sábado, 25 de marzo de 2017

Devin Booker



La actual temporada de los Phoenix Suns está dejando récords extraños y una posición clasificatoria que amenaza con ser la peor de su historia, récord que han superado ya dos veces en los últimos cinco años, con lo que podemos concluir que está siendo una época muy dura para los aficionados al baloncesto en Arizona. Penúltimos en la Oeste, solo tiene una victoria menos los decepcionantes Los Angeles Lakers de Luke Walton que han ido de más a menos de manera vertiginosa y ya están pensando en el año que viene. Los Brooklyn Nets, con 15-57 en la Este, son el peor equipo de la NBA esta temporada, pero parecen estar demostrando más amor propio que ninguno de esos equipos en el pozo de la clasificación. Tienen muy difícil abandonar el farolillo, sin embargo. Los Suns no juegan play-off desde la temporada 2009-2010, ya ha llovido. En aquella temporada perdieron las finales de conferencia ante Los Angeles Lakers. Tenían a Steve Kerr como manager y a Alvin Gentry como entrenador, y el quinteto Steve Nash, Jason Richardson, Grant Hill, Amar'e Stoudamire y Robin Lopez funcionó muy bien. Venían de repetir finales de conferencia (y derrotas, ante los Spurs y ante los Mavericks) en dos años consecutivos: 2004-2005 y 2005-2006, sin dejar de jugar play-off, aunque no llegaran tan lejos, las dos temporadas siguientes. Eran los años en los que Boris Diaw, Leandro Barbosa, Steve Nash o Mike D'Antoni recibían premios individuales. Eran los mejores años de un equipo que ya los había vivido magníficos a principio de los 90 con Kevin Johnson y Charles Barkley, pero que, en cualquier caso, siempre han estado acostumbrado a los play-off. Tiene que doler ver al equipo cerrando la temporada con menos de treinta victorias y las aspiraciones perdidas con muchos partidos aún por jugar. Con Alvin Gentry, el mismo entrenador que les llevó a play-off en la última ocasión, comenzó la decadencia y el brote verde que trajo Jeff Hornacek se terminó enseguida. Earl Watson ha disfrutado de esta primera oportunidad. Veremos si se le da más margen de confianza. En realidad, más allá de los entrenadores, hay otros dos nombres que parecen señalar razonamientos más relevantes para entender el ostracismo de esta franquicia. Por un lado, Steve Kerr dejó la oficina y ni Lance Blanks primero ni Ryan McDonough después han conseguido alcanzar su gestión. Por otro lado, claro, está la retirada del canadiense Steve Nash. En 2012-2013, la primera temporada sin Nash, el equipo se quedó en 25 victorias. 

El contrapunto a esta temporada horrorosa son los curiosos récords que está protagonizando el equipo. Por un lado, por supuesto, los 70 puntos de Devin Booker ayer, contra los Celtics de Boston. 
Booker no es el primer jugador en conseguir esa cifra, es el sexto. Wilt Chamberlain, Elgin Baylor, Kobe Bryant, David Thompson y David Robinson también lo han hecho, alguno de ellos, más de una vez y muy por encima de los 70. Igual que le pasó a David Thompson cuando hizo 73 puntos en 1978 o como le llegó a suceder a Wilt Chamberlain hasta en cuatro ocasiones (cuando hizo 78, 73, 72 y 70 puntos), los Phoenix Suns no ganaron a pesar de la gran actuación de Booker. El exterior de los Suns igualó además los 28 puntos en el último cuarto que también consiguieron David Robinson y Kobe Bryant, éste último cuando hizo 81 puntos. Eso sí, Wilt Chamberlain hizo 31, pero para, al final, sumar la redonda cifra de 100. Es decir, los 70 puntos de Booker, que además añadió 8 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y 1 tapón, son espectaculares, pero no excepcionales. Lo que sí es excepcional es convertirse en el jugador más joven de la historia en conseguir esa hazaña. Y es que nadie antes había conseguido más de 60 puntos siendo tan joven. 

Está siendo una temporada de grandes actuaciones individuales. No solo en número de puntos: James Harden haciendo 42 puntos, 16 rebotes y 17 asistencias, Jimmy Butler consiguiendo 38 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias, o, por supuesto, el récord de triples-dobles de la historia de la competición. Fue a principios de Marzo cuando Ricky Rubio consiguió un triple-doble (puntos, rebotes y asistencias) que suponía el número 79 de la temporada y un nuevo récord en la historia de la NBA. De todos esos, Russell Westbrook lleva más de 30 y James Harden la mitad de los que ha hecho Westbrook. Pero son muchos más los jugadores que han alcanzado la excelencia de manera individual esta temporada. Ciñéndonos a los puntos, la lista de jugadores que han superado los 40 puntos en un partido es interminable. Sin contar repeticiones, Giannis Antetokounmpo, Eric Bledsoe (compañero de Devin Booker), Kwahi Leonard o Kyle Lowry han hecho 41 puntos. DeMar DeRozan, Marc Gasol y Bradley Beal consiguieron hasta 42 en un partido. LeBron James alcanzó los 44. Stephen Curry, más comedido este año, llegó a anotar 46 en un partido, sin embargo. Andrew Wiggins ha hecho 47. Damian Lillard, 49, cifra que también ha conseguido Kyrie Irving. Por encima de los 50 ha llegado John Wall, que está realizando una temporada destacable. Wall hizo 52, cifra que también han alcanzado Jimmy Butler e Isaiah Thomas, de hecho, el de los Celtics de Boston, una de las grandes sorpresas de la temporada, promedia casi 30 puntos por partido. James Harden ha hecho grandísimas actuaciones esta temporada, pero 53 ha sido su tope de anotación esta temporada. 55 fueron para DeMarcus Cousins. Russell Westbrook, quien promedia 31.2 puntos, 10.4 asistencias y 10.5 rebotes por partido, hizo 58, solo dos menos que la mejor anotación de la temporada hasta que llegó Booker, los 60 puntos de Klay Thompson. Eso sí, digamos en favor del de Golden State Warriors que él solo jugó 29 minutos. 

Unos días antes de que Booker ocupara los titulares de la prensa deportiva, lo hacía todo el equipo al batir otro de esos récords que solo es capaz de averiguar la curiosidad estadística de los periodistas norteamericanos. Jugaron un partido con el quinteto más joven en la historia de la NBA. Earl Watson puso de inicio a Tyler Ulis, de 21 años, a Devin Booker, de 20 años, a Derrick Jones Jr, también con 20 años, a Marquese Chriss, tan solo 19 años, y al ucraniano Alex Len, siendo el pívot el veterano del equipo con solo 23 años. Como bien explicaron después en Sports Illustrated, tiene coña que el quinteto de Purdue ante Kansas para jugar la eliminatoria del Sweet Sixteen daba más media si se sumaban las edades de sus cinco titulares. Ninguno de estos cinco hombres fue su elección más alta en el último draft, ya que ese honor se lo llevó el croata Dragan Bender (19 años), quien no ha realizado una gran temporada, promediando apenas 3.2 puntos y 2.2 rebotes en 12 minutos de juego por partido. Además, una lesión de tobillo parecía poner fin a su temporada, aunque hace poco se supo que el croata pretende volver antes de que echen el cierre. Tienen también a TJ Warren, 23 años, quien promedia 13.8 puntos y 4.7 rebotes por partido. Su entrenador, además, también es joven. Earl Watson, tras pasar por un buen puñado de equipos, colgó las zapatillas en la relativamente reciente temporada de 2013-2014, cuando jugaba con Portland Trail Blazers. Según se retiró, empezó como ayudante en los Austin Spurs de la NBDL y de ahí pasó a ayudar a Jeff Hornacek en los Suns hasta que hizo de interino cuando éste fue destituido. Tiene 37 años. Joven, como he dicho. 

La juventud es lo que salva a este equipo: Warren (23), Len (23), Ulis (21), Booker (20), Jones (20), Chriss (19) y Bender (19). Brandon Knight (26) y Eric Bledsoe (27) aún son jóvenes y tienen talento. Quizás tengan demasiado de todo: demasiada juventud y hasta demasiado talento. Solo hay un balón para tantas muñecas. A Earl Watson, si confían en él, le queda un largo camino para conseguir conducir toda esta energía y calidad, y aprovechar la próxima vez que alguno haga 70 puntos para que, por lo menos, sirva para ganar. 

Por cierto, y con esto terminamos, pero no queríamos dejarlo pasar. Cuando menos, llama la atención que hasta cuatro jugadores de estos Phoenix Suns han hecho carrera universitaria en los Wildcats de Kentucky. Tanto Devin Booker, como Tyler Ulis, Brandon Knight y Eric Bledsoe han pasado, aunque fuera brevemente, por las manos de John Calipari. Bledsoe solo jugó en Kentucky durante la 2009-2010, después de convertirse en una estrella en high school. Jugó una temporada y se declaró elegible al draft. Dejó medias de 11.3 puntos, 3.1 rebotes y 2.9 asistencias, que mejoró en partidos importantes, y que auguraban mucho más éxito que el que consiguieron esa temporada: Elite 8, pero Bledsoe prefirió dar el paso ya. Otros compañeros actuales en la NBA estaban en aquel equipo, John Wall, DeMarcus Cousins, DeAndre Liggins y Patrick Patterson, más otros que se han buscado la vida fuera: Darius Miller (Brose Bamberg), Daniel Orton (Grecia) y Josh Harrellson (Japón). Al año siguiente, llegaría al equipo de Calipari, Brandon Knight, junto con Enes Kanter o Terrence Jones. Con ese equipo, llegaron a la Final Four. Por último, Tyler Ulis y Devin Booker fueron compañeros en la temporada 2014-2015. Booker se declaró elegible al final de la temporada y Ulis aguantó una más. Pero la que ambos compartieron fue histórica a pesar de no ganar el título. Los de Calipari se lucieron con un récord de 38-1. La única derrota de la temporada tuvo lugar en las semifinales ante Wisconsin. Además de Ulis y Booker, en aquel equipo estaban los actuales NBA Karl-Anthony Towns, Willie Cauley-Stein y Andrew Harrison, más los NBDL Aaron Harrison, Alex Poythress y Dakari Johnson. Tyler Ulis seguiría una temporada más y coincidiría con Jamal Murray (Denver Nuggets). Booker ya se había ido. 

Es curioso que los Suns concentren tanto porcentaje del talento más reciente de los Wildcats de Kentucky. Veremos como les va con ellos, si es que les va. Puede que Ryan McDonough, Robert Sarver (dueño) y Earl Watson apuesten por la continuidad... o no. El equipo ya estuvo en muchos de los rumores antes de que se cerrara el mercado. Al fin y al cabo, son muchos los equipos que se interesan por todas las piezas que Watson, hasta ahora, no ha conseguido ordenar. Puede que entren en el juego y tomen riesgos... O, como decía, puede que no. Ya lo veremos. Lo que parece claro es que, después de sus 70 puntos, va a ser difícil que alguien les tiente para que suelten a Devin Booker. 

Booker, por cierto, y así ya terminamos centrándonos en el protagonista, titulante y fotografiado de nuestra entrada, es hijo de un ex jugador del que algunos se acordarán por aquí, en Europa. Su padre, Melvin Booker, fue una estrella de la universidad de Missouri que llegó a ser mejor jugador de su conferencia en 1994. Aún y con esos éxitos, sus primeros pasos en profesionales tuvo que darlos en la CBA. Encadenó algunos contratos con Houston Rockets, Denver Nuggets y Golden State Warriors y jugó un puñado de partidos en la NBA antes de dar el salto a Europa donde jugó en Italia, Turquía y Rusia, en buenos equipos como Olimpia Milano, Khimki, Ülker o Pésaro. Se retiró en 2008. 

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