Ayer, a eso de las doce de la noche, me giré y sonreí a I. Pues ya está. Y pensé:
La insoportable obviedad del fútbol.
Luego me emborraché un poquito, solo un poquito.
En La insoportable levedad del ser, Milan Kundera dice: "Pienso luego existo lo dijo un intelectual que subestimaba el dolor de muelas." Ergo yo ahora paso de dejarme llevar por mis arrebatos pseudometafísicos sobre la derrota y la dignidad que siempro pretendo encontrarle. No puedo hacerlo, entre otras cosas, porque me duelen, aunque no sean las muelas.
No se puede fumar en los bares, ¿no? Pues también prohibo hablar de fútbol en la cocina de mi casa, que es desde donde ahora estoy oyendo porque no veo en la tele correr a Granero detrás de Gorka Larrea.
Y luego dicen que los reyes son los padres. A mí me parece que los reyes son los padres de Milan Kundera.
Por cierto, creo que Milan Kundera dijo en su día que el fútbol era "un pensamiento que se juega". Y yo me pregunto, ¿en qué piensan las vacas cuando se quedan mirando el tren pasar? ¿Sueñan los androides con ganar la copa cibernética? ¿Y las ovejas eléctricas? ¿Qué opinará Kundera de la ley anti-tabaco?
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