Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
miércoles, 1 de julio de 2009
Tom Gugliotta
Googs, como era conocido, prometía mucho cuando fue seleccionado en el puesto sexto del draft de 1992 por los Washington Bullets. Más tarde, jugó para Atlanta Hawks y Minnesota Timberwolves, donde haría sus mejores temporadas, promediando más de 20 puntos por partido. Para terminar su currículum, también jugó brevemente en los Boston Celtics y en los Phoenix Suns. Fue precisamente jugando con los de Arizona, cuando Tom Gugliotta sufrió lo que los americanos llaman a near-death experience, una experiencia cercana a la muerte, que, traducido al castellano, no sé por qué, suena a parte de la letra de una canción de Enrique Iglesias.
Gugliotta llevaba varios días sin conseguir dormir bien después del esfuerzo de los partidos. Nunca conciliaba el sueño antes de las 3 o las 4 de la mañana, y con la frenética rutina de la temporada de baloncesto profesional, aquélla era una situación insostenible. Un compañero le recomendó un producto farmacéutico que ayudaba a conciliar el sueño. El susodicho producto se vendía como un relajante muscular que facilitaba el descanso después de un esfuerzo físico. Gugliotta lo tomó dos noches consecutivas. La segunda, mientras hablaba por teléfono con su mujer, ya cómodamente sentado en el autobús del equipo, empezó a tartamudear y finalmente, se desvaneció. No le dio tiempo a colgar y su mujer se asustó. Sus compañeros, en el autobús, le vieron desmayarse. La mujer de Gugliotta, Nikki, llamó a la mujer de Rex Chapman, compañero de equipo, y éste se puso en contacto con Nikki. Gracias a esa llamada, los servicios hospitalarios estaban advertidos de que Gugliotta había consumido ese producto y reaccionaron a su llegada. Gugliotta dejó de respirar. Durante un tiempo, su cuerpo reaccionó perdiendo el control de su intestino grueso y siendo incapaz de respirar sin ayuda. Todo por la reacción a un componente del producto, el GBL, que ha sido el causante de más de una muerte.
Desde aquella experiencia, Gugliotta, felizmente recuperado, invirtió tiempo y esfuerzo en obligar al gobierno a retirar el producto del mercado y cambiar las leyes sobre el control legal de los suplementos alimenticios. También da charlas. En una ocasión, según él mismo cuenta, un jugador de beisbol universitario que junto con otros chavales asistían a una charla a cargo de Gugliotta, comentó que él estaba dispuesto a tomar cualquier producto con tal de conseguir el mayor número de carreras. Gugliotta le replicó: ... y sabremos de ti en los periódicos, pero en la sección de obituarios.
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