Hoy había una pequeña noticia por ahí, que pasaba casi desapercibida dado que estamos en medio del mercado de invierno en el mundo del fútbol. En esa noticia, se anunciaba que Diego Forlán había firmado por el Kitchee SC, equipo profesional de Hong Kong.
El Kitchee SC es un equipo laureado en su país, con mucho jugador internacional y un pasado de sabor español, ya que, por sus filas, han pasado jugadores de la península como Pablo Couñago, Juan Belencoso, Roberto Losada, Jonathan Carril, Diego Cascón o Fernando Recio. De hecho, si Diego Forlán quiere pasar a la historia del club con su arma principal, marcar goles, deberá superar a un español, Jordi Tarrés, quien es aún el goleador histórico del Kitchee.
Para Forlán, esta será una nueva aventura. Desde que salió del Inter de Milán y abandonó Italia, Forlán ha vivido en Brasil, Japón, Uruguay e India. Muchos kilómetros en avión. Si no me confundo, en su experiencia en la Superliga de la India, coincidió con Krisztián Vadócz, internacional húngaro, ex jugador, entre otros, del Osasuna y del Alavés, y quien también será compañero de Forlán en Hong Kong, en el Kitchee SC. Vádocz es otro, por cierto, que no puede decir que no haya viajado: Hungría, Francia, Escocia, Holanda, España, Dinamarca, India, Suiza y/o Australia.
El uruguayo Forlán llegó muy joven a Inglaterra. Había destacado en la liga argentina, en Independiente, pero aún le quedaba camino. Por eso salió cedido al Villarreal, en la liga española, donde aprovecharía la oportunidad para demostrar su calidad: 106 partidos en liga y 54 goles, destacando, sobre todo, en su primer año: 25 goles en 38 partidos (Bota de Oro). El Atlético de Madrid que entrenaba Javier Aguirre pagó más de 20 millones de euros por él en un verano en el que Forlán jugaba la Copa América con su selección. Solo Sergio Aguëro (18) marcaría más goles que Forlán (16) en una temporada en la que los de Aguirre acabarían 4º y eliminado pronto en Copa y en UEFA (en 32º de final por el Bolton Wanderers de El Hadji Diouf. La temporada siguiente seguiría haciendo pareja con Agüero (17) pero realizaría su mejor temporada anotadora: 32 goles en 33 partidos de Liga (nuevamente, Bota de Oro... y Pichichi). Aguirre caería poco después de la primera vuelta y ocuparía su lugar Abel Resino. Tampoco tendría un gran recorrido ni en Copa ni en Europa. En la siguiente temporada, la Liga resultaría aún más decepcionante, y el equipo conocería hasta tres entrenadores: Abel Resino, Santi Denia y Quique Sánchez Flores. Sin embargo, el año terminaría con alegrías, acabando como subcampeones de Copa del Rey, perdieron ante el Sevilla, y campeones de una UEFA Europa League a la que llegaron tras caer eliminados de la Champions League. Forlán, que marcó 18 goles en Liga, fue el gran protagonista en Europa. Marcó el 1-2 en el 90 que rompía la igualada en la eliminatoria en los 32º ante el Galatasaray. Abrió el marcador en el 2-2 en la ida ante el Valencia que resultaría fundamental para que pasaran los madrileños en los cuartos de final. Y, en semifinales, no solo consiguió el único gol, el 1-0, ante el Liverpool en el partido de ida en Madrid, si no que consiguió el 2-1 en la prórroga que consiguió eliminar a los ingleses en Anfield Road. En la final ante el Fulham, suyos fueron los dos goles que hizo el equipo y que le dieron el título europeo. El último fue su año más decepcionante, con solo 8 goles en Liga y sin un buen rendimiento colectivo, aunque el equipo consiguió un nuevo título, la Supercopa de Europa gracias a los goles de Sergio Agüero y José Antonio Reyes. Su traspaso se cerró en unos 5 millones de euros. Mientras que el Atlético de Madrid parecía encontrar en Diego Pablo Simeone y en Radamel Falcao dos razones para creer que comenzaba una de sus épocas más doradas, Forlán no tendría éxito en Italia. En 18 partidos de Liga, marcaría apenas un par de goles.
Sería su última temporada en Europa y, a los 33 años, comenzó la parte de su carrera que le llevó de vuelta al continente que le vio nacer y a otros lugares más exóticos. Primero, en Brasil, jugando con el Internacional de Porto Alegre. Dos temporadas estuvo en Brasil, y a penas superó la decena de goles. Pasó por el Cerezo Osaka japonés y firmó por el Peñarol de Montevideo, cumpliendo uno de sus sueños al firmar por el que definió como el equipo de sus amores: era socio honorario desde 2011. Además, su primera temporada, incluso en lo colectivo, fue muy positiva. Ganó el Torneo Apertura uruguayo y el Campeonato uruguayo. Forlán consiguió 8 goles y 12 asistencias en 31 partidos pero se marchó a la India, para jugar en un Mumbai City y convertirse, al menos durante un tiempo, en el jugador mejor pagado del país.
Ahora llega a Hong Kong. Tiene 38 años. Ha sido más de 100 veces internacional con su país, marcando más de 30 goles. En 2011, con la charrúa ganó la Copa América. Era el primer título desde 1995 y el último que han conseguido por ahora. Forlán solo consiguió dos goles, pero hizo los dos en el 3-0 que derrotó a Paraguay en la gran final de aquella Copa América.
Parece que se encamina al final de su carrera, pero se resiste a dejar de disfrutar de un deporte donde sus mejores años, posiblemente, quedaron atrás, pero aún sigue aportando en los equipos que le firman. Eso sí, ya no podrá cumplir uno de los sueños que tenía, según el mismo confesó hace varios años: jugar en el Athletic Club de Bilbao. En 2010, en el programa "Punto y Pelota", ya dijo que cuando salió del Manchester United, quería haber jugado allí. Explicaba que su abuela era vasca. A raíz de ello, se llegó a publicar que hubo conversaciones y que se tanteó la posibilidad, pero ese, el de la diáspora vasca, sigue siendo un tema tabú en torno a la filosofía del club vasco. No conseguirá este, pero consiguió otros muchos: Bota de Oro, levantó títulos en Europa, jugó y ganó con el Peñarol, hizo campeón de América a la selección de su país y ahora conoce mundo y culturas distintas. Cuando ya no esté, se echarán de menos esos rizos rubios.
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