Coloquialmente, to go for a burton, en inglés, significa irse al carajo. La guerra se le fue al carajo a Sam Warburton a los 18 minutos de las semifinales del Campeonato del Mundo de rugby cuando placó de manera agresiva al francés Vincent Clerc. A sus 23 años, Warburton ya es el capitán de la selección de Gales y todo un veterano, pero en semifinales fue protagonista por una acción que no le resultó tan positiva.
Creo que fue el viernes cuando recibí un correo de nuestro amigo y vecino el de las asics que me venía a preguntar si estaba siguiendo el mundial de rugby y que si lo estaba haciendo tenía que escribir una entrada sobre las semifinales y colgar el vídeo de ese placaje porque era impresionante. Nuestro vecino, como sabéis, se está haciendo las galias, y se está dejando empapar por la cultura deportiva de nuestros vecinos: además del rugby, el tío se va a ver al Villerbaune en baloncesto y ya visitó el campo del Olympique de Lyon. Le contesté diciéndole que igual esperaba a que se resolviera la siguiente semifinal. Y eso he hecho. Pero nuestro vecino tenía razón, el placaje es impresionante y merece la pena ver el vídeo. No entro en la polémica de si Warburton se merecía la roja o no, porque soy bastante iletrado en esto del rugby. Y aquí respondemos a la pregunta, ¿he seguido el Mundial? Pues sí, pero muy por encima. En parte, gracias a un habitual del blog, mi compañero de entrenamientos, que me mantenía al día de vez en cuando. También he hecho mi propio seguimiento, pero he de confesar que mi pasión por el rugby siempre se queda a medio camino. Es un deporte que me atrae y me repele al mismo nivel. Y repulsa quizás no sea la palabra más adecuada, y sí pereza. Tengo cierto recelo a entender el juego porque me cuesta, pero siempre digo que me lo voy a proponer porque me apetece, pero nunca acabo por hacerlo. Es un deporte que requiere cierto compromiso por parte del aficionado. No te puede gustar a medias, debes comprometerte, tener los ojos abiertos, hacerte preguntas, tomar decisiones. Y eso a veces da pereza, pero la pereza es mala. También confieso que siento una admiración profunda por la capacidad física de los jugadores de élite. Su porte me parece impresionante. Tan impresionante como el de los ciclistas o los maratonianos, pero de una manera completamente distinta.
Hecha toda esta digresión, sí, Francia accedió a una final en la que ganó su rácana defensa, según he leído, para aprovechar un resultado muy corto que los galeses no consiguieron voltear. El experto del diario As para el mundial de rugby es contundente: dice que esta selección de Francia ganaría el mundial de manera "lícita pero injusta" y que en semifinales demostró su "perfil más mezquino". He copiado lo que él escribió aunque le he cambiado el género a los dos primeros adjetivos, pero todo lo podéis leer en su crónica del 16 del 10 de 2011. Este cronista, de nombre Fermín de la Calle, distingue entre dos corrientes tradicionales de rugby en la tradición francesa, y que él llama el Rugby Champagne y el Rugby Rambo. Al parecer, la primera se destaca por un rugby mucho más vistoso, desarrollado y completo, mientras que la segunda versión apuesta por un juego más resultadista, defensivo y práctico. El adalid de esta segunda tradición sería el seleccionador nacional francés, Marc Lievremont, que ya sabe que aunque gane el Mundial, Mundial que repite la final de la primera edición y que propondrá ecos de venganza tras aquel partido de hace ya una década entre ambas selecciones y que mucha gente señala como uno de los mejores partidos de rugby de la historia, será sustituído por Phillipe Saint-André al que, según el mismo cronista, se le puede relacionar con la otra tradición. El caso es que los franceses han accedido a la final no sin polémicas y escisiones entre la afición y los propios miembros de la selección. Para ponerle la guinda, el propio Lievremont se salió ayer con unas declaraciones rotundas al decir que sus jugadores son irresponsables y malcriados y que parte de la culpa de los problemas que han tenido durante estos años se deben a esa actitud. Todo esto porque después de las semifinales de rugby alargaron el tercer tiempo hasta altas horas de la madrugada.
En el otro lado, los elogios llegan para el juego de los allblacks que se deshicieron de los wallabies para acceder a una final a la que estaban obligados a llegar ya que el Mundial se está disputando ante su público. Otros cronistas que no son el del As me han dejado leer que el juego de los australianos fue decepcionante, que los locales Aaron Cruden y Piri Weepu llevaron el peso del partido, que los neozelandeses pudieron haber conseguido una victoria más contundente si hubieran acertado con los golpes de castigo y que con esta victoria consiguieron vengarse del seleccionador australiano y de Quade Cooper que juega con Australia aunque nació en Nueva Zelanda.
Ahora quedan dos cosas. Una, colgar el vídeo del famoso placaje y eso no va a poder ser, la federación internacional de rugby ya se ha encargado de denunciar el uso de esas imágenes en internet porque son de su propiedad. A cambio, os tendréis que conformar con unas pocas fotos que cuelgo al final. Dos, esperar hasta el próximo domingo cuando la ciudad de Auckland, si no me equivoco, vivirá la final entre gallos y all blacks y decidirá el campeón mundial de rugby. 24 años lleva esperando un país que se desvive por este deporte y que ya se ve como ganador por segunda vez en su historia. En 1987, año de la primera edición, los all blacks ganaron en la final a Francia. Desde entonces, se han disputado otras cinco ediciones que han ganado, consecutivamente, Australia, Sudáfrica, Australia de nuevo, Inglaterra y Sudáfrica una vez más. Según cuentan algunos expertos, el verdadero escollo para ganar el título era Australia. Una vez conseguido, la afición neozelandesa espera con ganas la llegada del próximo domingo cuando en su país esperan celebrar dos cosas: el día del trabajador y el campeonato del mundo de rugby.
Creo que fue el viernes cuando recibí un correo de nuestro amigo y vecino el de las asics que me venía a preguntar si estaba siguiendo el mundial de rugby y que si lo estaba haciendo tenía que escribir una entrada sobre las semifinales y colgar el vídeo de ese placaje porque era impresionante. Nuestro vecino, como sabéis, se está haciendo las galias, y se está dejando empapar por la cultura deportiva de nuestros vecinos: además del rugby, el tío se va a ver al Villerbaune en baloncesto y ya visitó el campo del Olympique de Lyon. Le contesté diciéndole que igual esperaba a que se resolviera la siguiente semifinal. Y eso he hecho. Pero nuestro vecino tenía razón, el placaje es impresionante y merece la pena ver el vídeo. No entro en la polémica de si Warburton se merecía la roja o no, porque soy bastante iletrado en esto del rugby. Y aquí respondemos a la pregunta, ¿he seguido el Mundial? Pues sí, pero muy por encima. En parte, gracias a un habitual del blog, mi compañero de entrenamientos, que me mantenía al día de vez en cuando. También he hecho mi propio seguimiento, pero he de confesar que mi pasión por el rugby siempre se queda a medio camino. Es un deporte que me atrae y me repele al mismo nivel. Y repulsa quizás no sea la palabra más adecuada, y sí pereza. Tengo cierto recelo a entender el juego porque me cuesta, pero siempre digo que me lo voy a proponer porque me apetece, pero nunca acabo por hacerlo. Es un deporte que requiere cierto compromiso por parte del aficionado. No te puede gustar a medias, debes comprometerte, tener los ojos abiertos, hacerte preguntas, tomar decisiones. Y eso a veces da pereza, pero la pereza es mala. También confieso que siento una admiración profunda por la capacidad física de los jugadores de élite. Su porte me parece impresionante. Tan impresionante como el de los ciclistas o los maratonianos, pero de una manera completamente distinta.
Hecha toda esta digresión, sí, Francia accedió a una final en la que ganó su rácana defensa, según he leído, para aprovechar un resultado muy corto que los galeses no consiguieron voltear. El experto del diario As para el mundial de rugby es contundente: dice que esta selección de Francia ganaría el mundial de manera "lícita pero injusta" y que en semifinales demostró su "perfil más mezquino". He copiado lo que él escribió aunque le he cambiado el género a los dos primeros adjetivos, pero todo lo podéis leer en su crónica del 16 del 10 de 2011. Este cronista, de nombre Fermín de la Calle, distingue entre dos corrientes tradicionales de rugby en la tradición francesa, y que él llama el Rugby Champagne y el Rugby Rambo. Al parecer, la primera se destaca por un rugby mucho más vistoso, desarrollado y completo, mientras que la segunda versión apuesta por un juego más resultadista, defensivo y práctico. El adalid de esta segunda tradición sería el seleccionador nacional francés, Marc Lievremont, que ya sabe que aunque gane el Mundial, Mundial que repite la final de la primera edición y que propondrá ecos de venganza tras aquel partido de hace ya una década entre ambas selecciones y que mucha gente señala como uno de los mejores partidos de rugby de la historia, será sustituído por Phillipe Saint-André al que, según el mismo cronista, se le puede relacionar con la otra tradición. El caso es que los franceses han accedido a la final no sin polémicas y escisiones entre la afición y los propios miembros de la selección. Para ponerle la guinda, el propio Lievremont se salió ayer con unas declaraciones rotundas al decir que sus jugadores son irresponsables y malcriados y que parte de la culpa de los problemas que han tenido durante estos años se deben a esa actitud. Todo esto porque después de las semifinales de rugby alargaron el tercer tiempo hasta altas horas de la madrugada.
En el otro lado, los elogios llegan para el juego de los allblacks que se deshicieron de los wallabies para acceder a una final a la que estaban obligados a llegar ya que el Mundial se está disputando ante su público. Otros cronistas que no son el del As me han dejado leer que el juego de los australianos fue decepcionante, que los locales Aaron Cruden y Piri Weepu llevaron el peso del partido, que los neozelandeses pudieron haber conseguido una victoria más contundente si hubieran acertado con los golpes de castigo y que con esta victoria consiguieron vengarse del seleccionador australiano y de Quade Cooper que juega con Australia aunque nació en Nueva Zelanda.
Ahora quedan dos cosas. Una, colgar el vídeo del famoso placaje y eso no va a poder ser, la federación internacional de rugby ya se ha encargado de denunciar el uso de esas imágenes en internet porque son de su propiedad. A cambio, os tendréis que conformar con unas pocas fotos que cuelgo al final. Dos, esperar hasta el próximo domingo cuando la ciudad de Auckland, si no me equivoco, vivirá la final entre gallos y all blacks y decidirá el campeón mundial de rugby. 24 años lleva esperando un país que se desvive por este deporte y que ya se ve como ganador por segunda vez en su historia. En 1987, año de la primera edición, los all blacks ganaron en la final a Francia. Desde entonces, se han disputado otras cinco ediciones que han ganado, consecutivamente, Australia, Sudáfrica, Australia de nuevo, Inglaterra y Sudáfrica una vez más. Según cuentan algunos expertos, el verdadero escollo para ganar el título era Australia. Una vez conseguido, la afición neozelandesa espera con ganas la llegada del próximo domingo cuando en su país esperan celebrar dos cosas: el día del trabajador y el campeonato del mundo de rugby.
5 comentarios:
Muy bien, me has hecho caso, jeje.
Quizás el domingo vaya a un bar a seguir la final, seguro que es una acontecimiento único.
Por cierto, ayer estuve en Gerland, pero no para ver al Olympique, sino a el LOU, equipo local y recién ascendido al top 14. Jugaban contra el Stade Français (París), uno los equipos históricos de Francia, ganador trece veces de la Liga. El caso es que ganaron los locales por 18 a 6. No ví ningún ensayo, sí muchos lanzamientos de penalización y un drop. También varias asistencias médicas a jugadores "heridos" mientras el partido se seguía disputando.
Cómo se levanta todo el estadio cuando algún jugador corre veloz para hecr un ensayo es un momento muy bonito, lástima que no se convirtió ningún intento.
El campo estaba bastante lleno, más de lo que me esperaba, con lo que hubo un buen ambiente.
Lo peor, aunque típico en el Rugby, las sinfonías taurinas que tanto gustan a los franceses: pasodobles y demás, hasta paquito el chocolatero, que no sé cómo lo llamará ellos!!!
En fin, repetiré contra el Stade Toulousain y, de mientras, veré a Tony Parker en el Astroballe el próximo viernes. Hablan de la llegada de Turiaf... veremos.
Alvaro.
Lo que decía: empapándose de la cultura deportiva francesa
Ya sé que no viene mucho a cuento pero yo hace dos años más o menos estuve viendo el derby vasco en Anoeta: Abiron Baionais- Biarritz Olimpique, ya sé que lo he escrito mal, pero a lo que íbamos, ambientazo!!! Y sí, paquito el chocolatero y todo, jajajaja!!! Por cierto, yo iba con el Biarritz por aquello de que iban de rojo y blanco (me compré una bufanda y todo) y ganaron 9-3 (creo). Y tampoco vi ningún ensayo...
Álvaro, qué opciones piensan los franceses que tienen de ganar? Yo antes del mundial pensaba que Nueva Zelanda no lo ganaba pero creo que contra Francia sí van a ganar, de todas formas, GO SCOTLAND!!!!
Ángel, podías haber puesto un vídeo de la Haka, que eso sí que es espectacular.
Buena entrada, ya era hora de que hablaras de rugby aunque me pasa más o menos como a ti.
Saludos.
Yo, de rugby no tengo ni idea, aunque pueda parecer lo contrario. Quiero que gane Francia, por cercanía, pero me da bastante igual. El rubgy me parece espectacular y es eso lo que me gusta. Cuando ves de frente a quince tíos que están pensando: "tenemos que pasar por encima de esos otros quince, cómo lo hacemos?" bufff, que tiemble el planeta! Hay que verles correr para saberlo.
Yo creo que Francia tiene muy pocas posibilidades. Perdieron contra Tonga, pasaron como segunda o tercera o ganaron a Gales como le ganaron. Además hay una polémica interna en el equipo y en toda Francia. A ello se le une el componente de que NZ es la mejor selección y juega en casa. Pero bueno, habrá que ver.
Mitxel, te acuerdas de ver el calentamiento de los jugadores en Anoeta? A mi me sorprende el calentamiento que hacen, tanto antes de jugar como los suplentes durante el partido. Carreras, golpes, flexiones, más golpes, pases... muy duro.
Alvaro.
Yo nunca he visto un partido en directo. Es una de esas cosas que me quedan en la lista del árbol, el hijo y el libro. Este año decíamos que había que volver a San Mamés y lo hicimos, quizás también debamos acercarnos un día a Getxo, puede que no sea lo mismo, pero seguro que también es un espectáculo. Por cierto, mi único antecedente, y sé que no tiene nada que ver, fue un partido de fútbol americano y me aburrí como una ostra, como ya sabéis.
Publicar un comentario