martes, 23 de abril de 2013

Aleks Maric



Llego tarde como para hacer ahora una crónica de la final de Charleroi, así que me veo obligado a revestirlo un poco. Ya parece que ha pasado un mundo, pero supongo que a los aficionados bilbaínos aún les duele. Mucho lo ven como una oportunidad perdida, y quizás lo sea, pero lo que sobre papel se moja, sobre la cancha se cumple, porque el Lokomotiv Kuban no dio opción de victoria a los de Bilbao y demostró por qué muchos les tenían como los grandes favoritos. 
Los rusos comenzaron la temporada pensando que podrían jugar la Euroliga y se dejaron el dinero para ello. Han tenido que esperar un año, pero el próximo, los de Evgeny Pashutin jugarán en la máxima categoría y lo harán por méritos deportivos. 
El partido empezó con esperanza para los vizcaínos y terminó con ciertos rayos épicos que se apagaron tan pronto como nacieron. La habilidad para fallar canastas fáciles y los despistes en defensa fueron el debe, pero no menos importante fue el buen acierto, la paciencia y la firmeza del juego ruso. Hasta cinco hombres pasaron de los diez puntos (Richard Hendrix, Aleks Maric, Derrick Brown, Mantas Kalnietis y Nick Calathes) y Simas Jasaitis y Sergey Bykov se quedaron a un triple de conseguirlo. Con tantas posibilidades en ataque y una confianza absoluta en sus posibilidades, la solidez del equipo pudo con el arrojo desesperado de los bilbaínos. Le doy el titular al serbio de Sydney porque, a sus 12 puntos, le sumó 10 rebotes, y no cambiaba de cara ni cuando desesperaba a los bilbaínos al cazar un rebote en ataque ni cuando se lanzaba unas piedras increíbles desde el tiro libre. A sus 28 años, la ex-estrella de Nebraska que pasó por Granada antes de marcharse a Belgrado para acompañar a la nueva generación de talento del Partizan, cambió Panathinaikos por Lokomotiv Kuban en una apuesta que el 13 de Abril acabó por dar sus frutos. Por los de Fotis Katsikaris, muchos nervios, poco tiento y aliento suficiente como para luchar al final. Da la sensación de que este golpe pasará factura, pero quién sabe. Los mejores, dentro de un partido en el que ninguno pareció estar a su altura, fueron un intermitente Kostas Vasileaidis y el inesperado Milovan Rakovic. 
Por lo menos, queda el buen sabor de boca del regalo de Reyes, aunque estemos casi en Mayo, que le acaba de dar al proyecto el diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao. Sus 5'9 millones de euros de patrocinio salvan el culo, y perdón por la expresión, de Gorka Arrinda y su proyecto de baloncesto. Los repetidos fracasos de patrocinio, primero con Gescrap, y, ahora, aparentemente, con Uxue, habían llevado al equipo vasco a una situación de ahogo económico. Los jugadores permanecieron en silencio durante mucho tiempo mientras recibían ofertas, no cobraban la nómina y decidían mantenerse fieles al club. El problema se ha resuelto, pero la sensación que queda, al menos es la que me queda a mí, es que aún falta encontrar una solución a medio o largo plazo que convierta este socorro en algo útil para solidificar a un club que, hasta ahora, no había enseñado su fragilidad económica. Huele también a muchos cambios la temporada que viene. La Liga Europea, tras haber perdido la final, se antoja un objetivo inalcanzable, aunque los jugadores parecen confiar en sus posibilidades durante el próximo play-off, que, si no media una hecatombe, acabarán por jugarlos. 
No es la Eurocup la única competición europea que ya se ha terminado. Porque hay muchas competiciones europeas, hay competición mucho más allá de la Liga Europea, la Eurocup y las competiciones nacionales que sobrevivien. En la ACB, sigue la lucha feroz por coger posiciones en la salida de los play-off, mientras que la lucha por el descenso, una vez definida para desgracia de las ciudades de Manresa y Donostia, parece que, como cada año, se alargará en los despachos. Pero, como decía, más allá de estas ligas domésticas, en Europa, la competición se acerca a sus últimas etapas. 

Terminada ya la Eurocup, la atención mainstream se enfoca hacia la Euroliga donde Maccabi de Tel Aviv y Real Madrid esperan ya a los dos equipos que les acompañen a la gran final four. Hoy se decidirá. El FC Barcelona recibirá al Panathinaikos, y los grandes rivales de estos, los también griegos del Olympiakos tendrán que vencer al sorprendente Anadolu Efes que, por cierto, ha sancionado, y no sé muy bien por qué, al exLaker Sasha Vujacic. 

La EuroChallenge, tercera competición en importancia dentro del continente europeo, también se encuentra a falta de que cuatro equipos se jueguen la victoria. El Karsiyaka turco, donde los americanos Will Thomas y Bobby Dixon y el nigeriano Alade Aminu son las columnas principales que sostienen su juegol, se enfrentarán al EWE Basket alemán donde una cuadrilla de jugadores americanos deciden el porvenir del equipo: Adam Chubb (exCAI), Rickey Paulding, Dru Joyce, Ronnie Burrell y Julius Jenkins. Por el otro lado, parecen partir como favoritos los rusos de Serguey Bazarevich: el Krasnie Krilya de los americanos Aaron Miles (exCajasol), Omar Thomas, Chester Simmons y Andre Smith. Enfrente tendrán al Gravelines francés donde han destacado Dwight Buycks, el ex Real Madrid y Gran Canaria, Kennedy Winston, Yannick Bokolo, Cyril Akpomedah, Abdoulaye M'Baye y Ludovic Vaty. Parece, de todas formas, que será una competición marcada por las actuaciones individuales, y casi que con total seguridad, protagonizadas por jugadores del otro lado del océano. 

Si no estáis familiarizados tampoco os importará mucho, pero desde que a principios del siglo XXI se formó la Liga Adriática, en Europa se disputan otras competiciones que aúnan a equipos de distintos países. En concreto, junto a la veterana Adriatic League, así en inglés suena distinto pero es lo mismo, también se celebran la VTB League, la Liga Báltica y la Balkan League. 

La Liga Adriática la disputan desde 2001. Ahora juegan equipos de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Montenegro, Serbia, Hungría y Macedonia. A semifinales han llegado dos sorpresas, el Radnicki de los Terrico White, Stefan Bircevic y Kyle Visser, y el Igokea de Branko Jorovic, Corsley Edwards y Clifford Hammonds. Los primeros se enfrentarán al Estrella Roja de Igor Rakocevic, quizás los grandes favoritos, porque junto al exACB, juegan un buen puñado de buenos jugadores como Elton Brown, Bojan Subotic, Mike Scott, Predrag Samardziski, DeMarcus Nelson, Mario Simonovic, Aleksandar Cvetkovic, Rasko Katic o Boris Savovic. La otra semifinal la disputará otro favorito, el Partizan de Belgrado, donde jugó Aleks Maric, y aún lo hacen Dejan Musli, Davis Bertans, Leo Westermann, Vladimir Lucic, Drew Gordon, Nemanja Gordic o Bogdan Bogdanovic.

La VTB League se disputa desde 2008 y participan los siguientes países:  Bielorrusia, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Polonia, Rusia, Ucrania, la República Checa y Kazajistán. En ediciones anteriores, el CSKA se llevó tres ediciones y el Khimki una. Este año, el Zalgiris Kaunas de Joan Plaza y tres equipos rusos, el CSKA de Moscú de Ettore Messina, el Unics Kazan de Stanislav Eremin y el Khimky de Rimas Kurtinaitis buscarán la final. 

La Liga Báltica reúne, desde 2004, a equipos de Estonia, Kazajistán, Letonia, Lituania y Suecia. Hasta ahora, los títulos se los habían repartido el Zalgiris Kaunas (cuatro) y el Lietuvos Rytas (dos). Este año, sin embargo, el Ventspils letón, dirigido por el exjugador, entre muchos otros, del Olimpia Ljubljana, el Slask Wroclaw, el Lietuvos Rytas o el ASK Riga, Roberts Stelmahers, se impuso en la final a los lituanos del Rudupis. Artus Berzins y el americano Folarin (gracioso el nombre, pero en una lengua nigeriana significa el que camina con gloria o algo así) Campbell fueron los mejores en la final ante unos lituanos donde no jugó el a la postre mejor jugador de la temporada en la competición, Gedeminas Orelikas. 

Por último, la Balkan League se juega desde 2008 y cuenta con equipos de Macedonia, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Montenegro, Rumanía, Serbia e Israel). Este año se ha repetido la misma final que el año pasado y con igual resultado. El equipo israelí Galil Gilboa ganó al Levski Sofía búlgaro (los otros ganadores de pasadas ediciones fueron el mismo Levski Sofía, el equipo macedonio del KK Fenis Industries y el también búlgaro BK Rilski Sportist). En la edición de este año, los israelíes ganaron gracias al gran partido de su jugador exterior norteamericano Rakim Sanders, que consiguió 30 puntos y 17 rebotes. El equipo entrenado por Lior Lubin tuvo en Yaniv Green a su otro baluarte y, entre ambos, superaron el buen partido del exACB Marko Marinovic para el Levski Sofía. 

En Barcelona y en Estambul hoy estarán a otra cosa. Veremos en qué acaban todas las competiciones que aún no se han terminado.

La foto la he conseguido tras hacer una búsqueda en google y originalmente pertenece a la página web oficial de la competición de la Eurocup donde podéis encontrar más información sobre la competición.

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