Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
domingo, 28 de noviembre de 2010
Cuthbert Nyasango
El de Zimbabue fue el primero en llegar a la Gran Vía. Dicen las crónicas que el final fue apretado, muy apretado, y Nyasango le ganó a Goitom Kifle por la punta de la nariz. El tiempo: 49.30. No está nada mal. Pero Nyasango no es un recién llegado. A sus 28 años, ha corrido, y hecho entre los veinte primeros, en el Campeonato del Mundo de cross. Su marca de media maratón supera la hora por solo 59 segundos.
Eso es todo lo que os puedo contar de lo que interesa de verdad. Ahora, si queréis saber cómo nos fue a la cuadrilla que frecuenta este blog, pues empiezo yo, y seguro que luego, alguien nos cuenta más detalles.
Nuevamente nos juntamos en la línea de salida los dos protagonistas de dos fines de semana atrás, en Behobia. M y yo no estabamos solos esta vez, porque mi amigo el de los codazos en la Hiri Krosa de Aste Nagusia, AGB nos acompañó en la aventura. Y todos hemos acabado contentos, más o menos. Según puedo ver en la clasificación, M ha quedado en el puesto 1965 con un tiempo de 1:27:48. AGB llegó poco después en el puesto 2238 con un tiempo de 1:31:53. Por último, un servidor necesitó unos pocos segundos más, 1:32:38 para llegar, según la clasificación oficial, en el puesto 2271.
Por mi parte, empecé con miedo, mucha gente en el comienzo y una ligera lluvia. Subiendo Murrieta, ya perdí a mis dos compañeros. Sin embargo, a AGB, de rojo, le veía de lejos. Por Portugalete mi ánimo empezó a subir. Me veía muy bien. En Azeta, demasiado bien, e intenté frenarme para no pasarme de listo, pero ya en Simondrogas, las sensaciones seguían mejorando. Cruzando el nuevo puente de Kaiku, mi ilusión crecía. Alguien a mi lado le decía a su compañero que iban a poco más de cinco minutos en el kilómetro. Y yo me veía fuerte. M había pronosticado, antes de salir, que todos bajaríamos de 1:35:00, y AGB y uno mismo nos reíamos de él. Podía ser. Pero en Lutxana todo empezó a torcerse. Antes de llegar a Usoa, mi rodilla empezó a dolor sospechosamente. Pensaba que solo había sido un mal gesto repentino. Pero el dolor iba a más. Hacía tiempo que había perdido a mis compañeros, pero antes de llegar a Burceña pude ver de cerca a AGB y pensé que todo iría bien si la rodilla aguantaba. Pero por Zorroza seguía sin dejar de doler. Olabeaga no se me hizo largo y subí el Euskalduna pensando que ya no quedaba nada. Arriba pegaba el viento fuerte y eran muchas las ganas de torcer hacia la Universidad. El camino se me empezaba a hacer muy largo, y el gesto de la rodilla cada vez era más raro. Para cuando llegué a las rampas de Uribitarte, ya estaba desesperado. Pero las subí con empeño y en Jardines de Albia empecé a esprintar con todo lo que me quedaba. Torcí hacia la Gran Vía rezando porque la pancarta estuviera cerca, y lo estaba. Me olvidé de la rodilla, apreté los dientes y entré en meta haciendo bueno el pronóstico de M. Eso sí, el frío y mi condición de fumador, me llevó a casi vomitar al pasar la meta. Me costó recuperar el resuello. La rodilla, en caliente, seguía doliendo. Y ha seguido doliendo toda la tarde. No sé qué me ha pasado, es la primera vez que tengo un problema físico de esta índole, y me ha dejado un cierto sabor amargo. Por un momento, en Lutxana, llegué a pensar que podía hacer un tiempo muy bueno para mí. Creo que podría haber llegado con AGB y haberle obligado a hacer mejor tiempo, pero mi rodilla izquierda dijo que no.
Aún así, si alguien me llega a decir hace un mes que iba a tener ya en mi palmarés particular la Behobia y la Santurtzi, me habría reído de él igual que me reía en el Polideportivo del pronóstico de M. En resumen, nos ayudó el tiempo más de lo que esperábamos, disfruté del paisaje y acabé mejorando mis espectativas. Solo el intenso dolor de rodilla y una tarde enojosa por un pinchazo en la rueda derecha de mi coche, me han jodido un poco el día. Creo que volveré a correr estos 17 km algún otro día.
Ya nos contarán, si quieren, los otros dos protagonistas su experiencia. Por lo demás, un saludo al organizador de la carrera, a quien tuvimos la oportunidad de conocer el día antes de la carrera, y suerte para la próxima edición. Quizás nos veamos en meta intentando mejorar el tiempo de esta edición. No va mal el invierno en lo que a deporte se refiere, ¿verdad?
sábado, 27 de noviembre de 2010
Alejandro Urtasun
Por no decir José Miguel Urtasun, que bien podría haberlo dicho. Le he dado el privilegio al que juega menos minutos. Porque Álex sale a 12 minutos por partido, con 2'3 puntos por partido y 0'6 de valoración, mientras que Txemi cuenta con 16 minutos por partido con Joan Plaza, que aprovecha para tener medias de 7,3 puntos por partido y 5,6 en valoración.
Pero a lo que iba mi breve entrada sobre los hermanos Urtasun que cuentan ya con 26 años cada uno, que son gemelos, y mira que ha llovido ya desde que cerraron el proyecto de Siglo XXI. No quería hablar de sus logros deportivos, que no son pocos, si no de lo que les ha costado labrarse un futuro en ACB. Y, sobre todo, quería acordarme de su madre. Esa frase ha quedado un poco sujeta a malinterpretaciones. Lo que quiero decir es que mira que les ha tocado viajar a los Urtasun sin salir de España y mira si su familia no habrá conocido ciudades si es que les ha dado por visitarles. Porque, hagamos cuentas.
Txemi se lleva la palma. Además de Pamplona, donde nació, cuento que ha vivido, porque en los equipos de esas ciudades ha jugado por lo menos unos meses, en Málaga, Bilbao, Santa Cruz de La Palma, Zaragoza, Lugo, San Sebastián, Madrid, León, Alicante y ahora Sevilla. Y sin contar Getxo, donde estaba asentado el proyecto Siglo XXI, pero no sé dónde podía vivir, igual en el mismo Bilbao o en Pamplona. Y, sí le añadimos las otras que ha conocido el hermano, Álex, ya casi nos recorremos todas las provincias del estado, porque Álex, además, claro está, de compartir con su hermano Pamplona, también coincidió en jugar, aunque en una temporada distinta, en San Sebastián. Ahora juega en Alicante, donde estuvo el hermano el año pasado, pero, por su cuenta, también ha conocido Valencia, Madrid, Castellón, León, Lleida y Torrelavega. Es decir, que entre ambos, han vivido en Valencia, Madrid, Navarra, Catalunya, Castilla y León, Cantabria, País Vasco, Aragón, Galicia, Andalucía y Canarias. No sé si me dejo alguna. No está mal. No me digas que no podrían los Urtasun hacerle la publicidad a la biodramina. O ser los nuevos famosetes que anuncian la Guía Campsa.
Ésa era mi entrada tonta del día, pero ya ha ido amaneciendo y todo el mundo, vecinos ruidosos incluídos, han ido despertándose. Así que voy a alejarme un poco del ordenador y mucho del vórtice de entropía que puede llegar a ser la red de redes. Te pones a rebuscar, y te pierdes en el vacío, tú.
Martin Rancik
Me he acordado de él esta mañana, mientras leía el periódico. Sábado, y yo me levanto a las 5 y 30 de la madrugada, ¿tú te crees? El vacío de las calles hacía que resonaran más fuerte las voces de los muchos trasnochadores. La gente se agolpaba a la puerta de la discoteca, como si estuvieran desorientados, sin saber dónde ir después de salir de ahí. Sin querer reconocer el camino de vuelta a casa. Pero todavía quedaba para que yo me acordara de Martin Rancik. Un cuarto de hora de conducción lenta por la circunvalación, unos minutos de espera en la estación, despedidas torpes, y vuelta al coche bajo la lluvia. Una vez en el barrio, café con leche en el bar de los periódicos, porque compran tantos que siempre hay uno libre. Hoy había muchos, así que me leo el as y me sonrío con el pobre Muniain y sus requiebros verbales, así que leo el mundo deportivo y me fijo más en el colorido de las fotos que en el contenido de las noticias, así que leo el marca y paso las páginas a una velocidad vertiginosa, cuando llego a la formula 1 me detengo, freno en seco, para hacer la gracia y para ver con atención la foto del hijo de Carlos Sainz. Luego bostezo y enciendo un cigarrillo. He leído tres periódicos en diez minutos, y donde más he perdido el tiempo ha sido en ver un reportaje tendencioso sobre tendencias comparando a José Mourinho y Josep Guardiola. Que llegue el lunes, pienso, y como aún tengo tiempo, vuelvo a abrir el mundodeportivo por la sección de baloncesto. Leo lo de Josh Fisher, y, ahora sí, pienso en Martin Rancik.
Va a por su tercer equipo en unos pocos meses. De Bilbao a Vitoria no viajó mucho, pero ahora dicen que igual le toca marcharse con Bidorreta a Alicante. Allí se encontrará con Alex Urtasun, y entonces pienso en los dos hermanos Urtasun, pero lo que pienso lo dejo para otra entrada breve que hago a continuación, así que sigo con Rancik. 32 años. 2'04. Brazos tan fuertes como los de Andy Panko. Una rabia casi furia que a poco y le supura. Un tiro de media distancia que ha ido perdiendo protagonismo. Su primera temporada en Bilbao fue de enmarcar. Venía con el corazón en solfa, decían. Una joya que salió barata, y así fue. Además, fíjate que casualidad, antes de pasear intensidad por Italia, Grecia y España, Rancik fue un producto de la NCAA. Lo intentó hasta la saciedad, pero no logró convencer a los Phoenix Suns en aquella liga de verano. Pero a lo que iba: Rancik es un ciclón. Y no le viene mal el calificativo. Su periodo universitario lo cumplió en Iowa State, los verdugos de McDermott y sus bluejays la última jornada. Uno más de las buenas hornadas que han salido de la universidad estatal de Iowa, porque, además de Rancik, de allí salieron, entre otros, el ahora libanés Jackson Vroman, el que fuera all-american Marcus Fizer, el también desaprovechado (o ponle auto delante) Jamaal Tinsley, nuestro amigo Paul Shirley, el ex-baskonista Victor Alexander o el más grande de la lista, el tirador solitario, el virginiano, Jeff Hornacek, que pasaría a la historia del equipo por aquella canasta sobre la bocina desde ocho metros que les daba la victoria ante Miami/Ohio y por lo tanto la primera victoria en una fase final desde 1944, y cuelgo el video. Y me despido colgando una foto de Rancik vestido de cyclone y defendiendo precisamente a un vecino de Iowa aunque jugara para Kansas en la universidad, Kirk Hinrich.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Rasmus Guldhammer
Decía el otro día Igor González de Galdeano, mientras era entrevistado por Radio Euskadi, que un amigo suyo le comentaba el otro día: "parece que no ha terminado una temporada, y ya estáis empezando otra." Y es verdad, cada vez es más corto el invierno para los ciclistas. Antes, parecía que la temporada de ciclocross era más larga. Ahora, para cuando te quieres dar cuenta, acaban de apurar las últimas clásicas y los recaudatorios criteriums y ya están de concentración para la próxima temporada. En el interín, es tiempo para las inconsistencias propias de la UCI, el mercado de invierno y los casos de dóping con más relumbrón. Pero ya está a la vuelta de la esquina el Tour Down Under, mientras los ciclistas latinoamericanos se disputan las vueltas menos mediáticas del calendario.
Este año, como ya pasó el anterior, habrá muchísimos cambios en el pelotón, cambios coloridos de maillot, nuevos proyectos, otros que se van al traste (poco éxito tuvo el Milram) y corredores prometedores que aparecen y veteranos que se retiran, la mayoría en silencio. Si me encuentro con ganas, y cuando la UCI cierre ya la lista de continentales y continentales profesionales, ya haré un repaso caprichoso y poco exhaustivo del nuevo pelotón. Por ahora, lo más reseñable ha sido la renovación de la categoría de UCI Pro Tour para el Euskaltel, la no aceptación del proyecto de Matxin y Gianetti con Menchov y Sastre en plantilla o el regreso por todo lo alto de Riccó (otros, como Rasmussen, se han quedado con las ganas). Todo eso, y el caso de Contador y el filete de Irún, del que sigo sin querer hablar hasta que no esté resuelto.
Pero entre todas las bajas por retirada de este año, y hay casos de prestigiosos veteranos que dicen adiós, como Peter Wrolich, José Luis Rubiera, José Luis Arrieta o Servais Knaven, me sorprenden dos. La del suizo de Ossa de Montiel David Vitoria, un hombre rápido de 26 años, con pocas victorias pero un buen futuro, que tras pasar por el Phonak, el Rock and Racing y el Footon de Matxin se ha visto obligado a retirarse porque una de sus rodillas había dicho basta. El otro es un joven de 21 años, escalador y con un futuro aún más prometedor que el de Vitoria, que llegó al Columbia la temporada pasada después de correr, con éxito y junto con su hermano Thomas, en equipos daneses de categoría continental. Rasmus, bonito nombre para un grupo de música cañero (¿eh?, qué chispa), no se ha retirado. Ha fichado por un modesto equipo continental danés, el Team Concordia, pero ha venido, en otras palabras, a retirarse del ciclismo profesional. El verano pasado, Bjarne Riis se llevó un disgusto cuando Guldhammer prefirió fichar por el equipo de Ben Stapleton antes que por el Saxo Bank, con los que ya había entrenado. Pero tras una temporada, ha decidido, según palabras propias, que no puede con la vida profesional, que le supera estar alejado de la familia, viajar tanto, y el aire serio y exigente del ciclismo profesional, aunque no renuncia a volverlo a intentar en el futuro.
Es un caso singular, pero no único en el ciclismo. Aunque por causas muy distintas, corredores como su compatriota Mads Christensen, también fueron cambiando de categorías intentando buscar un equilibrio que se les escapa. Por no hablar del extraño caso, para aquellos que no conocemos los detalles, de José Ángel Gómez Marchante. De todas formas, apuesto a que oiremos hablar de Rasmus Guldhammer en el futuro. Aunque, como siempre, ésta es una apuesta bastante caprichosa.
Alberto Juzdado
Si no me equivoco, y me lo dijo nuestro amigo el de las asics, el atleta madrileño tiene el récord de la Behobia-San Sebastián. El único que ha bajado de la hora con 59:19. Y no fue cuestión de suerte, porque en la segunda mitad de los noventa, el medallista de bronce en aquel europeo histórico de Helsinki 94 se hizo con cinco ediciones de la carrera popular por antonomasia. Dos veces olímpico, su mejor tiempo en maratón es de 2 horas y 8 minutos.
Además de la Behobia, otra prueba popular con renombre reluce en el palmarés de Juzdado, la "Desde Santurce a Bilbao" o la Santurtzi-Bilbao, como la conocemos nosotros, que lleva ya más de 20 ediciones y ha conocido ganadores como el madrileño, Martín Fiz, Abel Antón, Hafid Mhamdi o Ronald Kipchumba Rutto. Este año, los favoritos también serán atletas africanos, los kenianos Koech o Kipkosgei, los eritreos Sibahtu o Kifle o Nyansango que viene de Zimbabue. Quizás puedan sorprenderles los gallegos Nimo y Penas o alguno de los atletas vascos que se reunirán el domingo en la salida de Santurtzi, porque no faltará prácticamente ninguno: Salvador, Ander Martín, Sáenz de la Fuente, Marroquín o el habitual Amutio entre muchos otros.
Muy lejos de todos estos, puede que llegue yo con resuello y mucho esfuerzo. Porque sí, otra vez, y van dos prácticamente seguidas, me he metido en otro berenjenal. Si ya salí con éxito de la Behobia, ahora, me tomo la taza y media que me faltaba, 17 kilómetros y 300 metros para intentar llegar desde la villa pesquera hasta la capital. Me acompañarán el incansable y compañero de fatigas en Guipúzcoa, Don Mitxel Uría, para quien no será su primera vez, y otro que ya fuera protagonista de este blog muy a su pesar, el fino fondista (ironía, ironía, sí, un poco de humor) Asier Gómez Baños. Seguro que pasamos frío, pero bueno. Yo me conformo con acabar a gusto, como hice en Donostia. Aquí no sé ni calcular qué tiempo me propongo, aunque no será muy distinto del de la Behobia por mucho que sean tres kilómetros menos. Desde entonces, solo he salido a correr un día, el miércoles pasado, 13 kilómetros que se me hicieron larguísimos e intensos, pero peor fue el entrenamiento que hice en Almería antes de la Behobia. Ya veremos qué pasa y cómo pasa, sin duda, disfrutaré hasta de las obras de Rivas y cuando me vea en Azeta, me daré la vuelta para ver el Puente Colgante, saludaré al horno que sigue en pie por cabezonería y me pegaré a la ría cuando nos acerquemos a Bilbao, espero disfrutar de la Gran Vía y no llegar molido. Mucho antes, los africanos y los autóctonos se habrán metido codos para llegar en cabeza a la misma línea de meta que yo seguro que rebaso a un ritmo infinitamente más lento, pero con el mismo valor, claro que sí.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Urko Vera
Anda, que no. Pues que me alegro un montón: televisión, prensa y radio. No está mal. Lleva 7 goles en lo que va de temporada, y muchos de ellos han valido tres puntos. Tiene 23 años, alto (1'90) y es de Txurdinaga, si no me equivoco. Empezó jugando en el Santutxu infantil, de allí al alevín del Athletic y tras salir de las instalaciones se quedó en el pueblo para jugar en el Lezama, luego volvió a Santutxu, se marchó hasta Llodio, volvió a la provincia para jugar en el Portugalete y por último se marchó al filial del Eibar. Sus catorce goles en Tercera División le llevaron al Lemoa de Aitor Larrazabal, a pesar de que tenía ofertas del Barakaldo y del Denía. En algunos partidos ha salido de suplente, como en el Tartiere, donde sus dos goles le dieron la victoria al Lemoa ante el Oviedo. Contra el Barakaldo, en Lasesarre, salió en la segunda parte por Orbegozo, para entonces otro Urko, Arroyo, ya había marcado el 1-0 que quedaría inamovible en el marcador. Vera, lo poco que lo vi, me pareció un delantero físico, agresivo y revolucionado. No le dio tiempo a demostrar mucho.
Pero ahora, le ha tocado su minuto de gloria. El titular de El Correo era revelador a la par que efectista: "Del ERE al Pichichi." En televisión, venían a acentuar la misma perspectiva. Se ve que Urko, como muchos otros de sus compañeros, compaginaba hasta hace poco su pasión por el fútbol con un trabajo de almacenero en Arrigorriaga. Como a muchos de los aficionados que van a verle a Lemoa, un ERE le dejó en la cola del paro. Y se ve que desde entonces, se ha destapado como un gran goleador. Decía en la tele que su sueño es jugar en el Athletic, y, al parecer, los mentideros futbolísticos dejan entrever que ya le han echado el ojo. Igual que parecen habérselo echado a otro joven de la margen izquierda que compagina la albañilería con la portería, Jon Ander Serantes, portero del Barakaldo, al que tuve la oportunidad, hace años, él ya ni se acordará, de enseñarle inglés en su colegio. Y, por último, esos mismos rumores, apuntan a que otro ex del Barakaldo, este navarro y que ahora triunfa en Salamanca, Anaitz Arbilla (el amigo de los centros bomba) también está en la órbita (una órbita más ancha que mi cintura) del Athletic. Pero el protagonista esta semana es el ex-almacenero y ahora cementero Urko Vera. Ojalá siga marcando goles, muchos goles, excepto cuando Serantes le pare todos los que intente marcar en el partido de la segunda vuelta. Pero para eso aún falta.
Almudena Cid
¿Me voy a poner a hablar de gimnasia rítmica? Pues, no, desgraciadamente no, porque no tengo ni idea. A mí, si me preguntas por Almudena Cid, solo te puedo decir, que es de Vitoria, y que es la novia (o la mujer quizás) de Christian Gálvez, el tío del rosco y de la capacidad respiratoria más apabullante de la televisión. No llego a más. Si me preguntas qué más sé de gimnasia rítmica, te diré que conozco la canción "Nadia" de Francisco Nixon y que he visto la portada del disco y yo también recuerdo las imágenes de su 10.00 en Montreal 76, aunque yo entonces acababa de nacer. Pero no más. Durante las Olimpiadas de Barcelona, abotargado por voluntad propia en la estapa extremeña, me veía las competiciones de gimnasia rítmica porque me hipnotizaban los parlamentos de los comentaristas. Me gustaba la terminología, la pasión y el entusiasmo que le ponían a determinados momentos puntuales que para mí pasaban por ser intrascendentes o incomprensibles. Me gustaba cuando susurraban, cuando se unían a la algarabía del público y yo no entendía nada. También me gustaba cuando las gimnastas y los gimnastas aplaudian con las manos embadurnadas por un polvo blanco. Eso es todo lo que sé del deporte que practicaba Almudena Cid hasta hace un par de años.
Pero me he preocupado de enredar por la web. Y no son muchas las medallas que salpican su palmarés, pero hay un dato sorprendente: es la única gimnasta en el Mundo que ha disputado cuatro finales olímpicas en cuatro olimpiadas distintas. Pero además de eso, la vitoriana también ha sido ocho veces campeona de España, oro en los Juegos del Mediterráneo de 2005 y el bronce en el campeonato de Europa por equipos. Ahora, si Almudena Cid, al parecer, pasará a la historia del deporte, viendo los títulares de esta semana, es porque la han nombrado la gimnasta más atractiva de la historia.
Y es que ahí está la noticia, no lo dudéis: Almudena Cid es la (que está) más buena entre las gimnastas, Sara Carbonero se aumenta el pecho, María Lapiedra dolorida con Laporta y todo lo que se le ocurra a José Mourinho. Pero no volveré sobre lo mismo, aunque ya lo haya hecho. Solo me alegro (si ella se alegra) por el reconocimiento a Almudena Cid y, sin más dilación, me pongo la chamarra y me voy al garaje para largarme de su ciudad natal cuanto antes porque al final va a tener razón el parte meteorológico y este cielo tan negro va a descargar en forma de copos. Me piro.
martes, 23 de noviembre de 2010
Jamie Vanderbeken
Dos partidos más, y primera derrota de los Creighton Bluejays esta temporada. El miércoles pasado, los arrendajos azules vencieron a Louisiana en Omaha por 63-58. Los 25 puntos y 9 rebotes de Randell Daigle no fueron suficientes para Louisiana. El trío estratégico para esta temporada volvió a funcionar. Young, con 13 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias, Kenny Lawson Jr., con 15 puntos y 11 rebotes y Doug McDermott con 12 puntos se bastaron para derrotar a Louisiana. Por cierto, McDermott repite como mejor debutante en la conferencia MVC por segunda semana. Harriman volvió a jugar poco, tres minutos y consiguió una canasta de dos además de un rebote.
Y el domingo llegó la primera derrota en un partido especial, el del regreso del entrenador McDermott a su último equipo, los ciclones de Iowa State. En Des Moines, capital del estado, los ciclones vencieron a Creighton con una canasta de Vanderbeken en el último segundo. Harriman, ni jugó. El cinco titular consiguió 86 de los 88 puntos del equipo: McDermott, 16, Korver, 12, Ashford, 17, Kenny Lawson Jr., 20 y Antoine Young, 21. Pero aún así, Iowa State sobrevivió hasta el final con las actuaciones de Jake Anderson, 19 puntos y 15 rebotes, Diante Garrett, 28 puntos y 7 asistencias (5 de 12 en triples) y 22 puntos de Melvin Ejim. Pero la gran estrella fue un canadiense llamado Jamie Vanderbeken en el que su país tiene puestas muchas esperanzas. Tras un tiro libre anotado por Creighton, y con unos pocos segundos en el contador, Vanderbeken recibió el balón, se dio media vuelta, y frustró el regreso de entrenador McDermott a la que durante las últimas temporadas había sido su casa.
Cuelgo el vídeo para que lo disfrutéis:
viernes, 19 de noviembre de 2010
Brian Clough
Hace un par de meses se cumplieron seis años de la muerte de uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol inglés, Brian Clough. Un delantero pequeño pero goleador, casi 270 goles en su carrera con el Middlesborough y el Sunderland. Después, como entrenador, triunfaría en el Derby County, el Leeds United y el Nottingham Forest, al que llevó a ganar la Copa de Europa en dos años consecutivos a finales de los años 70. Pero si por algo pasó a ser conocido Clough fue por sus arrebatos y sus declaraciones: "No diría que fui el mejor entrenador, pero estaba dentro del top 1". De izquierdas y habitual, habitual piquete de huelgas mineras y enfant terrible del fútbol inglés, el entrenador de Middlesborough se las tuvo con todos sus presidentes, con muchos rivales y hasta acabó teniendo una relación tumultuosa con el que siempre fue su mano derecha, Peter Taylor.
Su carrera recuerda un poco a la de José Mourinho, un poco o nada, quizás me estoy tomando demasiadas licencias, y no quiero echarle más leña al fuego. Los Manolo Preciado, Emilio Butragueño, Jorge Valdano y Mourinho de nuevo, bastante han hecho estos días para que los amigos Relaño, Inda y compañía se diviertan en las sesiones de redacción. Tengo mi opinión, pero, una vez más, como hago siempre, me la guardo, y habrá gente que ya empezará a sospechar de mi valentía, pero me parece muy complicado resumir todo esto en una entrada de blog. De las declaraciones de Pablo Orbaiz diciendo, más o menos, que habla muy bien de Mourinho que todos sus exjugadores guarden un buen recuerdo de él, a las de Unai Emery afirmando sibilinamente que él le tiene un gran respeto a Preciado, queda, en medio, un desierto enorme que debería llenarse con mucho sentido común. Y no me apetece hacerlo.
En realidad, lo único que quería proponer es una porra para el partido del sábado, ese fatídico e histórico partido de cada temporada que lleva al Athletic de Bilbao a visitar el Santiago Bernabeu. Yo, no sé si lo veré, pero pienso tener un fin de semana de lo más relajado y narcótico, y el fútbol ayuda. Tras una semana sofocante y abrumadora, solo me apetece bajar a Lasesarre a pasar frío, salir un poco a correr, leer la prensa deportiva, dormir y ver algo de baloncesto. No quiero abrir un libro, no quiero encender el ordenador para abrir el correo. El lunes ya volveré a la tragedia cotidiana. Por eso, me animo a proponer a los lectores de este blog, que hagan comentarios proponiendo un resultado, al que acierte, le regalaré un pequeño detalle, si es que acierta alguien, y no sé cuál será el detalle (espero que no acierte nadie, joder). Así que, manos a la obra, todos a apostar por nuestro amigo Karanka (que ya ha recibido la cariñosa caricia de Inda hoy) o por los chicos de Caparrós, o por los dos al mismo tiempo, un empate honroso que no vendría mal en el fondo. Ya lo sé, nunca digo mi opinión, y nunca me muestro tampoco muy valiente en mis vaticinios, pero esta vez no, me voy a dejar por el espíritu Brian Clough, y ahí va mi resultado para la porra, 2-3. ¿Alguien más se anima?
lunes, 15 de noviembre de 2010
Carlos Velasco Carballo
Me correjís si me equivoco, pero creo que nunca ha encabezado una entrada de este blog un árbitro, que vendría a ser algo así como cuando un entrenador dice en rueda de prensa que nunca habla de los árbitros. Nunca digas nunca jamás, aunque seas James Bond, y tengas licencia para criticar. Ahora tampoco voy a hablar de los árbitros, aunque Carlos Velasco Carballo sea uno de ellos, pero voy a hablar de licencias, de licencias poéticas. Porque pura poesía es la casualidad.
Os cuento. Sábado de sobremesa. Antes de coger el taxi para el aeropuerto, nos tomamos un café en el Continental, a pocos metros del cable inglés. Hojeamos el periódico y hablamos de lo divino y lo profano que vienen a ser lo mismo. En un momento, A comenta que ha leído algo sorprendente en la prensa sobre el partido de esa misma tarde. Lo buscamos y lo encontramos. Es una preciosa pieza de pura poesía periodística, un ejercicio de objetividad, criterio y gran juicio:
"A Velasco Carballo no debe gustarle el Almería que solo ha ganado 1 de los 6 partidos que le ha dirigido. Madrileño, madridista, malo y casero, estos son los atributos que mejor le vienen a Velasco Carballo."
Después de escribirlo R del Pino, periodista de la Voz de Almería, se recostó en su sillón, miró la pantalla del ordenador, y respiró profundamente. Sí, eso era exactamente lo que quería escribir.
Pero aún había más. El Almería perdió el séptimo partido que le arbitraba el colegiado madrileño. Perdió uno a cero y jugó contra 9 más de veinte minutos. Los jugadores del Athletic acabaron descontentos. Caparrós habló en la rueda de prensa. Macua puso cara seria. Lillo no se acordó del arbitraje. ¿Qué dijo la crónica de la Voz de Almería? Pues, no lo sé, porque ya estaba de vuelta, sin maleta, pero de vuelta. Eso sí, me da lo mismo. Lo mejor ya había pasado. Pura poesía. Pura justicia poética.
Casey Harriman
Bueno, buff, muchas cosas se me han quedado en el tintero, pero ahí se van a seguir quedando la mayoría. Tengo una pendiente que si pienso escribirla en la próxima entrada, porque me apetece, aunque sea un poco repetitivo. De la Behobia, no volveré a hablar, nuestro amigo de pormaratones quizás lo haga, y colgará videos en los que, gracias a dios, se me ve muy poco.
A lo que iba, que Casey Harriman y el resto de los arrendejos ya han empezado la temporada. Ya jugaron el partido de exhibición de cada temporada, para abrirla, y ya han jugado los dos primeros partidos de la temporada, y yo creo que aún no había hablado de ello. Y apetece hacerlo, porque los resultados han sido inmejorables: tres victorias. Tres de tres.
El partido de exhibición se ganó ante Northern State por doce puntos, jugaron todos, pero algunos poco, como nuestro amigo Harriman al que le dio para 4 rebotes en 7 minutos. Los mejores, Doug McDermott, Antoine Young y Kenny Lawson Jr.
La semana pasada llegaron las dos victorias en el Global Sports Hy-Vee Challenge, primero ante Alabama State por 14 puntos y ante Northern Arizona en un final más apretado, solo por cuatro, las dos victorias en el Qwest Center.
Ante Alabama State, los mejores fueron casi que los mismos del amistoso. El hijo del entrenador va demostrando desde el principio que es algo más que eso, 16 puntos y 7 rebotes. 11 puntos y 6 rebotes consiguió Kenny Lawson Jr. El base Antoine Young, que parece dispuesto a ser líder de este equipo, consiguió 21 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias. Desde el banquillo, otro nuevo, Jahenns Manigat añadió 12 puntos. Casey Harriman, como en la exhibición, jugó 7 minutos y poco pudo hacer. ¿Por qué? Pues, no lo sé. Supongo que tiene hasta tres jugadores por delante de él en la rotación. En la otra victoria, contra Northern Arizona, peor le fue aún a Harriman, dos minutos y el resto del partido con la toalla sobre los hombros. El resto del equipo se repartió los puntos y los minutos. Hasta cinco jugadores pasaron de las dos cifras: McDermott, 10, Lawson Jr, 10, Korver, 12, Young, 10 y un sorprendente Runnels, con 17 puntos y 10 rebotes.
El miércoles juegan contra Louisiana. Si me da, ya contaré más.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Chema Martínez
Creía haber utilizado ya el nombre del atleta madrileño, pero el que había utilizado ya era el de Rafa Iglesias. Pensaba usar el de Gontzal Sanz, que también se lo merecía, pero al final he optado por el antiguo campeón de Europa de los diez mil. También podía haber usado el nombre de María López de Tejada, ganadora en categoría femenina, pero este nombre me lo guardo para otra ocasión. El caso es que Rafa Iglesias ha repetido triunfo en la Behobia-San Sebastián al dejar atrás a Chema Martínez en la subida final a Miracruz. Sanz ha sido tercero. A ninguno de ellos los he visto de cerca. Pero he estado ahí. Yo hoy también he subido Miracruz, por primera vez, más de dos horas después de que lo hicieran ellos. De hecho, calculo que para cuando yo salía de Behobia, ellos ya estaban llegando al Boulevard, si no es que ya lo habían hecho.
De todas formas, toda nuestra alegría y satisfacción se ha venido al traste cuando volvíamos en el coche, escuchando en la radio como Alonso no podía superar a un tal Petrov. La noticia de que un corredor popular había fallecido poco antes de llegar al Kursaal nos ha dejado fríos. No sabíamos qué decir. Si estas muertes te afectan cuando practicas este deporte y las escuchas por la radio, más aún si tú eras uno de todos esos atletas que hoy se habían reunido en Guipúzcoa para celebrar una fiesta deportiva. Como siempre, no sé qué decir. De verdad, no sé qué decir.
Nuestra experiencia, hablo de M y un servidor, que, al final, hemos sido los únicos en acercarnos hasta Irún en esta edición, había sido, hasta escuchar la noticia, muy positiva. Para M era la segunda. Salía con intención de bajar de una hora y cincuenta minutos, y lo ha logrado por cuatro. A solo dos minutos de su marca del año pasado, lo que le ha dejado un cierto sabor amargo. Yo he llegado trece minutos más tarde, lo que ha supuesto bajar de las dos horas, lo que significa que he batido mis aspiraciones por mucho. Ayer llegué a casa sobre las once de la noche tras un largo viaje y una semana con un único entrenamiento (poco prometedor) en Almería. Para más retruécano, Iberia perdía mi maleta donde estaban mis zapatillas y mi cronómetro. Así que he tenido que correr con unas zapatillas viejas. Pero nada consiguió que no disfrutara de una auténtica fiesta. Todo el espectáculo es positivo. Mucha gente, buen ambiente, un gran público que no deja de animar durante toda la carrera, tan protagonista como los atletas populares. Ni la lluvia, que no paró durante toda la carrera, ni el viento de cara pudieron amargarnos la experiencia. La prueba es dura, subes desde Irún, te topas de frente con Gaintxurizketa, los toboganes de Lezo te planchan, Pasajes te da fuerzas y la subida final a Miracruz es un auténtico reto que se hace largo y exigente. Desde ahí, las que me jugaron una mala pasada fueron las pancartas (y mi ignorancia). Empecé a forzar a falta de dos kilómetros, creyendo que podía bajar de las dos horas y confundiendo hinchable tras hinchable hasta que al final apareció la verdadera meta al final del Boulevard. Por el camino, detalles de deportividad, niños que te ponían la mano, gente desconocida gritando tu nombre, un pirata que ya debe ser famoso, algún chiste malo y una sonrisa en los labios cuando la meta quedó de espaldas. Tras las adversidades de todos estos meses, poder superarte física y mentalmente en una prueba que no deja de ser festiva solo habían conseguido dejarnos una dulce sensación de pundonor y satisfacción personal. Hasta que Vettel entró en meta, y pasaron al boletín informativo.
Merece la pena probar esto. Sabe dulce y te quita la sed. Lástima que los veteranos, por distintas razones, no hayan podido sumarse hoy. Se echó de menos la experiencia de los Chaparro, Enjamio y Maiztegi de nuestro blog amigo, pero quizás el año que viene el grupeto sea más grande, si es que repetimos. Yo se lo recomiendo a todo el mundo que le guste correr. Veinte kilómetros de esfuerzo que se celebran al pasar la meta, pero se disfrutan desde Behobia hasta San Sebastián. No me duele nada, no estoy cansado. Bueno, me duele algo el corazón. El mismo que le ha fallado hoy a uno de los tantos que nos reunimos hoy allí. No sé qué decir, de verdad. Solo, aunque no sirva de nada, que le brindo mi carrera a él.
Posdata: se aceptan crónicas (sentimentales y/o deportivas, o no) alternativas, que sé que alguna va a haber.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Christine Luff
Ya puestos a enredar buscando información sobre el maratón de New York, me he topado con un artículo de Christine Luff sobre los famosos americanos que se han enfrentado al reto de la maratón. Como son unos cuantos, en lugar de elegir entre ellos, le he dado el encabezamiento a Christine Luff, una periodista, entrenadora y corredora, que lleva años escribiendo artículos sobre salud e incitando a la práctica de la carrera en revistas como Reader's Digest, Cosmopolitan, Women's Health o Sports Illustrated, amén de muchas otras páginas web. En concreto, esto lo encontré en about.com.
Bueno, pues lo dicho, ordenados por marca, y luego vosotros decidís si os lo creéis o no, ahí van unos cuantos famosetes americanos que han completado con éxito los 42 km de la maratón, casi todos en la de New York:
Lance Armstrong. Debutó en 2006, bajando de las tres horas por un puñado de segundos, y repitió en 2007 con una gran mejora en el tiempo: 2:46:43. Las dos marcas en New York.
Natalie Morales. Quizás no sepáis quién es, pero en los Estados Unidos es muy conocida por ser una de las co-presentadoras de The Today Show, programa de noticias de la NBC, probablemente el más visto del país. Morales tiene fama por ser guapa, inteligente, y, ahora, buena corredora, porque no está mal el tiempo que hizo en la maratón de New York de 2006: 3:31:02.
George W. Bush. Sí, Bush. Quién no recuerda a Bush y a Aznar al alimón marcándose un jogging y rodeados de guardaespaldas. Bush corrió en el maratón de Houston en 1993 con un tiempo de 3:44:52.
Edward Norton. El actor de American History X o El Club de la lucha, disputó el maratón de New York el año pasado para ayudar a una ONG que lucha por proteger el modo de vida de los Masai. En ayuda a la misma ONG, Maasai Wilderness Conservation Trust, Alanis Morrissette disputó también ese año el maratón de la gran manzana. Él hizo 3:48:01 y ella, 4:28:45. Los Masai no sé qué hicieron.
Will Ferrell. Otro actor, éste se supone que humorista. Corrió en Boston, con un tiempo de 3:56:12 en 2003.
Sarah Palin. Sí, sí, la Palin, la amiga Palin. Pues es una gran corredora, y en su día se atrevió con el maratón de Humpy, con un tiempo de 3:59:26 en 2005.
Sean "P. Diddy" Combs. El actor, coreógrafo y cantante, que también puede llamarse Puff Daddy, Largebaby o Puffy, corrió en New York en 2003, e hizo un tiempo discreto de 4:14:54.
Y, por último, el tiempo que, según Christine Luff, se ha convertido casi en una barrera estimable para los atletas populares: el de Oprah Winfrey, sí. La gran Oprah, presentadora, actriz, productora, lo que quiera, hasta crítica de libros (increíble que fuera capaz de entrevistar a Cormac McCarthy, pero es que libro que ella comenta en la tele, libro que es superventas, hasta Brian se mofa de Stewie por eso), corrió en el maratón de los Marines con un tiempo de 4:29:15, allá por 1994. El evento no debió pasar desapercibido, así que, ahora, cuando un atleta popular americano se dispone a disputar su primera maratón, siempre se pregunta: ¿batiré el tiempo de Oprah? Algo así dice Christine Luff, por lo menos. Ala, a mirar cada uno si lo ha hecho mejor o peor que la Palin, a mí, todavía me queda para algún día ser si quiera capaz de emular a la Winfrey.
Gebre-egziabher Gebremariam
Apunto he estado de hacer mi primera entrada con dos protagonistas en el encabezamiento, pero, al final, he decidido poner solo a Gebre Gebremariam, ganador de la maratón de New York que se disputó este fin de semana. El otro protagonista era el actual plusmarquista mundial de la distancia, Haile Gebrselassie que se retiró mediada la prueba y aprovechó para anunciar su adiós al atletismo. Cuentan las crónicas más sentimentales que, en carrera, Gebre intentó convencer a Haile para que no se retirara, pero éste le respondió diciéndole que tendría que ir solo, que había llegado su hora. Al final de la prueba, al parecer, Gebre se deshizo en elogios para con Haile.
El caso es que uno de los maratones más famosos del mundo, el de New York, que viene disputándose desde 1970, se disputó con éxito de público, una vez más, este pasado domingo. Supongo que en torno a 30,000 participantes, ahí es nada, se darían cita, como todos los años, para celebrar la disputa de uno de los cinco majors de esto del maratón, junto con Londres, el más concurrido, Berlín, Chicago y Boston (aunque luego siempre parece que las marcas se hacen en Rótterdam). Los ganadores fueron el que ya hemos comentado, Gebre Gebremariam, de Etiopia, con un tiempo respetable de 2:08:14 en, atención, su primera participación en un maratón, uno de uno. Detrás llegaron los kenianos Mutai y Kigen Kipkosgei. Y precisamente una keniana fue vencedora en féminas, Edna Kiplagat, con un tiempo de 2:28:20, a 20 segundos, llegó la estadounidense Shalane Flanagan. En el puesto 75, llegó la primera española, María Dolores Jiménez, que pasó de las tres horas. En categoría masculina, el primer representante estatal fue Miguel Beltrán, en un magnífico puesto 25, con 2:26:29, Francisco Román llegó poco después, el 31, con 2:27:10.
Con respecto a los más famosetes, destacar que Fabián Roncero sigue en forma, 51, y que los representantes vitorianos no lo hicieron mal del todo, Martín Fiz hizo un tiempo de 2:35:19, puesto 80, y Joseba Beloki acabó en el 510, con un tiempo de 2:53:57, no está nada mal.
Así pues, como decíamos, uno de uno para Gebre, que a sus 26 años apunta a futura estrella, si no lo es ya. Lo suyo era el cross hasta ahora, donde fue campeón del mundo hace poco, y lo pudo ser antes si no fuera por Kenenisa Bekele. Ya ganó los 10.000 en el campeonato del mundo júnior allá por 2002, así que, quién sabe, quizás le coja ahora el relevo a Gebrselassie.
Porque el gran corredor etiope se retira con cuatro títulos del mundo en esa categoría, además de un oro olímpico en la misma en Atlanta 96. Pero donde quedará bien registrado su nombre es en la carretera, porque, hasta ahora, nadie ha superado el 2:03:59 que hizo en Berlín en la distancia de 42 km pero es que también tiene la mejor marca sobre 10 km en carretera, hecha en Phoenix, con un tiempo de 27:02. Otro dato, en Granollers, hizo el mejor tiempo sobre suelo español en media maratón, con 1 hora y 7 segundos, el récord lo tiene Zersenay Tadese con 55 minutos, ahí es nada.
En fin, que es ley de vida, Haile se pira, y llega Gebre, pero todo queda en casa. Por ahora los etíopes encabezan, pero los kenianos no les van a la zaga. En un nivel inferior, pero igual de meritorio, el próximo domingo se disputará la Behobia-San Sebastián, 20km de fiesta popular y de retos personales. Ya hablaremos de todo esto más tarde, por cierto, ¿corrió al final Lance Armstrong? ¿Quedó por delante de Beloki?
domingo, 7 de noviembre de 2010
Diego Torres
Estaba intentando empezar esta entrada con una de esas frases rimbombantes y ridículas que intentan sentar cátedra. Otra vez a vueltas con el fútbol humilde y la esencia del fútbol y todas esas cosas, pero últimamente tengo más tendencia a lo mundano y práctico, así que la frase que había empezado a escribir me parecía demasiado ridícula y rimbombante incluso para mí. Lo que quería decir es que no ha estado mal el partido que hemos visto hoy en Lasesarre. Pasado por agua, desigual, trabado por instantes y con dos rivales aceptando el rol impuesto por las normas no escritas del fútbol profesional. El caso es que el Barakaldo ha ganado bajo las trombas de agua intermitentes y Diego Torres ha marcado dos goles. Ahora que Abel Buades, él sabrá la verdad de todo el asunto, se ha ido para no volver, nos queda Diego Torres como veterano en el equipo: 32 años, y ya queda lejos aquel año de 1998 cuando Rafa Benítez le hizo debutar en Primera División con el Extremadura. Desde entonces, el de Valladolid, ha viajado casi más que lo que ha jugado al fútbol: Otinyent, Vallecas, Murcia, Salamanca, Valencia, Tarragona, Sabadell y ahora Barakaldo le han visto marcar goles. No está mal. Hoy ha jugado su mejor partido. Ha marcado dos goles, el primero a pase de Urko Arroyo mirando para otro lado, el segundo con talento y sangre fría. Y ha podido marcar otros dos. Otra vez: no está mal. Con el frío que hacía, que casi quitaba las ganas de sacar las manos de los bolsillos para aplaudir, los goles de Diego Torres, los detalles de Urko Arroyo, la joya final de Natxo del Moral y la clase de Koldo Garcés nos han alegrado una tarde que ya había tenido su momento de gloria en el medio tiempo con el magnífico espectáculo del tío del gorro de la piscina y sus dos amigos. Es una temporada regular. Los socios están fríos. Este año, la ilusión se dio por perdida, pero el equipo muestra en ocasiones razones para recuperarla. A la siguiente jornada, se nos olvidan, pero bueno, como me ocurre con el otro equipo al que no puedo evitar seguir, el Barakaldo nos ha enseñado, después de tantos años, una extraña lección de amor propio, casi desesperado, que no viene mal para el día a día.
viernes, 5 de noviembre de 2010
Fabricio Oberto
Pues nada, hasta luego, tío. Se le acabó la energía al argentino, a los 35 años, y tras aguantar los tres últimos, al parecer, con problemas cardíacos. Ahora le ha llegado el momento de decir basta, y no se marcha con una carrera cualquiera: medallas en Mundiales y Olimpiadas, campeón de la ACB y campeón de la NBA. Se marcha tras haber defendido las camisetas de Asociación Deportiva Atenas, Olympiakos, TAU Cerámica, Valencia, San Antonio Spurs, Washington Wizards y Portland Trail Blazers. De Argentina a Oregón, sin dejar de crecer, dejando por el camino, la reputación de un jugador interior fajador y laborioso, no sin cierto talento. Pero, una arritmía cardíaca, de la que ya fue operado hace un año, le obliga a dejarlo. En Vitoria, aún se le recordaba por aquella temporada del doblete, con Ivanovic, y bien acompañado por Scola, Nocioni, Bennett, Tomasevic o Sergi Vidal. Supongo que le habrá dado tiempo a ahorrar, y cuando pase el tiempo y mire atrás, no creo que eche de menos ningún éxito en su palmarés, así que ahora, a descansar y a olvidarse del baloncesto. Algo parecido a lo que le pasó ayer a Rubén de la Red y a Miguel García, nuevos horizontes y proyectos en sus vidas. ¿No es emocionante al fin y al cabo? Yo qué sé.
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