Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
lunes, 26 de abril de 2010
Sundiata Gaines
El rookie del triple mágico se ha llevado un premio a final de temporada: la mejor jugada del año. Las diez mejores de esta temporada me han parecido un poco flojas. No porque no tengan mérito, si no porque no estoy muy de acuerdo con la selección de la liga profesional americana. Tienen unos criterios que no acabo de comprender del todo, pero no voy a perder el tiempo tratando de explicarme. El caso es que el premio a la mejor jugada se lo ha llevado el triple en el último segundo de Sundiata Gaines.
Y lo que hace a la jugada más meritoria de lo que pueda parecer a quien la vea sin conocer el contexto, es que Sundiata Gaines consiguió con ese triple, no solo la victoria, si no también acabar con un partido casi perfecto de su rival Lebron James, y, de paso, ¡conseguir su primer triple en la NBA!
A él no le tenía que llegar el balón. Deron Williams, estrella del equipo, se había lesionado, y los Jazz habían ofrecido un contrato de diez días a un desconocido base de New York que llevaba catorce partidos, con muy buenos números, jugando para los Idaho Stampede de la NBDL. Antes había viajado hasta Italia, a Cantú, cuando terminó con sus años de baloncesto universitario en la Universidad de Georgia. Había jugado ya cinco partidos. Aquel era el quinto, en realidad. Los Cavs visitaban Salt Lake City y el EnergySolutions Arena presentaba un lleno casi absoluto. Lebron James estaba inspirado, había logrado 12 puntos consecutivos en los últimos minutos para intentar llevarse un partido apretado y disputado como siempre ocurre cuando un equipo de Jerry Sloan está de por medio. La última posesión era para los Jazz. Ronnie Price votaba, buscaba, pero no encontraba a nadie así que se la dio al único que vio cerca. A un Gaines que no sabía muy bien dónde colocarse. Demasiado alejado de la línea, ni tan siquiera Anthony Parker, su defensor, creía que el balón le iba a llegar a él. Pero le llegó. Y lanzó. Con los dos pies juntos, saltando con determinación, Gaines anotó el primer triple de su carrera al primer intento en el último segundo en su quinto partido.
Pero tengo más, sí, claro, tengo más. ¿Quieres hacerlo una novela? ¿Quieres que la historia funcione? Sundiata Gaines tiene dos heridas en el cuello. Son la entrada y la salida de la bala que le rozó el cuello cuando esperaba a su hermano a la salida de una tienda de fotocopias en New York. Un hombre salía con un maletín que se le cayó, se abrió y con el golpe se disparó la pistola. Gaines salvó la vida por unos centímetros.
Ya lo tienes todo.
Sundiata Gaines (que supongo que no tiene nada que ver con el baloncestista-peso pesado Charles Gaines) consiguió renovar su contrato por los Jazz. Esta temporada ha jugado 32 partidos (más dos que lleva ya de play off) con medias muy humildes de 13 minutos y 3 puntos por partido. Pero está contento. Sam Ytuarte, periodista deportivo que coincidió en las canchas cuando eran niños, dice que siempre se supo que tenía la personalidad y el talento para llegar a triunfar. En Georgia conseguía 12 puntos por partido, en la NBDL se fue hasta los 23 de media en 14 partidos gracias a que al entrenador MacKinnon le gusta un tipo de baloncesto que va más con las características de Sundiata Kofi Gaines, aquello que los americanos llaman uptempo, correr, abrir el campo, anotar. Ahora, se ha reconvertido en un jugador de equipo, de banquillo, siempre dispuesto a aportar cuando se lo pidan. Y parece que no se le da mal. Aún tiene 24 años, pero ya ha conseguido su primer éxito, y con un triple simplemente ya le ha valido. Veámoslo:
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