viernes, 24 de febrero de 2012

Francis Pelissier

En 1924 ganó la primera edición de la Vuelta al País Vasco. En 2011, la última edición, ganó el alemán Andreas Kloden. ¿Quién ganará en 2012?

Esta entrada, me sale gratis, copio y pego el comunicado que la organización de esta prueba y de la Clásica de San Sebastián, ambas pruebas que hasta ahora pertenecían a la categoría más importante del ciclismo internacional, han hecho público hoy. Lo firma Jaime Ugarte Arce, Presidente-Coordinador General de Organizaciones Ciclistas Euskadi:


En febrero de 2009, a instancias del Gobierno Vasco, creamos Organizaciones Ciclistas Euskadi, Entidad compuesta, por Organizaciones Deportivas Diario Vasco, propietarios de la Vuelta al País Vasco y Clásica San Sebastián (UCI WorldTour) y por la Euskal Bizikleta, que en ese año fue ya eliminada del calendario internacional.
Como contraprestación el Gobierno Vasco se comprometió a patrocinar el Gran Premio de la Vuelta, durante 2009, 2010, 2011 y una prórroga para 2012 y en este espacio de tiempo, 4 años, buscar la fórmula de continuación del patrocinio del Gran Premio, para 2013 y siguientes.
Se conseguía así con ese patrocinio, difundir por todo el mundo las imágenes de Euskadi y la marca que aportase el Gobierno Vasco, a través de ETB, Televisión Española y Eurovisión, en una prueba UCI WorldTour en la que participan los 18 mejores equipos del mundo.
En mayo del pasado 2011, nos dirigimos al Gobierno Vasco solicitando la confirmación de la prevista prórroga del patrocinio del Gran Premio para 2012. Se nos respondió por escrito, que aunque se preveía la posibilidad de una prórroga en el contrato firmado en 2009, dada la situación económica que estábamos atravesando, no se nos prorrogaba dicho contrato para 2012. Pero que conscientes del problema que nos generaba, el Gobierno Vasco, se iba a implicar directamente en la búsqueda de un nuevo patrocinio que llenaría el vacío dejado por ellos.
Hasta hoy, ninguna noticia al respecto por su parte. Por la nuestra, hemos hecho gestiones y más gestiones y las esperanzas de que se confirmase un patrocinador se han disipado anteayer, en que el último e importante contacto realizado, nos dijo que no. Enorme decepción.
Por nuestra parte también, tenemos la Vuelta totalmente preparada en todos sus aspectos, incluido el de la financiación, excepto el Gran Premio. Tramitación, jurados, recorridos, infraestructuras, ertzaina, gendarmería francesa (pasábamos a Francia por Ibardin), salidas, metas, otros patrocinios, ETB, etc…
Por otro lado la Unión Ciclista Internacional nos daba de plazo hasta ayer, día 23, para comunicar que asistiremos a la entrevista de solicitud de licencias UCI WorldTour por parte de la comisión de licencias, para la Vuelta y la Clásica de 2013. Y no sabemos qué hacer para 2013, si posiblemente no vamos a poder organizar 2012.
Anteayer mantuvimos una reunión de urgencia en Vitoria-Gasteiz con el Director de Deportes del Gobierno Vasco, Patxi Mutiloa, que nos indicó que dispone del 60% del importe del Gran Premio, pero que el resto no es posible conseguirlo.
Y nosotros sin esa diferencia, no podemos organizarla, ni tampoco la Clásica, ya que hay contratos de ETB, Eurovisión, etc.. que comprenden las dos pruebas y no se pueden individualizar.
Tras 51 ediciones de la Vuelta y 31 de la Clásica, este 2012 puede ser el de la desaparición de nuestras pruebas del mapa del ciclismo internacional, en su máxima categoría, el WorldTour.
Jaime Ugarte Arce, Presidente-Coordinador General

Andrea Tosi




No creo que en el ánimo de Raúl López influyera la revancha. No le conozco personalmente, pero lo que comunica con su juego y su actitud en la cancha, me invita a pensar que, aunque le doliera, no le quemaban por dentro las declaraciones de Andrea Tosi.

Yo ni me había enterado.

Pero empecé a sospechar cuando Fotis Katsikaris, en la rueda de prensa, hizo referencia a "nuestros amigos los italianos".

Luego descubrí que ya por enero, hasta los periódicos locales se hicieron eco de la crónica del redactor de La Gazzetta dello Sport. Hablaban del partido de la primera vuelta, donde el Bilbao Basket perdió ante el Montepaschi Siena después de controlar el primer cuarto, resistir en el segundo y sucumbir en los dos últimos. En aquel partido, Raúl López apenas jugó catorce minutos, tiró cuatro veces a canasta y las falló todas, dio tres asistencias pero perdió tres balones. Total, una valoración negativa de 3 puntos. Quizás esos datos fueron los que llevaron al redactor del periódico italiano a declarar, según segundas fuentes porque no he conseguido leer la fuente original, que Raúl López era el base "con más bajo cociente de inteligencia baloncestística de esta competición".

Si solo le mueven los datos matemáticos en sus calificaciones, Tosi, digo yo, cambiará de opinión al ver las estadísticas en el partido de vuelta de esta misma competición, partido en el que Montepaschi, como ya sabréis casi todos, cayó derrotado ante el Gescrap Bizkaia por 60-59. En este partido, Raúl López consiguió una valoración final positiva por 16 puntos. Para ello, anotó 15 puntos, con un 50% de acierto tanto en tiro de dos como de tres, un 100% en tiros de 1, 3 rebotes, dos asistencias y una sola pérdida.

Ahora.

Dudo que a Andrea Tosi le convenciera una extraña fórmula matemática para afirmar tamaña barbaridad sobre un jugador de baloncesto que, a sus 31 años, ha jugado en el Joventut, el Real Madrid, los Utah Jazz de la NBA, el Akasvayu Girona, el Real Madrid, el BK Jimki y ahora en Bilbao. Un base que fue Campeón del Mundo Junior en 1999 en Lisboa, Campeón de la Liga ACB y de una Copa ULEB con el Real Madrid, Medalla de Oro en el Eurobasket de Polonia 2009 o medalla de plata en las olimpiadas de Pekín 2008. Es difícil, ya de por sí, sin palmarés ni biografía, calcular "el cociente de inteligencia baloncestística" de un jugador, pero con datos (y con memoria) se antoja aún más difícil.

Probablemente, a Tosi se la traiga floja la canasta en el último segundo que se marcó Raúl López en la victoria por 60-59, y que no se refleja en sus estadísticas, pero se asoma en el primer puesto del Top 10 de la jornada en la Turkish Airlines Euroleague. Y casi con total seguridad, al base de Vic le importe tanto lo que deje o no de importarle a Tosi.

La jugada no está de más volverla a ver.

Hablar, ya he hablado antes de Raúl López en este blog. Y de otro base que también aparecía hoy entre las mejores jugadas de la jornada por otra canasta en el último segundo: Roko Leni Ukic. Puede que Tosi también ponga en duda la capacidad de éste, quién sabe.

Por cierto, un par de cosas. Hoy se publicaba una entrevista al base del Bilbao Basket en un periódico nacional y salvaba una pregunta que hacía referencia directa a esas declaraciones con suma educación y una dignidad exquisita. Dos, quizás le trajera suerte que Deu Txakartegi, cantante de We Are Standard, le firmara el disco después del concierto de los getxotarras en la Fnac. Quizás le di suerte yo, que me puse delante de él pero no le molestaba para ver, por supuesto. Aunque sospecho que la suerte no tuvo mucho que ver en esa canasta, si no, volvedla a ver:





viernes, 17 de febrero de 2012

John Daniel "Tooz" Matuszak



Tooz Matuszak nació el 25 de Octubre de 1950 en Milwaukee, Wisconsin, y falleció con solo 38 años, el 17 de Junio de 1989. Matuszak jugó como defensa liniero en la NFL. Cumplió en la universidad con Tampa y le eligieron en la primera posición del draft de 1973 los Houston Oilers aunque apenas jugó una temporada con ellos. Fue traspasado a los Houston Texas de la WFL, con los que ni debutó, y tras dos años repartidos entre Kansas City Chiefs y los Washington Redskins, donde no pasó de pretemporada, encontró acomodo con los Oakland/Los Angeles Raiders desde 1976 hasta 1982, año en el que se retiró, después de ganar su segunda Super Bowl, la de 1981. En 2005, Sport Illustrated le eligió entre los cinco primeros en una clasificación histórica sobre los jugadores más pendencieros ("bad boys") de la historia de la NFL. Matuszak se ganó su fama de juerguista gracias, en parte a su adicción a los tranquilizantes y los narcóticos. Una adicción que, por supuesto, mermó su rendimiento deportivo. Con solo 38 años, falleció de problemas coronarios, y, tras la autopsia, se determinó que murió por una sobredosis de dextropropoxifeno, aunque se encontraron rastos de cocaína e indicios de una pneumonia.

¿Por qué?

Te lo voy a contar. Pero es muy sencillo.

Ahora mismo, en mi televisor, Mikey, Gordi, Bocazas y Data han cogido sus bicicletas y marchan por la carretera camino del bar de la playa donde creerán que se esconde el tesoro del pirata Willy el Tuerto. Un jovencísimo Josh Brolin los persigue en una bicicleta de niña y se encuentra por el camino con Troy y las dos chicas. Pero ya sabéis quiénes están en el bar: los Fratelli y... Sloth. ¿No os acordáis de Sloth? ¿No sabéis de qué os hablo? No habéis tenido infancia. Entonces, no habéis disfrutado de uno de los grandes momentos de todo proceso de crecimiento: ver Los Goonies. Aunque sea como ver ahora en directo lo que queda de los Sex Pistols, aún estáis a tiempo.

Yo lo estoy reviviendo.

Además, en inglés.

Y se hace raro.

Se hace raro ver ahora a Josh Brolin después de que le haya visto hacer de Llewelyn Moss en No es país para viejos. Ver ahora a Sean Astin haciendo de sensible adolescente, no me ayuda a dejar de imaginármelo con los pies gigantes y las orejas de punta, ayudando a Frodo Bolsón a librarse del anillo. Pero ahí están, ya están dentro del restaurante. Y Mamá Fratelli acaba de aparecer.

No me va a dar tiempo a ver a Sloth, con su camiseta de Supermán, porque me voy a pirar a correr, pero, si no lo habéis visto, aún estáis a tiempo, repito.

Y si lo veis, fijaros bien, porque veréis que, en algunos momentos de la película, Sloth viste una camiseta de los Oakland Riders. Y es solo porque Sloth es John "Tooz" Matuszak al que, después de dejar los estadios, aún le dio para hacerse actor y convertirse en un héroe para todos aquellos adolescentes inocentes que en 1985 subíamos al payo de nuestra tía a ver si por casualidad encontrábamos un mapa del tesoro y vivíamos una aventura tan increíble como la de estos chavales de Oregón.

sábado, 11 de febrero de 2012

Alberto Contador




Las ganas que tengo de escribir esta entrada son nulas. Principalmente, porque solo me ayuda a tener más dudas. Aunque parezca ridículo ponerse a hablar de este tema y comenzarlo desde una dimensión digamos que doméstica, no puedo hacerlo de otra manera. Ponerme ahora a reflexionar sobre el reciente caso de Alberto Contador solo me da pereza y dolor de cabeza. Y ambas sensaciones se mueven entre lo personal y lo público. Lo personal porque me hace reflexionar sobre mi propia capacidad y el valor de este blog. Lo público porque me vuelve a llevar al mismo sitio, a mí mismo, y eso me cansa y me asquea tanto que no me apetece hablar de ello. Entonces, ¿por qué lo hago? Porque soy estúpido, porque soy débil y humano, porque tengo un blog, y escribir en un blog es precisamente dejar por escrito lo evidente, que somos débiles y humanos, bastante egocéntricos y un poco exhibicionistas. ¿Qué tengo que aportar al debate? ¿A quién le interesa mi opinión? ¿Añade algo nuevo? Lo dudo, lo único que hago es dudarlo. Entonces, eso me lleva a preguntarme para qué escribo este blog. ¿Por placer? Está claro que no voy a resolver ningún entuerto, no voy a cambiar la vida de nadie, ni tan siquiera voy a entretener a muchos con lo que escribo. ¿Para quién escribo? ¿Escribo para alguien? Siempre he tenido la sospecha de que escribimos para alguien, ¿para quién? ¿Para quién escribo este blog? ¿Para mí mismo? ¿No es eso inútil y un poco patético? ¿No es normal que me de pereza y dolor de cabeza?
Y aún y con todo eso, yo voy y escribo, y primero deslizo mis miserias, me pongo en evidencia, señalo los argumentos para que se me azote y se me vilipendie, que son dos verbos que he elegido a conciencia porque suenan exagerados y pretenciosos. Pero escribo. Voy y escribo mi entrada encabezada con el nombre de Alberto Contador. Porque tengo mi opinión, que no está formada ni tiene forma alguna, porque si me preguntas se me suben los hombros y se me encoge el cuello. ¿Qué opinión es ésa? Creo que la de la gran mayoría. La misma que hemos tenido siempre con muchos otros casos antes que el del corredor de Pinto, la misma que tendremos más tarde cuando salgan otros, ahora que Jan Ullrich resulta que también conocía al ínclito Eufemiano Fuentes. ¿Te sorprende? No. Vayamos con las máximas de bar de barra: ¿está todo podrido? ¿Todos se drogan? No, creo que no. Pero me da pudor decirlo, cada vez más reparo, cada vez más dudas y más sonrojo, pero no puedo evitarlo.
Personalmente considero que la resolución del TAS es cómica. En el fondo, es cómica, y lo digo yo que no entiendo nada de humor ni de leyes, pero si a alguien que no entiende nada de humor ni de leyes le dicen que a alguien le juzgan y le sancionan pero después afirman que no está claro que haya cometido el delito por el que le culpan, a mí me hace gracia. Me resulta cómico. Lo llevo al extremo, porque tengo imaginación, una imaginación tan sucia como la de Alberto Olmos en Trenes hacia Tokio y veo un juicio por asesinato a un robusto hombre de gesto confuso que recibe la sentencia con disgusto: culpable de asesinato aunque no está claro que le asesinaste. Luego lo pienso un poco mejor: igual sí tiene lógica. El positivo es irrefutable. Había clembuterol, por poco que fuera, aunque no esté muy claro por qué estaba allí, pero estar estaba. Y resulta que López Cerrón no tenía culpa ninguna, y tampoco los ganaderos guipuzcoanos (por cierto, en todo este asunto, ¿alguien se ha acordado del carnicero de Irún?), así que no queda claro cómo lo hiciste, pero dicen que lo hiciste. Vamos, que te condeno por asesinato, en mi literario sueño imaginario, porque está claro que hay un cadáver y que tú estabas allí con el cuchillo en la mano, aunque no queda claro cómo lo clavaste ni si lo clavaste a propio intento. Lo dicho, tengo mucha imaginación, y muy sucia, y pido perdón si alguien se siente incómodo, ¿para quién escribo?, pero ya de principio os digo que no pretendo equiparar un caso de presunto dopaje con un caso de presunto asesinato. Solo es que tengo una capacidad excesiva para fabricar metáforas inapropiadas. Por todo eso, hasta por las explicaciones que me doy a mí mismo, me parece cómico.
Pero hay más cosas que me han resultado cómicas más allá de la sentencia. Y precisamente la única que no me ha hecho gracia es la que se supone que me debería hacer: los guiñoles. Los guiñoles franceses no tienen ni puta gracia. Los chistes que hacen son fáciles, de mal gusto, ventajistas y vacíos. Igual es que el humor tiene que ser así, y yo, que creo que así es, no tengo nada de sentido del mismo. Lo repito: los guiñoles franceses no tienen ni puta gracia. Pero menos gracia aún tiene que lo que no es gracioso se tome por oneroso. A ver si me explico. Si tú me cuentas un chiste malo, incluso si es ofensivo, yo no me río, pienso que eres idiota, pero no me rebajo y me apodero de tu pifia para ridiculizarme a mí mismo y convertirme, esta vez sí, en un chiste que hasta tiene su gracia, aunque sea una gracia patética. Y esa es la sensación que me producen las reacciones de la prensa española a las bromas de los guiñoles. Eso es lo que me produce que periódicos de tirada nacional hayan convertido a un programa de humor francés en noticia, en una cuita de honor, en un proceso casi bélico que atenta a los sacrosantos valores de la identidad nacional y del orgullo patrio. Los chistes que corren por internet (ya sabes, ¿cómo se dice vencedor en francés?, ¡español!), las editoriales arrojadizas, los titulares en negrita con más mala tinta que buena… me han hecho partirme la caja lo mismo que esos guiñoles que, de lo que pretende asemejarse a los personajes reales con la flexibilidad de la goma espuma, me dan más miedo que el que me daba de pequeño la Bruja Avería.
Pero supongo que, en parte, ésa es la diferencia entre un blog y un periódico. Ellos sí tienen a quién escribir y para quienes escriben, tienen lo que, presuntamente, quieren oír. También existen los que han apuntado hacia la injusta defensa fervorosa que se ha hecho de Alberto Contador, cuando antes no se hizo con otros. En parte, esta comparación también me parece ventajista, pero no deja de tener razón. En la última semana, algunos han recordado que Alberto Contador ganó un Tour porque a otro se le expulsó y no por dar positivo, si no por no estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y no dar razón de ello, porque, en el ciclismo, tienes que dar razón de tu paradero, hasta el punto de sentirte como cuando, en Perseguido (The Running Man), los prisioneros de aquella cárcel llevaban collares explosivos (vuelvo a ser exagerado porque las licencias poéticas siguen siendo un recurso como cualquier otro). Alberto Contador, es cierto y solo hay que remontarse a la hemeroteca, poco dijo. Poco se dijo de corredores que se tuvieron que retirar sin dar positivo y sin ser juzgados (muchos, de nuevo, han evocado esta semana el tweet de David Etxebarria), del crecepelo de José Antonio Pecharromán, de Aketza Peña, al que quince meses después de acusarle de dopaje y acabar con su carrera deportiva, se le absolvió porque no había sido más que un fallo de laboratorio, de Patxi Vila que asumió su error de tomar unos aminoácidos contaminados con testosterona… Y solo hablo del mismo deporte que practica Alberto Contador y al que no pretendo demonizar porque solo estoy condenando la postura partidista y exagerada que de su asunto, abierto a interpretaciones desgraciadamente, ha adoptado parte de una prensa española que, a mi parecer, se está poniendo en evidencia. Yo no tengo que decirles cómo tienen que hacer su trabajo, porque si no tengo ni idea de humor ni de leyes, probablemente tenga incluso menos de periodismo, pero como aficionado y como lector crítico, es mi opinión que falta criterio, objetividad y perspectiva. Pero, y te lo digo con todo el respeto, me la trae floja. A estas alturas, hace mucho tiempo que hemos entendido que hay una parte muy visible e influyente del periodismo español que se mueve por razones corporativistas y económicas. No digo que sea una guerra perdida, pero la solución no viene por contestarles o reprenderles, si no por competirlos, buscar el criterio personal, el juicio razonado y la lectura comprensiva. Buscar otras fuentes, también.
Mientras tanto, yo no me he quitado una espina ni me siento mejor, de hecho, me da la sensación de que he perdido el tiempo y me he puesto en evidencia. Por una vez en la vida de este blog, voy a dar, de manera directa y sin ambages, mi opinión sobre un tema que no me incumbe: desgraciadamente o no, condenar a Alberto Contador era inevitable. Dar ha dado positivo y los jueces no han considerado razonables o verificables sus razonamientos. Se puede criticar la redacción de la sentencia, la gestión de la misma, incluso la sanción impuesta, pero lo que no se puede criticar es que había que sancionar a Alberto Contador porque, con anterioridad, se ha condenado con la misma severidad y sin paños calientes a otros ciclistas cuyos casos también podían ser objeto de interpretación. No se puede hacer distinciones. En todo caso, lo que se puede hacer es juzgar la legislación vigente como incapaz o inexacta, pero ése es un trabajo extenuante y farragoso que no veo interés en acometer. Los recientes casos de la Operación Galgo y la Operación Puerto han puesto en solfa la capacidad legislativa y disciplinaria del deporte español. Aún así, dudo de que España sea un paraíso delictivo para los deportistas, igual que desconfío de que todos los jugadores de la NBA estén de esteroides hasta arriba o que no haya atleta asiático que no tome algo más que sopa de tortuga. Todo esto me parecen afirmaciones vagas y provocativas que no buscan más allá del morbo o la justificación sin fundamento. Pero yo solo soy un bloguero al que le gusta el ciclismo y que, a pesar de superar ya la treintena, sigue siendo bastante inocente y poco determinado en esto de dar opiniones y defenderlas.
Yo solo prometo que, en este blog, lo lea quién lo lea, y escriba para quién escriba, seguiremos hablando de ciclismo. Hablaremos de si Andrew Fenn se convertirán en algo más que una sorpresa, si Alejandro Valverde recuperará el nivel que tenía antes de cumplir con su sanción, de si el renacer de Tom Boonen en Qatar se confirma, de si el Giro se decidirá en los Dolomitas, el Tour en los Pirineos y la Vuelta a España en alguna de sus diez llegadas en alto. Y también, por supuesto, hablaremos de si Alberto Contador es precisamente el que decide la Vuelta a España en alguna de esas diez cimas. Porque ya lo dije una vez en este blog, aunque no recuerdo muy bien cómo: a pesar de los pesares, de los daños frontales y laterales, colaterales, infligidos y autoinfligidos, tengo la sospecha, y ya te he dicho que a mis treinta y pico soy muy inocente, pero tengo la sospecha de que el ciclismo seguirá adelante. Mientras haya una cuesta, habrá alguien que quiera subirla en bicicleta. Aunque solo lo haga para superarse a sí mismo, igual que yo seguiré escribiendo este blog para ahuyentar a unos fantasmas que, quiera o no quiera, me acompañarán por los giros de los giros, amén.



Posdata:



Tengo a este conocido que el otro día me contaba una anécdota de fútbol. La de un tío que era seguidor de un equipo, llamemos A, mientras que mi conocido es seguidor de otro equipo, digamos que B. Se ve que B tiene siempre por costumbre ganarle a A. Y mi conocido un humor un poco ácido que, derrota tras derrota, hería y hería cada día más al seguidor del equipo A. Más aún cuando en una de esas ocasiones en las que A y B se enfrentaban, con recochineo y varonil virilidad, mi conocido le espetó a su amigo que A no le iba a ganar a B en la vida, aún a sabiendas de que eso, por mucho que pareciera lógico, lo sanciona siempre la historia y lo penaliza la memoria. El caso es que muchos años más tarde, cuando estos dos amigos habían seguido tratándose por inercia y con naturalidad, se encontraron unos días después de que A, por fin, ganara a B. Mi conocido sospecha que el encuentro no fue por casualidad, pero eso no es importante. El caso es que el seguidor de A, con una sonrisa de oreja a oreja, se puso delante de B y con toda la energía torpe y ponzoñosa que da la edad y la acumulación de bilis, le gritó: ¡¿te acuerdas de cuando hace nueve años me dijiste que...! ¡Nueve años! Desde entonces, le había dado tiempo hasta para olvidarse de su propio cumpleaños. ¿A dónde voy? A que si en el futuro, Alberto Contador demuestra su inocencia y tienen a bien corroborarlo por vía jurídica, eso no cambiaría mi opinión, solo le pondría a la misma altura que Aketza Peña, José Antonio Pecharromán y otros muchos más que por alzar menos los brazos, no se merecieron menos cobertura. Todos merecen la misma justicia, también el que probablemente haya sido el mejor corredor español de los últimos tiempos.

martes, 7 de febrero de 2012

Aitor Blanco




Pues fíjate que hoy tenía nombres de sobra para titular esta entrada. Alguno de ellos, por cierto, ya los había utilizado antes, pero bueno. Recién salido del horno, la entrada que nos gustaría escribir cada comienzo de temporada: ¡otra vez en la final de Copa! No hace falta ya que explique mis miserias y vuelva a confesar de qué equipo soy seguidor, ¿verdad?
Pero lo que decía, había muchos nombres para proponer hoy, y muchos detalles para guardar en la memoria: los sofisticados comentarios de Kiko Narváez, la bochornosa improvisación de Eduardo Velasco, Pablo Infante cumpliendo con la ofrenda foral, los goles de Iker Muniain, Markel Susaeta y Jon Aurtenetxe, el doblete de Fernando Llorente, el sentido recuerdo a la verborréa de José María del Nido... He optado por otro doblete, el de un veterano futbolista de Vitoria-Gasteiz que hoy ha debutado en San Mamés.
Y más detalles: la demostración de fidelidad de una afición que, con sus cosas, como todas, sigue confiando ciegamente en su equipo, perdón, de dos aficiones, la lección de profesionalidad de un equipo de inferior categoría pero de igual convicción... Ah, perdón, dos lecciones. Otra lección que ni voy a glosar, solo con volverla a oír, se sacan conclusiones:
Juanma Castaño: Pablo, ¿vaya fiesta eh?
Pablo Infante: ¡Fiesta para ellos, que han ganado!
La cara de Juanma Castaño te daba la información que faltaba si no te vale con las palabras.
En fin, que parece mentira, dos finales en tan poco tiempo, con lo que nos cuesta llegar a una. La intensidad no ha sido igual que en aquel 3-0 ante el Sevilla, pero el resultado es el mismo. ¡Sí, sí, sí, nos vamos a Madrid!


POSDATA:


¡Adivina adivinanza! Las respuestas son las mismas pero distintas, la pregunta es la misma... la misma: ¿Barcelona o Valencia, a quién prefieres como rival? Una respuesta es de un jugador del equipo, en concreto, Fernando Llorente, la otra, es del entrenador del equipo, en concreto, Marcelo Bielsa. ¿Quién es quién?


a) "Me da igual el rival, lo que quiero es ganarla"

b) "Lo que corresponde es que me dé lo mismo. Los rivales no se eligen, lo determina el curso de la competencia. Cuando uno elige está privilegiando a uno y descartando a otro, y eso es más difícil de explicar que la respuesta que di"

sábado, 4 de febrero de 2012

Lawrence Peter "Yogi" Berra


No sé por dónde empezar. ¿Por lo de Yogi? Pues sí, es incluso anterior al oso de Hanna-Barbera. De hecho, en su día se dijo que se fijaron en el propio Berra para idear el dibujo. Luego los creadores lo negaron. Lo de yogi viene por su forma de sentarse.
Por dónde sigo... Por el béisbol. Sí, mejor lo explicamos. Berra es un jugador de beisbol americano, de origen italiano, que jugó básicamente en los años cincuenta e hizo casi toda su carrera en los New York Yankees. Después, fue entrenador. Y en 1972, ingresó en el Hall of Fame de este deporte. Como entrenador y como jugador, en conjunto, llegó a las series finales en 21 ocasiones. No es de extrañar, por lo tanto, que esté considerado entre los mejores jugadores de la historia de este deporte y disfrute de un museo y de un estadio con su nombre en New Jersey.
Ahora, cambiamos de ambiente y hasta de periodo histórico, nos vamos atrás en el tiempo y hasta cruzamos el charco de vuelta, desde Ellis Island (donde llegó el padre de Berra por primera vez) hasta las Islas Británicas. ¿Para qué? Para hablar primero de William Shakespeare y su personaje Dogberry en Mucho ruido y pocas nueces o de Richard Brinsley Sheridan y su obra de teatro Los Rivales. Porque en los Rivales hay un personaje que se llama Mrs. Malaprop y tiene un problema parecido al de Dogberry y eso dio lugar a que tal problema acabara tomando la denominación malapropism, es decir, malapropismo. ¿Quieres que te dé ejemplos más castizos de esta "enfermedad"? Sofia Mazagatos: "me gustan los toreros que están en el candelabro", Norma Duval: "Estoy que no salgo de mi apoteosis" o, siendo ya más cómicos, y por no citar a Benito ("no me llames Don Benito que es un pueblo y me jode") que es más socorrido, citaremos a su compañero Manolo: "A buenas horas, boinas verdes".
En resumen, que me estoy yendo por los berros de Águeda, que el malapropismo es la tendencia a confundirse con dos palabras que se parecen en sonido pero, por supuesto, no en contenido. Y resulta que Yogi Berra pasó a la historia como uno de los mejores ejemplos de malapropismo de los Estados Unidos. Lo que aquí siempre hemos relacionado con el Lagartijo, un torero que estuvo en el candelabro pero que para muchos es ya solo una frase, esta frase "lo que no puede ser no puede ser y además es imposible" en Estados Unidos lo representa Yogi Berra aunque más escueto con su "It's not over till it's over", es decir, "no está terminado hasta que está terminado", tautología pura y dura, que diría el otro.
Pero es que la vida de Yogi Berra está sembrada de gazapos que superaron el momento factual en el que aparecieron y permanecieron para la posteridad. Un ejemplo de malapropismo (también llamado, por cierto, yogismo), "Texas has a lot of electrical votes", cuando quería decir "electoral", yo creo que no hace falta que traduzca la frase. Pero hay más malapropismo o gazapos a secas en la biografía de un hombre a quien The Economist nombró en 2005 el Tonto más listo de los últimos 50 años. Frases como "el 90% de este juego es mitad mental", refiriéndose al beisbol, "nadie va ya allí, está abarrotado", hablando de un restaurante de Saint Louis, "cuando llegues a una bifurcación en la carretera, tómala", ¿la tomo a dónde, a la izquierda o a la derecha?, grande entre los grandes dando direcciones, "ve a los funerales de los demás, que luego si no, no irán al tuyo" o "puedes observar un montón si miras". ¿Quieres más?: "si la gente no quiere venir al estadio, ¿cómo vas a detenerlos?", "el futuro ya no es lo que solía ser", "haced parejas de tres", "cometemos muchos errores incorrectos", "¿que qué hora es? ¿te refieres a en este instante?"...
Y no sé por dónde terminar, gilipichis, pero, sí, esto lo dejamos niquelao, con una frase conducente para cerrar el asunto: "Desde luego... estás en el mundo porque tiene que haber de todo".

viernes, 3 de febrero de 2012

Will Artino



Os lo digo ya desde el principio, esto pinta bien. Desde que lo dejamos, los arrendajos han jugado cinco partidos más, y han sido cinco victorias, vengándose incluso del último equipo que los derrotó, Missouri State. Encadenan ya once victorias consecutivas, ahí es nada. Mañana visitan a Northern Iowa en Cedar Falls, Iowa. Además de éste, quedarán otros seis partidos en Febrero y, de ahí, nos iremos ya a la fase final por el título de conferencia, que empezará el 1 de Marzo y dará paso a la locura de un mes con puro sabor a baloncesto, ya os sabéis la historia.
Hagamos resumen:
Empezaron ganando, como ya he dicho, vengándose, a Missouri State con una apretada victoria por un solo punto, 66-65 en la cancha de los Bears en Springfield, Missouri. Después, vencieron con rotundidad, 75-49 a Indiana State en Omaha. Volvieron a salir de viaje, esta vez a la capital de Iowa, Des Moines, para vencer a Drake por 77-69, y las siguientes dos victorias fueron en casa, y a cada cual más fácil, primero ante Bradley, 73-59, y después ante Illinois State, en un festival anotador, por 102-74.
Ante Missouri State, los mejores fueron Doug McDermott y Gregory Echenique. El primero aportó 15 puntos y 6 rebotes, el segundo, 16 puntos y 7 rebotes. Ante Indiana State, jugaron los catorce jugadores de la plantilla y alguno, como nuestro amigo Will Artino, dispusieron de bastantes minutos. Los puntos estuvieron muy repartidos y solo uno, el de siempre, McDermott, superó las dobles figuras, aunque por poco, doce puntos. Eso sí, lo acompañó con un doblete: once rebotes. Nuestro amigo Artino se reivindicó con 6 puntos, 4 rebotes, 1 asistencia, 1 tapón y 1 robo. Contra Drake se bastó Doug McDermott él solito: 30 puntos y 9 rebotes, aunque le secundaron muy bien Gregory Echenique, con 11 puntos y 7 rebotes y Jahenns Manigat con 15 puntos. Por cierto, el entrenador confió una vez más en Will Artino, dándole minutos después de su partido contra Indiana State, y le devolvió la confianza con 6 puntos y 8 rebotes. Recibieron luego a Bradley, y más de lo mismo. La pareja del año fue la que sobresalió: Doug McDermott con 24 puntos y 6 rebotes y Gregory Echenique con 14 puntos y 10 rebotes. La única sorpresa fue el rendimiento del exterior Josh Jones con 14 puntos y 4 asistencias. Y, por último, llegó Illinois State con Tyler Brown y se llevó una derrota abultada. Hasta seis jugadores de Creighton superaron los diez puntos: Doug McDermott (25), Echenique (10), Gibbs (12, además de dar 7 asistencias, las mismas que dio, por cierto, Young), Manigat (11), Josh Jones (10) y nuestro protagonista, Will Artino, que no ha desaprovechado la relevancia que le ha ofrecido el entrenador Greg McDermott en estos cinco partidos. Artino jugó dieciseis minutos para un rendimiento de 11 puntos y 4 rebotes, dejando bien claro que puede ser un recambio eficiente para los hombres interiores del equipo.
Así que, en resumen, nos aproximamos a lo mejor de la temporada y el equipo parece que ha cogido impulso. Las victorias se suceden, los roles están más que establecidos y el segundo año del entrenador McDermott en Omaha parece que apunta a auténtico éxito. Después, habrá que refrendar todo esto cuando lleguen los partidos definitivos.
Hasta finales de Febrero, cuando ya esté todo dicho, no vuelvo con este tema.

jueves, 2 de febrero de 2012

Águeda de Catania





Si buscáis en wikipedia os dirán que Águeda de Catania es Santa. No falta nada para que se celebre su festividad, por cierto. Además de eso, en la wiki, os contarán por qué es santa y donde nació y hasta os contarán una historia muy bonita sobre el volcán Etna. Pero, por supuesto, no es de nada de eso que yo quiero hablar.


De hecho, la wiki termina uno de sus primeros párrafos diciendo que "en el País Vasco se le atribuye una faceta sanadora". Y se refieren a la veneración a la virgen de Santa Águeda.


No sé si buscábamos redención, sanidad o perversión, pero Santa Águeda, en mi imaginario particular siempre me ha sanado el aburrimiento.


Porque en mi pueblo hay una ermita y en Febrero la gente coge unas varas enormes que golpea por el suelo, le canta canciones en euskera a la virgen y el domingo se sube en romería hasta la ermita para asistir a misa, comprar rosquillas de anis y pasar el día en comunión con la naturaleza, ya me entiendes. Pero nosotros, en aquellos años en los que rozaba la veintena, lo hacíamos más emocionante y subíamos la noche antes, a pasarla en el cobertizo que hacía las veces de refugio o acampados en La Pozorra. Noches de insomnio, bien regadas, viendo pasar los coches allá abajo en la autopista y sintiéndote al mismo tiempo insustituible y diminuto.


Pero tampoco quiero hablar de eso ahora.


Quiero hablar de que por la ventana del despacho veo como está nevando en la ciudad donde se hace la ley. Y estoy pensando que me quiero ir para casa a todo correr y que conducir de vuelta se va a parecer mucho a cuando jugábamos a aquel videojuego de Carlos Sainz donde tenías que conducir su coche por un circuito helado y nocturno donde yo no llegaba a meta ni aunque tirara de mi la grua de la Mutua.


Estoy pensando que me parece que hoy no voy a correr. Y tampoco fui ayer ni antesdeayer. Así que hemos vuelto a joder el planning que me había hecho. Pero fui el lunes a correr, y de eso, sí, de eso sí quería hablar.


¿De correr en lunes?


Pues sí, de que corrí el lunes.


De que el lunes me levanté a las seis de la mañana, me monté en el coche, me vine a currar. Me di por almorzado con medio sándwich a las doce y media de la mañana y a las tres y algo me volví a casa. A las cuatro y pico entraba por la puerta con una determinación que no había conocido hasta entonces, así que me puse las zapatillas, me abroché el pulsómetro, la dije adiós con una sonrisa y me marché a correr del tirón. Y no quería decirlo, pero sabía muy bien a dónde quería ir.


Porque últimamente la gente me estaba chinchando mucho. Nuestros amigos pormaratonianos, que también se asoman por aquí de vez en cuando, me estaban poniendo los dientes largos con todos sus planes, sus éxitos y su desarrollo. Y un pormaratoniano en concreto, el que también monta en bicicleta, si no era suficiente con lo que se leía en los blogs y twitters, me puso los dientes más largos de viva voz, de cuerpo presente, asistiendo al hat-trick de Llorente de pie junto a la barra del bar: "me he ido corriendo hasta Santa Águeda". Joputa, pensé con todo el cariño y respeto del mundo.


Lo habíamos hablado unos días antes: ¿objetivos deportivos para este año? Uno de ellos, el mismo de siempre: subir corriendo hasta Santa Águeda. Siempre fue uno de mis objetivos. No es un gran objetivo, no es un reto insuperable, pero era un reto personal, un objetivo privado, algo que me quemaba en la sesera y en los gemelos desde hace años. Porque ya lo intenté en su día con el ganador de la I Pormaratoniana y se tuvo que parar para esperarme y nos volvimos a casa. Vamos, que no llegué. Y he pasado por allí cientos de veces, a pata, camino del monte, porque la espina dorsal que une el Arroletza con el Apuko, camino del Eretza, es como un hábitat natural para este servidor. Y muchas veces me encontré con corredores que iban y venían camino de la ermita, y la envidia no era tan sana como la imagen de la virgen de Santa Águeda que guardan dentro de la ermita. Qué va. Lo tenía ahí, clavado. Y, sí, ya lo habéis adivinado, no hay suspense, ni emoción: el lunes, con dos cojones, a mi bochornoso ritmo, pero ritmo al fin y al cabo, me subí hasta Santa Águeda y me ventilé uno de mis retos deportivos para 2012 y eso que estamos a 2 de Febrero.


Volví a casa una hora y veinte minutos después de correr unos 13 kilómetros. Me di una buena vuelta antes de enfilar la primera cuesta que te sube hasta el barrio de Cruces y para cuando empecé a dejar La Paz a un costado, ya veía la media hora de cerca. Seguí el orden del tráfico, y giré por el misterioso edificio gubernamental hasta llegar al valle lleno de huertas y encontrar la primera cuesta abajo que te lleva hasta los depósitos. Todo este tramo, el primero, es lo más duro, si pasas esto, ya lo tienes todo hecho. Pero, hasta ahora, nunca lo había pasado, y sufrí, sufrí y pensé que en los depósitos me daba la vuelta y volvía a casa, pero no lo hice, y encaré la primera cuesta a sabiendas de que ya no había marcha atrás, iba a llegar hasta la ermita.


Y llegué fácil. La subida es corta y sencilla. Hay continuos descansos y las rampas más duras son cortas. Has pasado la primera, descansas un rato, y para cuando se vuelve a empinar, ves la ermita al fondo, con lo que te animas y no te duelen las piernas. Las últimas rampas duras están al final, recién pasada la entrada a la pista que sube hasta Peñas Blancas y a pocos metros de la ermita, pero no son difíciles.


Cuando llegué a la ermita, todo parecía abandonado. El día era gris pero parecía acogedor. No se oía nada. Olía a excremento de vaca. Me sentí complacido, por qué no decirlo. Corrí hasta tocar el murete de la ermita, me di media vuelta y sin parar, me puse a bajar con mejor ritmo, el puño prieto y ahogando un grito de satisfacción. Acababa de darme cuenta de que no era para tanto, pero lo había hecho, y después de tantos años de proposición incompleta, nada me iba a robar la satisfacción de haberlo hecho. Así que bajé disfrutando como un niño, dejándome llevar, respirando con profundidad, mirando el paisaje y sonriendo. Así hasta casa, de verdad.


Hacía mucho que no me sentía tan bien corriendo y después de correr.


Al fin y al cabo, siempre es agradable cumplir tus retos, y si son tuyos y son retos, nunca pueden ser pequeños. Sé que no es como subir el Everest, ni tan siquiera es mi Everest, pero aunque tampoco sea el Gorbea, quizás sí sea mi Gorbea. O puede que acabe por correr hasta la cima del Gorbea también, ¿que no?