El pasado fin de semana se disputaron en Pontevedra los campeonatos de Europa de triatlón sobre distancia olímpica y, ahora, unos pocos días después, todo el mundo habla de ello y no precisamente por algo positivo. Los foros especializados arden con comentarios diversos sobre el asunto, Javier Gómez Noya ha tenido que salir al paso comentándolo en su blog y hasta The Sun le dedicó un bonito espacio a lo sucedido, incluyendo una foto en la que la cabeza de Javier Gómez Noya se incrusta en el trasero de Harry Wiltshire, quien recibe, ya puestos, el apodo de "Dirty Harry". Dan Empfield, todo un personaje histórico de este deporte, también le ha dedicado unas cuantas líneas a los hechos en la prestigiosa revista slowtitch.com. Hasta blogs como éste, donde el triatlón ha sido tratado de soslayo y sin ningún análisis profundo por el desconocimiento del bloggero mayor, se han hecho eco de la noticia. Y, aún a riesgo de caer en lo morboso y lo sucedáneo, intentaremos explicar qué pasó sin que dejemos de trasmitir la belleza y mérito de este deporte tan exigente y espectacular.
Todo comenzó durante el tramo de agua que, para los aficionados, es una experiencia espectacular. Solo el ruido del agua y las brazadas ya te pone la piel de gallina, pero como explicaba Murakami en su libro, como explica el propio Gómez Noya en su blog, y como todo el mundo que lo haya practicado sabe, el segmento de agua es una peligrosa lucha por posicionarse bien en las corrientes que acaba en arañazos, contusiones, ojos morados y golpes de lo más diverso. Sin embargo, lo que se vio en Pontevedra fue exagerado. Las imágenes demuestran claramente que Harry Wiltshire hunde la cabeza de Gómez Noya con su brazo y que nada en paralelo de manera intencionada y al objeto de molestar al gallego. También se aprecia en el video que se ha colgado en internet, y de ahí la foto de The Sun, como en la salida, Wiltshire entorpece a Gómez Noya a propósito. Gómez Noya, en su blog, incluye más datos, explica lo sucedido desde su punto de vista, y añade a todo esto un agarrón por detrás y retenciones en la zona de transición. Pero los incordios de Wiltshire continuaron en la prueba sobre la bicicleta donde, como explica Gómez Noya, Wiltshire se agrupó junto con el gallego y otros triatletas y se dedicó a obstaculizar los relevos. Según el gallego, estas tácticas fueron observadas por diversos periodistas que seguían la prueba en moto y han sido también denunciados por otros triatletas, en concreto, en su blog nombra a Fred Belaubre, Laurent Vidal y David Hauss.
Todo esto podría invitar a intrigas y sospechas si fuera un asunto sin pruebas, sujeto a los comentarios de los protagonistas. Pero el vídeo del segmento de agua no deja lugar a dudas. Aunque lo que no deja lugar a dudas es que, de hecho, el inglés fue descalificado por la organización del evento ante las pruebas evidentes a las que tuvieron acceso los jueces. Sin embargo, la Federación Española de Triatlón ha anunciado que recurrirá para solicitar más medidas.
Aún hay algo más que invita a crear en la veracidad del asunto, y es la profesional respuesta y educado tratamiento del asunto que ha hecho Gómez Noya en su blog, donde rechaza que estas tácticas fueran las causantes de su bajo rendimiento y explica que se sintió indispuesto y físicamente incapaz de ganar durante toda la prueba. Da sus explicaciones, condena los hechos, no juzga la actitud del inglés y se reitera en evitar avivar los intereses morbosos que ahora buscan intrigas y tácticas oscuras en el conjunto inglés. Gómez Noya insiste en que los hermanos Brownlee, Alistair fue primero, Jonny, segundo y ambos son compañeros de selección de Harry Wiltshire ganaron por derecho propio ya que reconoce su talento y su gran estado de forma.
Claro que otros no se quedan ahí. El diario marca se hacía eco de la noticia y acusaba al inglés de justificarse, presuntamente, a la llegada, con un lacónico, "yo solo hago mi trabajo". En otros foros, se apunta a que Wiltshire es arrogante y un matón a sueldo de los Brownlee. Dan Empfield, con un espíritu más crítico y profesional, acusa a la ITU, la organizadora del campeonato, de falta de criterio y rigidez a la hora de tomar decisiones, añade que ahora van a salir multitud de rumores sobre las tácticas ilegales de los equipos en estas pruebas (que parece no negar) y se lamenta, de antemano, del daño que sucesos como éste le pueden hacer al deporte del triatlón. Por último, compañeros de Wiltshire, como Stuart Hayes, que no competía, han usado twitter para lamentar la actitud de su compatriota.
Lamento dedicarle un hueco al triatlón (aunque no es la primera vez, que conste, ni será la última) en este blog para asuntos tan poco agradables, y tampoco era mi ánimo condenar nada, porque para eso hay otros recursos y otros escenarios, pero me ha parecido interesante cubrir este asunto con todos los detalles en la mano (me falta, claro, la opinión de Wiltshire, que no sé si existe o existirá) y terminar con lo que merece la pena, las palabras de Gómez Noya en su blog (que os recomienda visitar) donde aprecia lo bueno que la prueba de Pontevedra dejó para él como deportista: el cariño del público. Como bien explica, cuando gana o se luce en una prueba, los aplausos se dan por sentado y casi se obvian, pero cuando uno sufre, como él sufrió durante el fin de semana pasado en Pontevedra, con problemas físicos y ocupando posiciones retrasadas donde no se esperaba estar, entonces sí que se agradecen, se reconocen y se aprecian todas esas muestras de cariño y esos aplausos. A Harry Wiltshire no creo que la aplaudieran mucho, pero quizás él esté satisfecho con su trabajo, quién sabe, si se tienen noticias, y me entero, prometo hacerme eco de ellas.
Esperemos que todo esto no manche un deporte tan sufrido, severo y vistoso como éste.