea una temporada significativa. Puede que sea una temporada para decir adiós. Quizás esa motivación con algunos jugadores lleve a que el colectivo, plagado además de jóvenes con ansias de mejora y aprendizaje, rindan por encima de su nivel. Esa es, en gran parte, la esperanza. Mimbres hay, veremos si se hace con ellos un buen cesto donde encestar muchas canastas.
Por último, mención especial a la situación del Zornotza que se ha visto relegado en LEB Plata. Comienza una lucha judicial para reclamar su puesto en una competición donde el año pasado fue el tercer mejor equipo. Los vizcaínos eran una pieza fundamental en las aspiraciones de formar una estructura de cantera y formación para el Bilbao Basket. Se han visto resultados rápidos con Vasilije Vucetic, pero, en realidad, el trabajo era a largo plazo. Una lástima si no se consigue recomponer esta situación, ahora, sobre todo, que de la mano de Raúl López y a partir de la temporada que viene de Mikel Torre se está trabajando, poco a poco, en la configuración de un proyecto de cantera para el club.
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