jueves, 29 de noviembre de 2018

Larry Brown

Imagen encontrada en el buscador de imágenes de google, proviene de la web Sporting News.


Casos ha habido: Herb Brown llegó a Vitoria-Gasteiz, al Taugrés, por entonces, después de haber dirigido a Pistons, Rockets o Suns; en el caso de George Karl, según cuentan, Ramón Mendoza, presidente por entonces del Real Madrid, no aceptó que con Drazen Petrovic su equipo no arrasara y mandó a Lolo Sainz a la oficina y trajo a un norteamericano que ya había sido primer entrenador en Cavaliers y Warriors, y luego volvería para serlo también de Supersonics, Bucks, Nuggets y Kings. En Madrid, la muerte de Fernando Martín fue demasiado para todas las innovaciones que trajo Karl a la sección; Mike Fratello fue seleccionador de Ucrania después de pasar por los banquillos de Hawks, Cavaliers y Grizzlies. Esos tres se me ocurren ahora. Entrenadores norteamericanos en Europa ha habido un montón, a diferentes niveles y en diferentes épocas, aunque algunos de ellos no entrenaran en la NBA: Tim Shea, Bill McCammon, Rudy D'Amico, Randy Knowles, Chris Fleming, Mike Taylor, Scott Roth, George Fischer, Richard Dukeshire, Bob Hill (de los Knicks pasó a Bolonia y volvió a la NBA), Terry Driscoll... Y tantos que se me escapan, por supuesto.

Dos ejemplos históricos: aquel Lester Lane que a finales de los años 60 firmó con el KAS de Bilbao. Había sido olímpico y medalla de oro en un equipo norteamericano donde jugaban Oscar Robertson y Jerry West. Estuvo dos temporadas en Bilbao y no lo hizo mal. Según cuentan algunas crónicas, se dedicó a recorrer la geografía ibérica dando conferencias, con Moncho Monsalve como intérprete. El otro sería Dan Peterson, un entrenador norteamericano con pedigrí y currículo en Italia. Nacido en Evanston, Illinois, llegó a la Virtus Bolonia a principios de los 70 después de haber sido entrenador de Delaware en la NCAA y seleccionador de Chile. Estuvo cinco temporadas en Bolonia y nueve en Milán, donde volvió a entrenar, temporalmente, en 2011. Ganó la Euroliga con el Tracer de Milán en 1987, en aquel equipo de los Riccardo Pittis, Mike D'Antoni, Dino Meneghin, Ken Barlow o Bob McAdoo. Dos años antes, ganaron la Copa Korac y durante los ochenta dominaron el Pallacanestro con títulos de liga en el 82, 85, 86 y 87 y algún doblete en Copa. En 2008, con motivo de la celebración de los cincuenta años desde la disputa de la primera Copa Europa, un comité de expertos eligió a los 35 jugadores, 10 entrenadores y 5 árbitros que más habían hecho para la competición. Peterson estaba entre esos diez entrenadores, el único norteamericano, junto con los españoles Pedro Ferrándiz y Lolo Sainz, los serbios Dusan Ivkovic, Zeljko Obradovic, Bozidar Maljkovic y Aleksandar Nikolic, el ruso Alexander Gomelsky, el israelí Pini Gershon y el italiano Ettore Messina. Su reputación y trascendencia llegó hasta su país, y el Wall Street Journal llegó a publicar un artículo dedicado a su persona con el significativo titular que copiamos a continuación: "The Coach Who Changed the NBA From Italy".

Todos sabemos que Mike D'Antoni entrena a los Rockets y antes entrenó a Olimpia Milano o Benetton de Treviso. Que David Blatt llegó a los Cleveland Cavaliers desde Europa y luego volvió al viejo continente, y ahí sigue. Uno tiene pasaporte italiano y norteamericano. El otro es norteamericano pero gran parte de su carrera como entrenador ha transcurrido en Europa. Jay Triano trabajó con Gordon Herbet en la selección de Georgia, si no me equivoco, y el resto de su trabajo ha transcurrido en Estados Unidos y Canadá. El norteamericano Quin Synder, actual entrenador de Utah Jazz, ejerció de ayudante en el CSKA de Moscú.

De nuevo, repito, son solo unos pocos ejemplos... habrá mucho más, y alguno importante se me habrá escapado, pero, en general, igual que Igor Kokoskov ha abierto un camino en la NBA, lo cierto es que tampoco son muchos los entrenadores norteamericanos con recorrido en la NBA que han probado en Europa. Se podría discutir mucho el por qué. Más aún, cuando solo nos hemos fijado en nombres, y no hemos analizado el impacto o la calidad de sus experiencias en Europa.

En realidad, solo queríamos hablar del último que lo ha intentado ya que, al parecer, según noticias recientes, su experiencia está a punto de terminar. A muchos les sorprendió que, Larry Brown, 78 años, el entrenador en activo más veterano según algunas fuentes, a estas alturas de su carrera profesional, se atreviera con una aventura como la de entrenar al FIAT Torino en Italia y en la Eurocup. Hermano del ya mencionado Herb Brown, Larry Brown podía haberse dedicado ya a otros menesteres y disfrutar del lucimiento de un largo palmarés y de esa reputación que siempre le ha perseguido de entrenador que no duraba muchos en los proyectos que aceptaba pero hacía mejores a equipos que hasta entonces no habían rendido bien. Ex entrenador de las universidades de Carolina del Norte (como ayudante), UCLA, Kansas y los Mustangs de Southern Methodist University, su última experiencia, su recorrido en la NBA es igual de meritorio y revelador. En diferentes épocas, ha sido primer entrenador de los Denver Nuggets, New Jersey Nets, San Antonio Spurs, Los Angeles Clippers, Indiana Pacers, Philadelphia 76ers, Detroit Pistons, New York Knicks y Charlotte Bobcats. Fue campeón de la NBA en 2004 con los Pistons. Los Pistons de Chauncey Billups (MVP de la final), Richard Hamilton, Mehmet Okur, Tayshaun Prince, Ben Wallace, Rasheed Wallace y... Darko Milicic derrotaron a los Lakers de Phil Jackson y Kobe Bryant. Tres años antes, en 2001, entrenando a los Sixers de Allen Iverson, con quien tuvo sus más y sus menos, fue elegido mejor entrenador del año en la NBA. También fue dos veces entrenador en el All Star Game. También tuvo logros en la NCAA, por supuesto, vencedor de las finales de 1988 y nombrado Naismith College Coach of the Year cuando entrenaba a la Kansas de Danny Manning y Kevin Pritchard. Por todos estos éxitos, entró en el Hall of Fame. Y hay más: también tiene currículo con la selección nacional. En el año 2000, siendo ayudante de Rudy Tomjanovich, disfrutó de un oro inmaculado en las Olimpiadas de Sydney. Al mismo tiempo, se convirtió en el primer norteamericano en ser medallista con la selección de baloncesto como jugador y entrenador. En 2002, accedió al puesto de seleccionador nacional. Ganó el FIBA Américas pero en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 solo pudieron conseguir la medalla de bronce al salir derrotados en semifinales contra la Argentina de los Manu Ginobili y compañía. Y eso que, en su equipo, contaba con gente como Dwayne Wade, Carmelo Anthony, LeBron James o Allen Iverson. 

Sin embargo, este año, ansioso de más experiencias, al parecer, decidió aceptar la oferta que le llegaba desde Italia y probar suerte. Una suerte que no ha ido bien. Hace tiempo que volvió a Estados Unidos por problemas de salud y tampoco su ayudante ha conseguido mejorar los pobres resultados de lo que va de temporada: un bagaje de 2 victorias y 6 derrotas en la liga doméstica y un contundente 0-8 en la Eurocup. Por ello, ayer mismamente, los periódicos se hacían eco de la decisión de los gestores del Torino de dejar de contar con él. Ya hay rumores que sitúan a entrenadores como Gianmarco Pozzecco y Stefano Pillastrini en el banquillo. Su Torino se ha basado en la producción de un buen puñado de norteamericanos (Tyshawn Taylor, Jamil Wilson, Tony Carr, Victor Rudd, Tekele Cotton, James McAdoo) que no han sabido rendir lo esperado. Les han acompañado dos veteranos italianos como Giuseppe Poeta y Marco Cusin, más el argentino Carlos Delfino. En fechas más recientes, llegaron Dallas Moore desde el Hapoel de Tel Aviv y Mouhammadou Jaiteh. Ninguno ha conseguido que el equipo de Larry Brown funcione del todo. Poeta, un veterano de 33 años con pasado en Bolonia, Baskonia, Manresa y Trento entre otros, lo dejaba bien claro en una entrevista para el New York Times"For sure, Coach is a legend, and for sure, he is a genius. But it is also true that here, basketball is totally different." Mi traducción: "Por supuesto, el entrenador es una leyenda, y, sí, también es un genio, pero también es verdad que, aquí, el baloncesto es muy diferente." Ese reportaje del New York Times, bajo un titular elocuente "A Hall of Fame in Exile: Larry Brown's Italian Adventure", recuperaba la experiencia de Brown en Italia de la mano del escritor Alessandro Grassani quien habría su texto con una frase muy contundente: "Larry Brown has been always something of a enigma. But rarely has he been so misunderstood". Mi traducción: "Larry Brown siempre ha sido un enigma, pero nunca había sido tan incomprendido como ahora." 

Se refería Grassani, sobre todo, al berenjenal en el que parecía que se había metido en Italia después de varias, muchas décadas de carrera. Esta última experiencia, a no ser que ocurra un cambio inesperado, está apunto de terminar. Puede que haya sido la última. O igual no. Con Larry Brown, al parecer, nunca se sabe. 

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