Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
viernes, 26 de noviembre de 2010
Rasmus Guldhammer
Decía el otro día Igor González de Galdeano, mientras era entrevistado por Radio Euskadi, que un amigo suyo le comentaba el otro día: "parece que no ha terminado una temporada, y ya estáis empezando otra." Y es verdad, cada vez es más corto el invierno para los ciclistas. Antes, parecía que la temporada de ciclocross era más larga. Ahora, para cuando te quieres dar cuenta, acaban de apurar las últimas clásicas y los recaudatorios criteriums y ya están de concentración para la próxima temporada. En el interín, es tiempo para las inconsistencias propias de la UCI, el mercado de invierno y los casos de dóping con más relumbrón. Pero ya está a la vuelta de la esquina el Tour Down Under, mientras los ciclistas latinoamericanos se disputan las vueltas menos mediáticas del calendario.
Este año, como ya pasó el anterior, habrá muchísimos cambios en el pelotón, cambios coloridos de maillot, nuevos proyectos, otros que se van al traste (poco éxito tuvo el Milram) y corredores prometedores que aparecen y veteranos que se retiran, la mayoría en silencio. Si me encuentro con ganas, y cuando la UCI cierre ya la lista de continentales y continentales profesionales, ya haré un repaso caprichoso y poco exhaustivo del nuevo pelotón. Por ahora, lo más reseñable ha sido la renovación de la categoría de UCI Pro Tour para el Euskaltel, la no aceptación del proyecto de Matxin y Gianetti con Menchov y Sastre en plantilla o el regreso por todo lo alto de Riccó (otros, como Rasmussen, se han quedado con las ganas). Todo eso, y el caso de Contador y el filete de Irún, del que sigo sin querer hablar hasta que no esté resuelto.
Pero entre todas las bajas por retirada de este año, y hay casos de prestigiosos veteranos que dicen adiós, como Peter Wrolich, José Luis Rubiera, José Luis Arrieta o Servais Knaven, me sorprenden dos. La del suizo de Ossa de Montiel David Vitoria, un hombre rápido de 26 años, con pocas victorias pero un buen futuro, que tras pasar por el Phonak, el Rock and Racing y el Footon de Matxin se ha visto obligado a retirarse porque una de sus rodillas había dicho basta. El otro es un joven de 21 años, escalador y con un futuro aún más prometedor que el de Vitoria, que llegó al Columbia la temporada pasada después de correr, con éxito y junto con su hermano Thomas, en equipos daneses de categoría continental. Rasmus, bonito nombre para un grupo de música cañero (¿eh?, qué chispa), no se ha retirado. Ha fichado por un modesto equipo continental danés, el Team Concordia, pero ha venido, en otras palabras, a retirarse del ciclismo profesional. El verano pasado, Bjarne Riis se llevó un disgusto cuando Guldhammer prefirió fichar por el equipo de Ben Stapleton antes que por el Saxo Bank, con los que ya había entrenado. Pero tras una temporada, ha decidido, según palabras propias, que no puede con la vida profesional, que le supera estar alejado de la familia, viajar tanto, y el aire serio y exigente del ciclismo profesional, aunque no renuncia a volverlo a intentar en el futuro.
Es un caso singular, pero no único en el ciclismo. Aunque por causas muy distintas, corredores como su compatriota Mads Christensen, también fueron cambiando de categorías intentando buscar un equilibrio que se les escapa. Por no hablar del extraño caso, para aquellos que no conocemos los detalles, de José Ángel Gómez Marchante. De todas formas, apuesto a que oiremos hablar de Rasmus Guldhammer en el futuro. Aunque, como siempre, ésta es una apuesta bastante caprichosa.
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