jueves, 5 de noviembre de 2009

José Luis Astiazarán


Hasta ahora, yo he oído las opiniones de José Luis Astiazarán, Raúl González Blanco, Fernando Alonso y Miguel Sebastián. Opiniones en relación con la decisión del Gobierno de retirar la llamada Ley Beckham (de la que no tenía ni puta idea) y equiparar las obligaciones para con el IRPF de los jugadores extranjeros, que así, pasarían de cotizar un 24% a hacerlo un 43% como el resto de futbolistas.
Astiazarán, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, que es una empresa que ve peligrar sus pingües (lo que me ha gustado siempre esta expresión y lo difícil que es usarla) beneficios, ha puesto el grito en el cielo, que es muy alto, y ha anunciado, ya desde el principio, así, sin pintarse la cara ni coger el hacha ni nada, que la liga se iba a ver obligada a tomar medidas, entre ellas, llamaba a la rebelión.
Supongo que habrá opiniones para todos los gustos, y gente que esté de acuerdo con Astiazarán en lo de que, con esta medida, los equipos españoles perderán capacidad adquisitiva y la competitividad de la liga caerá en picado. Lo de picado es tan alto como lo del cielo, pero al revés, por cierto. Raúl dice que los jugadores seguirán viniendo. Alonso comenta que todos deben apretarse el cinturón y algo parecido fue lo que dijo Miguel Sebastián. Los responsables de la Liga usarán las máximas románticas y retóricas que siempre utilizan, que el fútbol es del pueblo, que se juega con la ilusión de la afición, que la liga es un espectáculo, todo para esconder que la única preocupación es la pérdida de una situación ventajosa que suponía una injusticia fiscal. Si cuando se inventaron otra ley tan famosa como la que llevaba el nombre de aquel "gran" futbolista belga llamado Jean-Marc Bosman exigieron que se equiparara a los futbolistas con todos los gremios profesionales, ¿por qué ahora se debe hacer una excepción en las responsabilidades fiscales de los jugadores? ¿No son ahora igual que cualquier otro gremio?
Yo estoy de acuerdo con la reforma fiscal. Creo que todo aquel que venga a trabajar a este país debe estar al amparo de nuestras leyes y bajo las mismas condiciones fiscales y laborales que nosotros. Y, además, no me jodas, ya hablando como si estuviera en el bar con cuatro cañas de más, ¿el 43% por ciento?, ¿a alguien que cobra 13 millones de euros? ¿Solo?

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