sábado, 11 de mayo de 2019

Ruben Loftus-Creek



Bueno, habrá que reconocer que, desde fuera, y a qué me refiero con esto lo explico a continuación, las semifinales de las dos competiciones internacionales más importantes en el fútbol profesional han estado muy emocionantes. Remontadas, córners sorpresa, goles en el último segundo, tandas de penalties... Si, como decía, lo ves desde fuera, no se puede pedir más. Y, desde fuera, quiere decir que tú no apostaste nada sentimentalmente, que te daba medianamente igual que ganara el uno o el otro. 

Hecha esa primera lectura, la segunda nos deja otra más aparentemente manifiesta y fácil: el fútbol inglés domina. Las dos finales las disputarán cuatro equipos ingleses. Es más, tres equipos londinenses y uno de Liverpool. No me voy a poner a repasar la historia, no sé si esto había ocurrido antes o cuánto tiempo hacía que no se repetía, pero dudo que haya habido muchas ocasiones en las que una ciudad haya tenido a tres representantes en dos finales tan importantes. Una ciudad de casi nueve millones de habitantes, también hay que decirlo. Sus barrios son casi tan poblados como la comunidad autónoma en la que yo vivo. 

Con ese contexto, como suele ser habitual en este blog, nos ha dado por hacer un ejercicio inútil y sin fondo, para ocupar el tiempo. Cálculos y exámenes como el que vamos a hacer ahora ya no le importan a nadie, o a casi nadie. El fútbol profesional es tan global e internacional que ponerte a mirar los orígenes de los jugadores no vende ya. Porque, viendo a cuatro equipos ingleses en las finales, uno puede preguntarse: ¿domina el fútbol inglés o domina su liga? Los resultados de los equipos ingleses en competiciones internacionales son evidentes. En la clasificación histórica de la UEFA Europa League, el Tottenham es 3º y el Liverpool es 9º. Inglaterra es el tercer país con más títulos, 8, por detrás de España, 11 e Italia, 9. En la Champions League, Inglaterra también es tercera en victorias, con 12 en total, por detrás de España, 18, y empatada con Italia, 12. Con los de esta temporada, Inglaterra superará a Italia en Champions y empatará con los mismos en la clasificación histórica de la Europa League. Por su parte, la selección nacional, no gana el Mundial desde 1966 y su mejor resultado reciente en un Europeo data de 1996, cuando fueron terceros. 

Insisto, este ejercicio ya está caduco y falto de interés, aunque vayamos a hacerlo. Todos sabemos cuáles van a ser las conclusiones: los equipos ingleses están llenos de jugadores internacionales y la presencia de nacionales es mínima, en ocasiones, casi simbólica. Sin embargo, se pueden hacer puntualizaciones: Inglaterra ganó los mundiales sub20 y sub17 hace dos años. Parte de ese talento se empieza a ver ahora. Los pocos nacionales que asoman en los cuatro equipos finalistas son jóvenes y pueden dar esperanzas al fútbol inglés. 

Vamos a analizarlo en detalle. 

La final de la Europa League la jugarán, este año, el Arsenal de Unai Emery y el Chelsea de Maurizio Sarri. En las eliminatorias de semifinales, dos jugadores por cada equipo se podrían señalar como héroes de la clasificación. Por el Arsenal, dos delanteros: el francés Alexandre Lacazette y el su compatriota Pierre-Emerick Aubameyang. Por el Chelsea, el belga Eden Hazard y el portero vasco Kepa Arrizabalaga. Ninguno de ellos nacionales. 

Si miramos las plantillas, en estas semifinales, la representación nacional para el Arsenal fue mínima. En los dos partidos ante el Valencia, el único representante inglés para el Arsenal fue el joven de 21 años Ainsley Maitland-Niles. En el banquillo, durante los dos partidos, sin participar, se quedó otro joven talento nacional, Eddie Nketiah, de 19 años. El Arsenal cuenta, según su listado de plantilla, con otros jugadores nacionales, muchos de ellos jóvenes con aspiraciones de crecer. Hablamos de Aaron Ramsey, Danny Welbeck, Carl Jenkinson, Bukayo Saka, Rob Holding, Charlie Gilmour, Joe Willock, Tyreece John-Jules, Zech Medley o Jordi Osei-Tutu. La participación de todos ellos durante la temporada, en algunos casos, habrá sido testimonial, casi nula, pero parece que asoman nuevos talentos que en próximos años pueden mejorar el porcentaje de talento nacional. Sin embargo, y si nos limitamos a los parámetros de nuestro estudio, en semifinales, los números fueron mínimos: uno jugando, uno en el banquillo. 

El otro equipo inglés en la Europa League, el Chelsea, pasó más apuros en su eliminatoria ante el Eintracht de Frankfurt. En este caso, el número de jugadores nacionales, se amplió un poco más, muy poco: jugaron dos. Ruben Loftus-Cheek, de 23 años y origen guyanés, y Ross Barkley, de 26, natural de Liverpool. Durante el segundo partido, en el banquillo se quedó el veterano inglés de 33 años Gary Cahill, que en el primero no estuvo convocado. En el de ida, tampoco jugó Barkley. Igual que en el caso del Arsenal, también en el Chelsea hay otros jugadores nacionales interesantes que no participaron en esta eliminatoria, el joven talento Callum James Hudson-Odoi, de 18 años, por ejemplo, o el ex del Leicester City campeón de la Premier League, Danny Drinkwater, de 29 años y natural de Manchester. Hay más que han aparecido por partidos y entrenamientos de esta temporada, desde el veteranísimo portero de 39 años Robert Green hasta los jóvenes Jamie Cumming, George McEachran o Ethan Ampadu. 

En resumen, lo que ya sabíamos, muy pocos. Pero hay que creer que la juventud de Maitland-Niles, Loftus-Cheek, Hudson-Odoi o McEachran apunta a que en un futuro más cercano que lejano su peso en el equipo será más relevante y otros podrán venir por detrás. Y, de todas formas, y sin entrar en detalles, habría que preguntarse otra cosa: ¿tan exagerada fue la diferencia con sus rivales, Valencia y Eintracht? ¿Ellos, por el contrario, siguen otro patrón y si están repletos de producto nacional? Pues solo fijándonos en los números, vemos que, en realidad, la carencia de producto nacional en las plantillas más competitivas en Europa, es algo generalizado. Entre los 18 convocados del Valencia para el partido de ida hubo nueve jugadores nacionales (50%), que no está mal. Eso sí, solo cuatro fueron titulares: José Gayá, Carlos Soler, Dani Parejo y Rodrigo Moreno. En el banquillo, se quedaron Jaume Doménech, Toni Lato, Ferrán Torres, Santi Mina y Rubén Sobrino. En el partido de vuelta en Valencia, se bajó del 50% ya que fueron ocho. Tres titulares: José Gayá, Dani Parejo y Rodrigo Moreno; y cinco en el banquillo, Jaume Doménech, Carlos Soler, Toni Lato, Ferran Torres y Santi Mina. En el caso de los alemanes, para el partido de ida en Alemania, se convocó a cuatro alemanes, un 22% de la convocatoria. Fueron titulares tres: el portero Kevin Trapp, Danny da Costa y Sebastian Rode. En el banquillo estaba Tyson Chandler. Para el de vuelta, lo mismo. 

En la Champions League, el Liverpool sorprendió a todos con una épica remontada en Anfield Road ante el FC Barcelona; y el Tottenham hizo lo mismo en el Ámsterdam Arena. Centrándonos en nuestro estudio, los de Jurgen Klopp, utilizaron a dos jugadores nacionales como titulares en el partido de ida, el veterano James Milner, de 33 años y natural de Leeds, y el joven Joe Gomez, de 22 años. Podríamos añadir a Andrew Robertson, de 25 años, que no es inglés, pero, por lo menos, es británico, escocés. En el banquillo se quedaron Jordan Henderson, inglés de 29 años, quien acabaría jugando, y Trent Alexander-Arnold, quien se quedó sin minutos. En el partido de vuelta, el de la remontada, además del escocés Robertson, fueron titulares tres ingleses: James Milner, Trent Alexander-Arnold y Jordan Henderson. En el banquillo estuvieron Joe Gomez y el veterano de 30 años Daniel Sturridge, los dos jugaron. Hubo otros dos ingleses en el banquillo, otros dos jóvenes aspirantes, pero no contaron con minutos: Rhian Brewester, de 19 años, y Ben Woodburn, de la misma generación. El Liverpool cuenta con otros jugadores nacionales como los jóvenes Isaac Christie-Davies o Curtis Jones, o los más veteranos Alex Oxlade-Chamberlain y Adam Lallana, pero ninguno apareció por las semifinales. 

Por su parte, el Tottenham, en el partido de vuelta, el de la remontada, colocó a tres jugadores nacionales como titulares: Kieran Trippier, de 29 años, Danny Rose, de 29 años también, y el joven Dele Alli, de 23 años. En el banquillo tenían a otros dos ingleses, Eric Dier, de 25 años, y el jovencísimo, 18 años, Oliver Skipp, pero ninguno jugó. Sí jugó el galés de 26 años Ben Davies. En el partido de ida, jugado en Londres y saldado con derrota, también jugaron los mismos: Rose, Alli y Trippier como titulares y Davies desde el banquillo. Sin jugar, además de Skipp y Dier, también tuvo espacio otro joven talento, este de 22 años, llamado Kyle Walker-Peters. Por supuesto, en el Tottenham era baja el talento nacional que ejerce de estrella para el equipo de Mauricio Pochettino, Harry Kane. Y también cuentan con otros jóvenes aspirantes, como Harry Winks, de 23 años, George Marsh, de 20, Luke Amos, de 22, Timothy Eyoma, de 19 o Alfie Whiteman, de 20. 

Nuevamente, algo más de presencia, pero poca aún. Y joven talento, de distintas generaciones, pero con ecos de esperanza para el fútbol inglés. ¿Hubo contraste, igualmente, con sus rivales? La respuesta, desde nuestro punto de vista, vuelve a ser negativa. Por el FC Barcelona, los números no fueron mayores. En el 3-0 de Barcelona, jugaron cuatro jugadores nacionales como titulares, Jordi Alba, Sergi Roberto, Gerard Piqué y Sergio Busquets, y uno desde el banquillo, Carles Aleñá. Los mismos cuatro repitieron en el doloroso 4-0 y Aleñá no jugó. Los números se amplían un poco más en el caso del Ajax. En el 0-1 de Londres, fueron titulares los holandeses Donny Van den Beek, Frenkie de Jong, Daley Blind, Matthijs de Ligt, Joël Veltman y el jugador de origen marroquí pero nacido en los Países Bajos Hakim Ziyech. Visto lo visto, seis de once no está mal. En el banquillo tenían cuatro más: el veterano Klaas-Jan Huntelaar y Noussair Mazraoui, Dani de Wit y Daley Sinkgraven. En el partido de vuelta, en Ámsterdam, volvieron a ser titulares De Ligt, Blind, Van de Beek, de Jong y Ziyech. Y a los cinco se sumó Mazraoui, mientras que Veltman pasó al banquillo, donde también se sentaron Sinkgraven, Huntelaar y de Wit. 

Sin contar a Robertson, escocés, y a Davies, galés, hemos puesto a todos los jugadores ingleses que participaron en estas cuatro semifinales en negrita: Ainsley Maitland-Niles, Ruben Loftus-Creek, Ross Barkley, Danny Rose, Kieran Trippier, Dele Alli, James Milner, Trent Alexander-Arnold, Jordan Henderson, Joe Gomez y Daniel Sturridge. Son 11. 63 jugadores disputaron estas semifinales para Tottenham Hotspurs, Liverpool, Chelsea y Arsenal. Es decir: el 17,4% de todos los jugadores que disputaron alguno de los dos o ambos partidos de semifinales para estos equipos era inglés. 

Un par de datos más: los cuatro entrenadores de los cuatro equipos ingleses que jugarán las finales son internacionales. Un argentino, Mauricio Pochettino, un alemán, Jurgen Klopp, un italiano, Maurizio Sarri, y un vasco, Unai Emery, se sentarán en los banquillos. Solo entre los ayudantes, encontramos al menos a un inglés, Steve Bould, ayudante de Unai Emery. El resto, el italiano Gianfranco Zola, que ayuda en el Chelsea a su compatriota Sarri, el alemán Peter Krawietz, que echa un cable a Klopp en el Liverpool o el español Jesús Pérez, ayudante de Pochettino en los Spurs, por lo tanto, amplían la nómina de extranjeros en los banquillos ingleses. Y el último dato: de los dieciséis goles que han marcado estos cuatro equipos en las semifinales, los dieciséis goles que, por su valor doble o no, les han llevado a las finales, solo uno lo ha marcado un jugador inglés: Ruben Loftus-Creek para el Chelsea. Por ello, entre todos los nombres usados en esta entrada, vamos a elegir el suyo para titularla. Los demás han sido obra de un brasileño, Lucas Moura, y su ya histórico triplete en Ámsterdam; un belga, los dos de Divock Origi para el Liverpool; un holandés, los otros dos de la remontada para los reds, obra de Georginio Wijnaldum; un español, el otro que marcó el Chelsea en la eliminatoria, obra de Pedro Rodríguez; y los siete restantes, todos los del Arsenal, llevan acento francés, cuatro de Aubameyang y tres de Lacazette. 

Lo dicho. A nadie le importa esto a estas alturas. Todos sabemos cómo se mueve el fútbol profesional actual. El Tottenham es propiedad de la empresa británica ENIC International Ltd, que posee el 86% del accionariado. El Liverpool tiene dueños norteamericanos, la empresa Fenway Sports Group, con el norteamericano Tom Werner como cabeza visible del proyecto. El Chelsea lleva años siendo propiedad del multimillonario ruso Roman Abramovich. Por último, hasta donde yo conozco, el mayor accionista del Arsenal es el norteamericano Stan Kroenke, con intereses en otros deportes también. Lo que sí les queda a estos equipos es afición. Y seguro que, a ellos, visto lo lejos que han llegado sus equipos esta temporada en Europa, las cuentas que hemos hecho hoy aquí se las traen al pairo y disfrutarán igualmente de la emoción y la ilusión de disputar una final. Solo dos aficiones llorarán de alegría, pero esta se repartirá por varios países, eso está claro. 

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