sábado, 15 de enero de 2011

Iñaki Sáez



Acabo de llegar de comer en el japonés que han abierto en el pueblo. Suena a exótico, y a pretencioso, pero qué se le va a hacer. El caso es que el sushi y el make-sushi de las narices me vuelven loco. Bueno, que acabo de llegar de allí y me he sentado en el sofá. Lo juro, ahora mismo me pongo a sacarle rendimiento a la tarde, pero diez minutos de reposo no me van a venir mal. Por inercia, y porque paso de ver por décima vez el horroroso drama protagonizado por Leelee Sobieski, me he puesto a ver el partido de segunda B en las autonómica.
Por cierto, acaba de marcar un bonito gol de delantero centro puro Guillermo Fernández, el joven bilbaíno en el que, parece, los técnicos de Lezama tienen puestas muchas esperanzas.
Efectivamente, el partido enfrenta al Bilbao Athletic contra el Real Unión de Irún.
Otra noticia: acaban de expulsar a Josu Iglesias, así que la Unión se queda con diez. El resultado sigue siendo 1-0.
En el banquillo están, por el lado de casa, Luis de la Fuente, por el de los visitantes, Miguel Sola. Si no me equivoco, los dos estaban en el equipo que bajo la dirección de Javier Clemente le dio sus últimos títulos al Athletic.
A una vieja gloria de este club, anterior a esos días triunfales, entrevistaban hoy en el periódico El Correo. En concreto, al ex-seleccionador nacional, Iñaki Sáez, uno de los mejores conocedores del trabajo de cantera. La entrevista pertenece a una serie que comenzó este periódico con José Ángel Iribar y que pretende hacer un repaso biográfico a la historia viva del club. La entrevista no tiene precio. Se lee de manera amena, por el acierto de las preguntas quizás, pero sobre todo por el carácter reflexivo y evocador del entrevistado. Plagada de anécdotas y de opiniones reposadas, Iñaki Sáez queda retratado como un entrenador cabal, como un jugador generoso y como una persona consecuente. De entre todas las cosas que dice, me quedo con su nostálgico recuerdo de la primera vez que fue a entrenar a Lezama, con los pantalones cogidos con pinzas y en bicicleta y la bronca que le echó Ipiña por no ser aquellas maneras. Pero, sobre todo, con cómo explica la manera en la que se fraguó su carrera deportiva en un día concreto y vital. No tiene desperdicio y descubre con humor los entresijos de este deporte. Lo copio y lo pego aquí con el permiso de la web de El Correo Digital:
"Lo mío fue un ejemplo de cómo interviene la suerte en todas las cosas. Yo llevaba cinco años en el Athletic. Me casaba el 13 de junio y la víspera jugábamos un amistoso en Irún contra el Barça. Dos días antes, un directivo me dijo que en la junta tenían dudas de si renovarme o no, y que iba a depender mucho de lo que hiciera en ese amistoso. En aquel Barcelona jugaba de lateral izquierdo Gracia, que iba a retirarse. Koldo Aguirre era amigo suyo de la selección y le comentó lo que me pasaba. 'Dile que no se preocupe', le dijo. Pues bien, hice el mejor primer tiempo de toda mi vida. Me iba por todos los lados. ¡Y recuerdo que Gracia me animaba! En el segundo tiempo le cambiaron, pero yo había dejado un gran sabor de boca y me renovaron. Me renovaron sí, pero no jugaba nada. Y, de repente, se lesionaron todos los laterales: Txutxi, Zugazaga, Senarriaga... Piru no sabía lo que hacer y Koldo, que era mi salvador, fue a donde él y le dijo: ¿Por qué no le pones al Indio de lateral? Me hizo una prueba un jueves por la noche en San Mamés. Tuve que marcarle a Txetxu Rojo, que era también muy amigo y se portó bien, ja, ja. El caso es que ese domingo jugué contra el Espanyol y, en los siete años siguientes, sólo me perdí cuatro partidos. Algunos entrenadores me decían a veces que marcaba por teléfono. La verdad es que no tenía condiciones especiales para el marcaje, pero las suplía con buena colocación. Y por velocidad no se me marchaba ninguno."
Ya lo pensé cuando leí la entrevista a José Ángel Iribar y lo vuelvo a pensar ahora, espero que todos los jugadores de la primera plantilla, así como los chavales que a falta de seis minutos siguen ganando 1-0 al Real Unión, lean con atención estas entrevistas. Seguro que sus entrenadores, Sola y De la Fuente, ya lo han hecho.

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