El pelotón esconde muchas curiosidades y no podía ser de otra manera. Ciclista de todas las partes del mundo, con muchas culturas distintas, caracteres muy dispares y relaciones que van desde la amistad hasta la enemistad más personal. Ayer Freire y Valverde pusieron en juego su amistad, aunque esto probablemente sea decir mucho por mi parte. Iban Velasco acató órdenes que duelen pero hay que hacerlo, como lo hacía Andrea Tafi y como no lo hacía, al parecer, Stijn Devolder. Fabian Cancellara dejó una nueva página para la historia, con una reluciente demostración de fuerza y talento en los laberintos flamencos. Antes de empezar la prueba, hubo cierta polémica y expectación con la actuación de Devolder. El belga, según dicen, es de los que reduce su temporada a un puñado de pruebas: abriel es su mes, después, parece que pasa del resto. Hasta corredores ajenos a la disciplina de su equipo le criticaron. Ganó en Flandes dos veces quitándose el pinganillo y pasando de la táctica del equipo. Tom Boonen callaba y Patrick Lefevre, su director, lo dijo bien claro, si volvía a ganar, no pasaría nada, pero si no lo hacía, tendría problemas. No ganó, pero según él mismo dice acató las órdenes y trabajó para Boonen que hizo segundo. Lefevre aún no ha dicho nada, pero no deja de ser curioso, un ejemplo más de la obsesión que producen algunas pruebas.
Ayer en Putxeta se vio ciclismo del bueno, del que obliga a apretar los dientes a los ciclistas. Se vio que a los jóvenes corredores que ya hemos destacado aquí, más otros de los que aún no hablamos como Kreder, se unen nuevos como Intxausti o Jean Christophe Peraud, que de joven no tiene mucho, pero no se le había visto por ahora con su forma de correr que recuerda a un famoso corredor de Texas. Samuel Sánchez se quebró. Valverde demostró su fuerza. Los Schleck al acecho y el pelotón que parece anunciar una disputada Vuelta al País Vasco. Solo Ricky ha votado en la encuesta que propuse, pero bueno, hay tiempo hasta el sábado. Yo voy a votar hoy, y como me la trae floja, lo haré con el corazón, que nunca suele ser muy buen criterio para estas cosas, pero bueno. Ya veremos si en Usartza los protagonistas son los mismos.
Qué bueno que nunca dejará de haber cuestas empinadas. Por cierto, Riccó ganó ayer en la Settimana Lombarda. ¿Qué pensamos ahora?
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