La Real Sociedad de
Eusebio Sacristán se mantiene 9º, con 14 puntos, en la mitad de la tabla de la
Liga española y muy cerca de la clasificación para la siguiente ronda de la
Europa League al ocupar el segundo puesto del grupo L, cinco puntos por encima del
tercero. Además, parte con ventaja para clasificarse para los octavos de final
de la Copa del Rey tras vencer a domicilio al Lleida en el partido de ida. La
Real Sociedad lleva 14 goles en 4 partidos en la Europa League, ningún otro
equipo en los doce grupos ha marcado tantos. Lleva 1 gol en 1 partido de Copa.
Y, finalmente, 21 goles en 10 partidos en Liga, donde solo han marcado más que
ellos el Barcelona y el Valencia, los dos primeros clasificados. En total, 15
partidos oficiales y 36 goles. Un dato que corrobora el juego vistoso y de
ataque que le está dando éxito a la Real Sociedad en estos últimos años. Está
claro que el impacto de William José da Silva la temporada pasada (12 goles) o
del malagueño Juanmi Jiménez (11 goles) tuvo algo que ver, pero también la
aportación de jugadores de la casa como el veterano Xabi Prieto o el recién
llegado Mikel Oyarzabal. Para esta temporada, se perdió a Yuri Berchiche,
traspasado al PSG, y se perderá a Carlos Vela en el mercado de invierno, pero
se sumó a la causa el belga Adnan Januzaj y se mantuvieron pilares como Asier
Illarramendi o Iñigo Martínez.
Estos dos últimos,
son producto de la cantera de la Real Sociedad. Dentro del equipo de trabajo de
Loren Juarros y Javier Pérez, el fútbol formativo parece estar gestionado en
Zubieta por Luki Iriarte, Mitxel Badiola, José Luis Aguirre y Xabier Lizaso,
todos en diferentes ocupaciones y cargos. Llevan varios años juntos y los frutos
de Zubieta parecen encaramarles a la categoría más alta de eficiencia entre los
proyectos de trabajo de cantera. Según un estudio del CIES Football
Observatory, entre julio de 2016 y Diciembre de 2017, la Real Sociedad fue el
segundo club de Europa que más confiaba en su cantera, ya que el 50,1% de los
minutos en ese tiempo los habían disfrutado jugadores crecidos en Zubieta. La
Real estaba por delante del Olympique de Lyon (46,8%) y por debajo del primer
puesto que ocupaban sus vecinos del Athletic Club de Bilbao (64%), según un
estudio cuyos criterios a la hora de decidir quién es canterano y quién no lo
es pueden ser discutibles, como siempre que se habla de este tema, pero que, al
fin y al cabo, refleja a las claras la importancia del producto local en los
magníficos resultados deportivos de la Real Sociedad durante estas últimas
temporadas. Y es que, además, habría que analizar con cuidado el beneficio
aportado y el rendimiento en esos minutos, porque otro estudio del que se hacía
eco el periódico Mundo Deportivo en
Mayo de 2017 (no hay datos sobre las fuentes, así que entendemos que el estudio
es de ellos mismos), la Real Sociedad, con 1678 partidos, era el equipo en el
que sus canteranos habían disputado más partidos en primera división, por
delante del FC Barcelona (1611) y del Athletic Club de Bilbao (1508). Era,
además, el segundo equipo de la liga en cuanto a goles marcados por sus
jugadores de formación (158 en total) justo por detrás de un FC Barcelona que
con 424 es insuperable ante la condición de canterano de Lionel Messi.
En mi modesta
opinión, toda la estructura de formación de un club se ve solidificada y completada
si se dan tres circunstancias: trabajo a largo plazo, confianza en la
producción y compromiso. La Real Sociedad lo está cumpliendo a rajatabla desde
la llegada de Jokin Aperribay a su consejo de administración y la superación de
los años oscuros que le precedieron. Ha pasado ya una década, justo la que
lleva Loren Juarros como máximo responsable deportivo del club txuri-urdin,
incluyéndose entre sus obligaciones la gestión del Sanse, el filial de la Real
Sociedad (oficialmente, por supuesto, Real Sociedad B). Eso ha generado,
entiendo yo (todo visto desde fuera), la posibilidad de mantener una línea de
trabajo constante y consistente, por mucho que siempre haya cambios cada año.
Trabajar a largo plazo y sin vaivenes produce mejoras continuas de manera
equilibrada. Pero, además de esto, se necesita confianza en el proyecto, fe en
el aprovechamiento del trabajo. Y, como veremos luego, desde la llegada de
Eusebio Sacristán al banquillo del primer equipo, se ha logrado contar con un
entrenador que no solo da salida a los jugadores de Zubieta sino que también
los convierte en protagonistas, les de responsabilidades, son jugadores con
peso. Por último, aunque, en ocasiones, solo sean gestos, no viene mal que los
jugadores de la cantera mantengan un arraigo con el primer equipo que sirva de
aval a la hora de mantener la confianza institucional en la cantera; y al
revés. Ahora mismo, en la Real Sociedad, se mantiene el estandarte más reciente
de ese vínculo necesario entre el fútbol profesional y el romanticismo de la
formación y el sentimiento. Xabi Prieto sigue siendo titular a sus 34 años.
Lleva 15 temporadas consecutivas en la Real Sociedad, tres de ellas en segunda
división. Pero no es el único. El regreso de Asier Illarramendi tras su fugaz
paso por el Real Madrid, las renovaciones de Jon Bautista y Mikel Oyarzabal a
pesar de las ofertas, la reciente declaración de amor de Álvaro Odriozola o la
continuidad de Iñigo Martínez dejan a las claras que los jugadores sienten que
están bien en el equipo. Todos ellos se formaron en Zubieta, llegando a las instalaciones
guipuzcoanas a distintas edades, y parece que confían en el proyecto deportivo
de su equipo. Todo esto puede cambiar en cualquier instante, cierto, pero ahora
es el momento de disfrutarlo.
Y uno de los
secretos, como decíamos, de toda esta eficiencia en el trabajo de formación,
corre a cargo de un vallisoletano que llegó a la Real Sociedad en la duodécima
jornada de la temporada 2015-2016, relevando al escocés David Moyes, quien
venía de triunfar con el Everton y defraudar en el Manchester United y tampoco
consiguió el éxito esperado en el club donostiarra. Ahora mismo, Moyes, si no
me confundo, permanece en el paro después de vivir, la temporada pasada, su
primer descenso con el Sunderland. Eusebio Sacristán, por su parte, llegaba a
la Real Sociedad en noviembre de 2015 para disfrutar de su primera experiencia
como entrenador en primera división, lo que no dejaba de ser un riesgo. Lo
hacía, además, desde el paro, ya que había sido cesado en febrero de su cargo
como entrenador del FC Barcelona B, filial del Barcelona, equipo que ocupaba la
parte baja de la clasificación de la segunda categoría, después de haber
recibido derrotas severas, como un 7-0 que sería, en parte, la condena de
Eusebio Sacristán. Antes de todo esto, Sacristán había triunfado en un Celta de
Vigo al que ascendió a primera división confiando en la cantera (él hizo
debutar, si no me confundo, a Iago Aspas), pero sus discrepancias con los
dirigentes del Celta le impidieron debutar en la categoría principal del fútbol
profesional español. Hasta Vigo llegó desde Barcelona, donde formó parte del
equipo de trabajo de Frank Rijkaard después de su retirada, y a donde volvería
para encargarse de su filial después de cerrar su etapa en Galicia. Era el
Barcelona B que Luis Enrique Martínez había recuperado para la categoría de
plata y que Eusebio Sacristán llevaría a su clasificación histórica más alta en
la temporada 2013-2014, cuando el equipo acabó tercero en la clasificación
final. En esos cuatro años hasta su cese, por las manos de Sacristán pasaron
jugadores como Sergi Roberto, Rafinha Alcántara, Gerard Deulofeu, Marc Bartra,
Cristian Tello, Martín Montoya, Marc Muniesa, Sergio Araujo, Oier Olazábal,
David Rodríguez Lombán, Alejandro Grimaldo, Denis Suárez, Sandro Ramírez, Adama
Traore, Munir El Haddadi, Alen Halilovic o el recientemente convocado por la
selección absoluta, Luis Alberto Romero.
En su primera
temporada en la Real Sociedad, a donde llegó con la misma ya comenzada, como
hemos explicado, el equipo acabó 9º, a solo 4 puntos del Sevilla, 7º
clasificado, que ocupaba la última plaza que daba acceso a competición europea.
El equipo que él cogió, el que heredó de David Moyes, estaba 16º a 2 puntos del
último puesto en la undécima jornada. Ya en aquella primera temporada, en su
segundo partido, debutaba el también vallisoletano Héctor Hernández, en la actualidad cedido en el Deportivo Alavés.
Esa misma temporada, Igor Zubeldia
jugó 7 minutos en el último partido de Liga. Y en las cuatro últimas jornadas
contó con minutos el prometedor delantero Jon
Bautista. Aritz Elustondo ya había debutado con David Moyes la temporada
anterior y Joseba Zaldúa en la 2013-2014 con Jagoba Arrasate, pero ambos
seguirían siendo relativamente importantes en los planes de Sacristán. Mikel Oyarzabal había jugado 6 minutos
con David Moyes antes de que fuera cesado en esa temporada. Con Sacristán, sin
embargo, jugaría 21 partidos y marcaría 6 goles. Su impacto sería mayúsculo,
llegando a debutar con la selección absoluta en mayo de 2016. Él no le hizo
debutar, lo hizo Moyes, pero Sacristán le dio el lugar y el espacio que
necesitaba para convertirse en referencia del club.
En la 2016-2017,
Eusebio Sacristán se enfrenta a su primera temporada completa como entrenador
de un equipo de primera división. Lo hace con la confianza del consejo de
administración y de una afición contenta con el juego de su equipo y con los
resultados del año anterior. Y esta nueva temporada, Eusebio Sacristán y su
plantilla no defraudan. El equipo acaba 6º con 64 puntos y se clasifica para
Europa, además de dejar momentos de auténtico buen fútbol a lo largo de la
temporada. En lo concerniente a la formación, la tendencia sigue igual. Esta
temporada, debuta otro jugador de cantera cuyo impacto igualará el de Oyarzabal:
Álvaro Odriozola también acabará
siendo seleccionado por la absoluta que entrena, a la sazón, un ex canterano de
la Real Sociedad, Julen Lopetegi. Además de Odriozola, también debutan el
santanderino David Concha, actualmente
cedido en el FC Barcelona B (y aunque este no sea canterano, ya que llegó de la academia del Rácing de Santander); el jugador de Baiona con nacionalidad portuguesa, Kevin Rodrigues; y el centrocampista Jon Guridi. Igor Zubeldia sigue
creciendo en presencia y juega cuatro partidos. Igual que Jon Bautista quien se
va hasta los 12 partidos disputados, marcando, además, 3 goles. Bautista
acabará firmando una jugosa renovación ante los cantos de sirena que parecen,
según los rumores, provenir del vecino, y eterno rival, Athletic Club de
Bilbao.
Con todo este
bagaje, la actual temporada, la 2017-2018, se abría con una tremenda ilusión
para la afición de Donostia. Y se mantiene. El equipo comenzó instalado en la
excelencia en Liga y ha ido desinflándose un poco, pero por juego parece
apuntar a repetir el éxito de la temporada anterior. Puede que le pese, además,
el enfrentarse a tres competiciones, teniendo ilusión por competir al máximo en
Europa League y Copa del Rey. Para ello, Eusebio Sacristán parece dispuesto a
repartir minutos y eso le obliga a volver a contar con los jugadores formados
en Zubieta. En lo que va de temporada, Mikel Oyarzabal y Álvaro Odriozola,
siguiendo con su trayectoria ascendente, son titulares indiscutibles, pero
también ha recuperado ese rol Aritz Elustondo y se lo ha ganado un Kevin
Rodrigues que, después de su debut en la temporada anterior, lo está celebrando
con un esperanzador comienzo en esta. También han entrado ya en la dinámica del
equipo, sin esperar al final, jugadores que aspiran a crecer dentro de la
plantilla profesional, como Igor Zubeldia y Jon Bautista. Y, además, para
corroborar la filosofía de estos últimos años y seguir confiando en los
resultados de formación de la cantera, también ha habido un nuevo debut, el del
lateral Andoni Gorosabel, quien ha
jugado ya en Liga, Copa y Europa. Ander
Guevara, un centrocampista alavés, aún no lo ha hecho, pero ha ido
convocado y puede ser el próximo en debutar.
En estas tres
temporadas de continuos debuts (de debuts no solo temporales, si no de
jugadores con aspiraciones a una larga carrera en primera), la Real Sociedad B,
el Sanse, ha estado entrenado por Imanol Alguacil, ex jugador del primer
equipo. En la primera temporada de Sacristán (2015-2016), el equipo filial
quedó 7º en el grupo II de la Segunda División B, a solo 3 puntos de la
promoción de ascenso. Jon Bautista marcó 14 goles y Joseba Muguruza, con 35 partidos, fue el que más jugó. Esa
temporada, aún jugaron algún partido con el filial jugadores como Mikel
Oyarzabal, Aritz Elustondo, Kevin Rodrigues, Igor Zubeldia, Jon Guridi o Álvaro
Odriozola. En la 2016-2017, los chavales de Imanol Alguacil tuvieron una
temporada más irregular: acabaron 10º a 9 puntos de la promoción. Luca Sangalli fue el jugador que más
jugó (su hermano Marco Sangalli, también canterano de la Real, está en el
Alcorcón de la Segunda división) y Jon Bautista volvió a ser el máximo
goleador, seguido de cerca por Joseba Muguruza y Martín Merquelanz. Ahora mismo, temporada 2017-2018, el Sanse va 5º
a un solo punto de la promoción. Andoni Gorosabel ya ha debutado. Ander Guevara
ha estado cerca. Los Eneko Jauregi, Eneko Capilla (este ya debutó, en realidad, en la temporada 2014-2015), Robin Le Normand o Martín Merquelanz pueden ser los próximos, o
"los veteranos" (23-24), Joseba Muguruza o Alejandro Sanz.
Curiosamente, este
rendimiento, no tiene un gran reflejo en las convocatorias de los equipos
inferiores de la selección estatal. La mayoría de estos jugadores alcanzan
reconocimiento internacional cuando ya debutan con el primer equipo, pero
también hay otros que son convocados antes de hacerlo. Jon Bautista o Aritz
Elustondo ya han debutado en categorías inferiores. Mikel Oyarzabal y Álvaro
Odriozola lo han hecho con la selección absoluta. Kevin Rodrigues, nacido en
Baiona pero con nacionalidad portuguesa, es internacional sub21 con el país
luso. Zubeldia fue convocado recientemente por la sub21, pero ha causado baja. Martín Zubimendi ha sido convocado por
la sub19 que dirige el ex Athletic Club Luis de la Fuente. Zubimendi es un
jugador muy joven, una nueva promesa de Zubieta, que ya ha jugado un partido
este año con el Sanse y también lo hizo la temporada pasada a pesar de su
juventud. Agustín Dávila ha llegado
este año a Zubieta. Es internacional con Uruguay sub18 y juega en la Real
Sociedad C que entrena Sergio Francisco y que también está rindiendo a un alto
nivel, en este caso en el grupo vasco de la tercera división, donde ocupa la 3º
posición.
Por último, en estos
tres años que hemos cubierto aquí, la cantera donostiarra ha dado salida a otros
jugadores que no la han encontrado en el primer equipo de la Real: Ander Bardaji, acostumbrado a ser el
tercer portero del primer equipo txuri-urdin, es ahora reserva de Alejandro
Remiro en el Huesca de Segunda división. Srdjan
Babic, central serbio que ya fue cedido al Reus, juega esta temporada a
préstamo en el Estrella Roja. Josu
Ibarbia, titular en su última temporada en el Sanse, juega ahora en el
Melilla de la segunda división B. Al Oviedo, se fue el portero Gorka Giralt, mientras que Alain Oiartzun, quien aún tuvo algo de
relación con el Sanse en estos tres años, a pesar de ser de una generación anterior (debutó en Copa, no en Liga, durante la Liga 2014-2015),
cuenta ahora para el alavés Natxo González en su nueva aventura como entrenador principal del Real
Zaragoza, después de haber jugado la temporada pasada en el Mirandés.
Aunque parezca lo
contrario, no hemos aspirado a ser exhaustivos ni a sentar cátedra. Nuestro
análisis no deja de ser superficial pero creemos que refleja, aunque sea en
parte, las razones por las que la Real Sociedad pasa por un momento dulce,
tanto de resultados como de calidad de juego. Por supuesto, tampoco creemos en las
lecturas idílicas. Seguro que hay espacio para la crítica y la mejora, pero,
habiendo hecho estas observaciones desde fuera y sin profundidad, no nos
parecía oportuno hacerlas a la ligera. Si nos surge siempre la misma pregunta: ¿dónde están los porteros guipuzcoanos? Quizás, igualmente, las conclusiones que
podemos sacar ahora cambien antes de que la temporada llegue a su fin. O quizás
no. El fútbol moderno es impredecible. Más bien, muy predecible. Lo predice el
dinero. Luchar contra esas predicciones es un mérito que, en ocasiones, resulta
más eficaz que la práctica habitual marcada por el mercado y la oferta y la
demanda. No es la de la Real Sociedad el único caso, pero, en este caso, sí que
está siendo uno de los más vistosos y amenos de ver. Cuando menos, pase lo que
pase de aquí en adelante, se merecen un aplauso por lo que ya va ocurriendo.
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