martes, 5 de junio de 2012

Iker Karrera



Esto de que el tío de las asics, nuestro vecino de pormaratones, ande de visita por aquí, me está matando. Yo que arrastraba ya un largo periodo de deterioro físico y modorra. Ahora me duelen hasta las orejas. El domingo le enseñé al de las asics nuestra ruta jacobea. La llamamos jacobea porque la descubrió un pormaratoniano con nombre de patriarca. Consiste en seis kilómetros de continuo ascenso hasta llegar a la ermita de Santa Águeda, descenso por Las Delicias pasando por el camino mediaval, un curioso atajo que no lo es y te obliga a rodear una inquietante iglesia, bajar unas empinadas escaleras, cruzar un puente tembloroso y seguir por la orilla fabril que se acerca a la carretera de Balmaseda para cruzar de vuelta por el puente que comunica con la siniestra fábrica de coke, y se sigue por la dársena abandonada que rodea la fábrica, se desciende junto a lo que parece un viejo horno de calcinación, se aparece junto a unas abandonadas oficinas de Altos Hornos y pa'lante hasta llegar a Burceña, cuesta arriba hasta Cruces y ya todo para abajo hasta volver a casa con un esprint cuesta arriba para llegar a Bide Onera. ¿Te has perdido? Casi trece kilómetros, con mucha pendiente (por lo menos, para un servidor) y un entorno agradable que te alivia el peso de una larga vida urbana.
Eso fue el domingo y hoy martes, un par de kilómetros más que el domingo, creo, y un recorrido que te lleva hasta por cinco localidades distintas de la provincia. Entre lo más sugerente, un túnel cenagoso donde durante un minuto no ves absolutamente nada y un terreno pestoso de camino a las minas. El calor ha fundido el resto, por lo menos, de nuevo, para un servidor, que ha llegado a casa con las piernas más duras que una encimera de marmol. Hora y media después de salir.
Nada comparado, por supuesto, con el espectáculo que dio Iker Karrera este pasado fin de semana en la Hiru Handiak. Si hay alguien aún que no sea de aquí, Hiru Haundiak, significa los tres grandes, y lleva ese nombre porque consiste en una carrera de montaña que organiza la Sociedad Excursionista Manuel Iradier y que con 100 kilómetros de recorrido y 5.000 metros de desnivel, cubre un recorrido que supera las tres grandes cumbres del País Vasco: Gorbea, Anboto y Aizkorri. Salen de Ondategi en Álava, pasan por Bizkaia y terminan en Araia, Gipuzkoa. Salen a las doce de la madrugada del sábado y llegan cuando puedan, pero en menos de 24 horas.
El ganador invirtió un tiempo total de 10 horas y 22 minutos, batiendo en una hora y media el anterior récord. Casi nada. Por supuesto, y sin quitarle mérito a un Iker Karrera que no es nuevo en esto de las pruebas de gran fondo, la historia de esta carrera no termina aquí, y es importante mencionar todas esas historias más humildes de corredores (y corredoras) que terminan la prueba con más amor propio que fuerza. Pero para eso, podéis buscar en la hemeróteca, porque ya ha habido prensa escrita que se ha hecho eco de ello.
No está entre mis objetivos, pero como el vecino de las asics pase más tiempo de visita por aquí y nuestro amigo M siga con su progresión, vamos a acabar todos emulando a Kilian Jornet o a Iker Karrera, aunque sea de lejos y en sueños.

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