lunes, 28 de febrero de 2011

David Navarro


Tienes dos opciones. Puedes imaginártelo como un ordenado padre de familia que intenta evitar que sus hijos lean los periódicos o vean los resúmenes de fútbol en la tele. O, puedes imaginártelo como un treitañero indolente que se parte la caja viendo lo que dicen de él terceras personas. Si David Navarro está casado y tiene hijos o si sigue soltero, no me lo preguntes porque no lo sé. No sé si David Navarro es alguno de esos dos, aunque creo que probablemente no sea ninguno, porque la verdad, siempre está en el medio.

Yo recuerdo a David Navarro por lo mismo por lo que lo recordará Burdisso. Y de eso seguro que se acuerda él mismo, porque le costó seis meses. Pero la memoria puede ser muy injusta, al fin y al cabo, David Navarro, a sus treinta años, lleva desde 2001 dedicándose a esto, no es solo el tío que le pegó un capirote a Burdisso, ni, por supuesto, el tío que le regaló tres grapas en la cabeza a Llorente. Navarro ha llegado a capitán del Valencia saliendo de la cantera, y digo yo que tendrá algo que ver en ello que es un buen jugador de fútbol.

Sinceramente, y aquí voy a empezar a dar mi opinión, creo que lo que más duele de los dos lances del juego, no solo uno, pero lances, al fin y al cabo, como los ha llamado Braulio Vázquez, coordinador de la secretaría técnica del Valencia, es el teatro que protagonizó en la segunda de ellas. Que le pegue un codazo a Javi Martínez y éste sangre de la nariz es (y no voy a decir puede que sea o probablemente sea) fortuito y casual. Que al comienzo de la segunda parte, le de con el codo en la cabeza a Llorente y le haga una brecha que necesite tres grapas instantáneas, también puede entenderse como un lance del juego, fortuito y casual, si quieres. Tiene razón Braulio Vázquez. Tiene razón Joaquín. Tiene hasta razón Muñiz Fernández si no vio bien la jugada y, sin embargo, si vio bien la entrada tardía de Llorente que le valió una amarilla, la amarilla que Navarro no tuvo. Todo eso es fortuito y casual, es un lance del juego. Y lo digo de verdad. En nuestro equipo, lances igual de fortuitos y casuales los han tenido Gurpegi o Amorebieta. Pero el teatro, vuelvo a repetir, el teatro le enervó la sangre hasta al más sieso en San Mamés. Las imágenes dejan tan en evidencia a Navarro que yo, pero solo yo, y quizás yo soy muy tonto, si me viera en ellas al día siguiente, me moría de la vergüenza. Su actuación fue realmente bochornosa. Y aquí si me atrevo a dar mi opinión, por más que no sepa si a Navarro se le pinzó un nervio del cuello y le dio un vahído de aúpa, que si él lo dice, habría que creérselo, pero a mí me costaría dios y ayuda hacerlo, me costaría dios y ayuda creerme cualquier otra versión que no fuera que Navarro, temiéndose lo peor, decidió emular a Red Buttons haciendo de John Steele en The Longest Day, aquella película sobre el desembarco: Steele se quedó colgado con su paracaídas en la torre de una iglesia y se hizo el muerto viendo la carnicería que corría a sus pies.

Y eso debería haberle valido el premio a la conducta antideportiva del año si no fuera porque el delantero del Foggia, Salomon, le ganó y con diferencia. Pero para eso, buscáis el vídeo y os enteráis. Yo ya me he cansado de hablar de esto, voy a tirarme en el sofá y hacer como John Steele, a ver si me libro de recoger la mesa.

Por cierto, mejor que colgar la foto del defensa del Valencia, cuelgo la foto actual de la torre de la iglesia de Sainte-Mère-Ègleise donde los vecinos han colgado un muñeco en homenaje al soldado Steele.

jueves, 24 de febrero de 2011

Koldo Fernández de Larrea


Tocado. Prefiero pensar que Koldo Fernández de Larrea está tocado, más que hundido, porque debe ser un tío fuerte. Él lo dice: "mentalmente estoy tocado". El 2010 ya fue horroroso, primero la infección de oído, después se rompió la clavícula en el Tour de Baviera y en la París-Bourges, sufrió una horrorosa caída que le dejó un parte de lesiones escalofriante: otra clavícula rota, el metacarpiano derecho, el pómulo derecho, varios dientes y un traumatismo cranoencefálico.

A principios de temporada, le entrevistaban, y contaba que en el pelotón no le reconocían. Había cambiado su masa muscular y había perdido potencia en el esprint, aunque pensaba que ahora quizás podría pasar mejor los puertos y disputar otro tipo de esprints más seleccionados. Sin embargo, la penúltima etapa de la Vuelta a Andalucía se ha vuelto a ir al suelo. En una llegada masiva, una pancarta colocada sin bridas sembró el pánico, Freire lo pudo aprovechar para ganar, Ventoso se fue solo con magulladuras y Koldo se llevó la peor parte. A una nueva rotura de clavícula que le tendrá fuera por lo menos mes y medio, se une la rotura de un hueso de la mano. Dice que se vino abajo al pensar en las carreras que se iba a perder. No me extraña que le esté dando vueltas a la cabeza, tanto infortunio consecutivo es normal que te invite a imaginarte maldiciones. La vasca no ha sido tierra de grandes esprinters, de esprinters puros, de velocidad y automatismos suicidas, quizás por nuestra orografía o la tradición que, a veces, marca la definición de un ciclista. Koldo era (y es) el mejor exponente de este tipo de ciclismo en nuestro pelotón. Desde que debutó en 2004, ha conseguido más de diez victorias, entre ellas, etapas de la Vuelta a Burgos, Bicicleta Vasca, Castilla y León, Murcia, y clásicas como Getxo y el Tour de Vendee. Desde 2007, gana algo todos los años, que no es decir poco. Además, ha asomado su cabeza en los disputados esprints de las grandes vueltas, que no deja de animarnos a aquellos aficionados que, generalmente, siempre teníamos que esperar a que la carretera se empinara. Volverá, seguro, y esperemos que no pase esta temporada en blanco.

Por otra parte, una gran noticia ver a Markel Irizar añadiendo a su palmarés una prueba de la categoría de la Vuelta a Andalucía. El ciclista de Oñati, que sigue buscándose el sueldo en las americas, sorprendió a todos al aguantar su puesto y sobreponerse a la decepción de perder el prólogo por menos de un segundo. No quiero quitarle mérito a su triunfo porque, si lo ha logrado, es porque tanto él como su equipo han conseguido controlar la carrera y finiquitarla para su propio beneficio, pero no habla muy bien de los organizadores andaluces que su recorrido se preste a que el ganador de un prólogo pueda llevarse la clasificación final cinco etapas después sin que haya cambios. Muy poca emoción.

En fin, una buena y una mala noticia, para comenzar una temporada que sigue este domingo con la Clásica de Almería.

Baron Davis


Un nuevo equipo para el base californiano Baron Davis. Esta vez, tiene que dejar su ciudad y marcharse hasta Cleveland, allí se va a poner las pilas a tirar, ya verás. El ex de UCLA es, dicen, el mejor base defensivo de la Liga y todo puro talento, pero sus muchas lesiones, su nivel de concentración y, al parecer, un contrato que arrastra como una bola de plomo, le están haciendo poco atractivo para los equipos últimamente. Ahora se marcha a los desesperados Cavs a cambio de Mo Williams y Jamario Moon.
Pero este no ha sido el único fichaje del último día de traspasos en la NBA, porque este año las franquicias se han vuelto locas. Sin contar las opciones de drafts o el dinero que se haya incluído en estos traspasos, mencionando solo a los jugadores involucrados, hago un repaso de las transacciones recién salidas del horno, sin recordar la de Anthony, Billups, Gallinari y compañía que, por cierto, ya han debutado todos con éxito en sus respectivos equipos (anoche los Nuggets con Gallinari de titular pero solo 2 puntos le aguaron la fiesta a los Heat de los tres magníficos*). Otro por cierto, en este traspaso gigantesco, hay un jugador que yo no nombré ayer, pero que de saberlo lo habría hecho, el griego-americano de Ohio State jugará con los Nuggets.
Bien, pues, como ya he dicho, Baron Davis se mueve hasta la otra costa y ahora se levantará todos los días con vistas al Lago Erie. Mo Williams y Moon son traspasados a los Clippers.
Los Celtics han estado metidos en unas cuantas. Por un lado, han mandado a Marquis Daniels a los Kings a cambio de futuras posiciones de draft. Exactamente lo mismo que han conseguido, a cambio de mandar a Semih Erden, el turco en el que habían puesto esperanzas quién sabe por qué y Luke Harangody a Cavaliers para ser nuevos compañeros de Baron Davis. El último traspaso efectuado por los Celtics es el más llamativo, aunque a Kevin McHale le gusta. Los de Doc Rivers han mandado a Nate Robinson y a un recuperado Kendrick Perkins a los Thunder, y, a cambio, reciben al joven pero ya reputado ala-pivot Jeff Green y a Nenad Krstic.
Los Blazers estuvieron en todos los rumores y al final han confirmado un traspaso de última hora por el cual consiguen al alero Gerald Wallace y mandan a los Bobcats a Dante Cunningham, Joel Przybilla y Sean Marks. Rudy no tiene que volverse a Badalona, como amenazaba su agente. No es el único cambio en los Bobcats que también han decidido cambiar a Morris Peterson y D.J. White por Nazr Mohammed que andaba por los Thunder.
Los Rockets también han estado ocupados, aunque al final Yao Ming no se ha movido. Sí han traspasado a Aaron Brooks y a Shane Battier. Battier se irá con Marc Gasol a los Grizzlies que se desprenden de una de sus elecciones más altas del draft, el pivot Hasheem Thabeet. Junto a Battier, también mandan los Rockets a Ish Smith. Por su parte, Aaron Brooks se marchará a opositar como relevo de Steve Nash mientras que los de Houston reciben a Goran Dragic.
Los Hawks se han hecho con un Kirk Hinrich que lleva tres equipos en pocos meses. A cambio mandan a Mike Bibby a los Wizards. También entran en la operación Hilton Armstrong, Jordan Crawford y Maurice Evans.
Los Warriors, que, al parecer, intentaron (o querían) hacerse con Yao Ming debido al mercado chino de su zona, se conformaron con el contrato de Troy Murphy, que regresa desde los Nets a cambio de Brandan Wright y el holandés Dan Gadzuric.
Los Hornets y los Kings cambian cromos, Marcus Thornton por Carl Landry. Y James Johnson llega a los Raptos de los Bulls, que solo reciben opciones de draft.
Todos estos, más el blockbuster de Anthony, y por supuesto, el segundo gran traspaso, la marcha de Deron Williams al mega-proyecto ruso de los Nets a cambio de Derrick Favors y Devin Harris. ¿No podían haber hecho esto antes de que Sloan se fuera? No sé si Favors cumplirá con las enormes expectativas que ya despertó en el instituto, donde llegó a ser nombrado mejor jugador del país, pero se ve que los Jazz están ansiosos por cerrar una época.
Y esto es todo que yo sepa. Una locura, si me preguntas. ¿Para quién conducirá el coche Davis en el próximo All-Star?
*Error garrafal que no encuentra excusa en que fueran las siete y cuarto de la mañana cuando escribía esto y ande costipado. A quien han ganado los Nuggets era a los Celtics y quienes han sorprendido a los Heat han sido los Bulls de Derrick Rose. Sorry.

Troy Jackson


El sobrepeso y el talento no van reñidos, acuérdate de cómo bailaba el tío de Will Smith cuando era príncipe de Bell-Air. Marc Jackson, el pivot del Xacobeo Blu:sens que se retiró con 35 años porque quería ver a sus hijas, tenía cierto sobrepeso. Bueno, me guardo hablar de Charles Barkley para otro día, que además no estaba tan gordo. Pero Cameron, Sofoklis Schortsanitis, Glenn Davis, Shaquille O'Neal, Michael Sweetney (que ahora juega en Uruguay) hasta Gregory Echenique. Alguno igual se acuerda de Oliver Miller, aquel pivot que los Phoenix Suns seleccionaron arriba en el draft esperando sacar algo bueno de él. La leyenda habla del culo de Stacy King. Muchos. No es fácil (a veces ni bueno para el juego) ser tan alto y delgado. Si la grasa es músculo mejor, pero no siempre puede ser así. El caso es que estaba viendo ganar al Real Madrid en Belgrado y he visto a Nathan Jawai con los del Presidente Predrag Danilovic. No es que esté gordo Jawai, pero podría bajar algún kilo. Jawai no pudo triunfar en la NBA, ni en los Raptors ni en los Wolves, pero ahora intenta triunfar en Belgrado. No es un jugador especial, pero tiene un origen singular, el mismo que el de Patrick Mills, base de los Portland Trail Blazers, si es que aún estaba ahí. Jawai, como Mills, fue descubierto por Danny Morseu, integrante de aquellos "Boomers" de la selección australiana que acabaron séptimos y octavos en dos olimpiadas consecutivas. Morseu creció en una misión, sin agua potable ni electricidad, porque Morseu, como Mills y Jawai (el primero en jugar en la NBA) es un aborigen australiano.

Pero bueno, si ojeais la prensa digital, habréis visto ya todos que hoy ha muerto Troy Jackson, hermano pequeño de aquel Mark Jackson que jugara en los Pacers, Knicks, Clippers, Nuggets, Raptors, Jazz o Rockets, que llegó a ser All-Star y Rookie del año en la temporada 87-88. Troy ha muerto mientras dormía y a los 35 años. Probablemente, lo haya hecho debido a su sobrepeso. Troy, que medía 2'08, pesaba unos 170 kilos y, según dicen, llegó a sobrepasar los 225 kilos. Troy alcanzó la fama por ser uno de los integrantes de la famosa panda de los AND1 Mixtape Tour, una suerte de lo mejorcito del basket callejero que hacían un show del tipo Harlem Globertrotters y por donde pasaron, como no, Rafer Alston y Carlos Arroyo. También lo intentó con el baloncesto universitario en Louisville, pero no funcionó. Yo dejo un video del gran Escalade, su apodo, y ya me contaréis. Descanse en paz.

miércoles, 23 de febrero de 2011

David Clinger


El segundo protagonista ha tenido una vida más intensa. Al fin y al cabo, tiene ocho años más que el bueno de Steven Cozza. Cuando su compatriota se afanaba por luchar por la igualdad sexual en los boy scouts, Clinger ya corría en el campo profesional. Ya no lo hace, entre otras cosas porque en 2010, si no ha habido cambios al respecto, la agencia anti-dopaje americana le sancionó con dos años por uso indebido de testosterona sintética.
Clinger empezó en el ciclismo profesional con unas expectativas enormes. Se veía en él al hombre rápido que dominara el pelotón americano. Muy pronto llegó a Europa de mano del Festina y cosechó algunos éxitos. Que yo recuerde ahora, aunque quizás fue antes de fichar por Festina, se hizo, por ejemplo, con el Gran Premio de Villafranca de Ordizia. Después acabó por fichar por el Domina Vacanze, pero no le fue bien del todo y regresó a su país.
Su carrera dio un vuelco inesperado en 2005, cuando se presentó a los entrenamientos tras el verano, con toda su cara tatuada. Clinger se había hecho un tatuaje facial maorí que duró 12 horas y tuvo que ser tratado con acupuntura para mitigar el dolor. Su equipo rompió el contrato porque aquella máscara no daba la imagen que querían transmitir. La carrera de Clinger fue devaluándose. Fichó por Rock & Racing, pero ya no fue lo mismo. Se vio involucrado en una pelea, acabó en la cárcel... Y siguió con su máscara.

Steven Cozza


Ahora que la temporada empieza a arrancar y Andy Schleck anda escapado en la tercera etapa de la Vuelta a Andalucía (que lo he visto en la retrasmisión online de biciclismo.com) voy a escribir un par de entradas curiosas sobre ciclistas no muy conocidos. Tengo media hora, antes de que me llamen a comer. Y el primero es Steven Cozza y la invitación a escribir sobre él también es cosa de biciclismo.com porque leía en su web como el californiano es un auténtico hombre comprometido. En su web, pone a la ventana un libro para niños y para colorear que resume su vida deportiva. Los veinte dólares que cuesta se destinan a un programa benéfico para niños desfavorecidos. Y no es su única idea, porque también vende camisetas con el lema "No te rindas nunca" y organiza una carrera benéfica en su localidad natal. Pero yo ya conocía a Cozza de antes, y no por su paso por el Garmin o su fichaje por el Team NetApp o sus pocas victorias, solo ha ganado una etapa en la Vuelta a Chihuahua. No es por nada de eso, si no por el protagonismo que tomó hace ya trece años, cuando con solo doce años, una carta suya enviada a la prensa removió los cimientos de una de las organizaciones juveniles más poderosas y populares del mundo, los Boy Scouts, que cuentan con casi cinco millones de miembros.
Cozza era un miembro de la organización que, junto con su padre, Scott Cozza, reavivó una excisión de los Boy Scouts llamada Scouting for All y que habían organizado tres o cuatro años antes Dave Rice y algún otro miembro. Los Cozza, como Rice en su momento, volvían a condenar la ética de la organización en lo que concierne a la libertad sexual de sus miembros, ya que se obliga a que estos sean heterosexuales. Cozza, heterosexual, explicaba que estas limitaciones contravenían el propio espíritu y reglamento de la organización. Solo tenía doce años cuando sucedió todo eso, ahora es un ciclista profesional de 25 años, al que si las lesiones respetan, la lleva un par de graves caídas, puede dar qué hablar en el futuro.
Por cierto, con esos bigotes se parece al de Tachenko.

lunes, 21 de febrero de 2011

Carmelo Anthony


Para aquellos a los que les gusta la NBA (no el baloncesto, en general, como a mí, y por lo tanto, en mayor o menor medida también la NBA, si no aquellos a los que "les gusta la NBA" más que el propio baloncesto), el fin de semana pasado estuvo repleto de emociones. Si me preguntas a mí por el fin de semana de las estrellas, te contestó que lo sé todo: sé que ganó el concurso de mates Blake Griffin y que se permitió el lujo de saltar por encima de un coche que conducía su compañero Baron Davis. Sé que Serge Ibaka emuló a Michael Jordan y que el hombre con uno de los nombres más curiosos, JaVale McGee, acabó segundo tras hacer un mate con tres balones; sé que Jones, de los Heat, ganó el concurso de triples porque debía estar excitado de la oportunidad que se le daba de tirar cuando le diera la gana sin tener que esperar a que James, Wade o Bosh decidieran antes que él. Por último, sé que Kobe Bryant se llevó el MVP del All Star 2011 y que ganaron los del Oeste. Así parece que sé la ostia. Lo de Griffin, Ibaka y McGee lo vi en las noticias, lo de Jones lo he leído, del partido de las estrellas no he visto ni un solo segundo. A mí, el fin de semana de las estrellas, me ciega. Será por la luz de las estrellas que brillan más que el sol, el caso es que no le hago ni puto caso. El último que vi fue allá por 1992, el que terminó unos segundos antes de que lo indicara el reloj porque ya andaban todos despidiéndose de Magic Johnson.
Eso sí. Se ve que los directivos aprovecharon el fin de semana para trabajar y, según se afanan en anunciar los periodistas, la mayor fuente de rumores de la historia de la NBA se corta. Carmelo Anthony ya ha encontrado destino. El dueño de los Knicks, y también cantante de los JD & The Straight Shot le ha ganado la partida a su rival de los New Jersey Nets, el magnate ruso Mikhail Prokhorov. Según informa David Aldridge para NBA.com, Carmelo Anthony, junto a los veteranos bases Anthony Carter y Chauncey Billups, el pivot Shelden Williams y el alero Renaldo Balkman viajarán al Madison a cambio de Timofey Mozgov, Danilo Gallinari, Raymond Felton y Wilson Chandler. El movimiento se completa con el cambio de Anthony Randolph y Eddy Curry que abandonan los Knicks para marcharse a los Wolves a cambio de Corey Brewer. Pero los expertos dicen que este traspaso también traerá consecuencias que se verán allá por el verano, ya que los Nets, por ejemplo, entrarán al trapo de todos los sugerentes agentes libres, Dwight Howard y Deron Williams entre otro, que presentará el mercado este verano.
El cambio entre los Knicks y los Nuggets es cuanto menos arriesgado. Se ve que Jim Dolan, el dueño de los Knicks, ha metido la mano, porque tanto Donnie Walsh, el director o presidente, como Mike D'Antoni han tenido que dar su brazo a torcer y liberar a un Danilo Gallinari en el que tenían puestas muchas esperanzas. También hicieron una apuesta en verano por Mozgov, que empezó de titular incluso, y a las primeras de cambio cambia de costa. Felton había empezado la temporada muy bien y a sus 26 años intentaba relanzar una carrera llena de bajones, ahora se encontrará con la oportunidad de ser titular en Denver. Wilson Chandler se había hecho con un puesto en los Knicks a sus 23 años y promediaba 16 puntos y 5 rebotes por partido. Anthony Randolph y Eddy Curry apenas contaban para D'Antoni pero, al fin y al cabo, estamos hablando de cambiar prácticamente a todo el equipo. Ahora, con Stoudamire, Anthony y Billups llevando el peso, probablemente D'Antoni vuelva a sus rotaciones mínimas y a correr como un loco. Los Nuggets de Karl, por su parte, consiguen algo de un traspaso anunciado, y Gallinari, si consigue cubrir la mitad de las expectativas que estaban puestas en él, podría ayudar a mantener el nivel en Colorado. Quedará por ver si la reconversión en el equipo de Stanley Kroenke sigue, porque los expertos anuncian los traspasos de Al Harrington y Nené Hilario (a Houston Rockets, dicen) para el verano.
A los que nos gusta el baloncesto, y por lo tanto, en mayor o menor medida, la NBA, estos traspasos que los americanos llaman "blockbuster" cuando ya se ha pasado prácticamente el ecuador de la temporada, suenan a locura incomprensible. A veces, da la sensación de que los jugadores son mercancias valoradas a tenor del límite salarial, y, otras veces, parece que los dueños de los equipos juegan a los cromos en lugar de a gestionar equipos. Incluso, a veces, parece que las ansias por ganar lo justifican todo. Pero todo eso, creo que ya lo sabíamos todos, lo sabe Melo y lo sabe Danilo, lo sabe hasta mi vecino el del quinto. Lo dejo con esta ridícula rima.

domingo, 20 de febrero de 2011

Alfonso del Barrio


Y la última de esta mañana, que con esta ya son cinco y he pasado la media hora que me di, es para la parte deportiva de mi fin de semana que con más intensidad viví, tres partidos, dos por la tele y uno en directo.
Empezaré con la victoria, que fue la que brindó el Bizkaia Bilbao Basket a su afición ante la sorpresa de esta temporada en la ACB, el Blancos de Rueda Valladolid de un renacido Porfirio Fisac. Empezaron bien los vallisoletanos, pero el BBB jugó su, probablemente, mejor partido de la temporada para acabar ganando por 23 puntos. Destacaron todos los jugadores, pero quizás especialmente, un Aaron Jackson que se lució, incluyendo un mate, y un Alex Mumbrú que dio una lección de fundamentos. Vasileiadis sigue luchando por un puesto, Banic no se encuentra en este equipo y Chris Warren pasa de mi entrada anterior. La victoria deja a los de Katsikaris bien colocados para asegurar un puesto de play-off.
Sigo con el empate, el doloroso empate en Lasesarre que viví en directo, en un derby desagradable en el que se adelantaron los vitorianos del Alavés gracias a un remate inocente de cabeza de Geni que Jon Ander Serantes, otra vez titular, no supo atajar. Muy poco demostró el Alavés para llevarse los tres puntos, y al final se llevó uno tras un remate de cabeza de Diego Torres que dio paso a los mejores diez minutos de juego del Barakaldo en toda la temporada. Lástima que a Koldo Garcés le diera por el tacón y que los demás tampoco tuvieran muy fina la puntería. El punto no sirve de mucho a un equipo, el fabril, que sigue a más de una victoria de salir de los puestos de descenso. Estamos sufriendo mucho esta temporada. Yo tengo esperanzas, pero me desanima ver, como comentábamos el sábado en el estadio, que nuestro compañero de aficiones, MU no sea tan positivo, porque si él no lo es, mal vamos, positivo por naturaleza como es él. Sobre las aficiones, me morderé la lengua, y me la tendré que morder tanto que acabará por dolerme. Solo puedo decir que salí realmente triste del campo, y, esta vez, sin que sirva de precedente, no fue tanto por los que comparten colores conmigo, si no por los visitantes, a los que no juzgaré en conjunto porque, como siempre, en todos los campos cuecen habas y la ignorancia y la bravuconería son una mala combinación vistas los colores del equipo que vistas. Una experiencia más para curtirte como aficionado en un deporte, el del fútbol, que te pone muchas veces en un brete.
Y cierro con la derrota, la que nos inflingió Messi en el minuto 77. Supongo que merecida, aunque dolorosa, al fin y al cabo, porque el ciclo Guardiola nos está tocando sufrirlo a los aficionados del Athletic de especial manera. No sé ya cuántas son las derrotas contra ellos. Me quedo, sin embargo, con el cambio de cara en la segunda parte, con algunas fases de toque muy itermitentes y casi inconscientes que demuestran que este equipo puede dar incluso más de lo que ya da. Como dice MU en uno de sus ataques de esperanza utópica: nos tocará, nos tocará. Pero será otro día.
Tenía algún que otro protagonista, pero lo dejaré para otra ocasión que ya ha sido bastante para esta mañana. Y, ¡ah!, por cierto, Alfonso del Barrio es el veterano entrenador del Barakaldo y no se me ocurría otro nombre con el que encabezar esta entrada.

Claudio Ranieri


A sus casi 60 años, quien le iba a decir. Pero el fútbol tiene esas cosas, y mira que no habrá pasado por otras peores en sus muchos años de experiencia en banquillos tan complicados como los del Nápoles, la Fiorentina, el Valencia, el Atlético de Madrid, el Chelsea, el Parma o la Juventus. Desde hace un par de años, trabajaba en Roma. Ayer dejó de hacerlo. Presentó su dimisión tras el partido que su equipo perdió en Génova. Iba ganando 0-3 en el minuto 51 gracias a Totti, que puso, primero, dos balones a la cabeza a Mexes (horroroso con su coletita rubia) y Burdisso, y terminó un contrataque que él empezó con Borriello para poner el 0-3. Pero en el estadio Luigi Ferraris quedaba lo mejor. Una remontada de las que duelen. Cuatro goles en cuarenta minutos para remontar el partido y dejar a Ranieri y a Totti y a los demás al borde del colapso. Entre Rodrigo Sebastián Palacio, ex de Boca (horroroso también con su coleta) y el joven Alberto Paloschi, se cargaron a un Claudio Ranieri que deja a la Roma octavo, con 39 puntos, a 16 del líder.
¿Dulce retiro o volveremos a ver al irónico entrenador sonriendo en alguna rueda de prensa? Quién sabe. El fútbol actual igual aún le da la oportunidad de vivir alguna experiencia exótica.

Daniel Aranzubia

Como no, ¿verdad? Joder, es el primer gol, según oí decir ayer, no sé si equivocarían y me equivoco yo al citarlos, es el primer gol, repito, marcado de cabeza por un portero en la Liga Española. Supuso el empate a uno para el Depor en el último minuto de su visita al campo de los Juegos Mediterráneos de Almería.
Son 32 años ya los que contemplan al portero de Fuenmayor. Era portero titular a turnos con Iker Casillas en aquella gloriosa generación que se hizo con el campeonato del Mundo sub-20 en Nigeria. El balón de oro se lo llevó Seydou Keita, pero la victoria final, se la llevó la selección de Iñaki Sáez en un mundial donde, entre otros, se vio jugar a Ronaldinho, Esteban Cambiasso, Ashley Cole, Rafa Márquez, Roque Santacruz, Diego Forlán o Robbie Keane. Aranzubia celebraría aquel título junto con un puñado de jugadores que aún despuntan en el fútbol profesional, como los Marchena, Orbaiz, Xavi, Colsa, Yeste o Iker Casillas, y otros que lo hicieron antes, como Gabri, Jusué, Pablo Couñago, David Aganzo o Pablo Coira.
Yeste, Orbaiz y Aranzubia fueron quizás a los que menos les costó aprovechar el tirón de aquel mundial para hacerse un hueco en el fútbol profesional. Aranzubia comenzó a sonar como posible titular en San Mamés y durante seis temporadas jugó 150 partidos en los que alternó luces y sombras y no llegó a superar las altas exigencias deportivas que los aficionados bilbaínos tienen puestas sobre el cargo, porque es más que un puesto, de portero. La llegada de Caparrós y el fichaje de Armando Ribeiro le defenestraron y tras un frustrado fichaje por el Zaragoza, acabó en un Dépor donde se ha consolidado como titular.
Llevaba un recorrido gallego bastante pacífico, hasta que, para lo malo, su nombre salió en prensa hace unos días por temas extra deportivos, y, para lo bueno, su video, incluído este blog, catapultará su nombre a los informativos de medio mundo. Es para celebrarlo, y seguro que lo hace.

Ernesto Valverde



Le costó al de Viandar de la Vera aceptar la invitación para regresar a El Pireo, pero al final, la tomó. El equipo de Sokratis Kokkalis andaba un poco sin rumbo desde que el ex-entrenador de Athletic, Espanyol y Villarreal cerrara su primera etapa en Grecia. Con su regreso, las cosas han vuelto a su sitio, a diez puntos del segundo Valverde y sus jugadores se dirigen de cabeza hacia un nuevo título. Si en 2009, cuando aceptó por primera vez la oferta de Kokkalis, el entrenador vizcaíno ya lideró a su equipo hasta el doblete, el 2-1 en el derby griego por antonomasia, coloca al equipo apodado "La Leyenda" con un colchón de puntos prácticamente insuperable. Viejos conocidos como Ariel Ibagaza, Raúl Bravo, David Fuster, Moisés Hurtado, Albert Riera, Olof Mellberg o Urko Pardo lo celebrarán junto al txingurri Valverde.

Sin embargo, si hoy escucháis algo sobre ese derby ante el Panathinaikos, será lo siguiente: "Olympiacos-Panathinaikos, de nuevo el infierno griego en un campo de fútbol" (MARCA.com). No he mirado más versiones digitales de otros periódicos ni voy a colgar las imágenes aquí. Supongo que todas las crónicas serán parecidas y hablarán más de lo que ocurrió al final que de los goles de Rafik Djebbour y Kevin Mirallas.

Bryce Bevin


Batería de entradas potenciales. Ha sido un fin de semana de lo más intenso. De hecho, ha habido noticias o protagonista para ilustrar este blog desde comienzos de semana, pero yo estaba a otra cosa. No voy a entrar en detalles, pero el jueves, mientras Michael Jordan celebraba su cumpleaños, a mí me temblaban las piernas, vestido con americana, mientras intentaba cerrar una época importante de mi vida. El resto del fin de semana, lo he dedicado a relajarme, a celebrar el cumpleaños de Michael Jordan. Y, en lugar de practicarlo, que no me apetecía mucho, me he dedicado a verlo, porque el deporte como espectador, a veces, relaja y narcotiza una barbaridad.
Así que esta mañana me he encontrado con un montón de nombres que pedían entrada en este blog, y en lugar de resumirlos a todos en una, me he dicho, son las 7:30 de la mañana, me voy a tomar media hora, mientras me tomo un café, para soltar una batería de entradas, y luego vuelta a la vida real.
Y el primero es para los chicos de Bryce Bevin, ex-seleccionador español de rugby, que el año que viene regresarán a la élite del rugby nacional tras dos años desde aquel último descenso. El Bizkaia Getxo ganó a los valencianos de Les Abelles en la prórroga y confirmó que vuelven los buenos tiempos para el rugby vizcaíno: el año que viene Gernika y Getxo disfrutarán de dos derbies, uno en Fadura y el otro en Urbieta. Con suerte, Ordizia y Bera Bera harán que de diez equipos, si no me equivoco, que juegan la división de honor, cuatro sean vascos. No está mal el porcentaje.
Cuentan las crónicas que fue un día memorable. Mil quinientos espectadores en un estadio engalanado para la ocasión. El neozelandés Bevin y los suyos sufrieron hasta que Muir Kara logró el último ensayo. Los veteranos, gente que ya ha salido de muchos estadios sucio de barro, como Álvaro González, Santi Pérez de Ciriza o Natxo de Lázaro no podían controlar su emoción. El descanso se cerró con un 12-6, tras remontar un 0-6 gracias a las marcas de Snee y Linklater. La segunda parte fue más emocionante aún, pero en la prórroga, gracias a Young y finalmente a Miur Kara, hicieron bueno el 15-13 de la ida.
Las celebraciones llegaron más tarde, sin esperar a el tercer tiempo, uno de los inventos más originales del mundo deportivo y de imposible utilización en otros deportes profesionales. Lo dicho, el año que viene derby, y regreso al rugby de élite de un equipo que llevó a Bizkaia a lo más alto del rugby nacional en los 90, con una liga y cuatro Copas del Rey.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Víctor Sada

Ya lo vi ayer, pero aún no habían colgado el vídeo en el youtube para que luego yo lo puediera colgar aquí. Hoy lo he vuelto a mirar, y ahí estaba, así que no me lo he pensado dos veces y lo cuelgo por dos razones. Primera, porque la canasta, por más que sea una anécdota, se lo merece. Y segunda, porque me siento mal después de decir lo que dije del talento sobre un Víctor Sada que se merece un poco más de respeto.

martes, 15 de febrero de 2011

Ronaldo Luis Nazario da Lima


El gol en Compostela, ¿verdad? El gol en Compostela, buff. Y el gol ante el Valencia, ¿qué me dices de aquel gol? Preguntémosle a Otero, Ferreira y Xabi Eskurza, incluso a Engonga y Zubizarreta que lo vieron de lejos.
Y sus amores, eh: Milene, Daniela, Susane, Raica... y al final se hizo la vasectomía.
Y su tripita, que luego resultó contagiosa. Preguntémosle a Ronaldinho.
Me dan tentaciones de sacar conclusiones sobre el punto en común en las carreras deportivas de ciertos jugadores brasileños: Romario, Ronaldo, Ronaldinho, Adriano...
Pero no lo voy a hacer.
Es "mi primera muerte" ha dicho entre lágrimas. Decía que el cuerpo ya no hacía lo que él quería que hiciera. Creía que hacía tiempo que había dejado de hacerlo, pero él no estaba convencido.Parece que aún se sentía futbolista y que se ha dado cuenta de que a sus 34 años, ya no puede serlo como él querría serlo. 34 años y O Rei, Il Fenómeno, ya se ha hecho viejo. Yo también tengo 34 años, tú, y la misma cara de pan. Qué pena.
Y poco más puedo decir. Se va a decir todo en todos los sitios desde "Las mañanas de la uno" hasta "Punto y pelota" pasando por los periódicos gratuitos del metro y los informativos de las radios piratas. No va a quedar nada nuevo para que yo lo diga. Ni tan siquiera voy a ser capaz de evocar uno de los 420 goles que ha marcado sin que no lo haya recordado alguien antes o se haya colgado en internet.
Así que...

lunes, 14 de febrero de 2011

Chris Warren Jr


(Esta entrada la escribí ayer, creo)
Me ha parecido leer por ahí que a Chris Warren le han dado el premio a la mejor jugada de la reciente Copa del Rey. Bueno, algo es algo, cuando se vaya no se irá con las manos vacías. No sé si el premio le consuela o le convence, pero al menos lo tiene. Esto igual suena un poco pretencioso, como a resabidillo, pero tengo la sensación de que, con el tiempo, el nombre de Chris Warren quedará en nuestras memorias como ese típico nombre común americano que no recuerdas cuando intentas hacerte el listo pavoneándote de la cantidad de datos insustanciales que puede guardar tu memoria.
Pero a lo que iba. Aprovecho y suelto mi reflexión sobre la Copa. Ya. Dicho, porque tampoco es que tenga que decir gran cosa. Lo esperado, las cosas en su sitio. Eso sí, un partido soporífero, con un juego trabado y muy poco vistoso, una puntería horrorosa, una circulación aturullada y defensas que convencían más que los ataques. Y eso vale para los dos equipos. Fue el partido de los jugadores americanos, de los jugadores exteriores americanos que aspiraban a su minuto de gloria en su aventura europea, a Alan Anderson le salió bien, a Clay Tucker, no. Los interiores americanos, sin embargo, son mucho menos rutilantes, más apocados: Terrence Morris y D'or Fisher jugaron a lo suyo, que para el primero es un poco más vistoso y divertido que para el segundo. Por lo demás, me desesperó la desesperación acompasada y con cierto criterio de los bases madridistas y me sorprendió un Víctor Sada al que le veo los mismos valores que Roger Grimau, el talento para esconder el poco talento que tienes, dicho así suena desconsiderado, pero pretende ser un halago, porque aunque ahora suene a trabalenguas, el talento reside precisamente en el estúpido axioma (si es que eso es un axioma) que me acabo de inventar arriba.
Mis vaticinios, a la porra.
Y la Liga de fútbol seguía su curso y el baloncesto le arrancó un cuartito de página.
Y ya se ha acabado todo.
La vida sigue. Nada ha cambiado. Algunos tienen ahora la posibilidad de enseñar la manita con sus cinco titulos, y otros seguirán siendo palestinos motivándose con las bombas. Hasta la próxima oportunidad de repetir la historia ocambiarla. ¿Será en la Liga? ¿Queréis mi vaticinio? Pues vale, en la liga no será, uno de los dos no llegará, y, probablemente, ninguno de los dos. Hasta parece que entiendo y todo.
Enhorabuena... eh, ¿cómo se llamaba? A sí, Chris Warren.
Posdata: hoy estoy un poco subidito, ¿no? Son los nervios.
Ahora, el vídeo es cosa de acb.com y no se puede enlazar ni ná, así que tecleáis y os vais payá o palcorreo o padonde sea. Mientras, nos conformamos con el trailer de la película "Love & Basketball" en la que trabaja, por cierto, Chris Warren, pero Chris Warren Jr, actor de High School músical que le roba protagonismo al jugador de Bilbao Basket en la red. Él se lleva el título de esta entrada porque el del alero de Garland con pasaporte panameño ya lo usé para encabezar el título de una entrada hace tiempo, empiezo a cansarme de esto de no querer repetir nombres en las entradas, ¿será matemáticamente imposible?

Senayet Misgaua


La crónica de la web vamosacorrer.elcorreo.com, un reflejo de la popularidad que ha ganado el deporte del atletismo, se rinde ante la nueva demostración de fuerza y talento de Josu Amutio en la Bilbao-Bilbao, que el domingo, cumplió su decimoprimera edición. La noticia también destaca el papel de la vencedora en categoría femenina, la etíope Senayet Misgaua, más que nada, porque a su buen tiempo y a su más de un minuto de ventaja con respecto a la segunda, hay que añadirle que Misgaua solo tiene 16 años. Como el nombre de Amutio ya lo gasté hace tiempo, he decidido encabezar esta entrada con el de la joven atleta.
Sin embargo, y como siempre, si hablo de carreras populares, es porque allí hubo presencia familiar, y es que ya empezamos a ser una suerte de familia, un grupo de amigos que, reunidos bajo el nombre de ese blog amigo con el que tantas veces nos cruzamos referencias. empieza a hacer bloque, un bloque un poco frágil y dubitativo aún, pero pujante al fin y al cabo. En esta ocasión, fuimos tres representantes: el acicate M. U., el poco habitual pero siempre efectivo J. V. y un servidor, que atiende a las siglas H. C., aunque ya me esté causando problemas de identidad.
Nos despertamos temprano y nos presentamos en San Ignacio con bastante antelación porque M y J tenían aún que recoger sus preciosos dorsales. ¿Sarcasmo?, se preguntaría Sheldon Cooper. Además de los dorsales, la organización tuvo a bien obsequiarles con una camiseta de una edición anterior y de una carrera distinta a la que nos disponíamos a correr. A mí, el día anterior, cuando me fui a apuntar a la sede de la organización, me regalaron, afortunado de mí, una camiseta verde sin leyenda alguna y que parece ser de mujer. Ayer me la puse para dormir, por cierto.
Como había tiempo, nos tomamos un café en el Malibú mientras hablábamos de lo humano y lo divino, más de lo primero que de lo segundo. Con pereza, nos acercamos hasta el Polideportivo donde ya ha desaparecido la vetusta pista de ceniza y calentamos un rato antes de colocarnos prácticamente los últimos en la línea de salida. El año pasado yo hice lo mismo, pero solo, mientras el de las asics se acercaba a la cabeza.
Los objetivos eran bastante distintos, y en el fondo muy parecidos. M se encontraba con ganas y dispuesto a mejorar marca. J no hacía más que comentar que le estaba entrando la modorra y yo me limitaba a quejarme de mi rodilla y hacer del agorero que suelo ser por naturaleza. Así salimos, y ya en la cuesta que comienza en la esquina entre las calles Etxepare y Campion, J y M se perdieron entre los demás corredores populares. Yo, a mi ritmo, pendiente de la rodilla y sin ninguna prisa. Cuando ya nos acercábamos a Botica Vieja, me iba animando, ni rastro de la rodilla y la caja andaba bien, me pegué a una pareja que antes de coger el puente del Euskalduna, me dio una sorpresa muy agradable, él le dijo a ella que íban corriendo a 5:20 el minuto, y eso que yo pensaba que iba de paseo. Así que, casi como el año pasado, pero con un ritmo más pausado, aceleré un poco en la subida al puente y frené un poco en la bajada, esperando un puesto que esta vez estaba más retrasado y era más pobre que nunca, al menos, pude coger una botella de agua. Desde ahí, y al ver que no nos hacían rodear Olabeaga, me sentí aún más fuerte y apreté. Ésta vez, en comparación con el año pasado, no me quedé solo, e ir adelantando a grupos y a corredores sueltos, me animaba, aunque seguía controlando, consciente del error del año pasado, cuando me tragué los tres kilómetros de rodeo por Zorroza. Ésta vez llegué con fuerza y en la cuesta del matadero, apreté aún más. Más aún cuando me crucé en dirección contraria con mis compañeros, J y M, que se llevaban un par de minutos y bastante diferencia en la cara que ya sabemos que es el reflejo de las piernas. Así, me piqué un poco con un tío tan fondón como yo que me hacía la goma, y entré en la pista de Zorroza con más ganas que el año pasado y apretando los dientes hasta el final. Dicen que el tiempo no acompañó, pero yo solo sentí el viento de cara en Sarriko, el resto del tiempo no melló mi rendimiento, así que los 51:40, unos segundos peor que el año pasado según el cv que quedó colgado en pormaratones, no tienen excusa, y tampoco valor, porque me sentí mucho más contento que en aquella ocasión, dadas las circunstancias, y el resuello con el que entré. Mis compañeros, mejor que yo como era de esperar, M dos minutos mejor, y J unos cuatro, más o menos, pero los tres satisfechos en mayor o menor medida. Así que nos dejamos de duchas, nos cambiamos en la pista y nos volvimos para casa aprovechando el aire fresco de la mañana, una bonita caminata por Burceña y Lutxana hasta despedirnos en Los Fueros.
Para otros foros, quedan los comentarios, más o menos directos, sobre la organización. Los veteranos no parecen sorprenderse, así que no queda mucho más que decir. La verdad es que la opinión generalizada era bastante negativa. Más allá de las camisetas y los bebibles caducados, o los gorros y las bragas, sean del chino o no, los rumores sobre el recorrido mal medido sí parecen tener más importancia. De todas formas, se está creando cierta cultura del atletismo popular y, más temprano que tarde, las críticas darán lugar a cambios.
Por nuestra parte, buen comienzo de temporada. He de confesar que tenía unas ganas locas por volver a ponerme un dorsal (por cierto, corrí sin mi camiseta fetiche de Chedli), y me gustaría que este año fuera el año en el que incorporara a mi palmarés mi primera media maratón (ya me pican para abril). Veremos, depende tanto de mí, como de la rodilla. Además, el año puede que tenga otros alicientes mucho más colectivos pero igual de personales de los que esperaremos poder dar noticias en breve. Las zapatillas aireándose en la ventana. Qué bonita imagen. ¡Enhorabuena a mis compañeros y a todos los participantes!, que queda de un políticamente correcto que da náuseas. Ale. La foto para Josu Amutio entrando vencedor que de Senayet Misgaua no tengo ninguna.

sábado, 12 de febrero de 2011

Kostas Vasileiadis



Dejando a un lado si el pie pisaba la linea, la linea pisaba el pie, o fue antes la gallina o el huevo, reconozco que el juego de Kostas Vasileiadis me toca la fibra sensible. Es pura tensión, frenético, rayano en la locura, ajeno a las fuerzas del equilibrio y la mesura. Sus ojos se desorbitan, su presencia en la cancha es una sombra que no deja de moverse. Siempre que juegas con la electricidad, te quemas, pero sin la electricidad, tampoco lucen los neones, no sé si se me entiende, pero tampoco me importa.

El caso es que el juego de Kostas Vasileiadis es una hipérbole de lo que significa la Copa del Rey, siete partidos intensos y dramáticos en cuatro días. Ayer lo decía Pablo Laso, pero todo el mundo parece estar de acuerdo en que esta competición es la más apasionante del calendario. Seguro que ya ha habido reportajes sobre la cantidad de ojeadores que se agolpan en las gradas y sobre el día en el que Pau Gasol se dio a conocer. A menudo, las fases finales de la Copa quedan sujetas a nombres propios: Marcelo Nicola, Mark Davis, Rudy Fernández, Pau Gasol, Chichi Creus, Mirza Teletovic, Nacho Rodilla, Andre Turner... Algunos fueron MVPs, otros fueron protagonistas por otras razones, sin subrayados.

La de este año lleva camino de ser también una suerte de nombres propios, entre los que aún tienen posibilidades de levantar la Copa, Boniface Ndong, Sergio Rodríguez, Marcelinho Huertas o Víctor Claver, y entre los que ya estarán de vuelta a casa, Kostas Vasileiadis, Jaycee Carroll, y, en menor medida, Diego García o Will McDonald. Hasta mañana no se resolverá, pero mientras tanto, la magia del base canario, el desarrollo definitivo del alero valenciano, la ilusión del renacido equipo vallisoletano, la consistencia del juego canario, la fiabilidad de la plantilla barcelonista, la ternura potencial de los de Badalona, las tablas de los baskonistas y la desesperación como argumento de los bilbaínos ya han dejado momentos de auténtico baloncesto febril y enérgico. ¿Qué ocurrirá ahora? ¿Queréis mi vaticinio? Os lo doy: ganará el Real Madrid de Ettore Messina. ¿Por qué? No lo sé, solo sé que son las 9:30 de la mañana y llevo desde las 6:50 sentado en este escritorio trabajando (y además es sábado), así que creo que hace muchas horas que perdí la razón y la mesura y me hice miembro del club de Kostas Vasileiadis. Será por eso.

jueves, 10 de febrero de 2011

Jerry Sloan



Me voy a arriesgar. Ahora mismo estarán en ello, o faltará poco para que empiece, no sé exactamente qué diferencia horaria tenemos con Utah, pero para esta misma tarde, ya de noche aquí, tenían una rueda de prensa organizada los dirigentes de los Jazz, supongo que con Kevin O'Connor a la cabeza.

Marc Stein para ESPN y David Aldridge para TNT ya lo han confirmado. Al parecer, tienen fuentes fidedignas, desde dentro del club, que no dejan lugar a dudas: Jerry Sloan y su ayudante, Phil Johnson, han presentado la dimisión. Tyron Corbin, alero de Minnesota Timberwolves cuando yo andaba por el instituto, le sustituirá. No deja de ser un cambio de entrenador más, pero no lo es.

No lo es porque los datos son apabullantes. Jerry Sloan sustituyó a Frank Layden en la dirección del equipo mormón allá por 1988. Lleva 23 años seguidos entrenando a los de Salt Lake City. Es el tercer entrenador con más victorias en la historia de la NBA, justo por detrás de Don Nelson y Lenny Wilkins, y el único que ha conseguido más de 1.000 victorias con el mismo equipo. Desde que él comenzó a entrenar ha habido más de 250 cambios de entrenadores y cinco equipos actuales no existían cuando él cogió el banquillo. Un dato más: cuando él se sentó en el banquillo, en 1988, no habían nacido hasta 40 jugadores que ahora son profesionales en la Liga. No es baladí. Estamos hablando de un entrenador al que de jugador ya le llamaban el Bulls originario, porque fue elegido por Chicago en el primer draft de expansión. Once temporadas con más de 14 puntos por partido, ganándose una fama de jugador defensivo y correoso que se vió truncada pronto por una lesión de rodilla. Otra vez: no es baladí.

Según informa ESPN.com, los problemas venían dándose ya desde principios de temporada, y los problemas eran roces con Kevin O'Connor, máximo responsable del equipo, y el deterioro de la relación entre el entrenador y la estrella del equipo Deron Williams. Al parecer, todo estalló el miércoles, en la derrota contra los Chicago Bulls. En la última jugada del descanso, Sloan ordenó una jugada y Deron Williams decidió la suya en la cancha. En el descanso, hubo un enfrentamiento que se culminó con una reunión a puerta cerrada tras el partido entre O'Connor y Sloan. Después de esa reunión, Sloan y Johnson decidieron renunciar a la renovación por una temporada que habían firmado poco tiempo atrás.

Sloan, que ya está en el Hall of Fame, se ha ganado en todos estos años una reputación de entrenador duro, que respondía con ironía y sin dobleces a los periodistas. Prácticamente, la misma que tuvo como jugador. En esos más de veinte años, Sloan llevó a la franquicia mormona a dos finales, dos finales en las que Stockton y Karl Malone se encontraron con Michael Jordan en frente. Desde que empezó a jugar con la Universidad de Evansville al baloncesto, trabajando al mismo tiempo en una cadena de montaje de Whirlpool, hasta el día de hoy donde pone fin a 23 años de trabajo en el mismo banquillo, Sloan siempre se ha comportado como un profesional con genio y determinación. Pero todo llega a su fin. Ya solo nos queda Sir Alex Ferguson, y cuando llegue el día, nos parecerá que es mentira, ya lo verás. Vivimos en los tiempos de la fugacidad, lo transitorio, la velocidad, lo virtual y lo perecedero. Y como dicen que ha dicho Jerry Sloan: "My time is up". Su tiempo, siempre lo ha parecido, fue otro.

martes, 8 de febrero de 2011

Cesare Rubini



Al ir a leer la Gazzetta dello Sport para informarme de lo de Riccó, me he enterado de que hoy mismo ha fallecido, a los 84 años, Cesare Rubini.

Como a mí lo que me gusta es el baloncesto, si Rubini se me hacía conocido, era porque fue el tercer italiano, junto con Dino Meneghin y Sandro Gamba, que entró en el Hall of Fame del baloncesto en 1994. Y lo fue porque, tanto como jugador como como entrenador, fue el responsable de que el histórico Simmenthal de Milán se convirtiera en uno de los mejores equipos de la historia del baloncesto italiano y uno de los grandes de Europa. Dicen, como dato, que siendo entrenador, ganó el 80% de los partidos que dirigió. Fue medalla de plata olímpica en 1980, campeón de Europa en 1983, bronce en 1985 y ganó diez campeonatos de Italia.

Pero lo más sorprendente de la carrera deportiva de este italiano es que antes de triunfar en el baloncesto, lo hizo por todo lo alto en un deporte tan distinto a éste como es el waterpolo. Con la selección italiana de waterpolo, sin ir más lejos, fue internacional en casi cincuenta ocasiones. Fue medalla de oro en las olimpiadas de Londres de 1948 y bronce en las de Helsinki de 1952, donde también era el capitán del equipo. Para ponerle la rúbrica a una carrera deportiva impresionante, también fue incluido en el Hall of Fame de la natación. Con toda probabilidad, el único caso en la historia de ambos deportes.

Riccardo Riccó


A finales del año pasado, en una entrevista para cyclingnews.com, si no me equivoco, Riccó anunció que la Cobra había muerto. Se refería a su apodo. Ya no soy agresivo, dijo. Me da igual que la prensa hable más de Basso, Nibali o Scarponi que de mí, soy un nuevo corredor, estoy más tranquillo, la Cobra ha muerto. Algo así.
El hombre que deslumbraba lanzando los ataques más mortíferos desde Marco Pantani, el hombre que le rompió el alma a Matxin, parecía haberse reformado. Cumplió con su penitencia por consumir EPO-CERA y sobrellevó las suspicacias de todos los que sospechan del que peca una vez. Volvió a correr con el Cerámica Flaminia y acabó por fichar por el Vancasoleil holandés. En su regreso a la competición, siguió ganando, se llevó la Coppa Sabatini, una etapa del Giro del Trentino, dos etapas de la Settimana Lombarda y otras dos más la general de la Vuelta a Austria. Decía que se encontraba muy cómodo en su nuevo club, un proyecto ambicioso liderado por Hilarie Van der Schueren y Michel Cornelisse, donde tenía como compañeros a Ezequiel Mosquera, Stijn Devolder, Matteo Carrara o Romain Feillu entre otros. También decía con convencimiento que se podía ganar un Giro sin doparse y se había anunciado su presencia en la próxima París-Niza.
Además, Riccó estaba dispuesto a lavar su imagen. Decidió unirse al preparador Aldo Sassi, un reconocido entrenador privado italiano que trabajaba, entre otros, con Cameron Wurf, Cadel Evans o Ivan Basso. Sassi decía que podía demostrar que ninguno de sus corredores recurría a prácticas ilegales. Sassi quería trabajar con Riccó, quería ayudarle a reinsertarse en el pelotón. Sassi murió repentinamente hace poco al no poder ganar su lucha contra un tumor. Aún así, Riccó siguió mostrándose contundente en los asuntos que le relacionaban con el dóping. Contestó sin ambages a Cavendish cuando este dijo que Riccó era un "parásito" y anunció que rompería su relación con Vania Rossi, su pareja sentimental, madre de su hijo y corredora de ciclo-cross, cuando a ésta se le detectó el uso de productos ilegales, en concreto, la dichosa CERA nuevamente. Riccó juró que no tenía nada que ver y que no retomaría su relación con Rossi hasta que no se aclarara el asunto. La prueba B de Vania Rossi dio negativo, aún así, se la seguía investigando.
Y Vania Rossi estaba hace unos días en el hospital de Pavullo donde Riccardo Riccó fue ingresado de urgencias por ciertos repentinos y graves problemas renales. Riccó andaba entrenando cuando se sintió indispuesto. Los primeros partes médicos no eran muy positivos, incluso, se le trasladó a otro hospital para que trataran mejor su dolencia. Según el último parte médico, el estado de salud de Riccó ha mejorado, pero aún así, aún se mantiene en estado de gravedad.
La noticia ha saltado cuando La Gazzetta dello Sport, hoy mismo, ha anunciado que el médico que le atendió en Pavullo ha declarado que Riccó, en estado de shock, y delante de Vania Rossi, confesó haberse practicado una transfunsión sanguínea. Dijo también que guardaba la sangre en su frigorífico y que temía que pudiera encontrarse en mal estado.
La reacción de su equipo ha sido pudorosa por ahora, se limita a confirmar los rumores y a anunciar que lo están investigando y que su política de tolerancia cero les obligaría a expulsar al corredor si se confirma. Las declaraciones de Renato di Rocco, presidente de la Federación Italiana de Ciclismo, han sido más contundentes, pero acaban por decir lo mismo: se investiga. Bettini ha resumido el aire amargo y ofendido del ciclismo italiano acordándose de Sassi. Para Bettini, si es cierto lo que ha hecho Riccó, es una ofensa para la familia del último hombre que intentó echarle una mano.
Si es cierto... es lo que queda. Riccó sigue recuperándose en el hospital de Baggiovara en Módena, mientras aficionados, periodistas y curiosos esperan para adivinar si la Cobra le ha dado el último y definitivo mordisco venenoso a su carrera deportiva. El ciclismo, a pesar de todo, pase lo que pase con la defensa de Contador, haga lo que haga Bernard Kohl, se retire o no se retire Floyd Landis, esté donde esté Tyler Hamilton, seguirá adelante, le pese a quien le pese.

lunes, 7 de febrero de 2011

Robert Kubica


Cuando hace tres años se estampó a 220 km/h contra un muro en el Gran Premio de Canadá, él mismo llegó a decir que había sido un milagro. Un milagro porque salió con poco más de una pierna fracturada de aquel amasijo de hierros. Kubica, profundamente religioso y católico, apuntó a su compatriota Karol Wojtyla, Juan Pablo II, como responsable del milagro y, según comentaron algunas fuentes, el Vaticano llegó (o al menos pretendió) a investigar el suceso y se planteó convocar al piloto para entrevistarlo al respecto.
Quién sabe si ahora, cuando Kubica se encuentre con fuerzas de hablar a la prensa, nos contará si ha vuelto a ser protagonista de una nueva intervención divina porque, para creyentes o no, lo que le ha vuelto a suceder hace un par de días parece otro milagro.
Ahora ha sido con un Skoda, y no ha sido en un circuito, si no en un rally, el rally Ronde di Andora. Perdió el control del coche y se empotró contra otro muro, esta vez el de una iglesia, que no deja de ser una invitación para hacer comentarios peligrosamente gratuitos.
Parecía que Kubica (los periodistas se han afanado en intentar pronunciar bien un nombre que en apariencia no es difícil, he oído desde Kubica, y pongo en cursiva donde acentúan la palabra, Kubica, Kubisa, pero a ninguno Kubitsa, que creo que es como se dice) no iba a salir tan bien parado esta vez. El orden de gravedad ha ido esta vez de más a menos. Si en las primeras horas parecía que iba a perder una mano, hoy mismo ya han dicho que mueve los dedos. En cualquier caso, el primer polaco en la Fórmula 1, tendrá un largo proceso de recuperación para superar sus múltiples politraumatismos. Quizás, en el interín, le convoque el Vaticano.

domingo, 6 de febrero de 2011

Cheik Tioté


Le damos a él el título porque suyo fue el último gol. Supongo que a estas alturas todo el mundo sabe que el Newcastle le empató al Arsenal un partido, el que les enfrentó en Saint James Park durante la última jornada de la Premier League, que los de Londres ganaban por 0-4 ya en el minuto 26. El 1-4 lo marcó Joey Barton en el minuto 69, y el último, el del empate, el marfileño Tioté en el 88. Poco antes de que Barton marcara el primero de la remontada, el Arsenal se quedó con diez por expulsión de Diaby. Fue una buena alegría para los aficionados del Newcastle que sufrieron hace poco días las consecuencias del mercado de invierno. Se esperaba ver al equipo después de perder al delantero Andy Carroll, máximo goleador del equipo en lo que iba de temporada. Sin él, se marcaron cuatro goles, aunque ninguno lo marcara un delantero centro, si no me equivoco.
El partido resume un poco la historia moderna del Newcastle United, especialmente desde que el empresario inglés Mike Ashley (en su día se le clasificó en el puesto sesenta de los hombres más ricos de Inglaterra y, debido a su hermetismo, se le comparaba con Howard Hughes) se hiciera con el club. Desde entonces, les ha pasado de todo, volvió Keegan y volvió a irse, descendieron y ascendieron, su estrella de la época contemporánea, Alan Shearer, se sentó en el banquillo y Dennis Wise pasó por la dirección técnica del equipo hasta que se marchó envuelto en la polémica. Además, falleció Bobby Robson, uno de los entrenadores que más huella dejó entre los aficionados magpies.
El Newcastle tiene un hueco en la memoria sentimental del equipo del que yo soy aficionado desde que la por entonces UEFA nos enfrentara allá por la temporada 1994-1995. Eran los años dorados de Kevin Keegan en el banquillo de las urracas. La prensa inglesa les puso el sobrenombre de "The Entertainers", los artistas. En Saint James Park nos pasaron por encima en una primera parte horrorosa. Pero Cuco Ziganda (auténtico protagonista de la eliminatoria) y un joven Gontzal Suances le dieron emoción al resultado final. En la vuelta, San Mamés fue una olla a presión, y un gol de Ziganda en el minuto 66 le dio la victoria y la clasificación al Athletic de los Garitano, Alkiza, Karanka o Larrazabal ante aquel primer Newcastle de los Ruel Fox, Robert Lee, Peter Beardsley, el suizo Hottiger, el belga Phillippe Albert o el portero checo Srnicek. La afición terminó por saltar al campo pero el gesto de los seguidores bilbaínos desde el césped aplaudiendo a la grada donde continuaban los ingleses quedó en la retina de ambas aficiones. Al año siguiente, Les Ferdinand y David Ginola mejorarían aún más la plantilla de Keegan. A eso, le sumaron la llegada de Alan Shearer.
El delantero natural de la ciudad, que ya había goleado en el Southampton y el Blackburn Rovers, se convertiría en un ídolo que superó el registro goleador histórico de Jackie Millburn y quedó como testigo de todos los vaivenes por los que ha pasado el club en todos estos años.
Porque Mike Ashley llegó a la presidencia con dos sorpresas para los aficionados. Una, era el regreso de Kevin Keegan como entrenador y otra el nombramiento del ex-jugador del Chelsea, Dennis Wise, quien había empezado una interesante carrera en los banquillos, como máximo responsable del área deportiva. Y la cosa no terminó nada bien. Keegan regresó con ganas de devolver a las urracas a lo más alto. Desde que él dejó el banquillo, solo Bobby Robson había conseguido alcanzar sus resultados, porque los pasos de Souness, Dalglish y Ruud Gullitt por el banquillo del equipo de Newcastle no deparó los resultados esperados. Sin embargo, Keegan acabaría por abandonar el equipo, en parte, por los continuos problemas con Dennis Wise, problemas que acabarían en juicio y con declaraciones sorprendentes de Bobby Robson que vino a decir que ni entendía ni sabía si podría perdonar lo que había hecho Dennis Wise al Newcastle. Éste también ha declarado que aceptar la oferta de Ashley fue el mayor error de su vida, ya que, desde entonces, su carrera no ha vuelto a levantarse. Wise fue acusado de fichar al ex del Valencia, actualmente en el Levante, Nacho González para contentar a un par de representantes sudamericanos, de fichar jugadores tras ver videos por youtube y algunas otras cosas.
Desde que se fue Keegan, las cosas no mejoraron. Tres años, dos categorías distintas y hasta cuatro entrenadores sin contar a Keegan, porque desde que se fue, Joe Kinnear, Alan Shearer, Chris Hughton y ahora Alan Pardew se han echo cargo del equipo de Ashley. Con Kinnear y Shearer descendieron, el irlandés Hughton los subió, pero esta temporada fue cesado y Alan Pardew ocupó su puesto.
Pardew no era ni de lejos el favorito de los aficionados. Y no es de extrañar porque su carrera como entrenador no ha sido precisamente un dechado de triunfos, y aunque consiguió ascender al West Ham, sus pasos por Charlton Athletic y Southampton no fueron muy buenos. Aún más extraño es que el Newcastle United le firmara un contrato por lo que queda de temporada y otros cinco.
Aún así, el equipo es décimo, aunque más lejos de la UEFA que del descenso, y su última remontada ha aliviado un poco los pesares de una afición que ha visto como la marcha de Carroll era la última mala noticia que recibían. Porque no es que sobre el talento en este equipo, y mucho menos en una delantera donde el veterano danés Lovenkrads, el joven canterano Nile Ranger, el irlandés Leon Best y el nigeriano crecido en Newcastle Ameobi no parecen ofrecer suficientes garantías. Más aún desde que el mediapunta francés Hatem Ben Arfa sufriera una grave lesión cuando no había hecho más que empezar la temporada. En el centro del campo, Kevin Nolan es el capitán y corazón del equipo, junto con el polémico Joey Barton, el ex del Twente y protagonista de esta entrada Tioté, el ex del Liverpool Danny Guthrie y, sobre todo, el ex jugador del Mallorca Jonás Gutiérrez. La defensa quizás sea la parcela más solida del equipo. El recordado Coloccini, el ex del Manchester United Danny Simpson, Mike Williamson, el veterano Sol Campbell y, sobre todo, el sorprendente juego del español José Enrique se reparten las cuatro posiciones. Steve Harper, que ya estaba en la plantilla cuando el Newcastle visitó Bilbao y el holandés Tim Krul han jugado a medias los partidos de Liga en la posición de portero.
Además, y para cerrar, el Newcastle y sus aficionados han tenido que sumar a sus desgracias meramente deportivas, otras circunstancias que poco o nada tienen que ver con el juego, aunque en ocasiones, se hayan producido sobre un campo. Y es que en los últimos años, jugadores del Newcastle se han unido a una larga lista de jugadores de la Premier League que se han visto envueltos en asuntos polémicos.
El ahora jugador del Liverpool, Andy Carroll, ya tuvo problemas con la policía cuando tan solo tenía 19 años. El club le obligó a vivir con el capitán Kevin Nolan. Joey Barton, protagonista en la remontada de ayer, no solo le dejó la cara como un cromo a su compañero Ousmane Dabo, si no que salió en los resumenes de todas las televisiones internacionales con dos entradas que le hicieron famoso, una patada en sus partes a Etuhu y una segada estremecedora a Xabi Alonso cuando este jugaba en el Liverpool. Para ponerle la guinda a su palmarés, dicen que después le sorprendieron haciendo el saludo nazi al celebrar un gol. Danny Guthrie tiene un facebook abierto pidiendo que le lleven ante un juez por una entrada que le hizo al jugador del Hull City Craig Fagan que incluso sopesó, y no sé si al final lo llevó a cabo, denunciarle judicialmente. Guthrie fue sancionado hasta que Fagan se recuperase.
Pero el que se lleva la palma es Lee Bowyer. Bowyer, que ahora juega para el Birmingham City y que hasta hace poco, si no sigue haciéndolo, tenía el récord de tarjetas amarillas de la Liga, llegó a ser internacional absoluto. Para celebrar su fichaje por el Leeds United fue detenido por participar en una batalla campal en un McDonald's. Sin embargo, se ganó el aplauso de la grada con dos buenas temporadas, hasta que él y Woodgate fueron acusados de darle una paliza a un joven de origen asiático. Acabó jugando el West Ham del que era aficionado y luego fichó por el Newcastle donde protagonizó una de las escenas más bochornosas de la temporada al propinarle un puñetazo a su compañero Kieron Dyer que se revolvió para enzarzarse en una sonrojante pelea con Bowyer. En su último equipo, el Birmingham City, Bowyer no ha dejado de tener problemas, con un aficionado del West Bromwich Albion, con la televisión que le pilló dándole fuerta a Bacary Sagna... Todo un palmarés.
En fin. Que seguro que el 4-4 fue el empate más feliz para los aficionados del Newcastle United. Difícil será que las competiciones europeas les vuelvan a enfrentar al Athletic, pero Pardew tiene cinco años por delante para que Ashley consiga por fin hacer un Newcastle United campeón. Ya veremos si puede ser así.
(Joder, vaya chapa de entrada que me ha quedado, por cierto)

Casey Harriman


Andaba preparando una entrada, cuando me he dado cuenta de que tenía pendiente aún la habitual sobre los derroteros de nuestro (o al menos mío, aunque esto es caprichoso y cambio de bando con facilidad) equipo preferido de la NCAA. No cerré con buenas noticias la última vez que hablé de ellos, y, ahora, aunque aparentemente sean mejores, no dejan de ser buenas del todo. Y es que el equipo ha jugado tres partidos y ha ganado dos: vengándose de Indiana State y derrotando en el último partido a Evansville para así encaramarse a la cuarta posición de su conferencia. Sin embargo, la derrota entre estos dos partidos, ante uno de los equipos que se encuentra por debajo en la clasificación de la conferencia, Drake, dolió y dolió bastante. El martes tendrán la oportunidad de vengarse.
Se empezó con una contundente victoria ante Indiana State a quien no le sirvió de nada el buen partido de Jake Odum. El rendimiento de los de Creighton no cambió: el mejor, Doug McDermott, con 25 puntos y 7 rebotes, bien acompañado por Antoine Young que está en un grandísimo estado de forma. Josh Jones desde el banquillo puso lo que faltaba y desde el mismo sitio, Kenny Lawson Jr produjo más que Echenique. El siguiente partido, como decía, se saldó con derrota y viaje de regreso doloroso desde Peoria, Illinois. De nada sirvió el buen partido de los dos de siempre, McDermott, que a sus 19 puntos sumó un récord personal de 17 rebotes y los 14 de Young, que, si no me equivocó, también sumó otro récord personal con 9 asistencias. El canadiense y freshman Manigat hizo un buen partido desde el banquillo con 12 puntos. Esta vez Echenique lo hizo mejor que Lawson Jr que apenas jugó 13 minutos y se quedó en 0 puntos. Los mejores de Drake, los exteriores Simms-Edwards y Andrew Warren que se tiraron hasta las zapatillas. Y, en el último partido, victoria importante ante Evansville, que, como ya he dicho, les coloca cuartos en la clasificación. Evansville no fue nada más que lo de siempre, el tirador Colt Ryan que hizo 11 tiros de 23 intentos. Por Creighton, sin embargo, hasta 5 jugadores hicieron dobles figuras: McDermott, 15 puntos (más otros 10 rebotes), Echenique, 11 (más 5 rebotes), Young, 21 (más 7 asistencias), Josh Jones, 11 (más 4 asistencias) y Lawson Jr., 11 puntos (más 8 rebotes). Espero que esto sea buena señal.
Ahora toca viajar hasta la capital de Iowa, Des Moines, para enfrentarse a Drake, y luego Southern Illinois e Illinois State visitarán el Qwest Center. Después de estos, quedarán tres duros partidos antes de empezar la disputa final por el título de conferencia y la lucha, casi imposible, por entrar en el bracket final de la NCAA (los expertos solo colocan a un equipo de la conferencia con potencial para hacerlo, el que gane, y casi todos señalan como favorito a Missouri State).
Lo contaré.
Y, por cierto, Casey Harriman, sigue sin jugar ni un solo minuto. Y yo sigo sin noticias, no sé si está en el banquillo pero no juega, si está de baja, si se operó finalmente o no. La foto, antes de irme a ver al Barakaldo a Lasesarre y dejar la otra entrada para más tarde, para un musculoso y fibroso Antoine Young.

jueves, 3 de febrero de 2011

Carlton Myers


Esta entrada viene a que ayer me pidieron un libro. Hoy, al ir a prestarlo, me he encontrado dentro con un cromo. Sí, un cromo. Uno de esos cromos americanos de papel duro. En la foto, un jovencísimo Carlton Myers luciendo el diez en la selección italiana. Por la parte de atrás, no se le ve la cara porque está haciendo un mate de espaldas. Según se explica en el texto, Myers tenía 21 años cuando se hizo la colección. Es decir, casi 20 años atrás. Es decir, que yo no llegaba a los quince cuando, quién sabe cómo ni por qué, me puse a coleccionar cromos de baloncesto.
Myers volvió a salir en la prensa deportiva general hace poco más de un mes después de declarar con cierta ironía algo así como: "¿Qué más queréis si tenéis a Messina? ¿A Phil Jackson?" Por supuesto, Myers alababa el trabajo de Messina al que denominaba como el mejor entrenador del mundo.
Pero Myers no ha dejado de salir en la prensa especializada a pesar de que tenga ya 39 años (40 el próximo mes de Marzo). Y no ha dejado de salir desde que debutara con 17 años en el Basket Rimini. Después llegaron sus espectaculares duelos con Danilovic cuando ambos personificaban la rivalidad entre los dos equipos de Bolonia, y siguió saliendo en prensa. En los juegos olímpicos de 2000, también salió en las fotos, más que nada porque fue el abanderado de Italia, primer atleta negro en hacerlo. Cinco años más tarde, tuvo su breve protagonismo en España, con un fichaje por el Valladolid que se saldó con siete partidos (el primero o el segundo, ya no recuerdo, en Bilbao, conmigo de testigo y con muchísimos, si no casi todos, minutos en el banquillo) y muy poco éxito. Últimamente, no metía mucho ruido en Rimini, pero se volvió a hablar de él cuando, a pesar de acercarse a los 40, decidió fichar por el Cimberio San Patrignano para jugar en la tercera división del baloncesto italiano. Gregor Fucka, de la misma generación, aún juega una división por arriba, en el Pistoia.
Myers mantiene el récord máximo de anotación en un partido en la liga italiana: 87 puntos. Fue en un 147-99 entre el Rimini (al que Myers había vuelto después de un primer paso por Pésaro) y el Udine. Myers, letal, se fue hasta los 87, batiendo un récord que llevaba establecido 31 años, con 14 de 22 en tiros de dos, 9 de 19 en tiros de tres y 32 de 35 en tiros libres debido a las 21 faltas que le hicieron. Tuvo un 94 de valoración, si es que la valoración ya existía. Como bien se puede observar en la foto de arriba, parte de un calendario de deportista que en su día haría las delicias de más de una (y uno), Myers tenía un poderoso y fibroso cuerpo de atleta que acompañaba con una buena movilidad y sobre todo con un gran tiro. Algunos dicen que pudo ser mejor incluso de lo que llegó a ser, pero se retirará, cuando quiera o si al final se retira algún día, habiendo ganado la Lega y la Coppa y habiendo sido campeón y subcampeón de Europa con Italia. Campeón en 1999, por cierto, ganando en la final a la España de Herreros, Jiménez, Dueñas, Alfonso Reyes, Esteller, Nacho Rodríguez o De Miguel que dirigía Lolo Sainz. Antes, en semifinales, habían eliminado a la selección yugoslava de Zeljko Obradovic que contaba, ahí es nada, con Bodiroga, Divac, Danilovic, Stojakovic, Tarlac, Tomasevic, Gurovic, Loncar o Scepanovic. En aquella Italia que dirigía Bogdan Tanjevic, a Myers le acompañaron Gregor Fucka, Chiacig, Marconato, Basile, Abbio, De Pol, Andrea Meneghin, Galanda, Bonora o Michelle Mian. En la final, los italianos asfixiaron el ataque español. Herreros se quedó en 10, y Lolo Sainz tuvo que recurrir a Iván Corrales y Roger Esteller, que apenas había jugado en el campeonato. Los italianos, poderosos físicamente y batalladores, se apoyaron, como no, en los 18 puntos de Myers.

martes, 1 de febrero de 2011

Roman Abramovich


Por supuesto que no voy a hablar de Sibneft ni de Gazprom, ni de su yate ni tan siquiera de su fallido intento de comprarse el castillo de Bran con Drácula dentro y todo. Tenía la opción de elegir el nombre de Fernando Torres, pero, por alguna oscura razón, prefiero guardármelo para más adelante, para cuando, quizás algún día, me apetezca hablar de él sin tener que hablar de cuánto cuesta o de cuánto deja de costar.

Hoy solo quería hacer un repaso (en la medida de lo posible) objetivo y aséptico de las reacciones periodísticas inglesas tras el frenético cierre de mercado invernal en la liga inglesa. Para ello he elegido cuatro periódicos, The Guardian, The Telegraph, The Sun y The Daily Mirror en sus versiones digitales (para leer The Times hay que pagar y yo sí que no estoy para estipendios, bonita palabra). Vamos allá. Empezaré por el último, The Daily Mirror.

En The Daily Mirror, Martin Lipton escribía un artículo que en portada anunciaba la noticia con una economía de palabras bastante ilustrativa: "Football Crazy", vamos, que el fútbol se ha vuelto loco, algo en lo que parecen coincidir los cuatro periódicos y Rio Ferdinand, como veremos luego. En el artículo, Lipton se limita a recapitular y resumir los sucesos del cierre, aunque cierra su artículo con un comentario que parece levemente elogioso, ya que el periodista describe el fichaje de Torres como un despertar orgulloso de Abramovich ante la repentina y poderosa aparición del dinero de Oriente Medio en Manchester. Lipton lo resume en una frase que desliza, aunque no lo parezca, un cierto hálito de admiración: "El Chelsea ha vuelto a cambiar el juego una vez más."

En The Sun, el artículo lo firma Emily Nash y, en breves palabras y con muchas fotos, Nash no deja de sorprenderse ante el gasto de dinero aunque hace más referencia a los 35 millones pagados por el Liverpool para fichar a Carroll que a los 58 que ha pagado el Chelsea por Fernando Torres. El artículo está repleto de referencias al tweeter de Rio Ferdinand donde el jugador del Manchester United resumió su estupefacción repitiendo el titular del Daily Mirror y comparando la cantidad que el Liverpool ha pagado por Carroll con la que pagó el FC Barcelona por Villa para así resaltar su idea de que el fichaje estrella del Liverpool es una apuesta exageradamente atrevida. Por cierto, en casi todos los periódicos se hacen eco de la respuesta de los aficionados del Newcastle ante la marcha del joven delantero y, en especial, en uno de ellos se hacía referencia a ciertos mensajes de móvil donde Carroll confesaba que le habían echado del Newcastle porque por él no se habría ido. Los dirigentes del Newcastle ya han salido al paso de estos rumores.

El artículo de Jason Burt en The Telegraph era un poco más sesudo. Burt abría con un titular que resumía el fichaje de Torres como una declaración de poder y autoridad de Abramovich. Burt señala que Abramovich ha fichado a Torres porque puede permitírselo y se lo permite, sin más, y porque se ha aburrido de un breve periodo de ahorro y moderación (sobre todo por la falta de títulos) para volver a su carácter derrochador e idealista. Burt hace su propio análisis y concluye que Abramovich accede a intentar imitar al Manchester United de los años 90 formando un grupo de jóvenes con talento dispuestos a marcar época, pero que no puede reprimirse y ya ha encontrado a su nuevo Shevchenko (esto es mío). Lo de parecerse al Manchester United de los 90, en mi opinión, es una observación un poco gratuita. El Manchester de Ferguson contaba, en aquellos años, con un puñado de jóvenes con mucho más peso si lo comparamos con la situación actual del Chelsea. En un repaso rápido se ve a la primera. Ahora mismo, el Chelsea es una plantilla de edad media-alta y los únicos jóvenes con cierto (en algunos esto es muy relativo) peso en el equipo son Ramires, con 24 años, John Obi Mikel, 24 también, el holandés Jeffrey Bruma con 20 y los mismos para el italiano Fabio Borini). Burt escogía un nombre aún más reciente, el del inglés de origen escocés Josh McEachran, de 18 años, un buen descubrimiento de esta temporada. Para compararlo, me voy al Manchester United del año del triplete, el más grande de su historia, en la temporada 1998-1999. Ahí, por debajo de los 25 años, estaban Solskjaer con 25, Blomqvist y Scholes con 24, Nicky Butt, Gary Neville y David Beckham con 23, Phil Neville con 21 o Wes Brown con 19.

Por último, David Conn firmaba el artículo de The Guardian. Conn es quizás, sin querer faltar a los demás, la voz más apropiada para hablar del tema, ya que Conn, aficionado del Manchester City y habitual periodista deportivo de The Guardian, ha publicado dos libros analizando los aspectos económicos de este deporte (The Football Business: Fair Game in the '90s? en 1998 y The Beautiful Game?: Searching the Soul of Football en 2005).

Conn abre su artículo con expresiones como “frenzied extravagance” (extravagancia frenética) o “football went mad” (el fútbol se volvió loco), para después hacer especial referencia a la preocupación de Michel Platini, la UEFA. Conn habla del fichaje en relación con la situación económica de un país, según dice él, donde se está hablando de cerrar bibliotecas porque no se pueden mantener, y da un dato aún más escalofriante cuando habla de los 27 millones de libras que se ha dejado el Manchester City de Sheikh Mansour para fichar a Dzeko en la misma semana en la que el ayuntamiento de Manchester había anunciado 2.000 despidos en sus servicios públicos como recorte económico. Pero si el gasto (y las pérdidas, por cierto) de Mansour y su City llaman la atención, Conn no puede dejar de compararlos con los más de 700 millones de libras que se ha gastado Abramovich desde que en 2003 se compró el club.
En fin. A pesar de todo lo que podamos decir, a pesar de que dilapidemos nuestro idealismo con sarcásticos ataques de inercia y resignación, no se pueden reducir las cifras. En una noche, un puñado de hombres que se visten en pantalón corto para trabajar (Bent, Suárez, Carroll, Torres o Dzeko) llevaron a un conjunto de empresas privadas con capital fluctuante a gastarse la nada descifrable cifra de 200 millones de libras, unos 233 millones de euros.

Un solo dato más. Fernando Torres nació en Fuenlabrada. El Chelsea ha pagado unos 58 millones de euros por él. El Baloncesto Fuenlabrada, equipo de su pueblo y que compite en ACB, tiene 3'5 millones de euros de presupuesto. El Ayuntamiento donde nació dispone de 48 millones de euros para el área de Economía y Hacienda o 49 para el Área Social durante el año 2010. Sin más, ya sabes, son solo números.