martes, 30 de junio de 2015

Mikel Urrutikoetxea



Hace calor. Te abotarga. Ganas de trabajar, no hay. De ponerse a la fresca y ve volar las moscas, sí. Algo así hice el domingo. Y repetí el lunes. Por eso, llego tarde, pero no quería que pasara más tiempo sin añadir a Mikel Urrutikoetxea, aunque tampoco es que sea un gran honor, a la larga lista de deportistas que van encabezando entradas en este blog. 
Y es que el domingo en Bilbao, el de Zaratamo se coronó (o se atxapeló) en lo más alto de la pelota vasca, para gloria del deporte vizcaíno que convertía aquello en un orgasmo múltiple si recordamos lo que pasó con el fútbol. Si el Bilbao Athletic llevaba 19 años sin jugar en segunda división, la pelota vizcaína llevaba 38 años sin ver cómo un pelotari nacido en este territorio histórico se alzaba con la victoria en el manomanista. Se dice pronto: treinta y ocho años desde que Iñaki Gorostiza lo consiguiera por última vez en 1977. 
Lo hizo, además, en Bilbao, ante su afición, y enfrentándose a Aimar Olaizola, al que Urrutikoetxea siempre ha señalado como un ídolo, compañero de entrenamientos y rival temible, amén de favorito, ya que, para el de Goizueta, ésta era su novena final y podía haber sido su quinto título. Consiguió, y con rotundidad, apagar cualquier sospecha que hubiera porque Mikel Urrutikoetxea había llegado a la final de rebote. Entró en el campeonato en cuartos de final y se deshizo fácilmente de Ion Jaunarena (22-5), pero, en semifinales, cayó derrotado por igual contundencia a manos de Oinatz Bengoetxea (22-7). Sin embargo, el de Leiza se vio obligado a renunciar al último partido por una fractura en el dedo y Urrutikoetxea entró como substituto. Ya lo decía Olaizola II, pero con otros palabras, a mí me podéis decir misa que llevo mucho en esto y sé que no hay rival fácil por mucho que llegue de suplente y así fue. Punto; aunque yo no haya puesto ninguno en la frase anterior.
Dicen las crónicas y los expertos que Urrutikoetxea y Olaizola II jugaron un partido de los que hacen afición. Su doble pared para amarrar el triunfo ha sido bien glosada y las rachas que dirigieron el partido fueron propias de dos pelotaris que no estaban dispuestos a dejar pasar esta oportunidad. Los mismos expertos insisten ahora en que ellos ya lo advirtieron, que el de Zaratamo ya apuntaba maneras y todos lo proponían como candidato a acabar con la hegemonía de los Olaizola II y Juan Martínez de Irujo. Los buenos aficionados esperan eso, que surjan nuevos talentos que se lo pongan más difícil a los dos dominadores hasta ahora. 
Urrutikoetxea se lo ha tomado con calma. En la cancha y en las entrevistas, ésa es la impresión que da, la de un tío sosegado pero con nervio, que calcula y que parece tener las cosas claras. Los periodistas aprovecharon la oportunidad y se valieron de su sencillez para abrir las entrevistas de después de la final. Todos destacaban lo mismo, que el lunes se levantó a las siete y media de la mañana, como cualquier otro ciudadano, porque tenía cita para ir a hacer la declaración de la renta. Ya lo decía también el otro día Pablo Laso, después de ganar la Euroliga: nada cambia, al día siguiente tienes que llevar a los niños al colegio igualmente. 

Posdata (al frontis): foto tomada, al parecer, del repositorio fotográfico del diario Noticias de Gipuzkoa, o, al parecer, eso es lo que indica el buscador de imágenes de google.

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