sábado, 4 de febrero de 2012

Lawrence Peter "Yogi" Berra


No sé por dónde empezar. ¿Por lo de Yogi? Pues sí, es incluso anterior al oso de Hanna-Barbera. De hecho, en su día se dijo que se fijaron en el propio Berra para idear el dibujo. Luego los creadores lo negaron. Lo de yogi viene por su forma de sentarse.
Por dónde sigo... Por el béisbol. Sí, mejor lo explicamos. Berra es un jugador de beisbol americano, de origen italiano, que jugó básicamente en los años cincuenta e hizo casi toda su carrera en los New York Yankees. Después, fue entrenador. Y en 1972, ingresó en el Hall of Fame de este deporte. Como entrenador y como jugador, en conjunto, llegó a las series finales en 21 ocasiones. No es de extrañar, por lo tanto, que esté considerado entre los mejores jugadores de la historia de este deporte y disfrute de un museo y de un estadio con su nombre en New Jersey.
Ahora, cambiamos de ambiente y hasta de periodo histórico, nos vamos atrás en el tiempo y hasta cruzamos el charco de vuelta, desde Ellis Island (donde llegó el padre de Berra por primera vez) hasta las Islas Británicas. ¿Para qué? Para hablar primero de William Shakespeare y su personaje Dogberry en Mucho ruido y pocas nueces o de Richard Brinsley Sheridan y su obra de teatro Los Rivales. Porque en los Rivales hay un personaje que se llama Mrs. Malaprop y tiene un problema parecido al de Dogberry y eso dio lugar a que tal problema acabara tomando la denominación malapropism, es decir, malapropismo. ¿Quieres que te dé ejemplos más castizos de esta "enfermedad"? Sofia Mazagatos: "me gustan los toreros que están en el candelabro", Norma Duval: "Estoy que no salgo de mi apoteosis" o, siendo ya más cómicos, y por no citar a Benito ("no me llames Don Benito que es un pueblo y me jode") que es más socorrido, citaremos a su compañero Manolo: "A buenas horas, boinas verdes".
En resumen, que me estoy yendo por los berros de Águeda, que el malapropismo es la tendencia a confundirse con dos palabras que se parecen en sonido pero, por supuesto, no en contenido. Y resulta que Yogi Berra pasó a la historia como uno de los mejores ejemplos de malapropismo de los Estados Unidos. Lo que aquí siempre hemos relacionado con el Lagartijo, un torero que estuvo en el candelabro pero que para muchos es ya solo una frase, esta frase "lo que no puede ser no puede ser y además es imposible" en Estados Unidos lo representa Yogi Berra aunque más escueto con su "It's not over till it's over", es decir, "no está terminado hasta que está terminado", tautología pura y dura, que diría el otro.
Pero es que la vida de Yogi Berra está sembrada de gazapos que superaron el momento factual en el que aparecieron y permanecieron para la posteridad. Un ejemplo de malapropismo (también llamado, por cierto, yogismo), "Texas has a lot of electrical votes", cuando quería decir "electoral", yo creo que no hace falta que traduzca la frase. Pero hay más malapropismo o gazapos a secas en la biografía de un hombre a quien The Economist nombró en 2005 el Tonto más listo de los últimos 50 años. Frases como "el 90% de este juego es mitad mental", refiriéndose al beisbol, "nadie va ya allí, está abarrotado", hablando de un restaurante de Saint Louis, "cuando llegues a una bifurcación en la carretera, tómala", ¿la tomo a dónde, a la izquierda o a la derecha?, grande entre los grandes dando direcciones, "ve a los funerales de los demás, que luego si no, no irán al tuyo" o "puedes observar un montón si miras". ¿Quieres más?: "si la gente no quiere venir al estadio, ¿cómo vas a detenerlos?", "el futuro ya no es lo que solía ser", "haced parejas de tres", "cometemos muchos errores incorrectos", "¿que qué hora es? ¿te refieres a en este instante?"...
Y no sé por dónde terminar, gilipichis, pero, sí, esto lo dejamos niquelao, con una frase conducente para cerrar el asunto: "Desde luego... estás en el mundo porque tiene que haber de todo".

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