lunes, 28 de julio de 2014

Leopold Konig



Voy a seguir el mismo sistema que creo que ya he utilizado este año para el Giro de Italia. En lugar de tomarme el trabajo y la dedicación de hacer un extenso texto repleto de referencias y bien formado, voy a hacer una simple lista de diez protagonistas que elegiré a capricho y así, con su ayuda, resumo cómo he visto yo este último Tour de Francia que terminó el domingo en París con victoria al esprint de Marcel Kittel. De entre los diez que sugiero, elegiré a uno para encabezar, y buscaré una foto chula (probablemente en google images e intentando que cumpla el requisito creative commons, si no, pido ya permiso y excusas por adelantado) y pasamos página que es lo que tiene la actualidad y el deporte en general, que se va tan rápido como se esprinta y solo se recupera cuando uno se pone nostálgico. 

Vincenzo Nibali

El italiano no ha tenido rival, entre otras cosas, porque los que tenía se fueron antes de tiempo para casa. Se cansó de los comentarios sobre las ausencias y quizás por eso atacó a diez kilómetros de meta en Hautacam. Con su victoria en el Tour de Francia, el de Sicilia redondea un palmarés excelso en el que, a sus casi 30 años, relucen victorias en las tres grandes, cosa que solo un puñado de corredores han conseguido (Vuelta a España 2010, Giro de Italia 2013 y Tour de Francia 2014). Pero es que los datos son aún más contundentes si atendemos a detalles como que el de Messina ha sido pódium en otras cuatro ocasiones en los últimos cinco años (2º en el Giro de Italia 2011 y en la Vuelta a España 2013 y 3º en el Tour de Francia 2012 y en el Giro de Italia 2010). No hay duda de que se ha convertido, en estos momentos, en uno de los corredores más eficaces y rentables a la hora de encarar las pruebas de tres semanas. Amén de defenderse en contrarreloj y superarse en montaña, el italiano es un buen rodador y un corredor muy inteligente que sabe desenvolverse en encerronas, sobre diferentes pisos y, sobre todo, sabe encajar dentro de una estrategia de equipo. Sin duda, uno de los secretos de esta victoria ha sido que el Astaná ha respondido mucho mejor que en otras ocasiones, y me huelo que el italiano tiene algo que ver en ello. Por lo demás, tendrá que vivir siempre con la coletilla de las caídas de sus rivales, pero yo pongo en duda que hubieran sido capaces de librarse de él con facilidad y creo que Nibali habría estado a la altura de ellos y con muchas posibilidades de haber acabado ocupando el mismo puesto que ha acabado por ocupar. Además, el Tour es todo, lo que se consigue mientras mantienes el equilibrio sobre la bicicleta, y lo que pierdes cuando no lo sujetas. Todos los factores participan y la suerte y la desgracia nunca le son esquivas a todos los ciclistas. Todos, más tarde o más temprano, la disfrutan o la sufren y no creo que haya que ponerle ningún pero ni ninguna coletilla a una victoria rotunda. 

Jean Christophe Peraud

Lo del veterano francés del Ag2r ha sido una exhibición impúdica de sufrimiento y determinación. Daba no sé qué verle sufrir sobre la bicicleta, pero creo que eso forma parte de este deporte y, en gran medida, es lo que le engrandece. Engrandece al Tour y subraya el éxito de un corredor que tuvo que esperar hasta los 33 años para hacerse profesional y que ha conseguido su mayor logro a los 37 años. Ha aprovechado su oportunidad llevando su cuerpo al límite y, para sorpresa de muchos, ha conseguido un segundo puesto en la carrera más importante del calendario. Ahora que ha renovado por dos años, tendrá mucha más responsabilidad y una legión de fieles seguidores, pero, en cualquier caso, nunca está de más recordar que Peraud no es un ganador, es uno de esos corredores que dan lustre y belleza a este deporte remarcando valores como la persistencia y la superación. Además, ha colaborado, junto con el joven y prometedor (a mi humilde parecer, más prometedor que el tercero en el pódium, Thibaut Pinot) Romain Bardet a que Vincent Lavenu pueda celebrar el éxito de ver a su equipo como el mejor de la carrera gala. Ya de paso, conviene resaltar que, por fin, en el Tour que ha ganado un italiano después de tantos años desde que lo hiciera Marco Pantani, los franceses han podido disfrutar de una dosis altísima de protagonismo. No solo Peraud y su compañero Bardet han destacado, también es obligado celebrar la buena actuación de Thibaut Pinot y de otros como el abnegado Blel Kadri, el veloz Bryan Coquard, Cyril Gautier o los veteranos Pierre Rolland y Thomas Voeckler. 

Alberto Contador

Su retirada fue más televisada y comentada que la victoria final de Nibali. Igual exagero pero se produjeron en tan poco tiempo las retiradas de Mark Cavendish, Chris Froome, Alberto Contador y Andrew Talansky que uno pensaba que a los del Tour les había mirado un tuerto. El de Pinto no ha dudado en repetir que ésta era su edición, que se encontraba en una forma óptima y que se veía capacitado para llevarse la victoria final. Chris Froome parecía igual de convencido, y, ayer mismo, repitió que la carrera hubiera sido distinta (se quedó calvo detrás de las orejas) de haber estado en competición tanto él como el madrileño. Jugar a hacer cábalas y a imaginarse el pasado es un ejercicio futil. Contador demostró una buena forma antes de llegar al Tour pero se encontró con el pavés y con la desgracia. Sin duda, su competencia hubiera sido dura y se lamentó su retirada, igual que la del británico. Ambos habrían convertido este Tour en una lucha muy interesante. No parece que vaya a estar en la Vuelta y parece que cerrará la temporada habiendo sumado la Tirreno Adriático y otra Vuelta al País Vasco a su palmarés. No hace pódium desde 2012, cuando ganó la Vuelta a España, pero después de todo lo que ha pasado en su carrera, dudo de que a sus 31 años, Contador haya dicho todo lo que tenía que decir. Ya veremos si vuelve a presentarse en la línea de salida de la edición de 2015 que, al parecer, estará en Utrecht y puede resarcirse de esta triste ocasión.
 
Marcel Kittel

Se quedó Cavendish en su país y se acabó el duelo entre Alemania y Gran Bretaña. Marcel Kittel se ha pasado la mitad del Tour agazapado, oculto en el pelotón o incluso más atrás cuando las etapas no iban con él, pero, al final, se ha confirmado como, si no el mejor, uno de los mejores velocistas del mundo. A sus 26 años, el de Arnstadt ya tiene victorias en las tres grandes. Se estrenó en la Vuelta a España en 2011, ganó cuatro etapas del Tour de Francia en 2013 y este año ha añadido otras cuatro en Francia a las dos que ya ganó en el Giro de Italia. Parece que salen nuevos velocistas y que hay un amplio abanico de candidatos a disputarle las llegadas a Mark Cavendish y a Marcel Kittel, siendo el noruego Alexander Kristoff el que más está sobresaliendo últimamente, pero aún así, el del Argos Giant Shimano se ha llevado cuatro triunfos en esta edición del Tour, incluyendo la simbólica etapa de París, que le sitúan como el corredor más rápido del pelotón. 

Tony Martin

Otro alemán que ha sobresalido en este Tour. Nos dejó una exhibición para el recuerdo en Mulhouse, trabajo de gregario para Matteo Trentin y guardó fuerzas para la contrarreloj de Périgueux que se llevó por delante de otros especialistas y de los hombres más fuertes de la clasificación final. En el próximo Mundial, optará a su cuarto título consecutivo de campeón del mundo de contrarreloj y, si no lo consigue, seguro que se queda muy cerca de hacerlo. 

Tony Gallopin

El sobrino de Alain Gallopin sigue dando la razón a los que veían en él un ciclista capaz de ganar en distintos terrenos. Ya como sub23 se llevó la prestigiosa Paris-Tours en esa categoría y estrenó su palmarés con Cofidis ganando una etapa en el Tour de Luxemburgo. Corriendo para el Radioshack consiguió su primera gran victoria al sorprender a Alejandro Valverde y Roman Kreuziger en la Klasika de Donosti. Ahora corre para el Lotto-Belisol, lo que parecía decantar su carrera por las clásicas belgas, un terreno que parece propicio para el de Dourdan. Sin embargo, su punta de velocidad le ayudó a ganar en Oyonnax y visitió el maillot de líder del Tour aunque solo fuera por un día, nuevas experiencias que, sumadas a su 29º puesto final pueden ampliar las ambiciones de este corredor. 

Rafal Majka

Se decía que al polaco no le hizo gracia que le incluyeran en la lista final del Tour de Francia porque no entraba dentro de sus planes. Tras disputar el Giro de Italia y mejorar su rendimiento de 2013 (fue 7º en esa edición y acabó 6º en la de este año), el polaco esperaba marcharse de vacaciones. Sin embargo, cuentan que le invitaron a una concentración, aguantó el ritmo de Alberto Contador y Bjarne Riis y Oleg Tinkov decidieron que debía estar en la línea de salida del Tour. Pues menos mal que fue. El polaco se ha convertido en el rey de la montaña y se ha llevado dos victorias de etapa, Risoul y en Saint-Lary-Soulan que le han convertido, a sus 24 años, en una de las grandes promesas internacionales. Estuvo apunto de perder el maillot de puntos rojos por su atrevimiento, pero con empeño acabó esprintando y manteniéndolo. Ahora, ya podrá irse de vacaciones y pensar en todo lo que le queda de bueno por delante. Ni las fotos que se saca a sus propias piernas su compatriota Bartosz Huzarski ni el prometedor futuro de Michal Kwiatkowski (28º finalmente en un Tour que se le hizo largo) han conseguido quitarle protagonismo a un corredor que, probablemente, se haya convertido en el héroe deportivo de su país.

Michael Rogers

Ya lo metí en el recuento del Giro de Italia. Al fin y al cabo, el australiano acabó 18º y se llevó dos victorias de etapa. Venía al Tour de Francia a trabajar para Alberto Contador y aprovechó su oportunidad para ganar en Bagnerés-de-Luchon y acabar entre los treinta primeros el Tour. Ya lo dije en su día, se esperaba mucho de un corredor que ha sido tres veces campeón del mundo contra el reloj y que se defendía en la montaña, pero, a pesar de haber corrido ya diez Tours de Francia y tres Vueltas a España, sus mejores puestos siguen siendo un octavo en España y un noveno en Francia. Además, parece que ha aceptado su rol de gregario y de pieza de lujo cuando su equipo tiene que defender al líder en la montaña. Eso sí, su palmarés, este año, ha conseguido unos ribetes que lo convierten en un corredor de envidiable currículo. 

Haimar Zubeldia

Quedar octavo en el Tour de Francia parecía poca cosa cuando hablaba de Michael Rogers, pero a aquellos a los que nos gusta el ciclismo sabemos reconocer la importancia de entrar entre los diez primeros, sobre todo, para algunos corredores. El de Usurbil es una de mis debilidades. Fue aquella gran promesa del ciclismo vasco que nos ilusionó a todos cuando ganó la Euskal Bizikleta con 23 años y nos volvió locos cuando, junto con Iban Mayo, le plantaban cara a Lance Armstrong y Jan Ulrich en aquellos Tours que quedaron mancillados para siempre. Hubo que esperar diez años para volverle a ver ganar. Lo hizo en el Tour de l'Ain y ya no corría en Euskaltel. En todo ese tiempo, la carencia de victorias no ha rebajado ni un ápice su reputación en el pelotón. Perdió la ascendencia que tenía en la lucha contra el reloj, pero ganó en resistencia en la montaña y se labró un reconocimiento como hombre de equipo. El guipuzcoano acaba de renovar por Trek, antes incluso de ser el hombre más fuerte del equipo en este Tour de Francia. Siempre se puede contar con él para una carrera, la francesa, que conoce mejor que nadie. La ha corrido ya en trece ocasiones. Es un hombre Tour, como él mismo recordaba en la línea de meta de París. Con ésta, es ya el corredor estatal que más ediciones del Tour ha corrido. Le quedan lejos las diecisiete que consiguió este mismo año otro histórico, el alemán Jens Voigt, igualando el número que ya habían conseguido George Hincapie y Stuart O'Grady. Lo tendrá difícil para incorporarse al grupo un Haimar Zubeldia que, sin embargo, seguro que intenta conseguir la decimocuarta el próximo año. Además, ha corrido un Giro de Italia y nueve Vueltas a España, lo que hacen 23 grandes Vueltas en unas piernas que podrían ser la envidia de cualquier otro ciclista. En todas esas ediciones, ha acabado 20 veces entre los cincuenta primeros. Solo en su primer Tour acabó fuera, en el puesto 73º y en otras dos ocasiones, una en el Tour y otra en la Vuelta, tuvo que abandonar. Los números son dignos de elogio, más aún si recordamos que con su 8º puesto en esta edición, son ya cinco top tens en su currículo francés (5º en 2003, 8º en 2006, 4º en 2007, 6º en 2012 y el octavo de este año que consiguió tras una brillante contrarreloj final). Tiene ya 37 años y probablemente nunca gane el Tour. Puede que incluso cierre su carrera deportiva con tres pírricas victorias, pero para aquellos que disfrutamos de todos los roles que proporciona este deporte, la carrera del de Usurbil, y aún no ha terminado, es de las más brillantes del pelotón internacional reciente y del vasco de todos los tiempos, por mucho que otros hayan ganado más... y mejor.

Leopold Konig

No es un novato ni un imberbe. Tiene ya 26 años, cumplirá 27 en Noviembre, y debutó en profesionales con el PSK Whirlpool allá por 2006. Aún así, el checo lleva dos años demostrando que su progresión ha sido lenta pero parece que fiable. El año pasado acabó 9º en la Vuelta a España y se llevó una etapa, la del alto de Peñas Blancas donde Nicholas Roche se vistió de amarillo. No era su primera victoria como profesional, pero las demás habían sido más humildes (ganó en dos ocasiones la general final de la vuelta de su país natal y, además de ganar etapas en esa carrera, también lo hizo en otras tan dispares como el Tour de California, la Vuelta a Gran Bretaña o el Tour de Bulgaria). Él ha dicho que está seguro de que aún puede rendir mejor y que este Tour le ha servido de refrendo. Ha estado siempre con aquellos que veían a Vincenzo Nibali de cerca. Hacía la goma, pero siempre guardaba un arreón final. Es fino, de anchos codos, un corredor rápido que está mejorando en la alta montaña y aspira a poner a su país más cerca de los focos. Un país que entre Roman Kreuziger, Jan Barta y Zdenek Stybar recupera el protagonismo que en otros tiempos le dieron Pavel Pardnos, Jan Hruska y, sobre todo, Jan Svorada. No todo va a ser Jaroslav Kulhavy en Chequia. 


Y, como siempre, ha habido más y seguro que mejores. Le regalo el titular y la foto a Leopold Konig, que tiene nombre de filósofo contemporáneo de Sigmund Freud o de personaje trágico de alguna novela de Franz Kafka. Seguro que antes que metamorfosearse en escarabajo, el prefiere hacerlo en rival de Nairo Quintana, que sí que es un escarabajo, y de los buenos, de los que hicieron que ese apodo significara algo en el mundo del ciclismo (precisamente en la foto que cuelgo, sacada de la wikipedia, se le ve con otro escarabajo colombiano, Darwin Atapuma). Veremos si es así, y veremos si está con el NetApp en la Vuelta a España. Por ahora, nos viene enseguida otra Vuelta, pero esta de una semana, y centrada en la provincia de Burgos. Decía el otro día Miguel Madariaga que sería la última carrera de la Fundación Euskadi. La noticia pasó un poco desapercibida, enterrada entre los fichajes millonarios de Madrid y Barcelona, los asuntos económicos de los socios de la ACB y alguno de los asuntos que hemos tratado de resumir aquí, pero parece que es una noticia que tiene visos de hacerse realidad. Supongo que, aunque ganas no tenga, hablaremos de ello aquí.

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