sábado, 25 de agosto de 2012

Iván Hierro Peña



Mi tercera participación en la Hiri Krosa de fiestas de Bilbao comenzó como la menos estimulante y prometedora y acabó por ser la más sufrida pero reconfortante. Mucha gente y mucho calor. Y mucho simpatizante de este blog y del de nuestro vecino el de las Asics. Ahora yo también tengo Asics, me las regaló él, y ayer, precisamente, las estrené en carrera. Entre otras cosas, porque también ayer, a estas alturas de año, estrené la temporada 2012 de carreras populares. Por una cosa o por otra, hasta ahora, no había conseguido debutar en este año deportivo.
Como decía, nos reunimos unos cuantos el día grande de fiestas para celebrarlo sudando, aunque también, he de decirlo, fallaron algunos a los que se les echó de menos. Por un lado, estaba el bloque que formaban el co-organizador principal de la porma el año pasado, su hermano y una pareja de intrépidos korrikalaris amigos, más un servidor, M con su gorra negra y G que aprovechó el dorsal que dejó libre una de las ausentes. Más tarde llegó el segundo grupo de pormaratonianos, con nuestro diseñador particular de logotipos y carteles, su valiente esposa, la hermana de ésta, su pareja y otro G aunque éste sí que tenía su propio dorsal. 
Las clasificaciones ya están disponibles en la página web de las comparsas de Bilbao y podéis acceder a ella pinchando en este link: clasificación final. En resumen, el primero de nuestro amplio grupo fue D con 26:29 en el puesto 260. Cerca, con 27:47, en el puesto 342 entró X, el hermano de nuestro co-organizador, M, que fue el siguiente del grupo con 30:13 en el puesto 498. En realidad, fue el cuarto, porque según la clasificación oficial, aparece primero, en el puesto 497, I, que no fue I si no G, que aprovechó su dorsal, con dos segundos menos. Según la versión de los propios implicados, hubo sprint final entre ambos y el resultado fue el contrario, primero entró M y luego G, y los dos coinciden en el veredicto, así que... En cualquier caso, después entró un servidor en el puesto 514 con un tiempo oficial de 30:35. Por supuesto, y creo que eso también le ocurrirá a muchos de los que nombro aquí, mi tiempo oficial no coincide con el que yo tomé en mi reloj y que fue 29:58. Con estos tiempos, poco más da que te pongan o te quiten segundos, pero a mí me reconfortó bajar de la media hora y sé que lo hice y que pudo hacerlo aún mejor, así que, esta vez, y siempre es más fiable, me quedo con lo que marcaba mi reloj y no el de la línea de meta. Poco después, me siguió en meta otro M, el de la gorra, en el puesto 640, con 33:08, quien pagó el fuerte ritmo que se impuso al principio y acabó padeciendo el calor. Por último, llegó el gran pelotón R, V, C, A y G, todos en tiempos entre los 38:30 y los 38:40 y en los siguientes puestos: 816, 817, 818, 819 y 823. Justo un poco antes llegó N, pareja del particular vencedor de nuestra comunidad, que hizo un tiempo de 38:27 para llegar en el puesto 813. Lo dicho. Por las conversaciones que tuvimos mientras bebíamos líquido, sé que muchos no estarán de acuerdo con los tiempos oficiales, pero estos desajustes suelen ocurrir. Nos quedamos con las sensaciones, la experiencia y el tiempo de la pulsera, si preferís. 
En general, al cobijo de los plátanos de El Arenal, ya pasado el largo periplo por el desierto de sudor de la meta y habiendo bebido todo el líquido que se pudo, las conversaciones placenteras post-carrera parecían coincidir en las buenas sensaciones de todos los amigos que nos reunimos ayer en Bilbao. Unos porque terminaron, otros porque mejoraron sus tiempos, otros porque se sintieron bien, o mejor, o porque, al fin y al cabo, lo has hecho y punto, pero todo el mundo parecía estar, en mayor o menor medida, satisfecho. Y era para estarlo porque, aunque sean solo seis kilómetros, el calor y la humedad del día de ayer hicieron la prueba más dura de lo que lo fue en otras ocasiones. Subió también el número de participantes y, a las alturas de pelotón en las que nos movemos nosotros, hubo hasta algún problema para trazar y adelantar, incluyendo una lamentable caída cerca de la rotonda del ayuntamiento. No voy a quejarme yo de la organización de una prueba que ha mejorado en los últimos años y que, además, persiste en su carácter gratuito y ofrece una manera distinta, saludable y agradable de celebrar las fiestas, pero quizás sí que haya algunos aspectos a mejorar, como la recogida de dorsales, las estrecheces de parte del recorrido y las aglomeraciones en meta. Como digo, solo lo comento de buena fe porque no se puede uno quejar del ánimo y la predisposición de los organizadores ni de los resultados, porque la prueba es atractiva y supera los mínimos que se pueden esperar de una buena organización. Con todo eso, una vez más, satisfacción general, una buena sudada, y el ganador un tal Iván Hierro Peña, del Club Saucony Sport y natural de Boo de Piélagos quien se presentó en meta a 17:42 minutos de haber empezado. Me crucé con él a la altura del Guggenheim, mientras yo iba para el Euskalduna y él ya lo había dejado atrás. Su zancada era espectacular pero más aún lo era el hueco que le sacaba ya al segundo. Enhorabuena para él y enhorabuena para todos los que participaron, llegaron o se quedaron en el camino, que alguno hubo que se les veía pegados a las fuentes públicas sin mucho ánimo de seguir peleando con la velocidad y el sol. 
No quiero cerrar esta crónica sin invitar al que quiera a dar su particular punto de vista y, por supuesto, no podía despedirla sin recordar a los que no pudieron estar. En especial, a P, con quien en años anteriores tuve emotivos duelos, a J que anda de viaje, a E que aún no conoce esta carrera y a nuestro vecino de las Asics que tuvo el detalle de llamar por la noche para interesarse por los resultados y se hace eco de la carrera en su blog. Y mención especial a I. Aunque su nombre aparezca en la clasificación, no corrió porque tiene un corazón muy grande y aceptó de buen grado que se le chafara su fin de semana por cuidar de alguien. Se quedó un tanto triste porque había puesto ilusión en debutar en esto del atletismo popular y, por segundo año consecutivo, se quedó a un tris de hacerlo. Espero que, por lo menos, se quede con las buenas sensaciones que ha tenido esta semana, cuando ha conseguido rebajar en cincuenta segundos por kilómetro sus ritmos habituales y en distancias que normalmente no corre. Eso demuestra que tiene margen, amor propio y buenas piernas, así que, ánimo para la próxima, que la habrá, porque esta comunidad de korrikalaris parece que crece gracias, en parte, al empeño del vecino de las Asics, ya sabéis quién.

Posdata: yo no salgo en la foto. 

1 comentario:

achasa dijo...

Pues muy buena cronica!!! Gracias por las referencias!!!! Se agradecen. Mañana voy para barakaldo, así que si alguien tiene el detalle de salir a correr conmigo algún día.... Encantado (si mis gemelos me lo permiten). Enhorabuena a todos, veo que lo habéis disfrutado. Me alegro mucho.
Hasta pronto.
Álvaro.