La idea se me ocurrió antes de ayer, y hoy ya he visto una noticia parecida en un periódico regional. Eso me dice dos cosas: una, que tampoco es tan original. Dos, que no tiene mucho interés. De todas formas, voy a escribirla antes de que pase el tiempo. Y eso que creo que para que esta entrada tenga sentido debería pasar, pasar algo más de tiempo porque aún faltan cosas por pasar.
Con la temporada finiquitada y el mercado en ebullición, me he fijado en un equipo en concreto que a la mayoría se la traerá al pairo, pero a mí no. No, porque soy aficionado del club, y eso ya se sabe por aquí. Pero también por curiosidad e interés real, que de eso normalmente tengo poco.
El Bilbao Athletic, filial del Athletic Club, consiguió hace poco más de un año un merecido ascenso a Segunda A tras eliminar en la última ronda al hoy ascendido Cádiz. Un gol de Néstor Salinas en el Ramón de Carranza cerró la eliminatoria y le dio la gloria a los cachorros. El navarro, por cierto, saldría de Lezama y su temporada en el Mirandés ha sido de enmarcar hasta que se lesionó. Los rumores le sitúan en Almería para la próxima temporada.
Un año y poco más después, el Bilbao Athletic regresa a la Segunda División B tras consumar un descenso con más oscuros que claros, pero, al fin y al cabo, con claros también. Terminó la liga en última posición con tan solo 32 puntos, a 16 puntos de la salvación. Se despidió de su año en la categoría de plata tras jugar 42 partidos que saldó con 8 victorias, 8 empates y 26 derrotas. 26 derrotas son muchas, la verdad. Marcaron 35 goles y recibieron 59. Son unos números bastante esclarecedores si lo que pretendes es averiguar por qué quedaron últimos.
Sin embargo, el año discurrió con contínuas loas de todos los rivales a los que se enfrentaban. Los entrenadores rivales, por costumbre o protocolo, siempre repetían los mismos argumentos: es un rival más duro de lo que parece y no será fácil derrotarlos. Luego los derrotaban, pero las premisas se repetían en el siguiente partido. Todo el mundo parecía coincidir en que, al equipo, le penalizó la inexperiencia, la juventud y la falta de puntería, pero que había calidad y mimbres en una plantilla que José Ángel Ziganda parece que seguirá preparando el próximo año aunque sea en otra categoría.
Eso sí, la plantilla será completamente distinta. Por ahora, se han confirmado varias incorporaciones para encarar el cambio de nivel. Un fichaje, el de Iker Hernández, delantero guipuzcoano, internacional en categorías inferiores, que no renovó su contrato con la Real Sociedad tras estar cedido el año pasado en el Barakaldo CF. Su temporada en Lasesarre ha sido irregular, sobre todo, por las expectativas que había puestas en un jugador que, a menudo, en los partidos, da más muestras de lo que podría hacer que de lo que hace. También regresarán al equipo filial varios de los cedidos en otros clubes, como Jon Agirrezabala, Gorka Pérez y Yanis Rahmani. Del tercer filial del club, ascienden al Bilbao Athletic los siguientes jugadores: Gorka Guruzeta, que ya debutó en la Liga Adelante, los porteros Unai Simón y Unai Etxebarria, Urtzi Urcelay y el defensa barakaldés Andoni López Saratxo. Aún hay alguna incógnita sobre el futuro de los jugadores que repetirían año en el filial, sobre todo de los lesionados, pero entiendo que durante el verano se resolverán.
Sin embargo, lo que queríamos tratar en esta entrada son las sálidas que se producen en el club. Y, antes de sacar conclusiones y dar mi simplista opinión, observemos los datos:
En la plantilla de la temporada 2016 se encontraba Iñigo Lekue, a caballo entre el primer y el segundo equipo. El bilbaíno ha jugado tres partidos con el filial en la pasada temporada y ha marcado un gol. Con el primer equipo, jugó 20 partidos de liga y también se estrenó como goleador. Estuvo invitado por Vicente del Bosque para entrenar con la selección absoluta antes de que esta se fuera a Francia y, según un periódico deportivo de tirada nacional, aparece en los informes de jugadores potencialmente interesantes para renovar la selección estatal. Por lo tanto, el lateral será jugador del primer equipo la primera temporada, casi como lo ha sido en esta por mucho que haya jugado también con el filial.
En la pretemporada, además de Lekue, otros tres jugadores que esta temporada han disputado la Liga Adelante con el filial, tendrán la oportunidad de buscarse un hueco en la plantilla de Ernesto Valverde. Serán el mediocentro Mikel Vesga y los defensas Yeray Álvarez y Óscar Gil. Puede que los tres, o solo alguno de ellos, convenza al de Viandar de la Vera y acabe por firmar contrato profesional y pasar a formar parte de la plantilla del primer equipo. Si no es así, muy probablemente serán cedidos a algún equipo de la Liga Adelante. Siempre y cuando, los responsables técnicos de Lezama no decidan que sigan en el filial para estar a disposición del primer equipo cuando lo necesite.
Hay jugadores como Jon Iru, Iker Guarrotxena o Egoitz Magdaleno, a quienes se les ha dado la baja y aún no hay noticias al respecto de su futuro. A Enric Saborit se le renovó el contrato, pero no queda muy claro si será cedido o permanecerá en el club. Tampoco se sabe nada del futuro de jugadores que interesan al club, como Unai López, o de los que sufrieron lesiones de gravedad, como Iker Undabarrena, aún pendiente de renovar, y Ager Aketxe. Sin embargo, algunos ya aparecen en los rumores y otros, directamente, ya conocen cuál será su futuro.
Hasta ahora, ya han quedado confirmadas las cesiones de Markel Etxeberria al Valladolid, de Alejandro Remiro al Levante y de Urtzi Iriondo al Elche. Jonás Ramalho firmó, con la carta de libertad en la mano, por el Girona. Los rumores, por ahora, han tocado a otros dos jugadores del filial. Gorka Santamaría, renovado antes de confirmarse que saldría cedido, ha sonado para el Mallorca y el portero suplente Jon Ander Felipe, según mencionaban algunos medios ayer, interesa al Numancia.
En resumen, de la plantilla con la que se inició el año en Segunda división, un jugador ya forma parte del primer equipo a todos los efectos y otros tres realizarán la temporada. Tres han sido cedidos a equipos de Segunda división y probablemente varios más les sigan, alguno siendo ya objeto de rumores, otros esperando a la decisión del club. Uno ha sido traspasado a un club de segunda y varios que recibieron la baja aún negocian su futuro. La lectura ha de ser positiva. En un año nefasto en cuanto a resultados, la liquidación de la plantilla está dejando muestras de que los jugadores valían para la categoría y que incluso puede que valgan más. Y la muestra viene de fuera. Equipos como el recién descendido Levante o el reciente aspirante al ascenso Girona, confían en las prestaciones de los jóvenes jugadores del filial. Que muchos estén encontrando acomodo en la segunda división (alguno incluso ha sonado para equipos de primera como Granada o Leganés) y que otros aún tengan aspiraciones de jugar en primera con el Athletic Club, dejan claro que esta generación de jugadores sí valía, aunque las 26 derrotas parecieran decir otra cosa. Muestran, además, que trabajar por el fútbol de formación también sirve.
El año que viene le tocará disfrutar de la experiencia al Sevilla Atlético, único filial que jugará en la Segunda división. Mientras tanto, el Bilbao Athletic regresará al fútbol de bronce, donde, probablemente, se encuentre con otros tres filiales: Real Madrid B, Real Sociedad B y Osasuna B. Muchos de los jugadores que defendieron la camiseta del filial en Segunda A, sin embargo, habrán empezado una nueva aventura para cuando estos filiales se enfrenten entre ellos la temporada que viene. Muchas de esas aventuras, deberán agradecérsela a una temporada en la que aprendieron a perder y ganaron un futuro. O no, habrá que ir viéndolo. Por cierto, el titular se lo damos a Enric Saborit porque alguno había que elegir, pero, la verdad, no hay más razón que ésa.
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