domingo, 26 de abril de 2009

Iker Muniain


Mis compañeros de grada me vacilaban el sábado, ¿qué?, ¿alguna nueva estrellita en ciernes? Muchos han sido los años en los que cuando venía el Bilbao Athletic siempre les comentaba: hay que seguir a ése. Primero fue Cachorro, después Lizoain, después Jonan García... Nada. Así que este año ni hablaba de Iker Muniain. Además, de unos años para acá, la rivalidad con el Athletic ha subido exponecialmente, que es una expresión que no entiendo muy bien pero sirve. Nunca he entendido la rivalidad cuando se convierte en tanta agresividad. Ni contra el Bilbao Athletic, ni contra el Alavés, ni contra el Real Madrid ni contra el Alcoyano. Me parece sano que haya rivalidad, competitividad, piques sanos, que decía aquel otro, pero más allá. La verdad es que los compañeros de fila somos todos bastante sosegados. No nos da nunca por insultar, ni por faltar al respeto. Gritamos, animamos cuando podemos, hablamos de lo divino y lo humano y aplaudimos cuando marca el Barakaldo. Yo ayer quería que ganara el Barakaldo, como quiero siempre, pero no puedo evitar que me alegre ver cómo funcionan los chavales de la cantera del que, tampoco puedo evitarlo, sea mi equipo, como ya dije en una entrada reciente, de alegrías y sinsabores. Habría preferido que el resultado fuera al revés, pero no me voy a arrepentir de mis pasiones, aunque, últimamente, no estén muy bien vistas por Lasesarre.
El Barakaldo ha sido un equipo sin alma esta temporada, sobre todo al final de la competición. Quizás lo que más haya dolido son las expectativas creadas al principio, las promesas y las buenas palabras que se quedaron en agua de borrajas desde muy al principio.
Mi hermano me decía ayer que parecía que no tenía ojos más que para Iker Muniain. Es cierto, le seguí de cerca. Todavía no ha cumplido los diecisiete años y ayer dio dos pases de gol, demostró tener rapidez, visión de juego, calidad en el toque y un talento especial para leer el partido. Y, además de todo eso, en edad juvenil, demostró carácter, oficio, brío y compromiso. ¿Cachorro, Lizoain, Jonan García? Quién sabe, no lo parece. Parece que es un jugador con mucho fútbol, ojalá no se equivoquen los que ya lo habían dicho. También demostraron buenas maneras otros, sobre todo Adrien Goñi y Ander Iturraspe.
No quiero volver a justificarme, así que no repetiré una defensa que me parece ridícula, pero ayer en Lasesarre se vio buen fútbol, por rachas, en detalles, por parte del equipo rival, pero no puedo evitar, una vez más, que la pena no fuera tan grande. Ni aún ganando, habríamos alcanzado el play-off, lamentablemente.

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