jueves, 9 de abril de 2009

Marco Giovanetti

¿Y cuánta gente dijo aquello de me cago en la madre de Giovanetti en 1990? Perdón. Qué Vuelta. No ganó una sola etapa, se metió en una escapada camino de Ubrique y a partir de ahí, aguantó. Aguantó hasta chafarle el año a Perico Delgado, dejando un poco más atrás a Anselmo Fuerte, a Peio Ruiz Cabestany y a Fabio Parra. Todavía le recuerdo sufriendo en Cerler. Una vuelta la de 1990 que tuvo a Gorospe de lider, tres victorias vascas, dos para Cabestany y una para Echave y una buena actuación extranjera con victorias para Uwe Raab, Nijboer, Esnault, Worre, Van Brabant, Pedersen o Edmonds entre otros. Y entre otros, dos grandes que prefiero nombrar a parte: Martín Farfán y Asiate Saitov. Y una victoria más en las metas volantes para el eterno Miguel Ángel Iglesias.
Giovanetti ganó aquella edición de la mano de Maximino Pérez en el histórico Seur, un equipo con grandes pretensiones y una colonia rusa, que acabó deveniendo en un modesto equipo del extrarradio madrileño. Kelme, Lotus, Alfa Lum, Banesto, ONCE, BH-Amaya, Chateau D'Ax, Teka, Café de Colombia, Clas-Cajastur, PDM, Jolly-Componibili, Toshiba, Sicasal, Ryalcao-Postobón... palabras que ahora suenan a melancolía incomprensible.
Giovanetti dio el golpe de su vida. Siempre fue un corredor de chepa, sufridor, a remolque, de tres semanas y apuradas. Su palmarés no tiene muchas victorias, pero todas ajustadas para dejar entrever una carrera de esfuerzo contínuo y reposado. Una etapa de la Vuelta a Suiza, Campeón de Italia en ruta... Poco más. Sus últimas lecciones las dio en los años dorados de Indurain en Italia. Después de lo que parecía la cima en la que no se mantendría, consiguió superar el golpe del éxito de la Vuelta a España. Fue 3º en el 90, 4º en el 92 cuando ganó Indurain. En aquellos años de los Franco Vona, Andrew Hampsten, con Indurain secundado por Philipot y De las Cuevas, luchando a brazo partido contra Chioccioli, Chiappucci, Lelli, Conti, Furlan, Paolo Viberti hizo una crónica para El País de su victoria en la cima de Monviso de 1992 y que terminó con el siguiente párrafo que no tiene nada que ver con Giovanetti pero a mí me llega a la patata, que diría aquel tipo de perilla de Madrid:


Las 'hormigas azules'


Juan Tomás Martínez y Ramon González Arrieta, las hormigas azules del Festina, estuvieron, un día más, junto a los favoritos hasta casi el final. Su tarea es aguantar y conservar su buena clasificación en la general. Martínez, veterano, con un apodo tan épico como el Volcán de Baracaldo, repite su buena actuación de otros años en la ronda italiana. González, otro vizacaíno, está aprendiendo. Miguel Moreno, su director, no quiere que se desgaste en vano. Desea que aguante todo lo que pueda para que saque enseñanzas de los buenos: "Sólo atacan a la desesperada los malos. Ramón tiene futuro y debe aprender. Si veo que no vale, ya le diré que ataque".

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