Fuente: google images (original: web bicicleate.com) |
Ya lo había anunciado hace tiempo, pero ha sucedido hace unos días, en el Tour de Guangxi, una prueba que se disputaba por primera vez en el calendario UCI. Ángel Vicioso se retira tras 19 temporadas como profesional. Era el corredor más veterano del pelotón junto a Haimar Zubeldia, del que ya hablamos aquí, y también se retira. Los dos se van siendo cuarentones, ya que ambos eran de Abril de 1977. Así como Zubeldia se iba con pocas victorias, el aragonés se va con 28, que no son pocas. Entre ellas, una etapa del Giro de Italia, la general final de la Vuelta a Asturias y de la Vuelta a La Rioja, etapas en estas y en otras pruebas de una semana importantes, como la desaparecida Euskal Bizikleta, la Vuelta al País Vasco, la Vuelta a Suiza, la Vuelta al Alentejo o la Volta a Catalunya y, también, victorias en pruebas de un día, con especial predilección por Euskadi, porque, además de ganar en Italia el GP Industria y Artigianato-Laciano, en las carreteras del norte se hizo con el GP de Llodio, la Klasika de Primavera, o, su favorita, ya que la ganó en tres ocasiones, el Gran Premio Miguel Indurain. Corrió 17 grandes, pruebas de tres semanas, y su mejor pueso fue un 50º en el Giro de Italia de 2002.
En aquellos primeros años en los que él empezaba, a finales de los años 90, en el pelotón español aún había algunos corredores aragoneses de alcurnia. Por ejemplo, el oscense Fernando Escartín, quien, para muchos, es el mejor corredor que ha dado la región. Pero también estaba en el pelotón el zaragozano David Cañada, quien ganaría la Volta a Catalunya, la Vuelta a Murcia y sería 18º en la general del Giro de 2004. Un buen gregario. José Miguel Elías, de Alforque, que nació el mismo año que Vicioso pero tendría una carrera más corta, llegaría a ganar una etapa en la Vuelta a Portugal con el Fuenlabrada.
Con su retirada, Vicioso deja casi huérfano al pelotón profesional aragonés. Ahora, si no me confundo, solo queda un corredor de la zona, Jorge Arcas. Sin embargo, el desembarco ha llegado. El futuro del ciclismo español parece ir ligado al crecimiento del ciclismo en esta región. El año que viene, y a pesar de haber perdido a Vicioso, Arcas no estará solo. Tres vecinos le acompañarán en el pelotón profesional y uno, además, será compañero de equipos. Vamos a conocerlos, aprovechando la despedida a Vicioso, porque, y no hay que ser adivino o muy listo para sospecharlo, da la sensación de que en los próximos años hablaremos bastante de ellos.
En el Movistar se van a reunir Jorge Arcas y Jaime Castrillo. Arcas, natural de Sabiñánigo y de 25 años, es un corredor formado en el Lizarte navarro, equipo que dirige en la categoría de amateur Juanjo Oroz, ex corredor de Euskaltel-Euskadi, y otro de los protagonistas de esta entrada. Arcas es un ciclista con planta, muy alto, que debutó hace un par de años, e incluso ha conocido la Vuelta este año. Ha conocido, además, lo dura que es, porque tuvo que abandonar. Arcas dicen que es un rodador sin miedo a algunas pendientes, las de media montaña, que pueden decidir una etapa o una clásica. Con él, el año que viene correrá Jaime Castrillo, otro producto del club pamplonica Lizarte (como, por cierto, Richard Carapaz, Antonio Pedrero, Héctor Carretero, Marc Soler o Andrey Amador, todos en Movistar ahora). Castrillo es de Jaca y del 96 y dicen los que entienden que está hecho para carreras de tres semanas, que tiene fondo más que explosividad y que es un chaval muy centrado, una esponja, uno de esos talentos que se ven venir de lejos. De hecho, ha venido destacando desde juveniles y ha aprovechado bien sus años en aficionados. El año que viene, en su debú, intentará ir acoplándose a la nueva categoría y, al menos, tendrá a su vecino para echarle un cable.
Fernando Barceló es quizás el nombre más mediático de la terna que se presta a tomar el relevo a los Cañada, Escartín o Vicioso. Lo es porque ha hecho ruido, y mucho, desde edad junior, presentándose como un candidato a acaparar la atención en el futuro del ciclismo estatal. En alguna publicación, llegaron incluso a hablar de él como de "el nuevo Contador", etiquetas que suelen ayudar menos de lo que parece. Barceló también aceptó el reto de salir de casa para mejorar y se vino a Euskadi, al amparo de la Fundación Euskadi. Es de Huesca y del 96 también. Fue stagiaire con Cofidis este año y corrió Vuelta a Burgos y Tour du Limousin. Sus resultados pueden pasar desapercibidos, pero a mí me parecen muy significativos: sobrio pero sólido. Acabó 36º en la general final de la Vuelta a Burgos que ganó Mikel Landa y 32º en la final de Limousin, prueba que ganó Alexis Vuillermoz. Hacer entre los cuarenta primeros en dos carreras de una semana como estas, para un aficionado, no está nada mal. Con lo que si se quedó la mayoría fue con su resultado en esta edición de la Vuelta a Asturias. Corrió con la Selección de España y acabó 3º en la etapa reina, la segunda, con final en el Alto del Acebo. Acabó a tan solo 31 segundos de Nairo Quintana y Raúl Alarcón, primero y segundo, a quienes intentó disputar la etapa. Es un corredor completo, pero todos lo son en aficionados. Aunque Barceló tiene datos para atestiguarlo, como su campeonato de España júnior en la categoría de contrarreloj. Pero le gusta la montaña. El año que viene debutará en profesionales. No lo hará en el UCI World Tour, como Castrillo, pero sí en la segunda categoría, la profesional continental. Correrá en el Murias-Taldea de Jon Odriozola, donde tendrá oportunidad de disputar buenas pruebas e incluso, probablemente, liderar al equipo en alguna de ellas. Será una buena oportunidad para crecer. La misma oportunidad que busca Sergio Samitier. Samitier es otro producto del Lizarte y su temporada con los navarros ha sido de las más destacadas en el pelotón amateur. Al fin y al cabo, ha quedado segundo en la Copa de España y ha sido el mejor sub 23. Por poner solo dos ejemplos de su clase y de cómo ha destacado en amateurs, en 2016, se hizo con la prestigiosa Subida a Gorla, una prueba que, entre otros, han ganado corredores como Julián Gorospe, Santi Blanco, Joaquim Rodríguez, Beñat Intxausti, Andrey Amador, Mikel Landa, Omar Fraile... En 2017, la que se llevó fue la Vuelta al Bidasoa, una de las pruebas por etapas más reconocidas de la categoría, donde han ganado, antes de pasar a profesionales, corredores como Txomin Perurena, Luis Ocaña, Scott Sunderland, Abraham Olano, Carlos Sastre, Unai Osa, David Herrero, Andrey Amador... A pesar de ello, el de Barbastro, nacido en 1995, se quedó sin hueco en el Movistar por la reducción de la plantilla de Eusebio Unzué. Durante toda la temporada, ese parecía que iba a ser su destino, pero, a día de hoy, aún no ha firmado un contrato profesional. Los últimos rumores dan por hecho que firmará con el Euskadi Basque Country-Murias Taldea y debutará en profesionales junto a su vecino Fernando Barceló. No sería una mala opción para un Samitier que siempre se muestra ambicioso y confiado cuando habla de su futuro, ni mala tampoco para el propio equipo, que encontraría en él a un corredor maduro y con hambre, de los que pueden ganar desde ya, desde el principio de su carrera. Y es que Samitier es, como siempre, un corredor completo, pero, sobre todo, uno de esos que disputa, que sube hacia arriba pero que, cuando llega a la cima, tiene fuerzas para esprintar. En mayo de este año ganó la Klasika Santikutz, que se disputa en Legazpi, una prueba popular y con prestigio que han ganado gente como Txomin Perurena, Jesús Montoya, Joseba Beloki, Egoi Martínez... Al día siguiente, Iñaki Izquierdo abría su crónica en el Diario Vasco con unas palabras esclarecedoras de Juanjo Oroz: "Ojo con Samitier. Apunta este nombre. Se va a hablar mucho de él, en las mejores carreras" (Diario Vasco, 2 de Mayo de 2017). Aún no ha firmado, como decimos, pero esperemos que firme pronto, porque sería un buen añadido para el proyecto de Odriozola.
Se va Vicioso, el esprinter y llegador que devino en escolta de Joaquim Rodríguez, y con él uno de los últimos grandes corredores que ha dado una tierra de ciclismo como Aragón. Ahora, los Arcas, Barceló, Castrillo y Samitier intentarán tomarle el relevo. Intentarán, por ejemplo, emular a Carlos Hernández, nacido en Barcelona pero apodado "El Mañico" porque creció allí. Hernández fue quien, hace 27 años, se convirtió en el último aragonés en ganar en la Vuelta a España. Lo hizo en la estación de San Isidro. Y ya lo había hecho antes. En 1992, además, ganaría el maillot de la montaña. También fue dos veces campeón de España en ruta. Sin embargo, cuando alguien se pregunta quién ha sido el corredor más grande que ha dado Aragón, todos, sobre todo los aficionados de generaciones más recientes, pensamos en el escalador de Biescas, Fernando Escartín, hoy director técnico de la Vuelta, quien no consiguió emular a Hernández porque nunca ganó una etapa en la Vuelta. Eso sí, la ganó en el Tour de Francia y fue, además, pódium en una grande hasta en tres ocasiones: dos veces segundo en la Vuelta y una vez tercero en el Tour, todo entre 1997 y 1999. No pudo con Alex Zulle y Abraham Olano en la Vuelta ni con Lance Armstrong y Alex Zulle en el Tour, en uno de esos Tours de la ignominia que permanecen en el palmarés sin un ganador, solo con un segundo y un tercer clasificado. En el de 1999, el tercero fue Fernando Escartín, aquel corredor que te hacía encoger el corazón al hacer tan aparentes físicamente sus esfuerzos.
Ahora, como decimos, le toca turno a los Barceló, Samitier, Arcas y Castrillo, todos vecinos en un puñado de kilómetros a la redonda, que aspiran a poner a Aragón en el mapa internacional del ciclismo profesional. Tendrán un aliciente más la próxima temporada. Lo tendrán tanto ellos como los aficionados: parece confirmarse que 2018 será el año del regreso de la Vuelta a Aragón. Una prueba que no se disputa desde 2005 y que ganaron, entre otros, Juan Carlos Domínguez, Stefano Garzelli, Melchor Mauri, Lucho Herrera o Pedro Delgado. Fernando Escartín la ganó en 1995, por delante de Aitor Garmendia y Laudelino Cubino. Carlos Hernández lo hizo en 1982, por delante del belga Eddy Vanhaerens y del holandés Jan Jonkers. Ahora, para ponerle la guinda al pastel, solo queda que Arcas, Barceló, Samitier o Castrillo la disputen y la ganen en este 2018. Pero tampoco hace falta ir tan rápido. Por ahora, y tras la retirada de Vicioso, es una alegría mañica que el próximo año estos cuatro talentos aragoneses se reúnan en el pelotón. Todos los aficionados, seamos de la región o no, creo que vamos a disfrutarlo.
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